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Concédeme tu Corazón por Momoka Yuuki

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Notas del capitulo:

¡Hola! °w°/


Lamento, lamento en verdad esta ausencia de casi un año... pero no tenía bien claras las ideas para continuar este fic :S


No sé si todavía haya alguien que lea esta loca historia, pero aún asi planeo terminarla hasta el final :D (aprovechar que la inspiración anda por el moemento a mil) lo más seguro actualizo en quince días wii!!!


Ya no se que más agregar, espero y les guste este capítulo!


Notas:


-Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.


-Posibles faltas de ortografía y redacción.

Cap.08 Siguiendo

Hace años que se conocían, para ser más exactos desde que ambos empezaron a cursar la universidad, de eso aproximadamente nueve años. Los dos se llegaron a conocer gracias a un grupo de estudio en donde se reunían diversos estudiantes de todas las especialidades que ofrecía el campus, nombrado así “Akatsuki”. Kisame Hoshigaki, estudiante de criminología e Itachi Uchiha, estudiante de administración. Por alguna extraña razón empezaron a encontrar temas de interés en común y aprendieron a complementar sus temas de estudio de una manera simple y sencilla en comparación a sus demás colegas. Cuando ambos concluyeron sus deberes estudiantiles y hubiesen después ejercido una maestría y de haber laborado cada quien por indeterminado tiempo en los negocios de sus familias se volvieron a reunir una vez más como amigos, para dar el siguiente paso y volverse socios.

Los dos amigos a pesar de tener una empresa de renombre de respaldo gracias al esfuerzo de su familia, Itachi en la industria de alimentos y Kisame en una organización de investigadores privados que mantiene una estrecha relación con la policía y seguridad del gobierno, ambos quisieron invertir sus ahorros en una pequeña agencia en renta de autos en la parte sur del país. Abriendo así al menos cuatro sucursales y que gracias al esfuerzo de ambos y a su personal a cargo se colocó como una de las más seguras y confiables dentro de la competencia.

Y ahora Kisame, se encontraba conduciendo una de las camionetas que se ofrecían en la agencia, para andar como “chofer” e ir siguiendo al parecer al hijo del gran empresario Namikaze que, al parecer tenía una cita con su novia.

— Recuérdame, ¿por qué acepte acompañarlos en este disparate?— dijo el hombre de fuerte complexión con su voz grave, mientras se tomaba el puente de la nariz. Itachi que se encontraba en la parte trasera del vehículo observando a través de la ventana, volteo a verlo con su inexpresivo rostro.

— Porque papá te lo pidió como un favor— respondió Lina, mirándolo fijamente y regalándole una tierna sonrisa— además, también fue porque viniste sin avisar— se levantó de hombros y volvió a mirar hacia la ventana.

— Es exactamente eso— ahora fue el pelinegro quien hablo — ya después puedes pasarme la factura— sonrió apenas, acomodándose correctamente en el asiento y cerrando sus ojos para tratar de relajarse un poco.

Kisame volvió su vista al frente, chasqueando la lengua y encendiendo el motor del vehículo. Sabía que su amigo y socio no le iba a decir abiertamente sus planes, problemas, alegrías o lo que fuera delante de su hija, aunque ya sabía un poco al respecto por una llamada que le había hecho hace apenas el día anterior. Estar encerrado en un vehículo de cuatro puertas y como conductor asignado no fue algo que le dijeron de un momento a otro una vez que puso un pie en la gran mansión de Itachi Uchiha, si no que todo fue previamente planeado.

— De acuerdo a mi investigación, primero van a ir al club deportivo de Konoha, de ahí van a partir a un puesto de comida rápida que queda en el centro de la ciudad y por último un pequeño paseo por el parque. En donde probablemente tomen más tiempo sea en el club— informo Kisame, mientras conducía a dichoso club, mismo en donde solo podían entrar si tenías la membresía del lugar.

— ¿Cómo es que saben que van a tomar un paseo por el parque, papá? — pregunto muy pensativa la menor— si Naruto nii parece ser una persona que improvisa las cosas.

— Tienes razón— acaricio la espalda de su hija— por ello hay que mantener nuestra atención completamente en ellos.

Lina solo asintió, sin comprender exactamente a su padre que se mostraba tan sereno y relajado, además ¿cómo Kisame sabía en sí los planes del rubio? Ella sin embargo volvió a fijar su atención en el paisaje del otro lado de la ventana del vehículo, a pesar de no poder pasar un domingo en compañía de Naruto, estaba feliz porque eran muy pocas las veces en que su padre pasaba la mayor parte del día con ella, haciendo cosas que comúnmente no se dignaba a hacer y de paso divertirse en el proceso.

*********

Ino por primera vez en toda su vida, quería que la tierra se partiera en dos por un momento y que se la tragara por completo, borrando completamente su existencia. Si hubiese sido una de sus tantas conquistas, se hubiera encaprichado y hubiese obligado a su acompañante que le cumpliera cada uno de sus deseos en aquella salida, pero esto era distinto, estábamos hablando de Naruto su gran amigo de infancia y amor. En esta ocasión sentía y sabía que era su deber tratar de conquistarlo y no ser ella la cortejada, ella era la que buscaba la oportunidad de tener un espacio en su corazón muy diferente al que ya ocupaba en ese momento. Si tan solo hubiese abierto su email personal (ese que solo contenía a todos sus amigos y compañeros del instituto) se hubiera evitado pasar por todos esas “vergüenzas” hacia su persona.

Los dos iban dentro del vehículo de Namikaze, Ino se encontraba un poco ansiosa y nerviosa al tener al rubio conduciendo y a un lado de ella. Disimuladamente sacó su móvil para revisar su correo electrónico y corroborar lo que hace apenas nada (luego de salir de su casa con el atuendo acordado) le comento el varón acerca de los planes que tenían agendados para el día de hoy con ella y los demás. No comprendió a que se refería con los “demás”, pero como no quería quedar como una ignorante (más de lo que ya había quedado) se limitó a regalarle una sonrisa y asentir con la cabeza. Al verificar que efectivamente tenía un correo de su platónico amor, no pudo evitar que un ligero sonido de sorpresa escapara de sus labios, afortunadamente el estéreo estaba encendido y opaco aquel ruido. Sus brazos cayeron a sus costados en señal de derrota y dibujo una amarga sonrisa que se desvaneció así como había aparecido. Volteo a ver al conductor que estaba tamborileando los dedos sobre el volante al son de la melodía y miraba atentamente el camino. Regreso su vista hacia su regazo y soltó un largo suspiro.

— ¿Sucede algo Ino? — la miro de reojo el rubio al escuchar aquel triste suspiro, solo viendo como la fémina negaba lentamente con la cabeza y le miraba fijamente— ya sabes, cualquier problema puedes contar conmigo, dattebayo.

— Claro que lo sé— sonrió cálidamente—  por eso es que somos los mejores amigos— decir aquellas últimas palabras le causaron un nudo en el estómago y un amargo sabor de boca, pero ver esa deslumbrante y radiante sonrisa de dientes blancos, hizo que valiera la pena.

Sin agregar nada más y dedicándose ambos a escuchar la música que emanaba el estéreo los dos llegaron al club deportivo.

El terreno era grande, tanto así que una vez que dejaron el auto en el estacionamiento tuvieron que tomar un carrito de golf para desplazarse al área en donde se encontraban las canchas de tenis. Ino miraba el campo a su alrededor y como varios jugadores estaban concentrados en su juego de golf, ella no llevaba nada más que sus raquetas y un par de pelotas, ya que por no haberse anticipado fue lo primero que agarro para no hacer esperar más a Namikaze. En una mesa pudo ver como sus amigos y compañeros de escuela ya estaban ahí reunidos.

— Naruto, Ino— gritó uno de sus compañeros de cabello castaño y unos triángulos invertidos decorando cada una de sus mejillas— vaya que demoraron.

Naruto con una sonrisa y dejando el pequeño vehículo aparcado se acercó a rodear con su brazo a su amigo para después darle un ligero golpe en la espalada como saludo. La rubia con un solo gesto de mano y una sonrisa saludo a todos a su alrededor.

— Hola chicos, ¿cuánto tiempo? — expresó de lo más alegre el rubio varón, saludando y abrazando a todos en el proceso. Ahí estaban reunidos Kiba Inuzuka, un famoso entrenador de perros a nivel internacional, Ten Ten una instructora de karate que venía acompañada de su esposo Neji Hyûga el primo de su anterior prometida y uno de los principales herederos de aquella familia, además de que también se encontraba Sai, el primo de Sasuke, y Gaara uno de sus más grandes amigos cuando se fue de intercambio a la universidad de Sunagakure.

— Es cierto, ha pasado tiempo — afirmo el pelirrojo, tomando asiento de nueva cuenta — ¿qué es lo qué te ha hecho salir de tu nido? — preguntó sin emoción aparente, pero con evidente curiosidad.

— Un pequeño escarmiento, nada más — se rascó la mejilla, sonriendo ampliamente mientras giraba su cuerpo y miraba todo a su alrededor, frunciendo el ceño al presenciar a la lejanía una cara demasiado conocida para él, misma que caminaba en dirección al grupo.

— ¡Sakura! — chilló emocionada Ino, corriendo para dar alcance a la mujer, lanzándose sobre ella y pegándose como un koala, Sakura la recibió gustosa, correspondiendo el contacto — ha pasado demasiado tiempo — la alegría era más que palpable.

Haruno se limitó a asentir, era cierto, había perdido contacto con todos sus amigos, ya que sus amistades eran las mismas que compartía con Naruto, mismas amistades que en su tiempo la miraban con reproche.

— Y ¿dónde dejaste a tu bella esposa? — preguntó Kiba, al no reparar en la presencia de la prima de Neji.

Sakura levantó los hombros, ignorando la pregunta y empezando a saludar a los presentes, dirigiéndose a Sai exclusivamente.

— Gracias por invitarme — hizo una pequeña reverencia, mientras le obsequiaba una ligera sonrisa.

— Y bien, ¿qué hacemos primero? — está vez fue Ten Ten que emocionada sacó su raqueta de tenis que tenía guardada en una gran maleta — ¿qué les parece una competencia entre nosotros? El que pierda invita la comida saliendo de aquí.

— Me parece perfecto — Ino alzó la mano, estando en completo acuerdo con la castaña, ya que al haber sido lo único que había cargado no quería arriesgarse a quedar en ridículo frente a los demás.

— ¡Bien! — el resto apoyo la idea, al no tener otra idea en mente y ser la primera vez en tantos años que se reunían de nuevo.

Ver a Sakura aquel día no estaba en sus planes, la mujer no le agradaba, era simplemente eso. Le gustaba y se sentía atraído a ella cuando eran más pequeños, pero ahora era a la mujer que había llegado a complicarle en muchos sentidos su “tranquila” y “feliz” vida. Haciendo lo posible para mostrarse relajado, Naruto trataba de buscar temas de conversación con el resto de los muchachos, ignorando o más bien tratando de ignorar la duda del porque Sakura estaba sola en ese lugar sí nunca se despegaba de Hinata.

“La pelea” fue lo que pensó, “el beso” inconscientemente se llevó una mano a sus labios, sonriendo no por el contacto, sino por la desdicha de la mujer. Aunque poco después sintió un poco de pena por ella, “maldita empatía” se reprendió mentalmente.

— Sé que Sakura no te agrada luego de aquello, pero ¿podrías al menos dejar de ser tan obvio? — Neji palmeo ligeramente la espalada de Namikaze, logrando que este dejara de divagar en sus pensamientos y le mirara fijamente — todos nos preguntamos del porque mi prima no está aquí, pero creo que es mejor así.

Naruto asintió, era mejor convivir con Haruno que con Hinata, ya que al menos con la chica de cabellos rosas no tenía ningún problema, salvo que fue ella quien le arrebato a su prometida en el altar. Meneando la cabeza y haciendo movimientos circulares con los brazos y unas cuantas flexiones, comenzó a calentar para el juego, retirando por el momento todo pensamiento por su mente relacionado con la pareja de féminas.

 *********

Se encontraba sentada en aquel banco, aquel banco de madera que él había construido exclusivamente para ella y se pudiera sentar a admirar cada una de las flores que ahí, aquel invernadero resguardaba con recelo. Sus ojos color perla no se cansaban de detallar cada una de las plantas que ahí reposaban, tratando de grabar a fuego en su memoria la imagen que le era proyectada.

Hinata ya tenía todo listo para regresar a su apartamento, ya había empacado de nueva cuenta sus pertenencias, además de procurar dejar todo como anteriormente se encontraba y limpio. Soltó un largo suspiro, sin dejar de admirar aquel verde paisaje, en verdad le encantaba estar ahí y hubiera sido maravilloso si Naruto estuviera con ella, mirando el crecimiento de cada una de las plantas. Al reparar en sus pensamientos, negó fervientemente con la cabeza, ¿por qué pensaba en Naruto si en quien debía pensar era en su esposa?

— Sakura — susurro con anhelo aquel nombre, la extrañaba y deseaba fundirse con ella, reconciliarse y vivir su amor como lo venían haciendo, aunque sabía que era imposible, no mientras Namikaze siguiera rondando en sus pensamientos.

Levantándose con pereza, miro de nueva cuenta el lugar, lo extrañaría y sabía que esa sería la última vez que lo vería, ya que estaba al tanto que la residencia iba a ser puesta en venta y tenía una leve idea de quién iba a ser quien la adquiriera. Saliendo de ahí y caminando con somnolencia hacia la salida, se mentalizo para afrontar las consecuencias de sus acciones.

*********

— ¡Wow! — fue la exclamación que broto de los labios del infante, que con ojitos brillantes y la curiosidad de todo niño de su edad, admiraba el largo paisaje que se dibujaba frente a sus ojos.

Itachi sonrió satisfecho al reparar en la expresión emocionada que demostraba su pequeña y querida hija, siendo también la primera vez que la llevaba a uno de esos ostentosos clubes. No es que no pudiera llevarla, simplemente era que no quería que su retoño se contaminara de las mentes avariciosas y caprichosas de las personas que frecuentaban aquellos lugares. Esperando a que su fiel amigo y colega llegara con el transporte que los trasladaría a través del campo, empezó a revisar las notificaciones de su celular.

Sin nada relevante que requiriera toda su atención, guardo el móvil de nueva cuenta en su pantalón, viendo como Kisame se acercaba con un carrito de golf.

— Quieres que los veamos a una distancia prudente o que se percaten de nuestra presencia — Hoshigaki dio dos opciones, mientras manejaba en dirección al grupo y escuchaban cada sonido de exclamación que lanzaba la pequeña Lina.

— A distancia — dijo, mirando de reojo a la niña para evitar algún percance. Lo que realmente quería averiguar era la relación que el rubio mantenía con la heredera de los Yamanaka.

— ¡Mira papá, una cancha de tenis! — señaló, mostrando cada vez más emoción y ansiedad para llegar ahí — ¿puedo jugar?

— Claro, solo mantente quieta — ordenó, mirando hacia donde anteriormente le había señalado la menor, sonriendo satisfecho y prepotente al ver a Namikaze jugando tan activamente en la cancha.

El corpulento hombre también lo notó, conduciendo hacia ese rumbo sin necesidad de preguntarle a Uchiha, era más que notorio a donde quería llegar.

— ¿Por qué de repente tanto interés en Namikaze? — aquella cuestión le venía carcomiendo desde el mismo instante en que Itachi le planteo los planes para ese día. Conocía la historia del rubio heredero, sería absurdo que casi nadie la supiera, ya que había sido escandalo casi a nivel internacional. Pero ello no era una justificación para que de repente el serio e inexpresivo de su amigo quisiera invadir la vida privada del blondo.

— Todo a su debido tiempo — contestó, apático como era costumbre, pero Kisame había entendido, ese no era el momento y lugar indicado, no porque la menor se encontraba cerca de ellos.

*********

La primera pareja en competir fue más que nada que su querida amiga y confidente de la infancia, Ino Yamanaka, estando del lado izquierdo de la cancha. Del lado contario y el que considero un gran amigo también en aquellos ayeres, estaba Naruto Namikaze.

Sakura había tomado asiento en una de los banquillos, manteniendo una plática amena con sus antiguos compañeros del colegio. Trataba de distraerse, notando con cierta gracia como su rubia amiga lanzaba discretos coqueteos al blondo y este ni en cuenta, solo concentrado en darle a la pelota. Una risilla traviesa dejo entrever, sabía de los sentimientos que ella le profesaba a Naruto, pero no estaba para nada segura si algún día tuviera una oportunidad.

— Te vez melancólica — Neji casi sonríe al ver como Haruno dio un pequeño brinco y se cubría la boca para evitar soltar alguna exclamación — peleaste con mi prima.

Sakura contrajo levemente las cejas, ya que el castaño había asegurado ello y no le había cuestionado nada. Volteo a verlo directamente dando a entender su molestia, misma que no afecto a Hyûga en lo más mínimo — ¿cómo puedes asegurar eso? — se atrevió a cuestionarle, viendo solo un ligero levantamiento de hombros.

— Hace mucho que no veo a mi prima, así que no puedo asegurar que mantenga la misma personalidad y carácter de antaño, pero ella es alguien que se mantendrá todo lo posible cerca de la persona que ama. Salvo que haya situaciones que así lo requieran — aguardo un momento, esperando que la chica de cabellos rosas dijera algo, al no ver intención, prosiguió — sé que ahorita están tomando un periodo de descanso, por ello me extraña no verlas juntas, además que no te ves muy feliz que digamos.

Sonrió, Haruno en cierta forma le hizo feliz que a pesar de que Neji fuera pariente directo de su pareja y que se haya distanciado en un principio como todos, no le guardara rencor o le tratara con desprecio, así como todos en aquella familia. Sin dejar de ver el juego de ambos rubios, soltó un corto suspiro.

— Sé que la vida en pareja no es de color de rosa — admitió, riendo levemente — hemos tenido pequeñas peleas y discusiones, mismas que nos han hecho superar varios obstáculos y estar en donde estamos ahora — en sus palabras se podía oír el orgullo y dicha — pero, desde que regresamos a Konoha, me he sentido inquieta, he vuelto a dudar — guardo silencio, al parecer pensando de nueva cuenta, sintiendo la penetrante mirada de Hyûga — no es que dude del amor que Hinata tiene hacia a mí, sino el hecho de saber qué es lo que siente aun por Naruto.

Neji miró atento cada expresión de Sakura, evidenciando lo confundida que se encontraba la mujer, además de que no apartaba su atención de Naruto, mismo que mostraba alegría al estar compitiendo con alguien profesional como lo era Ino — Habla con ella — fueron las únicas palabras que tenía que decirle, le gustaría intervenir de cierta forma, pero no, él no era indicado.

— ¡Naruto! — se escuchó con cierta emoción una alegre e infantil voz, que de inmediato capto la atención de todos lo que estaban alrededor.

Sakura volteo en dirección a donde provino esa voz, viendo como entraba corriendo a esa sección de las canchas, una pequeña niña de aproximadamente seis años, misma que se abalanzó sobre el rubio, cediéndole así la victoria a Ino, rubia que no entendía que estaba ocurriendo. Cuando observo como Namikaze correspondía al afecto con una grande sonrisa y un poco confundido, volvió a voltear en dirección a la entrada, viendo al mismísimo heredero de las empresas Uchiha junto a su fiel amigo Hoshigaki.

Los amigos ahí presentes jamás imaginaron al reservado Uchiha visitando un lugar como esos y menos en compañía de una niña. Con sus rostros reflejando aun cierta sorpresa, le dieron la bienvenida junto al agente.

 — Lamento haber importunado — se disculpó, haciendo una ligera reverencia, mientras se acercaba al área de mesas y dejaba parte de sus pertenencias.

— Señor Uchiha, no tenemos ningún inconveniente con su presencia, adelante, si gusta, puede jugar con nosotros — aun con cierto nerviosismo, Kiba se acercó invitándolo a que se uniera a ellos.

Itachi soltó apenas una pequeña y discreta risa, dejando aún más confundidos a los menores y un tanto más nerviosos a Kiba, Ino y Ten Ten — no soy su jefe ni nada por el estilo, no deben mostrarse tan nerviosos y tensos con mi presencia, si gustan puedo irme a la otra sección — en su voz se podía apreciar cierto tono divertido, volviendo a tomar sus pertenencias todo bajo la atenta mirada de todos — Lina, vamos a cambiar de cancha — alzo un poco la voz, sin necesidad de gritar y viendo en su dirección, sonriendo satisfecho al ver cierto sonrojo en las mejillas del rubio.

— ¡Si, papá! — grito la niña, diciéndole unas cuantas palabras al blondo que se encontraba sentado sobre el piso y con ella sobre sus piernas, dándole un pequeño coscorrón luego un beso en el cachete, levantándose de un salto y corriendo para darle alcance a su padre.

— Eso fue extraño — admitió Gaara, viendo como el azabache empezaba a acomodarse del otro lado.

— No le tomes tanta importancia. Mi primo por fin ha de haber cedido a los caprichos de Lina y se le hizo más prudente y tranquilo traerla aquí — levanto los hombros, sin darle la debida importancia como el resto de sus acompañantes.

— No sabía que Itachi tuviera una hija — dijo curiosa Sakura, mirando ahora a través de la malla como la niña prestaba atención a Kisame, al parecer explicándole las reglas básicas del juego.

— Es verdad — dijo Ten Ten — todos dicen que es el soltero más cotizado de la ciudad.

— Probablemente es hija de una aventura y la mujer no quiso hacerse cargo — comentó Ino, tratando de dar una respuesta.

— No es nada de eso — dijo casual Sai, mostrando esa característica sonrisa sobre su rostro — solo no digan nada acerca de mi sobrina, queremos mantenerlo en secreto — guiño un ojo, mirando divertido la expresión de cada uno de sus amigos.

— ¿Por qué la mantendrá en secreto? — pensativo pregunto Neji, haciendo que el resto asintiera, por excepción de Naruto.

— Eso no importa dattebayo — se oía cierta irritación en la voz del rubio, misma que los presentes trataron de ignorar — si Itachi y Lina son felices así, eso no nos debe concernir — soltó un pequeño bufido — perdí, Ino gano contra mí, ¿quién sigue?

— Yo sigo — levantando la mano y con actitud animada, Kiba tomo a Sai de un brazo, jalándolo al centro de la cancha, tratando de disipar la incomodidad que estaba empezando a formarse entre ellos.

— Aun así, es extraño — susurro Ino a Sakura y Ten Ten — esta sección no es la indicada para traer a una niña a divertirse — trataba de encontrar un porque a la visita de Uchiha, si era casi conocido que tanto a Sasuke que como a Itachi no les gustaban ese tipo de lugares, teniendo esas comodidades en la misión principal de la familia, además de que ambos hermanos eran unos asociales de primera.

— No sé, pero la menor parecía fascinada con Naruto — dijo Sakura, recordando como la niña le llenaba de abrazos y besos, mientras dibujaba una bonita sonrisa sobre su rostro — ¿desde hace cuando Naruto retomo su amistad con los Uchiha? — pregunto, por lo último que sabía el rubio era un amargado que gustaba recluirse en su apartamento.

— No sé, pero lo bueno de esto es que Naruto se está empezando a superar y salir de su depresión — con cierta alegría dijo la mujer de cabellos castaños y ojos chocolates — a ver si deja de hacerle imposibles las negociaciones a mi esposo — una risita nerviosa y resignada soltó.

Temas ocasionales eran los que intercambiaban, impresionando a Haruno al ponerse al tanto después de su huida de aquella pomposa boda.

*********

— ¿Qué has concluido? — Kisame se acercó a su amigo, viendo divertido como la menor practicaba con la raqueta.

— Nada en especial — levantó los hombros, sin importarle realmente lo que hicieran del otro lado — vamos a relajarnos e ignorarlos.

— ¿Qué paso con el plan inicial? — dijo un tanto dudoso, aun sin saber a qué llevaba todo en sí — ¿cuál era tu objetivo en seguir a Namikaze a este lugar?

— El que Lina quería verlo, nada más — justifico con esa respuesta, dejando inconforme al hombre más alto, mismo que se prometió el llegar al fondo de todo eso.

— Me voy al área de albercas, sabes que de estos lugares nada más me gusta ir a nadar un poco en sus piscinas olímpicas — tomando su maleta y esperando solo un asentimiento como respuesta se marchó, dejando solo a Itachi con su retoño.

Con una seña de mano, le hablo a su pequeña en cuanto volteó a ver en su dirección, esperando sonriente a que esta llegara.

— ¿Por qué el señor Kisame se fue? — fue lo primero que broto de sus labios, mirando hacia la salida del área de canchas.

— Fue a nadar — el mayor pudo ver la emoción de su hija por querer ir también a ese lugar, adelantándose antes de que expresara ahora su nuevo deseo — si quieres podemos ir, pero ¿no te gustaría molestar a Naruto por haber roto su promesa?

Lina lo pensó un poco, debatiéndose entre una cosa y otra, pero cediendo al final de cuentas a los ocultos y desconocidos deseos de su progenitor.

 

Notas finales:

Muchas gracias por llegar hasta aquí u.u


Me da mucha risa el papel que va adquiriendo Itachi en su camino para conquistar a Naruto, aún sin estar consiente de que esta empezando a sentir algo por él.


En el siguiente capítulo Hinata va a hacerle frente a la situación, aunque no va a ser tan fácil como piensa 0.0


No digo más, no quiero decir algo que no deba :3


Antes de despedirme quiero agradecer a todas las personitas que leyeron y aun leen este fic, además de aquellas que me motivaron y me escribieron en otras de mis historias para que continuara este. En verdad muchas gracias!!!


Les quiero mucho y espero vernos de nueva cuenta por aquí!!


Bye!!



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