-¿Qué tal les fue?-preguntaba Suho a través del comunicador.
Han les había dado las coordenadas del primer laboratorio e inmediatamente Max, Baekhyun y él habían sido enviado a una misión de reconocimiento que les había tomado una semana entera. Al principio Sehun había pensado que aquello no había sido más que un engaño de parte de Han ya que aquel lugar estaba totalmente desierto, pero dos días después varios vehículos aparecieron y dos enormes compuertas se abrieron en lo que ellos habían pensado que no era más que una simple roca la cual se volvió el centro de su atención aunque al final lo único que pudieron averiguar fue que era el lugar correcto y nada más.
-Nada útil, solamente te puedo decir que efectivamente hay algo oculto en ese lugar-respondió.
-Bien, hablaremos cuando estés dentro.
-Muy bien.
-Sehun.
-¿Mm?
-Bienvenido a casa-musitó antes de terminar la llamada.
Sehun no respondió a eso y aceleró aún más, podía escuchar la inconfundible risa de Max a través del comunicador, las quejas de Baekhyun y el alivio que sentía al ver la Fortaleza cada vez más cerca, las puertas se abrieron inmediatamente luego de que los guardias los vieran venir y él fue el primero en entrar.
Suho los esperaba en la puerta con una sonrisa enorme y bastante irritante, a su lado se encontraba Jena y a lo lejos pudo ver a Han, bajó de la motocicleta manteniendo su vista fija en el castaño que estaba al fondo con la espalda recargada en la pared y los brazos cruzados, no estaba seguro de porqué estaba ahí pero dudaba que fuera para recibirlo.
Una sonrisa pequeña, pero no por eso menos bonita, apareció en sus labios dejándolo un tanto aturdido mientras veía como sus brazos se descruzaban y comenzaba a avanzar hacía donde él se había quedado parado como un imbécil, ¿de verdad podría ser posible que Han estuviera dándole la bienvenida?
Su pregunta quedo resuelta en el segundo siguiente cuando Max pasó a su lado cual estampida, empujándolo un poco en el proceso y se abalanzó sobre el pequeño cuerpo del castaño, los brazos del pelirrojo lo levantaron del suelo y le dieron un par de vueltas dándole a Sehun la oportunidad de ver la sonrisa más grande y bonita que le había visto poner.
Un sentimiento de molestia e incomodada se instaló en la boca de su estomago mientras veía la patética escena, la sonrisa de Han se borró al instante como si nunca hubiera estado ahí cuando Max lo miró a la cara y volvió a dejarlo en el suelo.
-¿Extrañaste a tío Maxi?-preguntó entusiasmado Max.
-Como si eso fuese posible-bufó el menor pero Sehun sabía que mentía, ¿por qué habría ido a recibirlo si no lo echaba de menos?
Su mirada se cruzó con la del menor por una fracción de segundo, fastidio fue todo lo que la mirada del castaño reflejaba y sin poder evitarlo su ceño terminó por fruncirse ante la mirada que él le dirigía, el irritante chillido de Baekhyun lo devolvió a la realidad y se giró para verlo levantarse del suelo luego que se hubiera tropezado con quien sabe que.
-¿Te encuentras bien Hyunnie?-preguntó preocupado Max.
-S-sí, yo sólo…
Su mirada atemorizada viajaba de todos a Han al cual no podía mirar po más de unos segundos, Sehun extendió su mano ofreciéndole correr a su lado y Baekhyun no dudo en hacerlo parándose tan cerca de él como le fuera humanamente posible, Suho se aclaró la garganta llamando su atención de vuelta a él que los observaba con una expresión sería.
-¿Encontraron algo?-fue Han quien hizo la pregunta porque parecía que nadie más iba a hacerlo.
-Al principió parecía que no había nada en ese lugar pero pocos días después un convoy aprecio, al parecer llevaban provisiones y algunos otros materiales al lugar, parece ser una especie de laboratorio subterráneo-respondió Sehun mirando al menor a los ojos en todo momento.
-No lo parece, lo es. El laboratorio número cinco fue el primero al que nos llevaron luego de que Kyungsoo nos atacara y después de algún tiempo y por razones desconocidas para nosotros, fuimos llevados al laboratorio siete-relató.
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-¡DÉJAME SALIR!-llevaba gritando desde que había despertado en aquella habitación desconocida casi cinco horas atrás pero hasta ese momento nada pasaba, ese hombre no iba a liberarlos.
Sentía su corazón golpeando fuertemente en su pecho y hacía unos segundos había escuchado horribles gritos, estaba muerto de miedo sin saber que hacer, había tratado de romper la puerta utilizando ese ataque que Kris había enseñado pero esta apenas y tenía un rasguño mientras que él no podía mover su mano.
-¡KRIS!-gritó con todas sus fuerzas implorándole a su Luna que él apareciera y lo sacara de ahí.
Escuchó algo al otro lado y poco a poco la puerta comenzó a abrirse, un hombre alto de bellos ojos color ámbar ingresó a la habitación y al verlo él sintió su corazón llenarse de alivio al reconocerlo como uno de los suyos, no recordaba haber visto su cara pero seguramente se debía a que él nunca tenía mucho contacto con los soldados.
-Por fin-suspiró aliviado-Sabía que mi padre pronto me encontraría-musitó llenó de felicidad al pensarse finalmente libre.
-¿A sí?-inquirió el moreno.
Han frunció el ceño al ver la falta de respeto con la que ese hombre se dirigía a él pero prefirió dejarlo pasar ya que lo más importante era encontrar a su maestro y salir de ahí cuanto antes, no iba a soportar quedarse ni un sólo segundo más.
-Tenemos que encontrar a Kris antes de irnos-le indicó al otro.
-Me llamo Kai-se presentó con una sonrisa brillante.
-Me importa poco como te llames soldado-gruñó.
-Creo que te has equivocado conmigo, pequeño cervatillo-una sonrisa torcida se dibujó en sus labios mientras comenzaba a avanzar hacia él.
-¿Q-que crees que haces?-preguntó temeroso.
-Te daré una muy buena razón para gritar-prometió.
El pequeño retrocedió hasta chocar contra la pared, olas de miedo lo recorrieron mientras veía a ese hombre acercarse más con esa sonrisa torcida relamiéndose los labios, su cuerpo comenzó a temblar y las lágrimas aparecieron rápidamente pero era tarde y su destino ya estaba sellado.
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-Han-llamó por novena vez al menor que se había perdido en sus pensamientos.
Han miró a Sehun a los ojos sin saber que decir, sentía la diestra del mayor sobre uno de sus hombros y con eso sintió su estomago revolverse, apartó la mano ajena con más violencia de la necesaria y salió corriendo de ahí escuchando tras él los llamados de Max.
Encerarse en su habitación fue la mejor idea que tuvo y el poco alivio que sintió cuando la puerta estuvo bien cerrada se fue por la borda cuando se encontró con los grises ojos de Lu, sabía que algo no iba bien con él y el brillo opaco en su mirada simplemente corroboraba eso.
-¿Estás muriendo?-preguntó sin rodeos.
El pequeño rubio hizo una mueca de disgusto luego de su pregunta, no estaba muy seguro de si sentía malestar ante la pregunta o era el hecho de que la voz del mayor se había escuchado como el estallido de una bomba en su oído.
Desde hacía varios días tenía un dolor de cabeza que amenazaba con hacerlo gritar y además de eso también debía lidiar con Han hasta que Sehun estuviera de vuelta, sus ojos se fijaron en los del mayor que estaba apoyado en la puerta con los brazos cruzados y decidió contestar.
"Serías el primero en saber si es que moriré"-le recordó.
Han frunció el ceño ante la respuesta recibida, se puso derecho y avanzó hacia la cama para ver más de cerca el estado del rubio, un desagradable olor llegó a su nariz obligándolo a cubrirse para no seguir aspirándolo y dio un par de pasos atrás.
-Deberías tomar una jodida ducha-masculló asqueado.
Lu hubiera querido responderle que podría hacerlo si por lo menos pudiera ponerse de pie pero como no podía lo que el castaño pedía era imposible, Han volvió a acercarse revisando con mucha atención su rostro pálido, sus labios agrietados y las ojeras bajo sus sombríos ojos claros.
-¿Has comido siquiera?-incurrió.
Por una fracción de segundo la idea de que Han estuviera preocupado alegró un poquito al pequeño rubio pero no tardó en recordarse a sí mismo que la preocupación de Han era por su propia supervivencia ya que si su vida se apagaba Han iría con él.
No respondió y se acurrucó en la cama envolviéndose con las sabanas como una oruga, el frío estaba volviendo y aunque ya sabía que cubrirse no haría ninguna diferencia igual lo intentó.
-Tu mascota ha vuelto así que seguro pronto estarás mejor, supongo-se encogió de hombros tranquilamente.
"No hoy, por favor"-le suplicó.
-¿No qué?-cuestionó divertido.
"Hoy no quiero pelear, tan sólo vete y déjame"-le rogó.
-Ese truco de hacerse la víctima no sirve conmigo, yo no voy a dejarme engañar por ti y esa falsa imagen de víctima-afirmó.
"Vete"-insistió el menor.
-Sabes mejor que nadie que tarde o temprano él va a saber la verdad y te dará la espalda porque es lo que mereces-aseguró seriamente.
"No más"-suplicó llorando.
La cabeza le palpitaba por el dolor y Han solamente lo volvía peor, tan sólo quería que desapareciera como había hecho durante toda la semana que Sehun no había estado, sentía su espalda quemando y tenía miedo de que ellas volverán a desplegarse, tenía ya suficiente dolor como para soportar más.
-Ten por lo menos el suficiente coraje para enfrentar la verdad y aceptarla-masculló entre dientes.
"¡No soy ningún cobarde, no estoy haciendo nada malo!"
-¿Mentir es algo que ella también te enseñó?-soltó mordaz.
"¿El hecho de qué seas un monstruo es algo de lo que Kris estaría orgulloso?"-contraatacó.
-¡NO MENCIONES SU NOMBRE!-gritó rabioso, su mano chocó fuerte contra la pálida mejilla del rubio que no trató de hablar nuevamente-¡Tú no lo conocías en lo absoluto!
"¿Por qué me odias tanto?"-se atrevió a preguntar por primera vez en mucho tiempo.
«Hubiera preferido al rubio pero Kyungsoo dijo que él no podía ser y que tú debías tomar su lugar, así que, agradéceselo... »
-Porque por tu culpa perdí a quien más amaba, por tu culpa yo tuve que soportar cada cosa que ellos me hacían, es por tu cual que está pasando todo esto y ahora estoy aquí soportando a un montón de seres inferiores que no hacen más que joderme la existencia, todo lo malo de mi vida ha pasado desde que te conocí y no te perdonaré nunca. Todo sería más fácil si tú no existieras-escupió de forma rencorosa.
"Yo no pedí esto tampoco"-sollozó.
-Es tu culpa-repitió-Es por eso que me encargaré de hacer de tu vida un infierno-prometió antes de abandonar la habitación.
El familiar sabor salado de las lágrimas llenó su boca, un quejido de dolor escapó de sus labios mientras el frío y la opresión en su pecho aumentaban, era en momentos así que se sentía tan frágil que temía quebrarse pero así como lo temía había veces que lo deseaba.
***
La rabia se filtraba en forma de lágrimas mientras subía las escaleras hacia su lugar seguro, abrió la puerta violentamente dejándola chocar contra la pared pero en esa ocasión ni la fresca brisa del exterior ayudó a disminuir todas las emociones negativas en su pecho.
Caminó al borde con la esperanza de que el paisaje lo relajara como varias veces atrás pero no fue así y los tubos de metal de la reja de seguridad terminaron por ser deformados por sus manos.
Se puso de pie rápidamente deteniéndose cuando escuchó un suave tintineo, metió su mano dentro de uno de los bolsillos delantero del chaleco que Max le había dejado y sacó de él un brillante cascabel planteado.
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-¿Qué es esto?-preguntó observando con curiosidad el extraño y curioso objeto brillante que jamás había visto.
-Es un cascabel y mi amuleto de la buena suerte-respondió sonriente Max.
Tenían ya tres días de ser amigos, o algo parecido, y Han no entendía porque el mayor estaba dándole un obsequio y menos una cosa que se veía tan corriente.
-¿Por qué me lo estás dando?
-Mañana me iré junto con Sehun y Baek a una misión de reconocimiento y quería darte algo que te recuerde a mí y que también te proteja-explicó.
-Dudo que esto sirva de algo-bufó y lo extendió de vuelta a Max.
-De cualquier forma es tuyo-insistió-Yo quiero dártelo-aseguró mostrándole esa dulce sonrisa que siempre tenía para él.
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Han agitó el pequeño objeto escuchando el suave sonido que producía y sonrió ligeramente, el sonido del la cosa, o cascabel, como había dicho Max que se llamaba, lo tranquilizaba un poco, escuchó pasos tras de sí y giró rápidamente el rostro esperando ver a Max pero en su lugar se topó con Sehun y frunció el ceño.
-¿Qué mierda quieres?-preguntó agresivamente.
-¿Estás bien?-cuestionó seriamente colocándose a su lado.
-Sí-respondió tajante.
-Estás llorando-señaló.
Los dedos del castaño fueron hasta sus mejillas sintiendo los rastros de humedad que sus pasadas lágrimas habían dejado, las limpió con rapidez mientras se maldecía internamente por ser tan débil frente al estúpido hombre que siempre seguía a Lu como si fuese alguna especie de mascota.
-Ya te divertiste, ahora lárgate-exigió.
-No estoy aquí para burlarme, quería asegurarme que estabas bien.
-Sí, claro-bufó-Seguramente es por eso de que últimamente yo soy el centro de tu mundo-escupió sarcástico.
-Admito que también me he comportado como un idiota en repetidas ocasiones pero eso no quiere decir que yo te odie o que no me preocupe por ti-murmuró con una expresión parecida a la de alguien siendo torturado.
-¿Y casualmente vienes a darte cuenta ahora que soy cercano a Max, no?-inquirió fastidiado-¿Acaso crees que soy una especie de objeto que puedes tirar y recuperar cuando a ti se te dé la gana?
-No es eso-gruñó-Admito que Max si tiene algo que ver pero no se trata de celos o envidia ni nada de esas estupideces que te estés inventando, fue porque él me pidió que cambiara mi actitud contigo porque te lastimaba-musitó obteniendo como respuesta una estridente carcajada.
-Vaya que eres arrogante-sonrió burlón-¿Lastimarme? Cariño, tú no eres tan importante en mi vida-afirmó con arrogancia.
-Es por eso-murmuró-Es por esa jodida actitud tuya que no te soporto-masculló entre dientes.
-No tienes que hacerlo, tan sólo vete y déjame solo-exigió.
La propuesta resultó demasiado atractiva para él pero no podía hacerlo, le había prometido a Max e incluso a sí mismo que debía arreglar las cosas con el menor, él todavía se mantenía firme con su propósito de protegerlos y eso significaba que debía cuidar de ellos incluso de él mismo, saber que él era el causante de la tristeza de Han no era algo bueno y significaba que estaba haciéndolo mal, les había prometido que podían confiar en él pero hasta ahora no lo había demostrado.
-Lo lamento-dijo por fin esas palabras que sabían extrañas en su boca-Me creas o no, yo lo lamento porque aunque digas que yo sé que te he lastimado y no lo mereces.
Han rodó los ojos fastidiado pero una idea mejor cruzó por su cabeza, puso su mejor cara de inocencia y vulnerabilidad antes de mirar fijamente a los ojos del hombre frente a él.
-Supongo que puedo perdonarte-susurró débilmente-No todo es tu culpa, mi actitud contigo también ha dejado mucho que desear y también tú no puedes evitarlo cuando es obvio que te está manipulando-suspiró.
-¿Manipulando?
Los ojos de Han se abrieron a más no poder luego de su accidental comentario, los nervios comenzaron a hacerse visibles y antes de que diera la media vuelta y huyera, Sehun sujetó su brazo obligándolo a quedarse.
-Por favor, olvida lo que dije-pidió suplicante.
-No, explícate ahora-ordenó.
-No me hagas hacerlo, no quiero crear problemas entre ustedes dos, sé que lo que él hace no está bien pero tienes que entender que es muy joven aún y también está asustado-tratóde justificarlo con falsa desesperación.
-Habla-ordenó Sehun.
-No me hagas hacerlo-le rogó, su actuación era muy buena y Sehun muy crédulo.
-Han-gruñó a modo de advertencia.
-Está bien-aceptó resignado-Tan sólo prométeme que no harás nada en su contra-pidió.
-¿De quién estás hablando exactamente?-interrogó exasperado.
-De Lu-respondió bajito.
El shock fue evidente en el rostro de Sehun y Han apenas pudo no echarse a reír, ¿estaba mal lo que estaba por hacer?, no, él creía que incluso estaba haciéndole un favor a Sehun al revelarle lo realmente inocente que era ese pequeño cobarde.
¿Lu merecía eso?, sí, Han ya había soportado las peores partes por demasiado tiempo únicamente para que Lu estuviera rodeado de cosas brillantes y suaves que no perturbaran su perfecta vida, era hora de que la realidad le pasará factura por tanto tiempo evadiéndola.
Era momento de que le cobrará todo y no había mejor forma de hacerlo que con el humano que tanto quería.