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Anima vitale vinculum por Karura

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Notas del capitulo:

Siento haber tardado tanto en actualizar, pero la verdad es que me he bloqueado y no ha salido nada de mi cabeza por dos semanas, en cambio me he puesto a leer fanfics y a ver imágenes por si con eso me volvía la inspiración… y funcionó.


Se que no entienden muchas cosas de la historia, pero prometo subir un dibujo que lo explique todo llegado su momento, cuando le toque a ciertos personajes hacerlo, sin más espero que lo disfruten, abrazos mil.


 


Disclaimer: Este fanfiction está basado en los libros de Harry Potter de la autora J.K Rowling, no representa en ningún caso robos del derecho de autor ni violación del mismo, es solo un y si hubiera... en las miles de posibilidades existentes.

Capítulo sexto: “Futuros magos arcanos”


 


Eran más de las cinco de la mañana y todo el mundo comenzaba a despertarse para un nuevo día de clases… pero todavía quedaban alumnos y profesores que se negaban a conciliar el sueño, como era el caso de la directora Mcganogal que se paseaba de un lado a otro por el despacho, como una madre esperando que sus hijos llegaran de una fiesta y mientras lo hacía, recordaba cada una de las inquietantes palabras que la profesora Trewlaney le había dicho aquella noche.


 


-“directora esta no es una profecía común que solo involucra a magos, si hay un ritual de magia antigua de por medio eso quiere decir que la profecía tiene una importancia aún mayor, no deberíamos dejar que el ministerio sepa de esto”-le dijo la adivina con todo el dramatismo que pudo reunir.


 


-“pero a través de la magia, el ministerio a estas alturas ya debe saber que las esferas van camino al salón de profecías, además han reforzado la seguridad con encantamientos de restricción mucho más poderosos y solo podrán ingresar a la sala los propietarios, además la entrada cuenta con una barrera que anula efectos de pociones multijugos o cualquier hechizo para suplantar identidades, también tiene un sistema que permite capturar y trasladar a cualquier mago que quiera irrumpir por la fuerza, quedate tranquila Sybill”-explicó la directora dándole palmaditas en el hombro a la cansada maestra.


 


-no, tengo un mal presentimiento… ¡oh, casi lo olvido! tengo que advertirle que la profecía lleva consigo una clausula de protección, la cual manifiesta: no revelar hasta que la última parte del ritual sea llevada correctamente a cabo, sin ello por más que abran las esferas nada será revelado…


 


-una clausula de protección, dichas profecías son muy raras de ver, aparecen una vez cada quinientos años más o menos-dijo el retrato de Albus.


 


-¿como saber que la tercera parte del ritual se ha llevado a cabo? de todos modos ¿cual es la última parte del ritual?…”-preguntó Severus desde el otro cuadro.


 


- “según lo señalado en el tercer capítulo del libro sin nombre con oroboros, el título del capítulo es llamado… “Sellamiento”… pero casi la mitad de la hoja y las que siguen están rotas, como si las hubieran arrancado de cuajo hace mucho tiempo”-habló Trewlaney angustiada.


 


- “no puede ser”-expresó Minerva preocupada.


 


- “la única pista que tenemos es el dibujo de un anillo extraño junto al título, un anillo con dos serpientes entrelazadas que se encuentran.”


 


- “eso tampoco nos dice mucho”-dijo pensativo Dumbledor.


 


- “en todo caso, directora le aconsejo no tocar este tema con los jóvenes Potter y Malfoy, no hasta que la última parte del ritual se haya completado, supongo que una señal será visible cuando pase, ya avise a la señorita Granger y a la señorita Lovegood para que mantengamos esto en secreto hasta que sea el momento adecuado”


 


Minerva salió de su tren de recuerdos cuando escuchó unos galopes fuera de la puerta de su despacho, seguramente era Firenze con noticias nuevas acerca del paradero de los chicos, los retratos de los cuadros mágicos se asomaron atentos para escuchar lo que el centauro habría de decir.


 


-venía a avisarle que vuestros alumnos montan un hipogrifo, están sobrevolando el lago negro y vienen hacia acá.


 


-¿en donde estaban Firenze?-exigió la bruja preocupada.


 


-Los encontré a ambos en la zona oeste del bosque prohibido, alcancé a detener al Señor Potter antes de que saliera de las fronteras de Hogwarts, por un pelo.


 


-¡¿fuera de Hogwarts?! ¡¿para qué?!-preguntó la directora furiosa y sorprendida al mismo tiempo.


 


-explícate Firenze.-dijo el anciano retrato de Albus con el ceño fruncido, Snape agudizó sus ojos como si estuviera atando cabos sueltos.


 


-me parece que él iba a hacerlo en lugar del Señor Malfoy, para que este no fuera a Azkaban… por lo visto ambos parecían desesperados por saber como se encontraba la Señora Malfoy en San Mungo.


 


-¡ese muchacho impulsivo!-bramó la bruja enfadada.


 


-muy típico diría yo…-dijo Snape con ceja alzada ganándose una mirada iracunda de minerva.


 


-¿El Señor Potter iba a sacrificar su estadía en Hogwarts por el Señor Malfoy?-Dumbledor se mostró sorprendido.


 


-lo que ha escuchado… pero puedo asegurar que la principal razón por la que estaba a punto de hacerlo… fue por… amor


 


-¿por amor?-dijo minerva atónita ante el descubrimiento.


 


-así es, luego lo comprobé al hacerles tocar... el árbol sagrado-titubeó el centauro antes de continuar, pero se decidió a contar la buena nueva a sabiendas de la reacción de los presentes.


 


-¿aquél árbol?-preguntó la Directora dudando si quería saber la respuesta.


 


-¿el viejo y seco árbol que está en el centro del bosque prohibido?-esta vez fue la voz de Snape quien habló curioso.


 


-bueno… desde hoy ese árbol permanecerá lleno de flores y hadas luminiscentes sin importar cuantas estaciones pasen…


 


Los ojos de Minerva se abrieron de par en par, ser directora de Hogwarts le daba muchos privilegios y uno de ellos era conocer el paradero de algunas zonas, objetos y criaturas mágicas que ocultaba celosamente el castillo… uno de ellos, era ese árbol que había visto seco y muerto, desde que puso por primera vez sus pies en el bosque del colegio… conocía también su historia mitológica, tal vez esa era la razón por la que no podía salir del asombro…


 


Esta leyenda hablaba de que aquél árbol, era una vía que tenían los magos arcanos para escuchar al espíritu del bosque y aprender de él en armonía, pero con el pasar del tiempo estos fueron desapareciendo del mundo mágico y a su vez el árbol también comenzó a morir como si hubieran estado conectados, desde luego al ser una “leyenda” nunca fue tomada en cuenta como verdad y fue olvidada, pero hubieron unos pocos que motivados por la ambición intentaron revivirlo sin éxito, uno de ellos fue Tom Riddle… él probablemente aunque hubiera tenido grandes habilidades, no había sido elegido por el aliento de vida, ni cumplía con el requisito básico que se necesitaba para efectuar la primera parte del ritual, lo cual hacía que todos sus esfuerzos fueran imposibles.


 


-¿nos está tomando el pelo Firenze?-cuestionó el retrato de Severus desconfiado.


 


-Por supuesto que no ¿por qué abría de mentiros en un tema tan delicado como este? el poder que han adquirido esta noche, está lleno de calidez y sentimientos puros e incondicionales, puedo dar fe de eso porque la magia antigua que salía de sus núcleos hizo contacto conmigo y la experiencia fue maravillosa, así que creedme cuando les digo que ellos escucharon la voz del espíritu del bosque y posiblemente fue éste quien los guió a una solución a su dilema…


 


-no sé que decir, todo esto me ha tomado por sorpresa.-dijo la directora mirando el amanecer a través de la ventana.


 


-entiendo como se siente, seguramente usted pensó que la existencia del árbol sagrado era solo eso, una leyenda, pero no lo es… nunca lo fue-suspiró el centauro con alegría para después añadir- nosotros las criaturas mágicas somos seres que podemos escuchar los susurros de los espíritus guardianes desde que estamos en el vientre de nuestras madres, también los magos arcanos tenían esa habilidad y ahora vuestros dos curiosos alumnos están poco a poco recordando como hacerlo, por lo que... si llegaran a completar el ritual, eso…


 


-los transformaría en nuevos magos arcanos…-susurraron asombrados Albus, Snape y Minerva conteniendo la respiración.


 


-pido discreción a cada uno de los presentes, ni una palabra de esto saldrá de esta habitación ¿entendido?-dijo el anciano mago dirigiéndose a los demás retratos, todos asintieron sin refutar, la información era demasiado delicada como para que se escabullera.


 


-si ya sabe por donde va el asunto y si la profecía está relacionada con estos hechos, entonces deberíamos impedir que estas lleguen al ministerio.-habló Firenze.


 


-Sybill me dijo algo parecido, pero las esferas ya deberían estar en la sala de profecías en estos momentos, le dije que no debía preocuparse… pero después de escuchar sus palabras Firenze… ya no sé que pensar… incluso la misma profecía está protegida por una clausula que involucra al ritual, y lo que es peor, no sabemos de que trata la ultima parte de éste-la directora se sentó en un sofá abrumada, había tanta información que digerir en una sola noche.


 


-puedo decir con certeza que todo irá bien con ellos, los astros nunca se equivocan, cuando la tercera parte del ritual se haya llevado a cabo nosotros los centauros y las criaturas mágicas que habitan Hogwarts se los haremos saber y con creces, porque… porque tal vez es esa profecía la que hemos estado esperando por siglos y siglos, así que por favor deje que las cosas ocurran y no interfiramos más, no hay nada que temer… lo sabrá cuando se encuentre con ellos y los vea a los ojos, cuando ese momento llegue, va a acordarse de lo que le he dicho… ellos dos son los futuros arcanos del mundo mágico…-dijo al irse.


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Y ese momento había llegado… ambos chicos estaban tras sus talones caminando con pasos inseguros, abrió la puerta de su oficina y les indicó que se sentaran en unas cómodas sillas de salón que había frente a su escritorio.


 


-¿porqué no estaban anoche en sus habitaciones?-interrogó con gesto severo la bruja.


 


-¿acaso tendremos que contarle a todos lo que hacemos o dejamos de hacer?-cuchicheaba indignado Malfoy, mientras Harry movía negativamente la cabeza y suspiraba pesado tratando de comunicarse con el rubio.


 


-Draco, sólo contéstale, tenemos que confiar en ella-susurró lo más bajo que pudo.


 


-¿y lo de “anoche” también se lo contamos?-siseó enfadado.


 


-claro que no ¿quieres matarla de un infarto?-masculló sonrojándose.


 


-¿y bien? -pidió levantando una ceja al escuchar sus murmullos.


 


El joven rubio se aclaró la garganta…


 


-de acuerdo, sin embargo, no estamos dispuestos a desvelarle ciertas vivencias… son experiencias, demasiado personales como para contárselo a alguien-advirtió el rubio en el tono que solo un Malfoy sabía manejar.


 


-coincido con él, directora ¿puede respetar nuestra privacidad?-lo apoyó el joven que venció, Minerva Mcganogal sentía como si la mirada determinante de esos jóvenes la estuviera taladrando.


 


-esta bien, permitiré que omitan lo que consideren asuntos personales… ¿por donde quieren empezar?


 


-anoche, me enteré de ciertos rumores acerca de que los mortífagos irían tras mi madre y entonces…-así comenzó a contar el platinado todo lo que había acontecido con su intento de escapatoria, cada uno de los hechos narrados fue pasando exactamente tal y como había leído en los pasos del ritual de aquel libro sin nombre.


 


-¿rompieron sus varitas? ¡eso es muy grave!-Mcganogal miraba con pesar las varitas que los jóvenes magos habían dejado sobre su escritorio.


 


-lamentamos haberlas roto directora, sé que piensa que fue una completa estupidez, aún así gracias a eso pudimos enfrentarnos al fin sin esquivarnos, fue doloroso admitir nuestros errores, pero valió la pena porque comprendimos… que ambos habíamos sufrido la guerra a nuestra manera sin decir nada a nadie-explicó Harry observando a su compañero que había bajado la mirada para esconder sus sentimientos de aflicción.


 


-bueno, sin duda haber roto sus varitas fue algo muy estúpido, pero es aceptable teniendo en cuenta que estando fuera de control hubieran usado maleficios para lastimarse-ambos jóvenes casi se estremecieron de angustia al imaginar tan atroz escenario… no había manera de que pudieran soportar la idea de herir al otro después de todo lo que había pasado, les parecía inconcebible, ninguno se atrevió a decir nada, callaron.


 


-me imagino que… habrán apreciado la maravillosa aurora boreal que se avistó sobre el bosque prohibido durante la noche-dijo ella para cambiar el rumbo de la conversación, se veía que estaban muy afectados, definitivamente algo había cambiado.


 


-como no haberlo hecho, fuimos espectadores de primera fila-dijo el joven Gryffindor sacándole por fin una sonrisa coqueta al rubio.


 


-si directora, la vimos porque nosotros la creamos cuando nuestras magias se desbordaron, no vamos a explicarle como… no querría escucharlo de todas formas-dijo el rubio como si estuviera confesando una travesura…


 


-muy bien, ahora por lo menos sé qué ocasionó las estelas que fueron vistas desde el castillo.-señaló Minerva un poco sonrojada y suspirando de cansancio, los chicos igual de sonrojados sonrieron divertidos al verla, luego ella agregó-Señor Potter ¿donde están sus anteojos?…


 


-Bueno, los rompí por accidente, pero me sorprendí mucho cuando pude ver claramente sin ellos ¿cree que pude haber sanado mi vista cuando mi magia se rebasó?


 


-dudo mucho que la magia sea capás de manejar el factor genético de un mago… tendremos que investigar esto también, ¿que ocurrió después Señor Potter?...-indicó Minerva interesada por aquél poder desconocido.


 


-desperté sintiendo que quería ayudarlo de alguna forma y pensé que si yo iba en su lugar a San Mungo, no se lo llevarían a Azkaban, así que…-Harry había contado su parte activa de la historia, donde él estuvo a punto de cruzar la barrera para ir a san Mungo a verificar el estado de la madre de Draco, pero que fue interceptado por el centauro Firenze quien después de hablarles comprensivamente, los guió hasta un árbol seco y viejo al cual les indicó tocar para sentir su magia oculta.


 


Draco le contó a Minerva acerca de la extraña conexión que sintieron, también de sus olvidados recuerdos de infancia y del maravilloso florecimiento del que habían nacido hadas nuevas…


 


La bruja estaba cada vez más asombrada con los detalles, con todas las emociones que transmitían cuando narraban, de alguna forma sentía que todas las cosas dolorosas que habían sufrido a través del tiempo, todos los baches y porrazos habían ocurrido para que ese encuentro se llevara a cabo, que si el universo se estaba esforzando por unirlos era porque los necesitaba con urgencia.


 


Harry retomó los acontecimientos contándole que habían encontrado una manera de contactarse con la señora Malfoy, sin tener que salir de Hogwarts y fue a través del elfo doméstico Kreacher quien se ofreció a ayudarlos de buena gana, que pudieron recibir el patronus de ella y también su regaño adjunto… por supuesto, no mencionó el curioso hecho de que el elfo hubiera llamado a Draco “amo”.


 


-y eso es todo… no sabemos que está pasando y la verdad es que este asunto me está preocupando un poco, es demasiado raro ¿usted no sabe nada al respecto?-preguntó Draco tratando de ahondar en el tema de su magia desbordante.


 


-es particularmente insólito que a ambos les esté pasando lo mismo simultáneamente, la verdad es que su situación me intriga bastante, ciertamente algo inusual está ocurriendo y aunque no sabemos certeramente qué es, debe ser algo importante si dicen que pudieron establecer una conexión con aquél árbol y mucho más si pudieron desbloquear recuerdos enterrados, trataré de conseguir información lo antes posible-mintió ella.


 


-Gracias Directora McGanogal, si sabe algo avísenos por favor-pidió el joven de la cicatriz.


 


-lo haré, ahora veré que puedo hacer con sus varitas para repararlas, lo ideal sería contactar con Olivander… de momento tendrán que tomar solo las clases teóricas.


 


-¿y que va a suceder con nuestros EXTASIS?-preguntó Harry sobrecogido.


 


-pues pudieron haber pensado en eso primero antes de romperlas ¿verdad?-sonrió victoriosa la bruja al ver las caras frustradas del par.


 


-bueno, bueno ya basta de caras largas que aún me falta asignar un castigo y una tarea extra para cada uno por haber salido después del toque de queda.


 


-¿todavía más? ¿en serio?-soltó Draco rodando los ojos de exasperación.


 


-silencio Señor Malfoy, serán cincuenta puntos menos para ambas casas, por la escapada nocturna fuera del toque de queda y sus tareas extras consistirán en limpieza de aulas desde hoy mismo hasta el final de la semana, después deberán escribir un ensayo de investigación sobre las Hadas luminiscentes que crecen en el recientemente descubierto “sagrado árbol florido” el cual se encuentra en el bosque prohibido ¿quedó claro?


 


-disculpe… dijo… limpieza de aulas ¿los dos juntos?-preguntó esperanzado Harry, su compañero también la miraba expectante.


 


-si señor Potter, si, ustedes dos juntos, pero no se distraigan de sus labores o tendré que separarlos ¿de acuerdo?-se resignó cansada ya de lidiar contra la corriente.


 


-Gracias directora-dijeron al unísono intentando disimular el alivio que sentían, Minerva de pronto se sintió contagiada de una inusual felicidad, sentía alegría y no sabía por qué, pero seguro tenía que ver con lo que le había dicho Firenze… ahora entendía a la perfección sus palabras y su significado… era desconcertante saber que estaba frente a los que llegarían a ser futuros magos Arcanos, de aquellos que habían existido cuando el mundo mágico aún era muy joven.


 


-dense prisa en llegar a sus habitaciones, aún alcanzan a darse una ducha y a desayunar algo para que ingresen a clases con energías, recuerden: pueden ir a las clases teóricas, pueden también ir a las prácticas siendo espectadores, sin embargo no podrán participar de ellas, les haré llegar un memorandum a cada profesor de la escuela para que estén enterados de su situación.


 


-De acuerdo, nos despedimos ya… con su permiso.


 


-esperen un momento…-ambos se detuvieron en seco y se giraron a verla.-las demostraciones de afecto subidas de tono en las aulas y en los pasillos están prohibidos, tengan cuidado de no ser descubiertos, no quiero en mi despacho a profesores escandalizados por conductas impropias.


 


-lo tendremos-dijeron ambos sonriendo resignados y salieron por la enorme puerta, ella sonrió también… dejaría que las cosas ocurrieran como tuvieran que ocurrir.


 


-esto… ¡es inconcebible!-farfulló el retrato de Snape al enterarse de la situación amorosa de su ahijado.


 


-no te quejes Severus, no hay nada mejor que ver a esos muchachos disfrutando de su juventud, preciosa juventud- dijo alegre Albus Dumbledor mientras Minerva ampliaba aún más su sonrisa.


 


La puerta se cerró tras ellos y se quedaron contemplando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo.


 


-aún queda un largo trecho antes de que nuestros caminos se desvíen, ¿puedo… llevarte de la mano?-preguntó tímidamente Harry intentando calmarse sin éxito.


 


-no necesitas ni preguntarlo-contestó igual de nervioso Draco mientras sentía el calor de esa mano que se entrelazaba fuertemente con la suya.


 


Caminaron por el largo pasillo de altos arcos y columnas, mirándose de reojo de vez en cuando, estaban por llegar al final de éste cuando de pronto, Draco sintió como Harry tiraba de él plantándole un beso desesperado, tan intenso era que tuvo que sostenerse de él para que sus rodillas temblorosas no dieran contra el suelo, cuando se separaron el corazón les latía como si les fuera a salir del pecho.


 


-tonto, alguien nos pueden ver…-soltó el muchacho rubio con el pecho agitado.


 


-lo siento, no me pude resistir cuando mire… tus... labios-fue la respuesta errática de Harry, que no despegaba su vista de aquellos labios rosados.


 


-me alaga saber que te traigo loco-musitó provocativamente a centímetros de su boca.


 


-si, me vuelves loco-ronroneó hechizándolo con esos ojos esmeraldas que le miraban llenos de deseo.


 


-por fin estamos de acuerdo en algo


 


-si, entonces… ¿por qué... no nos besamos de nuevo?-ofreció el otro joven notando como se excitaba al rosar sus labios con la gema de su dedo.


 


-¿el último?-invitó coqueto.


 


-el último…-suspiró Harry relamiéndose, en respuesta su chico sonrió dándole paso libre a un hambriento y húmedo beso que por ningún motivo tenían ganas de terminar, sin embargo, a duras penas tuvieron que separarse al escuchar pasos venir a la vuelta de la esquina.


 


-¡Harry, buenos días!


 


-Ho… hola Hagrid, ¿qué estas haciendo aquí?-preguntó Harry con la adrenalina por las nubes.


 


-vine a avisarle a la directora que están naciendo Hadas luminiscentes del viejo árbol, es decir ahora está lleno de flores en plena nevada lo cual es sumamente extraño, seguro que fue por la aurora boreal de anoche ¿la viste Harry? ¡Nunca vi algo tan precioso!-hablaba el guardabosques entusiasmado, Harry atinó a sonreír con aire divertido… Malfoy a su lado rodó los ojos.


 


-si, Hagrid sin duda que fue hermosa, bueno nosotros tenemos algo de prisa, nos vemos después-dijo intentando escaparse.


 


-OH! Joven Malfoy estaba usted también aquí, buenos días-saludó Hagrid curioso de ver al muchacho rubio tan apegado a Harry.


 


-buenos… días-susurró Draco algo incómodo, con las mejillas ligeramente coloradas, sin saber que decir, ni que hacer.


 


-Hagrid, si nos disculpas…


 


-esperen ¿porqué venían de la dirección ustedes dos? No habrían estado peleándose nuevamente ¿verdad?


 


-…. ammm bueno…-Harry hizo una mueca nerviosa al ver como el chico Slytherin le soltaba la mano y suspiraba con molestia.


 


-Harry, me adelantaré… me urge tomar una ducha y comer algo, me muero de hambre, nos vemos en el almuerzo.


 


-de acuerdo ¿quieres pie de manzana para el postre?


 


-seguro, nos vemos-sonrió guiñándole un ojo de manera sexy.


 


-nos vemos Draco.-se despidió viendo embobado como el rubio se alejaba hacia las mazmorras.


 


-¿desde cuando se volvieron tan cercanos?-inquirió Hagrid sin poder creer lo que estaba presenciando.


 


-digamos que… hicimos las paces, hablamos luego Hagrid.-dijo el chico con una sonrisa soñadora mientras se encaminaba hacia la torre de Gryffindor, dejando a un impresionado guardabosques.


 


Cuando Draco llegó a la sala común de Slytherin no encontró a ni un alma, todos estaban ya desayunando en el gran comedor, rápidamente se encerró en el cuarto de baño y se desnudó para encaminarse a la ducha, una vez allí dejó que el agua tibia cayera sobre su cuerpo y mientras se enjabonaba repasaba mentalmente cada caricia que había recibido como si hubiera sido un dulce sueño, suspiró mientras lavaba su cabello, dejando que su mente vagara por sus gratos recuerdos. Cerró la manilla de la ducha y salió envuelto en una toalla blanca, ya no tenía su varita para secarse, así que tuvo que hacerlo al modo Muggle lo cual le pareció bastante reconfortante, se miró al espejo y casi saltó en su sitio al percatarse de unos cuantos chupones en el cuello, quiso conjurar un “Glamour” pero recordó que para hacer ese tipo de magia sin varita todavía le faltaba mucha práctica, no quería convertir su “Glamour” en un fiasco de estuco permanente.


 


De pronto recordó algo muy importante… justo ese día por la mañana ¿no tenían clases coincidentes los Slytherin y los Gryffindor? Se vistió de prisa y envolvió su cuello con la bufanda de invierno, se puso su túnica gruesa y se miró al espejo nervioso intentando peinarse en vano…


 


-no puedo creer que esté tan nervioso solo porque voy a volver a verlo… ¿en que momento dejé de ser yo?-se habló a si mismo tratando de calmarse, se desordenó el cabello con los dedos dándole un aspecto sexy y desenfadado, se puso algo de loción costosa y sonrió son suficiencia…


 


-a quien quiero engañar… estoy asquerosamente babeando por él- susurró suspirando por casi vigésima vez… tomó su bolso, cogió una manzana verde que había sobre la mesita de noche y salió veloz a la primera clase de la mañana.


 


Algo similar ocurría en la torre de Gryffindor, carreras de aquí para allá, algún que otro tropiezo en el intento de sacarse la ropa, era una suerte que no hubiera nadie a esa hora para ver como caía de bruces al suelo y se paraba adolorido, tomó la toalla metiéndose al cuarto de baño y su gel de ducha favorito, se puso debajo del chorro y entonces…


 


-¡¡Hargg está fría!! ¿QUÉ DEMONIOS?-decía Harry mientras regulaba la temperatura a lo muggle y temblaba como una hoja, había pasado tanto tiempo desde la última vez que había usado una ducha sin regularla con magia, que ahora le parecía ridículo.


 


Mientras su cuerpo se llenaba de espuma comenzó a imaginar como sería ver la perfecta anatomía del chico que le gustaba bajo el chorro de agua, moviéndose sensualmente… esa imagen mental definitivamente no podía estar en su cabeza, al menos no en ese momento cuando tenía tanta prisa para llegar a clases, respiró profundo intentando bajar la erección que se había auto provocado al pensar en el rubio… desesperado pensó en dolores Umbridge y funcionó mágicamente.


 


Salió de la ducha y se secó, se puso loción refrescante chillando en el proceso, luego al mirarse en el espejo se dio cuenta que tenía unos cuantos arañazos en el pecho y unos moretones en el cuello.


 


-igual que un gato…-susurró dejándose llevar de nuevo por su creativa imaginación.-de verdad, tengo que dejar de pensar en él de esa manera, tengo que… controlarme-se dijo frente al espejo ruborizado.


 


Instantes más tarde, una vez ya vestido tomó la bufanda de Gryffindor arrimándosela al cuello para tapar los chupetones y llamó a Kreacher para que le trajera unas tostadas con mermelada y una taza de leche caliente, cuando el elfo llegó devoró rápidamente su desayuno, tomó su bolso y casi se puso a correr para llegar a tiempo a clases… obviamente no sabía que al doblar por uno de los pasillos chocaría de bruces con el objeto de sus fantasías.


 


-outch!-exclamaron ambos chicos al caer al suelo.


 


-¿Draco?


 


-¿Harry?


 


Ambos se quedaron viendo sin ninguna reacción más que el asombro, luego sus mejillas se arrebolaron al ver lo sexys que se veían, además el aroma a gel de ducha y shampoo inundaba sus fosas nasales haciéndolos aún más deseables.


 


-vamos a llegar tarde si no nos damos prisa-balbuceó Draco tomando su bolso.


 


-¿nos toca juntos?-preguntaba sorprendido el moreno mientras recogía su bolso del suelo.


 


-pues sí, no me acordaba para nada.


 


-yo tampoco, corramos Draco.-dijo Harry tomándole la mano y jalándolo con prisa, el rubio al final pudo seguirle el ritmo corriendo a la par con él.


 


Al llegar se detuvieron frente a la puerta agitados, el rubio Slytherin iba a tocar para entrar, pero Harry lo detuvo.


 


-espera…


 


-que pasa…-Harry le robo un beso que podría catalogarse de todo menos santo… cuando se separó de esos labios miró a Draco que estaba con la mirada vidriosa y perdida.


 


-lo siento, no puedo evitarlo, tu boca es un imán que me llama todo el tiempo-dijo travieso, pero su expresión cambió a una temerosa cuando se vio empujado violentamente contra la pared.


 


-deja… de… provocarme… grandísimo… idiota… ¿sabes que? Te voy a castigar… cuando la clase acabe terminarás rogándome para que tengamos sexo y adivina… no te pienso complacer.-susurró con malicia en su oído mientras su muslo se movía descaradamente sobre la entrepierna de Harry.


 


-haa…-gimió el muchacho sintiendo como esos movimientos lo estaban poniendo duro…


 


Draco se mordió el labio inferior intentando volver a mantener la compostura, pero era tan difícil alejarse de él… tanto que dolía.


 


-hay que entrar a clases, estamos bastante atrasados-dijo mientras tocaba la puerta.


 


-¿a si? ¿y de quien es la culpa?-alegó Harry con las mejillas sonrojadas y jadeando.


 


-adelante-se escuchó desde adentro… ambos chicos entraron al salón capturando las miradas de todos.


 


-son Malfoy y Potter.-se escuchaban los cuchicheos por parte de ambas casas, Ron y Ginny no sabían si estar aliviados o enfadados con el moreno, mientras que Hermione solo se dedicaba a mirarlos con interés.


 


-Señor Potter, Señor Malfoy la directora ya me ha comunicado su situación con respecto a sus varitas, de todas formas voy a necesitar que tomen atención ya que les parciales teóricos, tomen asiento en los últimos puestos disponibles, espero que no tengan inconvenientes en sentarse juntos y comportarse como magos civilizados-Habló el nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras, el señor Steewart, mientras Hermione seguía atando cabos suelto en su cabeza ¿como era eso de que no tenían varitas? ¿seria acaso que las usaron como acto simbólico del ritual? ¿podían esos chicos ser más torpes? ¡¿como jodidas narices iban a pasar el año?!, eran algunas de las preguntas que se hacía a medida que enterraba la cabeza en su libro.


 


Harry y Draco contemplaron el puesto vacío con dos sillas y no pudieron contener la tentación de sonreírse entre si con sorpresa, como si pensaran “¡oh destino amable y bondadoso, haz lo que quieras con nosotros!”


 


-no hay problema profesor-dijeron al unisono y se sentaron, sintiendo la presión de todas esas miradas escudriñadoras… Se escuchaban secreteos y rumores de todo tipo, la mayoría por parte de los leones.


 


-parece que al final logro convencerlo de quedarse en Hogwarts.-secreteó contenta Pansy a Blaise que no le despegaba la mirada al rubio, por su parte Nott observaba tranquilamente todo el panorama percatándose de ciertos detalles, como por ejemplo… las mejillas sonrojas de ambos y una curiosa atmósfera de ¿amistad? O tal vez... ¿complicidad? De pronto comenzó a notar de que todo el salón parecía estar murmurando.


 


-¿te diste cuenta? Harry no lleva sus anteojos hoy...-susurró una chica Gryffindor.


 


-se le debieron haber roto en alguna pelea… o en algo más-cuchicheó burlón un joven, algunos Slytherin que estaban cerca pararon la oreja.


 


-los rumores entonces deben ser ciertos-agregó otro alumno con malicia mirando a Ron, Hermione y Ginny.


 


-¿de qué hablas?-preguntó Ron temeroso y expectante, no sabía que es lo que dirían sus compañeros de casa respecto a su amigo, que hace tiempo venía haciendo buenas migas con Malfoy… situación que parecía molestarles… bueno a él también le molestaba ¿por qué negarlo?


 


-Hay rumores de que Potter y Malfoy anoche andaban fuera del toque de queda, planeando escaparse juntos.


 


-¿quien te dijo semejante disparate?-Hermione trató de mantenerse tranquila con la cara pegada entre las páginas de su libro, a pesar de que había sonado como si chillara en voz baja.


 


- es lo que todos andan diciendo, además yo no vi a Potter en el cuarto de chicos, ni en la sala común cuando la aurora boreal apareció


 


-¿será cierto que Potter y Malfoy están saliendo?-secreteó una chica de Slytherin, puestos a la izquierda Astoria Greengrass se mantuvo en silencio mirando con duda hacia los blancos del chisme que parecían ajenos a todo.


 


-pero Potter ¿no tenía a la chica Weasley?


 


-oh si, es verdad ¿la estará engañando? Pobrecita…


 


Por otra parte Ginny se sentía morir de humillación con los comentarios que iban y venían, su mirada furiosa estaba clavada en la cabeza de Harry intentando buscar algún indicio de que los rumores no fueran ciertos, pero esa sonrisa atolondrada en sus labios le gritaba lo contrario… esa sonrisa que no era para ella en lo absoluto.


 


Ron al escuchar el conventilleo se quedó de piedra y giró incrédulamente su cabeza para ver que Harry le sonreía a Malfoy como si fuera una colegiala enamorada y viceversa, los rumores acerca de lo que más temía se habían hecho realidad y esparcido como la pólvora, buscó apoyo en Hermione, pero ella seguía de cabeza escribiendo en su pergamino... o aparentando que lo hacía.


 


-por favor jóvenes, ¿podrían dejar de murmurar en mi clase? no quiero verme obligado a bajarles puntos a ambas casas, abran sus libros en la página veinticinco, veremos formas avanzadas de contrarrestar hechizos oscuros…-dijo el profesor de cabello rizado con entradas prominentes.


 


Harry se sentía incómodo fingiendo estar despreocupado, aunque por esto la sonrisa le salía bastante forzada, pero lo importante era que trataba de enfrentar a quemarropa la nueva situación en la que se hallaba metido hasta el cuello… sabía que Ginny estaba puestos detrás suyo, posiblemente enfadada no solo por al enterarse de que no pasó la noche en el castillo, si no también por esos rumores malintencionados que la denigraban, sin duda alguna tendría que hablar con ella para explicarle que ya no podrían seguir juntos, pero de solo pensar en la idea de ella llorando mientras lo apuntaba con su varita para lanzarle una maldición, sinceramente lo acobardaba… pero como no iba a estar afligido si prácticamente le había sido infiel y lo que era peor todo Hogwarts lo sabría, se golpeaba mentalmente por no haber puesto termino a su relación antes cuando descubrió que se sentía atraído por el rubio Slytherin, ahora las cosas serían más complicadas, especialmente si Ron se metía para cuidar el honor de su hermana, si él dejaba de ser su amigo llevándose consigo al resto en el proceso, lo entendería, aceptaría las consecuencias de sus decisiones, al cruzar los pasillos escucharía los comentarios llenos de burla y de mala saña en su contra, leería los encabezados más imaginativos de los periódicos, sería la comidilla de Inglaterra mágico, pero ¿cuantas veces no había sido apuntado con el dedo? sin duda todos sus años en Hogwarts habían sido polémicos, este no tenía por qué ser la excepción y aún así… con todo eso dándole vueltas en la cabeza, al mirar al chico rubio que tenía a su lado, se sentía más que compensado… si había algo de lo que nunca podría arrepentirse, era de haber correspondido a sus sentimientos aquella noche que se volvieron uno…


 


Draco también estaba inmerso en sus pensamientos, sintiendo que por alguna extraña razón tenía el valor para enfrentarse al mundo entero, habían cosas más importantes de las que preocuparse que los rumores del colegio y la ira de sus padres, algo le gritaba que un cambio enorme se avecinaba… algo sumamente decisivo y podía notarlo en si mismo… la contradicción entre lo aprendido y lo vivido estaba comenzando a pesarle abrumadoramente, en el fondo de su mente ideas, conceptos y valores se estaban desmoronando, cayendo en picada a un remolino en el que chocaban violentamente con nuevas perspectivas, nuevas experiencias, aires de valentía que jamás pensó experimentar y una imperiosa necesidad de rebeldía, de volcar el sistema impuesto por magos durante generaciones hasta hacerlo añicos… ¿que importaba si eras criatura mágica, mago o muggle? La magia estaba en todas partes, pero en mayor o menor grado ¿que caso tenían las guerras y los matrimonios arreglados? ¡Que se joda todo!………… así es como se sentía actualmente el rubio… y estar con Harry hacía que todo aquello cobrara aún más sentido… era… como si se estuviera reinventando… el dragón estaba cambiando las escamas.


 


El Joven rubio movió osadamente su mano por encima de la mesa que compartía con Harry, luego lo miró de reojo buscando con disimulo su mirada esmeralda… cuando la encontró, le sonrió elevando una ceja con elegancia y miró su mano como si con ese gesto le indicara lo que deseaba. Harry miró aquella piel nívea anhelando sentir el hormigueo de su contacto, el golpeteo de su corazón se aceleró cuando lo vio de perfil, su chico era atractivo, de facciones finas y gestos altivos, a pesar de toda esa engreída esencia que lo conformaba no podía dejar de traer a su memoria el momento en que se había quebrado en llanto y se había desahogado abrazado a su pecho… sentía que con el recuerdo de sus lágrimas podría escribir un verso de poesía aunque no tuviera idea de como hacerlo, contemplaba sus ojos grises y podía verle el alma… un alma que se estaba incendiando de emociones nuevas… y él lo sabía porque sentía casi como si le estuviera pasando a él. Cuando tomó su mano abrigándola con la suya tembló conteniendo las ganas de acercarse más a su cuerpo.


 


No podían apartar la mirada el uno del otro, sus manos seguían rosándose mientras suspiraban en secreto escuchando a lo lejos el sonido de las plumas escribiendo sobre los pergaminos, la tiza del profesor escribiendo sobre la pizarra, el sonido del viento colándose por la ventana…


 


-“te amo”-movió los labios Harry esperando que lo haya entendido, la sonrisa del sonrojado dragón se amplió y lo imitó dándole la respuesta que tanto esperaba “Te amo Harry”… ambos volvieron a suspirar casi dolorosamente al separar sus manos, pues el profesor se había girado a explicar el contenido de lo que tenía escrito en el pizarrón, tras páginas de definiciones y teoría Steewart volvió al pizarrón a dibujar un esquema… en eso Draco vio una hoja de papel flotando frente a sus ojos, la tomó y leyó mentalmente lo que había en ella escrito… y el mensaje decía…


 


continuará...


 

Notas finales:

Bueno, espero que les haya gustado, esperon sus preguntas y comentarios, intentaré subir lo antes posible y si la inspiración no se me va por la ventana, abrazos!


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