- Demonios... Ya le dije que no fui yo. ¿¡Porque es tan idiota!?- Dijo una muchacha alta, de cabello castaño oscuro hasta su cintura, y unos ojos negros que pareciera podían escuchar cada pensamiento en tu cabeza. Mientras estaba en esa gran oficina, en frente del escritorio del director de su escuela.
- Si claro. Has sido expulsada de 23 escuela, y esperas que me crea tus estúpidas mentiras!?- Hablo con enojo el señor de unos 40 años, que con suerte tenia algunos cabellos en su cabeza.
-Pues... Si.- Respondió con simpleza, cruzando sus brazos alrededor de su pecho.
Tenía distintas razones por las cuales la habían expulsado de tantos colegio, y la mayoría era por fugas de clases, espiar el camerino de las chicas, llevar drogas y alcohol a un recinto en el que ambos están prohibidos, portar armas de fuego en el salón de clases y blah, blah, blah... "Nada grave" Como ella solía repetir.
La escuela no le importaba en lo mas mínimo. Ya tenia demasiados problemas para tener que estar pegada a un estúpido libro que quizás es solo una pérdida de tiempo.
- Escucha, si estas en esta escuela es porque tu padre me lo suplico, dale las gracias al menos.- Taylor lo observo "ofendida", y negó varias veces con su rostro.
- Yo con ese tipo no tenemos nada que ver. ¿Entiende o se lo explico con manzanitas?- Rodo los ojos, y se puso de pie de forma violenta.- Haga lo que quiera, si quiere expúlseme, o lléveme a un internado, porque de esos ya me se esca...- No pudo terminar lo que iba a decir cuando una pequeña chica de ojos verdes delineados con negro, cabello rubio, una cara de querer matar al mundo, unas zapatillas vans burdeos, y una sudadera gris que le quedaba un poco grande entro sin siquiera tocar la puerta.
Taylor la analizo detalle por detalle, y... Le pareció interesante en todos los sentidos. Había algo en esos ojos que daban un pequeño shock electrizante. Eran esmeralda con tonos amarillos, cualquiera que los viera se enamorarían de ellos.
- ¿Y tú eres...?- Le pregunto Taylor consiguiendo solo ser ignorada.
Nadie la ignoraba, NADIE. Y si esa chica lo hacia deberia dar buenas razones.
- Director, sabe si ya llego mi libro?- Su voz era dulce, y seria a la vez. Extraño, pero atractivo.
No era que Taylor se hubiera enamorado, o tal vez si... Bueno, eso no importa. Lo importante es que esa chica la ignoro, y nadie se resiste a ella. Ni siquiera el ser mas frívolo del mundo.
-Si, esta sobre la mesa, Alexandra.- Alexandra, Alexandra, y Alexandra... Su cabeza no dejaba de repetirlo. Su memoria era un completo asco, pero quizás aquel nombre nunca se le borraría de sus recuerdos.
- Gracias, y por favor solo dígame Alex.- Sin más se retiro, dejando a Taylor totalmente boquiabierta. No era que ella se enamorara con facilidad, de hecho no podia decir que se había enamorado, pero algo en esa muchacha le llamaba la atención.
- Yo también me largo, tengo asuntos que atender.- Se dispuso a marcharse hasta que escucho la voz del director detrás suyo.
-Ni te le acerques. Ella es una chica modelo, no como tu.- ¿Leyó sus pensamientos? ¿Acaso era muy predecible su actuar? Soltó una risa nerviosa, y se dio media vuelta.
- No era linda.- Mintió. La mentira más grande de su vida, según ella.-Es la chica más horrible, y indecente que he visto.- Era la chica más hermosa que había podido haber visto.
Tomo su mochila, y salió de allí esperando encontrarla para poder preguntarle al menos de que clase pertenecía. Camino pasillo por pasillo, salón por salón, y no había nada ni nadie. ¿Esa chica era un extraterrestre o algo así? ¿Piernas tan cortas y pasos tan largos? Pacto con el demonio, quizás.
- Al demonio con esto. ¿Porque estoy buscando a una nerd? ¿Tan bajo he caído?.- Se reprocho así misma mientras subía los escalones con rapidez sin percatarse de que venía alguien enfrente suyo.
- Más cuidado, idiota.- Dijo con molestia sacudiendo su ropa al estar ya de pie aun sin darse cuenta de con quien había caído.
- ¿Qué? Tú eres la idiota, tu venias mirando el mas allá.- Esa voz... Dulce, y seria.
- ¡La tipa nerd! - Ok, no fue lo apropiado para el momento, pero tenía la costumbre de decir todo lo que pensaba.- Digo... Alex.-
- Para la otra fijate.- Le advirtió.
- ¿De qué clase eres?- Ignoro por completo su advertencia yendo enseguida a donde quería llegar.
- ¿Te importa? No, así que déjame en paz.- Tomo su libro y se fue, dejando a Taylor con la duda.
Sea como sea descubriría todo sobre ella.
Paso una semana, y todavía no se podía sacar de la cabeza a esa chica. Se estaba obsesionando y eso no era bueno. Pero no podía negar que estaba muerta de curiosidad por esa chica. ¿Cuántos años tenía? ¿Tenía novio? ¿Era una cerebrito?
- Agh. Odio mi vida.- Se quejo tapando su rostro con una almohada que tenía a su lado, mientras se lanzaba a la cama. Hasta que una neurona de su cabeza por fin reacciono, y ideo un genial plan.
Observo a todo su alrededor asegurándose de que nadie estuviera cerca, y entonces ingreso a las 3:00 AM de la mañana a la oficina del director. Si había un guardia pero no era mayor problema para ella, sin embargo encontrar la carpeta de esa chica si lo seria. Busco, y busco hasta que al fin "Alexandra Deguels". Lo saco de inmediato y se lo llevo.
-¿Y usted? ¿Qué hace aquí a estas horas?- Taylor solo miro a ese hombre de 60 años, y se le acerco fingiendo una gran sonrisa.
-Nada, solo vine a buscar mi mochila... Oiga, usted no se cansa de estar aquí? -Cambiando de tema rápidamente para que no sospechara.
- Pues un poco, pero no me quejo.- Respondió despreocupado.
- ¿Le puedo ofrecer algo?- Le sonrió con una mirada convincente.
- Claro... Bueno que a un viejo como yo que se le puede ofrecer.-
- ¡PUTAS!... Bueno, ir a un club de caballeros, relajarse, tomarse algo, y pues pasar un buen rato.-
-No me gustan esas cosa. Soy un hombre de bien.- Negando con ambas manos, mientras tanto se le fruncía el ceño.
-Mire, eso de allí abajo hace mucho que no funciona.- Dijo apuntando la entrepierna de aquel hombre.- Así que le daré estos 100 dólares, y usted va a disfrutar esta noche, y no le dice nada a nadie de que yo estuve aquí. Le parece?.- Una sonrisa de oreja a oreja se le dibujo al hombre en el rostro, y enseguida tomo el puñado de billetes, y se fue.
Al día siguiente...
Estuvo toda la noche estudiando el expediente de la chica que había captado su atención, así que prácticamente ya sabía bastantes cosas sobre ella, pero de igual forma quería confirmarlas.
Mientras caminaba por los pasillos de su escuela buscando su salón se topo con el salón de aquella muchacha. No lo pensó mas, y toco la puerta.
Un profesora joven, como de unos 25 años le abrió la puerta, y pensando que la chica pertenecía a esa clase la dejo pasar.
-Ehm... Soy nueva.- Mintió, quizás la iban a descubrir, pero el esfuerzo habría valido la pena.
- Oh no....- Susurro Alex al ver quien estaba en la puerta.- Esto va a ser un caos total.