CAPITULO 3
- hola amigo
- hola akihiko, ¡ha pasado algo de tiempo!
- así es – dijo algo nervioso
- ¿a qué se debe tu visita? Manami llegará en un par de horas, fue con mahiro a ver a unas amigas.
- tengo algo importante que hablar contigo – dijo un poco nervioso cerrando la puerta detrás de él, se sentaron en una cómoda mesa de un café.
- ¿por qué tan serio? ¿Es grave?
- escúchame atentamente…- hiso una pausa analizando cual sería la mejor manera de decir esto, pero su mente se le adelantó demasiado - yo solía estar enamorado de ti
Se creó un amiente incómodamente silencioso, se escuchaban los cubiertos sonar contra los platos de los otros clientes, y las cómodas conversaciones de esto, mientras takahiro formulaba su respuesta. En eso llegó el mesero, ambos ordenaron un café.
- ya veo – rio nerviosamente – pero…
- no espero que me correspondas, es más, ahora amo a otra persona, pero me metí en un enredo, y dejé de entender la situación y…
- akihiko, me estás confundiendo – dijo un poco mareado el chico de cabellos negros
En ese minuto las palabras del hada llegaron a su cabeza… “ser 100% sincero”, eso no era una condición de regreso, ¡era ayuda!
- bien, - se decidió - escucha atentamente porque no me lo vas a creer, ¿sí? Así que no me interrumpas
- está bien, te escucho
- en otra dimensión, tú tienes un hermano, y yo estaba enamorado de ti, pero el día que anunciase tu casamiento, misaki me consoló y me enamoré de él, estuvimos juntos 4 años hasta que te enteraste, te lo tomaste a mal y nos pusimos a discutir.
- esto…
- déjame terminar, entre gritos deseé que tú y misaki no fueran hermanos, y un hada lo hizo realidad, me quedan 9 días para hacer que misaki me bese por su propia voluntad.
El joven de cabellos negros se quedó callado unos minutos
- misaki, misaki - se puso a pensar - se me hace conocido ese nombre – él también lo podía sentir, “misaki” era como una sombra en sus recuerdos, algo que debía estar ahí, pero que fue borrado de algún u otro modo. - ¿misaki existe también en este mundo?
- sí, aunque no sé muy bien como
Extrañamente takahiro se estaba tomando muy bien la noticia, y es que de alguna u otra forma, sabía que ese chico faltaba también en su vida.
- debemos hacer que ese chico te bese entonces… te ayudaré
- gracias
De ese modo takahiro avisó a su esposa que haría un viaje de 9 días con su amigo, ella, siempre tan amable lo aceptó, confiaba plenamente en usagi.
- de verdad no me di cuenta de tus sentimientos. – mensionó un poco apenado mientras iban en el auto por algo de ropa.
- está bien, no hay rencores.
- ¿y qué pasará si misaki no te besa?
- perderé todos mis recuerdos con él.
- lo lograremos, en parte es mi culpa por no haberlos aceptado supongo, aunque no recuerdo nada sobre eso.
(T^T)/ vamos akihiko, ¡tú puedes!
Ya era casi de noche, decidieron que por ese día, no podían hacer mucho, faltaban 8 días para que usagi perdiera sus recuerdos, aunque de todas formas los días siguientes no fueron muy buenos.
Era el final del ciclo, y todos en marukawa saben lo que eso significaba, misaki iba de una sala para otra, terminando páginas, hablando con las imprentas, pidiendo más tiempo, y era imposible encontrar aunque sea un minuto para poder hablar.
Las pocas veces que usagi lograba robarle un minuto no alcanzaba a darle más de una sonrisa seductora, y no recibía mucho más que un tierno sonrojo, pero terminaba fuera de sí cuando veía que su rival hacía lo mismo, y tal vez más tierno que él.
Quedando solo 4 días y con la paciencia un poco al límite, por fin terminaron de entregar todos los manuscritos, y junto a takahiro había ideado toda la estrategia. Vio que el pequeño e ijuiin entraron a una sala de conferencias para descansar hasta que sea la hora de salida, y el par de amigos los siguieron y entraron.
- hola disculpen, soy un periodista – fingió takahiro – necesito un minuto de su tiempo señor ijuiin.
- sí, está bien – se dirigió al pequeño castaño – te espero afuera
Salieron de la sala dejando a usami y a misaki solos en esa sala
- buen trabajo – le dijo el mayor para romper el hielo, pero el pequeño se veía bastante nervioso
- gracias, recibimos ayuda de todos, si me da permiso, voy a salir
- espera, ¿por qué tan apurado? – le dijo con un tono algo lascivo para intentar seducirlo
- yo… esto… debo buscar a mi novio – eso había dolido
- está en una entrevista ahora ¿o acaso yo te pongo nervioso? – y nuevamente el color se subió a la cabeza del joven, quien no lograba ordenar de manera correcta sus ideas
- me largo
Iba a abrir la puerta, pero algo inesperado que ni en los planes de akihiko se encontraban, el piso se estaba moviendo. ¡Era un sismo! Al principio fue bastante despacio, pero pasados unos segundos se volvió cada vez más fuerte, los libros del estante se empezaron a caer sobre el joven, pero el escritor lo atrajo hacia sí y lo protegió. Se quedaron abrazados de ese modo hasta que el movimiento se detuvo. Sus respiraciones empezaron a calmarse, y lentamente se separaron.
(Aclaración: soy de chile, y tanto aquí como en Japón tiembla mucho, pero a los edificios de ambos países nunca sucede nada a menos que se superen los 9 grados Richter)
- esto… gracias… yo – se acercó a la puerta y la intentó abrir, pero estaba desencajada, por lo que no pudo hacerlo
- ¿nos quedamos encerrados? – preguntó el escritor intentando abrirla con más fuerza
- por lo menos no fue muy fuerte – dijo el menor – habrá que esperar a que alguien abra
- tienes razón, pero, ¿estás bien?
- sí, no te preocupes
Se venías 3 horas de incomodidad para el pequeño, y la mejor oportunidad que el destino pudo dar al escritor.