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Concédeme tu Corazón por Momoka Yuuki

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Notas del capitulo:

¡Hola! :D

Muchas gracias a todas las personitas que dejaron un review, les quiero ♥ tambien a todos ustedes lindos lectores :3

Lamento la demora :S pero prometo no abandonar este fic ;) procurare actualizar cada quince días.

No sé que más decir, creo que me dirijo directamente a las tan conocidas advertencias:

*Los personajes no me pertenecen son de Kishimoto-sama

*Posibles faltas de ortografía

Y ahora sí a disfrutar la lectura.

:D

Cap.02 Confianza

El timbre de la mansión principal de la familia Namikaze empezó a resonar en toda la estancia, los habitantes se exaltaron por tan inesperada visita, eran las tres de la mañana, una de las mucamas se atrevió a adentrarse en la habitación de los señores avisando que tenían un invitado en la sala, el señor Minato Namikaze iba a reclamar por tan osada falta de respeto pero en cuanto llego  al recibidor le sorprendió tener a su primogénito ahí  sentado con la mirada pérdida. Inmediatamente le indico al ama de llaves que diera aviso a la pelirroja y se encamino a saludar a su único hijo.

—Naruto—se sentó al lado del nombrado percibiendo el aroma a alcohol y nicotina, además de que pudo ver que tenía el traje todo desaliñado al igual que el cabello y marcas de lápiz labial en la camisa— ¿qué pasa hijo?— pregunto con la preocupación reflejándose en su rostro, lo normal sería molestarse por el estado en el que se presentó a su casa, además de las altas hora de la madrugada y que ya  no era un adolecente para estar jugando en los bares cuando ya tenía deberes laborales de los cuales ocuparse. También otros de los motivos por los cuales no exteriorizaba su molestia, era porque su único descendiente no los había ido a visitar desde aquel incidente negándose siquiera a que ellos como sus padres le ayudaran a soportar la depresión, solo se llegaban a reunir por eventos que así lo requiriesen.

—La vi— fueron las dos palabras que brotaron de sus labios, Minato iba a preguntar a qué se refería pero el efusivo abrazo que envolvió al menor no le permitió decir nada.

—Naruto cariño, ¿Qué te sucedió?—empezó a decir la pelirroja, mientras se dedicaba a acomodar los rebeldes cabellos de su hijo y le besaba las mejillas, el menor se dejaba hacer recibiendo gustoso los mimos que su madre la daba, cuando la dama le acurruco sobre su pecho sintió como el rubio la envolvía entre sus fuertes brazos y empezaba a sollozar dejándola a ella y a su marido algo desconcertados y preocupados.

Luego de que Itachi le mirara seriamente no pudo evitar sentirse pequeño ante esa fría y bruna mirada que le estaba dedicando, optando mejor así por ingerir los alimentos que se veían deliciosos ya que su nariz al momento de captar el característico aroma de cada platillo que era servido sobre la mesa su estómago emitía un ligero gruñido. Recordando justamente antes de siquiera tomar algún cubierto que estaban en un lugar en el que los modales tenían que salir a relucir, compuso su postura y todo bajo la atenta mirada del peli-negro se dedicó a comer.

La tranquila cena por la que había estado esperando ansioso todo el día se estaba yendo por la borda, por más que Naruto disimulara muy bien que estaba concentrado en su comida había momentos en los que volteaba de reojo a ver   la mesa de a un lado o se sumía en sus más profundos pensamientos cerrándole las oportunidades de charla, se dedicó a soltar un largo suspiro y a consumir su comida, terminando se marcharían de ahí y le invitaría a algún otro lado.

Mientras tanto en la mesa continua, Hiashi Hyuga no paraba de analizar a la chica de cabellos rosados, poniendo nerviosa a su hija, Sakura por otro lado se mantenía tranquila mientras leía la carta y por debajo de la mesa tomaba y apretaba suavemente la mano de su pareja para transmitirle confianza, no negaba que la penetrante mirada del mayor no la ponía nerviosa, pero no se iba a dejar intimidar tan fácilmente por su suegro. Llego uno de los meseros a tomar las órdenes que faltaban y otro a dejar los platillos solicitados.

  — Me entere que te casaste hace dos años, ¿es cierto?— comenzó a decir el único varón de la mesa.

—Sí padre, hace dos años me case oficialmente con Sakura— dijo levantando su mano izquierda y mostrando su sortija de bodas, el mayor solo emitió un grave sonido de su garganta y dirigió ahora su atención a la joven de ojos color esmeralda.

— ¿A qué se dedica?

— Soy diseñadora de modas, me encargo de diseñar ropa para jóvenes mayores de quince años y señoras hasta los cuarenta— hablo segura de sus palabras— nuestra marca aun no es reconocida fuera del continente pero al menos dentro del país ya es sumamente famosa.

— Y yo trabajo a su lado como su representante— intervino Hinata antes de que su padre le hiciera alguna otra pregunta.

— ¿Puedo saber cuál es su supuesta marca?— preguntó con falso interés.

— Sakura’s H&H — dijeron ambas al mismo tiempo, el hombre solo levanto una ceja y tomo un sorbo de su copa de vino, mientras que Hanabi la hermana menor de Hinata miraba con sorpresa y admiración a ambas ya que aquella marca y diseño de ropa era de sus preferidas, la señora Hyuga solo sonreía orgullosa del triunfo de ambas mujeres.

Terminaron por llegar los platillos restantes, empezando así la comida. Hinata comía lento ya que se sentía nerviosa ante la mirada que su padre no le retiraba de encima, Sakura trataba de reconfortarla silenciosamente y Hanabi como su madre se dedicaban a cenar calmadamente.

— ¿Qué sientes por Naruto todavía? — soltó Hiashi de repente, logrando así que la joven de largos cabellos azules abriera sus ojos desmesuradamente y dejara el cubierto a un lado de su plato.

— ¿Por qué preguntas eso padre? — trato de sonar lo más calmada posible.

— Curiosidad — se levantó de hombros— siempre pensé que el “amor” que le demostrabas era genuino y creo que él también lo pensó.

— ¿A dónde quiere llegar con esto señor Hyuga?— cuestiono algo molesta Sakura ganándose una mirada llena de odio por parte del mayor.

— El joven Namikaze siempre rechaza cada una de nuestras propuestas para establecer una alianza al menos como socios, hable con su padre pero según este ya no tiene ningún derecho sobre las decisiones que toma su hijo sobre la empresa  y por lo tanto todo lo que queramos tratar tiene que ser directamente con Namikaze Naruto.

— Era de esperar, después de todo lo deje plantado en el altar— hablo suavemente, levantando los hombros y restándole importancia a lo dicho.

— Y, ¿no te arrepientes?

— No, jamás me he sentido tan segura de mis decisiones— le miró fijamente para que notara que no mentía con sus palabras, Hiashi solamente esbozo una media sonrisa.

— Nunca creí que la muchachita siempre tímida y que veía por los sentimientos de los demás, se volviera alguien sin corazón. No pensaste en como se pudo haber sentido el muchacho ¿después de que te vio partir con alguien más?, no pensaste en ¿cómo le pudo haber afectado tu rechazo? Solamente  pensaste en ti, algo egoísta de tu parte, sí te hubieras dado cuenta desde un principio que tu destino no era estar al lado del aquel chico no estaríamos pasando por nada de esto, ¿comprendes?

La joven bajo la mirada avergonzada con alguna que otra lágrima acumulándose debajo de sus ojos, Sakura que se había mantenido en silencio y con el ceño visiblemente fruncido se levantó a encarar a su “suegro” — esto nada tiene que ver con el destino, si yo no hubiera rechazado los sentimientos de su hija el día que se confesó esto no hubiera pasado, además ¿no piensa en la verdadera felicidad de su hija en estos momentos? No cree… — guardo silencio abruptamente cuando el mayor le dedico una mirada de es mejor que guardes silencio si no te quieres meter en serios problemas.

— Vuelvo a preguntarte, ¿qué es lo que llegaste a sentir por Naruto en aquellas épocas? — Hinata apretó entre sus manos la tela de su fino vestido, susurrando algo demasiado bajo que no era perceptible para el oído humano— no escuchó Hinata, habla más fuerte, y así te haces llamar representante, me sorprende como es que han llegado tan lejos— una burlesca mueca se dibujó en sus facciones logrando su cometido de provocar a su primogénita y ganándose también un codazo de parte de su mujer.

— Bien, te lo diré para así ya poder lárganos de aquí y nos dejes en paz— levanto su voz atrayendo la atención de las mesas continuas— yo nunca ame a Naruto, siempre estuve enamorada de Sakura, aun después de que me rechazó. Solo acepte ser su novia porque él fue muy amable conmigo y pensé ingenuamente que podía enamorarme y ahora que le veo no, no siento culpa porque como ya te lo había mencionado desde un principio, no me arrepiento de mis decisiones, soy muy feliz ahora y sí, se escucha muy cruel pero ya va siendo hora de que él ya me vaya o  me haya superado— se levantó de la silla, dejando una generosa cantidad de dinero y haciendo un movimiento con la cabeza, Sakura también se levantó de su lugar y ambas se retiraron de aquel restaurant. Hiashi tenía una satisfactoria expresión e ignorando lo sucedido, continúo consumiendo su postre.

Naruto, aunque evitara a toda costa voltear a ver en aquella mesa, logro escuchar lo que la peli-azul dijo, de repente había dejado de mover los cubiertos hacia su comida y había bajado la cabeza, Itachi esbozo una ligera sonrisa, su plan había salido justo como lo había planeado, le daría crédito al señor Hyuga.

— ¿No te agrado la comida?— preguntó el azabache mientras le daba un trago a su copa de vino.

— No es eso, la comida esta deliciosa, solo que ya perdí el apetito— dijo aquello sin levantar su mirada y apretando fuertemente el tenedor— si no es muy imprudente de mi parte, me gustaría dejar esto hasta aquí, ya después prometo reunirme con usted nuevamente.

— No me hables de usted Naruto, y sí está bien— respondió parcamente el pelinegro sin dejar de observar al rubio— solo recuerda una cosa, hay gente que se preocupa demasiado por ti, date una oportunidad de confiar en ellos y  permite que te ayuden a salir del abismo en el que estas sumergido.

El rubio se sorprendió ante aquel comentario, asintiendo solamente, tomo su saco y levantándose de la silla saco una gran cantidad de dinero de su cartera dispuesto a pagar la cena, era más cómodo a través de una tarjeta pero lo que ya quería era marcharse de ahí.

— No te apures, invito yo— rechazó el Uchiha, logrando que el menor guardara nuevamente su billetera y se despidiera de él otorgándole una leve reverencia— nos veremos pronto Naruto— y con una arrogante sonrisa se despidió del Namikaze.

Naruto salió inmediatamente de aquel pomposo restaurante dirigiéndose directamente al área de aparcamiento no dándole oportunidad al joven que se encargaba de aquel lugar que le llevara su auto hasta la salida. Abordo su vehículo, planeaba irse directamente a su apartamento, tomar algunos tragos, embriagarse y no saber nada  hasta el día siguiente, pero nada más dio vuelta para dirigirse directamente a la salida del estacionamiento (tomemos en cuenta de que es un estacionamiento subterráneo) y las vio a ambas besándose tan apasionadamente que cualquier otro que hubiera pasado por ahí  les hubiera gritado “váyanse a un hotel” o muy probablemente dicho cosas obscenas. Sacudió su cabeza varias veces, ese asunto ya no le debería interesar y mucho menos afectar, así que como claramente había escuchado ya era momento de empezar a superarla. Saliendo de ahí y con una nueva actitud se dirigió a la zona roja de la ciudad, ya había sido suficiente, le había sido fiel en cuerpo y alma creyendo ingenuamente que la joven de cabellos azulado iba a pedirle perdón y decirle el grave error que había cometido por haberlo abandonado. Una sonora carcajada le rodeo gracias al eco de su automóvil, sí que fue un estúpido en creer en esas posibilidades y en auto convencerse con esos tontos pensamientos, si alguien más se las hubiera dicho sería por seguro que se burlaría de aquella persona por todavía creer en cuentos de hadas.

Aparco su auto en una zona poco segura, de ahí seguiría a pie hasta encontrar un lugar que llamase su atención. Cuando lo hubo encontrado no dudo en entrar, siendo recibido al menos por un par de despampanantes mujeres que traían unas elegantes vestimentas demasiado provocativas, sonrió de medio lado, tomo a ambas mujeres de exuberante belleza  por la cintura y con una seña le indico al joven que estaba en la recepción que ocuparía una de las habitaciones.  Tuvo sexo con ambas mujeres y bebió hasta sentir que ya no podía más, pagó por el servicio y con movimientos tambaleantes se dirigió al lugar en donde se encontraba su tan amado auto, un Porche rojo 2003, su primer auto y al que más afecto le tenía. Una vez ahí adentro volvió a llorar por aquella mujer que le rompió el corazón, se sentía tan solo por primera vez en todos esos años, las palabras del pelinegro resonaron por su cabeza “hay gente que se preocupa demasiado por ti, date una oportunidad de confiar en ellos y  permite que te ayuden a salir del abismo en el que estas sumergido”, levantó la mirada y limpiándose las lágrimas encendió su auto, ya sabía con quién acudir, tomaría por primera vez un consejo, sí esa era una solución para curar su destrozado corazón empezaría por desahogarse con las personas que jamás le dieron ni le darán la espalda, sus padres.

Empezó a removerse incomodo, le dolía la cabeza y sentía todo el cuerpo pesado, abrió los ojos con lentitud topándose con unos ojos color violeta que le miraban fijamente y con una cortina de cabellos rojos que cubrían aquella mirada preocupada y que además no le dejaban ver más allá ya que su madre estaba relativamente invadiendo su espacio personal. Parpadeo varias veces consecutivas, logrando así que la pelirroja se apartara y él se reincorporara correctamente.

— ¿Qué hora es?—  preguntó luego de ver que la débil luz del sol se colaba a través de las cortinas.

— Hola mamá, ¿cómo has estado? Te extrañe tanto— empezó a decir sarcásticamente la dama con sus manos posadas en sus caderas mientras que su hijo se sonrojaba por ello— por cierto son las ocho de la mañana.

— ¡¿Qué?! Las ocho— inmediatamente se quitó las sábanas de encima y salto de la cama, Kushina solo movía la cabeza de un lado a otro desaprobando su reacción, con suma calma se acercó a su “retoño” y tomándolo de la oreja “sutilmente” lo devolvió a la cama — ¡¿Pero, qué haces?! Se me está haciendo tarde mamá.

— Anoche parecía que eso no te importaba por el estado en el que llegaste— reprocho la mujer, mientras que el rubio inflaba las mejillas y volteaba su cabeza a otro lado— además deberías estar agradecido con tu padre, él se fue a ocupar tu lugar por el día de hoy.

— Lo siento— agacho la cabeza avergonzado, sabía que su padre el gran Namikaze Minato nada más se hacía cargo de la aerolínea y de la producción de auto partes, por ello le había dejado el control de la cadena de hoteles que su familia tenía distribuido, algo pequeño en comparación a lo que se hace a cargo su progenitor pero igual de laborioso— prometo no volver a faltar en mis responsabilidades de aquella manera.

— Está bien cariño— se acercó la pelirroja y le depositó un beso sobre la frente— tanto Minato como yo sabemos lo bien que estas manejando la empresa y por ello estamos tan orgullosos de ti— le dedico una sonrisa y se sentó en el borde de la cama— pero, ¿qué sucedió ayer? Llegaste ebrio y luego de llorar sobre mí por un buen rato caíste dormido, ¿puedo saber a qué se debe eso?

— Yo, lo siento— alzaba y bajaba su mirada alternadamente viendo entre sus manos que jugaban con la tela de la sábana y la mirada curiosa y angustiada de su madre— realmente lamento haber venido a su casa en este estado, pero no quería llegar solo a mi apartamento.

Kushina le miró comprensiva y acarició los rubios cabellos— ayer dijiste que habías visto a alguien ¿Quién era?

— Hinata— pronuncio en un susurro, aquel nombre todavía hacía estragos en su interior— ayer la vi con su esposa.

La pelirroja se sorprendió un poco ante aquello, sabía del éxito que llevaban ambas mujeres en el ámbito de la moda y por lo que tenía entendido estaban en una temporada de reposo, pero nunca creyó que el lugar que ellas escogerían para tomarse un descanso sería en su ciudad natal. Curiosa le pregunto a su hijo que fue lo que había ocurrido para que se devastara en aquel estado y que le motivo para que por primera vez después de tanto tiempo acudiera a ellos a pedirles su apoyo emocional. El blondo se sintió un poco avergonzado entre tanta pregunta pero se había jurado internamente que empezaría a confiar en las personas que realmente le aprecian, así que un poco más decidido le contó a su madre lo que había ocurrido en el restaurante.

La señora Namikaze escuchaba atentamente cada una de las palabras que le eran dichas, no interrumpió a su locutor para nada, solo en su rostro se dibujaban distintos gestos y un sentimiento de rencor empezaba a crecer dentro de su pecho.

*********

Las empresas Uchiha Company se dedicaban enteramente a la fabricación, producción y distribución de alimentos perecederos y no perecederos en los comedores de gama industrial, así como en restaurantes de baja como de la más alta categoría. Sus productos que empezaban desde lo más básico hasta lo más complejo, lo tenían divido en pequeñas empresas, siendo sus principales y más fuertes la ganadera, marisquera y agricultor.

Itachi miraba los reportes en base al crecimiento en la producción de café y como iba la venta en comparación al año pasado, tan concentrado estaba que no se dio cuenta en que momento su secretaria y mejor amiga Konan ingresaba a su oficina acompañada del señor Hiashi Hyuga.

— Itachi-sama tiene una visita— dijo la mujer con su expresión seria y esperando alguna respuesta, Itachi levantó la mirada desaprobando el honorifico, estaba por decir algo cuando se percató de la presencia del señor Hyuga— me retiro.

— Gracias Konan— con una reverencia la joven se marchó, Itachi se levantó de su asiento estrechando su mano con el señor y después invitándolo a tomar asiento— ¿qué sorpresa verle por aquí señor Hiashi?— esbozo una ligera sonrisa mientras que el nombrado le miraba seriamente.

— Necesitaba venir personalmente a recoger mi recompensa— con los brazos cruzados y una ladeada mueca dijo aquello, además de que no paraba de analizar cada uno de los movimientos que hacía el pelinegro— pero creo que podemos renegociar este asunto— señalo el sobre que estaba sobre el escritorio.

El joven Uchiha detuvo todo movimiento y le miró fijamente sin cambiar su estoica expresión, dejo el sobre a un lado y acomodándose correctamente en su silla le animo a que continuara.

— ¿Qué piensa del matrimonio, joven Uchiha?

— No tengo nada que decir al respecto, además no estoy interesado en nadie en estos momentos— le dirigió una impávida mirada.

— Comprendo, pero ¿no le gustaría aumentar sus ingresos?— en su voz se podía percibir el deseo de poder, el azabache pudo darse cuenta de ello.

— ¿A dónde quiere llegar?

— Le ofrezco la mano de mi querida hija Hyuga Hanabi en matrimonio, así ambas compañías serían aliadas y el reconocimiento de ambas aumentaría— todo esto lo decía tratando de mantener una expresión serena.

— Lo siento, pero no estoy interesado— volvió a tomar el sobre que estaba a su lado, extendiéndolo para que el señor Hyuga lo tomara, logrando que este frunciera el ceño— no lo tome mal, la señorita Hanabi es una mujer muy bella pero es demasiado joven, incluso para mí y además ella no cumple con el perfil que busco en una persona— soltó un corto suspiro y dejando el sobre justo enfrente de su interlocutor— además, los matrimonios sin amor no son lo mío.

Hiashi se sorprendió un poco ante aquella simple revelación, no valía la pena siquiera tratar de pedirle alguna oportunidad, tomó el sobre color amarillo guardándolo dentro de su saco y de una reverencia se marchó de la oficina del pelinegro. Itachi volvió a suspirar, deslizándose un poco sobre su silla de cuero, sabía que aquellas propuestas no tardarían en llegar, ya a sus treinta y un años la sociedad ya le quería ver al menos con un heredero. Una divertida mueca se dibujó en sus labios << ¿si tan solo supieran? >> pensó y volviéndose a acomodar correctamente retomo sus actividades.

*********

Hace mucho tiempo que no se sentía tan cómodo y con un cálido sentimiento llenando un poco aquel agujero que se iba ampliando con el tiempo dentro de su pecho, en la habitación que había despertado era sin duda la misma que había ocupado cuando era más pequeño y todavía dependía del amor y cuidado incondicional de sus padres, esta seguía conservando la mayoría de sus pertenencias de la adolescencia y al parecer no había sido ocupada nuevamente hasta ahora. Ya había tomado una refrescante ducha y mudado sus ropas, se dirigió a la planta baja al sentir como su estómago le exigía al menos por un poco de comida, empezó a mirar toda la casa notando que no había cambiado casi nada desde que se marchó cuando solo contaba con diecisiete años, ahora a sus veinticinco años se daba cuenta de cuánto tiempo había permanecido alejado de su familia. Entro a la cocina percibiendo el característico aroma a comida, más bien desayuno, vio cómo su mamá se dedicaba a picar algunos trozos de melón mientras que la cocinera preparaba el resto del desayuno, una sonrisa se dibujó en su rostro, efectivamente nada había cambiado.

— Te quiero mucho, mamá— abrazo a la pelirroja por la espalda logrando que esta soltara el cuchillo y se sintiera dichosamente feliz— lamento haber sido un tonto todo este tiempo— susurró suavemente y le depositó un beso en la mejilla.

Se escuchó un sonoro carraspear y las tres personas que se encontraban en la cocina voltearon en dirección de dónde provenía el sonido y cuando Naruto reparo en la persona que estaba recargada en el marco de la puerta se separó inmediatamente de su madre para ir a abrazar efusivamente a su padre.

— ¡Papá!— Minato recibió con los brazos abiertos a su hijo, se sentía tan feliz que a pesar de que el menor ya le ganaba por unos centímetros y que además del distanciamiento todavía se comportara como su pequeño retoño— lo siento.

El señor Namikaze los estrujo entre sus brazos diciéndole que no había necesidad de pedir perdón, que lo importante es que a pesar de todo había terminado por confiar en ellos nuevamente. Kushina se unió a tan emotivo contacto, siendo interrumpido cuando se anunció que el desayuno ya estaba listo. La familia se dirigió al comedor, tenían muchas cosas de que hablar después de tanto tiempo.

Ya habían terminado de comer, la mesa ya había sido recogida y la familia Namikaze seguía platicando amenamente, recordando vivencias pasadas así como las más actuales, Naruto disfrutaba cada momento transcurrido hasta que su padre toco un tema reciente.

— Escuche que tuviste hace apenas dos días una reunión con las empresas Uchiha, ¿cómo salió todo?

El rubio menor no podía negar que le había tomado por sorpresa aquella pregunta, planeaba decir que todo le fue de maravilla y que no había surgido ningún inconveniente pero recordó que Fugaku era el mejor amigo de su padre y que además su pésima capacidad para decir mentiras era fácilmente detectada por su progenitor.

— No me fue muy bien que digamos ttebayo— una nerviosa sonrisa afloro en su cara y se rasco la nuca— hubiera preferido que Fugaku hubiese asistido a la reunión y no Itachi como su representante.

— ¿Acaso Itachi complico las renegociaciones?— cuestiono con cierta incertidumbre y ligero malestar que fue inmediatamente captado por el joven blondo.

 — No, no lo malinterpretes, fui yo quien concluyo la reunión antes de siquiera tocar aquel punto— agacho la cabeza un poco avergonzado, rememorando aquello se daba cuenta de lo infantil y poco profesional que había sido al haber actuado así.

— ¿Y por qué cariño?— pregunto la pelirroja con infinita curiosidad, aunque ya se imaginaba cual iba a ser la respuesta.

— Empezaron a tocar temas personales— su voz se había apagado un tanto y su mirada había vuelto adquirir ese tonalidad opaca.

— ¿Puedo saber qué fue lo que ocurrió?— la voz de Minato sonaba exigente y molesta, Naruto no quería tocar aquel tema, todavía le dolía, de la noche a la mañana se le hacía imposible pasar por desapercibido todos aquellos sentimientos aunque ya le había al menos dicho a su madre lo que había ocurrido apenas en la noche pasada.

— Reprocharon mi actitud hacia ellos— soltó un suspiro, con tan solo recordar las palabras de la persona que se hace llamar su mejor amigo, agraviando a la mujer que aun ocupa mayor parte de su corazón lograba que la sangre le hirviera— esos son asuntos que a nadie le concierne— levantó un poco la voz reflejando su molestia.

— Ellos solo se preocupan por ti— trató Kushina de tranquilizarlo un poco— recuerda que tanto Itachi como Sasuke crecieron a tu lado desde que eran unos simples bebés.

— Sí, pero eso no les da el derecho de meterse en mi vida, ni a ellos ni nadie. ¿Acaso no entienden que quiero estar solo?, ¿qué ya no debo creer ni confiar en nadie? Ni siquiera en ellos, es mejor que me aleje de ellos antes de sentir como me traicionan o me dan la espalda cuando menos me lo espere.

Minato reprobaba aquel pensamiento de su hijo, solo movía la cabeza suavemente de un lado a otro negándose a estar de acuerdo, Kushina le miraba preocupada, quería decirle que estaba mal, que no toda la gente es así pero temía que decir algo al respecto volviera a poner esa distancia que hace apenas unas horas había sido rota. Del cálido ambiente que se había formado al principio ahora se había transformado a uno tenso y sin oportunidad de dialogo. El silencio presente fue roto por el sonar de un móvil, Naruto extrajo de su bolsillo el aparato, miró la pantalla siendo incapaz de reconocer el número, tomo un poco de aire y contesto la llamada.

— ¿Diga?

El gran Namikaze Naruto tomándose el día libre, eso sí es para sorprenderse— el rubio pudo escuchar una casi imperceptible risa.

— ¿Cómo conseguiste mi número privado?— levanto la voz rugiendo contra el teléfono.

Tú secretaria y  mi querida cuñada fue algo terca, pero al fin de cuentas cedió. No seas tan duro con ella después.

— Bien, ¿qué quieres?—  su mano libre había formado un puño tratando de tranquilizarse, la persona de la que justamente se estaba acordando le tuvo que haber llamado.

Me alegra que me hables tan confianzudamente, pero— su voz que tenía un ligero toque de diversión volvió a adquirir el tono serio que le caracterizaba— no estoy hablando para tratar temas banales como amigos sino como socios.

Naruto rodo los ojos, agradecía que el moreno no podía verlo y una divertida mueca se dibujó en sus labios, jugaría el mismo juego— Lamento mi falta de respeto señor Uchiha, ¿qué tema es tan importante para que desee tratarlo personalmente conmigo a través de esta línea?

El jueves próximo necesito que agende la reunión que dejamos pendiente, debemos cerrar los tratos y nuevas cláusulas del contrato— escuchó claramente como el peli-negro se aclaraba la garganta— además de que para el próximo sábado ya reserve una salida a un elegante restaurant francés y no acepto un no como respuesta.

No pudo evitar fruncir el ceño, pero recordó que le debía aquella salida, dejo caer los hombros derrotado— entendido Uchiha Itachi-sama, pero como usted había dicho anteriormente me he tomado un día libre y esto claramente se lo pudo haber dicho a su “querida cuñada”, así que le pido que no vuelva a molestar siempre y cuando no sea un tema de suma importancia— escucho del otro lado de la línea como el azabache tenía la intención de reclamarle por esa falta de respeto, cortando justamente la llamada cuando este pronuncio su nombre.

Soltó una carcajada, dejando sorprendidos a sus progenitores, esa llamada le había sacado de sus más oscuros pensamientos, sabía que al peli-negro le molestaba que le llamaran con honoríficos y que además por el tono de voz empleado al principio solo quería molestarlo. Las pequeñas acciones que había hecho el Uchiha por él le daban a creer que realmente todavía había personas a parte de sus padres que se preocupan por él. Una pequeña pero sincera sonrisa se formó en sus labios, por primera vez después de tanto tiempo se daría la oportunidad de creer nuevamente.

Notas finales:

Muchas gracias por llegar hasta aquí.

Espero y les haya gustado este capítulo.

Creo que todo a su debido tiempo, Naru tiene que ir recuperando su falta de confianza.

Hinata es algo dura T^T pero aún así me gusta mucho al igual que Sakura, ¿Les gustaría que siguiera haciendo mención de esta pareja? o ¿La dejo en segundo plano? solo mencionándola cuando sea necesario, ustedes deciden ;D

Ahora sí, sin más que decir me despido de ustedes 

Saludos y abrazos para todos

Bye!


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