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Demonically angelic por DNA

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Notas del capitulo:

Holi a todos (OuO)/

Yo sé que me extrañaban así que aquí tienen los siguientes dos capítulos.

Disfruten~

-Me duele, me duele-sollozaba fuertemente el castaño, sus manos estaban hechas puño en su camiseta aferrándose desesperadamente a él, que no tenía ni la más remota idea de lo que tenía que hacer.

 

-Tranquilo, estoy aquí-susurró estrechándolo más contra su cuerpo.

Sus ojos viajaron al cuello del menor donde se encontró con una horrible herida sangrante, la respiración del menor era cada vez más agitada, su llanto no iba a parar en un buen tiempo y no dejaba de repetir  lo mucho que le dolía.

-Calma, todo se terminó-dijo despacio esperando así mejorar su estado.

-Duele, duele mucho-berreaba.

-Ya pasó, ya pasó-lo arrulló pero de nada servía.

Sus ojos recorrieron sus alrededores asegurarse de que lo que sea que había atacado al menor ya no estaba, se pasó el brazo derecho del menor por los hombros y sujetó firmemente su cintura para poder ayudarlo a caminar sintiéndose afortunado cuando el pequeño chico coopero con él y comenzó a avanzar.

Cuando se encontró con Lu sus ojitos brillaban temerosos mientras miraban a Han, se levantó del suelo donde se había mantenido sentado desde que Sehun se había marchado y corrió a su lado mirando con preocupación a ambos mayores como queriendo preguntar por la condición de Han.

-Todo saldrá bien, vamos a mi habitación para atender a Han, ¿está bien?-trató de sonar lo más tranquilo que pudo y al parecer funcionó ya que Lu asintió sin ningún tipo de protesta.

Le resultó un tanto difícil llegar a su habitación luego de que Han dejara de cooperar dedicándose a llorar con más intensidad, la mirada de angustia de Lu, que también amenazaba con empezar a llorar, tampoco ayudaba mucho pero lo logró de cualquier forma y una vez ahí se dio cuenta de algo en lo que no había pensado antes. Él seguía sin saber que hacer.

No era del tipo que supiera consolar a una persona cuando esta estaba asustada o sufría por mucho que lo hubiera hecho antes con Lu, porque Lu era un niño y era fácil distraerlo de esas cosas que lo asustaban porque no eran más que miedos infundados o eso creía él.

En ese momento se dio cuenta que tenía a dos menores derramando lágrimas y se sentía frustrado al no poder pensar en nada útil para detener eso, cerró los ojos tratando de pensar en algo que sirviera y que no fuera largarse de esa habitación, pero estaba totalmente en blanco y eso lo tenía cada vez más frustrado.

-Esto no puede estar pasándome-susurró para sí mismo.

Lanzó lejos la idea de pensar en algo y decidió actuar, se puso de rodillas frente a Lu para poder mirarlo a los ojos y con mucho cuidado comenzar a limpiar esas lágrimas que manchaban su bonito rostro y le sonrió lo mejor que pudo.

-No llores, Han no puede verte llorar o llorará más, mejor ayúdame a curar sus heridas-pidió.

Lu pareció entender rápidamente sus palabras y asintió al instante mientras sus manos limpiaban torpemente las pasadas lágrimas, le sonrió ligeramente antes de dirigirse al baúl donde se encontraban sus pertenencias y sacar de ahí algunas vendas y otras cosas que le entregó al menor para que lo ayudara.

Fue él quien se acercó primero al castaño que comenzaba a ahogarse con sus lágrimas, tenía su rostro oculto entre sus manos y todo su cuerpo temblaba violentamente, colocó una mano sobre su hombro obteniendo un gemido ahogado y al castaño retrocediendo aterrorizado.

-Shhh-siseó, trató por segunda vez y acercó su mano hasta tomar la del menor que lo miraba como si fuera el mismísimo demonio-Vamos a curar esa herida, todo irá bien-prometió.

Con mucha lentitud se fue acercando más hasta que finalmente lo tuvo entre sus brazos, dejó que se aferrara a él tanto como lo necesitara y se dedicó a acariciar suavemente su espalda para tranquilizarlo esperando que dejara de tener tanto miedo.

Varios minutos pasaron hasta que finalmente Han estuvo lo suficientemente tranquilo como para dejarlo atender sus heridas, muecas de dolor aparecían cada vez que acercaba aquel pañuelo húmedo a su cuello, la herida comenzaba a tornarse morada y aunque ya había dejado de sangrar, Sehun fácilmente podía ver la huella de los dientes de lo que fuera que lo había atacado.

-¿Qué fue eso?-preguntó por fin luego de un largo tiempo en completo silencio.

Ambos menores se miraron entre ellos sin saber que decir, ambos lucían asustados y Han todavía parecía estar a punto de romperse en mil pedazos.

-No hagan eso-ordenó mirándolos seriamente-Yo prometí protegerlos pero sí voy a hacerlo necesito toda la verdad-explicó.

-No-susurró Han-No-nos estás min-mintiendo-balbucea apenas.

-No estoy mintiendo, necesito saber-insistió.

Lu miró entonces al castaño que seguía temblando y sus lágrimas parecían no tener fin, hablar con la verdad probablemente era su mejor opción pero Han no había querido hacerlo antes y mucho menos iba a querer hacerlo luego de lo sucedido.

“Digámosle”-pidió suplicante el menor.

-N-no-sollozó-S-sí le decimos él… él n-nos d-dejara y entonces… entonces si estaremos solos-murmuró.

-No lo haré-prometió Sehun-Confía en mí.

-Ustedes mienten, no te creo-negó frenéticamente con los ojos cerrados.

-No lo hago-le juró, los ojos del menor se abrieron para poder ver el inusual par del pelinegro.

Ellos parecían decirle que todo iría bien si decía por fin la verdad, que alguien por fin iba a protegerlos de verdad si decidía confiar pero también tenía miedo. Ya había confiado antes y lo único que había obtenido había sido dolor, ya no quería más de eso pero tampoco quería sentir como si fueran solo ellos dos contra todo el mundo, necesitaba un aliado por lo menos.

-N-no somos humano-susurró temeroso, su mirada estaba clavada en las sabanas de la cama para así no ver el rechazo que presentía que llegaría-Tanto Lu como yo somos de las dimensiones vecinas, Lu viene de Incendium y yo de Tenebris-su voz se quebró entonces y sintió nuevamente las lágrimas mojándole el rostro y se negó a mirarlo-Ha-hace cinco años… -su voz se rompió al decir eso y tuvo que tomar un respiro antes de poder continuar-S-se suponía que… que veíamos a conocer tu mundo pero… nos atacaron, Kyungsoo mató a los guardias y nos tomó como rehenes… él quiere iniciar una segunda guerra entre las tres dimensiones y planea usarnos a nosotros para eso.

Elevó la mirada finalmente viendo primero a los ojos de Lu que también parecía estar muy asustado, llevó con indecisión sus ojos a Sehun al cual parecía que le acababa de caer agua helada encima y eso solamente significaba que les iba a dar la espalda.

-Por eso son tan diferentes-murmuró todavía incrédulo.

Un sabor agridulce se instaló en la boca de Han que no podía dejar de sentir que él los llamaría monstruos y se iría como los demás humanos que habían conocido, sintió como la mano de Lu tomaba la suya recordándole así, que aunque Sehun fuera a darles la espalda, ellos se tenían el uno al otro y que mientras eso continuará de esa manera, ellos podrían sobrevivir y tal vez, escapar de Kyungsoo.

-¿Por qué ustedes?-preguntó Sehun seriamente.

-Porque sí, porque no podía ser nadie más-se encogió de hombros-Necesitaba a los herederos de ambos reinos y nosotros lo somos, ¿qué causaría más conflicto que secuestrar a los príncipes de ambas naciones?-una sonrisa triste se formó en sus labios al ver que la expresión de Sehun podía verse aún más asombrada.

Era capaz de ver la confusión y algo que no podía definir en sus ojos y cerró los ojos nuevamente mientras atraía a Lu a sus brazos, el pequeño rubio temblaba igual que él y sabía que también venía venir lo peor.

-Ahora vas a dejarnos… ¿verdad?-inquirió con tristeza.

Sehun los miró a ambos abrazándose el uno al otro sin saber cuál era la elección correcta, cualquiera le daría la espalda porque quedarse a su lado sería una sentencia de muerte segura, pero por otro lado...

-No-respondió luego de eternos minutos-Los protegería aunque supiera que me va costar la vida-aseguró.

Ambos menores lo miraron atónitos, era como si él fuera la criatura más rara del mundo pero no le importaba, había algo que le decía que estaba completamente prohibido abandonar a esos dos pequeños seres.

Hubo más lágrimas entonces, dos pares de brazos estaban fuertemente envueltos en su cuerpo y débiles lamentos amortiguándose en su pecho, algo vibró en su pecho cuando los abrazó también y por primera vez en mucho tiempo sintió que su vida tenía un propósito.

***

Tratar de dormir tres personas en una cama individual no era una idea muy inteligente y mucho lo más cómodo considerando que era él quien tenía que permanecer sentado para darle espacio a ambos chicos, sin embargo y pese a la incomodidad, para Sehun fue algo que volvería a hacer si con ello aseguraba que ambos niños durmieran tan plácidamente.

Se había pasado la noche entera vigilando el sueño de ambos chicos que de alguna forma se las habían arreglado para dormir tan cerca suyo como fuese físicamente posible. Miró a ambos niños empezando con Lu que yacía a su lado izquierdo, con ambos brazos enredado en su cintura y la mitad de su cuerpo recostado sobre él, Han en cambio, sólo estaba sentado a su lado con su cabeza recargada en su hombro derecho mientras abrazaba débilmente su brazo.

Se las ingenió para ponerse de pie sin despertar a ambos menores a los cuales acomodó sobre la cama, los cubrió bien con una manta y se permitió admirarlos durante algunos minutos más, ambos lucían como las criaturas más frágiles del mundo al estar así aunque era obvio que no lo eran.

Ninguno de ellos era humano y hasta donde él sabía, las criaturas de cualquiera de las dos dimensiones eran poderosos seres que podrían acabar con todos los humanos únicamente con un movimiento de sus manos y aunque sabía eso él estaba arriesgándose al prometerles que iba a protegerlos.

Ellos bien podrían ser espías del tal Kyungsoo o de sus propias dimensiones, también ambos eran los príncipes de sus naciones y ellas podrían culparlo a él por el secuestro y como plus estaba que seguramente el dichoso secuestro no debía ser ni la mitad de la historia.

Todo en ellos le gritaba que había firmado su sentencia de muerte y no le importaba, igual quería seguir protegiéndolos porque se sentía como el más importante deber qué nunca iba a tener, algo lo obligaba a hacerlo y estaba bien con ello.

Un profundo suspiró abandonó sus labios y finalmente se dirigió hacia la puerta, tenía algo que hacer antes que ellos despertaran y entre más rápido terminara más pronto podría volver, tenía muchas preguntas que no había podido hacer la noche anterior pero no iba a dejar que pasarán de ese día.

Escuchó pasos acercándose a él y al levantar la mirada no pudo estar más feliz de ver a Suho, era a él a quien iba a buscar después de todo, sin embargo y para su mala fortuna, Suho parecía estar furioso.

-¿Dónde están?-exigió saber en cuanto estuvo de frente a él.

-En mi habitación-respondió sin rodeos.

Suho le dio una mirada severa para advertirle que eso no iba a quedarse ahí y se dispuso a ir hacia la habitación del peligro que sin mucho esfuerzo lo detuvo con una mano sujetándolo del chaleco.

-Sehun-gruñó el mayor.

-Vas a dejarlos en paz-sentenció.

-Ya habíamos hablado de esto, puede que ellos...

-No son espías-masculló entre dientes-Son niños asustados a los que tú has decidido atormentar pero ya no más, mantente lejos de ellos o seré yo quien te haga estarlo-advirtió.

-¿Pondrás en riesgo a todos por un par de chicos que acabas de conocer?-inquirió molesto.

-Sí, no hay nadie aquí que me importe después de todo-sonrió ladino tras decir eso.

-¡¿Te has vuelto loco acaso?!-elevó la voz histérico-¡Nosotros somos tus compañeros, tus amigos y tu única familia!

-¿Y en que clase de retorcidas familia se acusa a un par de niños de ser espías y se les hostiga hasta este punto?-interrogó escupiendo las palabras casi con asco.

-Tienes que entender qué ellos...

-¡Ellos nada!-alzó la voz-¿Realmente crees que ellos soportarían toda la porquería que todos aquí les lanzan únicamente para averiguar que no tenemos absolutamente nada contra el gobernante? ¿Crees de verdad que ellos serían tan estúpidos como para quedarse aún a sabiendas que ya tenemos sospechas sobres ambos? ¡Claro que no!-respondió por el castaño que únicamente abría la boca.

-Pero lo que Han hizo, eso es...

-No tiene nada malo ser diferente a los demás y yo soy prueba de ello-Suho entonces si se quedó sin habla pudiendo solamente mirarlo-Ellos no son espías, ellos tan sólo tiene miedo porque allá afuera hay un maniático buscándolos para hacerles quien sabe qué. Es por eso que no se han ido aún, es porque somos su único refugio pero eso no significa que no van a casarse y escapar también-aseguró.

-¡Ellos saben más de lo que dicen, ¿qué no lo ves?!-exclamó frustrado.

-No-respondió sin titubeos aún cuando sabía que Suho tenía razón-Y te advierto que ya no voy a dejar que continúes con esta locura, continúa como hasta ahora y ten por seguro que yo me largo y me los llevo conmigo-amenazó.

Los ojos de Suho casi salieron de sus órbitas luego de aquella amenaza, parecía no ser capaz de comprender toda la información recibida y para cuando lo hizo su boca simplemente comenzó a abrirse y cerrarse como si no encontrará las palabras para responder a su amenaza.

-¡¿Nos darás la espalda por un par de desconocidos?!-soltó escandalizado pero sobre todo dolido.

-Tú sabes mejor que nadie que la única razón por la que he continuado aquí es por ti, es porque hemos estado juntos desde niños y ambos buscamos recuperar los fragmentos que perdimos de nuestro pasado, pero eso es todo y decidí que puedo esperar si es por ellos-afirmó decidido.

-¿Tan importantes son para ti?-preguntó con más calma.

-Ellos son los primeros en hacerme sentir que tengo un propósito-musitó.

-Está bien, los dejaré tranquilos-aceptó por fin Suho-Pero eso no significa que he vuelto a confiar en ellos, sé que están ocultando algo y lo averiguare tarde o temprano-aseguró antes de dar media vuelta e irse por el mismo caminó por donde se había ido.

Un suspiró de fastidio abandonó sus labios antes de que él mismo decidiera seguir el ejemplo del mayor y volver a la habitación, entró con cuidado al pensar que ambos menores podían seguir dormidos pero al único que encontró ahí fue a Lu y el pequeño rubio estaba con medio cuerpo bajo la cama.

Lo observó durante un rato como tratando de averiguar que era lo que el pequeño hacía pero luego de un tiempo decidió abandonar eso y caminó sin hacer ruido hasta colocarse al otro lado de la cama y echarse también al suelo para ver al pequeño.

Lu sostenía algo entre sus manitas y parecía estar luchando por abrirlo pero no parecía estar funcionando, lo oyó resoplar antes de alzar la mirada para por fin verlo, el pequeño chilló al darse cuenta de que no estaba solo e intentó levantarse olvidándose del lugar donde se encontraba, llevándose un buen golpe.

Sehun se levantó apresurado y rodeó la cama para sacar al menor de su escondite, él sostenía su cabeza tratando de disminuyera la molestia luego del golpe, sus grises ojos se encontraron con los de Sehun y entonces una sonrisa brillante se dibujó en su rostro mostrándole así a Sehun que estaba bien.

-¿Qué voy a hacer contigo?-preguntó fingiendo estar molesto mientras lo elevaba un poco con sus brazos.

Las manos del más pequeño se sujetaron de sus hombros mientras le mostraba una sonrisa avergonzada, él le sonrió de vuelta y lo dejó en el suelo, se dirigió entonces a su baúl para sacar de ahí un trozo de papel y un lápiz que le entregó al menor para que se pudiera comunicar mientras recuperaba su inseparable cuaderno blanco.

-¿Qué hacías bajo la cama?-preguntó entonces.

"Es un secreto"-respondió elevando en alto el trozo de papel.

-¿Un secreto?-inquirió mirándolo más intensamente.

"Sí, y no tiene nada que ver con un regalo."

Una suave risa escapó de los labios de Sehun, tomó el trozo de papel para darle vuelta y así el menor pudiera leerlo, las mejillas del menor rápidamente se tiñeron de rosa, se mordió el labio inferior nervioso y agachó la mirada dejándole ver a Sehun una imagen sumamente tierna.

-¿Es un regalo para mí?-preguntó divertido.

Lu asintió tímidamente en esa ocasión.

-¿Vas a dármelo ahora?

El rubio negó frenéticamente en esa ocasión y con mucho esfuerzo comenzó a escribir algo que le entregó rápidamente como si el papel quemara.

"Tengo qué arreglarlo antes de dártelo"-ponía en el papel.

-Yo también tengo un regalo para ti-dijo Sehun

Tras escuchar eso el rubio finalmente levantó la mirada justo para encontrase con el rostro de Sehun muy cerca, su corazón enloqueció en cuestión de segundos y podía sentir su rostro arder, un pequeño beso se presionó en su mejilla y entonces los latidos se dispararon en su corazón, su rostro debió tener una graciosa expresión porque hizo reír a Sehun.

Sus brazos rodearon al mayor en cuanto el estuvo correctamente de pie, su rostro se mantenía oculto en el vientre de Sehun que aunque lo abrazaba no dejaba de reírse haciendo que la vergüenza aumentara.

-Vamos a buscar a Han, ¿quieres?-preguntó viendo como el menor únicamente asentía frenéticamente.

No pudo evitar reírse un poco más por eso, y es que había algo realmente maravilloso en esas inocentes acciones de Lu y para él era difícil resistirse a no provocarlas, tan sólo le fascinaban.

Al final le costó mucho llegar al comedor, donde Lu le indicó que se encontraba Han, con Lu abrazado a él pero había valido la pena y no había perdido ninguna oportunidad para molestar al avergonzado niño.

Sin embargo, su momentánea alegría terminó en el segundo que cruzó las puertas del comedor y se encontró con aquella desagradable escena.

Taeyong estaba frente a Han que se mantenía inmóvil y evidentemente tenso por la excesiva cercanía del peli-plata, era capaz de verlo temblar y apretar los puños fuertemente como si temiera que el otro le hiciera algo dejando en evidencia que continuaba demasiado afectado por el ataque.

Taeyong le hablaba pero Han no respondía, estaba paralizado por el miedo aunque sabía que Taeyong era un humano cualquiera y que podía manejarlo pero él estaba tocándolo y lo única que Han quería era llorar.

-No tienes nada que temer-aseguró él-Yo no seré tan bestia como lo fue Sehun-prometió mientras sus dedos rozaban la venda en su cuello.

Un empujón bastó para alejar al peli-plata que al alzar la vista se encontró con unos enojados ojos grises.

"Deja en paz a Hannie."

-¡Te arrepentirás de esto pequeña rata!-rugió y antes de que siquiera elevará su puño su cuerpo fue lanzado sobre unas mesas.

Exclamaciones de sorpresa y algunas burlas se escucharon al interior del lugar, una chica ayudó al peli-plata a ponerse de pie y en cuanto lo estuvo su mirada de infinito odio se disparó al pelinegro frente a ambos chicos.

-Vuelve a acercarte a Han y la próxima vez haré que te devuelvan a tu casa en silla de ruedas-advirtió.

-Tú...

-Taeyong-llamó severamente Max-Más te vale retirarte o tu entrenador tendrá un reporte sobre tu conducta-amenazó.

El peli-plata gruñó, casi empujó a la joven que antes lo había ayudado y salió de ahí mascullando improperios hacia todo mundo. Sehun llevó su mirada de vuelta a ambos menores antes de suspirar y poner sus manos sobre los tensos hombros del adolescente.

-No deberías tenerle miedo. Taeyong es un simple e insignificante humano y tú un gran príncipe después de todo-susurró para que solamente él lo escuchar.

Han se quedó pasmado después de esas palabras, Sehun sonrió levemente al ver la sorpresa del menor pero entonces los papeles se invirtieron y fue él quien se quedó atónito.

-Ya lo sé-murmuró con las mejillas ruborizadas y un puchero en los labios, algo que por primera vez Sehun tenía la fortuna de ver de parte de aquel orgulloso chiquillo.

Notas finales:

Fuertes revelaciones *u*


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