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Demonically angelic por DNA

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Notas del capitulo:

No.2 :3

-¿Estás seguro de hacerlo?-preguntó seriamente el mayor.

"Sí"-respondió sin dudarlo.

Han asintió entonces y le entregó al menor lo que había conseguido de la enfermería, los ojitos de Lu se cerraron con fuerza cuando sintió el dolor del corté en sus dedos, la sangre no tardó en parecer y entonces miró al mayor con mucha atención.

-Estos son los símbolos, no tienen que ser perfectos tan sólo intenta que sean parecidos-pidió.

Lu asintió lentamente antes de tomar las hojas que el mayor le tendía, suspiró fuertemente para sacarse los nervios luego de que el castaño se descubrirá el cuerpo y finalmente comenzó con su tarea de dibujar con su sangre esos símbolos sobre la pálida piel de Han.

Lu no demoró mucho en terminar con su tarea, Han asintió conforme luego de revisar los símbolos que se extendían en sus brazos y el resto de su cuerpo, volvió a cubrirse con la manta que había tomado de su cama y se puso de pie junto con Lu que lo seguía de cerca.

Afuera ya era de noche y no había ni un alma por esos pasillos, caminaron a prisa hasta las escaleras que los llevaron a la azotea desde donde podían ver la Luna en lo alto del negro cielo pero no era cualquier Luna sino la suya, la Luna sangrienta que veía todos los días cuando estaba en casa.

Su Luna aparecía en la dimensión de los humanos una vez cada dos meses y ese era el día, su energía cubriría su necesidad de comer y lo mantendrían quieto por un tiempo.

Sus ojos estaban fijos en ella volviéndose rojos también, dejó caer la sabana llegada la hora y los símbolos brillaron de un brillante rojo escarlata en su piel, ellos tomarían todo lo que necesitaría y después se borrarían como si nunca se hubieran pintado.

Lu comenzó a sentirse extrañó entonces, sus rodillas se doblaron y comenzó a respirar dificultosamente, sabía desde un principio qué iba a sentir dolor una vez el ritual comenzara, Han tomaría parte de su energía vital para alimentarse después de todo.

Intentó llamar al castaño cuando su cuerpo comenzó a quemar pero él estaba hechizado por su Luna, luchó por mantenerse de pie pero al final falló cayendo rendido finalmente, lo único que le importaba era que por fin había sido útil para el mayor.

***

Habían pasado ya algunos días luego de aquella extraña pelea que había tenido con ella. Ella no había vuelto luego de aquella noche y él estaba de un humor insoportable y las estupideces de todo el mundo a su alrededor lo ponían peor.

Ese preciso momento de hecho era un buen ejemplo de a lo que se refería con: las estupideces de los demás. Llevaba quince minutos ahí apretando los puños mientras observaba en silencio como esa estúpida chica... Maya, si bien recordaba su nombre, no dejaba fastidiarlo diciendo que podía contar con ella si se sentía mal por la ruptura con Baekhyun y el distanciamiento con Lu.

Estaba esforzándose mucho por no explotar y terminar gritándole y para cuando creyó que no podría más, alguien entró por la puerta del comedor y corrió hacia él. Sus ojos y los de la chica se encontraron con Han que ese día en especial lucía radiante y no era el único que lo notaba porque podía percibir las miradas depredadoras sobre el menor.

-Necesitó que vengas conmigo-pidió agitado.

-Él no se irá contigo, quién sabe qué quieras hacerle-respondió Maya adelantándose a él.

-No es asunto tuyo-masculló entre dientes el menor.

-Es mi asunto desde que un espía asqueroso como tú tratara de lastimar a Sehun-soltó venenosamente.

Sabía que no debía intervenir, que tenía prohibido acercárseles, que lo mejor era quedarse con Maya por mucho que ella lo estuviera fastidiando y de verdad que estaba esforzándose por mantenerse a ralla.

-Lárgate de aquí maldito fenómeno-dijo ella con la voz cargada de asco.

-Si por mí fuera no estaría aquí mirando tu cara de zorra-masculló Han entre dientes.

-¡¿Quién mierda te crees para hablarme de esa forma?!-chilló indignada y se puso de pie dispuesta a poner en su lugar al menor.

Sus uñas apenas lo rozaron luego de que Sehun sujetará su muñeca impidiendo qué tocara al menor, le envió una mirada cargada de desprecio que la obligó a huir y finalmente puso toda su atención en Han.

-¿Qué sucede?-preguntó seriamente.

-Es Lu-susurró nervioso-Él no despierta.

Las palabras de Han se repitieron sin parar mientras ambos corrían por los pasillos hasta la habitación de ambos menores. La puerta golpeó fuertemente la pared luego de que Sehun la abrió violentamente y Han solamente pudo quedarse mirando desde ahí lo que Sehun hacía.

-Lu-llamó ansioso, sus brazos lo envolvieron cuidadosamente para acurrucarlo en su pecho mientras lo llamaba-Lu, abre los ojos por favor-suplicó.

El castaño comenzó a morderse las uñas entonces, se suponía que luego del ritual Lu únicamente iba a dormir de esa forma toda la noche para recuperar lo que Han le había pedido prestado pero él no despertaba y Han sentía un nudo en la garganta porque sabía que era su culpa, había sido un grave error dejarse convencer para hacer aquello.

-Vamos bebé, abre los ojos para mí-insistió pero nada pasó y comenzaba a desesperarse-Lu, ciervito por favor, soy yo, Hunnie-dijo con la voz temblorosa.

-Se-Sehun-llamó temeroso el pequeño castaño que miraba todo desde la puerta.

-Trae a Jena-ordenó.

Han no necesitó que lo repitiera o le explicara porque necesitaban de la presencia de la doctora, había corrido tan rápido como había podido para llamar a la doctora y llevarla a la habitación qué ahora era ocupada por tres personas más además de Sehun y él.

-Esto... -habló por fin Jena-Él... él está dormido-susurró confundida.

-No, no lo está-sentenció Sehun-Revísalo bien-exigió.

-Ya lo hice pero todo indica que solamente duerme-explicó.

-¡Lu despertaría si solamente durmiera!-elevó la voz histérico.

-¡¿Y qué esperas qué te diga?! ¡¿Que está en coma, es eso?!-inquirió la molesta mujer.

Han miró atemorizado a Sehun porque aunque no había entendido aquello, algo le decía que era algo muy malo, Sehun también tenía un semblante poco esperanzador y Han sintió ganas de llorar entonces, eso era culpa suya, no debió haber permitido que nada sucediera cuando ya sabía que ponía a Lu en riesgo.

-Tranquilo, pequeño-dijo Max rodeando con un brazo sus hombros-Todo saldrá bien-prometió pero él no estaba tan seguro.

-¿Crees qué tenga que ver con su enfermedad?-preguntó Suho.

-Probablemente, realizare algunos exámenes-informó ella.

-No-habló por fin Han-No puedes, no dejaré que lo trates como un animal de laboratorio-sentenció.

-No tenemos opción, si queremos saber que es lo que...

-No me importa, no lo harán, Lu le tiene miedo a las agujas y no dejaré que le acerquen una siquiera-advirtió.

-Él no sentirá dolor-aseguró Suho.

-¡Dije que no!

-No tienes derecho alguno a opinar sobre esto así que...

-No lo harás-intervino Sehun-Él dijo que no y yo no voy a dejarte-advirtió.

-¿Se dan cuenta ambos que de no hacer esto lo que Lu tiene puede empeorar?-preguntó irritada Jena.

-Como si eso les importara-farfulló con resentimiento el menor-Estos últimos días ustedes no han hecho algo diferente que tratarnos como fenómenos y como enemigos, no vengas ahora a fingir que estás muy preocupada.

-Haz lo que quieras entonces, será tu responsabilidad-dijo molesta y sin más se fue.

Suho le dio una sería mirada antes de salir tras Jena, Max lo miró con preocupación antes de marcharse luego de que Suho lo llamara dejando al menor solamente en compañía de Sehun que observaba atentamente como el cuerpo de más pequeño comenzaba a tiritar levemente.

Su mano fue hasta su hombro haciéndolo saber que no estaba solo de ninguna manera, los avellanados ojos del menor rápidamente se encontraron con los suyos y antes de poder reaccionar el pequeño castaño ya lo abrazaba con fuerza.

-Es mi culpa-susurró afligido.

Sehun dudo durante largos segundos hasta que finalmente se atrevió y le devolvió el abrazo al menor, lo sentía temblar y no estaba seguro de lo que debía hacer para hacerlo sentir mejor  y que dejara e culparse de todo eso.

-No es tú culpa-dijo por fin.

-Lo es… yo no debí permitir nada de esto-su voz estaba por fallar pero se negaba a llorar recordándose que para él estaba prohibido.

-Pronto esto se resolverá, lo ha hecho antes-le recordó.

El asintió lentamente a sus palabras, había lágrimas contenidas en sus bonitos ojos y él no se atrevió a tratar de limpiarlas porque de alguna forma sentía como si lo fuera a empeorar, lo guió hasta que estuvo sentado sobre su cama con él de rodillas frente al menor.

-No puedes estar triste para cuando Lu despierte, no le gustara-susurró suavemente.

La mano del mayor se posó delicadamente sobre su mejilla trazando una sutil caricia, Han cerró los ojos durante los instantes que el dulce roce duró volviéndolos a abrir únicamente cuando él retiró su mano, sus ojos volvieron a encontrarse obligando al menor a morderse la lengua cuando estuvo a punto de pedirle a Sehun que no se detuviera.

-Te ves diferente-comentó el pelinegro con un suave murmullo.

-¿Diferente?

-Sí… es como si brillaras.

El aliento del menor se quedo atrapado en sus pulmones al notar lo cerca que ellos estaban, el aliento del pelinegro acariciaba sus labios y por más que su lado racional le gritara que corriera su lado más impulsivo le decía que nada malo sucedería si dejaba que eso pasara.

Los golpes en la puerta los obligaron a separarse, Sehun se levantó del suelo con los ojos fijos en la puerta que lentamente se abría y él había retrocedido tanto aun estando arriba a de la cama que su espalda terminó por chocar con la pared.

Max apareció con una sonrisa radiante en sus labios, les dijo algo avergonzado que Suho lo había enviado para vigilarlos y que él no había podido negarse porque no haber sido él, Suho habría mandado a Baekhyun y los otros dos no pudieron estar más agradecidos que Max interviniera al final.

Las horas comenzaron avanzar lentamente mientras ellos esperaban que Lu despertara, cada uno se acercaba a mirarlo de vez en cuando pero nada cambiaba. Max había sido muy amable en llevarles de comer aunque al final nadie había probado bocado alguno debido a la preocupación.

La noche calló antes de que se dieran cuenta y Max no tardó en decirle a Sehun que ellos debían irse porque Suho había dejado estrictamente prohibido que él se quedara en esa habitación a dormir.

-No me iré-sentenció firmemente Sehun.

-Sehun, tienes que hacerlo aunque no quieras, negarte solamente traerá problemas-explicó Max.

-Dije que no-repitió.

-Sehun, solamente harás las cosas más difíciles y les traerás problemas a los chicos, si no quieres hacerlo por ti, hazlo por ellos-pidió mirando hacia la cama de Lu, Han estaba e rodillas con los brazos cruzados sobre la cama y su cabeza recargada en ellos, él ya estaba dormido y lo último que Max quería era armar un escándalo.

Sehun también miró hacía la cama y suspiró pesadamente antes de terminar asintiendo a la petición del pelirrojo, ambos salieron en silencio y cada uno se fue a su habitación para tratar de dormir aunque Sehun no pudo ni intentarlo.

Llevaba horas sentado sobre su cama con la mirada fija en la puerta esperando que Han entrara en cualquier segundo para decirle cualquier cosa pero eso al parecer no iba a suceder, decidió rendirse entonces y tratar de dormir hasta que algo lo detuvo.

Se quedo completamente inmóvil e incluso había dejado de respirar para comprobar que no era una jugarreta de su imaginación pero no fue así, una dulce canción proveniente del exterior llegaba hasta su habitación, conocía mejor que nadie aquella voz y ese conocimiento lo hizo ponerse de pie y salir corriendo para buscarla para comprobar que no era un sueño y que ella realmente estaba ahí.

***

Un extraño sonido proveniente del exterior lo hizo abrir los ojos encontrándose con la habitación en completa penumbra, se incorporó algo aturdido y miró a todos lados para espabilarse hasta que todo comenzó a verse con más nitidez, sus ojos viajaron a la cama para asegurarse de que Lu continuaba dormido pero la encontró vacía.

Se puso de pie de un saltó y recorrió ansiosamente toda la habitación pero él no estaba ahí, maldijo por lo bajo y salió rápidamente de la habitación deteniéndose apenas dos pasos adelante cuando escuchó la voz de alguien cantando a lo lejos, había escuchado esa voz antes y por un momento se quedo paralizado a causa del miedo.

No quería encontrase con la persona que fuera poseedora de esa voz pero tampoco podía ignorar el hecho de que Lu no estaba y que podría estar en grave peligro, se aventuró dando sus primeros dos pasos con indecisión sintiendo el latir de su corazón golpeando fuertemente contra su pecho.

Sabía que algo andaba muy mal por el hecho de que aunque el sonido de esa voz retumbaba por todos los rincones nadie más que él parecía escucharla, los pasillos se veían más oscuros y desiertos que cualquier otra noche y con cada paso que daba, más miedo sentía.

Se giró varias veces hacia el camino que estaba dejando atrás al sentir algo tras él pero nunca había nada, su cuerpo comenzó a temblar cuando llegó a la mitad del pasillo y nuevamente miró a hacia atrás esperando ver algo pero el pasillo estaba tan vacío como todas las demás veces, tomó una gran bocanada de aire tratando de calmarse y nuevamente llevó su mirada al frente.

Todo se paralizó en cuestión de segundos en cuanto sus aterrorizados ojos se fijaron en el ambarino par frente a él, una sonrisa retorcida adornaba sus labios y Han nada pudo hacer para detener las lágrimas de puro miedo que rápidamente hicieron su camino hacia abajo.

-Te he extrañado tanto mi pequeño cervatillo-susurró melosamente, su mano le acarició el rostro limpiando con mucho cuidado una de sus lágrimas ensanchando su sonrisa-He venido a recuperar lo que es mío-le susurró al oído.

Millones de alarmas se encendieron en la cabeza del menor que entonces logró salir de su parálisis, dio media vuelta listo para correr con todas sus fuerza pero apenas fue capaz de dar dos pasos antes de que su cabello terminara en las garras del moreno.

-¿A dónde vas Hannie? ¿No me digas que te irás cuando nos acabamos de encontrar? ¿Qué acaso no estás deseoso de recordar viejos tiempos?-preguntó falsamente dolido.

-¡DÉJAME IR!-gritó aterrorizado, su cuerpo entero se retorcía desesperado por alejarse de aquel perverso ser y poco le importaba perder el cabello si con ello conseguía escapar.

-Tranquilo cervatillo, pronto haré que recuerdes a quien perteneces-aseguró alegremente.

-¡No, no quiero!-sollozó desesperado.

-Creí que eso de suplicar había quedado en el pasado luego de que entendieras que tus suplicas no me detendrán nunca-una risa brotó de sus labios acrecentando el miedo del pequeño castaño-Tranquilo, ahora mismo haré que recuerdes todo lo que al perecer has olvidado-prometió.

-¡NO!-sus manos se movieron desesperadas hasta que lograron llegar al antebrazo del más alto, sus uñas se clavaron en su carne haciéndolo aullar de dolor para finalmente empujarlo al suelo.

-¡Pequeño bastardo!-rugió furioso.

Han se arrastró por el suelo tan lejos como pudo antes de levantarse y salir corriendo tan rápido como podía, lo escuchó gritar rabioso y únicamente pudo llorar con más fuerza obligándose a correr más rápido en busca de una salida.

-¡Te haré arrepentirte de esto!-sentenció, su mano se elevó abierta y las ventanas del pasillo estallaron en el segundo que su puño se cerró pero aquello no detuvo al menor y lo hicieron enfurecerse más.

***

La dulce voz no había dejado de cantar ni un sólo instante como si le pidiera seguirla con cada letra que era pronunciada por ella, su búsqueda lo llevó al campo de entrenamiento y sintió el preciso momento en que su corazón se detuvo cuando a lo lejos vio una delgada figura.

Estaba sentada en el suelo de espaldas a él, una manta blanca cubría su cabeza y parecía estar cantándole a la Luna que era la única que iluminaba su frágil figura.

El corazón se le fue al estómago y sentía como si se asfixiara con cada paso que lo acercaba más, la indecisión lo invadió cuando estuvo lo suficientemente cerca como para tomar la manta blanca y tirar de ella para así finalmente ponerle un rostro a esa voz que lo atormentaba desde hacía mucho tiempo, su hermosa voz seguía emitiendo aquella angelical canción desconocida que de alguna manera sentía que ya había escuchado de antes.

Su mano apretó con fuerza la sabana y tiró de ella dejando al descubierto a quién fuese el dueño de la voz que lo perseguía, lo primero que sus ojos vieron fue ese rubio cabello casi blanco que ya conocía a la perfección, caminó rápidamente para poder ver su rostro solamente para encontrarse con el precioso rostro de Lu que le cantaba a la Luna con los ojos cerrados y las manos juntas como si estuviera rezando.

-¿Lu?-murmuró incrédulo.

La canción se detuvo entonces, sus ojos se abrieron dejando ver unos aterradores ojos totalmente negros que nada tenían que ver con los hermosos ojos grises que su pequeño niño poseía, sus brazos se extendieron con lentitud como pidiéndole un abrazo y entonces él habló.

-Te extrañé, Sehunnie-dijo esa voz que conocía a la perfección y se sintió enfurecer.

-¡¿Qué demonios significa esto?! ¡¿Por qué estás haciéndole esto a Lu?!-exigió saber.

-Yo... tan sólo quería verte-susurró débilmente.

-¡¿Y por qué no te mostraste como de verdad eres?! ¡¿Por qué lo involucras a él?!

-¿Tanto te importa?

-¡Libéralo!-exigió rabioso.

El pequeño cuerpo del rubio se puso de pie lentamente quedando frente a frente con Sehun, dio un paso para acercarse más a él y sintió su alma gritar cuando él retrocedió mirándolo con horror, como si fuese una abominación.

-Tú siempre estabas molesto por no poder tocarme y ahora puedes hacerlo-dijo seriamente.

-¡No es así!-negó al instante-¡Este es Lu y no es tu marioneta! ¡Déjalo fuera de esto!

-Pero... de esta forma nosotros...

-¡NO HAY UN NOSOTROS!-gritó, su corazón dolía como nunca había dolido y por primera vez realmente sentía que la odiaba.

-¿Por qué haces esto?-preguntó con un hilo de voz, rojas lágrimas resbalaron una tras otra por las pálidas mejillas de Lu alterándolo más.

-¡Basta! ¡Estás lastimándolo! ¡Libéralo y aléjate de él!-ordenó.

-¡¿Por qué este niño es tan importante?!-exigió saber dolido.

-¡Porque no puedes jugar así, no con él!

-¿Lo quieres, no es así?-el dolor era palpable en cada palabra que dijo pero Sehun no habló-¿Los elegirías a ellos antes que a mí?-preguntó con un triste susurró.

-Una y mil veces, voy a protegerlos de ti y de quien sea-sentenció.

-Ya veo-sollozó-Me iré entonces.

Sehun al escuchar eso actuó sin pensarlo y tomó la mano del cuerpo frente a él, ojos negros que derramaban rojas lágrimas lo miraron esperanzados pero él no dijo nada, más lágrimas brotaron de los ojos del rubio, pequeños lamentos abandonaron sus labios y finalmente cerró los ojos.

El cuerpo de Lu se desvaneció entonces y Sehun apenas pudo atraparlo evitando que se lastimara, sus parpados temblaron y pronto un par de preciosos ojos grises lo miraban con confusión y algo de miedo.

-Tranquilo, te tengo-murmuró cariñosamente.

Lu lo miró sin comprender nada y luego miró todo a su alrededor quedándose todavía más confundido, volvió a dirigir sus ojos a los de Sehun que le sonreía con ternura aún cuando veía tristeza en sus bonitos ojos, estiró su mano derecha para acariciar su rostro y fue entonces que el sonido de cristales rompiéndose los sacó de su trance.

-¡ALÉJATE DE MÍ!-gritó con todas su fuerzas Han, que cruzaba la puerta que conectaba el edificio con el campo de entrenamiento.

Ambos lo vieron caer duramente al suelo y luego algo invisible lo arrastró de vuelta al interior, Han gritó aterrorizado y ambos se pusieron de pie pata correr en su ayuda.

-¡HAN!-gritó Sehun en cuanto cruzó la entrada pero el lugar estaba vacío-¡Han!-llamó una segunda vez.

-¡SEHUN!-lo llamó a gritos desde el fondo.

La mano del mayor tomó la del rubio y obligándolo a entrar a la primera habitación que vio, le dio órdenes de esperarlo ahí hasta que regresara y el pequeño únicamente pudo asentir y ver la puerta cerrarse, se abrazó a sí mismo pegando su espalda a la pared mientras cerraba con fuerza los ojos rezando porque Kai no lastimara a Han otra vez.

***

-¡Déjame ir!-suplicaba desesperado, luchando por quitarse de encima a Kai y poder levantarse del suelo.

-¡Vas a arrepentirte de haber dicho el nombre de otro hombre frente a mí!-aseguró el furioso moreno.

-¡No!-lloró con fuerza.

Un grito de dolor hizo eco en todo el lugar, sentía los dientes del mayor atravesándole la piel y lo único que atinaba a hacer era patalear e intentar empujarlo lejos con ayuda de sus piernas ya que sus manos estaban inmóviles a cada lado de su cabeza sangrando por culpa de las garras que se clavaban a su piel.

No podía dejar de llorar sintiéndose débil e impotente al saber que ese malnacido iba a tomarlo por la fuerza una vez más y él nada podría hacer, pensó en rendirse con la esperanza de que si lo hacía todo sería más rápido y tal vez menos doloroso hasta que lo escuchó a él.

-¡Han!

La voz Sehun fue como un rayo de luz en medio de la oscuridad y le dieron las fuerzas que no sabía que poseía para liberar sus manos que llevó al rostro del moreno, sus uñas se clavaron en su piel arañándola consiguiendo así que él lo liberará.

Se arrastró lejos y en cuanto sus ojos visualizaron a Sehun se arrojó a sus brazos llorando sin control. Sehun lo recibió sin dudarlo envolviendo en un abrazo protector, sus ojos fueron al frente mirando con odio a donde parecía no haber nada pero él sabía que aunque no podía verlo había algo ahí amenazando al menor.

-¡Aléjate de él!-advirtió y entonces hubo un potente aullido.

***

Todos los cristales del lugar explotaron a su alrededor luego de aquel grito de rabia de parte del personaje de ojos ámbar. Kyungsoo miraba todo con desinterés y no le sorprendió un lo más mínimo encontrarse con lágrimas de sangre manchando el bello rostro del más alto que entonces también era adornado por tres largos rasguños que comenzaban en su mejilla derecha e iban más abajo de su mandíbula.

-Eso dejara cicatriz-señaló el rasguño.

-¡ESE PUTO HUMANO SE ARREPENTIRÁ DE ESTO!-gritó colérico, sus ojos estaban cerrados y no iban a abrirse en un tiempo.

-Tranquilo, si has hecho bien tu trabajo pronto los destruiremos a todos ellos-aseguró tranquilamente.

-Ese bastardo es mío-masculló entre dientes.

-Por supuesto que sí, no te quitaría ese placer luego de todo lo que has tenido que pasar para ello-sonrió ladino.

-Que bueno que por lo menos tú estés feliz-farfulló enojado.

-No puedo evitarlo, después de todo…  mis bebés pronto volverán a casa.

Esos tres no tenían ni una mínima idea de lo que les esperaba.

Notas finales:

¿El plan de Kyungsoo funcionara? ¿Por qué la voz utilizo a Lu? ¿Qué hará Sehun luego de lo que sucedió esa noche?

Descubranlo en los próximos capítulos de sus novela... ah no, eso no jajajaja

Bueno, espero que los capítulos de hoy les gustaran y ya saben que sus RW me harían muy feliz, gracias por leer y hasta la próxima.

Psd.: No olviden que las amuuuuuu <3


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