Hoy salí a comer, Min. No es que no esté agradecido de que hayas llenado nuestro frigorífico con comidas congeladas (y las instrucciones para cocinarlas y/o hornearlas pegadas en el refrigerador) pero, no me apetecía comer mientras veía como Siwon interpretaba un terrible papel, de una manera terrible. Ha, se que es tu amigo pero ¿te he dicho que es un terrible actor? Dios, se para ahí y sus palabras no coordinan con sus movimientos. No se porque a todas les gusta.
Pésimo.
Así que decidí salir y no. No te preocupes. Salí sólo, así tal cual como me dejaste. Pero bueno, ambos sabemos que este diario no es para escribir mi día como si fuera un anciano con Alzheimer.
Sabemos perfectamente tu, yo y quien sea el pervertido que lo lea cuando lo lleguen a encontrar, que mis intenciones al escribir esto no son buenas.
Pero bueno, en el lugar donde estaba comiendo, estaba como siempre junto a una ventana. Pero eso es lo de menos, no te interesa saber la bonita vista que tenia junto a mi porque no importa, además para que te la imagines tengo que escribir un montón de detalles, y yo no soy Picasso.
Lo que interesa es lo que tenía frente a mi.
Una pareja de jovencitos, aparentemente en una cita y digo aparentemente porque diablos, ambos estaban pasando sus dedos pulgares por la pantalla de sus celulares, demasiado rápido que parecía que tenían Parkinson. Demonios, sonare como anciano, pero ¿porque no interactuaban como personas normales? Odio a los adolescentes.
«¿Que tiene que ver eso con nosotros Kyu» estarás pensando y bueno Sungmin.
No tiene nada que ver con nosotros.
Sólo que mientras pagaba la cuenta y conducía a casa fue cuando recorde aquellos mensajes que nos mandamos una vez en clase de Historia Mundial.
«21 de Abril del 2006»
El destino nos quería juntos Sungmin, ¿como es que no pensaste en eso antes de sentarte al otro lado del salon?
Si yo estaba en la última fila, en el último asiento a lado de las ventanas, que daban al campo de fútbol. Y si tu estabas en el tercer asiento de la primera fila junto a la puerta, era imposible estar cerca de ti.
Y era molesto ver cómo esas chicas coqueteaban contigo, pero como eres idiota o extremadamente inocente no lo notabas.
Aburrido y celoso, escuchando el parloteo de no se que guerra en no se que año de el Profesor, tuve la fascinante idea de enviarte un mensaje.
«Sungmin, no me agrada que estés rodeado de esas mujeres y mucho menos que les hables.Presta Atención a Clase»
Pude escuchar el sonido de tu teléfono, oh bueno. A decir verdad todos lo escucharon.Lee Sungmin ¿quien diablos no pone su celular en silencio en clase?
-¿De quien fue ese aparatejo? -estupendo, el vejestorio se molestó.
-F... Fu... Fue- balbuceos, balbuceos, joder Lee. Te tenía que que enseñar a enfrentarte a las cosas.
Pero otro día, porque lucías adorable.
-Fui yo, Profesor- Dije levantando mi mano, me las cobraría más tardé.
-Señor Cho. ¿No tiene respeto por estas fechas históricas? ¿Por estas personas que lucharon por este sistema?
-En realidad, señor. Ellos lo hicieron con sus propios fines egoístas. No se los pedí por lo tanto no tengo que agradecer.
Como era de diferente el rojo de tu rostro Sungmin a el rostro rojo del profesor evidentemente furioso.
-¡Fuera de mi Clase! -apunto con su dedo índice la puerta. Estupendo. No es como si quisiera estar dos horas escuchando esto y aquello.Tome mis cosas y salí.
Pero como siempre, no pudiste mantener tu boca cerrada.
-Pero profesor, el...
-Basta señor Lee. -te regañó- se que es muy buen amigo del Señor Cho. Pero no puede permitir que este no afronte las consecuencias de sus actos. Tiene que enfrentar las consecuencias y usted no las va a llevar por él.
Regreso al centro y comenzó con su clase de nuevo.
-¿Espera que le abra la puerta Señor Cho?
-Soy muy capas yo sólo señor. Gracias.
Y salí. Estupendo, a donde iré, tenía dos horas libres y un mundo de posibilidades se abría frente a mi.
Termine en la cafetería.
Y apesar de que estaba aburrido como el infierno allí sentado comiendo unas patatas que sabían a sal y trigo, estaba seguro que era mejor que estar en Historia. Pero sabía que era mentira porque era la única clase en la que te podía ver como realmente eras.
Distraído y torpe.
Me encantabas.
Pero mi aburrimiento duro poco.
«Lo siento Kyu. Lo siento, lo siento, lo siento. >.< Prometo apuntar todo y pasarte los apuntes. »
Y este tonto cree que me importa la clase.
Comencé a aplastar esas endemoniadas teclas demasiado pequeñas para mis dedos.
«Mas vale Minnie, que ninguno de esas mujeres te distraigan.»
Sorprendente lo rápido que contestaste.
«¡Mira quien lo dice! Al menos ellas no me están mandando mensaje en clase! Posiblemente serían mejor para mí que tu.»
Oh no pequeño. No dijiste eso.
«No vi que ellas dieran la cara por ti Sungmin. »
«Lo siento. »
Lo haría pagar.
«Me puedes hacer sentir mejor. ¿De que color es tu ropa interior? »
Su respuesta fue realmente inesperada.
«No tengo. Fue una mala idea, alguien de aquí me está provocando.»
De acuerdo, el pequeño me estaba provocando a mi.
«Lee Sungmin, no permitas que alguien te provoque. Salte de Clase. No quiero que estés ahí. »
«No voy a perderme una importante clase sobre la Economía de 1869 por estar afuera de vago contigo.»
«Ojala y así te importará mi Economía.»
«¡Eso no entra en discusión ahora! Basta, el profesor comienza a mirarme extraño. Tal vez por lo rojo que estoy.»
Traté de imaginarlo, allí sentado con su carita roja de vergüenza.
«Sungmin, me siento solo y estoy pensando en ti. Específicamente en aquella noche en donde te hice gemir de placer.»
«Kyu, basta. ¡Y no estaba gimiendo! »
Mira que mentirme como si yo no hubiera estado ahí.
«Tienes razón. Te hice gritar. Te recuerdo claramente gritando mientras te embestía duramente y también recuerdo tus manos enterrándose en las sabanas. »
«CHO KYUHYUN. Estas haciendo que me de una erección en clase de Historia. »
Imaginarme a Sungmin así, por unos simples mensajes era... Extraño, si. Extraño y excitante.
«Sungmin... Anoche soñé contigo. En realidad no recuerdo mucho, pero supongo que fue un sueño.... Interesante, porque bueno. Tenía una erección cundo desperté.»
«Kyu... Basta, me estás provocando. Ahora no encuentro una posición cómoda en la cual estár sentado.»
En realidad quería dejarte en paz y que pusieras atención a esa clase. Porque, bueno no es como si fuera precisamente bien ella.
Sin embargo...
«Sungmin, no puedo parar. Imaginarte en un aula con 40 personas con un profesor Parloteando sobre gente que ahora está 100 metros bajo tierra y que en medio de todo eso tu estés excitado, digamos que... Que me excita a mi también. »
Ya no recibí una respuesta, ni siquiera mandamos mensajes que se lleguen a considerar sucios. Pero bueno, se que no podías soportarlo.
Mire el reloj, faltando 20 minutos para que las dos horas se dieran por concluidas.
Me levante de la incómoda silla y avente el envoltorio de frituras vacío a la papelera, y camine hacia el aula pero, supuse que si el profesor me veía estaría en problemas.
Me detestaba. Tal vez porque salí con su hija.
Decidí esconderme, detrás de un pilar, faltaban cinco minutos. Repase lo que iba a hacer en mi cabeza, esperando ansioso ese timbre, que después comenzó a inundar el silencio de los pasillos con un irritante sonido, que, apesar de lo irritable que era, todos siempre lo esperaban con ansías.
A fin de cuentas, era la señal de que eran libres de sus molestas clases.
La puerta se abrió, era gracioso como la preparatoria se manejaba por estatus social, y creo que eso también se aplicaba al momento de salir por una puerta.
Primero, salieron esos tipos que se dedicaban a joder la clase, luego salen esos tipos a los que les importaba un comino la clase, luego esos tipos normales, que vivían de un siete. Al final los que realmente les interesaban la clase y por tu. Demonios, debes de ser más rápido al momento de guardar tus cosas.
Camine entre toda la gente, que comenzaba a inundar el pasillo, hasta que finalmente estuve tras de ti.
Estaba a apuntó de tomarte entre mis brazos, cuando te metiste en el baño.
Estupendo.
Pareciera que me lees la mente. Cuando entre tras de ti, lo único que divise fue tu oscuro cabello despareciendo tras un cubículo.
No se cuantas veces he dicho esto en estas dos hojas que e escrito, pero lo tengo que volver decir. Ni la vida ni el destino me quiere.
Dentro del baño, había cinco personas incluyéndome. Tenía que sacarlos de allí.
-Disculpen - dije sin estar muy seguro de que decir - antes de que hagan lo que sea que van a hacer. Me dijieron que estos baños entrarán en mantenimiento.... Ahora. Así que, me pidieron que viniera a verificar que estaba vacío. -no puedo creer lo que estaba diciendo- así, que.
-¿Que?- dijo ese tipo petulante. Demonios, lo detestaba.
-Así que larguense al baño del segundo piso. - que demonios le pasa a los adolescentes y el seguir órdenes. - ¿acaso balbuceó? Fuera, ahora. Necesito irme a mi clase.
Demonios, no se porque pero, me creyeron y salieron. Cerré la puerta con seguro tras su salida y espere a que salieras.
-Kyuhyun, tenemos que ir a clase. - enserio Sungmin. Que diablos pasa en tu cabeza.
- Si, Sungmin. Pero, creo que tengo una cosa más interesante que Inglés. - dije, mientras me acercaba a ti.
-Kyuhyun.... Tengo Matemáticas, necesito irme.
Por supuesto que no iba a dejar que te fueras.
-Bien, pero primero, dejame besarte. Te extrañe.
No iba a dejar que me contestarás. Así que sólo agache mi cabeza y te tome con mis labios, quería sentir tus labios con los míos, saborear tu tu interior y tener tu rostro entre mis manos.
Y eso hice, explore tu interior con mi lengua mientras acariciaba tu rostro.
Eso fue, lo más tierno que e hecho en un baño.
Pero no era ternura lo que quería. No en ese momento. Rompí el beso tan crudamente como pude, y sostuve tu rostro más firme entre mis manos.
-Sungmin. Quiero que me expliques esos mensajes. O no te dejare ir.
Tu silencio fue suficiente.
Volví a besarte, esta vez fuerte y posesivo, mordí levemente tu labio para que me dejarás entrar, gemiste en protesta, pero no me importo.
Quería castigarte y eso iba a hacer.
Te levante del suelo, obligandote a rodearme con tus piernas, mientras te subía encima del lava manos.
Metiendo mis manos entre el espacios de cada botón de tu camisa.
-Kyu... No me la rompas. - me conocías muy bien- todavía faltan dos horas más antes de salir.
Tenía razón.
Le quite el molesto saco y desabotone con cuidado la camisa, comenzando a besar tu cuello, lamiendo y mordiéndolo. Asegurándome de dejar marcas.
Sentía tus manos intentando quitarme la ropa.
-No, no pequeño. Digamos que esta ronda es sólo por mi placer. - quite tus manos de mi cuello, juntándolas y las eleve sobre tu cabeza. Asegurandome de que no podrías tocarme.
Continue saboreando tu pecho con mi boca, deteniéndome en tus pezones, mordiéndolos, rasguñandolos con mis dientes.
Esta es una las imágenes más eróticas que tengo. A ti, encima de un lavabo, acorralado por mi, con los brazos encima de la cabeza, mientras mantenías los ojos cerrados y gemías en voz baja.
Me deshice de el maldito cinturón los más rápido que pude y tire de tus pantalones junto con tus boxers.
Tome tu ereccion entre mi mano, acariciando toda tu longitud.Pero luego recordé que eso sería por mi placer, no por el tuyo. Así que rápidamente lo solte.
Así que, desabotonado mi propio pantalón y bajando mi cremallera, saque con cuidado mi Erección, dirigiéndola hacia tu entrada. Y así, sin más. Me enterré en ti, el placer me cegó durante unos segundos, porque lo único que recuerdo de ese momento fue ver cómo tus manos estaban hechas un puño y tu cara de dolor.
Me quedé quieto unos minutos, hasta que recorde mis pensamientos egoístas y comencé a entrar y salir.
Embistiéndo lo más fuerte que podía, finalmente solté tus manos.
-Sungmin, si me tocas, me abrochare los pantalones, tu te pondrás tu camisa y ambos entraremos al sexto período. ¿Entendiste?
Creó que no me escuchaste, pero me llena de orgullo sabe que te proporcionaba el suficiente placer como para sentir sin saber que te dije.
Podías haberle vendido el alma al diablo, Sungmin por favor.
-Kyu.... Más.... Humm.... Más lento.
Por supuesto que no te haría caso.
Volví a besarte, en una beso posesivo, aumentando el poder de las embestidas.
Una... Dos... Cinco... Diez. Doce.Una docena o más bastaron para correrme dentro de ti. Y tú encima de tu pecho. Recargue mi cuerpo encima de ti. Abrazando te.
-¿Estas bien Min?
-Si... Kyu.
-¿Dime, porque esos mensajes?
-Quería castigarte por hacer que me sacaran de clase. Y sabía que ponerte nervioso y rojo en público te molesta.
Después hubo silencio. Y después, la campana para el séptimo período. Nos limpiamos y arreglamos.
Jamás olvidaré como te quejaste del dolor. Ni de como al final no entramos a ninguna clase porque no podías caminar bien y terminamos en la enfermería.
Debo de ser un perfecto mentiroso, primero hago que unos tipos dejen el baño y luego le digo a la enfermera que te resbalaste cayendo sobre tu trasero y me creyo.
Soy genial, joder.»
Así, que si. Básicamente recorde eso.
Ahora, me apetece mandarte un mensaje de Texto.
PD: Después de Investigar un poco, acabo de ver que Picasso es un pintor y no escritor.
Tal vez no soy tan genial.