Los cuentos se pueden resumir en cuatro grandes partes:
1) Princesa busca príncipe de sus sueños.
2) Bruja, (o una madrastra en todo caso) intenta matar a princesa (manzana envenenada, dragones, asesinos; ustedes ya saben)
3) Príncipe rescata a princesa de tan infortunado suceso.
4) Viven felices para siempre.
Todo relato decente tiene estos necesarios elementos.
Suerte para ustedes que éste es todo, menos un relato decente.
Aunque sí que hay una bruja y un príncipe (inútil la verdad, pero qué príncipe no lo es)
ENCANTADO
Suspiró, ganándose una mirada preocupada de sus amigos los animales.
“No me miren así, saben que no puedo evitarlo. Si tan sólo supieran lo guapo que es” Clark se recostó en su cama, suspirando una última vez. Sus sueños eran cada vez más claros; él y su príncipe cabalgando al altar, música, el ruido de las campanas al chocar, todas las personas que amaba reunidas para celebrar su unión. Clark se ruborizó un poco, sintiendo como su corazón tamborileaba alegre.
¡Como amaba a su príncipe!
Aunque no supiese nada de él. Ni siquiera su nombre.
O si era real, básicamente.
Cerró los ojos, esperando volver a su príncipe.
No sintió como, rato después, sus amigos lo sacudían desesperados por despertarlo.
En un lugar no muy lejos de ahí
El príncipe Zod cabalgaba junto a su compañero (y parcialmente sirviente) Lex. Ambos estaban en busca de peligros latentes en Krypton, realmente únicamente el príncipe tenía estos fines, ya que Lex sólo pensaba en cómo alejar a su joven amo de “ese lugar”. Normalmente Zod se limitaba a practicar con su espada en el palacio, pero a veces le gustaba explorar y Lex tenía que vigilarlo.
Tenía órdenes precisas de su tan amada reina, impedir a toda costa que Clark (ese chiquillo estúpido e ingenuo. Palabras de la reina) y Zod (brusco como un potro salvaje y idiota como tú Lex, también palabras de la reina) se conociesen. Su unión sólo traería caos al reino, y ella ya no sería reina, obviamente. La madre de Zod murió cuando este sólo era una pequeña bola roja y gorda, su padre estaba preocupado de que su hijo creciese sin el amor de una madre y se apresuró en buscar a otra reina. Ahí fue cuando apareció Lois, con su sonrisa encantadora y su encanto maternal logró conquistar el corazón del rey, quien (como es debido) murió de manera “desconocida” y “misteriosa” poco tiempo después, dejando a Zod y a Krypton en sus manos. Su Lois lloró frente a todo el reino y prometió ser ella la que los guiaría de ahora en adelante. Y así fue. Hasta ahora, claro.
“Señor, creo que ya habría que volver al castillo, su madre se enojará” trató de persuadirlo Lex
“tonterías Lex, no llevamos ni cuarto de hora explorando y ya quieres correr despavorido” Zod era en resumidas cuentas un “macho”. Grande y musculoso, con barba de candado y ojos avellana. Se sentía lo más perfecto y adecuado para cualquiera. Su vanidad no tenía límites y su pasatiempo favorito era recordarle a Lex lo inferior que era alado de él (eso y admirase en el espejo).
“no es eso, sólo creo q-“las palabras de Lex fueron cortadas por un fuerte grito.
“¡¿Qué ha sido eso!?” Zod desenfundó rápidamente su espada.
“yo no escucho nada señor, será mejor que nos vayamos lo antes po-“
“¡AYUDA! ¡ALGUIEN!” los gritos fueron más claros está vez, una voz fresca y juvenil.
“¡vamos Lex!” Zod tomó las riendas su caballo, aumentando las estocadas, dejando a Lex atrás. La reina lo iba a matar.
Estaba tan jodido.
Con pesar, siguió al príncipe.
Clark despertó de un salto, sintiendo los jalones de los animales
“¿qué les ocurre? Estaba soñando y ya saben lo mucho que…” calló al ver lo agitado que se veían sus amigos y por la manera que jalaban su sencillo pantalón se notaba que tenían prisa.
De repente, toda la casa del árbol tembló. Todos los que se encontraban dentro se congelaron por unos segundos, cuando Clark se sintió lo bastante valiente giró su cabeza, poco a poco, hacía la gran ventana de su hogar. Ahí donde se debería ver el hermoso bosque de Kryton, ahora estaba un ojo gigante, viéndolo detenidamente.
Un trol.
Clark tragó saliva y se preparó para dar el grito más fuerte en su vida.
Cuando Zod llegó a la escena, Clark estaba siendo levantado por las grandes y sucias manos del trol.
Lex rogó que la bestia fuese lo suficientemente rápida y se comiese a Clark de un bocado.
Zod bajó del caballo y empuñó su espada, gritando su típico grito de guerra mientras se iba de lleno contra el trol.
Lex no se quería ni imaginar lo muerto que estaba.
Zod clavó su espada en el tobillo del trol, y éste, sorprendido por el dolor punzante soltó a Clark. El más grande dejó caer su espada para poder atrapar al chico.
Quien cayó a un metro de él.
Sorprendido Zod corrió hacía él.
“¿te encuentras bien, bello joven?” Clark se le quedó mirando, todavía adolorido por la caída. Cuando ya no sintió la vista tan nublada, pudo reconocerlo ¡era él! ¡su príncipe!
“Sí, supongo que sí, muchas gracias”
Zod miró con atención al joven, era muy hermoso (no tanto como el mismo Zod, pero se hace el intento)
“no hay de que, am…”
“Clark, me llamo Clark” dijo con ojos brillantes y expectantes
“Yo soy Zod, príncipe de Krypton” Zod se lo pensó un minuto más antes de decir “¿te casarías conmigo?”
Y pues ya.
La boda se celebraría ese mismo día.
Y vivirían felices para siempre.
Vuelvo a remarcar que esto no es un cuento decente, y un final así sería inaceptable.