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Gran Familia por FranKoichi

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-Buenos dias...-Decia Aomine, perezoso. Se habia levantado a una hora bastante atrasada, ya que por su trabajo no habia dormido bien.
Se acerco con cuidado a Sakurai, quien al parecer no le habia escuchado. Ya que estaba sumido en pensamientos un tanto importantes. Asi que Aomine lamio sus labios con ojos de fiera, se preocupo de que no estuviera con un cuchillo ni un objeto filoso entre sus manos, y salto como una pantera atacando a  su presa. Haciendo que Sakurai saltara del miedo, y no pudiera evitar que a Aomine le diera un buen ataque de risa.
 
-Dios... ¡D-Daiki!-Gritó asustado Sakurai.-Me diste un buen susto... Buenos dias.-Suspirando, le sonrio y beso suavemente, para seguir en sus labores.
-¿Que comeremos hoy?-Aomine abrazo sin escrupulos el delgado cuerpo de su marido desde hace ya dos años.
-Hoy comeremos algo liviano. Si sigues comiendo tantas golosinas, quedarás como los gorditos de las peliculas americanas.-Reia Sakurai. Pues, pasando los años desde que se convirtieron en amantes, y se casaron, el ha tenido cambios en su conducta. Ya que actualmente sentia mas confianza en si mismo, y en los que le rodean. Todo ello gracias a Daiki.
-Oye... ¡Mira este espectacular cuerpo!-Dió la vuelta a su chico, e hizo que tocara su abdomen, y lo masajeara.-Mi cuerpo esta tan duro como una roca, y sigue igual que cuando era un enqulenque.
 
Sakurai no evitó sonrojarse por ese comentario. Sonrió a sus adentros, y antes de emitir palabra, un muy pequeño niño a pesar de su edad, caminaba a pasitos de tortuga, tallandose un ojo y bostezando hacia sus padres.
-H-Hola mama, hola papa...-Su voz angelical, erizaba los vellos de cualquiera, enamorandolos al instante. <Mataré a quien sea, que este detras de mi lindo hijo> Pensaba Aomine, pensando en distintas formas de tortura.
-Hola hijo.-Decian con suavidad ambos padres. Con el tiempo que llevaba en vida su pequeño niño, se habian dado cuenta de lo frágil que era. No en el sentido de la salud, si no que hasta en la mas minima cosa, era capaz de llorar. Tenia el alma de un ángel.
Despues de todo el saludo, Daiki,-Como buen hombre que es-, se sentó en el sillón y comenzo un buen zapping por los canales. Veia unos minutos una serie, y luego las cambiaba por las noticias matinales. Se encontraba completamente distraido, por lo que no se dio cuenta que su hijo Yoshiki le habia hablado.
-P-Papá...-Repitió una vez mas. Pero este estando tan concentrado en que tan malo estaba el mundo, que no se dio cuenta. Hasta que escucho pequeños jadeos de su pequeño, se que encontraba sollozando, mirandole con tristeza.
-Yoshiki... ¿Que paso?-Pregunto preocupado, apagando el televisor y acercandose para tomarle entre sus brazos.
-Pa-Papá no me escuchaba... ¿No me quieres...?-Yoshiki limpiaba sus ojos con su manga, y le miraba con ojos rojos. Sin contar lo rojo que se veia su nariz.
-¿Como dices eso?-Dijo Aomine lo mas calmado, y sereno que pudo.-Yo te amo, hijo. Al igual que tu madre. No llores, no te escuche ya que tenia la television con un volumen alto. ¿Que querias decirme?
Yoshiki seco sus lagrimas, y le miro confiado.-Q-quiero... ir a jugar basket con todos...-Dijo, aunque timido, con una voz confiada. Su padre, le miro sorprendido, y mostro sus dientes en una gran sonrisa, aceptando esa invitacion.
-Invitaremos a todos despues de comer, ya que este es un dia festivo.-Yoshiki, sonrio emocionado, y cuando su padre le bajo de entre sus brazos, corrio a toda velocidad a buscar su balón preferido. Con el cual su padre habia jugado cuando era joven, y ahora se lo habia heredado a el.
 
Sakurai miraba con felicidad la conversacion de sus dos seres mas amados. No podia sentirse mas feliz, que cuando Midorima le habia propuesto el que si podia tener un bebe con Daiki. Ese dia lloro mas que nunca de la emoción. 
Se habia rendido desde que comenzaron la relacion a tener un bebe, ya que era imposible. Pero, gracias al ahora mejor doctor licenciado de Japón, lo habia logrado. Todo estaba legal, asi que no se preocupaba de eso.
 
Pero habia algo que le mantenia distraido gran parte del tiempo, y era el hecho del posible manotaje que le podrian hacer  su hijito por haber nacido del vientre de un hombre. Eso le tenia preocupado, y le hacia sentir culpable. Pues sabia que no era natural.
¿Y si el primer dia de clases, alguien le hablaba en un tono molesto, y Yoshiki comenzara a llorar? No podria hacer nada. Y menos aun el que le molesten por la razon que habia comentado anteriormente. 
Sakurai, a pesar de que el sabia que era un hombre, y como tal debe ser mas maduro y orgulloso, y no  llorar, eso era lo que en esos momentos deseaba. Le apretaba el pecho de la tristeza, y a pesar de ser un hombre, el tambien tenia sentimientos. Sin embargo, no lloró. No deseaba llorar aun, ya que el no se sentia comodo haciendolo solo. Debia estar con Daiki; o de otra manera, no lograria calmarse.
Dio un fuerte suspiro, y limpio aquellas amenazantes lagrimas, para seguir con la comida. Pero, le tiritaban las manos del miedo. En unos meses mas, su pequeño niño comenzaria a ir a la escuela. Y a pesar de que se habia precupado de todo, el simple hecho de pensar que su pequeño niño estaria indefenso ante las burlas, no le arreglaba su humor. No se dió cuenta de como tiritaban sus manos, hasta que sintio un ardor algo agudo. Se habia cortado con un cuchillo, haciendose una linea vertical en su dedo del medio. Gimió suavemente, y el dolor se agudizo por el hecho de que tenia su mano en agua caliente. 
Daiki escucho el pequeño estruendo, y, dejando a Yoshiki jugando, corrio a ver a Sakurai, quien se encontraba con pequeñas lagrimas en sus ojos. Se imaginó lo peor en ese momento. ¿Se corto un dedo completamente? ¿Se cortó una vena? Sin embargo, Sakurai no lloraba por aquello, si no por la ira que sentia de ser tan debil. El, fue rapidamente a los brazos de Daiki, y le abrazo a pesar del ardor de su dedo. Su marido, asustado, reviso su rostro, levantandolo con sus manos, y le quito sus lagrimas con suavidad, regalandole un suave beso que los dejó con deseos. Luego, separó su abrazo y miro sus brazos. Tambien le regalo un beso en cada uno de ellos. Y por ultimo, miro sus manos, y en uno de sus dedos vio un corte. Suspiró aliviado, y beso sus manos, para luego ir a buscar una vendita, y ponersela encina de su herida.
-Gracias...-Le sonrio Sakurai.
-No me asustes asi, imagine lo peor...-Relajo sus hombros, y se dio cuenta de cuanto habia cambiado en todo ese tiempo junto a su amante. Se habia convertido en alguien preocupado,-Solo con su familia-, y alguien protector.-Solo con su familia-, alguien mas serio y menor burlon.-Tambien, solo con su familia-. Bien, cambió, pero solo con su familia.
 
-Papá, mamá, ¿Estan bien? ¿Por que mama esta llorando? ¿Estas triste? ¿Quieres un beso, mamá?-Ryo no podia sentirse mas feliz por la preocupación de su hijo. Y si bien, habia llorado por su debilidad, se habia dado cuenta de lo maduro,-Que a pesar de la edad-; Su pequeño niño era.
-Estoy bien, Yoshiki. Pero un beso a mamá no le haria nada mal.-Se agacho con cuidado, y Yoshiki se acerco a el para besar su mejilla con suavidad. Con mucho amor.
-¿Por que le das besos solo a mama?-Gruño haciendose notar enojado, aunque ni siquiera estaba cerca de ello.-Yo tambien merezco besos, pero de ustedes dos.-Sonrió, al ver como sus dos amores reian, y posaban sus labios en sus dos mejillas.-Así esta mejor.
 
Luego de todo esa relajacion familiar, decidieron almorzar todos juntos. Preparandose para el partido que tenian entre todos sus amigos un poco mas tarde. Almorazon verduras cocinas,-Las cuales a Daiki no le agradaba ni un poco-; Pero se lo comio por obligacion. Mas que nada, por la fiera mirada de Sakurai hacia su plato.
¡Cocinaba para que comieran, y si dejaban algo en el plato, mamá les castigaba! -Y bueno, Daiki habia sido castigado muchas veces, y habia estado en abstinencia durante dos meses. Los peores dos meses de su vida.
 
Al terminar, entre todos arreglaron la mesa dejandola totalmente ordenada, y se fueron a sentar todos juntos al sillon. Daiki estaba sentado directamente en aquel lugar comodo, Sakurai entre sus piernas, y Yoshiki entre las piernas de su madre. Todos completamente comodos, siendo tapados por una deliciosa manta color rojo.
Daiki, con esfuerzo, estiró su mano que originalmente estaba en las piernas de su marido, hacia la mesita para tomar su celular. Marco a todo ser existente que fuera buen amigo de el,-Sinceramente, solo sus amigos de los dieciseis años-, y literalmente los obligo a asistir en una hora al parque.
 
-¿Estan listos? -Dijo Daiki poniendose sus zapatos, y con el balón de su hijo en su mano izquierda.
-¡Y-Yo si... papá! -Yoshiki corria hacia el, y hacia lo mismo, mientras esperaban a mamá.
-Esperen un minuto...-Sakurai buscaba su bolso con comida, y algunas otras cosas por precaución. Al final, despues de varios minutos, al fin salieron de su casa directo al parque. Yoshiki iba en brazos de su padre junto con su preciado y gastado balón. Mientras Ryo iba tranquilo con el bolso en su hombro.
-Papá... ¿Por que este balón es tan especial para ti? -Preguntó Yoshiki, curioso. -A-Aunque no es necesario q-que papa me conteste...-Dijo avergonzado.
Daiki le miró con una gran sonrisa en su rostro, recordando la importacia de ese balón.
-Bueno... cuando era mas joven, era un verdadero idiota.-Comenzaba a relatar, mientras Ryo asentia dandole credibilidad a sus palabras.-Era flojo, y si no fuese por tu tia Momoi, estaria quien sabe que haciendo ahora. Quizas abajo de un puente.-Rio ante su comentario.-Cuando hable con tu madre por primera vez, era como tu. Muy timido, aunque si hacia cualquier cosa, repetia "Lo siento, Lo siento"... Aunque siendote sincero, creo que eso fue lo que enamoro de tu madre, a parte de la deliciosa comida que hacia.-El rostro de Sakurai se adorno con un rojo en sus mejillas, ya que lo que decia era completamente verdad, y le halagaba el que su marido hablara asi de el.-Aunque comence a decir cosas que no tienen que ver. En fin, con tu tio Taiga, siempre peleabamos en un Uno contra Uno. Y siempre le ganaba yo, y me lucia, y burlaba. Pero en un campeonato... ya no me acuerdo cual era, ¿Pero recuerdas tu cuando te hable de ella? Pues en esa, el me ganó. Y ahi entendí mi pasion, por lo cual volvi a amar el basket tanto como antes le hacia. Por lo que pedí a unos de los hombres que por favor me regalara el balón, y el aceptó. Ese balón es el  que tienes tu en tus manos, hijo. Cada vez que lo veo, me dan ganas de mejorar, y hasta que mi basket sea perfecto, no me pienso rendir.-Decia cada una de las cosas con nostalgia, y sinceridad. 
Yoshiki, sonrio mirando el balon, y lo abrazo.-Yo seré tan fuerte como papá algun dia, asi que papa, no mejores tanto.-Dijo confiado.
Daiki le miró, y solto una gran carcajada.-Claro hijo, cuando crezcas jugaremos en un Uno contra Uno, junto con Hikaru y Taiga.
El pequeño asintio, y se fue jugando con el balón lo que restó del camino.
 
La tarde fue de grandes risas. Pues Yoshiki y todos los demas niños,-Incluyendo a Masaki-; jugaron en la pequeña cancha que habia en el parque. Mientras los mayores les miraban, y conversaban entre ellos. No faltaron jamas las peleas de Daiki y Taiga por saber quien es el mejor. Kuroko como siempre les golpeaba y eso hacia que se detuvieran. Al final suspiraron, y Daiki fue a sentarse atras de Sakurai para abrazarle, mientras Taiga hacia lo mismo con Kuroko. Finalmente, terminaron peleando por quien era el mas lindo de los dos. No ganó ninguno.
Takao conversaba con Himuro, y se unia a la conversacion Furihata, y Kasamatsu. Hablaban de cosas de hombres, claro... Aunque mas bien, hablaban a donde saldrian de vacaciones, y platos de comida. Reian y se molestaban entre ellos.
Akashi, Midorima, Murasakibara y Kise,-Quien curiosamente estaba mas maduro-, Hablaban de trabajo. Como les habia estado yendo ese tiempo. Y no faltaba el dulce en la boca de Atsushi.
 
Mas tarde, podian ver a todos juntos conversando, sin nadie a un lado. Sentados todos creando un óvalo. Sus niños ya cansados se acostaron en los brazos de sus padres, y decidieron dormir. Un día cualquiera, pero con una amistad muy grande.
 
Aunque Midorima no quiera admitirlo completamente.

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