¿Cómo comenzó todo?...ni yo lo sé. Recuerdo haberme ido a dormir como cualquier día cotidiano.
Y despertar como normalmente lo hago, frotando mis ojos mientras me sentaba en mi cama, bostezando en el proceso. Todo era normal.
Hasta que abrí los ojos.
— ¿Hmm, es de noche todavía?
Inspeccionando la habitación, buscando algún indicio de que fuera de mañana, un rayo de luz, el calor del sol que emitía estos días de verano.
Pero nada.
Sin darle vuelta al asunto, me acomode nuevamente en mi cama, cubriendo con el cobertor todo mi cuerpo hasta dejarme encerrado en ellas.
Esta situación se repitió al menos siete veces.
"Tal vez sea un sueño...si debe ser eso" pensé tratando de darle una explicación a mi situación actual, volví a acurrucarme entre mis sabanas manteniendo mi pensamiento actual. Me dormí con la esperanza de cumplir con la explicación que yo mismo me había dado.
Luego pasado el rato, mi cuerpo reclamaba el querer dejar de dormir y comenzar sus actividades diarias.
En ese entonces, ya me había dado cuenta que la noche había terminado hace bastante tiempo.
Me senté en mi cama como lo había hecho horas antes, pase mis manos por mi rostro, cabello y cuello, sintiendo el cálido toque que les proporcionaba. Subí mis manos hasta mi rostro, pero esta vez roce ligeramente mis ojos, que debido a ese pequeño toque, se cerraron más fuerte.
"Por lo menos no están dañados", aun que no recordaba el haberse hecho daño en los ojos, sin embargo no estaba demás corroborarlo.
Luego de revisar algún problema externo, salí de mi cama como de costumbre, camine tres pasos.
— ¡Auch!
Había tropezado con, tantee el objeto próximo a mí, era mi velador dado vuelta por lo que pude "sentir". Rodé hasta quedar boca arriba, mantuve mis ojos abiertos mirando la oscuridad absoluta que me proporcionaban ellos.
Gire mi rostro, encontrándome con Izaya sentado con las piernas cruzadas, su cara era sujetada por ambas manos, las cuales estaban apoyadas en sus piernas. Mantenía una sonrisa de par en par, combinada con ese par de ojos borgoña que poseía. Soltó una risa bastante peculiar.
— Qué forma de despertar ¿o no, Psyche?
— ¿Por qué lo dices?
— Estas ciego, ya lo has notado ¿no?
Una furtiva sonrisa surco mis labios, era verdad estaba ciego, había despertado ciego. Cruce mis brazos sobre mis ojos.
La luz de mis ojos se había ido.
Sorpresivamente, luego de lo que me dijo Izaya, junto a la conclusión que había llegado...yo no me encontraba angustiado, desde el primer momento el pánico no inundo mi ser.
Como si fuera normal todo esto.
Busque a Izaya pero el ya no se encontraba conmigo, no le di importancia, me levante y comencé a tantear el aire hasta tocar algo donde pudiera afirmarme y ubicarme.
La pared.
Guiándome por ella, seguí avanzando con la imagen mental de mi departamento, no fue tan difícil. Hasta que llegue a unas barras de metal...había llegado a la escalera.
Con seguridad avance hasta sentir el primer escalón, con cuidado me agache y senté en el escalón. Con mis pies tocando unos escalone más abajo me dedique a bajar hasta tocar suelo.
Sonreí gustoso, no era tan difícil.
Camine con cuidado, tratando de no golpearme con algún mueble u objeto, sentí el piso más frío que antes. Había llegado a la cocina, avance tocando todo hasta llegar al refrigerador. Lo abrí y palpando todo saque la botella de leche de la cual tome un gran trago, dejando que el helado líquido bajara por mi garganta.
— Creo que puedo manejar esto.
Sentado junto al refrigerador deje la botella de leche y reí, me sentía orgulloso de mi logro por muy simple que lo viera. Tome otro sorbo de leche.
Relaje mi cuerpo, dejando que se estirara en el gélido piso de la cocina.Volví a reír pensando que es lo que me diría Tsugaru al verme descalzo.
Tsugaru... ¿Cómo le explicaría todo esto?
— Oye Tsugaru ¿Qué crees?, hoy desperté y estaba ciego.
Eso sonaba convincente...bueno, en realidad no, ni yo mismo me creería. Iba a levantarme hasta que un sonido me dejo paralizado.
Alguien estaba tocando el timbre.
Inhale profundamente, si no hacia ruido y no abría la puerta la persona se iría pensando que no hay nadie. Si esa era buena idea.
— ¡¡Psyche!! , se que estas ahí —golpe —Ven a abrirme la puerta.
¡Tsugaru estaba en la puerta!
Psyche comenzó a dar girar en su propio eje tratando de calmarse por la repentina visita de su novio. Tomo aire, se sacudió su pijama camino hacia la puerta.
— ¡Ahh! Rayos — se quejo el chico levantando sus pies que botaban un extraño líquido blanquecino.
Había botado la botella de leche, la cual estaba toda derramada en plena cocina. Psyche maldijo, dejo ahí, ya limpiaría después con ayuda de Tsugaru.
Dejando de lado lo sucedido, el pelinegro se dirigió a la puerta principal abriendo bruscamente.
—¡¡¡Tsugaru!!! — se lanzó sobre el chico.
Tsugaru lo recibió cariñosamente, lo abrazó un momento alejándolo para verlo a la cara. —Te has tardado ¿ha pasado algo?
— Hey, Psyche, te he hecho una pregunta, mírame al menos a los ojos —manifestó Tsugaru.
—Ah...lo siento estaba distraído —se zafo del abrazo quedando frente del oji azul — Ven, pasa, pasa.
Ambos chicos entraron, Psyche por su parte agarrado de las paredes caminaba hacia la cocina. Tsugaru por su parte no dijo nada y siguió al muchacho sin cuestionarle su extraño comportamiento, ya que Psyche a veces era demasiado extraño y cualquier idea se le pasaba por la mente él la hacía. Así que no se preocupo.
Llegando a la cocina Psyche pasó como si nada sobre la leche derramada —Siéntate Tsugaru, te serviré te —se puso a buscar las tazas arriba en las estanterías, tocando suavemente para evitar cualquier destrozo.
— ¿Necesitas ayuda, Psyche? —hablo amablemente Tsugaru.
El chico sobresalto, girando un poco su rostro — No, no te preocupes, tengo todo controlado — Dejo las tazas a un lado y tomó la tetera que estaba sobre la cocina, la lleno de agua, encendió la cocina dejando que el agua hirviera. Mirando el lavaplatos, apoyo sus manos soltando un gran suspiro.
"Es la primera vez que me pasa algo así... ¿cómo le diré?, además parece sospechar algo"
La mente del chico era una encrucijada, no quería que Tsugaru reaccionara mal, o que se preocupara más de lo necesario. Empezó a golpetear el lavaplatos con los dedos mas su nerviosismo no desaparecía.
— Psyche, el agua...ya esta hervida — avisó.
— Ah, lo siento no me di cuenta — nervioso, tomó ambas tazas para colocarles agua, las puso a su lado, se giro para tomar la tetera.
— O- oye, ¿qué estás haciendo? — se acerco al oji rosa.
— ¿Por qué lo dices? — pregunto Psyche girándose completamente para responderle a Tsugaru, botando la tetera hirviendo.
— ¡Cuidado! — Tsugaru había tomado del cuello de la camiseta a Psyche, acercándolo hacia él mientras la tetera caía, haciendo un estruendoso sonido en toda la cocina. En tanto Psyche estaba en el suelo encima de Tsugaru que respiraba pesadamente.
El menor sintió como era volteado bruscamente, quedando frente a Tsugaru, suponía el.
Lo siguiente nunca se lo espero, nunca había escuchado a Tsugaru gritar de esa manera. Nunca enojado.
— ¡¿Que es lo que te sucede?! Desde que llegue has estado actuando extraño, no me quieras mirar la cara de tonto, Psyche.
El susodicho solo bajo la mirada, alejándose de los brazos de su salvador, "mirándolo" a la cara con una expresión asustada y desentendida.
— Yo...lo siento, lo siento Tsugaru — musito lentamente— No...no sé como sucedió —tartamudeo — Pe-pero...no puedo ver.
Ya no puedo ver.
—Tsugaru...ya no puedo ver.