Nada:
La nada se define como ausencia e inexistencia de cualquier objeto o ser. En el sentido común la palabra "nada" se usa para referirse a la ausencia de objetos, personas y/o sentires determinados en un lugar y tiempo concretos.
Entonces, eso era. Nada.
La primera vez que le vio fue en el campamento de entrenamiento. Casualidad daba que sus equipos debían enfrentarse en un encuentro tan pronto como sus ojos lo siguieron. Vio desde la lejanía que conformaba la cancha como aquel que llamo su atención se preparaba junto a sus compañeros. Los cuervos emprenderían vuelo frente a sus ojos. Al menos eso suponía pretendían antes del comienzo, pues animados y encendidos ya se encontraban.
Con su aspecto serio característico miro nuevamente a su capitán mientras este estaba al tope de energía, ansioso de probar la fuerza de sus contrincantes. Suspiro. Volvió a mirarle y luego negó con la cabeza, no entendía porque la curiosidad sobre aquel chico le carcomía de tal manera.
Sus mejillas salpicadas de pequeñas manchas creyó la razón.
Era curioso.
Si, tal vez eso era.
Y al no comprenderlo, siendo según sus parámetros ya existentes era nada más una descortesía de su persona hacia él, continuo en lo suyo.
Esa noche, caminando hacia la cafetería para llenar sus estómagos, junto a su capitán noto como las estrellas con vergüenza aparecían por el cielo nocturno. Pensó en él. No lo comprendió en el momento, pero supo cuan desconcertado se encontraba porque, aquel de cabellos plateados con reflejos oscuros le miro con sorpresa. Pregunto si sucedía algo millones de veces, aproximadamente, pues viniendo de él esas preguntas entre preocupadas y divertidas, junto a su inacabable energía podía fácilmente alcanzar ese número lejano para muchos.
Y fue ahí cuando lo dijo, abriendo sus ojos a más no poder, sorprendido por lo que recién había pensado. Atribuyo el no haberlo imaginado antes por su ignorancia en tal tema.
Estoy enamorado
Soltó sin ningún tacto, llevando en el acto una de sus manos a su boca que se encontraba ligeramente abierta. Se alarmo por el silencio de su acompañante, recién dignándose a mirarle el rostro. Divertido le pareció, blanco como el papel estaba, parecía haber visto a un muerto.
Poco o tal vez nada le duro la paz y diversión que decidió expresar en sus facciones ese día.
Fue sacudido por un montón de emociones que desconocía -O al menos eso creía hasta ahora- claro, aparte de Bokuto-san quien interrogaba con una sonrisa de emoción pura quien le había robado el corazón. Ofrecía su ayuda a gritos, mas el de cabellos negros solo pensaba en como haría para que no arruinara la nada que tenía con esa persona. Porque sus acciones no cambiarían su curso, simplemente protegería aquel amor desde lejos, por ser especial. Por ser el primero.
Eso creía.
Ignoro a su mayor volviendo a su expresión seria y camino de nueva cuenta. No sabía cuándo se había detenido aunque eso ya no importaba.
¡Akaaaaashi! ¡Dime!
¡Akaaaaaaaaashi! ¡Por favor!
¡Akaaaaaaaashi!
Su paciencia ya estaba siendo puesta a prueba. Oía sin cesar como el As de Fukurodani, de su equipo, ese hombre infantil clamaba por saber de quién diablos se había enamorado. No lo exteriorizo, pero ya se estaba molestando. Su mueca aburrida no cambiaba, mas como si realmente se tratase de un animal Bokuto callo al sentir algo de peligro emanar desde el cuerpo de su gran amigo y armador. Luego seguiría, cuando hubiese testigos, gente cerca quien pudiese acudir si algo sucedía.
Entraron en silencio hasta que el aroma de la comida inundo las fosas nasales de su capitán y este corrió en busca de preciado alimento. Mantuvo su vista en el suelo he imito sus acciones. Lo normal según su criterio. Solo era él.
En ese momento no lo sabía. El peso de sus palabras ni los muchos sentires y pensares que debía haber pasado una persona para poder decirlo en voz alta.