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Me destruyes por UkloveY

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Notas del capitulo:

Hola, como prometí aquí está la actualización.
Espero que les guste (?)


Dando una profunda respiración Todoroki habló “Claro que no hay nada malo contigo, comamos antes de que se enfríe” una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. Él como psicólogo tenía muy en claro el reto al cual estaba por enfrentarse, no tendría ni una pizca de sencillo, pero eso no le importaba, al contrario, sus ganas de ayudar aumentaban conforme lo conocía.

“¿Puedo llamarte Midoriya?, creo que no hay problema en no usar honorífico” preguntó el más alto educadamente. “...Está bien, ...¿e-entonces yo puedo llamarte T-Todoroki?” cuestionó tímidamente.

“Por supuesto”respondió. Así que prosiguieron con el desayuno.

Cuando terminaron el peliverde se ofreció a lavar los platos, pero el contrario le dijo que no era necesario. “T-tengo que irme ya, m-mi novio debe de estar preocupado por mí” dijo como excusa para poder irse, no es que le disgustara estar allí, de hecho se sentía más agradable, pero ser estaba encadenado a Bakugou, y la necesidad de estar con él surgía de nuevo. “¡¡Ah!!” su boca se abrió de repente en sorpresa, “¿¿Tu eres amigo de Iida-kun??” preguntó.

“Si, ¿cómo lo sabes?” dijo el más alto, también un poco sorprendido. “Es que Iida-kun me dijo que hablara contigo” respondió el peliverde.

Todoroki no comprendía del todo, pero sin embargo no siguió preguntado, ya tendría chance luego de llamar a Iida e indagar en el asunto, así que rápidamente cambió de tema “Ya veo, bueno, si de verdad tienes tanta prisa, dúchate y podrás irte. Antes de eso no dejaré que salgas” dijo en un tono de autoridad, pero sin rozar el tono militar que solía usar el rubio.

El peliverde comprendió que lo más rápido sería hacerle caso, y evitar discusiones. “Ok, lo haré rápido”.

En menos de diez minutos Midoriya ya estaba preparado para ir de regreso. “Entonces ya me voy, muchas gracias por todo, creo que puedo decir que salvaste mi vida, literariamente. No creo que volvamos a vernos pero estar aquí me hizo distraerme. ¡Muchas gracias!” entonces agradeció y salió del apartamento.

“¡Hey Midoriya! Si me necesitas, ya tienes mi número, estoy cien por ciento dispuesto a ayudarte, así que no dudes en contactarme en cualquier instante” diciendo esto, el más alto también se despidió. Sintiendo como estaba cometiendo un error al dejarlo ir, apenas tenía unas horas de conocerlo y ya pensaba en atesorar un alma tan noble como la de Deku. Cuando vio por última vez su espalda un mal presentimiento corrió levemente por su pecho.

Procedió a alistarse para ir al trabajo, ya más tarde platicaría con Iida.

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El peliverde se sentía bien, “No entiendo como pude terminarle hablando con naturalidad, siento que hace mucho tiempo no podía hacerlo con fluidez... bueno, la verdad tenía muchísimo sin conversar con nadie más que Kacchan y hasta ayer de nuevo con Iida-kun. Es una lástima que no podamos volvernos a ver, creo que tener amigos es algo bueno” se decía a sí mismo mientras sonreía.

Su cuerpo estaba más vivo que nunca, había olvidado lo delicioso que era comer abundantemente. Era como renacer. Corrió hasta su apartamento, ciertamente no vivían tan lejos. Subió con facilidad los tres pisos y cuando estaba por abrir la puerta recordó que pronto debía ir a la Corte, pero antes de eso pensó en sí Bakugou estaría dentro esperando por él.

El corazón le latía de emoción, abrió y entró lentamente. Su pensamiento se hizo realidad y ahí observó al rubio sentado en el la sala de estar. Feliz corrió donde él y lo abrazó. “Kacchan~ te extrañé tanto”.

El más alto tomó al contrario de los hombros y lo posó sobre el tatami, sin decir nada empezó a besarlo apasionadamente, parecía como si sus labios hubieran extrañado los del peliverde. Era rudo, cálido y profundo. Cuando éste pasó a besar el cuello del más delgado notó que vestía unas ropas que no le había visto nunca antes.

Se separó y le preguntó “¿De dónde carajos salió esta camisa... y esta pantaloneta? Que yo me acuerde nunca te compré algo así” al escuchar esto, el peliverde se asustó mucho, no sabía que decir.

Pero tenía que inventar algo antes de que Bakugou entrara en un ataque de ira, ya que los peores eran cuando estaba celoso. “Y-yo... K-kacchan...” pero antes de poder gesticular palabra alguna, las manos del rubio agarraron con fuerza la camisa, despedazandola.

Sus ojos se abrieron de par en par “¿¡Qué haces!?” gritó preocupado, no tenía pensado volver a ver a Todoroki, más sin embargo quería dejarle las ropas a Iida para que éste se las devolviera a su dueño.

“¡¡Es obvio!! ¡¡Esta ropa no es tuya, y tampoco es mía!! ¡¡Te queda grande, nunca la había visto antes y tiene un olor que desconozco!! ¿¿Con quién mierdas estabas revolcándote??” Agresivamente el rubio agarró con una mano el cuello del más bajo.

Tosiendo debido a la falta de oxígeno Midoriya intentó hablar “K-kacchan...t-te equivo...cas... su-suéltame...”. Estaba de nuevo al borde de la muerte, así que con ambos brazos agarró la estrangulante mano de Bakugou.

“¡¡No me toques!! ¡¡Eres una basura, te mantengo, te dejo vivir aquí, te soporto, te doy mi amor y mientras yo ando en el trabajo tú te andas acostando con otro tipo!! ¿¡¡Crees que soy imbécil!!?” su furia aumentaba, ¿acaso había algo que pudiera cesarla?.

Tomó con ambos brazos el rostro del ojiverde y lo estrelló contra la mesita de la sala de estar. El golpe fue tan fuerte que empezó a sangrar. Las lágrimas esta vez no salieron con tanta facilidad.

“¿¡¡ Por qué mierdas no pides que me detenga!!? ¿¡Tanto te gusta sufrir!?, si es así te daré ese placer, no estaré satisfecho hasta oírte suplicar por piedad.

Con la ira al máximo, y la sangre expuesta, Bakugo tomó el brazo izquierdo, y poniendolo sobre la mesita, lo posicionó de forma de quebrarlo fuera algo sencillo. Cuando el más bajo miró esto, cayó en pánico “¡¡Detente Kacchan!! ¡¡No lo hagas por favor!! ¡¡Nunca te he traicionado te lo juro, déjame contarte lo que me pasó, yo te amo!! ¡¡KACCHAN!!” las inminentes lágrimas cayeron como lluvia de un día invernal.

Por más gritos, lágrimas y palabras de -Te amo- Bakugou siguió como si los lamentos fuesen música para sus oídos, y sin importar nada más quebró el frágil brazo de su “amado”. El hueso tronó como la melodía más bella.

Mientras que un insoportable dolor recorrió completamente a Midoriya, quién yacido en el tatami gritaba desconsoladamente. Poniéndose de pie el rubio, observó la escena, una en donde la persona que más lo amaba a él se encontraba tirado en el suelo con el rostro bañado en sangre y el hueso de su brazo salido de su órbita. “Voy a salir” avisó, tomó unas cosas y antes de salir se acercó a su oído “Si te atreves a denunciarme te voy a dejar solo, nunca te volveré a decir que te amo” sentenciando esto rápidamente salió del apartamento.

A esas horas usualmente los vecinos se encontraban en el trabajo, así que era posible que nadie se hubiese dado cuenta de lo ocurrido. Tanto su frente, su brazo, como su corazón estaban al límite. Un humano no estaba hecho para recibir semejante denigración, pero existía un sentimiento que movía por completo al peliverde, y ese era el amor.

Notas finales:

Soy una mala persona, lo sé. Hasta yo me siento mal.

Hasta el próximo, gracias por leer :D


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