— ¡KyungSoo, llegaste a casa! —Gritó emocionado ChanYeol desde el sofá donde estaba plácidamente recostado—Estaba a punto de llamarte para pedirte que comprarás algo de cenar.
Justo estaba por contarle como todo su día libre se había ido rapidísimo y no porque hubiera hecho muchas cosas, sino más bien porque desde que descargo Pokemón Go! No podía hacer otra cosa más que jugar. Además que moría por atrapar a Geodude debido al gran parecido que tenía con KyungSoo, pero antes de que pudiera siquiera pararse del sofá, sintió como el cuerpo de su novio se posicionaba sobre el suyo.
— ¿Eh, KyungSoo?
—Shhh, solo abrázame.
No necesito que se lo repitieran dos veces cuando ChanYeol hizo lo que su pareja le solicitaba. Trato de re acomodarse en el sofá para que KyungSoo pudiera caber junto a él sin que fuera incomoda la posición. Subió sobre el respaldo sobre el cual minutos antes estaba recostado para así lograr que la cabeza del pelinegro pudiera posicionarse sobre su pecho mientras con una mano lo abrazaba y la otra le daba pequeños mimos en el cabello.
—¿Mal día?
—Hummm.
—Creo que tomaré eso como un sí.
KyungSoo había tenía un pésimo día, es más, decir que pésimo era hasta halagador. Se suponía que se iba a tomar el día libre ya que ChanYeol había conseguido tenerlo en su trabajo, así que quería pasar un día completo, literalmente completo con él, pero debido a que era el encargado en la tienda de donas más famosas en Seúl no podía darse tales lujos. Menos cuando eran vacaciones para la mayoría de los estudiantes. Miles de parejas de jóvenes disfrutaban el ir al lugar sin un uniforme puesto y principalmente porque sus no tan eficientes compañeros de trabajo podrían llevar a la quiebra el lugar en un cerrar de ojos. Hubiera podido tomarse el día pero JongDae, su mano derecha, había tenido una emergencia, la cual no era más que una llamada de su desquiciado novio, BaekHyun.
Entregas a destiempo a clientes importantes, mal clima, muchísima gente en la tienda, empleados lentos, y un sinfín de sucesos que terminaron por estresar a KyungSoo cuando su paciencia era bastante amplia, terminaron por explotar.
Faltaba una hora para poder acabar con su turno y lo único que pensaba era el estar en los brazos de su novio, el besarlo, el sentir su palpitar, el verle a los ojos, el escuchar su voz y risa, ese se suponía que debió haber sido su día pero no, era totalmente lo contrario. Su celular vibro y al sacarlo de su bolsillo vio la notificación de que ChanYeol había actualizado su Instagram, desbloqueó su celular y cuando vio lo que su tonta pareja había posteado, sus labios se curvaron en una delicada sonrisa.
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Si algo había enamorado a KyungSoo de ChanYeol era la inocencia que desprendía. Era casi mágico como siendo él, un joven con un metro ochenta y cinco centímetros de estatura pudiera comportarse como un niño pequeño. Ha decir verdad, amaba todas las facetas de ChanYeol, desde esta, la inocente a la atrevida, a la salvaje, a la varonil, todas y cada una de las facetas que tiene su pareja le volvían loco. ¿Era posible el querer tanto? Quizás KyungSoo no era la persona más abierta y afectiva pero con ChanYeol lo intentaba porque le importa, le importa más de lo que pudiera imaginarse. A veces quería preguntarle “¿Sabes que te amo, cierto?” porque es importante decirlo, lo sabe pero a veces las palabras no salen de sus labios las veces necesarias.
—Te amo.
Así, sin más lo dijo. Moría por hacerlo, así que aprovechó este momento para hacerlo. Alzo su rostro para poder ver a ChanYeol directamente a los ojos mientras lo decía.
—Te amo, ChanYeol. Te amo tanto hasta el grado de que haría cualquier cosa que me pidieras, inclusive iría uno de tus conciertos de música ruidosa, iría a las convenciones de anime, iría al fin del mundo si así me lo pidieras porque sé que valdrá la pena, cada uno de los lugares que me pidas acompañarte, cada actividad que me digas hacer, valdría la pena por el simple hecho de que lo haría contigo, así sea lo más loco, ridículo o peligroso del mundo, si es contigo… a mí no me importa lo demás.
ChanYeol estaba estupefacto. Observaba como los ojos de KyungSoo se clavaban sobre los suyos, sentía su respiración golpear sobre su pecho y mentón, sentía todo, todo. Cada palabra que el pelinegro le acababa de decir la sentía, la sentía traspasar su piel, sus células, sentía como las palabras de su pareja le revivían, le daban el oxígeno para respirar, le daban motivos para que seguir amándolo con cada fibra de su ser.
—KyungSoo…
—Shh, cállate. No quiero que me digas nada, yo sé lo que sientes por mí, solo quería decírtelo yo, quería que por primera vez en un momento inesperado fuera el primero en decirlo así que no lo arruines, solo cállate y sígueme abrazando.
Despego su vista del mayor y volvió a acomodarse sobre el pecho de su novio. Sentía como su cabeza daba pequeños rebotes debido a que ChanYeol se estaba riendo.
— ¡Es por eso que te pareces tanto a Geodude! ¡Pareces de piedra pero eres la persona más cursi del mundo!
KyungSoo se levantó, posicionando sus rodillas sobre los costados de la cintura de ChanYeol mientras este seguía riéndose. KyungSoo pensó en golpearle pero era seguramente lo que el alto quería así que no lo haría. En vez de golpearlo, le haría lo que menos le gustaba, cosquillas.
Justo cuando ChanYeol sintió los dedos del pelinegro clavarse sobre los costados de su cintura seguía riéndose pero de dolor, ¡odiaba las cosquillas! Era como sentir agujas eléctricas clavándose de manera lenta sobre su cuerpo. Con toda la fuerza que tenía, logro zafarse del agarre que había tenido KyungSoo sobre él, cambiando las posiciones. Ahora KyungSoo estaba totalmente recostado sobre el sofá y él sobre su cuerpo.
Las risas quedaron de lado cuando sus ojos se conectaron. Las manos de ChanYeol se movían lentamente sobre el torso de su pareja, deslizándose hacia abajo, justo en el inicio de su playera para poder alzarla y colar sus dedos dentro de la ropa de KyungSoo y sentir su piel.
Junto su frente con la de KyungSoo, no perdiendo el contacto visual. Bajo sus caderas haciendo que chocaran con la pelvis contraría. El gemido de ambos fue inevitable. Arriba y abajo, sus pelvis no paraban de chocar una contra la otra de manera lenta y con cada movimiento, aumentaban la presión. Podían sentir como sus miembros empezaban a erguirse de placer, chocando uno contra el otro.
—No es necesario que atrapes a Geodude en ese juego, me tienes a mí, justo aquí, me atrapaste ChanYeol…
ChanYeol simplemente le sonrió, de esas sonrisas amplias y sensuales que solo KyungSoo le hacía hacer.
—Do KyungSoo, el que me atrapo primero fuiste tú…dime ¿Qué voy a hacer contigo? Cada día caigo más por ti, cada día siento que no puedo, no quiero estar en ningún lugar si no estás a mi lado. Sé que me dijiste que no dijera nada pero te amo, te amo tanto o más de lo que tú me amas a mí, te amo con todo y tus silencios.
Dicen que el amor es un sentimiento que es incapaz de medirse y no hay mejor manera que definirlo que esa. Algo que se siente no se es capaz de calcularse con nada, simplemente es algo que se sumerge en el alma y te hace sentir cosas que jamás pensaste que podían existir.
El amor que existe entre Do KyungSoo y Park ChanYeol es así. Incalculable.
—Te amo, mi Geo-Soo…
—Oh por dios, solo cállate y bésame.
Fin.