Anima Vitale Vinculum.
capítulo segundo:
"Sanación de canales"
"Primera parte del ritual:
I Sanación de los canales:
Esta es, de por si, la parte más importante del ritual, la sanación muchas veces lleva dolor, será necesaria la honestidad y la confrontación, para dejar expuestas las capas del alma que posiblemente estén manchadas de negatividad, así como también sentimientos enraizados y auto destructivos, este desprendimiento de emociones dejará heridas al rojo vivo, las cuales sanarán a medida que el vórtice se expanda, dejando pasar la magia sanadora y regeneradora del aliento de vida... Para finalizar, de manera simbólica deberán intercambiar un elemento personal y destruirlo"
En el bosque prohibido...
-no puedo soportarlo un segundo más Potter... no quiero estar aquí sabiendo que mi madre peligra, ¡me iré así que no me detengas! ¡apartate!-ordenó con altanería.
-¡no! no voy a dejar que tires por la borda todo lo que hemos hecho para impedir que vayas a Azkaban, ¿sabes lo que pasará si abandonas Hogwarts ahora? ¡no seas estúpido Malfoy!-Harry hizo el intento de tranquilizarse, aún cuando por dentro quería solo golpearlo, ¡era tan terco como una mula!
-¿estúpido? ponte en mis zapatos un momento e imagina lo que estoy sintiendo, harías lo mismo si fuera tu madre la que peligra-agregó a regañadientes, "puto manipulador", pensaba Harry, ahí estaba otra vez haciendo uso de su persuasión de serpiente para hacer lo que se le daba la regalada gana, pero no lo dejaría salirse con la suya.
-si eso me ocurriera a mi, ten por seguro de que tendría a Hermione y a Ron atándome a una silla, es bueno contar con amigos que impidan que la jodas ¿no?
-no te creas mi amigo solo por haber cruzado unas cuantas palabras por los pasillos Potter -atacó con sorna.
-¿cuentan también los desayunos, almuerzos y cenas cerca del lago negro? ¿las salvadas de clase? ¿las veces que he tenido que decirte que tus pesadillas eran solo pesadillas? oh!! ¿que tal aquella vez cuando te salvé de que un caldero de agua hirviendo te cayera sobre el cuerpo? ¿y cuando los de Ravenclaw y Gryffindor te humillaron desnudándote en el patio? ¿quién fue el que estuvo ahí apoyándote, he? ¡si no me consideras amigo después de tantas cosas, estas bien ciego tengo que decir!-el niño que vivió, estaba furioso... muy... furioso.
Harry creía que las cosas iban mejorando entre ellos, al menos habían pasado de gruñidos y monosílabos, a horas de charla y bromas en solo unos cuantos meses, para él, eso era más que suficiente como prueba de su naciente amistad, pero parece que él no estaba pensando lo mismo, estaba desilusionado, dolido; los últimos días el rubio no hacía más que evitarlo, provocándole ansiedad... y ahora para lo único que podían encontrarse frente a frente, era para discutir.
-¡oh! san Potter, el gran héroe del jodido mundo mágico esta intentando salvarme otra vez, ¡démosle todos un puto aplauso! ¿te llena eso de orgullo? ¿maldito egoísta?-bufó con mala leche intentando provocarle, todavía no, pero casi... casi.
-mira Malfoy, ellos me prometieron que cuidarían de ella, estoy seguro de que no la dejarán sola-habló suavemente, contando mentalmente hasta diez para controlar la ira.
-eres tan ingenuo que me repugnas, ¿no viste sus caras de desprecio? nadie va a ir a defenderla... a esos aurores les importa un carajo que este herida, dejarán entrar a los mortífagos a posta y después... y después se inventaran un accidente para satisfacer la curiosidad de Skeeter y toda su mierda de prensa profética.
-¡no seas paranoico Malfoy! en primer lugar...
-¡en primer lugar nada! ¡no voy a escucharte! ¡ahora quitate del medio si no quieres que te reviente a crucius!-amenazó.
-.........................¿serías capás?..........¿¡serías capás después de todo!?-exclamó dejando que su magia explotara, haciendo crujir las últimas hojas otoñales que aún no caían de los árboles.
-................................apartate Potter -dijo Malfoy después de retarlo con la mirada.
-no, no dejaré que te pudras en Azkaban... ¡te quedarás aquí conmigo ¿me oíste?!-lanzó con decisión y un atisbo de preocupación que Malfoy pudo percibir.
-¡tu no entiendes nada!-Draco sacó su varita amenazándolo, Harry también sacó la suya en defensa propia, trató por todos los medios de evitar una batalla campal innecesaria entre ambos, lo que menos quería era dañarle...
Recuerdos del año pasado llenaron su mente, había usado el sectumsempra, no, definitivamente él no quería eso, no otra vez.
Se había quedado tan absorto recordando a Draco desangrándose por su culpa, que no se dio cuenta de cuando el susodicho aprovechó la situación para iniciar su huida.
-¡expelliarmus!-recitó el rubio haciendo que la varita en la mano de Harry volara por los aires, desarmándolo.
Contrario a lo que pensaba Harry, Malfoy ni siquiera lo contraatacó, si no que pasó totalmente de él, corriendo en dirección al oeste del bosque prohibido, sus intenciones ahora eran más que claras, estaba intentando salir del perímetro protegido de Hogwarts para poder usar un hechizo de aparición que lo trasladara a San Mungo o usar algún tipo de tele transportador que lo lleve hasta allí.
-¡accio varita!-gritó Harry reaccionando tan rápido como su cuerpo podía.
Corrió a través del oscuro y tenebroso bosque, adentrándose cada vez por senderos más estrechos, encontrándose con ramas y una densa niebla que le impedía divisar lo que tuviera metros adelante.
-¡Malfoy!-volvió a gritar Harry desesperado, pudiendo alcanzar a ver una cabellera rubia moverse cada vez que tocaba un rayo de luna.
Draco casi se sintió alcanzado, faltaba tan poco para llegar fuera de la frontera, solo un poco más y podría salvar a su madre aun a costa de su libertad o de su propia vida.
Miró hacia atrás divisando a un agitado Potter y justo a un costado de él, vio un árbol inclinado como si estuviese a punto de partirse por la mitad en cualquier momento, no lo pensó dos veces y apuntó al centro.
-¡reducto!-conjuró partiendo el tronco, desobstruyéndole el camino al moreno, que gruñó de nuevo su nombre con más rabia si podía.
-¡¡Malfoy!!-gritó enfadado y añadió-¡orvis!-apuntando la varita contra el árbol destrozado frente suyo y éste desapareció en un torbellino, rápidamente lanzó un "inmovilus" en dirección a su objetivo, pero el Slytherin hábilmente repelió el conjuro con "protego"
-¡expulso!-gritó Draco expulsando al chico de la cicatriz por los aires, haciendo que se golpeara la espalda al chocar contra el tronco de un grueso árbol, el mago de anteojos cayó aturdido al suelo.
El Dragón al verlo herido, de pronto no sabía porqué estaba sintiendo como si el aire se le acabara...
Harry que intentaba recuperarse de la caída lo miraba suplicante como si le dijera "por favor, no vayas", trató de recuperarse como pudo alcanzando su varita, mientras el chico Slytherin retrocedía aterrado intentando recordar algún hechizo que lo inmovilizara sin lastimarlo... ¿a quien quería engañar? ya ni rastro de odio le quedaba por Potter, solo un dolor insoportable que posiblemente le acompañaría hasta que diera el último respiro.
-¡NO TE MUEVAS! ¡QUEDATE AHÍ!-exclamó Draco apuntándole con la varita mientras sus manos temblaban como gelatina.
"tengo que hacer algo para detenerlo... pero ¿que?" pensaba el muchacho Gryffindor contemplando a Draco que estaba totalmente a la defensiva, miró su propia varita y entonces un engranaje se activó en su mente.
De pronto, como si ambos se hubieran sincronizado, lanzaron el mismo hechizo.
-¡expelliarmus!-las varitas de ambos habían salido disparadas a muchos metros de distancia, el primero que conjurara un "accio varita" podría inmovilizar al otro en tan solo unos segundos... pero ya era suficiente, debían cortar de raíz el circulo vicioso que los estaba obligando a jugar al gato y al ratón, tenía que ser en ese mismo instante.
-¡accio varita Draco Malfoy!
-¡accio varita Harry Potter!
Gritaron a la vez llamando la varita del contrario, sorprendiéndose luego al percatarse que ambos pretendían la misma táctica, era como si se hubieran leído la mente.
-¡no te atrevas Malfoy! o voy a hacer lo mismo con tu varita...-siseó Potter viendo como Malfoy comenzaba a doblar la suya para partirla en dos.
-¡anda, hazlo! ¡estoy esperando por ver tu máscara hipócrita cayéndose, seguro que me ayudaste para guardar las apariencias, para que te siguieran tratando como la mierda héroe que eres!
-¡¿qué?! ¿qué dijiste? ¿has estado dudando de mi todo este tiempo? ¿no creíste en mi ni una sola vez?-masculló indignado, sintiendo que no podía aguantar tanta impotencia.
¡CRACK!
El sonido del crack de las varitas se escuchó en el silencio... la luz de la luna los iluminaba cada vez con más fuerza haciéndolos parecer como espectros en la noche, y más aún con la ira cargada en el ambiente junto con la magia fulminante creando estelas a su alrededor.
Draco no vio venir el puño que se estrelló contra su mandíbula izquierda.
-¡GRANDÍSIMO IMBESIL! ¡¿tanto te cuesta rebajar un poco tu maldito ego como para pensar que estaría burlándome de ti?! ¡¿no pensaste en la posibilidad de que iba a apostar a todo por ti, QUE METERÍA LAS MANOS AL FUEGO POR TI ?! ¡¡¡te habríamos ayudado y a tus padres, maldita sea!! ¡PERO TU JODIDO ORGULLO!!-escupió Harry contemplando los ojos plateados de Malfoy ardiendo en odio, a pesar de la cruda sonrisa que se asomaba en sus pálidos labios.
-¡¡jajaja no me hagas reír Potter!! nadie en su sano juicio habría ayudado a un Malfoy con un mortífago como padre... ni siquiera tú... ADMÍTELO... sentirías vergüenza de amistarte con alguien como yo-se burló el rubio dejando entrever la amargura.
-¡¿y tú que sabes?! ¡basándote en suposiciones sin haberlo intentado! rindiendote antes de tiempo y siempre huyendo de los malditos problemas, ¿¡porque no los enfrentaste!? ¿¡porque aceptaste que te marcaran!? ¡SOLO ERES UN PATÉTICO Y ARRASTRADO COBARDE, SIEMPRE LO HAS SIDO!-bramó Potter agarrándolo de la túnica para estamparlo con furia contra el tronco de un árbol.
-¡SI, LO SOY! ¡SOY UN COBARDE Y QUE! ¡ESTABA JODIDO DE MIEDO MALDITA SEA! ¡TENIA MIEDO DE MORIR, DE VER DESAPARECER A MI FAMILIA, DE QUE ME DIERAS LA ESPALDA AUN SI TE LO SUPLICABA DE RODILLAS! ¡JAMÁS ME HUBIERAS CREÍDO POTTER! ¡NO CUANDO DURANTE SEIS AÑOS TE TRATÉ COMO UNA MIERDA! ¡NO ME MERECÍA TU BONDAD! ¡NO ME LO MERECÍA!-Draco estaba hecho un lío, la furia había dejado salir atropelladamente sus palabras y ahora no podía detenerse, ¡al diablo todo!, necesitaba que alguien lo escuchara de una vez por todas, sobre todo él.
-En aquella época, antes de saber sobre el oscuro pasado de mi padre y su legado para conmigo, yo no sabía lo que era perder a un ser querido, estaba confiado dentro de mi burbuja, en esos días era un completo ignorante que se creía el dueño del mundo, no imaginaba que algún día podría perder a mi familia, eso pensaba hasta que lo conocí Potter, cuando lo conocí a él... al innombrable...-El joven temblando como una hoja titubeó... la expresión shockeada que Harry le daba, tampoco estaba ayudando, pero a pesar de los recuerdos dolorosos continuó, necesitaba urgentemente dejar salir el veneno que lo estaba destruyéndolo por dentro.
-Todo mi mundo se puso de cabeza... y entonces comprendí que yo no era más que una simple marioneta, guiada por siglos de tradiciones y creencias absurdas, fue ahí que me acorde de todas las veces... que te saqué en cara la muerte de tus padres, fue ahí que entendí lo doloroso que debió haber sido que te lo recordaran a cada instante, y sobre todo un idiota como yo diciéndote crueldades horribles... y aun así tu..-el nudo que tenía en la garganta le estaba impidiendo continuar... dolía tanto, desvió la mirada intentando parpadear para disipar las lágrimas que luchaban por salir, con la voz rota de dolor continuó su confesión ante un muchacho de anteojos que lo veía con... ¿lástima?
-Aun así tú, te jugaste el título como salvador del mundo mágico y nos ayudaste a madre y a mi en la corte... ¿como puedes ser así Potter? ¿como puedes hacer tanto por mi después de todo lo que te hice? no hay manera... de que pueda pagarte ¿por qué te preocupas por un sucio bastardo como yo?-se quebró el muchacho pálido dejando que las lágrimas corrieran libres por su acongojado rostro. Harry no estaba muy lejos de sentirse como su compañero, su corazón latía desbocado y luchaba para contener los sollozos que trataba de ahogar en su garganta, no obstante, hace rato que sus lágrimas silenciosas habían caído dibujando surcos por su nariz y mejillas.
Draco Malfoy sabía que el otro muchacho no podía hablar por mucho que quisiera, porque estaba seguro de que si lo hacía, rompería en llanto y era probable él también se rindiera, "que injusto" pensó de pronto, sintiendo que ese dolor en el alma de los dos debía ser compartido y no sufrido por separado, con ese pensamiento reunió todo el valor que podía una serpiente como él, tenía miedo de moverse y las manos le temblaban, pero la fragilidad de su ex rival lo llamaba como si se tratara de la magia más pura, poderosa y ancestral tirando de él, haciéndolo avanzar hasta quedar frente suyo, si, a un palmo de narices.
-Perdóname...-le susurró con voz temblorosa, preparándose para la peor reacción.
Harry se sorprendió cuando lo escuchó pedir perdón, levantó la mirada perdiéndose en sus ojos de fantasía y le pareció que el tiempo se detenía mientras su corazón comenzaba a agitarse rápido, muy rápido... jamás había experimentado algo tan simple con tanta intensidad, se sentía aturdido con el sonido de su propio latir zumbándole en los oídos y solo pudo reaccionar cuando lo vio morderse los labios de frustración, al no tener ninguna respuesta suya.
-perdoname por todas esas veces... que te lastime... yo... recién... no quise decir... - sin dejarlo terminar Harry lo envolvió entre sus brazos con fuerza, ya no aguantaba escuchar su voz rota de dolor pidiéndole perdón.
Un jadeo de sorpresa salió de la boca del chico rubio al sentir esa muestra de afecto, algo dentro de él se quebró dejando que todas sus emociones contenidas se desbordaran, sin más se aferró a él tanto como pudo y lloró.
Harry al oírlo se sintió tan sobrecogido, que no pudo evitar acompañarlo en su pena.
El bosque era confidente y taciturno esa noche, ni las criaturas se atrevían a interrumpir tan intimo momento, lo único que se escuchaba, eran los sollozos de ambos chicos que se encontraban abrazados y arrodillados sobre las hojas caídas, ambos se hallaban heridos y cansados de fingir ser fuertes, cuando en realidad estaban rotos y lo único que deseaban era sentir, vivir plenamente... y amar.
Draco dejó que él lo envolviera por completo entre sus protectores brazos, todo de pronto le parecía tan irreal... Potter estremeciéndose en llanto contra el hueco de su clavícula, sintiendo la humedad de sus lágrimas mojándole la camisa, mientras irónicamente hacía lo mismo en el cuello contrario, llegó a pensar de que aun seguía durmiendo en su habitación y seguía soñando... pero el surco de caricias que pasó cerca de sus vertebras le envió una sacudida placentera que le gritaba lo contrario... aquello era real.
Las manos de Harry acariciaban la fina espalda del rubio con extrema ternura, tratando de reconfortarlo, en respuesta, Draco intentó acariciar la suya con sus temblorosos dedos, los movimientos eran algo torpes, pero el moreno sonrió cautivado, pues el gesto le pareció demasiado lindo para provenir de alguien como él, era como para no creerlo.
La paz del Slytherin, se vio algo interrumpida por la visión de un Harry siendo acosado por alumnos de diferentes casas; La causa: estar con alguien como él, un mortífago, una escoria dentro del mundo mágico, esos pensamientos de culpa lo hicieron bajar a la tierra y querer cortar el lazo que tan fuertemente lo estaba uniendo a ese ser tan especial.
-si quieres, mañana puedes hacer como si esto nunca hubiera pasado, ... podrías... decirle a todos que me odias y que jamás... te acercarías a un mortífago como yo y... -suplicó dejando caer un par más de lágrimas rebeldes de impotencia.
-¡Por favor para!-gritó Potter tomándolo de los brazos con fuerza, recibiendo un quejido del rubio que lo hizo reaccionar.
Lo soltó sintiéndose avergonzado por haberse comportado como una bestia furibunda, pero es que no podía reaccionar de otra manera, no cuando el otro seguía pensando que lo llevaría hasta la mismísimainquisición solo por que se habían dado un abrazo.
Harry respiró profundo invocando a su paciencia y luego se aclaró la voz para agregar en un susurro cohibido- .........que.... cosas dices...-esbozó un intento de sonrisa que le salió triste-no podría odiarte ni aunque tuvieses que matarme.
-sinceramente... preferiría morir antes de tener que pasar por algo así de nuevo, no pude hacerlo con Dumbledor... menos podría hacerlo contigo-el moreno contempló la belleza de sus ojos de plata volviéndose dos lagunas cristalinas.
-no sé si podría perdonarte... si hicieras eso...-le dijo Harry.
-que cosa...
-abandonarme.
Un extenso silencio se abrió paso entre ambos jóvenes que no dejaban de observarse profundamente el uno al otro... lo anterior parecía haber sido un intento de confesión o así lo habían entendido, sin duda las palabras no eran suficientes para expresar el remolino de emociones que estaban sintiendo, así que callaron disfrutando de aquella proximidad tan íntima, tan significativa...
El ambiente de aquél lugar nocturno que los acogía estaba en armonía con sus emociones, las luciérnagas comenzaron a aparecer, la luz de la luna les iluminaba en las penumbras, el aroma a madre selva que estaban enredadas en las cortezas de algunos árboles, llenaron sus pulmones relajándolos... estaban rodeados de magia por arriba de sus cabezas y por debajo de sus pies.
La mano de Harry se posó en el pecho de Draco, sintiendo el agitado latido de su corazón en la palma, el rubio hizo lo mismo sintiendo la conexión instantánea de sus magias, los latidos del corazón de Harry se sentían como si fueran parte de los suyos.
El calor que manaba de sus rostros se apreciaba tan tentador y confortable que se les hacía imposible alejarse, sentían como si fueran un par de imanes que se atraían conectándose con una fuerza arrolladora que no habían sentido nunca antes.
-te perdono-susurró Harry a milímetros de aquella boca mojada de lágrimas, que se entreabría para dejar salir un tímido suspiro de alivio.
Los ojos fueron cerrándose lentamente a medida que rotaban sus rostros y acortaban la escasa distancia que había entre ellos, en el momento que sus labios hicieron contacto... el aliento vital los llenó.
Continuará...
