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Me destruyes por UkloveY

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  Después de haberse despedido de Bakugou, se dirigió a su trabajo a terminar la hora que le hacía falta.


     Saliendo del restaurante, sacó su celular, y le marcó a Todoroki "¿Aló?" la usual voz contestó. "T-Todoroki, hola" dijo un poco nervioso.


     "¿Ya saliste del trabajo?" preguntó el más alto, aunque conocía los horarios del contrario. "Sí...emm, ¿te acuerdas de lo que te había dicho de una cita?" preguntó de forma directa, a pesar de que quería hacerlo más sutilmente los nervios lo traicionaron.


     El heterocromático se sorprendió por lo repentino de la pregunta, y rió un poco "Claro que lo recuerdo, te has tardado un poco" dijo bromeando. El contrario se sentía muy avergonzado, nunca había invitado a alguien a una cita.


     "Ya tranquilo, estoy bromeando. Dime" dijo bajando un poco su tono gracioso. "B-bueno, este domingo tengo libre... entonces, era para ver si podías ese día". 


     "Está bien, sabes que siempre puedo los domingos. Entonces está listo", respondió con su relajada voz. Por lo que conversaron un poco más y terminaron la llamada. Al fin Midoriya y Todoroki tendrían una cita, ambos se encontraban muy felices, y secretamente emocionados.


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     Era domingo, cerca de las diez de la mañana, y el joven de ojos particularmente dispares, se encontraba de pie cerca a la estación del metro, vestido con una camisa blanca de manga larga, con un abrigo negro y pantalones de mezclilla; el clima estaba frío, sin embargo no parecía que fuera a llover o algo por el estilo.


     Pasados unos diez minutos, el peliverde se veía a la distancia corriendo. Efectivamente, le había agarrado un poco tarde, mas sin embargo, el más alto no iba a molestarse por algo así. 


    "T-todoroki, lo siento me retrasé un poco" dijo el de pecas entre jadeos de cansancio. "Corrí lo más rápido que pude, no quería hacerte esperar". Unos pantalones cortos, tenis, una mochila y una camisa negra de manga larga le vestían.


     Era la típica ropa que éste solía utilizar, pero en esta ocasión se veía muy bien. "No hay problema, no he esperado mucho.Por cierto ¿Te cortaste el cabello?" preguntó curioso el más alto, extendiendo su mano como para tocarle.


     "Si, un poco, muy poco en realidad, tenía demasiado tiempo de no hacerlo, así que quería verme bien" respondió sonriendo. Deku se veía muy natural, después de todo entonces la cita no sería nada romántico al parecer.


     "Te ves bien" dijo el heterocromático. El rostro cubierto por pecas también se cubrió de un carmesí tono, un pequeño cumplido le había causado un poco de pena, ya que no era algo usual para él. 


     Intentando no parecer avergonzado habló, "G-gracias...por cierto el tren que debemos abordar sale en unos cinco minutos será mejor que entremos a la estación" dijo caminando hacia su destino.


      "Por cierto, ¿ a dónde vamos a ir?" preguntó el más alto "¿tienes algún mandado que hacer?". Estas preguntas inocentes le molestaron brevemente al contrario, quien realmente no tenía intención de llevar a Todoroki a hacer mandados.


     "No. No vamos a hacer mandados, ¿Acaso... no me has entendido con lo de la cita?" preguntó un poco decepcionado, mientras caminaban hacia al tren.


     "..." el heterocromático se quedó un momento analizando la situación, sin entenderla del todo bien "Era broma, sólo una broma, no te lo tomes tan en serio" respondió.


     Su mano fue tomada por una mano con una cicatriz en medio, "te daré la mano para que no te pierdas" dijo el de pecas, llevándolo dentro del tren. El comportamiento de éste era suficientemente raro para el más alto, quien conforme pasaba el tiempo se confundía un poco. 


     Tomaron asiento y se pusieron a conversar, esperando a llegar al destino que Deku tenía pensado. Y así transcurrieron treinta minutos.


     Se bajaron del tren y se dispusieron a caminar, con sus manos juntas hasta que llegaron, el lugar parecía estar abandonado algo así como un campo enorme con zacate seco. Nada bonito para ser sinceros.


     El heterocromático pensó que el contrario se había equivocado de lugar, y si no era así, entonces no entendía que hacían en ese lugar.  Aunque sin importar donde estuvieran era feliz, porque estaba con Midoriya.


     Estar en ese lugar tan amplio, sólo con él, le hacía querer abrazarlo y decirle todo lo que sentía, expresar todo eso que había guardado por tanto tiempo, aquello que le apretaba el corazón. 


     "Ahora, cierra los ojos" dijo el de pecas, apretando con fuerza la mano del más alto y volteándolo a ver con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro. 


     Antes de cerrarlos, sus brillantes ojos le miraron poniendo plena confianza en él. Lentamente los cerró y se dejó llevar por la mano que le agarraba. Nada malo podía pasar, dentro de su pecho su corazón se aceleraba. 


     ¿Existirá un límite para aguantar tanto amor?, ¿Si acaso ese limite se rebalsa, qué sucedería?, él pensaba estas cosas debido a que se estaba empezando a creer capaz de romper en cualquier instante, aunque se detenía cuando recordaba a el ojiverde delgado hasta los huesos, golpeado, con su brazo enyesado, y llorando a más no poder.


     Él había protegido a Midoriya, lo había cuidado de cualquier cosa que le causara un daño, se había sanado tanto física, mental y emocionalmente, no era algo completo al cien por ciento, pero había ocurrido, la estabilidad mental que tenía últimamente era un logro abismal.


     Pensado en un sinfín de cosas caminó un rato más hasta donde el contrario le indicó "Espera un momento, te voy a soltar, no camines ni nada, pronto te podrás sentar".


     Después de una breve espera, la mano le agarró de nuevo, "siéntate aquí en el suelo, a lo que acató y se sentó. "Ahora, puedes abrir los ojos" dijo.


     Lentamente los colores marrón y celeste se descubrieron, para poder divisar una enorme cantidad de flores, con variedad de colores, pero predominaba el amarillo. Era demasiada bella la vista, era algo irreal.


     "¿El lugar es algo cursi no?, no sé si te gustan este tipo de cosas, pero de una u otra forma sentía que quería conocer este lugar contigo, yo tampoco he venido antes aquí, pero me las arregle para poder ubicarme y traerte" dijo intentando mantener la calma, pero su rostro rojo como un tomate no le ayudaba.


     "Este lugar es realmente bonito, parece un sueño"  respondió esbozando una sonrisa. "¿Por qué me has traído a un lugar así?, digo, no tienes que tener alguna razón es específico, pero te esforzarte por buscarlo y traerme aquí" preguntó educadamente.


    "Es para agradecerte por haber hecho tanto por mí, puedo decir que estoy bien en estos momentos gracias a ti" el rostro pecoso brillaba entre el mar de flores que cubrían ampliamente el lugar.


     "Si tú no hubieras estado probablemente yo no estuviera ni siquiera con vida" dijo torciendo un poco sus facciones, denotando un poco de sufrimiento, pero intentando no caer plenamente en el. "Tengo metas, no las voy a conseguir todavía, pero sé que lo haré en algún momento, mi vida tiene sentido; es lindo vivir. Y es más lindo cuando sabes que nadie te va a decir cosas hirientes, cuando no te van a lastimar".


     Mientras el contrario hablaba, el corazón del heterocromático le gritaba, como si éste tuviera conciencia propia, era como si apretara tanto que él ya no pudiera aguantar un sólo segundo más. Midoriya estaba ahí, frente a él, en un hermoso paisaje cubierto de flores, él estaba sonrojado, feliz, y agradeciendo todo, todo, absolutamente todo.


     Algo muy dentro Todoroki le estaba torturando, algo le decía -Hazlo-, aunque para cuando ya éste se había percatado, sus labios acallaron los contrarios. Un beso, el más alto se había acercado de repente y lo había besado.


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