El chico al que identificaba como SeungKwan se acercó para explicarle que debía ordenar su ropa en el armario y que la mayoría de sus "otras" pertenencias, serían primero revisadas por los celadores y si no infringían ninguna norma, se las devolverían. WonWoo creía que el lugar era muy estricto, por suerte, él nunca había tenido un teléfono propio; pero sería una lástima por el celular que su padre le había regalado para que se comunicaran a menudo. La mayoría se distrajo a los pocos minutos. Podía ver como JiHoon lo miraba desde su cama, por más que SeungCheol rondaba a su alrededor intentando llamar su atención. Él se distrajo mirándolos, pronto, Choi pasó de hacer tonterías a tirase en su cama y empujar al muchachito con él.
— Es totalmente normal que haga eso — La voz de MinGyu le sonó demasiado cerca y lo repentino, lo sorprendió. Miró por encima de su hombro y el chico estaba acarreando un cofre. Se acomodó los lentes, lleno de nerviosismo por lo cerca que se encontraba, ¿no le enseñaron sobre el espacio personal? — Dudo que alguien más te ayude, así que lo haré yo — Lo tomó por los hombros suavemente, hasta empujarlo a que se sentara sobre la cama. Abrió el cofre y lo colocó en la repisa más alta, mientras le comentaba que allí se encontraban objetos de aseo personal. Con total descaro, abrió el cajón de la mesita de luz y dejó un librito allí. Se inclinó sobre Jeon y llevó su mano sobre su boca, como si fuera a contarle un secreto — Éste es tu diario, escribe allí todos los días. Todos tenemos uno — Se mordió el labio inferior, como si estuviera pensando si era correcto o no seguir hablando — Además... Es una forma secreta de comunicarse.
WonWoo asintió, ni bien MinGyu se alejó, comenzó a comportarse como lo había hecho hasta el momento. Brillante y hacendoso. Él se sentía prácticamente inútil mientras el chico alto iba y venía con sus cosas, pero le daba vergüenza detenerlo debido a que él solo se había ofrecido.
— Siempre hace lo mismo — WonWoo soltó una exclamación de susto cuando JiHoon habló, directamente a los pies de su cama, hizo una seña, porque no entendía. El pequeño rodó los ojos. — Siempre ayuda a todos con todo —. Jeon asintió, no tenía que ser inteligente para leer entre líneas. Le estaba advirtiendo que no se trataba de un comportamiento especial. SeungCheol apareció en seguida, pero no se metió en la conversación, solo se mantuvo allí, rondando.
No notó el momento en el que Samuel salió de la habitación, pero sintió cuando cerró la puerta al volver. Todos se reunieron a su alrededor de forma casi terrorífica. MinGyu se mantuvo ordenando su ropa. Aquel chico conocido como SoonYoung incluso se sentó en su cama a sus anchas y Chan se acomodó a su lado.
— Esta es tu placa, no estuvo lista antes porque nos tomó por sorpresa tu llegada — Esta vez habló SeokMin, con una amplia sonrisa mientras el chiquillo le pasaba la madera barnizada y él, a su vez, se la pasaba a WonWoo. Él la miro, en el pedazo de madera, estaba tallado finamente su nombre. Todos le alentaron a colocarlo en la cabecera de la cama. Eso le hizo pensar que antes, otra persona que ya no estaba, ocupaba esa cama. No sabía si había pasado mucho o poco tiempo, porque no le dieron ninguna información además del tosco discurso de Jang NaRa.
Pronto, la mañana fue cayendo y todos se iban turnando para ocupar el baño y ducharse. Los fines de semana los tenían libres y solo tenían que ocuparse de llegar a tiempo a los horarios de comida, como el almuerzo. Muchas veces en esas horas le había comentado a MinGyu que su ayuda había sido más que grata, pero el muchacho no parecía querer parar hasta finalizar de ordenar la ropa del mayor. No sabía si esa era una costumbre, pero al menos el chico había resuelto muchas de sus dudas. WonWoo tardó en darse cuenta el momento en el que se quedaron solos en la habitación, luego de que todos terminaron de ducharse.
— WonWoo-hyung... — Instintivamente reaccionó ante el llamado — abra la boca —. El aludido se sorprendió tanto que incluso se reflejó en su expresión; pero la repentina seriedad en el rostro del menor hizo que algo en su interior se removiera. Abrió la boca. MinGyu se acercó demasiado y depositó algo redondo y dulce en su boca, con sus dedos empujó su quijada suavemente. Entonces, sonrió — Es un regalo de bienvenida —.
WonWoo no era particularmente aficionado a los dulces, así que el intenso sabor a cereza de la bola roa, impactó de llenó. No sabía si todos los caramelos eran así, o solo ese; pero se dirigió casi en modo automático hasta la ducha.