Tanto Touya como Tatsuya se habían encargado de fingir cada vez que se encontraban frente a Shun, el menor sabía que aunque sería la mejor forma de lograr que su madre y Tatsuya se separaran era que este notara su incomodidad, pero la verdad es que hacer sufrir al mayor no era algo con lo que sintiera ni cómodo, ni mucho menos feliz.
Por otra parte Tatsuya había notado varias cosas por parte del menor, no había querido comentar lo mal que solía actuar el menor cuando estaba a su cuidado, pero realmente todo lo estaba superando un poco, también pudo notar que el menor solía fingir u obligarse a si mismo a actuar de forma cortante o despectiva con el
—No es bueno Tou-chan, Tío Tatsuya es muy bueno, no es justo lo que estás haciendo. — Tooru miraba a su amigo sabiendo que no era una mala persona, habían bajado cerca de los árboles del patio para comer su almuerzo.
—Sé que no lo es, pero no hay otra cosa que pueda hacer, no quiero perder a mi mamá. —Tooru se quedó en silencio mirando a su amigo, parecía que lloraría en cualquier minuto.
—Lo sé. —Tooru amaba a su tío, tanto como amaba a su papá y a su mamá, pero conocía a Touya desde siempre, se sentía sumamente frustrado en no poder apoyar a ninguno en todo lo que estaba pasando.
Touya sentía el estómago pesado, recordando lo había pasado en la mañana, a él le había dolido mucho, pero su madre era más importante que todos los afiches de basquetbolistas que Tatsuya había puesto en su habitación, no quiso probar bocado, simplemente esperaba que la brisa se llevara su malestar y la culpa que se acumulaba en su pecho.
Tooru siempre había estado a su lado, incluso cuando Tatsuya había aparecido en su vida y en la de su madre, el menor miró a su lado, viendo a su amigo comer, le tomó la mano antes de continuar. — Me odiaras.
—¿Qué?
—Cuando esto termine, cuando volvamos a ser solo mamá y yo, sé que me odiaras.
—Tou-chan, no digas eso.
—Es lo correcto, debes prometérmelo, que apoyaras a Tatsuya, debes ponerte de su lado y estar con el, será cuando más los necesite.
—Pero no quiero. — los ojos del menor se aguaron al instante, Tooru era una persona emocional y demostrativa, como su madre, a pesar del parecido con su padre, el pequeño tigre era más sensible y pequeño que los demás niños, Touya siempre lo cuidaba y lo defendía.
—La familia es primero y Tatsuya es tú familia, el cariño que ustedes se tienen es diferente.
—Yo te quiero, idiota. — El menor se levantó y se alejó del castaño, Touya lo miró pensando en alcanzarlo, aunque en el fondo era mejor poner cierta distancia entre ellos, odiaba hacer llorar a Tooru, pero no podía quitarle tanto a Tatsuya, no podía quitarle a su madre y además quitarle a su sobrino, sentía que el pecho le dolía, estaba realmente triste, realmente frustrado, pero ante todo se sentía solo.
La tarde y las clases terminaron de forma lenta para el menor, Touro ni siquiera lo miraba, ese día se fue a casa solo, como no lo hacía hace mucho tiempo.
Llego a su nuevo hogar notando que el auto de Tatsuya ya se encontraba en su lugar, probablemente había pasado a recoger a su madre también, entró en silencio, la casa se sentía realmente extraña, miró en el despacho notando como Shun estaba sentado en la esquina del escrito y Tatsuya se encontraba con la vista perdida en el computador.
—Ya estoy de regreso. — Ambos morenos salieron de su ensoñación al escuchar al menor.
—Bienvenido. — la voz de su madre se escuchaba molesta, Tatsuya simplemente había puesto una sonrisa que más parecía ser una mueca. —Tou, tenemos que hablar, explícame que paso en tú habitación.
—Mamá yo…— había sacado de las paredes todas las decoraciones que Tatsuya había puesto, algunos de los afiches eran nuevos, pero otros se podían notar bastante antiguos, estaban todas las estrellas del baloncesto que tanto admiraba, no había tenido corazón para romperlos o para tirarlos, así que simplemente los había ocultado bajo su cama, aunque había roto parte de una revista para hacerle creer al mayor que los había tirado.
—Vamos Shun, déjalo, creo que no era feliz con la decoración, no hay problema. — La voz de Tatsuya se escucha apagada, podía asegurar que hasta se escuchaba como si fuera a llorar, aunque en ningún minuto quito la vista de su computadora.
—Le debes una disculpa a Tatsuya, no debiste tirar nada de lo que había puesto en la habitación.
—Pensé que era mi habitación. — Touya sabía que no era un recurso que debiera usar con su madre, pero si debía hacer que Tatsuya se enfureciera, no tenía mejor opción. — no volveré a tocar nada de la casa, es obvio que no tengo nada aquí.
—Touya no seas insolente. — Shun había subido su tono, realmente estaba molesto.
—Tienes razón. — Tatsuya se puso de pie. — es tú habitación, discúlpame por tomarme la atribución, pensé que era como realmente te hubiese gustado que se viera el cuarto, quizá tú y Shun puedan buscar con que decorar, mientras iré por la cena, no quiero cocinar hoy.
Himuro no miró a nadie, simplemente salió del despacho, dejando a Shun con un semblante preocupado y Touya con una sensación peor en su pecho.
Cerca de una hora más tarde Tatsuya había regresado con comida, aunque la cena fue realmente incómoda para todos.
Touya se fue a su cuarto luego de recoger las cosas de la mesa, pensó las cosas y aunque eran parte de su plan, la culpa lo estaba matando, quería hablar con Tatsuya, quizá no dejar todo en tan mal plan, el cuarto que ahora su madre y Tatsuya compartían se encontraba con la puerta junta, fácilmente el menor podía escuchar la conversación.
—Eres demasiado permisivo, no quiero un niño malcriado Tatsuya y que te portes como lo hiciste simplemente lo malcría.
—No hizo algo malo Shun, él no tenía como saber.
—Pero aun así, me siento mal contigo por todo esto.
—Quizá era momento de deshacerse de toda esa basura, después de todo, ya estaban bastante viejos.
—No era basura, Tatsuya eran importantes para ti, eran regalos de tú padre.
—No puedo recordar a mi padre solo por esas cosas Shun, el me los dio hace mucho, aunque hubiese preferido que nos los rompiera, ni los tirara, pero ya nada se puede hacer. — Touya vio la sonrisa en los labios de Tatsuya, era fingida, parecía que lloraría en cualquier minuto, no tenía idea de que aquellos afiches eran un regalo de su padre.
—Tatsuya, no entiendo el motivo de que te niegues a decirle algo, se supone que criaremos juntos a Touya, pero solo yo estoy quedando como una mala persona, acaso esa es la idea, tú el padre comprensivo y amoroso, mientras yo me porto como un padre regañador y malo.
—Claro que no Shun, también quiero apoyarte, pero no puedo ganarme su confianza reprendiéndolo por algo insignificante.
—No me vengas con que es insignificante Tatsuya…—el menor no quiso seguir escuchando, se sentía mal por haber provocado una pelea, aunque esa era la única forma con la que podría influenciar a su madre para que volvieran a su casa, odiaba los gritos, odiaba que la gente discutiera.
Se fue a la cocina, realmente molesto consigo mismo, no quería que Tatsuya llorara, no quería que esa pelea continuara, odiaba que la gente peleara, una idea cruzó por su cabeza.
Fue una simple fracción de segundo entre el sonido de vidrio rompiéndose y el grito de dolor del menor.