- “¿he? Acaso ahora deberé ir con él a Nagoya?”
-Muy bien sensei, partiremos el martes.
-“¿He? ¿En qué me acabo de meter?
Nii-Chan, creo que quede involucrado en un viaje con Usagi-San por su trabajo.
-Ehh… Aikawa-San, Usagi-San… Yo no debería…
-Dijiste que querías ir. –“Usagi-San, todo fue un mal entendido, yo no quiero ir”, en momentos como este desearía poder decir lo que pienso con mayor facilidad.
-Ehh… yo no quise decir eso…
-Misaki-Kun, ¡Te lo ruego! Sensei no irá si tú no vas con él, ¡La imagen de sensei está en juego!- Aikawa-San sabe como presionarme y convencerme de hacer algo que no quiero.
-…E-Esta bien, pero… ¿Cuánto tiempo será?
-Esta vez, solo serán dos días.
Si son solo dos días estará bien, si salimos el martes volveré aquí a mas tardar el viernes por la mañana. Además, tengo que ver el lado positivo, solo he ido a Nagoya en excursiones de la escuela, será bueno que salga de Tokio solo por un tiempo.
-Muy bien, entonces yo vendré a buscarlos el martes por la mañana, iremos en el tren bala. Estén preparados, Misaki-Kun te encargo el equipaje de sensei. Nunca puede hacerlo solo.
-Ehh… E-Esta bien.
Aikawa-San guardo el manuscrito de Usagi-San en su bolso y se fue después de eso. -Supongo que estar dos días con Usagi-San en Nagoya no es muy diferente de lo que estoy haciendo ahora. Estaré con él unos 88 días más, esto de seguro pasara un par de veces si es que necesariamente tenga que ir yo para que Usagi-San vaya a trabajar.
Estaba feliz y alegre, aunque no podía dejar de tener un mal presentimiento. Salí del pent-house para ir hacia la tienda, quería comprar el nuevo tomo de “The Khan” que salió este mes. El día estaba hermoso, al menos para mí, que soy ese tipo de persona que le gustan los días un poco fríos y nublados, me agrada y relaja sentir el aire frio por mi cuello y rostro.
Camine un poco hasta la tienda que no queda muy lejos del piso de Usagi-San, cuando llegaba mire al suelo de casualidad y vi que en él había una bufanda color beis tirada, pensé que quizás se le había caído a alguien y eso era.
A los segundos de haberla recogido del suelo una persona corría hacia a mí, era el dueño de la bufanda de lindo color.
-Ah, disculpa, esa es mi bufanda, se me cayó hace un rato. –Mencionaba mientras se acercaba caminando más tranquilo hacia mí. Un hombre joven de cabello castaño claro, ojos verdes y piel un poco morena, bastante parecido a mí.
-Está bien, estaba por atarla a un poste para que el dueño la viera, pero ya estás aquí.- Le dije amablemente y con una sonrisa.
-Te lo agradezco mucho, lamento las molestias. Déjame pagarte con algo.
-Ahh, no es necesario que lo hagas, me alegra haberte ayudado. –Le respondí moviendo mis manos de un lado a otro, negando lo que decía. Es que, de verdad me gusta ayudar a los demás, me siento genial al hacerlo y me pone feliz cada vez que me agradecen (Leila: Misaki es todo lo opuesto a mí :’v)
-Por favor, al menos déjame invitarte un café, te hará bien con este frío.
–Parece un apersona muy buena, creo que puedo pasar un poco de tiempo con él, al menos para que él se sienta bien.
-Creo que eso está bien.
Fuimos al café más cercano, el ordeno un café muy cargado y yo me decidí por un café con leche bien caliente. Nos sentamos cerca de la vidriera que da a la calle, sobre las sillas de madera junto a una pequeña mesa donde justo encajan dos personas.
-Entonces tu nombre es Takahashi Misaki-Kun.
-Si ¿Cuál es el tuyo?
-Yo soy Onodera Ritsu, un gusto.
-También es un gusto.
Hablamos por un rato de cosas triviales y cosas en común que tenemos los dos. Onodera Ritsu, un hombre joven de 25 años, trabaja en una editorial como editor de manga shojo. Estatura normal, más o menos 1, 65 mts. , un poco más alto que yo. Una persona realmente amable.
*Pirí pirí pirí*
-Ah, lo siento Takahashi-Kun, es mi alarma, me indica que ya se termino mi descanso de una hora. Ya debo marcharme a la editorial.
-Está bien, no tengo problema.
Pago la cuenta de lo que ambos ingerimos y nos dirigimos a la entrada del café para despedirnos. Yo iría a comprar el manga y el a su trabajo, había hecho un nuevo amigo.
-La pase bien Takahashi-Kun, adiós y de nuevo muchas gracias- Hizo una reverencia frente a mí, me apene un poco porque no hice algo tan bueno, solo le devolví su bufanda.
-No es necesaria la reverencia. No es nada, adiós.
Sonrió, dio media vuelta y se fue hacia la editorial. Me cayó realmente bien Onodera-San. Llegue a la tienda, compre el manga y volví al pent-house, había tardado mínimo una hora y media.
-Usagi-San, ya estoy de vuelta.
-Tardaste mucho. –Parecía estar un poco disgustado, me había olvidado de enviarle un mensaje. Luego tomo su celular y marco un número, estaba llamando a alguien, esperando hasta que atendieron.
-Ya está aquí. Cancela la búsqueda.
-Cancelar la búsqueda luego de haberla iniciado hace 30 minutos… ay, ay
-Adiós.
Cortó la llamada y siguió trabajando, escribiendo en su computadora portátil, sentado en una de los sillones y con una taza de café en la mesa del medio.
-…- El ambiente estaba un poco incomodo, ninguno de los dos hablaba, hasta que decidí empezar a contarle. –Cuando iba a la tienda me encontré con una bufanda en el suelo, luego llego el dueño y me invito a un café como agradecimiento.
-…Ya veo…
Hice un puchero y me fui a mi habitación arriba, para leer lo que había comprado. Cuando estaba por abrir la puerta de la habitación volví a sentir unos brazos grandes y fuertes que me abrazaban por detrás, era Usagi-San, como siempre.
-Misaki me tenía preocupado. –Dijo, y se aferro a mí un poco más fuerte. Sentía su respiración en mi cuello y su aliento caliente casi en mi hombro. Acerque mis manos a las de él y las tomé con fuerza, raramente estaba más tranquilo de lo normal. Saber que él se estaba preocupando por mí me hizo muy feliz y a la vez me sentí seguro a su lado.
-Usagi-San, estoy bien. No debes preocuparte.
-Siempre me preocupare por ti Misaki.
Deshizo el abrazo y me volteo, alzó mi mentón y me beso lentamente en los labios, no opuse resistencia y me deje llevar por el, que con cada uno de sus besos me sentía con el más delicioso sabor en mis labios, con ganas de probarlo aún más abrí mi boca y le deje espacio para que introdujera su lengua, se paseaba por dentro de mi boca, como si estuviera bailando, abrazando la mía y jugando con ella.
Cuando ya ambos necesitamos del oxígeno, que fue luego de unos treinta segundos de beso nos separamos muy lento, pero no nos distanciamos lo suficiente como para dejar de sentir la respiración del otro. Sentía mi cara arder.
-Misaki… Te amo.-Me susurro en el oído y volvió a cubrir mi cuerpo con sus grandes brazos.
A pesar de que prefiero el frío antes que cualquier otro tipo de temperatura, en momentos como este deseo que el calor que me dan de sus brazos rodeándome dure mucho tiempo y no se vaya jamás.
Así es, deseo estar para siempre alado de Usagi-San.
(Leila: *Cursilerias mode on* :v )
YA EN LA ESTACION DE TREN.
Usagi-San, Aikawa-San y yo estamos esperando el momento para abordar el tren que nos llevara a Nagoya. Será la primera vez que viaje en un tren bala, debo suponer que Usagi-San ya lo ah hecho cientos de veces y admito que estoy algo emocionado por estar con él en otra ciudad.
Cuando llego el tren bala nos subimos a él, Usagi-San insistió en sentarse a mi lado y Aikawa-San tuvo que compartir asiento con un desconocido.
-¿Has ido antes a Nagoya? –Me pregunto Usagi-San, pero no me miraba a mí, miraba por la ventana recargando su cabezo en su mano derecha.
Desde el ángulo del que yo lo miraba, él…Se veía muy atractivo.
- Solo he ido un par de veces de excursión en la primaria. Esta es la primera vez que voy por otra razón.
-…Entonces iremos a un paseo cuando lleguemos. –Volteo a verme, mi miro a los ojos y sonrió- ¿Te parece bien?
Aunque no me haya podido ver, ya me visualizaba sonrojado frente a Usagi-San.
-E-Esta bien.
Le devolví la sonrisa.
El viaje paso bien. Usagi-San y yo hablamos como nunca antes. De nuestras cosas favoritas y las pocas cosas que tenemos en común. Aunque ahora seamos una pareja, donde los dos nos amamos es inevitable que pueda ignorar la distancia que hay entre nosotros, me refiero a las cualidades, experiencias y “estatus” que ambos llevamos.
Solo debo… Crecer rápido y convertirme en un hombre que sea digno de estar alado de Usagi-San, para que la corta y a la vez gran distancia que nos separa se acorte al menos un poco y así me pueda sentir un poco más cerca de él, al menos emocionalmente.
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