Tenía muchas ganas de volver a ver a Harry, pero aún era muy temprano y no sabía cómo pedirles a mis papás permiso.
Bajé un poco antes de las 7:30 de la mañana, para llegar puntual como siempre, como me enseñaron, al comedor para desayunar junto a mis papás.
Cuando comía una tostada con mantequilla y jugo de naranja, tenía ganas de decir y preguntar tantas cosas que llegaron a mi cabeza desde ayer cuando estaba con Harry. No sabía si mi papi o mami podrían decirme la respuesta de tantas cosas.
Miré a mis papás con estas ideas en mente, pero sin animarme a decirles.
Mami me miro y parece darse cuenta de algo.
— ¿Qué sucede, dragón?... Sabes que puede puedes decirnos lo que quieras ¿verdad?
—Tu mamá tiene razón, hijo. Puedes contar con nosotros —dudo un poco —acaso fue por lo que sucedió ayer —quiso saber mi papi.
—Gracias mami, gracias papi. Sí, es por algo que paso ayer —no estaba muy seguro de decirles pero continúe — ¿Quién vive en la mansión que esta junto a la nuestra?
—Me parece que era de la familia Potter —respondió mi mami —, realmente no recuerdo bien. Ahora se encuentra abandonada.
—Sí, querida —habló papi afirmando lo que mami dijo —la mansión pertenecía a la familia Potter, pero tiene poco más de diez años de que fue abandonada. En esa época tu madre y yo nos encontrábamos fuera de Inglaterra a causa de la guerra que se desarrollaba en el país, así que no sabemos a ciencia cierta que sucedió realmente. Sin embargo sé que cuando los Potter murieron, El Señor Oscuro también murió y la guerra terminó.
—Pero, ¿Por qué sigue abandonada? —quise saber.
—Tal parece que la maldijeron, aunque también se dice que habitan espíritus naturales.
— ¿Espíritus naturales? ¿Son como Totoro, papi? —pregunté con mis ojos brillando de la emoción al descubrir cosas que no conocía.
— ¿El del cuento? Creo que podría ser. Los espíritus naturales o de la naturaleza son creador por la misma magia que libera las plantas y los animales, en ocasiones se proyectan en animales y criaturas antiguas. No son como los fantasmas, a diferencia de ellos los espíritus naturales rara vez se dejan ver. Yo jamás he logrado ver uno por más que lo he intentado.
— ¡Vaya! —estaba feliz de saber cosas interesantes para mí, pero —papi, ¿los espíritus pueden ser tocados?
—supongo que sí, hijo.
— ¿Por qué, hijo? —Quiso saber mi mami —No pensaras ir nuevamente ¿verdad? Es peligroso, además de ser propiedad privada sin importar si está o no abandonada.
—Lo sé mami —no quería que se preocupara —solo tenía curiosidad por saber de la mansión.
—Esa curiosidad puede llegar a ser muy peligrosa —dijo mi papi con el ceño fruncido.
—Es normal en los niños y aunque nuestro dragón a veces parezca más grande sigue siendo un niño — dijo mami a papi.
—No se preocupen papi, mami. No iré —mentí — pero si quisiera poder salir a los jardines de la casa, me aburro mucho dentro.
—Está bien, hijo —aceptó mi mami —sólo ten cuidado, sabes que aún no tienes permitido usar magia y pueden haber peligros en la casa, de ser así llama a Dobby, él te cuidara.
—Gracias mami. Puedo retirarme, ya he terminado — ambos aceptaron, me despedí con una sonrisa inocente antes de levantarme y salir.
∞φ∞
— ¿Crees que nos esté diciendo la verdad? —cuestionó Lucius cuando su hijo había salido del comedor.
—Sinceramente, no, pero hay que darle el beneplácito de la duda — sonrió Narcissa mientas estiraba su brazo para tomar la mano de su esposo —recuerda que Draco a pesar de todo es un niño y un Malfoy.
—Lo sé, sin embargo…
—Además —interrumpió su esposa —le he colocado un hechizo localizador en caso de que vuelva a ocurrir lo ayer.
Lucius sonrió.
—En ocasiones se me olvida con quien me he casado —le dio un ligero apretón a la mano que tenía sujeta antes de soltarla y continuar con su desayuno.
∞φ∞
Poco antes del medio día me dirigí al lugar donde Harry me había dejado. Lo encontré sentado cómodamente recargado contra la pared, con una pierna estirada y la otro semi-flexionada. En cuanto me vio se levantó.
—Creí que no vendrías —me dijo mientras se sacudió un poco el pantalón.
—Sin embargo, esperaste… por mí —eso me alegró y emocionó bastante y sin pensarlo me lancé como el niño que mami dice que aun soy para abrazarlo.
Harry al ver mi acercamiento peligroso para él, se movió con la agilidad de un buscador de Quidditch logrando esquivarme sin tocarme. Yo obviamente di contra la pared en la que Harry se había estado recargando.
— ¡Auch!, eso dolió —me quejé mientras me sobaba la cabeza.
—Ya te había dicho que no podías, más bien dicho que no debías tocarme. —Me regañó Harry con una linda sonrisa —Levántate, anda. Sígueme, iremos al lago —sin esperar respuesta comenzó a caminar igual que el día anterior.
Esta vez no entramos a la casa. Lo bueno, no sé si quiero volver a entrar. Caminamos hacia la parte trasera de la casa.
De camino a aquel lugar un espíritu se interpuso entre Harry y yo.
—Mago asqueroso, aléjate de Harry —dijo aquel espíritu mostrándome una cara perversa, eso me asustó un poco.
Harry se movió un poco hasta estar delante de mí, impidiendo que el espíritu se acercara más a mí.
—Ron, déjalo. Es mi amigo, yo le pedí que viniera conmigo —le dijo Harry a el espíritu —anda vete. Estaré bien —sonrió Harry —si no lo haces iré por Hermione y le diré que no has cumplido con tus obligaciones.
El espíritu de nombre Ron se transformó en una comadreja.
—No te atreverías, Harry.
—Si sigues molestando a mi amigo no me quedará de otra —Harry parecía en confianza hablando con esa comadreja.
—Yo también soy tu amigo —la comadreja parecía molesta así que cuando me miró fijamente me asustó más que antes —mago, por favor te pido que no toques a Harry — asentí con la cabeza y sin más se fue corriendo.
Harry volvió a iniciar la marcha.
Yo tenía curiosidad y no dejé de ver el punto por donde se había ido el espíritu hasta que la curiosidad me venció y tuve que hacer la pregunta.
— ¿Quién era él?
—Es un espíritu que vive en este lugar, antes vivía en un bosque hasta que esté fue destruido por los humanos. No te preocupes por lo que diga, es inofensivo, aunque a diferencia de a mi él si puede tocarte.
— ¿Por qué el sí puede tocarme y contigo es diferente?
—Por eso mismo, yo soy diferente. Yo soy un caso especial.
Seguimos caminado sin decir nada por un largo rato.
— ¿Por qué usas un antifaz? —pregunté tiempo después.
El no respondió así que seguí insistiendo todo el camino hasta llegar a un pequeño lago.
—Por nada en especial —mencionó después de perderse un poco mirando al frente. Me miró y sonrió —sería mejor si lo olvidas.
— ¿Cuántos años tienes? — le pregunté ahora.
—Pocos. Más que tú, pero pocos aun así — volvió a sonreír y no volvió a contestar a ninguna de las preguntar que le hacía.
Aun así y con todo lo que pasó en el día yo estaba muy feliz.
A partir de ese día nos veíamos casi a diario, en el mismo lugar.