La semana había pasado más rápido que de costumbre para la familia Tsukida, los preparativos para las mudanzas ya estaban listos y en unos minutos los hermanos partirían a sus nuevos destinos; hace apenas unos días el padre de la familia, Donatello, había avisado vía correo que Estados Unidos e Italia tendrían nuevos jefes para dirigir la empresa. La prensa se volvió loca tratando de descubrir quienes serian y como precaución el peli-plata contrato a unos guardaespaldas para sus hijos.
Kurokyo se encontraba mirando por la ventana de la limosina totalmente pensativa. A pesar de demostrar su actitud fría casi todo el tiempo en realidad ella adoraba a su familia y pensar que tenía que separarse de ellos por un tiempo, le dolía de cierta manera. Shirokyo se encontraba a su lado leyendo mensajes de texto y Brandon estaba atosigando al chofer con preguntas estúpidas. Donatello estaba como copiloto organizando algunos documentos, en un par de horas tenía que ir a la oficina, primero despediría a sus hijos y luego a trabajar.
_ AAAAHHH mira este mensaje, es tan tierno que nos vayan a extrañar- dijo Shirokyo mostrándole el celular a su gemela.
_ Sabes que solo te van a extrañar a ti ¿no?-
_ ¿Puedes dejar de ser negativa un segundo?-
_ Solo digo la verdad-
_ Da igual- la menor siguió leyendo los mensajes de manera despreocupada por la actitud de su hermana- Ser amable no te matara, baka-
_ Yo solo soy amable con las chicas lindas y que valgan la pena- dijo en tono sugerente Kurokyo tomando la cintura de su hermana a modo de juego- Espero en Italia consigas a un chico que “valga la pena”, ya que tu ultimo novio no fue el mejor-
_ ¿Hablas de Saru?-
_ Sí, ese chico se comporta como su nombre, como un mono- le regalo un beso en la mejilla haciendo reír a la menor- Además de comportarse como un mono, se parecía a Suguro Ryuji*-
_ ¡Deja de compararlo tan feo!- exclamo separándose de ella.
_ ¡Pero si es verdad! ¿¡Acaso miraste el sol durante horas hasta que te quedaste ciega y te enamoraras de esa basura!? ¡Eso le da un nuevo significado a la frase “el amor es ciego”!- exclamaba de manera sarcástica Kuro.
Las gemelas empezaron una pequeña discusión juguetona siendo apoyadas por Brandon quien quería unirse a la diversión. Donatello, miraba por el espejo retrovisor toda la situación de manera seria, había visto el comportamiento de Kurokyo y eso no le daba buena espina.
Una vez en el aeropuerto, los chicos caminaron hasta el área de abordaje siendo acompañados por su padre. El primer vuelo que saldría seria rumbo a Estados Unidos, por lo que Kurokyo se apresuro a despedirse de su familia.
_ Diviértete mucho, recuerda que nos veremos en vacaciones- dijo Shirokyo abrazando a su gemela- No olvides llamar todos los días, consíguete un novio y no te metas en problemas- pidió de manera juguetona dejando salir unas lagrimas.
_ Claro que llamare todos los días, no quiero un novio tan feo como te toco a ti así que no te prometo nada- respondió separándose y limpiándole las lagrimas- Vamos no llores, sabes que no me gusta verte así Neko-chan- la llamo por el apodo que le puso.
_ No te preocupes Kuro-nee, ya deje de llorar- le entrego una cajita de cartón junto a un collar- Ten, olvidaste el colgante en la sala y… aquí tienes unas galletas, se que te gustan-
_ Arigato Neko-chan- la abrazo de nuevo y guardo las cosas en la mochila.
_ Oye Kuro, no olvides llamar por si ves a alguien que valga la pena- menciono pícaro su hermano dándole palmadas en la espalda.
_ ¿Lo dices por ti o por mí?-
_ Psk obviamente por mí enana- la abrazo también y le revolvió el cabello.
_ ¡BAKA! ¡Me cuesta peinarme!- acomodo su cabello y le dio un puñetazo en el estomago.
_ ¡Serás…!- iba a lanzarse contra la peli-roja pero su padre le detuvo.
_ Basta los dos- le puso una mano en el hombro a su hija y le entrego un sobre- Es la dirección de la empresa y algunos documentos para tu traslado de escuela, unos guardias te esperaran en el aeropuerto. Ve directo a inscribirte- ordeno con severidad.
_ Ay y yo que creía que sería un momento emotivo- murmuro tomando los papeles.
_ El vuelo 6A con destino a Estados Unidos, América está por despegar. Se les informa a los pasajeros abordar de inmediato- se escucho por los altavoces del lugar.
_ Me tengo que ir, shitake- tomo su mochila y corrió al abordaje despidiéndose con la mano.
_ ¡Shitake!- exclamaron sus hermanos y su padre solo asintió.
Después de mostrar su boleto y su pasaporte, fue directo a su asiento reservado en la primera clase. Dejo la mochila a un lado al tiempo que soltaba un respiro ahogado, pensar en solo manejar una empresa mientras estudiaba le sonaba mucho trabajo y agotamiento, pero para Kurokyo eso no era nada ¡su orgullo podría con todo!.
Saco de su mochila un libro de terror llamado “Shi” que había comprado hace poco y se dispuso a leerlo durante el viaje- “No descansare hasta terminarlo”- se propuso mentalmente acomodándose mejor en el asiento.
Horas después…
Nos encontramos a una Kurokyo dormida con un libro sobre su cara, hace un par de horas se había permitido cerrar los ojos cinco minutos para poder descansar un poco pero el sueño la había vencido; estaba usando su mochila como almohada y su chaqueta como cobija. Se removió sutilmente buscando una posición cómoda para continuar con su siesta cuando el sonido de los altavoces anunciando el aterrizaje la despertó completamente. Cansada, se quito el libro de la cara y lo lanzo en su mochila, se revolvió su larga cabellera levantándose de su asiento, cayendo estrepitosamente al suelo cuando una turbulencia sacudió el avión.
_ ¡Señorita!- una azafata de cabello rubio la ayudo a sentarse- ¿se encuentra bien? No debió haberse levantado, estamos por aterrizar-
La chica de cabello rojizo le envió una mirada de muerte a la mujer, por supuesto que admitía que fue una estupidez de su parte ¡pero se acababa de levantar, no fue su culpa!, con el instinto asesino a flor de piel, alego estar bien y verifico que todo estuviera en su mochila.
Una vez que el avión aterrizo se dispuso a buscar a sus guardaespaldas, teniendo dificultades en el proceso, ya que en el avión donde ella venia estaba repletos de hombres de negocios y personas importantes de Japón. Camino hasta la salida del terminal encontrándose con una reluciente limosina color plata que sobresalía del montón de autos corrientes, resguardándolo: un par de hombres fornidos y vestido de etiqueta junto a una mujer elegante de cabello rubio con extensiones fucsias quien preguntaba a cada persona sobre “Kurokyo Tsukida”; negó con la cabeza ante semejante imagen, su padre era un exagerado.
Se acerco con aburrimiento a la mujer y le toco el hombro llamando su atención, la rubia la miro de manera dudosa pero dulce para proceder a atenderla.
_ ¿Se le ofrece algo jovencita?- pregunto confundida, ahí Kurokyo se dio cuenta de que no la conocían, momento perfecto para bromear.
_ Solo quería preguntarles ¿a quién esperan?- cuestiono haciéndose la inocente.
_ Eso es información confidencial- hablo de manera seria uno de los guardias quien tenía el cabello castaño negruzco.
_ Vamos, no sean así ¿es alguien importante?-
_ Es confidencial- respondió el otro el cual tenía el cabello negro-azulado.
_ ¿De qué país viene?-
_ Confidencial-
_ ¿Qué edad creen que tiene?- Kurokyo estaba dispuesta a colmarle la paciencia a los guardias y al parecer estaba funcionando.
_ Mire jovencita, no estamos para bromas, por favor retírese- el guardia de cabello azulado le dio leves empujoncitos en la espalda para alejarla del lugar.
_ John, Santiago por favor es solo una niña- la rubia por fin se digno a intervenir posando su mano en el hombro de la peli-roja- Sí, esperamos a alguien importante, viene de Japón. Al parecer es hija de un empresario muy reconocido-
_ Entiendo, entiendo…- la ojis-gris asintió complacida de que la información fuera acertada, su padre no había contratado a ineptos después de todo- Solo responda ¿Qué edad cree que tiene?-
_ Bueno… eso no lo sabemos, pero suponemos que de 22 a 24 años-
_ Oh ya veo…- se acomodo la mochila en su hombro y camino unos pasos- Lamento decepcionarlos, pero en realidad tengo 16 años. Shitake- continuó su camino de manera tranquila escuchando un grito ahogado de la mujer.
La rubia corrió hasta quedar justo frente a ella, la veía de manera interrogante y ligeramente asustada, cualquiera lo estaría si trataran de esa manera a la hija de su jefe. La analizo de pies a cabeza con una ceja alzada.
_ ¿Es usted la señorita, Kurokyo Tsukida?-
_ Hai- asintió con una pequeña sonrisa picara- Usted debe ser Jade Benedit, la asistente de mi padre en este país- le ofreció un, inusual para ella, apretón de manos.
_ Y desde ahora su tutora legal- acepto el apretón gustosa, pensando que era una niña dulce- Me sorprende que sea usted la nueva jefa de la compañía, es que es tan joven-
_ Tan joven como para que la edad de 5 años leer reportes de inversiones hasta pasada la medianoche- dijo con ironía mal contenida- Como sea, tenemos que irnos- regreso por sobre sus pasos hasta la limosina viendo con desdén a los guardaespaldas, quienes no habían dicho nada- ¿y ustedes que miran? ¿No es confidencial? – dijo pasando de lado a los dos hombres que la miraron con molestia mal contenida.
_ S-Sumimasen- dijeron al unisonó entrando al vehículo.
_ Ya no estoy en Japón así que no es necesario- entro a la limosina con el ceño fruncido.
Durante el recorrido hacia el nuevo hogar de la chica se sentía incomodo debido a la presencia de la rubia ya que no dejaba de mirarla con detenimiento, aun así decidió quedarse callada. El transito se movía de manera lenta debido a la nieve, por lo que el recorrido se hacía más extenso.
_ Debemos ir a mi nueva escuela – dijo Kurokyo tratando de romper el silencio.
_ ¿Alice Institute? Pensé que querría descansar-
_ Tengo ordenes de mi padre de inscribirme apenas llegara, además, dormí todo el camino hasta aquí. No estoy tan cansada- su tono de voz había cambiado de irónico a aburrido de repente.
_ Como ordene…-
La rubia hablo por el comunicador de la limosina con el chofer dándole la nueva dirección. El conductor desvío el camino hasta uno donde la gente menos transitaba llegando así a un imponente edificio blanco y dorado, no había mucha gente en el lugar, solo estaban una o dos personas quitando la nieve de la entrada.
La chica peli-roja junto a la asistente rubia bajaron del vehículo ordenándoles a los guardaespaldas quedarse. Entraron en el edificio caminando directo a la oficina del director; este se encontraba ordenando el papeleo cuando su puerta se abrió dejado pasar a las féminas.
_ Permiso director- Jade dejo pasar a la ojis-gris primero y cerró la puerta a sus espaldas.
_ Bienvenidas ¿Qué se les ofrece?- el hombre le hizo señas para que se sentaran en el sofá del lugar.
_ Mi nombre es Kurokyo Tsukida, la nueva estudiante de intercambio de Japón- le dio un apretón de manos y se sentó tranquilamente- Tengo entendido que mi padre llamo solicitando la petitoria de ingreso ¿cierto?-
_ En efecto joven, el señor Tsukida llamo hace unos días solicitando el ingreso a mi escuela- guardo unos documentos en un cajón del escritorio- Solo necesito el certificado de calificaciones de su antigua escuela y un certificado de buena conducta-
_ Aquí tiene- le entrego el sobre que su padre le dio en el aeropuerto, separando los documentos de la empresa, en eso sonó su celular- Sumimasen tengo que atender, cualquier cosa que no entienda, por favor ayúdalo Jade- hizo una reverencia y salió de la oficina.
P.O.V Kurokyo.
Camine por los largos y desolados pasillos del instituto mirando en la pantalla el nombre de mi hermano. Solté un suspiro atendiendo la llamada con ánimos renovados.
_ Moshi moshi-
_ ¡Moshi moshi Kuro!- saludo animado Brandon- ¿Cómo estas, como llegaste, hay chicos guapos?-
_ Estoy bien, llegue sana y salva, y no he visto todavía a ningún chico- “A menos que cuente a ese par de guardaespaldas groseros” estuve tentada a decir pero me contuve- Estoy en la escuela-
_ ¡Oh eso es muy raro, tú nunca has estado emocionada por ir!-
_ ¡URUSAI!- le grite frustrada escuchando la risa de mi hermano- como sea, en unos minutos iré a la empresa a presentarme. Espero poder encontrar al imbécil infiltrado, lo hare pagar- dijo en mi habitual tono amenazante que de seguro hice temblar a Brandon.
_ Lo haremos pagar hermanita, sabes que si algo ocurre yo…-
Me distraje un momento de la conversación escuchando una suave y hermosa tonada a la distancia, extrañada camine unos metros hasta llegar al frente de una puerta con la inscripción “sala de música” plasmada en una placa. Gire la perilla y entre sin siquiera pedir permiso encontrándome con la sala semi-oscura debido a que las nubes tapaban el poco sol que había por ser invierno. Sentada y tocando con calmas únicas un piano de cola, una chica de cabello blanco con reflejos azul cielo se encontraba dándome la espalda mientras seguía en lo suyo. La melodía se oía melancólica pero también dulce, como una canción pura haciendo que me relajara.
La música seguía sonando dulcemente aplacando todo el estrés que llevaba encima… hasta que una mala coordinación de sus manos hizo que se detrajera un momento estropeando la canción solo un poco. Salí de mi regocijo para caminar hacia ella y colocar una mano en su hombro.
_ Oye eso fue increíble-
Al parecer ella no sabía que llevaba rato viéndola ya que se sobresalto apenas le hable, sus ojos eran de un tono azul ligado con coral y su tez era blanca. Aparto la mirada de mí para dirigirla hacia las partituras que descansaban sobre el piano.
_ No fue tan increíble, llevo meses practicándolo y aun no he podido dominar la ultima parte- su tono de voz era susurrante y concisa.
_ A ver…- me senté junto a ella y tome las partituras para poder ver la parte difícil, las analice un par de veces para volver a ponerlas en su lugar- Creo que sería algo como esto-
Comencé a tocar la parte intermedia de la canción con naturalidad, la fluidez de la música me hacia recordar las horas de estudios junto a mis hermanos cuando era muy pequeña. Cerré los ojos un momento tratando de borrar esa imagen cursi de mi mente. Llegue a la parte difícil tratando de no enredarme mucho, mis dedos se movían un poco rápidos. Termine la canción tecleando un par de piezas. La chica a mi lado me miraba con duda y un ligero brillo en sus ojos que se veía lindo en ella.
_ Vaya- fue lo único que salió de sus labios.
_ Gomen nasai- rasque mi nuca con nerviosismo- No pretendía interrumpirte, es solo que tocas muy bonito-
_ ¿Gomen nasai?- pregunto ladeando su cabeza, cometí una estupidez, había dicho algo japonés a alguien americano-No te preocupes, me ayudaste mucho a comprender esto-
_ Me alegro- me levante sacudiendo mi pantalón- Supongo nos veremos en otra ocasión, shitake- hice una seña con mi mano y salí escuchando su dudoso “¿Shitake?” debo acostumbrarme a dejar eso.
Estaba tan concentrada en la chica que una ligera voz en mi celular me hizo recordar que no le había colgado a mi hermano.
_ ¿Con quién hablabas Kuro?-
_ Con nadie de tu incumbencia, baka- respondí avergonzada por olvidarlo.
_ Era con una chica ¿cierto pequeña picarona? Si la vuelves a ver, dile que toca muy bonito el piano-dijo en son de burla, de seguro escucho esa parte de mí.
_ ¡No le diré eso!- exclame sonrojada.
_ ¡Pero si lo acabas de decir, Dame-Kuro!-