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Siendo padre por Samantha0507

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Himuro llegó tarde esa noche, había pensado mucho en sus palabras, en cómo se había referido a su pequeño bebé como “esa mierda” y en que ahora se odiaba por lo dicho. La verdad es que la noticia del bebé si lo había sorprendido, pero eso no significaba que pudiese descargarse de esa manera, estaba rechazando algo que era parte de él y de forma más maravillosa, que era parte de Shun también.

 

—Mamá lloró hoy…

 

Himuro se sorprendió al reconocer al menor al pie de la escalera, apoyado, como esperándolo.

 

—Fue mi culpa…

 

—No quieres al bebé. — Touya se puso de pie y caminó enfrentando al más alto, Himuro lo miraba con una mueca de temor en el rostro, ellos no tenían realmente una buena relación, pero todo lo que había avanzado en ese tiempo de convivencia, probablemente se había perdido por lo que pasó con Shun. — dijiste que querías que te quisiera, que te aceptaras, para eso debes prometerme algo.

 

Himuro se agacho, encontrándose con los ojos del menor. — dime.

 

—Quiérelo, al bebé. — el nudo en el garganta de Touya creció un poco, haciendo que su voz saliera quebrada y dolida. — mi padre nunca me quiso, todos me dicen cosas diferentes sobre, pero sé que él no me quería, que se alejó de mamá cuando supo que yo estaba en su vientre y eso duele. — Las lágrimas bajaron por sus mejillas. — cuando no llegan a verte a la escuela, cuando tienes un partido y no hay nadie que te apoye, cuando mamá se enfermaba, todo eso duele mucho, no hay nadie que te diga que todo estará bien, no hay nadie y duele, asusta.

 

Himuro sentía su pecho apretado, se sentía como un estúpido, ahora peor que nunca, él había tenido un padre maravilloso, pero se estaba comportando como un malcriado, frente a quienes más lo necesitaban en ese minuto.

 

—Te lo prometo, cuidare de los tres. — puso su mano en la cabeza del niño, quien simplemente rodeo el cuello del más alto, en un abrazo apretado.

 

—No deben preocuparse por mí, Touya es un niño grande, pero debes cuidar a mamá y a mi hermanito o hermanita, debes amarlo mucho, debes hacer todo eso papi, debes prometérmelo. — Touya no se percató de cómo había llamado al más alto y Tatsuya prefirió no hacérselo notar tampoco. —Irás a verlo a sus partidos ¿verdad? O cuando tenga miedo en las noches, te meterás en su cama, lo abrazaras muy fuerte y le dirás que nada malo va a pasar. —Touya siguió llorando, dejando salir todo eso que el mismo deseaba. — y prométemelo, dime que le dirás lo mucho que lo amas, lo mucho que querías que llegara a este mundo, lo mucho que tú y mamá deseaban que existiera, dímelo, dime que lo harás, dime que el sabrá lo que es sentirse amado y querido, lo que es sentirse importante, nadie lo dejará solo ni lo hará llorar.

 

—Touya…— el niño lloraba, mientras que Himuro solo sentía que el nudo en su garganta se hacía más y más grande. — tranquilo, te lo prometo, haré todo eso, lo llevaré al parque y por helado, iremos de compras y haremos campamentos en el patio, le enseñaré a nadar y le contaré como conocí a tú madre, le diré como me enamoré, como supe que era lo que quería para mi vida, le diré todo eso, lo ayudaré con sus tareas y jamás romperé una promesa. —Himuro comenzó a llorar pensando en todo lo que estuvo a punto de perder por miedo, por algo que en realidad no eran más que suposiciones. — si es un niño le enseñaré a afeitarse y si es niña, jugaré con ella todos los días, no habrá día en que no sepa cuanto la amo y todas las noches…

 

—Todas las noches besaras su frente y le dirás buenas noches…— Touya solo podía llorar, sabiendo que todo eso era lo que tanto deseaba. Era el recuerdo de el mismo, de como rogaba por un abrazo, un beso de buenas noches, como soñaba con que lo llamaran campeón, que le dijeran que estaban orgulloso de él, se aferró tan fuerte al cuerpo de Tatsuya, sintiéndose desprotegido, sabiendo que eso no podría durar para siempre, sabiendo que ese abrazo no era para él, que ese cariño de padre solo podía durar un par de meses, antes de que llegará quien de verdad los merecía — no dejes que se sienta solo, no lo dejes, no dejes que crea que no lo amas, te lo pido.

 

Tatsuya solo podía llorar, se odiaba por lo idiota que había sido, pero lo que más le dolía era pensar en el pequeño, en como suplicaba algo que probablemente deseaba para él.

 

—Vamos, es tarde. —Himuro cargó al niño en sus brazos, era bastante alto, pero ese día, parecía pequeño y débil.

 

Lo dejó en la cama y lo arropó, notando como las lágrimas aun bajaban por su rostro. —vamos Touya, no debes llorar.

 

—Es…es…— el menor gimoteaba, su nariz y mejillas estaban teñidas de rojo, por todo el llanto.

 

—Touya, todo lo que dijiste, todo eso que me pediste para el bebé, también puedo hacerlo contigo

 

El menor abrió los ojos sorprendido, pero movió la cabeza en forma negativa. —no es justo, no soy tú hijo, no tienes que sentirte responsable por mí.

 

 —Quiero hacerlo. — Tatsuya se acurrucó con el niño, como pudo acomodó al pequeño entre sus brazos. —quiero llevarte a jugar, quiero comer helado e ir de vacaciones, ir por ti a la escuela, ayudarte con tus tareas, quiero cuidarte y amarte mucho, quiero estar a tu lado todos los días y en las noches, cuando tengas miedo, quiero que me dejes amarte.

 

—No puedo. — el recuerdo de él mismo rompiendo los afiches de Tatsuya, de él portándose mal, esperando que su madre y Himuro pelearan, todo eso le dolía.

 

Himuro dejó salir el aire de sus pulmones en un pesado suspiro, sabiendo que Touya no estaba realmente conforme con su existencia, pero el que lo hubiese llamado “papi” hace apenas 20 minutos, le daba la esperanza de que, de alguna forma podía llegar a crear una relación con el niño.

 

Se levantó cuando sintió como el menor se aferraba de su camisera. —quédate, no me dejes, no quiero dormir solo…

 

Esa noche se durmieron abrazados.

 

Shun se despertó sin nauseas, pero con una pesadez en el pecho, que lo hacía querer llorar. No se sentía mal, pero asumió que la molestia en su pecho estaba relacionada con lo fría que estaba la otra mitad de la cama.

 

—No llegaste…— Shun tocó la almohada, sabiendo que  quien ocupaba sus pensamientos estaba lejos de escucharlo, las sabanas y la almohada se sentían frías, un nudo en su garganta se formó, no recordaba que se sintiera tan doloroso despertar solo.

 

Se sentó en la cama, debía empezar a juntar sus cosas y las de su hijo, si las palabras de Himuro eran ciertas, probablemente tendría que buscar un nuevo apartamento, miles de dudas se formaron en su cabeza, como podría trabajar con un bebé de casi tres meses en su vientre, como podría seguir pagando las cosas de Touya.

 

Shun quería ponerse a llorar, estaba asustado, deprimido y nuevamente solo, tomó su celular pensando en quienes podrían ayudarlo, Hyuga había decidido acompañar a Reo a un viaje de trabajo, Teppei estaba lidiando con Makoto, quien había pasado un par de días atrás por una operación un poco complicada, podía mandarle un mensaje a Takao, pero eso significaba que Kagami se enteraría y por consiguiente Himuro terminaría enterándose de lo mal que se encontraba.

 

Se levantó sacando su maleta y la ropa, dejando que las lágrimas bajaran por su rostro, ya no tenía a nadie, había confiado en que por una vez la vida le daría la felicidad que tanto quería, pero simplemente estaba nuevamente embarazado, luchando por sobrevivir junto a sus hijos, junto a los únicos seres con lo que sería siempre el primero.

 

Miró las cosas que Tatsuya le había regalado, no tenía claro si debía llevárselas o dejárselas, eran bastante caras, cosas a las que el mismo no podría optar en su situación actual, pero no era por eso.

 

Caminó al cuarto de su hijo, pero en la puerta se detuvo, recordando todo lo que el moreno le había dado a su pequeño, todo eso que el mismo no podría jamás costear, quería llorar, por su estupidez, por sus idioteces estaba renunciando a la felicidad de dos personas que amaba.

 

Llevó las manos a su vientre. — te amo tanto gatito, solo saber que estás aquí me hace amarte, pero realmente me pregunto, si debo tenerte, mi vida se hizo trisas y solo llevas un par de meses aquí…—las lágrimas bajaban por sus mejillas. — quizá debería dejarte ir. — pero una sonrisa se formó en sus labios y agregó. — no puedo ni pensarlo, ni menos decirlo, te tengo aquí y quiero que vivas, que veas el mundo, ya encontraré como mejorar esto, con tu hermanito y contigo me daré fuerzas, con ustedes podré salir adelante.

 

Los ojos de Shun se abrieron por la sorpresa, sobre la cama Tatsuya dormía acurrucado con su pequeño Touya, Izuki sabía que era culpa de sus hormonas, pero quería volver a llorar, Tatsuya estaba en casa con ellos. — Shun…— el otro lo llamó. — lo siento, Touya estaba llorando, quería ir a tú lado, pero él me necesitaba…

 

—No importa, estás aquí, en casa, junto a nosotros. —Shun le acariciaba el cabello a su pareja. — por ahora solo quiero saber que estaremos bien.

 

—Estaremos bien y juntos…—Shun se hizo un lado en la cama del niño, se acomodaron los tres, con un calor familiar que los tranquilizaba, pero eso era solo la paz antes de la tormenta.

 

 

 

 


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