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Confusión por LokillaxelYaoi

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Notas del fanfic:

Subi este fic hasta el capítulo 3 creo, no sé ya no me acuerdo.

Lo culminaré rápidamente pues a parte de los mensajes en mi correo y en facebook (gesto que agradezco a todas esa personitas que siguieron brindándome su apoyo, mil gracias por tomarse el tiempo de buscarme y escribirme en reiteradas ocasiones).

Bueno al punto, hubieron tres personitas o mejor dicho estupendas autoras pues he leido historias preciosas de dos de ellas, una es de fanfiction, otra de livejournal y la última de este foro que me pidieron que acabara con la historia para poder dos de ellas, adaptarlo a otros personajes y la otra una traducción.

Ya conversamos y obvio pueden hacerlo, la que me pidió modificar eso del mpreg puede hacerlo; pero te juro que quedará genial con mpreg así que vuelvo a reiterarte que mejor no lo hagas, créeme y sigue mis consejos OMG!!

En todo caso ya no escribiré en el blog, aquí pueden encontrarlo si quieren seguirlo a la par o esperarme un poquito a que lo termine y pueda enviárselos correctamente. Gracias.

-¿Entonces te casarás conmigo? – fue la pregunta que el castaño esperaba desde hace ya dos meses, todo fue absolutamente sencillo, sus vanos esfuerzos dieron los resultados esperados. Conquistarlo no le tomo gran esfuerzo, después de todo era lindo, joven y simpático, todas las cualidades que cualquier hombre de edad avanzada esperaba.

 

-Pero claro que sí – pronunció cada palabra muy lentamente, una sonrisa de victoria se asomó en sus labios, el mayor se acercó para unir sus labios contra los de él y el menor solo pensó “al diablo, se supone que al final morirá ¿no?” así que cerró sus ojos se dejó besar, solo un beso muy simple era todo lo que podía tolerar, además ¡qué horror! Se estaba sacrificando demasiado con tal de su venganza, tanto como para terminar de aceptar casarse con un senil.

 

Esta vida monótona era la rutina de este joven, que había crecido en un hogar humilde, amaba a sus padres; pero odiaba la miseria a la que ellos lo obligaron a vivir, ya había terminado la universidad a base de esfuerzo y sacrificio, no le fue nada fácil, todos su compañeros y compañeras se burlaban de él por las precarias condiciones en las que vivía; pero él se juró así mismo hacerles tragar sus palabras a todos los que alguna vez lo humillaron y menospreciaron.

 

Administración de empresas, la carrera que lo había llevado muy lejos, siendo el primero de su clase y reconocido por sus logros, era perfecto, pero él quería aún más ¿Por qué? Si ya lo tenía todo, un buen empleo, su hermano a su lado, elegancia y una cara bonita… ¿Entonces por qué?

 

Simple, su futuro esposo era el dueño de una fábrica de muebles, claro, recién lo había adquirido hace diez años ya que aparte de eso, tenía otras empresas que jugaban un rol muy importante en mercados internacionales. Sin embargo, los padres de este joven trabajaron a su servicio y fueron explotados a trabajar más de lo debido y ¿Para qué? Todo para ganar un mísero sueldo con el que apenas podían mantener a sus dos hijos, Usami Fuyuhiko no se tocó el corazón para tener piedad de dos pobres hombres que tenían necesidades de alimentar a su familia, cada vez que sus padres llegaban en la madrugada estaban totalmente exhaustos, con los pies hinchados, las manos maltratadas y llenas de heridas de tanto manipular ácidos y desinfectantes, cada lágrima de cada uno de sus padres se las cobraría muy lentamente, lo haría añicos, lo humillaría hasta que pida perdón de rodillas y porque no cobrárselas también con su familia.

 

-Nos casamos mañana a primera hora – besó sus manos, específicamente besó el anillo de esmeraldas que llevaba en su dedo anular –No sabes cómo te amo, gracias por haberme dado una oportunidad.

 

Oportunidad que te saldrá muy caro” pensó el castaño sonriendo tan vívidamente que parecía que en verdad le hacía ilusión esa próxima unión, pero que bien se tenía guardado la futura sorpresita que le tenía preparado y es que Fuyuhiko cayó a sus pies, hipnotizado por su coqueto carácter, sus bellos ojos y que fuera condescendiente en ciertos aspectos, claro que aún no en todos, pero ya después de la boda, lo haría…lo haría completamente suyo.

 

 

-No me amas, me he convertido en tu ¡maldita marioneta! – palabras duras y tristes, pero verdaderas hasta cierto punto, las cosas no habían resultado como ambos quisieron. El día que se juraron amor eterno frente a un altar, todo era felicidad, el amor y alegría rebosaba en cada tierna mirada que se obsequiaban, el beso permitido por el sacerdote, fue el sello de tan ansiada y profunda promesa que quizás con el tiempo se estaba deteriorando.

 

-No digas estupideces, claro que te amo ¿no te lo demuestro todas las noches? – una clara pero falsa afirmación ¿desde cuándo el amor se basa en sexo? ¿Desde cuándo, lo que se supone debería ser una entrega mutua se convirtió en satisfacción solo para uno de los dos? Uno de ellos lo disfrutaba y el otro no, a uno de ellos no le importaba si su pareja tenía ganas y plena disposición para hacerlo, claro, eso no es amor…

 

¿Pero desde cuándo toda su vida se convirtió en un infierno? Hagamos memoria, el Dr. No era posesivo, siempre se caracterizó por su dulce carácter y le daba muchas libertades a su esposo ¿Por qué? La respuesta era clara, porque lo amaba más que a nada en el mundo ¿Entonces? Su hijo, la pequeña manzana de la discordia entre ellos, para Kusama Nowaki, ese niño no era hijo suyo, ese niño de 7 años era producto de una descarada infidelidad ¿Por parte de quiénes? De su esposo y el mejor amigo de este último Usami Akihiko, ¿tenía pruebas de semejante acusación? Pues simplemente que el niño no se le parecía en nada, ni un solo rasgo, nada. Además que los vio besándose sin vergüenza en plena vía pública, eso sumado a las habladurías de su entorno ¿No era una prueba irrefutable?

 

-Es mejor el divorcio, si bien sabes que lo nuestro ya no tiene arreglo, me dices una y otra vez que este hijo no es tuyo ¿Para qué seguir a tu lado? Ya me cansé de ser el único que trate de reparar tus errores– comentario que colmó la paciencia del galeno, la palabra divorcio no existía en su vocabulario, si uno celebra tan sagrada unión como lo es el matrimonio es “hasta que la muerte los separe” y dicho y hecho era inflexible en ese aspecto.

 

-¿Quieres el divorcio para que te largues a los brazos de tu amante? Olvídalo, tú y yo juntos o tendré que matarte y luego me mato yo; pero nunca te dejaré libre, no para que ambos me vean la cara de imbécil y se rían a mis espaldas – una clara amenaza hecha y prácticamente cumplida, los celos de pensar que su esposo lo seguía engañando, le carcomían el alma y razonamiento, ¿aún lo ama? Aunque tal vez pareciera que no, es todo lo contrario, ama a su esposo más que nada, el Dr. antes era como el agua, así es, pura, cristalina; pero debido al frío y malos entendidos se volvió como un témpano ¿Y qué es lo que necesita el hielo para derretirse? Amor…pero no podía exigir algo así, su esposo le tenía resentimiento y no era para menos, siete años de una dura y retorcida convivencia termina por apagar esa flama de amor que antes existía.

 

-Me voy a trabajar – se puso su gabardina y se dispuso a salir, lo único que le hacía olvidarse del maldito infierno en el que vivía, era su trabajo en el hospital.

 

Misaki Takahashi y Nowaki Kusama, hermanos, no de sangre, porque sus padres eran cuatro personas distintas; hermanos del alma, alimentada por una preciosa amistad que tenían desde niños, ambos crecieron en el mismo barrio pasando frío y hambre, ambos compartieron los mismos insultos y maltratos por otras personas ajenas a sus buenos sentimientos, cada uno por su parte se desenvolvió a su manera en la universidad, uno en negocios y otro en salud, a pesar de veinte años aún siguen siendo infantiles en ciertas cosas, pero el lazo de hermandad nunca los va a separar y aunque saben que tiene errores y tratan de apoyarse entre sí, no pueden contra eso ¿Por qué?

 

Uno carcomido por el resentimiento y el otro muriendo lentamente por celos injustificados, ambos destruirán vidas ¿inocentes? Bueno inocentes tampoco es la palabra correcta, porque esas personas bien saben o deberían de saber que tienen mucha culpa en eso. No debieron realizar acciones que torcerían sentimientos que antes eran puros, ingenuos y entregados sin medidas. A veces la vida no resulta como uno quiere que sea, termina siendo peor de lo que uno imaginaba, podrían cambiar y olvidar todo, pero la gran carga de su pasado se los impide, llenando de oscuridad su antes cálido corazón.

 


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