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Anima vitale vinculum por Karura

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Notas del capitulo:

¡OH si!, tengo que advertirles que traigan pañuelos desechables o de tela porque van a llorar con esta montaña rusa de emociones, espero que les guste, se los dedico a todos quienes están leyendo este fanfic y me apoyan con sus comentarios, muchas Gracias, los quiero.

Disclaimer: Este fanfiction está basado en los libros de Harry Potter de la autora J.K Rowling, no representa en ningún caso robos del derecho de autor ni violación del mismo, es solo un y si hubiera... En las miles de posibilidades existentes.

 

 

Capítulo 12: “Sellamiento”

 

 

 

Draco comenzó a buscar a Harry en la planta principal, pensó que al estar enfadado iría en busca de sus amigos para almorzar juntos, entró en el gran comedor recorriendo con la mirada cada una de las mesas sin poder hallarlo, algunos alumnos lo miraron con repudio, otros con curiosidad, pero no le importó… en ese momento lo único que tenía en mente era descubrir donde se había metido Harry, al pasar la vista por la mesa de los leones, extrañado se dio cuenta que también faltaban Granger, Longbottom y los Weasleys.

 

 

Los profesores en la mesa principal, contemplaron al muchacho rubio que parecía desesperado buscando a alguien… coincidentemente ellos también se habían dado cuenta de que algo extraño estaba pasando en el colegio, las noticias acerca del lago negro congelándose en segundos pusieron en alerta a McGanogall… unos instantes después de que Draco se retiró, le llegó un mensaje vía lechuza, en la que Madame Pomfrey le contaba que habían traído a Harry Potter en estado de hipotermia y que las pociones no estaban haciendo efecto, para finalizar, exigía su presencia inmediata, sin perder ni un solo segundo Minerva salió a paso apresurado rumbo a la enfermería ¿serían acaso esas las tan esperadas señales?

 

 

Draco continuó buscando por baños, aulas, salones y bibliotecas sin poder hallarlo, de pronto comenzó a sentirse más agotado de lo normal y su visión comenzó a desenfocar, sentía que el cuerpo le ardía y que no podía estabilizarse, se aferró a una columna de piedra respirando a bocanadas, el miedo se apoderó de él cuando una nueva punzada de dolor le atravesó el pecho como si estuvieran intentando rompérselo con magia.

 

-¡HHHAG!-se quejó dolorosamente, pero aún así continuó avanzando, tenía que encontrar a Harry y asegurarse que estaba sano y salvo… incluso a pesar de su padecimiento, subió las escaleras a la torre de Gryffindor con toda la entereza que fue capás de reunir.

 

Vio que se acercaban un par de alumnos charlando, rápidamente se puso la capucha para no ser descubierto…

 

-estaba casi morado ¿lo viste?

 

-sí, parecía como muerto… ¿pero cómo se le ocurrió meterse en el lago? ¿quería suicidarse?

 

-tal vez sí, escuché que terminó con su novia.

 

-¿en serio termino con…?- las voces se perdieron escaleras arriba, no sabía de quien estaban hablando, pero no pudo evitar pensar que hablaban de su león… ¿y si le había pasado algo? ¿y si se había sumergido al lago para recuperar la cadena? Pensar aquello lo hundió más en la desesperación.

 

“no puedes estar tan loco como para haber ido a recuperarla ¿verdad?”-pensó Draco rogando en el alma para que eso no haya ocurrido.

 

 

Cuando llegó a la puerta de la Dama Gorda y se acordó que no tenía la contraseña, se llenó de impotencia, se sacó la capucha dejándose ver.

 

 

-déjeme entrar…

 

-¿un Slytherin intentando entrar en la sala común de los Gryffindor? Ni lo sueñes muchacho, aunque si tienes la contraseña accederé a regañadientes.

 

-no la tengo.

 

-entonces no puedo dejarte pasar, lo siento.-dijo la retratada, desconfiada.

 

-al menos déjeme saber si Harry Potter está sano y salvo ahí adentro.-intentó.

 

-eso tendrás que averiguarlo tu mismo cuando pases por esta puerta y ya sabes que sin contraseña eso no sucederá.

 

-por favor… se lo suplico.-dijo avergonzado, si tenía que humillarse para ver a Harry lo haría, ya no le importaba rebajarse y mandar a callar su orgullo.

 

El quiebre en la voz del joven, hizo que el retrato sintiera lástima de él, pero aún así no podía ni siquiera hacer una excepción… aunque sus intensiones hubieran sido buenas, no había nada que pudiera hacer por él.

 

De pronto Malfoy escuchó unos pasos a sus espaldas...

 

-¿vienes a visitar a tu noviecito Malfoy?

 

-McLaggen… por favor, dime la contraseña.

 

-¿qué te hace pensar que voy a dársela a un asqueroso mortífago como tú? No permitiré que ensucies mi casa con tus lodosos pies, esfúmate Malfoy, vuelve a tu nido de serpientes.

 

Los demás miembros de la pandilla comenzaron a burlarse y a reírse…

 

-al menos dime si lo has visto y está bien.-McLaggen dio un paso atrás asustado al ver como las lágrimas se acumulaban en los ojos plateados, sintió como si su preocupación hubiera tocado una hebra muy sensible de su interior.

 

-no te atrevas a mirarme de esa manera ¿vas a llorar como el marica que eres?-le gritó azotándolo contra una pared…

 

La Dama gorda que estaba viendo todo comenzó a alarmarse…

 

-ese… ¡ese no es un comportamiento digno de un Gryffindor joven McLaggen!.

 

-¡tú callate!-vociferó al retrato y volvió a enfocarse en el rubio que estaba siendo apresado por un hechizo inmovilizador contra la pared, mientras McLaggen le apuntaba con su varita en la garganta.

 

-no vale la pena pedirle ayuda a un matón como tú, que no entiende lo que es amar a alguien… estás vacío McLaggen.-sonrió Draco petulante, mofándose de él a pesar de su delicada situación.

 

-¡tienes razón! ¡estoy vacío, pero todo es por tu culpa! así que… no pidas piedad porque no la voy a tener, por más arrepentido que estés… no la voy a tener.-dijo el muchacho con ojos inyectados en odio y dolor.

 

Draco no sabía la razón por la cual McLaggen había terminado aborreciéndolo tanto, pero podía suponer que se trataba de algo que tal vez hizo bajo el mando de Voldemort y los mortífagos… algo horrible… las emociones que provenían de él se sentían como oleadas de ira tóxica, como un veneno mortal, como el padecimiento doloroso de una herida sangrando en carne viva.

 

El rubio no aguantaba más, quería dejar de percibir la pena y la rabia de su némesis, quería salir corriendo, pero su cuerpo no respondía, no podía controlarlo a voluntad…

 

-HAAGH!!-se quejó el joven Malfoy cuando sintió el golpe de un puño en la boca de su estómago, intentó recuperar el aliento mientras caía al suelo de rodillas, otro golpe cerca de las costillas lo mandó al suelo, los amigos del Gryffindor comenzaron a asustarse al ver que lo estaba golpeando a lo Muggle.

 

-¡McLaggen para! ¡Nos vamos a meter en un lío!

 

-¡no me importa que me expulsen! ¡voy a darle lo que se merece!-exclamó de nuevo pateándolo en la espalda mientras el joven de Slytherin hecho un ovillo, intentaba protegerse con sus brazos.

 

La Dama gorda Horrorizada se puso a chillar cuando vio que el rubio en su desesperación por defenderse lo agarró de la camisa y le mandó un certero golpe en la mandíbula, ambos rodaron por el piso intentando ganar el dominio del otro, mientras los otros chicos se debatían entre detener a su líder o huir del lugar.

 

-¡nos van a castigar, detente de una vez!-le dijo Peter tomándolo de los brazos para impedir que terminaran reventándose a golpes.

 

El muchacho se detuvo después de darle una última patada en las costillas y mirando nerviosamente de un lado a otro, se levantó corriendo con su séquito lo más lejos posible del lugar.

 

La retratada de la sala común de Gryffindor sin saber muy bien qué hacer más que gritar por ayuda, llamó la atención de los otros cuadros que empezaron a correr la voz de pasillo en pasillo.

 

Draco apenas respiraba, la alfombra del suelo estaba manchada con su propia sangre, su visión cada vez era más borrosa mientras que sentimientos pesados de culpa, preocupación e impotencia se apoderaban de todo su ser… quería levantarse para seguir buscando a Harry, pero su cuerpo… a pesar de todos los esfuerzos que ponía en ello, no le respondía, sin poder evitarlo una lágrima bajó por su rostro, mientras sentía como si la energía se le estuviera escapando por los poros… sus parpados cansados comenzaron a cerrarse en contra de su voluntad y tan pronto como ello ocurrió, cayó en el mar de la inconsciencia.

 

 

 

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En tanto en el bosque prohibido, rodeando al gran árbol sagrado se encontraban la mayor parte de los centauros, auxiliando con su magia a las pequeñas hadas luminiscentes que aún permanecían con vida tras ser azotadas por la fuerza de la ventisca, el árbol se estaba debilitando y ya no tenía su campo de magia para protegerlas lo que evidenciaba que algo en la armonía del ritual no estaba bien.

 

-alguien está tratando de impedir que los muchachos lleven a cabo la última parte del ritual, está debilitando los núcleos de ambos para poder cortar sus lazos… si eso sucede antes de que haya ocurrido la tercera parte, ambos podrían…

 

-ambos podrían morir… lo sé Firenze, lo vi hace algunas noches cuando las estrellas aún brillaban.-dijo Bane dándole la razón al otro centauro.

 

-tengo que ir a advertirles del peligro, o peor aun puede que ya lo estén.

 

-y es por eso que el gran árbol sagrado se ha debilitado, llévate a una de las Hadas, ella te ayudará a encontrarlos de inmediato, Firenze debo advertirte, la magia protectora de Hogwarts está demasiado inestable.

 

-lo tendré en cuenta Bane, solo espero no llegar tarde.

 

Firenze preocupado galopó hacia el castillo llevando entre sus manos al hada que había tenido mayor contacto con los elegidos durante esa semana, cabalgó contra los fuertes vientos y la nieve enterrándose como flechas de hielo…

 

A la mitad del camino un gran bloque congelado se levantó del lago impidiéndole pasar, se dirigió a la derecha, también a la izquierda y nuevos muros se levantaron de la nada.

 

 

 

-sé que no te quedan muchas fuerzas, pero esto es de suma urgencia, necesito que llegues al castillo y busques a los jóvenes Potter y Malfoy, usare mi magia para enviarte protegida hasta la entrada, luego todo dependerá de ti.

 

-no tengas duda de que lo haré, los buscaré y si están en peligro… buscare ayuda para ellos.

 

-escuchame sabia Hada, es importante que ellos permanezcan tan juntos como sea posible, cuando eso ocurra la magia ancestral sabrá que hacer.

 

-de acuerdo, enviame ahora Señor Firenze, no hay tiempo que perder-decía la pequeña hada con preocupación observando el castillo.

 

 

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En la biblioteca…

 

-¿qué están haciendo aquí? ¿no van a almorzar?-preguntó Theo observando a sus compañeros que estaban sentados junto a él.

 

-¿has visto a Draco? No puedo encontrarlo.-decía Blaise con gesto frustrado.

 

-al principio cuando lo vimos en el gran comedor, pensamos que vendría a almorzar con nosotros, pero de repente se fue sin más y nos preocupamos.-explicó Pansy.

 

-no, no se ha pasado por aquí ¿qué ocurrió en la habitación Pansy?

 

Pansy se mordió los labios debatiéndose entre si contarle a Blaise o no acerca de la relación entre Draco y Harry… miró a Theo que se hizo el desentendido.

 

-Blaise… el Dragón y Potter… están saliendo.-susurró Pansy.

 

-¿¿¡¡qué!!??-exclamó Blaise y recibió la llamada de silencio de la bibliotecaria, llevándose la atención de otros alumnos que estudiaban fervientemente de cabeza en sus libros.

 

-Blaise no hagas un escándalo, nosotros ya lo asumimos, no es tan terrible-dijo Theo saliendo de su lectura.

 

-¿y cuando pensaba decírmelo a mi? ¿nunca? Vaya amigo tengo.

 

-tal vez es porque sabía que reaccionarías así, admítelo, no ibas a tomártelo muy bien… después de todo es Potter de quien se enamoró… Potter…-decía Pansy nerviosa.

 

-… bien ¿qué le hizo el desgraciado? Draco no se veía muy feliz cuando salió de esa habitación.

-seguramente fue a disculparse.

 

-¿disculparse? ¿Draco?-preguntaba Blaise incrédulo.

 

-mira ocurrió un lío con unas pulseras que le regalé a los dos, la comadreja Weasley se la rompió a Potter y Draco lo supo, entonces…

 

-alto Pansy, no entiendo un pepino de lo que hablas ¿puedes explicarme paso a paso lo que sucedió?-pidió Blaise tomándola de los hombros.

 

-yo también quiero saber ¿cómo es eso de que le rompió la pulsera?-preguntó Theo con frialdad, Pansy se mordió los labios aún más nerviosa.

 

-primero que todo, yo les hice un regalo anticipado de navidad, unas pulseras amuletos para la protección, por lo que…-Ella se detuvo al ver que Blaise parecía no prestarle atención, tenía la vista pegada en la ventana de la biblioteca.

 

-¿pasa algo Blaise?-preguntó preocupado Theo levantándose de la silla para seguirlo hacia la ventana, Pansy hizo lo mismo…

 

-es que… me pareció ver… como una luz en la ventana, allí está ¿la ven?

 

-es un hada luminiscente.

 

-¿qué hace afuera con esa tormenta de nieve?

 

-pareciera como si estuviera desesperada por entrar.-dijo Theo, los tres se miraron y abrieron un poco la ventana dejando una ranura donde pudiera pasar.

 

Blaise la tomó entre sus manos entregándole algo de calor, poco a poco el pequeño ser comenzó a recuperarse, se levantó de un brinco y se elevó revoloteando presurosa de un lado a otro dirigiéndose a la salida de la biblioteca… al ver que el trío no tenía intenciones de seguirla, fue de nuevo con ellos revoloteando a su alrededor.

 

-¿qué es lo que quieres pequeña?-dijo Blaise observando el diminuto rostro preocupado del Hada que comenzó a jalarle la capa con todas sus fuerzas.

 

-¿quieres que te sigamos?-preguntó Pansy atónita, viendo que la pequeña criatura se ponía eufórica.

 

-¿para qué querrá un Hada que la sigamos? No creo que se trate de una broma.-dijo Theodore inquisitivo.

 

Los tres se miraron y optaron por seguirla fuera de la biblioteca, avanzaron por los pasillos y subieron escaleras, algo llamó la atención de los tres muchachos, todos los retratos cuchicheaban y corrían preocupados de allá para acá.

 

-¡el chico tiembla en fiebre!-se escuchaba a uno de los retratos alarmados.

 

-¡recibió una paliza terrible!

 

-pobre muchacho, no es un mal muchacho, no lo es-sollozaba una mujer campesina de uno de los cuadros junto a su esposo que le brindaba consuelo.

 

Cuando se estaban acercando a la entrada de la sala común de Gryffindor vieron a los retratos de Severus Snape y Albus Dumbledor pasando de retrato en retrato.

 

-¿pero qué diablos está pasando? ¿profesor Snape? ¿ex director Dumbledor?-cuestionó Theo sin entender lo que pasaba, hasta que escuchó el grito de Pansy que corría hasta el cuerpo de Draco, que temblaba en fiebre.

 

-¡por aquí! ¡Blaise, Theo!-chilló Pansy al borde de las lágrimas, la Dama Gorda en shock no hacia más que taparse la boca con tristeza.

 

-¡Draco! ¡DRACO!-exclamó Blaise intentando despertar al joven que estaba mojado en sudor y temblaba entre sus brazos.

 

-lleven al muchacho a la enfermería, no hay tiempo que perder.-bramó el anciano Albus preocupado.

 

-díganle a Madam Pomfrey que revise su núcleo lo más pronto que pueda, es posible que necesite una transfusión de magia.-habló el retrato de Snape a los muchachos.

 

Ante el bullicio en las afueras de la sala común de los Gryffindors estos salieron a ver porque gimoteaba la Dama Gorda y contemplaron atónitos como Blaise cargaba a un inconsciente Draco Malfoy en sus brazos.

 

Casa Slytherin y casa Gryffindor se contemplaron expectantes…

 

-¿que le pasó?-preguntó Dean Tomas preocupado.

 

-eso mismo quisiéramos saber.-dijo Pansy con desconfianza.

 

-yo sé lo que pasó.-dijo la Dama gorda sollozante.

 

-habla-exigió Theo.

 

-él había pedido entrar, pero no tenía la contraseña, así que le dije que no, hasta me suplicó, buscaba al joven Potter, entonces apareció el joven McLaggen con sus amigos y… y… se pusieron muy violentos con él y… lo golpearon hasta el cansancio.-decía llorando la mujer retratada.

 

-ese desgraciado…-masculló Blaise apretando la mandíbula.

 

-vámonos Blaise, tenemos que llevarlo a la enfermería ya.-dijo Pansy tocando la frente ardiente del rubio.

 

-¿en qué podemos ayudar? Alguien de nuestra casa ha faltado a las normas y no puede pasarse por alto…-dijo Dean avergonzado.

 

-comuniquen este hecho con su prefecto y el jefe de su casa, sabrán que hacer, por nuestra parte les pedimos que busquen a esa escoria de McLaggen y díganle que Malfoy no está solo, nos tiene a nosotros y que si lo vuelve a intentar no vamos a responder de nuestros actos…-advirtió Blaise con aire celoso y protector, los Gryffindor asintieron en silencio para después verlos marcharse a toda prisa hacia la enfermería.

 

A la bajada de la escalera se encontraron con Luna Lovegood que estaba buscando desesperadamente a Harry y compañía… esta al ver a Draco en los brazos de Blaise se acercó corriendo hacia ellos.

 

-no puede ser, su oroboro… se está deteniendo.-dijo la muchacha rubia viendo preocupada a Draco.

 

-¿su qué?-cuestionó Blaise mirándola raro de arriba a abajo.

 

-su oroboro.-repitió ella como si fuera obvio.

 

-¿te refieres… a su núcleo?-preguntó alarmado Theo.

 

-mmm… si, es como su núcleo.-dijo ella pensativa con un dedo en la barbilla.

 

-mira Loquita nos urge llevar a Draco a la enfermería, así que esfúmate.-habló Pansy medio mofándose, ella la miró con gesto serio y suspiró.

 

-¿han visto a Harry allá arriba?

 

-no ¿por qué?¿lo estás buscando también?

 

-está en peligro, si el oroboro de su amigo está comenzando a detenerse el de Harry también.

 

-¿qué quieres decir?-preguntó Blaise sulfurado al no entender nada.

 

-chicos no hay tiempo, hay que bajarle la fiebre a Dragón-alegó Pansy igual de conmocionada por lo que estaba escuchando.

 

-rápido acompáñanos y explicanos qué está pasando con Potter y Draco.-ordenó Theo, Luna asintió y corrió con ellos, pero mientras lo hacía sintió que algo se quedaba sobre su hombro.

 

-oh, un Hada luminiscente…-se percató Luna tomándola entre sus manos, lucía débil.-pobrecilla, creo que está enferma.-dijo la rubia viendo como su luz se apagaba poco a poco…

 

-ella nos ayudó a encontrar a Draco, se lo debemos ¿habrá alguna manera de que se recupere?-preguntaba Blaise con un gesto triste.

 

-la magia de los magos y las criaturas mágicas ancestrales no es compatible.-dijeron Theo y luna a la vez, ambos habían leído bastante sobre el tema.

 

Los cuatro callaron con un nudo en la garganta mientras se dirigían a paso veloz hacia la enfermería.

 

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-no está mejorando, está empeorando-decía Ron al ver que Madame Pomfrey le ponía a Harry un retazo húmedo en la frente para calmar la repentina fiebre de la que estaba siendo víctima.

 

-ya le he administrado las dosis suficientes de pociones para que mejore, también probé con hechizos sanadores, si no está recuperándose es porque algo malo ocurre con su núcleo-explicó la mujer paseándose de un lado a otro sin saber que hacer, McGanogal miró a Hermione que estaba sentada al lado de Harry y le tomaba la mano… ambas sabían que la tercera parte del ritual había comenzado, pero no tenían ni la menor idea de qué hacer.

 

La directora acongojada se acercó a la cama de Harry y acarició sus desordenados cabellos.

 

Ginny sentada en una silla se lamentaba llorando, mientras Ron intentaba calmarla… Neville miraba la tormenta por el ventanal angustiado echándose la culpa de lo sucedido…

 

-si tan solo hubiera detenido a Harry… esto…

 

-no Neville, no te culpes, esto hubiera pasado de todas formas.-le dijo Hermione al borde de las lágrimas, todos menos la directora la miraron extrañados, ella sabía algo que ellos no ¿porqué no se los decía? ¿porqué lo ocultaba?

 

-habla mione ¿qué está pasando con Harry?-exigió Ron.

 

En ese momento entraron al recinto Luna Lovegood acompañada de Pansy, Theodore y Blaise quien cargaba a Draco.

 

-¡MADAME POMFREY! ¡por favor ayúdenos! Draco está mal… tiene mucha fiebre no sabemos qué le pasa.-dijo dejando su cuerpo lánguido sobre una de las camillas, la enfermera se acercó al rubio examinándolo, mientras curiosos los demás presentes se acercaban también.

 

-el Hurón luce como si lo hubieran golpeado-dijo Ron conteniendo el aliento.

 

-¡cállate Ron! Madame Pomfrey su núcleo, por favor revise su núcleo-exigió Hermione urgida.

 

-cálmate muchacha, aléjense y déjenme trabajar, con todos ustedes aquí metidos es casi imposible-farfulló la mujer perdiendo la paciencia, invocó unos separadores con cortinas y se encerró adentro con el rubio.

 

-se están deteniendo, sus oroboros… se detienen Hermione.-decía Luna conteniendo las lágrimas… la situación le hizo recordar cuando perdió a su madre en aquél accidente.

 

-¿morirán? ¿eso estás tratando de decir Lovegood?-exigió saber Theo mirando aterrado a la rubia de Ravenclaw.

 

-eso señor Nott, no lo sabemos, lo que sí sabemos es que tanto el joven Potter como el joven Malfoy, están atravesando un grave peligro.-decía Minerva intentando ser sincera con sus alumnos, los cuales se veían desgarradoramente desolados y atemorizados.

 

-exijo saber lo qué está pasando aquí.-exclamó Nott furioso como nunca antes se le había visto.

 

-Señor Nott por favor…-intentó calmar la Directora.

 

-¡es mi amigo! ¡tengo que saber!-le gritó, Pansy y Blaise colocaron una mano a cada lado de su hombro en señal de apoyo.

 

-nosotros también tenemos derecho a saber.-dijo Pansy, Blaise asintió dándole la razón a su amiga.

 

-y nosotros…-dijo Ron concordando por primera vez con los Slytherin.

 

-por favor, Hermione, Luna, directora, dígannos lo que saben.-dijo Neville con resolución apartándose de la ventana y poniéndose frente a las mencionadas junto a todos los demás…

 

-Directora, creo que deberíamos decirles… lo de la profecía.

 

-dadas las circunstancias… creo que es lo mejor que podemos hacer.-dijo la bruja mayor observando como Harry se estremecía delirando.

 

 

 

 

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Cuando Harry despertó, parpadeó muchas veces porque pensó que todavía tenía cerrados los ojos, al convencerse de que los tenía abiertos no pudo sentirse más que desorientado, no había arriba, ni abajo, ni izquierda, ni derecha, todo lo que su visión podía contemplar era la más absoluta oscuridad, ni siquiera podía verse a si mismo… comenzó a caminar con pasos vacilantes y temerosos, con sus sentidos en alerta ante cualquier indicio de peligro… notó que hacía mucho frío y estaba descalzo, tal como hace un momento en el congelado lago negro…

 

-¿cómo llegué aquí?… ¿esto es un sueño?.-se preguntaba el joven viendo nada más que tinieblas en todas direcciones…

 

“¿Harry?”

 

El mencionado se detuvo abruptamente al escuchar que una voz lo llamaba en un susurro, reconoció de inmediato al dueño de esa voz, se volteó esperando encontrarlo, pero no vio a nadie… era como estar ciego.

 

-¡Dragón!

 

-¡León! ¿dónde estás? No puedo verte.

 

-no lo sé… está demasiado oscuro, yo tampoco puedo.-Harry buscó en todos lados al joven palpando con sus manos alrededor, pero no podía encontrarlo, creyó volverse loco…

 

-acabo de chocar con… algo… es como si fuera...-se oía la voz confundida del joven albo.

 

-¿una barrera?.-decía el moreno atónito al comprobar por si mismo de lo que su Dragón hablaba.

 

-justamente… no me digas… ¿estás del otro lado?.-preguntó Draco temeroso percibiendo su respiración agitada a través del cristal.

 

-sí…-le dijo frustrado Harry haciendo un esfuerzo inmenso para ocultar su desesperación.

 

-… ¿estás herido?-le preguntó el rubio preocupado, olvidándose completamente de que habían discutido.

 

-no, pero me siento muy débil y hace bastante frio.-confesó temblando y apoyando su frente contra la barrera.-tú... ¿cómo te encuentras?

 

-estoy bien, solo un poco… desorientado.-mintió el muchacho aguantando el dolor que sentía en el centro del pecho.

 

-parece un mal sueño, este lugar… estar separados… ¿esto es real?

 

-solo hay una forma de averiguarlo… León ¿qué es lo ultimo que recuerdas antes de estar aquí?-le preguntó Draco sintiendo de pronto un miedo irracional.

 

Harry se quedó en silencio, parecía que le estaba costando mucho trabajo contestar esa pregunta… a través de su respiración errática el rubio podía notar su miedo y aflicción… parecía como si estuviera llorando.

 

-… recuerdo… agua congelada… yo... sumergido en ella…-musitó con voz quebrada mientras derramaba lágrimas de impotencia.

 

Del otro lado Draco sintió como si lo estuvieran destrozando por dentro, la incertidumbre de no saber si todo lo que estaba viviendo era real o un sueño lo carcomía, ¡Harry no podía estar muerto del otro lado! ¡esa pared invisible no podía ser el paso entre la vida y la muerte! En eso pensaba mientras gotas saladas resbalaban silenciosas por sus mejillas.

 

Durante un momento se quedaron callados escuchándose mutuamente… estaban sufriendo y lo sabían… y aquello... era doloroso.

 

-¿qué es lo último que tú recuerdas?-le preguntó Harry de vuelta.

 

-fui a buscarte a la torre de Gryffindor y no pude encontrarte… no me dejaron entrar… McLaggen me atacó a golpes, intenté defenderme, pero mi cuerpo no respondía, no podía respirar, mi cuerpo ardía en fiebre… al final… perdí la conciencia.

 

-no debiste enfrentarte a él… ¡no debiste exponerte!

 

-me lo está diciendo el loco idiota que se metió al lago negro a buscar una cadena de plata… el cual… no sé si aún vive o está muerto.-regañó entre sollozos el muchacho rubio golpeando el cristal.

 

-lo siento, lo siento mucho, yo sólo quería… quería demostrarte que me importaba nuestra relación, que de verdad te amo, pero… ¡las cosas se complicaron, el lago se congeló en segundos, no podía salir y mi cuerpo se paralizaba!.-le gritó Harry desesperado.

 

-¡maldición! ¡estás vivo o estás muerto!.-bramó furioso Draco cayendo de rodillas mientras seguía golpeando el muro con sus nudillos enrojecidos.

 

-¡no lo sé! ¡ni siquiera sé por qué estamos aquí!-estalló Harry, apoyándose con ambas manos sobre la barrera jadeando y estremeciéndose en llanto… Draco quiso tenerlo entre sus brazos para consolarlo, pero no podía hacerlo con esa pared de por medio…

 

-¿que es este lugar? ¿una especie de jodido purgatorio?.-cuestionó frustrado el joven de cabellos plata contemplando la oscuridad.

 

-eso es… ¿y si nuestros cuerpos no están aquí realmente?-dijo el joven que vivió, pensativo… recordando la batalla contra Voldemort.

 

-¿qué dices?

 

-cuando me enfrenté con Voldemort… yo, realmente morí… pero el lugar a donde fui después de recibir el conjuro imperdonable, no era nada parecido a esto… era muy diferente… así que creo… que no estamos muertos Dragón, pero tampoco estamos vivos del todo.

 

-¿entonces por qué estamos separados? ¿qué significa esta barrera?

 

-no lo sé Dragón, tal vez… hay que intentar destruirla.

 

-¿y cómo vamos a hacerlo?

 

-¿funcionará la magia en este lugar?

 

-comprobémoslo… mantén algo de distancia- pidió Draco.

 

-está bien.-decía Harry retrocediendo en sus pasos.

 

-diffindo.-conjuró usando sus manos para canalizar la magia, pero nada sucedió.

 

-déjame intentarlo, ¡expulso!-conjuró, pero nuevamente no hubo reacción.

 

-evanesco.

 

-finnite

 

-reducto!

 

Ambos continuaron pronunciando hechizos sin lograr nada, en cambio parecían agotarse cada vez más…

 

-no funciona, o este lugar es indiferente a la magia o tal vez nos estamos quedando sin ella.

 

-Espera… déjame intentar algo, pone las palmas de tus manos en la barrera.-ordenó Draco en medio de la oscuridad mientras intentaba sentir la magia de Harry a través de la muralla invisible.

 

-¿qué vas a hacer? ¿Draco?

 

-sólo hazlo.

 

-Esta bien ¿y ahora qué?-dijo el joven que venció, apoyando sus palmas contra la vertical superficie.

 

Draco cerró los ojos intentando conectarse a Harry como lo hubo hecho hace días con el árbol que estaba en el bosque prohibido, sus pensamientos y sentimientos se enfocaron en alcanzar a Harry, era todo lo que su ser gritaba… “quiero estar contigo”… comenzó a sonreír al notar un cosquilleo a través de sus manos.

 

-funciona, puedo sentirte, puedo sentirte amor ¿puedes sentime también?.-rió entre lágrimas sintiendo la magia de Harry o lo poco que aún le quedaba, fluyendo a través de la barrera en un mísero hilo de energía.

 

-¡sí! ¿cómo lo haces?

 

-concentrate en hacer fluir tu magia hacia mi, enfocala como aquella vez con la taza.

 

-entiendo…-Harry cerró los ojos sintiendo como hilos de magia traspasaban la barrera hacia las palmas de Draco con mayor energía…

 

Cuando abrió los parpados, asombrado contempló el cuerpo etéreo de su Dragón rodeado de un aura dorada que brillaba débilmente en medio de la oscuridad.

 

-puedo verte… ¡puedo verte!-decía el joven embargado de alegría.

 

-y yo a ti.-le sonrió el Dragón a pesar de las lágrimas testarudas que caían de sus ojos plata, la emoción que le provocaba la esperanza de que Harry estuviera a salvo lejos del lago lo superaba.

 

 

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Madame Pomfrey había usado un hechizo de tergeo para limpiar a Draco del copioso sudor que la fiebre le ocasionaba, usó otro hechizo para diagnosticar males y verificar si había pociones dañinas es su sistema, pero no encontró nada sospechoso, lo único que parecía estar mal era su núcleo, por el cual ya casi no circulaba magia, abrumada recordó que era el mismo caso que sufría el joven Potter, intentó bajarle la fiebre con magia, pero su cuerpo parecía rechazarla, probó con pociones y estas no hicieron efecto… no le quedó más que optar por el modo Muggle, envolvió su cuerpo desnudo con una sábana fría y mojada, también agregó un paño húmedo sobre su frente.

 

Ella se sentó a los pies de la cama pensando que pudo haber afectado a sus núcleos, cuando escuchó que los demás hablaban justamente de ello se mostró interesada y caminó hasta el grupo.

 

-Entonces ¿estas diciendo que Trewlaney descubrió una profecía acerca de Draco y Potter, que no será revelada hasta que se cumpla la última parte de un ritual espontaneo llamado Anima Vitale Vinculum?-preguntó Nott con ceja alzada, Hermione miró todas las caras confusas a su alrededor.

 

-así es… pero, no sabemos de qué trata la última parte del ritual, las hojas están arrancadas…-Hermione buscó en su bolsillo que tenía un hechizo empequeñecedor y de allí sacó el libro sin nombre con los oroboros grabados en la portada.

 

Nott comenzó a pasar las páginas leyendo a toda velocidad la primera y la segunda parte del ritual, se sorprendió cuando leyó acerca de los núcleos enlazados, parte de lo que había descubierto Draco estaba escrito en ese libro, de por si él estaba enlazado a Potter, aunque no sabía que todo era parte de un ritual de unión de proporciones alarmantes. Cuando llegó a las últimas hojas y vio que estaban arrancadas lanzó un suspiro exasperado.

 

-¿y qué se supone qué hagamos mientras?-dijo Pansy indignada.

 

-solo esperar a que la magia ancestral haga lo que tenga que hacer.-dijo la Directora con un nudo en el estómago, aunque no quisiera demostrarlo estaba muy preocupada por sus muchachos.

 

-¿y si… y si…?-titubeó Ron.

 

-¿y si mueren mientras esperamos?-completó Blaise al ver que el pelirrojo no era capás de acabar la frase.

 

-se supone que no debería pasar, pero hay algo interfiriendo… algo está impidiendo que el ritual se lleve a cabo… y no sabemos lo que es… aunque… ahora que lo pienso… Directora ¿qué sabe de rumores acerca de que los mortífagos están buscando un nuevo líder?-preguntó nerviosa Hermione.

 

Todos quienes escuchaban a Hermione miraron a McGanogal con incredulidad, Pansy angustiada agachó la cabeza.

 

-esos son asuntos con los que el ministerio debe lidiar, no ustedes que aún están estudiando en Hogwarts.

 

-si usted no les dice, lo haré yo…-dijo Pansy levantando la mirada atemorizada, Minerva la miró de forma severa, pero la morena ya no podía dar paso atrás, los demás estaban muy interesados en lo que tenía que decir.

 

-es muy probable, de que la magia de ese nuevo líder al que los mortífagos se están uniendo, este interfiriendo con el ritual que ellos deben completar.-señaló a los cuerpos inconscientes de Harry y Draco.

 

-eso tiene sentido, es por eso que el lago se congeló en segundos, no es magia ordinaria-decía Neville atando cabos sueltos.

 

-probablemente sea el mismo tipo de magia que está atacando a las hadas luminiscentes-decía Luna con la hadita moribunda entre sus manos…

 

-¿un nuevo… señor tenebroso?-inquirió Ron haciendo una mueca de horror.

 

-¿de quien podría tratarse?-preguntaba Nott.

 

-¡Harry! ¡CHICOS miren, el cuerpo de Harry está brillando!-exclamó Ginny.

 

Pansy, Blaise y Theo sorprendidos y por acto reflejo fueron a ver el cuerpo de Draco, corrieron la cortina y vieron que también estaba brillando.

 

-están… están tratando de completar el ritual… están luchando.-Hermione se desarmó llorando en el hombro de Ron, Pansy se mordió el labio intentando contener las ganas de echarse a llorar también y se acercó al níveo cuerpo del rubio que temblaba cada cierto tiempo.

 

-Dragón, escúchame… no te rindas, estamos contigo-le susurró Pansy y después lo abrazó, sus amigos se quedaron a su alrededor mientras los leones hacían lo mismo con Harry brindándole su apoyo…

 

-vamos Harry, regresa…

 

Luna en tanto era la única que podía ver un fino hilo de magia uniendo las dos distantes camillas, el hilo provenía del dedo del corazón.

 

-ellos… ¿tienen que estar juntos? ¿No es así? ¿esa es la parte del ritual que falta?.-preguntó Luna en un susurro a la pequeña Hada, ésta la miró y le sonrió casi sin fuerzas… y asintió… después de eso su magia se extinguió…

 

-mamá… cuida de ella… ¿vale?.-decía entre lágrimas la muchacha de Ravenclaw mientras se levantaba de la silla con resolución.

 

-Hermione sus núcleos están muy débiles como para recibir magia en la distancia.

 

Todos la miraron asombrados, escucharla hablar con tanta seriedad era como escuchar a una Luna totalmente diferente, Blaise se acercó a ella dándole palmaditas en el hombro al ver a la hadita hecha polvo dorado en sus manos… también tuvo ganas de llorar, pero se hizo el fuerte…

 

-Luna tiene razón, mientras más cerca estén, más probabilidades hay de que sus magias se unan y se entreguen energía, ya que están enlazados permanentemente por el ritual.-explicó Hermione, causando un estupor en la pelirroja, que no se esperaba algo como aquello, pues equivalía a decir que ambos chicos estaban algo así como… casados.

 

Todos asintieron, Ron y Ginny a regañadientes, si con eso Harry volvería y sanaría entonces lo aceptaban, aunque no estuvieran completamente de acuerdo.

 

-jóvenes ¿qué creen que están haciendo? ¡No muevan el cuerpo de ese muchacho!.-exclamó alarmada Madame Pomfrey al ver como Ron conjuraba un mobili en una camilla cercana para juntarla con la de Harry, mientras que Blaise usaba el conjuro locomotor para trasladar a su amigo.

 

-déjelos Madame Pomfrey, ellos podrían estar en lo correcto.-dijo McGanogal deteniendo a la pobre mujer y calmándola.

 

Harry y Draco quedaron uno junto al otro, separados por una pequeña distancia entre cada cama, los demás se quedaron expectantes a la espera de que algo sucediera, pero lo único que veían era a ambos temblando en fiebre, sin color en sus rostros y con los labios amoratados dándoles un aspecto casi fantasmagórico… parecía que morirían en cualquier momento.

 

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-León intentemos canalizar nuestra magia contra la barrera para romperla, sé que estás muy agotado, pero es nuestra última oportunidad para salir de aquí.

 

-no sé si me queda más magia, pero lo intentaré.

 

-vamos, concentrémonos en atravesar la barrera tanto como sea posible.

 

-de acuerdo.-dijo Harry temblando, el frío se sentía cada vez más congelante, era como tener a miles de dementores a tus espaldas.

 

Ambos cerraron los ojos almacenando su magia contra la superficie que los separaba, deseando con todo su ser que la barrera se quebrara y desapareciera… a pesar del dolor, el frío y lo agotados que estaban, seguían intentando… hasta que de pronto.

 

-¡Mira, una fisura!-exclamó Harry contemplando como la barrera comenzaba a resquebrajarse con sus magias, dejando escapar refulgentes rayos de luz por entre las hendiduras.

 

-¡se está trizando, está funcionando!-exclamó Draco del otro lado eufórico.

 

-vamos amor, podemos conseguirlo, podemos hacerlo-alentó Harry volviendo a concentrarse en traspasar el muro.

 

-sí… podemos hacerlo-apoyó el joven de cabellos platinados cerrando los ojos, pero al instante volvió a abrirlos aterrorizado al escuchar que Harry se quejaba…

 

-¡HAAGG!

 

-¡HARRY! ¿QUÉ ESTÁ OCURRIENDO?-gritó desesperado.

 

-¡algo… algo está succionándome!… ¡no puedo verlo!… ¡no sé lo que es!-decía Harry luchando con todas sus fuerzas para alcanzar la barrera con sus manos.

 

-¡mantente ahí, no dejes que te absorba, llegaré a ti y te jalaré ¿de acuerdo?, vamos a estar juntos, te lo prometo!-le gritó con determinación mientras concentraba la magia en sus manos creando una esfera de energía de la que salían rayos y descargas.

 

Un jalón más fuerte levantó el cuerpo de Harry del suelo haciéndolo levitar, justo en ese momento la barrera cedió ante la magia de Draco dejando un pequeño orificio del que salía una poderosa luz, el moreno se aferró al borde de este con toda sus fuerzas intentando ayudar a su chico en expandir aún más la abertura para que sus manos pudieran encontrarse.

 

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Todos notaban que la luz que despedía sus cuerpos se hacía más brillante, Pansy Parkinson atónita contempló la cadena que le había regalado a Draco, la cual emitía un brillo diferente que lo envolvía…

 

-las cadenas…

 

-¿que dijiste?-preguntaron Hermione y Nott al unísono.

 

-La cadena está reaccionando, Theo ¿recuerdas cuando dijiste que el artesano alquimista hizo las cadenas con el fin de reaccionar cuando hubiera peligro?

 

-sí eso dijo… entonces Draco y Potter…

 

-Harry ya no tiene la suya, está desprotegido-sollozó Hermione, Ginny desvió la mirada con gran culpa.

 

-de nada sirve lamentarse debemos buscar una solución.-apresuró Pansy paseándose de un lado a otro.

 

-¿la cadena puede ajustarse con un hechizo engorgio?-preguntó Neville de pronto.

 

-no lo sé, hay que intentarlo-dijo la morena llena de preocupación-¿porqué lo dices Longbottom?

 

-bueno, la idea me la dio Luna cuando dijo que debían estar unidos… así que pensé, que si ponemos la pulsera alrededor de sus muñecas… tal vez puedan estar los dos a salvo… en donde quiera que estén.

 

Todos lo quedaron mirando como si hubiera hablado un premio nobel, la directora Mcganogal orgullosa de su pupilo le dio una palmadita de aprobación y le sonrió.

 

-tiene sentido-decía Nott pensativo, Hermione y los demás corrieron hacia el cuerpo de ambos muchachos pronunciando hechizos para extender la cadena y cuando estuvo lista la ataron alrededor de sus muñecas…

 

En tanto en aquella oscuridad interrumpida por la magia de Harry y Draco que se mezclaba por la luz del orificio en la barrera…

 

-¡sujetate lo más fuerte que puedas!

 

-¡eso intento! ¡está jalándome demasiado fuerte!

 

¡¡¡¡¡GROAOAOOAAAA!!!!!

 

El ruido de una espeluznante criatura irrumpió entre la oscuridad provocando un fuerte vuelco en el atemorizado corazón de ambos, Draco perdió la concentración y tuvo que volver a reunir su magia.

 

-¡Haaag!!-gimoteó Harry dolorosamente sintiendo como su espalda escocía, pero continuó aferrándose a la grieta enfocando toda su magia en ella…

 

-¡HARRY!

 

-¡NO TE PREOCUPES POR Mí! ¡NO TE DISTRAIGAS AMOR, CONTINUA!-le gritó con dolor sintiendo que las fuerzas para sujetarse le abandonaban… la fuerza que lo succionaba era cada vez mayor.

 

Un nuevo pedazo de la barrera se desprendió…

 

-¡¡Harry ya casi te alcanzo!! ¡aguanta un poco más!-decía el rubio jadeando de cansancio y esfuerzo.

 

-¡Draco!

 

-¡aguanta!

 

Una fuerza aún más violenta tiró de Harry, sus dedos resbalaron y Horrorizado contempló como si hubiera sido en cámara lenta, que ya no tenía lugar de donde aferrarse… todo estaba perdido… no vería a Draco nunca más.

 

 

Mientras tanto en otra dimensión…

 

-no están despertando…-dijo Blaise acongojado de preocupación.

 

-ya hicimos todo lo que podíamos-decía Neville.

 

-¡¡no, tiene que haber otra forma!! ¡tiene que haberla!-gritó furioso Ron desesperado y sollozando.

 

-Directora Mcganogal… los chicos… están… se están muriendo-decía Madame Pomfrey haciendo un diagnóstico sobre los cuerpos inertes, sobrecogida por las emociones y la desesperación.

 

-eso… no… no puede ser… ellos deben… la profecía…-decía la profesora aturdida.

 

En todo el lugar se escuchaban sollozos y lamentaciones… se negaban a creer que ellos fueran a morir.

 

Luna se sentó en la cama y besó la frente de ambos muchachos, miró a Hermione que estaba hecha un mar de lágrimas, Ron y Ginny llorando con ella, Pansy por su lado tomaba una de las manos de Draco sintiendo el consuelo de Nott y de Blaise que arrodillados con ella sentían las lágrimas bajando por sus mejillas.

 

-al menos démosle el consuelo de saber que aceptábamos que estén juntos-decía Hermione.

 

-sí, es lo que más hubieran anhelado.-dijo Pansy con voz quebrada.

 

Ambas chicas tomaron las manos que estaban rodeadas por la cadena de plata y las entrelazaron entre sí…

 

 

En ese mismo instante, el joven que venció a Voldemort, a punto de ser tragado por la oscuridad, sintió como una mano fuerte y cálida que brillaba, lo sostenía fervientemente, impidiendo que el mal cumpliera su cometido… era la mano de Draco Malfoy.

 

La poderosa conexión mágica basada en el amor que sentían el uno por el otro, causó que rompieran la maldición que había debilitado sus núcleos, al verse renovados y llenos de energía la magia en ambos se desbordó, haciendo que el resplandor que se propagaba desde sus manos hacia sus cuerpos fuera tan cegador, poderoso y sublime, que la criatura oculta no tuvo más remedio que comenzar a chillar desesperada, tratando de huir sin conseguirlo, la barrera comenzó a desintegrarse transformándose en partículas destellantes y al fin pudieron reencontrarse abrazándose lo más fuerte que les fue posible.

 

Permanecieron unidos en ese abrazo sin reparar en los cambios que sucedían a su alrededor, sus cuerpos levitaban brillando como si tuvieran millones de astros por dentro, el lugar sin espacio, ni tiempo, se volvió blanco… ya ni rastro quedaba de la amenaza que los había intentado separar.

 

Por debajo de ellos, apareció un símbolo de eternidad con dos serpientes de oro, las cuales se materializaron y comenzaron a enrollarse lentamente subiendo por sus cuerpos hasta cubrirlos totalmente…

 

cuando esto sucedió, las sierpes doradas se volvieron líquidas y se fundieron en el cuerpo etéreo de los jóvenes…

 

Runas antiguas y símbolos arcanos aparecieron rodeándolos en espiral girando a una velocidad vertiginosa, pronto la velocidad se hizo luz y los cuerpos brillantes de Draco y Harry formaron parte de ella en una especie de supernova donde lo único que se podía apreciar, era dos núcleos volviéndose uno y sellándose con la magia más poderosa de todas.

 

 

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Los centauros alrededor del árbol sagrado habían comenzado a perder la esperanza, Firenze entristecido sintió escocer sus ojos al ver como éste se secaba volviéndose gris y las Hadas morían… el viento de la fría ventisca agitaba sus cabellos anunciando la derrota.

 

-todo ha acabado…-susurró Bane en tono amargo.

 

-pero las estrellas no mienten, ellas nunca se equivocan.

 

-hemos fallado, asúmelo de una vez…

 

-yo… me niego a dejar de creer.-dijo el centauro observando una vez más el árbol…

 

De pronto, de entre la muerta corteza emergió una pequeña hoja verde, que crecía transformándose en una frondosa rama ante los pasmados ojos de Firenze y los demás.

 

-¡están vivos! ¡han sobrevivido!-decía el centauro rubio galopando de felicidad junto al resto de su tribu mientras Bane esbozaba una sonrisa atónita.

 

-esos chicos… ¿realmente podemos poner nuestra esperanza en ellos?

 

-solo una magia basada en el amor puede hacer que la vida fluya Bane, son jóvenes, pero la sabiduría los llena ahora.-decía el rubio centauro viendo como el lugar comenzaba a llenarse de Hadas luminiscentes que nacían de los capullos.

 

-¡ellos sobrevivieron al ritual, ellos lo lograron!-cantaban felices haciendo sonar sus cornamentas.

 

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La luz de ambos cuerpos se había extinguido, no tenían pulso, ni respiraban, tanto los Gryffindor como los Slytherin sentían el resquemor de la pérdida de sus amigos.

 

-Hay que cubrirlos con una sábana, Directora prepare todo para hacer el comunicado en el gran comedor-habló la enfermera haciendo uso de toda su fortaleza para no caer en el llanto.

 

Minerva cerró los ojos con pesar y dolor… tener que dar una noticia como esa… al colegio, a los Weasleys, a la madre de Draco… no sabía si tendría la fuerza para plantarse delante de ellos y tampoco sabía si podría acostumbrarse a no ver a esos problemáticos muchachos castigados en su despacho, su mente se llenó de recuerdos y la garganta se le cerró impidiéndole decir cualquier palabra, sólo asintió.

 

-no puedo creer que esto este pasando, hermano… ni siquiera alcancé a pedirte perdón.-decía Ron con la cabeza entre las manos, derramando gruesas lágrimas.

 

Ginny estaba de pie frente a uno de los ventanales con las manos hechas un puño en el centro del pecho, las palabras de su hermano Ron, calaron hondo en su corazón porque era exactamente como se sentía.

 

-no es así como debía de pasar ¿que hicimos mal?-decía Hermione secándose las lágrimas con la manga de su uniforme una y otra vez, la morena en medio de su dolor se sentó a su lado y la abrazó consolándola, ambas lloraron sin consuelo.

 

De pronto algo extraño comenzó a ocurrir… el polvo dorado en las manos de Luna Lovegood comenzó a brillar así como también los cuerpos de Harry y Draco, todos expectantes dirigieron su mirada a ellos, contemplando el resplandor que comenzaba a volverse tan cegador como un poderoso lumos.

 

-¡qué está pasando!-exclamaron guardando distancia, aquel fulgor que salía del cuerpo de los chicos brillaba y ardía con la misma fuerza del sol. Luna asombrada sintió como el polvo en su mano se convertía en una semilla con brote.

 

Nadie entendía lo que estaba ocurriendo, permanecieron estupefactos contemplando la visión de ellos que era tan celestial como ver a dos ángeles.

 

La luminosidad cubrió toda la habitación volviéndola blanca, haciendo difícil que pudieran abrir los ojos, pero lo poco y nada que podían ver a través de la aurora, era una bola de energía condensada que giraba en su propio eje y que pronto se liberaría, por acto reflejo todos se cubrieron con los brazos o se echaron al suelo… de pronto el castillo de Hogwarts a lo lejos parecía como si fuera un verdadero faro.

 

Pasaron segundos que se hicieron eternos, la luminosidad comenzó a menguar y a centrarse en las manos de los jóvenes que dormitaban plácidamente uno muy al lado del otro.

 

Todos comenzaron a acercarse con cautela sintiendo la tibieza reconfortante de sus cuerpos levemente brillantes… se percataron de que estaban respirando y lucían saludables bajo sus pieles de porcelana, sin ningún magullón o rasguño en sus rostros.

 

-¿están vivos?-preguntaron Blaise y Ron al unísono, Neville expectante al igual que la directora y las muchachas esperaba la respuesta de Madam Pomfrey.

 

Ella recitó dudosa unos hechizos de diagnóstico y sonrió entre lágrimas.

 

-¡ellos están más sanos que nunca!-declaró alegremente, los demás impactados exclamaron de felicidad abrazándose y festejando, hubo expresiones de felicidad y algarabía, llantos de alegría.

 

-¡están vivos! ¡están vivos!-chillaba emocionado Ron.

 

-¡si Ron, están vivos!-Hermione y Ginny se abrazaron a él asintiendo, Luna sonrió aliviada al igual que Neville...

 

-que extraño…-dijo Pansy observando a los jóvenes dormidos.

 

-¿qué pasa?-preguntó Theo.

 

-sus cicatrices desaparecieron.-contestó ella señalando el lugar donde debía estar la cicatriz de Harry y la marca tenebrosa de Draco. Todos se acercaron a ver con curiosidad y preocupación.

 

-miren eso en sus dedos, parece una argolla dorada y está brillando-notó Neville con curiosidad, Hermione abrió los ojos de par en par, Luna se tapó la boca emocionada y Minerva las contempló anonadada.

 

-Señorita Granger eso es…

 

-Sí directora, es el mismo diseño que marca la última hoja del libro-dijo ella sin poder contener la alegría.

 

Theo volvió a abrir el libro contemplando exactamente que eran el mismo anillo.

 

-¿que significa Granger?-preguntaba Theo con interés.

 

-significa que la última parte del ritual está hecho y pueden recibir la profecía… todo salió bien.

 

-también es el símbolo de su unión eterna… sus núcleos están sellados y es imposible separarlos o romperlos… están unidos más allá de la muerte-dijo Luna con mirada soñadora.

 

-el Hurón y mi mejor amigo enlazados por la sagrada magia… pues qué se le va a hacer.-se rindió Ron encogiéndose de hombros, Ginny frunció el ceño sin decir una palabra, era obvio que no estaba de acuerdo con lo que dijo su hermano mayor.

 

 

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Cuando Draco y Harry dejaron de abrazarse vieron con gran asombro que se encontraban en un lugar muy parecido a la estación nueve y tres cuartos…

 

-este lugar es…

 

-la estación nueve y tres cuartos, aunque… luce diferente.-apreció Draco.

 

-sí, la última vez no había manzanares, ni blancos pavos reales.-sonrió Harry.

 

-¿la última vez? No te referirás a aquella vez que...

 

-sí, a esa precisamente-dijo Harry viendo la preocupación de su novio.

 

-¿estamos muertos?-le preguntó alzando una ceja como si no quisiera conocer la respuesta.

 

-No, no lo están muchacho.-otra voz contestó en su lugar, se volteó observando a aquél hombre al que alguna vez se vio obligado a borrar del mapa, fallando en el intento.

 

-Profesor Dumbledor…-susurró aturdido Draco conteniendo las emociones que se arremolinaban en su interior.

 

-Hola profesor-saludó Harry como si fuera algo común.

 

-Hola Harry, veo que esta vez el Señor Malfoy te acompaña.

 

-sí… ambos, nos metimos en problemas, bueno… más bien algo o alguien intentó… eliminarnos.

 

-¿por qué querrían hacerlo? ¿venganza? O… ¿acaso hay… alguna otra razón?-preguntó el rubio inquisitivo.

 

-por supuesto que hay otra razón… ¿le suena la palabra profecía señor Malfoy?-le preguntó el anciano… Draco anonadado no supo que decir.

 

-¿otra profecía?-se extrañó Harry preocupado.

 

-no cualquier profecía Harry.

 

-¿de qué trata?

 

-lo sabrán en su debido momento y para eso deben volver, pero antes vamos a dar un paseo.

 

Harry y Draco tomados de la mano siguieron al anciano caminando por la estación, llegaron a unos bancos en la que se sentaron.

 

-Profesor, yo… usted tenía razón… no soy como ellos… no soy como mi padre yo…

 

-que bueno que lo entendieras muchacho, estoy muy orgulloso de ti, al final terminaste siendo más Gryffindor que Slytherin, fuiste muy valiente al reconocer tus errores con Harry y también al rescatarlo de la oscuridad.

 

-lo hice porque lo amo, no para demostrar mi valía.

 

-ahora ya sabes el principio en el que se basa la valentía, tu lo entiendes mejor que nadie ¿verdad Harry?

 

El muchacho ojos esmeraldas no dijo nada, sólo sonrió con complicidad a su Dragón que le correspondió tomando su mano entre las suyas…

 

-¿que es esto?-preguntó Draco alzando la mano, observando en su dedo del corazón una argolla en forma de serpiente con la cabeza enlazada a su cola, era de oro y relucía majestuosa frente a sus ojos.

 

-yo también tengo una ¿sabe lo que significan?-preguntó Harry absorto en el brillo que despedía el anillo.

 

-oh, pero si son anillos ancestrales de matrimonio, aparecen en los magos que se han enlazado en un vínculo eterno de ritual espontaneo.

 

-ma… ¿matrimonio?-ambos chicos se ruborizaron y se miraron el uno al otro.

 

-¿lo deseaban no? ¿estar juntos para siempre? Pues el universo se los ha concedido jojojojo.-Rió Dumbledor levantándose del asiento y dándoles palmaditas a sus espaldas.-enhorabuena jóvenes, que la felicidad siempre sea su destino.-les volvió a hablar con sinceridad.

 

-¿habla en serio?-decía Draco en un esfuerzo por contener la emoción que lo embargaban, Harry estaba igual.

 

-por supuesto que si, mientras ustedes lo asimilan, yo voy a darle la bienvenida a unos muy queridos invitados.-dijo alegremente dirigiéndose a uno de los vagones, mientras dejaba que ambos chicos tuvieran un espacio de intimidad en el que se miraron ansiosos sin poder articular palabra, después de unos segundos Harry fue el primero que se atrevió a decir algo.

 

-yo… no pude recuperar la cadena… no pude encontrarla.

 

-ya no importa.

 

-pero…

 

-sólo es una cadena, después de tanto dolor al fin estamos juntos y eso es lo único que vale…

 

-y estamos casados por la magia.-dijo el joven de ojos esmeralda sonrojado y sonriente.

 

 

-unidos para siempre… así que… no vas a poder escapar de mí.-musitó Draco con suficiencia acercándose cada vez más a esa boca lozana que lo llamaba.

 

-la verdad, no tengo intención de hacerlo…-confesó el moreno sin dejar de contemplar sus labios, tal y como él lo hacía.

 

-te amo Harry.-susurró a centímetros de hacer contacto con sus belfos.

 

-Te amo Draco.-le contestó de vuelta y se besaron con ansias, como si llevaran tiempo esperando aquél momento…

 

El sonido de la llegada de un tren se escuchó en toda la estación…

 

Harry y Draco terminaron el beso y se levantaron de sus asientos motivados por la curiosidad, se tomaron de la mano caminando por el anden hasta llegar al tren que acababa de detenerse y se quedaron sorprendidos cuando vieron bajar a todas esas personas de aquél blanco vagón, sus ocupantes eran:

 

Lily y James Potter, Sirius Black, Fred Weasley, Resmus y Ninfadora Lupin, el elfo Dobby y finalmente Severus Snape…

 

 

Continuará… 

Notas finales:

¿les ha gustado? escríbanlo en los comentarios, el capítulo que sigue será increible, nos leemos hasta el próximo capítulo, abrazos por mil!!


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