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Anima vitale vinculum por Karura

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Notas del capitulo:

He aquí la siguiente parte, tiene escenas en la que se vislumbran algunas posibles parejas y también tiene lemon para compensar, el próximo capítulo ya está algo avanzado, trataré de seguir escribiendo y subirlo lo antes posible, se vienen capítulos referente a la profecía y más problemas con Ginny, bueno eso es todo, abrazos y besos mil, ¡gracias por seguir esta historia! Que disfruten el capítulo.

Disclaimer: Este fanfiction está basado en los libros de Harry Potter de la autora J.K Rowling, no representa en ningún caso robos del derecho de autor ni violación del mismo, es solo un y si hubiera... En las miles de posibilidades existentes.

 

 

 

Capítulo 15: “Explicaciones y clases de baile, parte II”

 

 

 

En el capítulo anterior…

 

 

 

-¡escoria petulante! ¡él se merece toda nuestra amistad y nuestro respeto! ¡así que bajen de una vez sus condenadas varitas!-bramó Pansy.

 

 

 

-bola de inútiles, están en jaque mate, si hacen un solo movimiento, destrozaré a su rey.-amenazó el muchacho con son de burla.

 

 

 

De pronto…

 

 

 

-¡PETRIFICUS TOTALUS!-se escuchó el furioso rugido de Harry en el pasillo y a continuación los pandilleros cayeron como estatuas.

 

 

 

-¡pero que…!.-exclamó Roy, mirando a sus aterrados secuaces tirados en el suelo sin entender lo que había pasado, pero al voltear a ver al Gryffindor realmente comprendió el porqué tenían esa expresión en sus rostros.

 

 

 

Pansy, Blaise y Theo por su parte se quedaron paralizados observando al joven que venció, ni siquiera podían hablar de la impresión. Draco al igual que ellos se quedó asombrado viendo como los ojos verdes de su novio eran consumidos por una luz cegadora.

 

 

 

-suelta tu varita… ahora, o no respondo.-ordenó el muchacho con voz fría, el Slytherin a pesar de lo intimidado que se sentía, no se movió un centímetro de Malfoy.

 

 

 

-vienes a rescatar a la damisela en apuros Potter ¡pero que conmovedor! ¡veamos hasta donde llega tu magia sin varita! ¡PUNZAR!-gritó el muchacho atacando a Draco.

 

 

 

-¡no!-exclamaron los amigos de Draco sin poder detenerlo a tiempo.

 

 

 

-ARESTO MOMENTUM.-Harry movió su mano y el tiempo extrañamente pareció no solo detenerse para Roy como se suponía debía ser, sino que también para los amigos de su novio.

 

 

 

Harry pudo incluso divisar como la estela mágica, que había salido de la varita atacante, avanzaba lentamente hacia Draco, sin dudarlo, Harry lo apartó del hechizo jalándolo y envolviéndolo en un protector abrazo.

 

 

 

-león… ¿tú estás haciendo todo esto? ¿por qué solo nosotros podemos movernos?-le preguntó incrédulo el joven de mirada plata, notando que todo su entorno se movía con lentitud.

 

 

 

-no hay tiempo Dragoncito, hay que aprovechar la oportunidad de detenerlo, antes de que vuelva a atacarnos cuando este efecto termine, pero no se me ocurre que… no sé si tenga tiempo de conjurar otro hechizo.

 

 

 

-¿y si movemos su cuerpo contra su propio maleficio? ¿nos da tiempo? El flujo de magia aún sigue ahí.

 

 

 

-¡hagamoslo!-decía Harry tomando uno de los brazos del muchacho, Draco se apresuró a sostenerlo del otro brazo y entre ambos lo trasladaron de lugar, dejándolo frente a su propio ataque.

 

 

 

-¿sabes que? me muero por verlo quejarse de dolor mientras me rio en su cara.

 

 

 

-también yo.-le dijo Harry sonriendo socarrón, mientras corrían a un lugar seguro tomados de la mano.

 

 

 

El hechizo acabó y en cuestión de segundos el grupo de las serpientes contempló anonadado que el único que se retorcía de dolor en el suelo era Roy.

 

 

 

-¡Haag!!

 

 

 

-¿pero como…?-empezó a decir Pansy confundida.

 

 

 

-Potter, Draco ¿están bien?-preguntó Blaise preocupado.

 

 

 

-si, estamos bien.-contestó Draco, dejándose envolver en los brazos protectores de Harry.

 

 

 

-¿fue un hechizo para detener el tiempo?-preguntó Theo intrigado.

 

 

 

-sí, fue un aresto momentum.-explicó Harry.

 

 

 

-bien, pero hay algo que no comprendo, se supone que tendríamos que haberlos visto mover su cuerpo en el momento que el tiempo se relentizó, pero lo único que vimos fueron rayos luminosos cruzando frente a nosotros y en un segundo ese idiota estaba en el suelo ¿acaso modificaste el hechizo?.-analizó Theo, todas las miradas se posaron en Harry que no sabía que decir al respecto.

 

 

 

-…

 

 

 

-¿estás insinuando que ambos estábamos desplazándonos en un espacio temporal diferente al de ustedes?-preguntó Draco serio.

 

 

 

-sí, porque eso es lo que nos pareció-dijo Theo fascinado.

 

 

 

-asombroso-musitó Blaise atónito.

 

 

 

-¿como pudieron hacer eso? Y sin varita además…-Pansy estaba igual de anonadada que el resto de sus compañeros.

 

 

 

-sinceramente ni siquiera lo noté, fue como estar en un aresto momentum común y corriente.-confesó el Dragón confundido.

 

 

 

-tal vez… al no tener varita, modifiqué el hechizo de manera inconsciente-contestó Harry mirando sus manos como si quisiera encontrar en ellas sus respuestas… después miró a Draco y la expresión en sus ojos bastó para tranquilizarlo, seguramente se trataba de las nuevas habilidades adquiridas debido a su condición actual.

 

 

 

-bueno, la situación de ellos es muy diferente de cualquier alumno de Hogwarts, si saben a lo que me refiero.-dijo Theo mirando divertido al par de chicos abrazados. Harry y Draco se miraron cómplices.

 

 

 

-más tarde hablaremos sobre esto, ahora quisiera saber qué vamos a hacer con ellos.-comentó divertido Draco observando las muecas dolorosas del sufriente chico de Slytherin.

 

 

 

-hay que denunciarlos.-ofreció Nott.

 

 

 

-primero, vamos a atar bien a este para que no se escape.-apoyó Pansy haciendo un hechizo de atadura para después quitarle la varita.

 

 

 

-ustedes dos ¡son unos fenómenos!.-les gritó el muchacho aterrado.

 

 

 

-sí y estamos muy orgullosos de serlo.-le dijo Draco jactancioso.

 

 

 

-te vas a arrepentir Malfoy.-amenazó colérico Roy y casi al instante, un muy cabreado Harry se agachó hasta él, agarrándolo con fuerza de las solapas de su camisa.

 

 

 

-escuchame bien, en lo que atrevas a atacar nuevamente a Draco, olvidaré por completo lo flexible y misericordioso que puedo llegar a ser… te juro que verás el infierno ¿te quedó claro?.-amenazó Harry peligrosamente, fulminándolo con sus ojos verdes refulgentes… Roy se limitó a tragar la saliva contenida intentando no temblar, pero fue imposible… le tenía mucho miedo a esa mirada de otro mundo.

 

 

 

-deberías haber quedado en Slytherin.-comentó Parkinson aturdida.

 

 

 

-lo mismo pensé yo.-agregó Draco ensimismado.

 

 

 

-Potter, Gracias.-dijo Blaise de manera tímida, pero sincera.

 

 

 

-no hay nada que agradecer, estamos todos dentro del mismo equipo ahora ¿no?

 

 

 

-tu lo has dicho.-contestó Nott dándole la razón al Gryffindor.

 

 

 

Tiempo después, cuando encontraron por el pasillo de las mazmorras al profesor Slughorn y le explicaron lo sucedido, éste les dijo que como jefe de casa, se haría cargo de los problemáticos Slytherin, con eso resuelto, el grupo se separó acordando reunirse en la sala de los menesteres.

 

 

 

Blaise, Theo y Pansy se encontraron con Luna y Granger en la entrada…

 

 

 

-¿qué hace ella aquí? No forma parte de la alianza.-cuestionó Pansy.

 

 

 

-es nuestra amiga, no vamos a excluirla… estuvo ahí con nosotros.-masculló indignada Hermione, las serpientes la ignoraron olímpicamente y se pusieron frente a la rubia.

 

 

 

-Lovegood, ciertamente eres brillante bajo esa máscara de ingenuidad que aparentas, así que si vas a formar parte de nuestra alianza te exigimos un voto de confidencialidad máximo.-dijo Theo, ella le sostuvo la mirada y asintió.

 

 

 

-juro que mis palabras jamás serán reveladas, ni aunque me obliguen a hacerlo.

 

 

 

-eres bienvenida-saludó Parkinson haciendo una leve reverencia y ofreciéndole la mano, luna sonriente la tomó.

 

 

 

Hermione por su parte resopló resignada… ¿por qué tenían que ser tan desconfiados?

 

 

 

-bueno… ¿entramos?-sugirió perdiendo la paciencia.

 

 

 

-espero que el lugar al menos sea de nuestro agrado-lanzó Parkinson con soberbia.

 

 

 

-por supuesto que lo será…-dijo la Gryffindor con una sonrisa sarcástica que denotaba de todo menos simpatía, a decir verdad estuvo a punto de lanzar “su majestad”, pero sabiamente se arrepintió… las serpientes y los leones debían llevarse bien ¿verdad? ¿VERDAD?

 

 

 

En tanto Harry y Draco, se encontraban en la dirección con McGanogal, sentados frente a una chimenea, relatándole todo por lo que habían pasado, ella los escuchó con toda calma, ayudándolos a continuar cuando las emociones los sobrepasaban, les hablaron de aquella oscuridad que los mantuvo separados y en peligro, de aquella presencia maligna, de la barrera que se quebró con lo poco y nada que tenían de magia, del lugar en el que se aparecieron cuando literalmente estuvieron muertos… y sus rostros sonrieron cuando les hablaron del encuentro con los fallecidos de la guerra, a cambio McGanogall les informó acerca de todo lo que habían descubierto con sus alumnos, Firenze y Trewlaney… también les contó lo que había ocurrido durante la noche en la enfermería.

 

 

 

-Según lo que sabemos, nosotros dos hemos sido escogidos por la magia para descifrar una profecía que podría ser benéfica.

 

 

 

-no todos comparten esa opinión joven Malfoy, algunos piensan que si esa profecía aun no revelada se cumple, traerá el caos… pero dado que fuerzas malignas están tratando de impedir que ustedes lo lleven a cabo, me inclino a pensar que es todo lo contrario, ustedes son una luz de esperanza y eso a nuestro nuevo enemigo no le gusta nada… además…

 

 

 

Los dos jóvenes miraron expectante a la bruja esperando sus palabras.

 

 

 

-además, ustedes han superado la tercera parte de un ritual ancestral muy poderoso, llamado “El enlace vital del alma”, el cual fue creado por legendarios magos arcanos para que solo los últimos de ellos escogidos por la magia, tuvieran acceso a profecías de vital importancia.

 

 

 

-no entiendo que trata de decirnos…-musitó Harry confuso, en cambio Draco pegó un salto como si la silla le quemara.

 

 

 

-¿escuché bien directora? ¿es lo que…? ¿en serio? ¡¿bromea?!-en el instante en que Harry lo vio levantarse de su silla con la cara desencajada de sorpresa, quiso en el fondo de su corazón ser un poco más listo para poder entender de qué diablos estaban hablando.

 

 

 

-¡por Slytherin!… no puedo creerlo… ¡oh bueno! ahora todo tiene sentido, lo que dijo el centauro, el hecho de que quisiera comunicarme con un árbol cuando era pequeño y lo de hace rato.-decía Draco paseándose por la habitación con una sonrisa incrédula en la cara y las manos inquietas acomodándose los platinados cabellos.

 

 

 

-¿podrían explicarme que está sucediendo?

 

 

 

-joven Malfoy deje de jactarse de su inteligencia y proceda a explicarle al Señor Potter lo que hemos descubierto.

 

 

 

-tal vez usted debería hablarle de los magos arcanos antes ¿no lo cree?

 

 

 

-ciertamente.-asintió McGanogall mirando de reojo al confundido chico de ojos verdes.

 

 

 

-¿magos arcanos?

 

 

 

-En el comienzo del todo, la magia fue repartida en cada rincón generando soplos de vida; criaturas y seres especiales fueron creados para recibir la magia que fluía a través de ellos armoniosamente… de allí provienen los veela, guardianes elementales, bestias sagradas y otras tantas legendarias formas de vida, entre ellos los magos arcanos… muy superiores en magia a nosotros los magos y brujas comunes, se dice que ellos fueron dotados de una gran capacidad para comprender todo su entorno, podían comunicarse con las demás criaturas y seres vivientes, sentir lo que ellos sentían, sanarlos e invocarlos, algunos historiadores aseguran que incluso podían abrir puertas a otros mundos con solo desearlo. Cuando el tiempo transcurrió y la magia comenzó a contaminarse, dicen que ellos también comenzaron a extinguirse, así como los arboles sagrados que habían creado, los cuales en su mayoría se volvieron ceniza.

 

 

 

-¿árboles sagrados?

 

 

 

-si, se cree que la creación de árboles sagrados, fue una forma para mantener el contacto con el espíritu guardián de la tierra, que ya casi no podía ser escuchado ante la debilitación de la magia.

 

 

 

-¿no estará hablando del árbol que floreció en el bosque prohibido?-preguntó Harry aturdido.

 

 

 

-hasta que al final captas-sonrió el rubio burlón.

 

 

 

-es que no lo entiendo ¿eso que tiene que ver con nosotros? ¿acaso sugiere que descendemos de ellos?

 

 

 

-no Señor Potter, su poder no se transmitía vía sanguínea o por linaje, ellos eran elegidos por la magia desde antes de venir al mundo, más que hijo de sus padres, eran hijos directos de la magia suprema… es por esto que incluso los elegidos podían nacer entre una comunidad de magos comunes, Muggles, duendes o elfos…

 

 

 

-somos… ¿magos arcanos?

 

 

 

-touche.-dijo el rubio contento de que el atónito de su novio hubiera descubierto la verdad sobre sus existencias.

 

 

 

-en resumidas cuentas: antes de nacer ustedes fueron escogidos por la magia suprema como magos arcanos, seres cuyas habilidades y poderes superaría a los de cualquier mago.

 

 

 

-correcto.-dijeron los dos comprendiendo lo dicho.

 

 

 

-sus poderes podrían haberse dormido en su interior por diversas causas, como por ejemplo: traumas de niñez… en el caso de usted señor Potter, haber visto la muerte de sus padres.

 

 

 

-es posible…-dijo Harry de forma taciturna atando cabos sueltos, mientras Draco lo miraba pensativo, preguntándose si el obliviate de su madre había sido el causante de que en él se hayan suprimido tales poderes.

 

 

 

-también han logrado efectuar correctamente el ritual ancestral “enlace vital del alma”, el cual enlazaba los núcleos de los magos arcanos para que se unieran eternamente como si fueran uno, completarlo era el principal requisito para que sus cuerpos no se dañaran con la poderosa magia renovada que se activó… Firenze me explicó que los estados febriles que estaban sufriendo la noche pasada, eran porque no podían resistir por si solos la magia que estaba despertando atrapada dentro de ustedes. El hecho de que hayan sido maldecidos para intentar cortar su enlace, lo hizo peor todavía, pudieron haber muerto… quien sabe cuantos magos arcanos antes que ustedes murieron de la misma forma sin completar la tercera parte del ritual.-se acongojó la directora bajando la mirada.

 

 

 

-casi no lo conseguimos… casi fuimos tragados por la oscuridad.-se limitó a decir Harry mirando profundamente a Draco, que lucía igual de conmocionado con la información.

 

 

 

-pero lo importante es que lo lograron, ese ritual los hace oficialmente magos arcanos, dándoles completa potestad para anular la clausula que protege la gran profecía.

 

 

 

-¿lo sabe el ministerio?

 

 

 

-el ministerio no tiene porque enterarse.-declaró Minerva muy seria.

 

 

 

-no… no deben… podrían tener infiltrados.-advirtió Draco.

 

 

 

-¿pero como vamos a ir sin que lo noten? incluso la prensa se enterará.

 

 

 

-eso déjenoslo a nosotros Señor Potter, ustedes simplemente dedíquense a pasar el año, igualmente tendrán que ir a ver a Olivander pasadas las festividades.

 

 

 

-pero…

 

 

 

-¡nada de peros muchachos tercos!… solo… solo sean felices.-les suplicó dejando caer su máscara de seriedad y los atrajo a ambos en un abrazo, Harry sintió que sus ojos escocían… era como tener a otra madre que lo apoyaba en los peores momentos, Draco sonrió resignado sintiendo los sentimientos buenos de la directora… ella no tramaba nada oculto, estaba siendo totalmente transparente sin ninguna maquinación o plan, suspiró aliviado, podían confiar en ella… completamente.

 

 

 

Ambos chicos asintieron y sonrieron al ver una sonrisa en la cara de la cansada bruja.

 

 

 

-Directora, lo único que esperamos de la profecía que será revelada, es que no tengamos que pelear nuevamente y perder más vidas… nosotros… solo queremos vivir en paz.

 

 

 

-todos queremos eso, pero no puedo evitar decirles… que deberán ser fuertes, no todos los caminos que conducen a la absoluta felicidad son rectos y fáciles… habrá muchos baches, obstáculos y rocas en un laberinto de caminos serpenteantes.

 

 

 

-sabemos que no será fácil… nunca lo ha sido.-dijo el joven de cabellos oscuros bajando triste la mirada.

 

 

 

-todo estará bien Harry, no te amedrentes por el futuro, no estamos solos.-le dijo el muchacho rubio abrazándolo y besando su frente.

 

 

 

-creo que ya deberíamos ir andando, los chicos nos esperan-habló el muchacho Gryffindor con un nudo en la garganta, tomando la mano de Draco.

 

 

 

-cuídense, no se metan en líos y recuerden el evento de mañana.

 

 

 

-Directora, sé que sonará atrevido, pero ¿puedo quedarme a practicar con Harry esta noche en el salón de los menesteres? No quiero que se la pase pisándome los pies mientras bailamos.

 

 

 

-¡Dragón!-le llamó la atención el moreno sonrojándose ante su desfachatez.

 

 

 

-eso más me suena a excusa para sus encuentros nocturnos señor Malfoy, pero sí… les doy autorización, de todas formas eviten encontrarse con Peeves y Filch.

 

 

 

-¿escuchaste león? Estamos autorizados por la Directora, no vas a poder escaparte de mis “clases de baile”.-le dijo con el ego por las nubes, Harry tosió nervioso sonrojándose aún más mientras lo jalaba de la mano para huir de la mirada divertida de McGanogall.

 

 

 

-¿y quien te dijo que quería escapar? Dragón Presumido…-lanzó con astucia y una sonrisa coqueta de lado, que hizo a Draco querer robarle un beso allí mismo.

 

 

 

-Directora McGanogall quería hacerle otra petición, es respecto a las reglas de la casa de Slytherin… algunos alumnos están imponiendo reglas creadas por alumnos de años anteriores, amenazaron con darme exilio si no rompo con Harry ¿podría usted hacer algo al respecto?-pidió Draco intentando calmar la tensión de su chico que apretaba los puños.

 

 

 

-¡esto es inaudito! ¿tiene usted el nombre de esos alumnos? Los haré venir en este mismo momento y me aseguraré de que entiendan que según las normas oficiales de la escuela, nadie puede ser exiliado de sus casas.

 

 

 

-su nombre es Roy Savage, está en séptimo año… no es el único que toma en cuenta esa norma hay otros alumnos y prefectos también.

 

 

 

-gracias por su información señor Malfoy, tomaré cartas en el asunto.

 

 

 

-de nada, bueno ya nos retiramos, tenemos mucho que practicar ¿no?

 

 

 

-vas a tener que tenerme paciencia, estas advertido.

 

 

 

-¡ja!-se mofó el rubio.

 

 

 

-muchas gracias por todo Directora McGanogall, adiós.

 

 

 

-Hasta pronto muchachos-dijo ella sonriente viéndolos cerrar la puerta.

 

 

 

Los muchachos caminaron tomados de la mano sin saber que decirse… recibir tanta información durante los últimos días los tenía agotados y francamente les daba pereza volver a tocar el tema frente a sus amigos, pero tenían que hacerlo… ellos habían visto lo ocurrido y merecían saber la verdad.

 

 

 

Cuando llegaron al salón de los menesteres y abrieron la puerta, sus ojos parpadearon sin creer lo que estaban viendo.

 

 

 

Se escuchaba música celta en todo el salón, la cual provenía de un tocadiscos mágico, Longbottom estaba enseñándole pasos de danza celta a Theo, Hermione bailaba con Ron en pareja o eso intentaban, sentada en uno de los sillones Pansy se revolcaba de risa al ver como se equivocaban, mientras que junto a la chimenea Luna y Blaise decoraban un pino navideño con figuritas doradas, bolas de colores y guirnaldas… el ambiente parecía muy festivo y ameno.

 

 

 

-hola… parece que se divierten.-dijo Harry, por acto reflejo Nott quien ya estaba sonrojado, se apartó de Neville.

 

 

 

-Hola chicos, sí... estábamos ocupando nuestro tiempo para practicar un poco antes de mañana-dijo Neville muy divertido contemplando de reojo las mejillas sonrojadas del joven Slytherin.

 

 

 

-eso fue muy divertido Longbottom, debí haber traído mi cámara capturadora.-decía Pansy burlándose de su compañero, Ron y Neville se estaban divirtiendo de lo grande con el nerviosismo del muchacho, mientras Hermione negaba con la cabeza reprobando su actitud.

 

 

 

-Pansy, ya te quiero ver bailando a ti.-lanzó Theo con desdén.

 

 

 

-¿quieres desafiarme? A diferencia de ti yo si soy muy buena bailarina.

 

 

 

-chicos, dejen sus peleas bobas para después, solicitamos su atención.-todos dejaron lo que estaban haciendo y se sentaron en los cómodos sillones formando un circulo.

 

 

 

-como sabrán, la noche que Harry fue a buscarme al bosque prohibido, ocurrieron muchas cosas que provocaron un completo cambio de nuestras perspectivas, sin premeditarlo nos enlazamos mutuamente en un ritual espontáneo.

 

 

 

-lo sabemos.-dijo luna, todos asintieron.

 

 

 

-¿también saben acerca de la profecía con clausula de protección?-preguntó anonadado Harry.

 

 

 

-sí, anoche la directora nos lo dijo.-contestó Nott.

 

 

 

-¿también les dijo que somos magos arcanos?-se atrevió a preguntar Draco, todos menos Harry lo miraron con caras pasmadas.

 

 

 

-¡¿como dices?!-dijeron al unisono, con los ojos como platos.

 

 

 

Harry y Draco se miraron agotados… al menos ya sabían por donde comenzar a explicar…

 

 

 

Los jóvenes explicaron con lujo de detalles lo que habían hablado con McGanogall, las caras de sus amigos eran un verdadero poema, pasando por expresiones que iban del asombro a la tristeza, la preocupación y la emoción, especialmente de Ron cuando le dijeron que habían hablado con su hermano Fred.

 

 

 

Los llenaron de preguntas, la mayoría fueron respondidas, algunas quedaron sin responder… había tantas cosas nuevas sobre si mismos que aún desconocían… tantos misterios por descubrir, que temían incluso seguir escudriñando.

 

 

 

Ya por la tarde y dándose cuenta que se habían saltado algunas clases por estar charlando tanto, ambos grupos se separaron despidiéndose con cortesía.

 

 

 

-Nos vemos mañana, vengan a desayunar a nuestra mesa, están cordialmente invitados.-dijo el príncipe albino, los leones y el águila se miraron con estupefacción.

 

 

 

-¿estás seguro de que no tendrás problemas con tu casa?-preguntó Ron incrédulo.

 

 

 

-después de lo que ocurrió hoy, me importa un rábano lo que piensen, son bienvenidos,

 

además McGanogall estará muy feliz.

 

 

 

-tienes razón, es hora de que empiece una revolución ¿no lo crees?-declaró Hermione con astucia, sonriendo de esa forma en la que sabes que se viene algo realmente bueno.

 

 

 

-me parece el momento correcto-dijo Draco contemplando los alucinantes ojos esmeralda de Harry que también sonreía.

 

 

 

-entonces hagamos esto: turnémonos por día; mañana ustedes vienen a nuestra mesa y pasado mañana nosotros vamos a la de ustedes.-ofreció Pansy.

 

 

 

-a los Ravenclaws no creo que les moleste de vez en cuando una visita-agregó Luna.

 

 

 

-eso ¿no quiere decir que esas chicas de Hufflepuf también querrán que nos sentemos en su mesa?-se asqueó Blaise, los demás se echaron a reír.

 

 

 

-me parece una idea excelente, hagamos eso a partir de ahora.-sugirió Harry muy contento.

 

 

 

-de acuerdo.-asintieron todos.

 

 

 

-Harry ¿vienes con nosotros?.-invitó Ron.

 

 

 

-no, quedé en practicar danza con Draco… ya sabes que no se me da bien y… se ofreció a ayudarme.-dijo sonrojado e incómodo.

 

 

 

-ho… ya veo, así que… practicar danza se llama ahora.-enfatizó con sarcasmo su amigo pelirrojo, haciéndole una escena.

 

 

 

Draco contuvo la risa al ver como su novio parecía una tetera hirviendo de vergüenza. Pansy, Theo y Blaise se carcajearon en silencio, Hermione se hizo la desentendida y tomó el brazo de su novio zamarreándolo un poco.

 

 

 

-¿Harry no tendrás problemas con lo del toque de queda o si los encuentran?-preguntó la castaña con preocupación.

 

 

 

-no te preocupes Mione, todo está bajo control.

 

 

 

-ya le pedimos autorización a McGanogall, quédate tranquila Granger cuidaré muy bien de tu amigo.

 

 

 

-eso espero…-dijo ella alzando una ceja.

 

 

 

-¿alguien puede explicarme porque si tenemos una alianza seguimos llamándonos por nuestros apellidos?-preguntó Neville.

 

 

 

Todos se quedaron mirando sin pronunciar palabra alguna.

 

 

 

-pues… tienes razón Nev, deberíamos llamarnos por nuestros nombres.-sugirió Harry apoyando a Neville.

 

 

 

Slytherin y Gryffindors se miraban alerta, mientras luna en medio pasaba su vista de un lado a otro como si fuera un partido de tenis.

 

 

 

-creo que no tiene sentido que nos tratemos tan formalmente, no veo el inconveniente-dijo la castaña mirándolos con diversión.

 

 

 

-Mira Granger creo que es demasiado pronto para entrar en confianzas, además…

 

 

 

-es Hermione.-corrigió Harry.

 

 

 

-¿he?

 

 

 

-llámala por su nombre.-le regañó con falso enojo.

 

 

 

-no voy a llamarla... Hermio...ne- su cara hizo una mueca graciosa que hizo reír a Harry, no obstante, solo bastó una mirada de sus fríos ojos plateados para que éste se viera obligado a comportarse.

 

 

 

-pues entonces llámala Mione (maiony).

 

 

 

-¿Mione?-el rostro de Draco era un poema al asco.

 

 

 

-sí, es su diminutivo.-aclaró Harry perdiendo la paciencia.

 

 

 

-oye ¿qué te pasa con su nombre? ¿que no te has fijado en el tuyo? ¡Ya paren de burlarse ustedes tres!-bramó Ron refiriéndose a Pansy, Blaise y Theo.

 

 

 

-¿cual es tu problema con mi nombre, Draco?-preguntó la castaña con valentía de Gryfindor, después de cerrar los ojos, respirar profundamente y contar hasta diez.

 

 

 

-… suena muy…

 

 

 

-¿formal?-inquirió ella.

 

 

 

-rebuscado ¿de qué otra forma podría llamarte?-se sinceró él.

 

 

 

-aveces, los chicos me llaman Herms.-dijo algo cohibida, de alguna forma le había encontrado razón al rubio.

 

 

 

-¿Herms? Prefiero Mione.

 

 

 

-me parece bien.-dijo ella sonriente.

 

 

 

-bien…-terminó de decir él, bastante satisfecho con el acuerdo.

 

 

 

De pronto ante los ojos atónitos del grupo ambos se echaron a reír.

 

 

 

-te juro que dan miedo.-dijo Ron.

 

 

 

-si… es desconcertante.-susurró Harry atónito.

 

 

 

-mi nombre es Neville, pero me dicen Nev ¿y el tuyo?

 

 

 

-Theodore, me llaman Theo.-dijo cortante el joven evitando mirarlo a los ojos.

 

 

 

-yo me llamo Pansy, mi diminutivo es Pans.

 

 

 

-me llamo Luna, aveces me llaman Luna lunática o lunática a secas.-dijo de manera pensativa.

 

 

 

-preferimos llamarte Luna.-dijo Pansy.

 

 

 

-si, ya que si te llamáramos lunática, contaría como violación al acuerdo de paz y no queremos eso ¿te parece?-acotó Theo.

 

 

 

-si, está bien.-dijo ella alegre.

 

 

 

-¿cual es tu nombre?-preguntó Blaise al pelirrojo.

 

 

 

-Ronald, pero me dicen Ron ¿y el tuyo?.

 

 

 

-yo soy Blaise.

 

 

 

-Blaise ¿como el tutor de merlín?-preguntó Luna.

 

 

 

-si… él también se llamaba Blaise ahora que recuerdo.-dijo contemplando curioso a la muchacha extraña.

 

 

 

-mi nombre es Harry.

 

 

 

-eso lo sabemos, salía en el periódico todo el tiempo.-dijeron en modo de broma los Slytherin.

 

 

 

-el mio es Draco, pero también pueden llamarme Drake o Dray o Dragón.-dijo presumiendo, Harry se volteó a mirarlo indignado y habló.

 

 

 

-entonces, a mi pueden llamarme León.-Draco abrió la boca a punto de hacer un berrinche, pero se contuvo y sonrió como la serpiente digna que era.

 

 

 

-escucha mi amor, el único que puede llamarte León, soy yo.

 

 

 

-desde luego cariño, pero también el único que puede llamarte Dragón soy yo.-rebatió el joven de cabellos oscuros sin dar su brazo a torcer.

 

 

 

-¿peleas matrimoniales?-preguntó Pansy divertida.

 

 

 

-ya decía yo que era raro ver tanta miel sin limón-dijo la castaña contemplando a ambos chicos que se miraban desafiantes.

 

 

 

Pasó un instante en que nadie se atrevió a hablar por la tensión que se respiraba en el ambiente… hasta que… por fin uno cedió.

 

 

 

-¿por qué no dejamos que nos llamen como quieran?-preguntó Draco acariciándole la mejilla con cariño, era imposible estar enfadado con él por una bobearía… no podía resistirse a sus encantos.

 

 

 

-de acuerdo, pero leoncito y Dragoncito nos pertenecen.-dijo Harry besándole la punta de la nariz, Draco lo envolvió en sus brazos y sin poder aguantarse más, le robó un beso en los labios.

 

 

 

-¿como pueden ser tan condenadamente apasionados?-preguntó Pansy, suspirando ruborizada con Luna y Hermione.

 

 

 

-son el uno para el otro, sin duda.-dijo la castaña intentando apartar la mirada en vano.

 

 

 

-Mione creo que ya deberíamos marcharnos, se están poniendo muy melosos esos dos-se quejó Ron, mientras que Hermione sin responderle parecía algo hipnotizada con la escena ante sus ojos.

 

 

 

-oye Ron, nosotros también vamos andando, no quiero seguir aquí cuando pasen al siguiente nivel.-dijo incómodo Blaise provocando una mueca de disgusto en el pelirrojo.

 

 

 

-está bien, nos vemos.

 

 

 

-si, también yo me voy, hasta mañana.-dijo Nott.

 

 

 

-espera…-llamó Neville… el muchacho de Slytherin se volteó a mirarlo.

 

 

 

-hay algo que quiero preguntarte antes de que te marches ¿podemos hablar?-suplicó Nev algo nervioso, Pansy salió de su ensoñación mirándolos con disimulado interés.

 

 

 

-claro, pero que sea rápido, estamos a nada del toque de queda.-le contestó intrigado.

 

 

 

El par de muchachos se alejó hasta el final del pasillo para charlar, la morena pensativa sonrió maliciosa.

 

 

 

-Hermione, no te sorprendas si vemos más melosidad rondando por estos días ¿captas?-dijo señalando al otro par con la mirada.

 

 

 

-pensé que era la única que lo había notado…-susurró Hermione sorprendida.

 

 

 

Finalmente los que quedaban, se fueron a sus respectivas casas, dejando en el pasillo a la silenciosa pareja besándose.

 

 

 

-¿entramos a nuestro cuarto?-invitó el rubio ofreciéndole la mano… Harry lo miró haciéndose de rogar, al final soltó un suspiro derrotado y la tomó.

 

 

 

-vamos.

 

 

 

Una vez dentro, Draco lo llevó hasta el centro de la recámara...

 

 

 

-¿bailamos?

 

 

 

-no sé bailar.

 

 

 

-pues, te enseño.-ofreció elegantemente.

 

 

 

-¿estás seguro de esto? soy muy torpe…

 

 

 

-pero aprendes rápido, fuiste alucinante manejando magia sin varita cuando me salvaste del imbesil de Savage.-Draco sabía que ese comentario lo haría reaccionar.

 

 

 

-está bien, pero no te enojes si te lastimo los pies.-le dijo el moreno, intentando convencerlo en un último intento.

 

 

 

-deja de hacer tanto drama y pone atención.-ordenó.

 

 

 

Draco con una chispa de magia que salió de sus dedos, puso a tocar el gramófono, una melodía lenta, muy hermosa salió del mecanismo mágico, tomó su mano y la llevó hasta su propia cintura, cogió su otra mano entrelazándola con la suya. Sus pies comenzaron a moverse lentamente mostrándole al moreno los pasos básicos, éste intentó imitarlo.

 

 

 

-se ve complicado.

 

 

 

-no lo es, solo debes seguir el ritmo de la música… un, dos, un dos tres…

 

 

 

-he… eso intento… ¡lo siento!-exclamó cuando se le enredaron los pies y pasó a pegarle en la pantorrilla, Draco hizo mueca de dolor que rápidamente se convirtió en una sonrisa.

 

 

 

-primero, ¿podrías intentar relajarte? Estás tan tenso que no te entra ni la respiración.

 

 

 

El joven que venció inspiró profundamente cerrando los ojos y luego soltó todo el aire volviendo a repetir la operación.

 

 

 

-¿te sientes mejor?

 

 

 

-un poco.

 

 

 

-amor, no lo tomes como si fuera una tortura… solo… diviértete.

 

 

 

-¿como se supone que lo haga si te doy de punta pies a cada momento?

 

 

 

-no te frustres, lo harás mejor cada vez.

 

 

 

-vale, voy a seguir intentando.

 

 

 

Después de varios minutos de fallar y retomar los pasos, al fin Harry logró seguir al paciente rubio… aunque a este le molestó que permaneciera con la vista concentrada en sus extremidades.

 

 

 

-¿sabías que bailar es una forma de cortejar a tu pareja? Ahora que ya te sabes los pasos, olvidate de que tienes pies y mírame a los ojos, hazme sentir parte de tu baile, sedúceme.-le susurró en un tono que pasó de regañador a sensual, arrancándole un rubor furioso.

 

 

 

Con mucha dificultad, Harry elevó la vista encontrándose con un par de ojos de plata que brillaban vidriosos por las emociones contenidas. Se quedaron mirando un momento con el corazón dando saltos, mientras sus pies se movían lentamente por toda la habitación…

 

 

 

Harry no supo como, pero ahora era él quien estaba llevando a Draco en aquella danza mágica, sus pies estaban perfectamente sincronizados, moviéndose sin ningún error. Draco sonrió fascinado, sí que aprendía rápido… no podía dejar de preguntarse en que otras cosas se volvería diestro.

 

 

 

La distancia que separaba sus cuerpos comenzó a volverse cada vez menor, anhelándose ansiosamente mientras sus manos se entrelazaban y sus cuerpos giraban juntos en el mismo eje.

 

 

 

El muchacho rubio a través de su magia empática, sintió el amor profundo de Harry desbordándose, la sensación fue tan exquisita que no pudo evitar un suspiro placentero.

 

 

 

El moreno felizmente sorprendido al escucharlo suspirar en sus brazos, se mordió los labios con deseo, admirando esos ojos grises que estaban perdidos en su propia mirada. Aquello fue más excitante de lo que pudieron aguantar, sus pasos se detuvieron en medio de la sala y finalmente cerraron la poca distancia que los separaba besándose con fuego, la música continuaba sonando mientras se devoraban los labios con desesperación, abrazándose, acariciándose por sobre la ropa.

 

 

 

Harry buscó su níveo cuello, besándolo y lamiéndolo apasionado mientras disfrutaba del aroma fresco que despedía su piel y de los suspiros de su boca…

 

 

 

Draco metió las manos por debajo de su ropa, acariciando los músculos de su espalda fuerte con ansias, el otro joven hizo lo mismo palpando la piel lozana, al poco rato ambos se encontraban sacándose los sueter escolares por encima de sus cabezas y desabotonando sus camisas con urgencia, comiéndose a besos… afiebrados por la pasión del momento.

 

 

 

Desabrocharon sus pantalones mirándose a los ojos traviesos y lujuriosos, palpando mutuamente sus erecciones mientras avanzaban en retroceso hacia la zona de la chimenea…

 

 

 

-estamos a punto de chocar contra el sofá.-dijo Harry viendo de reojo por detrás del rubio, mientras besaba el lóbulo de su oreja.

 

 

 

-que mejor ¿no?-musitó Draco en un tono cachondo y agitado que hizo al moreno desearlo aún más.

 

 

 

El rubio se reclinó boca arriba contra la acolchada superficie del sofá en una pose demasiado sexy para ser ignorada… tenía color en las mejillas y sus ojos se veían anhelantes mientras se mordía los labios… ¿pero como no iba a tener esa expresión? Si Harry estaba casi desnudo e inclinado sobre él, dejándole ver su salvaje pecho varonil, sus hileras de músculos abdominales bien trabajados y más abajo ese agraciado pedazo de hombría completamente erecta, atrapada entre sus pantalones y sus apretados bóxer muggles.

 

 

 

-hagamoslo aquí-le dijo Draco tocando la vellosidad de su bajo vientre.

 

 

 

Harry volvió a besarlo, mientras sus manos se encargaban de quitarle entre caricias, los pantalones y esa ajustada prenda de ropa interior, después se desplazó sobre él, cubriendo por completo su cuerpo de nieve con el suyo, jadeando ante el contacto de su piel caliente frotándose contra la suya… tan suave, sublime y exquisita.

 

 

 

Estando en la intimidad con Draco, había muchas cosas que no podía evitar, por ejemplo: resistirse la tentación de acariciar esos pezoncillos erectos unos segundos para arrancarle excitantes jadeos o enterrar sus dedos entre sus suaves cabellos platinados, mientras le mordisqueaba la boca. Tampoco podía dejar de contemplar esa etérea mirada llena de deseo y esa boca incitante, ¡por merlín!... como lo deseaba… y sabía que él también estaba ansioso, ya que podía notar como sus manos presurosas intentaban jalar hacia abajo sus pantalones y calzoncillos, ante la dificultosa tarea sin duda se apresuró a ayudarlo.

 

 

 

-acabo de recordar que me debes algo León…-dijo al separarse de su boca, el otro joven lo miró curioso.

 

 

 

-¿el qué?

 

 

 

-me debes un buen espectáculo… toma, aquí está mi camisa…-Draco cogió su camisa del suelo y se la entregó al moreno que no entendía nada… éste de pronto sonrió pícaro, dándole luces de comprender a que se refería.

 

 

 

-¿ahora?

 

 

 

-sí, quiero verlo ahora.-ordenó presumido el muchacho, acomodándose contra uno de los brazos laterales de aquél sofá.

 

 

 

-si mi erótico esposo así lo quiere… así será.-le contestó travieso, Draco no pudo evitar sonreír divertido por el halagador comentario.

 

 

 

Harry también se acomodó sentándose frente a él para poder darle un buen ángulo de lo que estaba a punto de hacer, una de sus manos llevó la camisa hacia su rostro percibiendo de inmediato su esencia, mezcla de sudor, madre selvas y manzanas verdes, la otra se dirigió hacia su propio miembro despierto y comenzó a cerrar la palma a su alrededor iniciando un lento sube y baja.

 

 

 

Draco estaba atrapado en la escena, el corazón comenzó a saltar otra vez dentro de su pecho, y es que verlo así… respirando su aroma impregnado en esa bendita camisa y masturbándose mientras lo miraba profundamente con esos ojos esmeralda que brillaban en deseo… era demasiado para él, se mordió los labios y su propio miembro comenzó a reaccionar a los visuales estímulos…

 

 

 

-humm.-jadeó Harry, el sonido que su maravillosa voz soltó fue tan erótica que Draco se removió incómodo sobre el sofá, quería tocarse… quería que él lo tocara con esa mano que iba cada vez más rápido subiendo y bajando.

 

 

 

La respiración del joven moreno se volvía errática, sus movimientos en la palma de su mano eran cada vez más duros y Draco estaba perdido observándolo.

 

 

 

-de… detente-balbuceó el rubio con la cara encendida de rubor y agitación.

 

 

 

Harry dificultosamente abandonó su tarea y se inclinó hacia él con el lívido brotándole por los poros.

 

 

 

-¿qué ocurre?-musitó con la voz hecha un susurro frente a sus labios.

 

 

 

-házmelo ya.

 

 

 

-¿quieres que intentemos... una posición diferente esta vez?-susurró incitante en su oído.

 

 

 

-estoy a tu merced.-le contestó fogoso.

 

 

 

Harry se levantó despacio arrodillándose sobre el sofá.

 

 

 

-voltéate amor.-le pidió con voz excitada, el muchacho rubio le hizo caso con expectación, quedándose boca abajo, un instante después sintió como esas manos varoniles le jalaban de las caderas hacia arriba, dejando su trasero completamente expuesto, al verse en esa posición no pudo evitar un jadeo de sorpresa.

 

 

 

De pronto, sintió el cálido aliento de Harry recorriendo la curva de su espalda hasta llegar tras de su oreja, donde susurró sensualmente un hechizo.

 

 

 

-lubricuos.

 

 

 

-¿León que estás hacien…? ¡Oh, por morgana!.-no alcanzó a terminar su frase, resolló de gusto contra la almohada sintiendo el cálido y hormigueante lubricante llenándole las entrañas y los dedos de su novio acariciando circularmente su resbaladiza entrada… cerró los ojos con fuerza al notar como uno de ellos resbalaba poco a poco hacia su interior y volvía a salir una y otra vez.

 

 

 

-me encantas Dragón… cada poro de ti-le dijo Harry al oído mientras lo preparaba, no recibió respuesta, solo un movimiento del trasero de su chico que buscaba más contacto…

 

 

 

-pero que goloso ¿quieres otro?-le preguntó Harry travieso ganándose un jadeo como respuesta, Draco sacó la cara de la almohada y buscó sus labios… cuando terminó el beso, finalmente le respondió.

 

 

 

-joder sí… se siente… tan bueno.-Harry se mordió el labio ante la escena erótica frente a sus ojos, lucía tan sumiso.

 

 

 

Sin hacerlo esperar más, ingresó un segundo dedo cuidadosamente, haciendo movimientos penetrativos, con la otra mano buscó sus testículos masajeándolos lentamente notando como sus jadeos comenzaban a transformarse en gemidos placenteros que se amortiguaban contra la almohada.

 

 

 

El moreno dejó de prepararlo cuando vio que ya alcanzaban al menos tres de sus dedos, se alejó un poco deleitándose bajo la visión de ese glorioso y hermoso trasero embadurnado que lo esperaba impaciente.

 

 

 

-rápido, métela.-suplicó anhelante.

 

 

 

Una de las manos de Harry sujetó su cadera con firmeza mientras la otra posicionaba su sexo en aquella acuosa entrada resbaladiza… comenzó a hacerlo lentamente disfrutando de la calidez que lo invitaba a penetrarlo más a fondo.

 

 

 

-haaag…-gimió el muchacho rubio sintiendo como ese miembro comenzaba a abrirse paso en su interior con sorprendente facilidad gracias al hechizo lubricante.

 

 

 

El moreno hizo uso de todo su auto control para sosegarse, miró a su novio que jadeaba pesado y estaba sosteniéndose de la almohada como si fuera ancla de salvación, sin dudarlo más se inclinó un poco sobre su espalda y le besó los hombros con deseo iniciando un leve movimiento de vaivén con sus caderas para continuar penetrándolo.

 

 

 

-¿duele?

 

 

 

-estoy bien… no te… detengas…-le contestó entre jadeos de placer.

 

 

 

-tu interior... está tan caliente.-susurró Harry en su oído, el Dragón se mordió los labios sonriendo, mientras cerraba los ojos disfrutando la sensación de él llenándolo por completo.

 

 

 

El lento vaivén progresivamente fue tomando un ritmo más salvaje, provocando en ambos gemidos y sofocados jadeos que no hicieron más que aumentar el lívido.

 

 

 

Las manos del león se deslizaron por sobre su pecho, acariciando sus aureolas insistentemente y bajaron después por su abdomen hasta llegar a su desatendida erección que clamaba por un mísero toque, la envolvió en su mano mientras lo embestía duro.

 

 

 

-HaaaA!-resolló el albino derritiéndose de placer con cada estocada y caricia… sus ojos lagrimearon y sus rodillas se volvieron débiles sintiendo como su gozo parecía multiplicarse con las sensaciones que podía sentir de su chico a través de la empatía.

 

 

 

De pronto Harry salió de él causando un quejido de frustración…

 

 

 

-llámalo un fetiche, pero quiero ver tu rostro cuando te corras, así que…-El joven giró a su chico mirando su rostro afiebrado por las sensaciones y sin hacerlo esperar más avanzó gateando sensualmente entre sus piernas, elevándolas por encima de sus hombros, dejándolo en una posición más que perfecta.

 

 

 

-que coincidencia…-concordó el rubio excitado, relamiéndose los labios… Harry sonrió de gusto y con un impulso volvió a llenarlo de una sola embestida.

 

 

 

Draco volvió a resollar de placer bajo ese escultural cuerpo, sintiendo cada estocada más profunda y rápida que la anterior. Su novio también gemía intentando aguantar las oleadas de placer que lo estaban encaminando al orgasmo, de manera desesperada besó el cuello del rubio dejándole una marca rojiza en su nívea piel.

 

 

 

Los brazos del Dragón se guindaron al cuello del otro joven, mientras éste le recorría el cuerpo entero con sus manos y sus labios jadeantes se besaron apasionados, iniciando una danza con sus húmedas lenguas.

 

 

 

-¡Oh… por dios!…-gimoteó Draco después de un momento, alejándose de su boca y temblando.

 

 

 

-lo encontré ¿cierto?-habló Harry en medio de un gruñido placentero, su novio solo se limitó a asentir mientras se mordía los labios aguantando dificultosamente las ganas de correrse.

 

 

 

Las manos de Draco buscaron el respaldo lateral de aquél sofá para sostenerse con fuerza de las embestidas que él le daba.

 

 

 

El sonido del crepitar de los leños en la chimenea sencillamente ya casi ni se escuchaba en la estancia, a causa del sonido del sofá chirriando por los movimientos de ambos cuerpos sudorosos entregándose, que se combinaba con el de sus gemidos y gruñidos cada vez más cerca del inminente orgasmo.

 

 

 

El león tomó la erección del otro joven y comenzó a masturbarlo entre sus abdómenes, al principio el agarre fue suave y lento, pero al notar como comenzaba a mojarse con el semen que se escapaba aceleró el ritmo cerrando con más fuerza la palma, haciendo que las frotadas fueran más duras.

 

 

 

León… estoy cerca-musitó con voz profunda, cargada de éxtasis.

 

 

 

-aguanta… ya… casi… ah!…-intentaba decir Harry conteniendo la respiración en medio de gemidos para sopesar todo el desbordante placer que lo estaba nublando… los gemidos deliciosos en la boca de su Dragón no hacían más que dificultarle la tarea.

 

 

 

-no puedo… ¡voy… voy a correrme!.-soltó desesperado, aferrándose a su cuerpo, como queriendo fundirse con él hasta su último átomo.

 

 

 

Harry siguió dando fuertes estocadas, sin parar de estimular el punto sensible dentro de él, sintiendo como su pasaje caliente se apretaba cada vez más y palpitaba.

 

 

 

-HAAAAAA!!-resolló el joven sintiendo una descarga de garrafal placer que lo hizo correrse cuando el pene de su chico se convulsionó dentro suyo con fuerza, liberando chorros de semen que lo llenaron de forma generosa.

 

Ambos recurrieron a sus labios sin dejar de gemir en la boca del otro, acariciándose y palpándose con la respiración agitada y doliente, pasados unos segundos rompieron el beso acuoso, dejando un rastro de saliva entre sus bocas que tomaban grandes tragos de aire.

 

 

 

Se miraron agitados con devoción y sonrieron agotados sin decir una sola palabra, la emoción del momento no les dejaba hacerlo.

 

 

 

Con cuidado, Harry salió de su cuerpo tembloroso, bajando de sus hombros sus esbeltas piernas, Draco lo invitó con sus brazos a arrullarse sobre su cuerpo, haciendo que su cabeza descansara sobre su pecho y comenzó a acariciar sus desordenados cabellos.

 

 

 

-te amo ¿sabes?

 

 

 

-yo más…-Draco soltó una pequeña risa ahogada.

 

 

 

-no voy a discutir eso-contestó divertido.

 

 

 

-me parece una buena idea-susurró Harry adormeciéndose.

 

 

 

-dulces sueños.-musitó Draco besando su frente perlada.

 

 

 

-dulces sueños amor.-dijo él, haciendo lo mismo en su pecho.

 

 

 

Ambos se quedaron dormidos sobre aquél sofá que fue victima de su amor, la chimenea encendida les brindó calor toda la noche y la música del gramófono olvidado ya no sonaba… una mágica paz inundó el lugar donde aquellos seres luminosos como la luz de la luna dormían uno muy junto al otro.

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

¿qué opinan? ¿les gustó? las habilidades de Harry y Draco con el tiempo se volverán aún más asombrosas, esperen para ver el siguiente capítulo, será un baile de navidad mágico y lleno de diversión, para nada como fue para Harry el baile de yule durante su cuarto año, espero que lo disfruten, cariñosos besos y abrazos a todos quienes siguen esta historia, hasta el próximo capítulo!


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