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Génesis por LadyBondage

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Notas del fanfic:

El epilogo de lo prometido...

 

A leer.

Notas del capitulo:

Este es el epilogo sobre lo que pasó con Naruto y Sasuke así como se narra algo de su pasado. Espero que en ello no quepan dudas hehehehe. Y para las que no entienden el epilogo, lean Cautivo.

 

Gracias a todas por pedirlo. Son adorables, un beso enorme.

Génesis

[1]

 

Naruto suspira, es un suspiro de aliento cálido y mirada vacía. El miedo, el dolor y la tristeza se arremolinan en sus ojos azules. Hay un hombre parado que le mira directamente al rostro, pero Naruto a pesar de verlo no puede describirlo abiertamente.

 

Sasuke suspira, es un suspiro tembloroso con una pizca de alivio. La rabia, la ira y el amor se arremolinan en sus ojos negros. Hay un niño sentado en la cama regresándole la mirada, pero parece perdido, vacío y abandonado, se abraza a sus piernas y llora en silencio. Podría pasarse toda su vida describiéndolo; es hermoso.

 

— ¿Cómo te llamas, pequeño? —pregunta con la voz barítono agria, de su boca sale una nube vaporosa. El frio se cuela hasta en los lugares más recónditos de la habitación.

 

Naruto duda.

 

—Yo… quiero volver a casa. —dice lastimero. Su voz rota de seda se rompe en sollozos. Sasuke lleva una mano a su cabello, echándoselo para atrás.

—Esta es tu casa ahora. —le asegura. Naruto baja la mirada.

— ¿Y mi papá? ¿Él está…?—seca sus lágrimas con el dorso de las manos. Hipa incontrolablemente, Sasuke comienza a perder la paciencia.

—Te abandonó, tu padre no te quiere. Te ha dejado conmigo.

— ¡Mentira! ¡Papi jamás me aba-¡

 

El sonido hueco inunda la habitación, Naruto abre los ojos como platos y lleva su derecha a la mejilla lastimada. Sasuke se acerca a él apresuradamente envolviéndolo en sus brazos que parecen enormes alas de cuervo protegiendo su cuerpo.

 

—Yo soy todo lo que tienes ahora.

 

 

 

[2]

 

Todos los niños salen al recreo con sus almuerzos en las manos, algunos se dirigen a la cafetería a comprar algo. Kiba se detiene en el umbral de la puerta, gira su cabeza para echar una mirada furtiva a su compañero de clases.

 

Naruto inspira mirando hacia la ventana, los rayos del sol se reflejan en el cristal cubriéndolo de colores oblicuos; amarillo, azul, rojo, verde.

 

— ¿No vas a venir? —le pregunta con un tono desesperado. Kiba tiene hambre, no puede esperar a su amigo tanto tiempo.

—Te alcanzo en un momento. —Naruto voltea su cabeza para mirarle a los ojos.

 

El castaño asiente y corre por los pasillos. Naruto escucha el ruidoso sonido que hacen sus tenis al resbalar contra el piso de mármol.

 

Suspira nostálgico.

 

Toma sus cosas del pupitre, acomoda lápices, gomas, y los libros en su mochila. Saca su pequeño monedero de ranita y lo echa al bolsillo derecho de sus pantalones. Cuando se pone de pie, la puerta se cierra.

— ¿Ya te ibas? —la voz seca se ciñe por todo el salón como un lamento sordo.

 

Y Naruto se conecta con la mirada de unos ojos negros, más negros que la noche misma.

 

 

 

[3]

 

Sasuke se viste paso a paso, la tela roza delicadamente su piel de marfil, Naruto recostado a su lado llora sin hacer ruido, a él le molesta que cada vez que hacen el amor –como le ha dicho que debe llamar al acto atroz donde se entierra en lo más profundo de su ser-, no debe llorar. Porque es una entrega total y cargada de cariño. Pero a Naruto le duele mucho porque Sasuke es muy tosco.

 

—Adivina que traje para ti. —Sasuke le sonríe, lo mira por encima del hombro y Naruto advierte un perfil sereno.

— ¿Qué…?—su voz sale rasposa, sorbe por la nariz ruidosamente.

—Ramen de Ichiraku. —el menor se incorpora en la cama, la sonrisa lobuna del Uchiha se ensancha.

 

A Naruto se le iluminan los ojos cuando Sasuke se dirige a la pequeña mesa donde ha dejado unas bolsas con contenido incierto, de ellas extrae dos paquetes de lo que parece ser comida, su preciado ramen.

 

— ¿Por qué…?

 

Es una pregunta que sólo hacen sus labios pero no emite sonido. ¿Por qué Sasuke es bueno con él después de lastimarlo? ¿Por qué cada vez que está cerca se siente terriblemente sucio pero cuando se va, una soledad abrumadora lo sosiega?

 

—Ten. —Sasuke le extiende un plato con su comida favorita, Naruto dubitativo lo toma entre sus manos. Está un poco caliente.

—Gracias.

 

 

[4]

 

—Sasuke… yo… claro que no, bueno, me esperan en la cafetería. —su voz sale nerviosa. Sasuke sonríe amable, camina directo al escritorio.

—Te eché de menos…—Naruto se sonroja por la sinceridad en sus palabras. Su corazón late erráticamente. La proximidad del Uchiha le propicia calor, se respira su aroma de menta y tabaco.

— ¿Vamos a estar juntos, esta vez para siempre?

 

Uchiha Sasuke sonríe para su pequeño sol. Naruto no fue una presa fácil de domar, pero a lo largo de los años el menor aprendió que era mejor someterse que vivir envuelto en la tristeza. Y Naruto, una tarde de abril se rindió ante él. El hijo de Minato le pidió que nunca lo abandonara, se aferró a él con tanta fuerza que Sasuke se quedó con él hasta que alba con dedos fríos tocó la mañana.

 

— ¿Quieres estar conmigo? —Sasuke se sienta sobre el escritorio. Naruto se posiciona a su lado con sus ojitos azules brillantes de expectación.

— ¡Si, si quiero! —responde animoso. Sasuke larga su mano derecha y las puntas de las yemas rozan la piel suave de su mejilla.

— ¿Por qué?

 

[5]

 

Naruto admira el cielo nocturno plagado de estrellas que parpadean como focos a punto de extinguirse. Su mirada azulina recae en lo más alto del firmamento. Hay una estrella en especial que le llama la atención; es grande. En comparación con las otras, parece que esa se ha formado de cinco más.

 

— ¿Qué haces? —la voz apagada de Sasuke suena como un bostezo. Naruto sonríe sin darle la cara mirando todavía el cielo, maravillado.

—Cuento las estrellas.

 

Sasuke sale de la cama, aunque está desnudo, el frio no cala los huesos como para resentirlo. Naruto entonces siente su calor detrás de él. Tiene la decencia de sonrojarse. Las manos de acero del Uchiha lo aferran de su estrecha cintura. Se ve obligado a apartar la mirada del ventanal para dirigir sus orbes azules al rostro impávido del Uchiha.

 

No se dicen más, sus labios se unen castamente. Un avance que da pasos de tortuga, con dos lenguas que se visitan desnudas y se acarician tímidas. Naruto besa como Sasuke le ha enseñado, y aun así, los años le han conferido experiencia nula. Sasuke dice que eso está bien, que conserve su inocencia.

 

Sasuke toma a Naruto entre sus brazos y lo lleva de nuevo a la cama donde horas antes avivó su amor por el pequeño.

 

Naruto enrosca sus piernas alrededor de sus firmes caderas, empujando su miembro despierto contra su abdomen.

 

—Te amo…—susurra Sasuke al separarse del rubio.

 

 

 

[6]

 

—Porque te amo…—promete Naruto. Y Sasuke sonríe como un niño.

 

Acuna el rostro moreno entre sus manos acariciando las mejillas. Naruto se permite cerrar los ojos dejándose arrastrar como lo haría una hoja al ras del viento otoñal.

 

Sus labios se buscan con necesidad, y un rastro de miedo. Probarse nuevamente es una delicia, Naruto que tanto tiempo ha esperado de nuevo su encuentro, se aferra a él con mucha fuerza.

 

Y mientras ambos se funden en un ósculo plagado de un amor forzado. Itachi observa detrás de la pequeña rendija que forma la puerta entreabierta.

 

—Al menos eres feliz… Sasuke.

 

Cierra sigiloso, tratando de no hacer ruido e interrumpir a la pareja. Mete sus manos a los bolsillos y mientras camina canturrea entre silbidos. Él sólo quería darle una sorpresa a Sasuke por ser su primer día de trabajo, pero la sorpresa se la llevó él.

 

Sasuke jamás se rendiría con ese niño. Estaba bien, mientras no se metiera en más problemas de los cuales ya no pudiera sacarlos.

 

En fin, también quería decirle que Madara había muerto. Pobre hombre, un infarto al corazón…

 

Kisame tenía razón, la aconitina trabajaba rápido. Una sonrisa discreta baila en sus labios.

 

Madara pagó el precio de querer matar a su hermano. Esperó cinco años para deshacerse de él. Después de que claro, firmara las acciones prioritarias que le daban a él el poder de la empresa.

 

Ahora sí, Sasuke era completamente libre de cualquier deber para con los Uchiha. Podía seguir sobrellevando esa extraña relación con el chiquillo del Namikaze.

 

Para siempre.


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