Touya miró a su madre, sonreía, mientras tarareaba una canción, era increíble lo que Himuro era capaz de hacer.
El pelinegro miró al mayor, estaba frente a la parrilla, según le habían dicho querían celebrar la llegada de su madre y él, era una forma de darles la bienvenida.
Touya no se sentía realmente feliz con todo esto, se levantó yéndose al cuarto que Himuro le había dicho sería el suyo, el cuarto era realmente perfecto, el mayor había puesto real atención a sus gustos y pasatiempos, incluso había dejado un lugar para el cuadro de sus abuelos que tanto quería.
—Quizá no es tan malo como me dijeron…
Pero el recuerdo de las palabras de sus compañeros le volvieron a resonar en lo profundo de su cabeza, ellos le habían dicho que probablemente Himuro le quitaría el amor de su madre, que ya nadie se preocuparía por él, se apretó los oídos tratando de no escuchar, en el fondo las palabras de sus compañeros le habían dolido más de lo que el mismo creía.
—La primera semana de vacaciones me mudare con mamá, a la casa de Himuro-kun
—Pero, ¿no te asusta Tou-kun?
—Asustarme, para nada, Himuro-kun es genial, es muy buen basquetbolista y es muy inteligente.
—Pero no es tú padre y no por vivir con él lo será. — uno de los chicos se acercó a Touya, ellos no se llevaban realmente bien, Touya solo hablaba con Tooru Kagami y con un par de niñas, cuando uno de sus compañeros se acercó. — Además a los padres solo le gustan los niños propios, probablemente el convencerá a tú mamá de que te mande lejos y ellos tengan sus propios hijos.
—Tío Tatsuya no es así. — Tooru se molestó al escuchar como hablaban de su tío. —Además Shun-kun y tío Tatsuya quieren mucho a Tou-chan.
—Siempre es así, trataran de hacerte creer que te quieren mucho, pero luego te alejaran, ni siquiera tienes sui apellido, por más que quieras no puede decir que es tú padre y cuando tengan un hijo te puedo asegurar que se olvidaran de ti, ya veras, terminaras metido en un internado, o en algún lugar donde te alejen de la casa, serás ese pequeño bastardo a quien solo llamen cuando tengan que aparentar ser una familia feliz, después de todo si tu verdadero padre no se quedó a tú lado solo por ser tú, ¿qué te hace creer que este nuevo “papi” te querrá”
Touya sentía que los ojos se le llenaban de lágrimas, pero se las aguanto, después de todo no estaba bien que llorara en la mitad del salón.
—Tou-chan. — Tooru me estaba mirando con el ceño fruncido. —no puedes creerle, tío Tatsuya es buena persona, el jamás haría algo como eso.
—Too-chan prométeme que no le dirás nada a nadie de esto.
—pero…
—Si no me lo prometes no seremos más amigos. — Tooru miró a su amigo, dándose cuenta de lo serio que este se veía, que finalmente termino accediendo a lo que el otro le pedía.
Touya miró la habitación, esas cosas no eran para él, esas cosas debían ser para un hijo, para alguien que llevara tú sangre, tú apellido, quizá los chicos en el colegio tenían razón y no era más que un estorbo.
Camino hacia la cocina, encontrándose con su madre siendo abrazada por Himuro.
—Me encanta saber que ya están aquí.
— Fuiste muy insistente, mi serpiente. — Shun se acercó a los labios del moreno.
— Tenía que serlo, ya me costó casi dos años que aceptaras si quiera tener una cita conmigo, en realidad varias veces pensé en rendirme, pero solo con ver esta linda carita y estos ojitos y sabía que de verdad eras lo que más quería a mi lado.
— Sabes que no era tan fácil, tenía que pensar en la felicidad de Touya, finalmente él es un niño, debo poner su bienestar y felicidad primero, pero sé que tú eres el mejor candidato para mí.
— Por mi cara de ángel.
—Vamos Tatsuya, eres todo menos un ángel, sé que eres el correcto, simplemente por lo que veo, incluso quieres caerle en gracia a mi hijo.
— Aunque parece que eso no lo estoy haciendo nada bien, me temo que pueda ser en vano y termine molesto y odiándome.
— Nos harás felices a ambos, solo que para él es más difícil, es pequeño y no entiende que son todos estos cambios, pero sé que eres el indicado.
— Shun, realmente solo con escucharte me lleno de ánimos, ya quiero ver como serás cuando tengamos más hijos.
—¿Hijos?, ¿Cuántos planeas que tengamos Tatsuya?
— Muchos, seremos una familia grande, imagínate, un pequeño Himuro, corriendo, diciéndome papi, papi, papi, o una linda águila con esos hermosos ojos color plata, realmente sería maravilloso.
— Seriamos tan felices.
Touya se alejó, volvió a su cuarto mirándose en el proceso, no tenía rasgos de su madre, su cabello era castaño y sus ojos café, no tenía ningún parecido, ningún rasgos que pudiera si quiera confundirse con los de Himuro.
— Himuro-kun, debió llegar antes, si usted hubiese llegado antes yo no tendría que ser tan egoísta, yo podría dejar que mamá fuera feliz con usted, Himuro-kun debía ser mi papa. — Touya se metió entre las frazadas, dejando las lágrimas bajar por sus mejillas, llorando por la pena, por la culpa, pero no podía estar solo, no quería perder a su mamá.
Los ojos le pesaban, simplemente se dejó llevar, esperando que dormir le diera las fuerzas para dañar a una buena persona, le diera el ánimo para ser un egoísta y quitarle la poca felicidad que su mami tanto merecía.
En la cocina Shun se preocupaba por su hijo. —Tatsuya, ¿no crees que Tou está muy silencioso?
—Debe estar jugando en su cuarto, iré por él.
Himuro entro en silencio, notando el pequeño bulto metido en la cama, la ternura que el menor le producía era tanta que de verdad deseaba que fuera su hijo, se acercó y le destapo la cara, notando los surcos que habían dejado las lágrimas. — Touya, ¿tanto te disgusto que lloraste hasta dormirte? Demonios. —Himuro se pasó las manos por el cabello con desesperación. — no tengo idea de que hago mal, pero no quiero que sufras, permite quererte, permíteme ser el padre que no tienes Touya.
—papi. — un simple balbuceo dormido terminó por quebrar el corazón de Tatsuya, obligándolo a acariciar la cabeza del pequeño.
—Si amor, soy papi, te prometo que te cuidare y que te haré muy feliz, junto con Shun, haré lo que sea por tú felicidad campeón.