Los meses pasaron con calma para la pareja, Shun y Tatsuya enfrentaban sus miedos, sus recuerdos y el pasado que tanto los torturaba, juntos, dándose fuerza, luchando por mejorar la situación que estaban viviendo y esperando que todo mejorase.
—Las visitas al terapeuta han sido muy buenas, me alegra que estemos mejorando.
—¿Ya no tienes miedo Tatsuya?
—No, estoy muerto de miedo, pero si algo sé, es que no puedo parar mi vida por ese miedo, que debo enfrentarme a todo con todas mis fuerzas. — Tatsuya se dejó caer en la cama, recostando su cabeza en las piernas de Shun, quien simplemente miraba un libro entre sus manos. —y Mientras los tenga tanto a Touya, como a ti, puedo luchar contra el mundo y la verdad es que, este pequeño será nuestro nuevo motivo para luchar y para poder seguir enfrentando todos esos miedos que tenemos.
—Pequeño o pequeña, aún no sabemos si este pequeño polluelo será él o ella.
—Si fuera un chico sería más fácil, con una niña me volvería loco.
—Que tonto eres, con una niña todo esto se llenaría de algo tierno.
—Pero ¿qué puede ser más tierno que tú con esta pequeña pancita?
—Tendré que llevarlo a que le revisen los ojos estimado caballero, que pequeña pancita, si parece que voy a explotar o a reventar, estoy redondo. —Shun sonrió y agregó. — Y me encanta, saber que mi pequeño crece, que no está sufriendo y que no pasará ni hambre, ni frío.
Shun dejó a un lado el libro que llevaba en las manos, mientras acariciaba el cabello de su pareja. — Tenemos que ir por Touya al entrenamiento.
—¿Pensé que Taiga lo traería? Qué iría también por Tooru.
—Tou y Tooru siguen enojados, en realidad eso es algo que quería hablar contigo Tatsuya, enviaron un reporte de la escuela y bueno sé que Touya no es tú hijo, pero creo que algo está pasando y necesito…
—Primero, Touya es mi hijo y segundo, llamaron de la escuela y no me dijiste nada. — Tatsuya se levantó y miró a los ojos del otro, con un poco de molestia en el rostro. — No debes tener preocupaciones cuando está tan avanzado el embarazo
—Tatsuya, Touya es mi hijo y debo preocuparme por lo que le ocurre, no por un nuevo hijo puedo olvidarme de él.
—Es obvio que no, jamás te pediría eso, pero déjame involucrarme en lo que es más complicado, comparte un poco la responsabilidad conmigo, también es mi muchacho, también es mi hijo, por mucho que no nos una la sangre, para mi Touya es parte de mi vida, para mi es mi muchacho, mi pequeño.
—Tatsuya…—Shun sentía ganas de llorar por las palabras de su pareja, el embarazo hacía más efecto en él mismo de lo que deseaba, logrando que los ojos se le llenaran de lágrimas. —Claro, lo lamento…
—Vamos no llores…
—Es solo que, con un par de palabras logras que me vuelva loco, de verdad. —Tatsuya limpió las lágrimas que corrían por las mejillas de Shun,
—Vamos, que debemos hablar de lo que está pasando con Touya, dime ¿qué dijeron en la escuela? —Tatsuya sabía que no debía deprimir más a su pareja, así que simplemente buscó algo que llevara su cabeza lejos de sus ya conocidos complejos.
—Dicen que lleva días portándose extraño, ya no participa y que se está alejando de todos, incluso de Tooru, me preocupa Tatsuya, quizá sea mi culpa, por mi depresión dejé de prestarle atención.
—No digas eso, Touya sabe que lo amamos como nada en el mundo, creo que puede ser otra cosa, iré por él al entrenamiento y luego hablaremos, creo que sería bueno que habláramos fuera de casa, un lugar un más neutro.
Shun aceptó la propuesta de Tatsuya, agradeciendo que el otro estuviera presente en su embarazo, ya que no sabría lidiar con su hijo, creciendo en su vientre y con otro en un momento de rebeldía como el que parecía estar teniendo Touya.
Por su parte Tatsuya se encontró rápidamente con el lugar donde el menor entrenaba, pero grande fue su sorpresa al notar como este estaba sentado en la banca y no llevaba su equipo.
—Tou. — Tatsuya lo llamó a lo lejos, logrando que este corriera a su lado y se aferrara a sus piernas.
—No quiero venir, quiero quedarme en casa contigo y mamá. — Touya se escuchaba triste, haciendo que el corazón del moreno, simplemente se estremeciera, agradeciendo que Shun no estuviera presente, para ver a su pequeño tan triste como lucía ahora.
Tatsuya se llevó al muchacho y ya en el vehículo, volvió a hablar, tratando de sonar tranquilo y conciliador. — Tou, ¿qué está pasando?
—No quiero hablar.
—Hijo, no quiero verte así, no es bueno para nadie, no es bueno para la familia y mucho menos para Shun.
—¿Mamá está bien?
—Preocupado, pero bien, realmente Touya, es importante que nos digas que está ocurriendo.
—Nada, simplemente nada.
Tatsuya apretó el volante, pero no dijo nada más, temiendo que la actitud del niño se volviera aún peor, simplemente logrando que esa distancia que el mayor sentía había desaparecido, volviera en ese instante.
El camino a casa fue bastante tranquilo, entraron en un profundo silencio, encontrándose con un Shun preocupado, quien los esperaba en la puerta, con las manos sobre su vientre y con el rostro pálido.
—¿Shun? — Tatsuya notó inmediatamente que algo estaba pasando, se acercó al otro, tratando de sostenerlo, ya que parecía que en cualquier minuto caería al suelo.
—¿Qué ocurrió? Dijeron que no quieres ser parte del equipo, ¿te hicieron algo Touya?.
—No.
—Entonces ¿qué pasó? Dime que tiene …
—No tengo nada. — El menor pasó de largos, en dirección a su cuarto. — no pasó nada de lo que deban importante.
—¿Dónde crees que vas? — Shun subió la voz, ignorando como Tatsuya lo miraba preocupado. — Ven aquí muchachito…
Touya había ido a su cuarto, omitiendo los gritos de su madre, quien simplemente tras escuchar el fuerte sonido de la puerta del cuarto del menor cerrándose, terminó por enfurecerlo.
—Touya, abre la puerta ahora.
—No quiero
—Que abras la puerta ahora…— Shun subió la voz, en el mismo instante que el suelo bajo sus pies, simplemente se volvió tremendamente inestable, haciendo irse sobre la puerta. —Tou…—Su voz se volvió tremendamente baja
—Mamá…— Touya habló desde la puerta, sintiéndose preocupado por la voz de su madre. — ¿Mamá? ¿Qué pasa? —abrió la puerta, encontrándose con Shun sosteniéndose el vientre, con un gesto de dolor en el rostro.
—Llama a Tatsuya, es el bebé, ya viene.
—Pero si falta casi un mes…—Touya miró los pies de su madre, notando como había un líquido en el suelo. —Papá…
El grito del niño sonó por todo el departamento, logrando que el cuerpo de Tatsuya se estremeciera y un escalofrío recorriera su espalda.