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Anima vitale vinculum por Karura

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Notas del capitulo:

Muchas gracias a quienes leen este fanfic, me alegra saber de que les gusta mi historia, tengo que decirles que tal vez este no sea un capítulo muy feliz, sucederán cosas que los dejarán preparados para el siguiente capítulo, espero que lo disfruten y comenten que les pareció, abrazos.

Disclaimer: Este fanfiction está basado en los libros de Harry Potter de la autora J.K Rowling, no representa en ningún caso robos del derecho de autor ni violación del mismo, es solo un y si hubiera... En las miles de posibilidades existentes.

 

 

Capítulo 11: “Lago congelante”

 

 

Harry y Draco aún se estaban vistiendo en la sala de los menesteres, rápidamente se ponían las ropas, esperando poder salir a tiempo sin que algún prefecto lo atrapara merodeando por los pasillos.

 

Harry no se puso la camisa, pasó de ella directamente al sueter y continuó poniéndose el abrigo… Draco alzó una ceja curioso.

 

-tu camisa ¿no vas a ponértela?

 

-no, toma quédatela. -Los plateados ojos del muchacho rubio, estaban perdidos en la prenda que sostenía Harry entre sus manos.

 

 

-pero, todavía no has aprendido como conjurar una nueva. -balbuceó incrédulo.

 

 

-no, no todavía, pero aún así quiero regalártela, así podrás dormir conmigo esta noche aunque no esté presente.

 

 

-vale, me la quedo.- dijo el joven sonriéndole cautivado, tomó la camisa llevándosela al pecho, mientras sus ojos lucían alegres y vivaces como si hubiera recibido un regalo navideño, el león lanzó un suspiro al contemplarlo… se veía tan adorable.

 

 

Harry cubrió a ambos con la capa de invisibilidad y avanzaron tomados de la mano cruzando las paredes de piedra. Una vez que salieron de la sala de los menesteres se dirigieron con pasos sigilosos por el corredor del séptimo piso y bajaron del mismo modo las escaleras hasta llegar a la planta principal, donde tuvieron que bajar otro par de ellas para llegar a las mazmorras, en todo el trayecto Harry había contenido su malestar en la parte baja de su retaguardia.

 

-tal vez deberías tomarte una poción para el dolor en cuando llegues…

 

-si y dormir boca abajo. -añadió Harry.

 

-te lo advertí ¿no?

 

-pero no creas que estoy arrepentido, por merlín fue… fue tan excitante, cuando tocaste ahí dentro… en… ese punto que…

 

-león… si sigues mencionando tan ardientes detalles, no creo poder dormir sin antes darle un buen uso a tu camisa.-amenazó tentador el joven rubio acariciando por sobre la tela del sueter las aureolas en el torso del moreno.

 

-¿un buen uso? ¿como cual? pensé que sólo la querías para dormir con ella.-musitaba atraído Harry, a la vez que rodeaba su cintura con sus brazos.

 

-sí y también para otras cosas, como por ejemplo: excitarme mientras aspiro tu aroma a sexo.-añadió Draco de manera presumida.

 

-eso no es justo, yo también quiero la tuya.-exigió Harry sonrojado.

 

-¿para olerla mientras te masturbas?… no sabes cuanto me pondría verte hacerlo.-desafió el rubio a escasos centímetros de su boca.

 

-entonces si en nuestro próximo encuentro lo hago ¿me darás tu camisa?

 

-hecho.

 

-bien, ahora quítatela.-ordenó el moreno ansioso.

 

-el trato era cuando lo hicieras, no antes…

 

-pero Dragón eso es jugar suci…

 

Ambos chicos se paralizaron al ver la cabeza de Pansy Parkinson asomándose por la puerta.

 

-chicos, lamento interrumpir su fascinante y caliente plática, pero van a tener que dejarla para la próxima, Draco entra ya, es urgente.

 

-………………….-ninguno de los chicos quiso hablar esperando que Pansy se fuera.

 

-óiganme ustedes dos, aunque no puedo verlos, sé muy bien que están ahí… a punto… de meterse mano y…

 

-cállate Pansy, ya voy…-siseó molesto y sonrojado el rubio.

 

-pues debes apresurarte, el prefecto está a punto de pasar lista revisando que estén todos.

 

-esta bien, en seguida entro. -La puerta se cerró dejando a ambos chicos sonrojados y sofocados dentro de la capa, al salir de ella Draco se quitó el abrigo, el sueter y finalmente la camisa.

 

-ten- dijo entregándosela…

 

Harry en respuesta lo atrajo de un sólo movimiento, besándolo sorpresivamente y fue gratamente correspondido.

 

La puerta volvió a abrirse y Pansy tuvo que taparse la boca para no chillar de emoción, era la imagen más sensual que había visto en su vida, se veían tan lujuriosos y sexys, como desearía haber tenido una cámara para capturar esa escena.

 

-¡¡etjum, etjum!! ¡apresurate!-avisó Pansy urgida.

 

-ya te dije que ya voy…¡por las serpientes!. -berreó el muchacho rubio.

 

-Dragón no quiero que tengas problemas, hazle caso… entra ya. -regañó Harry tomándolo de los hombros y empujándolo suavemente hacia la puerta.

 

-desayunemos juntos donde siempre, trae tu parte del ensayo.

 

-de acuerdo, hasta mañana Dragoncito, que descanses.

 

-lo mismo para ti león… dulces sueños.- Se despidieron a la rápida, con apenas tiempo de besarse otra vez, antes de que la puerta volviera a cerrarse.

 

Harry se quedó ahí parado, observando esa puerta adornada de serpientes con una sonrisa tonta en la cara, suspiró mientras olía la camisa de fina tela entre sus manos… toda ella olía a Draco. Suspiró una vez más y se puso la capa de invisibilidad encaminándose a la torre de Gryffindor.

 

 

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En la sala común de Slytherin.

 

-Draco Malfoy.- el prefecto leyó el nombre escrito en la larga lista, los presentes se giraron a mirar al nombrado.

 

-aquí, presente.- contestó con actitud fría.

 

El muchacho a cargo hizo un visto bueno sobre el pergamino y continuó leyendo la extensa lista de alumnos, Draco se retiró junto a tantos otros que ya habían confirmado su presencia.

 

 

-¿y? ¿cómo te fue en la cita?- curioseó Pansy con ansias.

 

-bien.

 

-¿solo bien? Esa no es una respuesta aceptable, anda no seas tacaño, cuéntame.

 

-Pansy ¿no te bastó con el espectáculo que viste?

 

-no, no estoy satisfecha, al menos dímelo en la escala de notas ¿fue una A (aceptable)? ¿una S (supera las expectativas)? O fue… -Sin terminar la conversación Pansy sonrió pícara al ver como el joven rubio suspiraba alegre y complacido, la careta fría cayó y empezó a reírse.

 

-fue una E de extraordinaria, pensó prácticamente en todo, viajamos en trineo, paseamos por un camino de pétalos de rosa rojo, almorzamos cerca del lago en una fina mesa con comida francesa…

 

-¡que más, qué más!.-apresuró la chica maravillada.

 

-hicimos muñecos de nieve y tuvimos una guerra de bolas de nieve también, comimos malvaviscos sentados frente a una fogata mirando el atardecer…

 

-malvaviscos… que recuerdos.

 

-¿verdad que si? Deberíamos intentarlo de nuevo con los chicos.

 

-es una idea estupenda- dijo ella entusiasmada y continuó.-¿y luego?

 

-eso fue todo.-cortó Draco haciéndose el ignorante, eludiendo a su amiga.

 

-mentiroso, por los rasguños que tenías en el torso puedo deducir que… esa cita terminó con broche de oro… hicieron cosas guarras ¿verdad?

 

-Pansy, no seas metiche.-regañó el joven alarmado.

 

-Hay Dragón, no seas tan pudoroso.-se rió ella.

 

-no es cuestión de pudor, es asunto de respeto… no voy a ir por ahí divulgando cosas íntimas que son sólo nuestras.-le dijo serio, ella también borró su sonrisa.

 

-bien, entonces procuren ser un poco más cuidadosos de no ser vistos por media escuela, par de tórtolos en celo… toma, para ti. -gruñó la Slytherin lanzándole a la cara una pequeña caja de terciopelo verde, Draco alcanzó a sostenerla antes que cayera.

 

-¿esto que es?

 

-amuletos para ti y Potter, considérenlo un regalo de navidad anticipado.

 

Draco abrió la delicada caja y encontró dentro un par de hermosas pulseras, ambas estaban hechas de cadenas de plata y en el centro tenían colgando la insignia de una serpiente y un león, alados, en los extremos tenían rubíes y esmeraldas simbolizando la casa de cada uno.

 

-son preciosos, nunca había visto unos así antes. -decía el rubio

 

-eso es porque antes no existían, Theo y yo hicimos el diseño…

 

-pero personalizar estos amuletos debió costarte un ojo de la cara.

 

-sí… sin embargo lo vale, ustedes están desprotegidos sin sus varitas.

 

-Pansy… en serio, no sé que decir… no debiste molestarte… además, ¿de donde diantres conseguiste el dinero? supongo que no tienes acceso a él después de lo de tus padres.

 

 

-y supones bien, cuando se enteraron que estaba aquí en Hogwarts, vinieron a por mi para llevarme de vuelta, como no sabia a quien acudir le conté a la directora y ella me ayudó a quedarme, pero como venganza papá me denegó todo, me dejó sin dinero, sin acceso a la cámara de Gringots… sin nada… excepto… mis joyas… fue lo único que me traje cuando escapé de casa junto con mi ropa y los libros de la escuela.

 

-entonces… ¿que hiciste con tus joyas?

 

-cuando escuché el rumor de que había una tienda en Hogsmeade donde personalizaban amuletos, se las pasé a Theo… las vendió a cambio de los materiales para hacer las pulseras.-explicó la muchacha bajando la mirada, Draco se quedó de piedra sin saber que decir, era una hermosa muestra de amistad… muy bien jugada.

 

-Gracias Pansy, de verdad gracias… le diré a Harry que son de parte tuya.

 

-es probable que piense que están malditas o algo…-rió Pansy.

 

-bueno, si eso pasa le haré entender lo contrario.

 

-a punta de besos.

 

-y cosas guarras.

 

-y después dices que la desvergonzada soy yo ¿quien te entiende?-en respuesta Draco se echó a reír, Blaise los miraba de lejos cerca de un ventanal, se sentía celoso de ver que Pansy había logrado tener su confianza tan pronto, se les veía divertidos, no sabía de lo que estaban hablando, pues escuchaba un zumbido molesto cada vez que se acercaba… seguro estaban usando muffliato.

 

 

 

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Harry llegó a su sala común y se alivió al no encontrar a alguien que le reclamara su retraso, entró a la habitación que compartía con Ron y Neville, ambos dormían… se puso su pijama y se acostó a dormir arrullado junto a la blanca camisa de Draco, llevó una de sus manos bajo la almohada descubriendo que había un trozo de papel ahí… curioso cerró las cortinas de su cama llevándose la lampara de aceite que había en la mesita de noche, ya que aún no podía conjurar un mísero lumus.

 

La hoja decía:

 

Harry, espero que hayas disfrutado de tu cita con Malfoy y hayan puesto en práctica los hechizos que les dejé, no hemos tenido mucho tiempo de conversar, pero quiero que sepas que puedes confiar en mí. Ron aún está dolido porque nos has estado evitando y aún más porque sabe que le romperás el corazón a Ginny, personalmente pienso que deberías ser sincero con ambos o vas a terminar lastimándolos.

 

Pasando a otro tema, ayer cuando fuimos a Hogsmeade escuchamos ciertos rumores relacionados con… mortífagos… ya te pondré al tanto mañana, espero que podamos reunirnos.

 

Tu amiga por siempre, Hermione.”

 

El joven que venció guardó la nota algo preocupado por aquellas últimas palabras… ¿mortífagos? ¿estaría vivo Voldemort? Pero si él mismo había visto su cadáver, era imposible que estuviera vivo ¿ o si? Se preguntaba con desasosiego… esa noche a pesar de tener la camisa del Dragón entre sus brazos, no tuvo dulces sueños, si no pesadillas que venían despertándolo cada dos horas sin dejarle dormir.

 

 

Al día siguiente Harry se levantó con pocas energías, los sueños que había tenido fueron abrumadores y extraños, soñó con bestias, con lugares desconocidos, soñó con los ojos rojos de un hombre que se ocultaba en las sombras… no era Voldemort, pero de recordarlo le daba escalofríos.

 

 

-Harry… ¿Estas bien?-preguntó Ron casualmente viéndolo de reojo mientras acomodaba sus ropas, secretamente se preocupó al verlo perdido en sus pensamientos, sentado sin ánimo en una esquina de la cama.

 

-Ron, sí, estoy bien ya me visto…-dijo el moreno sorprendido y nervioso.

 

-tuviste pesadillas, anoche te paseaste como cinco veces por la habitación… ¿seguro que estas bien?

 

-… creo que solo… estoy estresado.

 

-con cargo de conciencia querrás decir. -rebatió, ambos desviaron la mirada… un silencio incómodo se instaló entre ellos.

 

-…

 

-¿vamos a desayunar?. -intentó Ron tratando de romper el hielo del denso ambiente que había en el lugar.

 

-lo siento Ron, no tengo hambre, disculpame ¿si?

 

-¿por qué no simplemente dejas de mentir y me dices la verdad? Anda dí que vas a reunirte con él.

 

-sí, voy a reunirme con él ¿estas satisfecho?, ya estoy cansado de tener que hacer lo que los demás creen que es bueno para mi ¿y mis decisiones dónde diablos quedan? ¡¿dónde?!-bramó furioso Harry dejando salir parte de su estrés. Ron lo miró sorprendido y dolido, sin decir una palabra más tomó sus cosas y se fue dando un portazo que resonó en toda la sala común.

 

Harry se apoyó en el alfeizar de la ventana, respirando profundo para calmarse… necesitaba de la compañía de Draco, estar con él…

 

Se vistió y se dirigió con la parte de su ensayo a la torre de astronomía, donde Draco lo esperaba con el desayuno listo, claro, cortesía de Kreacher.

 

-buenos días León.-saludó Draco elegantemente besando su mano, pero al instante notó una fluctuación en sus emociones, se quedó estático observando sus ojos ojerosos y cansados.

 

-buenos días Dragón, vamos a desayunar.-correspondió el moreno sonriendo sin ganas.

 

-bien, pero primero tendrás que decirme lo que te pasa, luces decaído.

 

-… Dragón estoy bien, no me pasa nada.- aseguró Harry, no obstante, el rubio no le creía.

 

-si no me dices… no te mostraré lo que hay dentro de esta caja.

 

-¿qué es? Luce costosa.-dijo Harry estirando la mano para cogerla, Draco se lo impidió.

 

-ha-ha, no hasta que me digas la verdad León.-advirtió con gesto severo.

 

-esta bien, es solo que… anoche no pude dormir bien, tuve unas pesadillas… muy raras.

 

-¿de qué trataban?

 

-había mucho peligro, bestias que nunca antes había visto ni en libros… lugares lúgubres y una presencia… intimidante… era como las veces que soñaba con Voldemort, pero diferente… ¿y si es una premonición?

 

-no te sugestiones.-le decía el joven, aunque trataba de autoconvencerse a si mismo también.

 

-es difícil tratar de no hacerlo cuando sé que mione escuchó rumores en Hogsmeade… sobre los mortífagos…

 

Draco se rindió, echando los codos sobre la mesa y masajeándose las sienes.

 

-muy bien, tu ganas ábrela… después tendremos una charla que podría interesarte, pero solo si mantienes la calma ¿de acuerdo?.-propuso el rubio poniendo las reglas.

 

-de acuerdo.-aceptó intrigado Harry abriendo la caja. -… son bellísimas…-susurró anonadado al contemplar las pulseras de plata que estaban al interior del pequeño cofre verde.

 

-una es tuya y la otra es mía, son amuletos mágicos de protección, son únicas, no hay otras como estas en el mundo… fueron hechas por manos de artesanos alquimistas, déjame ponértela.-invitó Draco sonriendo ante el rubor de su amado.

 

-es un detalle muy hermoso, muchas gracias Dragoncito.- expresaba Harry alagado observando cada detalle.

 

-lamento decepcionarte, pero es un regalo para los dos de parte de Pansy… un regalo de jule, navideño o como quieras llamarle.

 

-¿de Pansy? ¿en serio?.-hizo una mueca preocupada.

 

-ella ya sabe sobre lo nuestro y nos apoya.

 

-¿estás seguro de que no están malditas?

 

-muy seguro.- aseguró Draco riéndose de la expresión desconfiada del moreno y añadió.- como muestra de su lealtad hacia mi, Pansy vendió sus preciadas joyas con tal de conseguir los materiales que se necesitaban para crear estas piezas… esas joyas eran lo único valioso que tuvo después de escapar de su mansión ¿comprendes?.

 

-¿escapar?

 

-tuvo problemas con sus padres, no la dejaron venir a Hogwarts este año.

 

-¿y eso por que?

 

-la estaban obligando a unirse a los mortífagos…-los ojos de Harry se iluminaron en el entendimiento, dejó que su novio continuara hablando.-cuando ella se rehusó, su padre la castigó severamente… con crucios… y la mantuvo encerrada en su habitación con conjuros mágicos.

 

-eso es... abominable… hacerle eso… a su propia hija.-dijo Harry frunciendo el ceño conteniendo su impotencia.

 

-sí, Pansy me contó que nunca la habían tratado así, que no parecía que fueran sus padres, comenzó a sospechar de que tal vez algo los estaba obligando a comportarse así…

 

-como… un Imperius.

 

-exacto, así que envió a su elfo doméstico a espiar por los corredores y éste escuchó algunas conversaciones... secretas…

 

-¿conversaciones? Acerca de qué...

 

-sobre que los mortífagos, se estaban reuniendo en el anonimato a la espera de un nuevo líder.- Al escuchar tal revelación Harry no pudo seguir quietamente sentado en su silla, comenzó a pasearse por la estancia con nerviosismo.

 

-entonces... eso es lo que se rumorea en Hogsmeade ¿lo sabrá el ministerio? ¿o la directora?

 

-no lo sé, es probable que lo sepan y estén callándolo como suelen hacer siempre, león creo que deberíamos mantenernos alejados de esto tanto como sea posible.

 

-pero… y si otra vez… ocurre una… una guerra, no lo soportaría Dragón… no quiero perder a nadie más.

 

Draco se levantó de la silla y se dirigió hacia él para calmarlo en un abrazo, sentía sus emociones resquebrajándose de dolor a través de sus núcleos, como si supiera qué hacer le acarició la espalda meciéndolo y reconfortándolo.

 

-aún si estamos en medio de otra guerra, estaré contigo… la soportaremos juntos, lo que haya que pasar lo haremos juntos ¿vale?

 

-no quiero que la halla… es demasiado doloroso.- la voz de Harry se quebró, sus ojos se llenaron de lágrimas que intentaba duramente contener.

 

-no tengas miedo, todo estará bien… tengo el presentimiento de que así será, ten calma mi león, todo estará bien.-le susurraba el joven rubio sintiendo como su tensión menguaba.

 

Ambos se quedaron abrazados en silencio, disfrutando del calor reconfortante del otro… hasta que una duda asaltó la mente del moreno.

 

-Dragón ¿como es que tu amiga Pansy logró escapar de su habitación si estaba custodiada por conjuros?

 

-verás… le pidió a uno de los elfos domésticos de su mansión que la transportara a Hogwarts, pero éste tenía órdenes estrictas de no dejarla escapar, entonces… ella que siempre los había detestado… y esto no se lo cuentes a nadie…- advirtió entrecerrando los ojos muy serio.

 

-adelante, continua-pidió Harry curioso.

 

-en su desesperación, le suplicó de rodillas…

 

-¿de rodillas? ¿a su elfo doméstico?

 

-sí y el elfo estaba tan conmocionado al verla, que accedió… puedo asegurarte que el desafortunado todavía debe estar auto castigándose por desobedecerle al padre de Pansy.

 

-te creo... Dobby lo hacía todo el tiempo…-dijo Harry soltando una pequeña risa que hizo sonreír a Draco.

 

Así pasaron el desayuno charlando, olvidaron los temas sobre conspiraciones, guerras y pesadillas, en cambio hablaron sobre el próximo baile de navidad, planes futuros para patinar juntos sobre el lago, costumbres muggles tanto navideñas como de año nuevo y sobre con quien pasarían las festividades, ambos tenían la intensión de pasarla juntos, pero Draco recibiría la visita de su madre y por su parte, tendría que dialogar con la familia Weasley acerca de su situación con Ginny… pensó en eso y decidió que después de entregar el ensayo con McGanogal hablaría con su futura ex novia.

 

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Harry se dirigió a la sala común de Gryffindor, era día domingo y la mayor parte de los alumnos estaba preparándose para las clases del día siguiente, buscó a Ginny preguntándole a algunos de los de su casa si la habían visto pasar, pero no sabían donde estaba.

 

-Harry te estaba buscando, tenemos que hablar sobre lo que te dejé escrito en la nota.-decía Hermione tomándolo del brazo y llevándoselo a una zona menos concurrida.

 

-mione, ya lo sé… hablé con Draco y obtuve más información… Pansy Parkinson escuchó hablar a sus padres acerca de que los mortífagos se están reuniendo a la espera de alguien que los va a guiar.-explicó Harry entre susurros, Hermione asintió conteniendo el aliento.

 

-es lo que escuchamos Ron y yo…

 

-¿Ron también lo sabe?

 

-estábamos en las tres escobas y a Ron se le cayó la cerveza de mantequilla en la ropa, cuando íbamos de camino a los baños escuchamos tu nombre en una conversación que tenían dos tipos sospechosos al final del pasillo, nos quedamos en una de las esquinas escuchando… se están reuniendo, es como dices… no creo que se trate de…¿no te duele la cicatriz?

 

-sé lo que estás pensando, pero no, no es Lord Voldemort, él está muerto…

 

-entonces quien…

 

-no lo sé y no pretendo averiguarlo Mione, lo único que quiero en estos momentos es tener la suficiente valentía para enfrentar a Ron y Ginny y decirles que amo a Draco Malfoy con todas mis fuerzas, me da lo mismo si me tachan de loco, enfermo u homosexual… yo solo, quiero ser feliz ¿entiendes? Al diablo los mortífagos y los problemas del ministerio… ya no me importa.-terminó de decir entre lágrimas, Hermione no aguantó más y lo abrazó consolándolo.

 

Hermione sabía que los rumores acerca de los mortífagos, tenían que ver directamente con la profecía que había visto Trewlaney hace unos días atrás, todo estaba conectado a ello, la relación amorosa de él con Malfoy, las hadas luminiscentes, el despertar del viejo árbol, el ritual inacabado y quien sabe cuantas cosas más… era casi insoportable para ella tener tanta información sin poder compartirla, cuanto deseaba decirle… pero debía esperar las señales que darían inicio a la tercera parte del ritual y lo peor de todo es que no sabía de que trataban.

 

-¿dónde esta Ginny?

 

-salió a terminar un trabajo de encantamientos con luna, volverá para la hora de almuerzo ¿la esperarás?

 

-sí, voy a enfrentarla en cuando llegue.

 

-intenta ser sutil, sólo di lo justo y necesario para no herirla.

 

-incluso si lo hago terminaré lastimándola ¿le fui infiel sabes?

 

-si sacas a colación ese tema será peor, vas a tener que medir tus palabras Harry.

 

-me estoy poniendo nervioso…

 

-tranquilo, lo harás bien ¿por qué no me cuentas como te fue en la cita?-se le ocurrió preguntar a la muchacha, el cambio en la expresión de Harry fue automático, sonrió radiante al recordar a su Dragón.

 

-fue increíble, Hagrid nos prestó su trineo con perros siberianos y dimos un paseo veloz por la nieve, tendrías que haber visto su cara cuando partimos, fue tan gracioso y después…-Hermione sonrió encantada por todas las cosas y preparativos de su cita, se rió con la parte en la que contó que al muñeco le faltaba la nariz y la guerra de bolas de nieve, sin duda pensaba que ambos a pesar de ser tan diferentes, eran el uno para el otro, se alegró profundamente por la felicidad de su amigo.

 

Lo que ninguno de los dos supo fue que Ron los había estado observando desde el balcón del segundo piso y había escuchado todo… la expresión de su rostro denotaba lo preocupado que estaba por Ginny y como se tomaría las cosas, suspiró de agobio, quería a Harry, pero también a su hermana pequeña.

 

-Voy a esperarla afuera, tenemos que hablar en un lugar donde nadie pueda interrumpirnos y chismear.

 

-ese es un buen punto, bastante considerado.-dijo Hermione con nerviosismo.

 

La hora del almuerzo había llegado y Ginny en compañía de otros Gryffindor volvían a la sala común… toda charla cesó cuando vieron a Harry esperando apoyado junto a la puerta con el retrato de la dama gorda.

 

El semblante entre ellos era lo bastante serio como para intimidar a cualquiera, los demás optaron por entrar dejándolos solos arreglando sus problemas, aunque después lo comentarían con las otras casas, “que el joven que venció estaba dándole calabazas a Ginny Weasley para salir con Malfoy”

 

-¿qué es lo que quieres?

 

-charlar.

 

-sobre que.-dijo la pelirroja cortante.

 

-¿nosotros?-preguntó Harry como si fuera obvio.

 

-tengo que estudiar, no tengo tiempo.-dijo ella encaminándose a la puerta, pero él la tomó del brazo lo más “sutil” que pudo.

 

-Harry suéltame.

 

-no hasta que me hayas escuchado.

 

-pues habla ya.-dijo abrumada.

 

-no aquí, acompáñame Ginny.-dijo Harry sin animo.

 

-esta bien.-le contestó mientras lo seguía por los pasillos.

 

 

Llegaron a uno de los balcones que estaba al bajar las escaleras que llevaban a la zona Gryffindor, no había nadie allí… era el lugar perfecto.

 

-¿y bien?

 

-Ginny, eres una chica hermosa, con muchas cualidades admirables, pero…

 

-¿pero?-inquirió ella cerrando los ojos como si esperara recibir un golpe.

 

-Ginny… lo… lo nuestro… no… yo no…-Harry se hizo un enredo de palabras sin saber como comenzar…

 

Entre toda la confusión de no poder entender a su “novio”, Ginny contempló una cadena de plata que brillaba en su muñeca.

 

-¿que es esto?-preguntó ella tomando la cadena para apreciarla mejor, Harry sorprendido la miró sin saber que decir.

 

-¿quien te dio esto?

 

-Draco.-contestó él.

 

-¡quítatela Harry!.-exclamó preocupada.

 

-¿qué? ¡no lo haré!.-dijo intentando forcejear con la muchacha pelirroja que tiraba de la cadena por el lado contrario.

 

-¡puede estar maldita, es peligrosa!

 

-no seas ilusa, es un amuleto ¡por favor suéltala, vas a romperla!-bramó furioso Harry.

 

Entre todo el forcejeo de pronto la cadena ya no estaba más con el joven de la cicatriz, sino en las manos de Ginny que contempló atónita la pulsera en su puño descubriendo que la había roto…

 

-devuélvemela.-ordenó el joven con voz amenazante y una mirada que la pelirroja nunca había visto antes… Harry estaba furioso.

 

-yo…-empezó nerviosa, retrocediendo en sus pasos.

 

-¡devuélvemela!.-le gritó esta vez.

 

-¿has estado saliendo con él a mis espaldas?.-cuestionó dolida gritando en medio de un sollozo.

 

-si Ginny… lamento no haber tenido el valor suficiente para contártelo antes… -se disculpó en susurros, intentando calmarse al ver sus lágrimas.

 

-eres un hipócrita, me usaste, me engañaste todo este tiempo, ¡eres de lo peor! ¡te odio!

 

-sí, tienes todo el derecho de odiarme, lo que te hice fue horrible y lo siento si te estoy hiriendo, pero... yo... no puedo fingirte un amor que no siento, no puedo amarte a la fuerza… ahora Ginny... devuélveme esa cadena, te lo suplico.-confesó intentando acercarse a ella para quitarle la pulsera plateada de la mano.

 

-estamos rompiendo ¿y lo único que te interesa es recobrarlo? ¿como puedes ser tan insensible? ¿como pude enamorarme de alguien como tú? ¿lo quieres? ¿he? ¡Pues mira lo que hago con tu estúpido brazalete!.-Ginny estaba llena de rabia y resentimiento, sin ni una pizca de titubeo arrojó con toda su fuerza la cadena por el balcón… Harry se asomó por la barandilla viendo aterrado como caía a las profundas aguas del lago.

 

El joven se giró a mirarla lentamente con la mandíbula apretada por la ira y los ojos anegados en lágrimas.

 

-se acabó… hemos terminado.-declaró colérico encaminándose a toda prisa hacia las afueras para ver si podía rescatar la cadena antes que cayera más profundo, pero se cruzó con alguien en el camino… alguien...

 

-Hola león ¿a donde ibas con tanta prisa? ¿todo bien?.-preguntó Draco al notar las emociones de Harry golpeándolo con abrumadora fuerza… contempló sus ojos vidriosos como si hubiese estado llorando…y empezó a preocuparse.

 

-sí, solo… pasé un mal momento, iba de camino a buscarte ¿vamos a almorzar? Muero de hambre.-mintió Harry esquivándole la mirada, el rubio lo miró inquisitivo entrecerrando los ojos con seriedad…

 

“está fingiendo… pero… ¿por qué?”-pensaba el joven atribulado.

 

-¿por que estás tan nervioso?

 

-no estoy nervioso.

 

-¡por Salazar! Como si no te conociera, conozco todos tus estados de animo como la palma de mi mano, anda, suéltalo ¿que pasó?

 

-nada Dragón, se nos hace tarde, vámonos ya a almorzar.-invitó Harry tomándolo del brazo, la mirada astuta de Draco se posó en la muñeca del joven…

 

-¿donde está tu cadena?

 

-… la… olvidé en mi habitación-se inventó una excusa poniéndose sin querer aún más nervioso.

 

-no me mientas… Harry ¿qué pasó con la pulsera?… dime la verdad… ahora mismo.-ordenó con voz peligrosamente seria arrastrando las palabras.

 

-la perdí…

 

-¡¿cómo que la perdiste?!-exclamó indignado tomándolo de la solapa de su capa.

 

-yo… lo siento no quise…

 

-¿como ocurrió? Quiero la verdad… toda ¿me escuchaste?

 

Harry respiró profundo con el estómago hecho un torbellino, ver el otro lado negativo de su Dragón no era nada agradable.

 

-Ginny… me la quitó pensando que estaba maldita y… la arrojó al lago desde la torre de Gryffindor.

 

-esa perra… -masculló Draco enfurecido, tomando marcha hacia la sala común de los leones para poner a esa chica en su lugar, Harry lo detuvo colocándose frente a él y tomándolo con fuerza de los hombros.

 

-¡alto! Te prohíbo que intentes cualquier cosa en su contra y menos que la llames de esa forma.

 

-¿que acabo de escuchar? ¡la estás defendiendo!… ¿justificas lo que hizo?-bramó sintiéndose herido.

 

-por supuesto que no la estoy justificando, pero le dije bastantes cosas que la enfurecieron, estaba resentida y dolida, fue un arranque de ira.

 

-oh! ¿y porque fue un arranque de ira permites que pisotee lo que Pansy con tanto sacrificio nos regaló? ¿vas a dejar que las cosas se queden así como así?

 

-Draco… por favor… no empecemos una pelea… no es el momento

 

-¡es que me irritas! ¿qué tienes en la cabeza? ¿tan poco significa para ti lo nuestro que no eres capás de defenderlo? ¡Me decepcionas joder!-le gritó perdiendo la paciencia.

 

-bien… volveré a encontrarme contigo cuando estés más calmado, te pusiste insoportable.-expresó Harry en un tono frío e hiriente.

 

-¿sabes qué? ¡jodete Potter!-exclamó Draco con desprecio empujándolo y alejándolo de sí.

 

-¡deseo lo mismo para ti Malfoy!-contestó el moreno con veneno y dio la media vuelta para alejarse de allí lo más rápido que pudieron llevarlo sus pies.

 

Cuando el joven albo vio que estaba fuera del alcance de su visión, permitió que las lagrimas contenidas arduamente rodaran por sus mejillas, se mordió los labios con fuerza mientras sentía que su mundo se desmoronaba cayendo en picada… ¿como se podía haber ido al paraíso y estar en el infierno en solo unos segundos?… golpeó con furia uno de los muros maldiciendo y se quedó apoyado ahí hasta que por el rabillo del ojo, pudo notar a unos alumnos que lo contemplaban atónitos, nervioso corrió hasta que llegó a las mazmorras donde se encontró a Pansy, que al verlo tan abatido no hizo más que llevarlo a su habitación y envolverlo en un abrazo.

 

 

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“ahora lo he perdido también a él… soy un estúpido”-pensaba el joven de la cicatriz mientras corría sin rumbo… cuando se dio cuenta estaba en la entrada del castillo, jadeando y sollozando, con sus ojos verdes enrojecidos y empapados… algo en todo su ser dolía como un hechizo cruel y letal, no podía soportarlo.

 

-¿que hago ahora? No quiero perderlo… lo amo demasiado.-decía para si mismo buscando respuestas sin encontrarlas, hasta las hadas luminiscentes parecían haberlo abandonado.

 

Su mirada se enfocó en el lago en las afueras… aun no estaba congelado… todavía podía salvar la cadena.

 

-Harry ¿que haces aquí? Hermione te está buscando en la torre ¿estas bien?-le preguntó Neville que pasaba por ahí.

 

-sí, pero necesito que me ayudes con algo ¿puedes conseguir de esas braquialgas que use en el torneo de los tres magos?

 

-si, claro, tengo muchas de ellas en mi colección de plantas.-dijo el muchacho algo confundido por la petición de Harry.

 

-pues, ve a buscarlas, te espero… ha Neville.

 

-¿dime Harry?

 

-no le digas a los demás que estoy aquí, por favor.-suplicó, el joven Gryffindor lo contempló pensativo y luego asintió…

 

Neville Longbottom había salido de la sala común llevando uno de sus frascos de Braquialgas oculto en la manga de su capa, de eso de había percatado Hermione cuando notó en el suelo junto a la puerta, una sustancia viscosa que seguramente se había escapado del frasco mal sellado.

 

-¿braquialgas? ¿para qué?.-decía Hermione oliendo el liquido viscoso.

 

En eso entró a la sala común una compungida Ginny que había estado llorando desde el fin de su discusión con el joven que venció.

 

-¿Ginny? ¿qué ocurre?-preguntó la castaña intentando abrazarla, pero la pelirroja la alejó de un manotazo.

 

-¿lo sabías cierto? Que esos dos tenían algo.-recriminó, Hermione sorprendida quiso decir algo, pero la chica Weasley la cortó.

 

-claro, era de esperarse, ustedes son amigos del alma, se cubren las mentiras y se guardan confidencias.

 

-Ginny, por favor mantén la calma y hablemos ¿si? ¿que fue lo que pasó?

 

-Harry terminó conmigo, porque está enamorado de Draco Malfoy…-se largó a llorar la pelirroja en el hombro de la castaña que una vez más debía fingir que no sabía nada sobre el asunto… suspiró profundo intentando consolar a su amiga.

 

-el… estaba usando una pulsera plateada… dijo que él se la regaló… para obligarlo a que me dijera la verdad de si me había engañado… se la quité y… cuando me confesó todo, me dolió tanto que arrojé la cadena al lago y él… estaba furioso, nunca lo había visto así antes… terminó conmigo Hermione.-volvió a llorar Ginny.

 

-arrojaste el brazalete que Malfoy le regaló a Harry… al lago… braquialgas… ¡Ho por dios! ¡oh por dios! ¡que no sea lo que estoy pensando!-exclamó la castaña desesperada.

 

-¿qué sucede?-preguntó la pelirroja anonadada por la reacción de su compañera, Ron también bajó las escaleras como un rayo cuando la escuchó gritar.

 

-mione ¿estas bien? ¿qué está pasando?

 

-ahora todo tiene sentido… Harry… Harry está a punto de sumergirse en el lago negro a buscar la cadena.

 

-¿que cadena?-preguntó el Weasley sin entender, Ginny se llevó una mano a la boca horrorizada.

 

-es mi culpa… esto es… mi culpa.

 

-no hay tiempo para lamentarse, tenemos que irnos ya, puede que todavía lleguemos a tiempo, pero por si acaso… ¡Ron lleva una manta gruesa y ponte una chaqueta para la nieve! ¡lleva una para Harry también!, Ginny ¿vienes con nosotros?

 

-Si-dijo ella.

 

-bien, consigue una cuerda y pociones descongelantes, de prisa no hay tiempo que perder.

 

Cuando todos obtuvieron lo que necesitaban, partieron corriendo a las afueras ante la mirada extrañada de algunos profesores y alumnos que recorrían los pasillos.

 

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En tanto…

 

-Hee… Harry ¿no crees que esto es peligroso? Las aguas del lago están a menos grados bajo cero en esta época, te dará hipotermia.-advirtió inseguro el muchacho dejando de remar al notar como el bote en el que iban se mecía con el oleaje provocado por la ventisca.

 

-no me importa.

 

Neville miró al chico con pena, durante el viaje éste le había contado sobre su relación amorosa con Draco y su reciente discusión con Ginny…

 

-Harry, no creas que voy a permitir que lo hagas ¡es una locura!.-decía Neville señalando las oscuras aguas con impotencia.

 

-Neville ya estamos aquí, además ¿recuerdas cuando en primer año te petrificamos en la sala común por querer detenernos?

 

-si-dijo Neville en un suspiro nervioso, parecía como si el bote fuera a volcarse en cualquier momento.

 

-sería capás de intentar petrificarte incluso si no tengo mi varita, así que ayudame ¿de acuerdo?

 

-¿y si no encuentras esa cadena?

 

-lo intentaré de todas formas, ¡Hagh! ¡Cof cof!-tosió al sentir la braquialga metiéndose en su sistema…

 

-Harry, regresa pronto en cuando sientas que te estas entumeciendo ¿vale? Tu vida es más importante que cualquier objeto.-Harry sonrió con dolor y palmeó el hombro de su compañero.

 

-Gracias por ayudarme en esto Neville, eres un gran amigo.

 

-no lo soy Harry, un buen amigo hubiera impedido que hicieras esto.

 

-pero estas aquí porque sabes que me importa… bien… ya es hora.

 

Harry se sacó los zapatos, los calcetines y la capa quedándose sólo en ropa escolar, se bajó del bote sintiendo el frío calarle los huesos al sumergirse bajo las aguas… Abrió los ojos y dentro pudo ver como sus braquias junto con los tejidos acuáticos aparecían. Se dirigió hasta el fondo del lago buscando roca tras roca, alga tras alga, por debajo del barro y la arena sin encontrar nada, continuó buscando incansablemente a pesar de que ya sentía sus músculos entumeciéndose.

 

En las afueras Neville se sentía nervioso, estaba comenzando a hacer más frío de lo usual, un frío viento de ventisca azotó la barca y cuando pensó que se volcaría con ella descubrió que había caído sobre una capa muy delgada de hielo… a medida que soplaba el fuerte viento, el lago completo se estaba solidificando, como si alguien hubiera recitado un hechizo congelante… se levantó como pudo contemplando asustado la escena y rápidamente buscó su varita para invocar un hechizo que derritiera el área en la que se había sumergido Harry.

 

-¡Harry! ¡Harry!.-gritó Neville invocando un lumus y sumergiéndolo en la abertura para que el chico lo viera, pero al instante tuvo que sacar la varita cuando el lago volvía a congelarse en segundos.

 

En las profundidades y ya dándose por vencido Harry miró hacia la superficie viendo una luz, subió lo más rápido que pudo notando como la temperatura descendía aún más… el dolor de cabeza lo estaba matando y su cuerpo se sentía muy pesado, al llegar a la superficie se encontró con un bloque de hielo obstruyendole el paso.

 

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-¡Harry! ¿dónde estas?-gritaban por su parte Hermione, Ron y Ginny buscando al joven que venció y a su vez contemplando horrorizados el lago de hielo.

 

-¿que diablos le pasó al lago?-dijo Ron caminando con pasos inseguros por la superficie congelada.

 

-esto no es normal, hasta hace unos minutos estaba en estado líquido.-jadeó Hermione al sentir el viento frío metiéndose en sus pulmones.

 

A lo lejos vieron a Neville que parecía estar desesperado buscando algo en el suelo.

 

-¡HARRYYYY!-gritaba el muchacho angustiado, los bloques de hielo no dejaban ver a través de él.

 

-no me digan que él está…-Ron miró hacia abajo y sintió como si se le hubiera escapado el alma del cuerpo.

 

-¡chicos! Harry está atrapado aquí abajo, no puedo sacarlo, el lago se congela una y otra vez aunque haga hechizos para derretirlo.-gritó Neville llamándolos.

 

 

-¿será un encantamiento? ¡Finite encantum!.-dijo Ginny, pero nada pasó.

 

-no es magia ordinaria…tiene que haber una manera….-decía Hermione mirando hacia todos lados intentando buscar un modo de sacar a Harry de ahí.

 

La bruja de cabellos castaños encontró una roca cerca de los peñascos y comenzó a agrietar la superficie con ella, al ver que estaba dando resultado los demás comenzaron a imitarla…

 

En el interior del lago, Harry se sentía cada vez más pesado, cerró los ojos viendo en su mente los ojos claros de Draco, no quería darse por vencido, quería vivir para poder pedirle perdón y decirle cuanto lo amaba, así que haciendo su máximo esfuerzo, luchó por no caer en la inconsciencia y por seguir buscando una salida… de pronto vio claridad entrando por un quiebre entre los bloques… la claridad se hacía cada vez más grande, pero ya no le quedaban fuerzas para seguir manteniéndose a flote, las piernas y los brazos ya no le respondían…

 

“por favor, solo un poco más… magia, espíritu del bosque, dios o quien seas, te lo suplico… quiero vivir… quiero vivir para hacer feliz… a quien amo” fue lo último que pensó con tristeza infinita antes de perder el conocimiento…

 

Debajo del lago congelado las sirenas y otras criaturas, habían huido al notar el cambio abrupto en la temperatura del agua, era una clara señal de peligro y como tal obedecieron a sus instintos de supervivencia, lo único que quedó en el fondo fue barro, musgo y algas, las cuales comenzaron a reaccionar ante el llamado de magia pura que emitía el chico a través de sus congelados poros, crecieron irguiéndose hacia donde estaba y comenzaron a llevarlo a la superficie cerca del bloque del hielo roto desde el cual salía un haz de luz.

 

 

-¡ahí está, lo tengo!.-gritó Ron jalándolo de la mano, al tambalearse los demás tiraron de él para impedir que cayera también.

 

Cuando lo sacaron Harry estaba congelado y con los labios amoratados, las braquialgas habían perdido su efecto debido al congelamiento.

 

-¿está respirando?-preguntó angustiada Hermione, envolviéndolo en la manta caliente mientras Ginny hacía un encantamiento descongelador sobre el cuerpo del joven.

 

-si, respira, pero está muy débil, podría estar sufriendo hipotermia.-dijo Neville tomándole el pulso.

 

-hay que llevarlo a la enfermería cuanto antes.-llamó Ron.

 

-si!-dijeron todos.

 

 

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En tanto en las mazmorras…

 

-¿por qué está haciendo tanto frio de repente?-dijo un Slytherin observando como el vaho salía de su boca.

 

-no lo sé… es extraño.-decía otro chico soplando aliento cálido en sus manos mientras temblaba cerca de la chimenea.

 

Alejados, cerca de los ventanales Blaise y Nott charlaban...

 

-¿todavía están encerrados esos dos?-se acercó a preguntarle a Theo.

 

-si…

 

-¿sabes que le pasó?-preguntó el moreno.

 

-Draco entró hecho una furia y Pansy lo siguió intentando calmarlo… es todo lo que sé.-dijo Theo sin quitarle la vista al libro que estaba leyendo.

 

-tú y tu maldito voto de silencio…-regaño Blaise sintiendo preocupación por Draco.

 

Dentro de la habitación el joven rubio estaba sentado en una esquina de su cama, Pansy estaba a su lado acariciándole el brazo…

 

-¿qué esta mal?

 

-todo esta mal Pansy… todo se fue al carajo.

 

-explícate.

 

-la cadena que nos regalaste… la perdió.

 

-oh… ¿se la robaron?

 

-¡no que va, su noviecita comadreja la arrojó al lago!.-le gritó colérico.

 

-Draco calmate.

 

-¿como me voy a calmar si el muy idiota no hizo nada para ponerla en su lugar? ¡se compadeció de ella! y… me hizo sentir como si estuviera haciendo un tonto e infantil berrinche.-decía arrastrando las palabras con mala leche… estaba muy… muy cabreado.

 

-¿y acaso no es eso justamente lo que estas haciendo?-preguntó ella con una ceja alzada a la espera de una respuesta iracunda.

 

-¿también tu te vas a poner en mi contra? si es así vete.-le señaló la puerta.

 

-esta bien me iré, pero antes déjame decirte algo, sabes que Potter odia lastimar a los demás, es como si lo llevara en las venas, supongo que aún así decidiste involucrarte con él… ¿me puedes explicar entonces de qué mierda te estas quejando? Que le tenga lástima a la chica comadreja no quiere decir que la ame… cabeza hueca…

 

-pero tu cadena que tanto te costó…

 

-sí, era costosa, hermosa y efectiva, pero no era más que eso… una pulsera, pero los sentimientos Draco… son irreemplazables, ¿te duele estar separado de él?

 

-como no tienes idea.-dijo el muchacho sintiendo que le escocían los ojos.

 

-¿lo amas a pesar de sus defectos y de que sea un altruista sin remedio?

 

-sí, lo amo.

 

-entonces ve por él y no pierdas más tiempo pensando estupideces.

 

La chica salió en tromba de la habitación, él no hizo nada para detenerla… se quedó ahí tumbado en la cama sintiendo como aún su corazón roto palpitaba acelerado.

 

De pronto se incorporó de golpe, una sensación repentina lo golpeó desde su núcleo, se llevó las manos al centro del pecho como si estuviera sufriendo un paro cardíaco.

 

-Harry…-susurró casi sin aliento teniendo un horrible presentimiento, salió corriendo de la habitación, tenía que encontrar a su león a como diera lugar.

 

 

Theo y Blaise primero vieron salir a Pansy enfadada, rato después vieron salir corriendo a Draco, supusieron que era para pedirle disculpas lo que no les preocupó demasiado, aunque si sentían mucha curiosidad.

 

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Draco comenzó a buscar a Harry en la planta principal, pensó que al estar enfadado con él iría en busca de sus amigos para almorzar juntos, entró en el gran comedor recorriendo con la mirada cada una de las mesas sin poder hallarlo, algunos alumnos lo miraron con repudio, otros con curiosidad, pero no le importó… en ese momento lo único que tenía en mente era descubrir donde se había metido Harry, al pasar la vista por la mesa de los leones, extrañado se dio cuenta que también faltaban la mayor parte de sus amigos.

 

Los profesores en la mesa principal contemplaron al muchacho rubio que parecía desesperado buscando a alguien… ellos también se habían dado cuenta de que algo extraño estaba pasando en el colegio, las noticias acerca del lago negro congelándose en segundos pusieron en alerta a McGanogall… unos instantes después de que Draco se retiró, le llegó un mensaje vía lechuza, en la que Madame Pomfrey le contaba que habían traído a Harry Potter en estado de hipotermia y que las pociones no estaban haciendo efecto, para finalizar exigía su presencia inmediata, sin perder ni un solo segundo Minerva salió a paso apresurado rumbo a la enfermería ¿serían acaso esas las tan esperadas señales?

 

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

Gracias por leer, el capítulo próximo lo subiré lo más rápido que pueda, ya voy en la mitad, espero sus review que son gasolina para mi inspiración, abrazos.


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