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Demonically angelic por DNA

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Notas del capitulo:

Número 2

Ansiedad, era todo lo que Lu podía sentir al estar ahí encerrado únicamente mirando hacia la puerta, se puso de pie otra vez y comenzó a caminar en círculos mientras se mordía las uñas y sentía como su corazón se encogía un poco más cada vez.

"Sehunnie."

Lo llamó para sus adentros deseando que entrara en cualquier momento y le dijera que todo había pasado ya y que podrían continuar con su cita pero sabía que eso no iba a suceder en un futuro cercano.

"No debí dejarlo solo con él."

Se dijo por milésima ocasión mientras toda la escena volvía a reproducirse en su cabeza.

Luego de que Han se desplomara en el suelo Sehun había corrido hacia él para revisarlo, ambos sabían que algo había sucedido por la sangre que manchaba sus ropa y sus manos, y fue por eso que Sehun lo había obligado a irse.

«Ve a mi habitación y no salgas de ahí por nada del mundo.»

Le había ordenado Sehun y él claramente replicó al instante, se había negado a dejarlo solo con Han que bien podría hacerle daño pero nada había podido hacer luego de que Sehun uniera sus frentes y lo mirara de aquella manera en la que lo había hecho.

«No te preocupes por mí, voy a arreglar esto pero necesito saber que tú vas a estar seguro, por eso por favor obedéceme bebé.»

No pudo negarse luego de esas palabras y lo último que sabía era que Sehun había levantado en brazos a Han y lo había llevado en dirección contraria a la que él había seguido y era por eso que ahora la ansiedad y preocupación iban a enloquecerlo.

"Ya no puedo más, iré a buscarlo."

Caminó decidido hasta la puerta y la abrió sin titubear encontrándose con un hermoso par de orbe grises y un nievo pelaje, se quedó paralizado en su sitio conteniendo hasta el aire sin saber que era lo que debía hacer.

"He venido a buscarte. Es hora"-le dijo ella a través de su conexión telepática.

"No. Sehun me necesita y no voy a dejarlo"-sentenció.

"Esto es mucho más importante"-afirmó ella.

"Nada es más importante que él"-dictaminó mirando con decisión a la hermosa loba.

Trató de abrirse paso e ir hasta donde Sehun pero ella no tardó en cerrarle el camino y gruñirle de forma amenazante en un intento por intimidarlo y hacerlo obedecer pero en su lugar obtuvo una mirada feroz del menor, estaba segura de que él iba a pelear si ella continuaba entrometiéndose.

"Es tu deber, tu destino"-le recordó ella.

"No me importa. Sehun me necesita"-respondió firmemente sin dar su brazo a torcer.

"¡¿Traicionaras el designio de tu madre y la Luna únicamente por un simple humano?!"-soltó rabiosa.

Lu apretó los puños frustrado, ella había golpeado en una fibra demasiado sensible en él, por un lado; no quería traicionar la voluntad de su madre y por otro; abandonar a Sehun tampoco era una opción que pudiera aceptar.

“Sé que esto es muy importante pero no puedo dejarlo, se que me necesita. Han podría lastimarlo y no puedo dejar que eso ocurra"-explicó con desesperación.

"Estará bien"-aseguró.

"¿Cómo puedes estar tan segura?"-inquirió con desconfianza.

"Es mi deber saberlo si es importante para su majestad."

"No te creo."

"Deberás arriesgarte y hacerlo. Ahora no hay más tiempo que perder, debes venir conmigo"-ordenó.

"¿Me juras que nada malo le pasará?"-preguntó suplicante.

"Tienes mi palabra"-prometió.

Lu tuvo que cerrar los ojos con fuerza cuando se montó en el lomo de la imponente criatura y los mantuvo de esa forma mientras ella corría hasta que finalmente sintió el frío aire del exterior golpeando su rostro, abrió por fin los ojos y dirigió su mirada anhelante hacia la Fortaleza de la cual se alejaban cada vez más, internándose en la espesura del bosque que fue lo único que vio por largo tiempo hasta que finalmente se detuvieron nuevamente en aquel claro que tenía un lago en su centro.

La Luna en el cuarto menguante se reflejaba en las oscuras aguas y nuevamente las luces azules de cipselas aparecieron flotando en el aire cuando sus pies tocaron el suelo, su corazón comenzó a ir más y más rápido, sus manos comenzaron a sudar y por unos instantes se quedo completamente en blanco con la mirada fija en el cielo.

"Quítate toda la ropa y deja que el agua que une los dos mundos te envuelva"-instruyó ella al verlo ahí completamente inmóvil.

Lu la miró nervioso antes de asentir, no estaba seguro de que era lo que lo esperaba y tuvo que obligar a calmarse, cerró los ojos tratando de pensar sólo en cosas buenas y no pudo contener la sonrisa que se extendió en sus labios al recordar que tan sólo unas horas atrás, Sehun había estado enseñándole a nadar. Los nervios se relajaron luego de pensar en él y comenzó a retirar su ropa tal como ella le había dicho y una vez estuvo totalmente desnudo, se giró para mirarla una vez más.

"Mucha suerte, la Luna te bendecirá hoy, joven príncipe."

Asintió algo atemorizado y finalmente metió sus pies bajo las negras y heladas aguas, su cuerpo entero comenzó a temblar y tuvo el más inmenso de los miedos, no quería seguir avanzando, quería volver a atrás con Sehun.

«Ese día será el más importante de tu vida, ese día la Luna te mostrará el destino que te aguarda y debes ser valiente, confío en que mi Xiao Lu podrá hacerlo... »

Las palabras de su madre lo ayudaron a recobrar el coraje que estaba perdiendo y sin ninguna duda siguió adelante hasta que su pequeño cuerpo se hundió en las negras profundidades del lago que unía ambas dimensiones.

Una brillante luz iluminó las aguas entonces y esa era la más clara señal de que todo había comenzado.

La bella criatura que esperaba en la orilla elevó su cabeza al cielo y aulló para la Luna, sólo le quedaba esperar por él, ella era su guardián y tendría que estar lista para ser su soporte para lo que seguía.

***

-Maldición-masculló entre dientes Sehun mientras sostenía a Han para que no cayera mientras volvía a expulsar ese espeso liquido negro.

Lo había hecho ya tres veces y en todas ellas Sehun únicamente podía sostenerlo para que no se cayera de la cama. No sabía que era esa cosa que no dejaba de salir de su boca pero debía pararla cuanto antes.

La fiebre tampoco no disminuía ni un poco y Sehun ya no sabía que hacer. Lo había llevado a la enfermería tan rápido como había podido luego de que se desplomara y le había suministrado ya los medicamentos correspondientes pero estos no querían hacer efecto y él ya no tenía más medicamentos para combatir la fiebre, el vomito o las alusiones del castaño que no dejaba de repetir el nombre de Kris como si fuese un mantra.

-Han-llamó una vez más, necesitaba que le explicara que estaba mal para así poder ayudarlo mejor de lo que lo estaba haciendo.

Sus nerviosas manos fueron hasta su frente para retirar el paño que nuevamente se había secado ya, lo tomó con cuidado para no alterar al menor y sin tener tiempo ni siquiera para reaccionar, una mano sujetó su muñeca con fuerza.

Un quejido se escapó de sus labios que prontamente fueron atacados por un ansioso castaño, se quedó en shock durante algunos segundos antes de sentir la legua ajena exigiendo la entrada sacándolo de su asombro obligándolo finalmente a reaccionar y comenzar a oponerse.

-Han-llamó severamente luchando por alejar al jadeante y caliente adolescente-Detente.

-Sehun-gimió eróticamente sobre sus labios.

Su cuerpo reaccionó positivamente a la estimulación pero su cabeza continuaba funcionando y se negaba a participar en algo en lo que el menor no era ni cociente, su mirada perdida y vacía era la mejor prueba de ello.

Las manos de menor se negaba a quedarse quietas y Sehun estaba teniendo problemas tratando de empujarlo a la vez que intentaba sujetarle las manos para alejarlas de su cuerpo de definitivamente, la temperatura de su cuerpo estaba subiendo alarmantemente y el deseo comenzaba a volver más lejana la voz que le decía que no se dejara llevar.

-Basta-gruñó.

-T-te necesito-jadeó suplicante.

-Joder-masculló entre dientes cuando el cuerpo del castaño comenzó a restregarse contra el suyo-¡He dicho que pares!-rugió y uso su imponente fuerza para dejar inmovilizado al menor sobre la cama colocando su cuerpo sobre el más pequeño.

-Por favor-gimió usando nuevamente esa seductora voz que le atrofiaba los sentidos.

-Detente ahora o te haré mucho daño-advirtió.

-Dices eso pero ya estás así de excitado-soltó con burla-No trates de fingir que eres un hombre virtuoso cuando ambos sabemos que te la pone dura un pequeño niño.

Sehun gruño en respuesta y apretó con fuerza sus muñecas dándole igual si las rompía o no, una mueca torcida que intentaba ser una sonrisa se extendió en los labios del menor, sus ojos rojos lo miraban con malicia y solamente eso basto para que supiera que ese no era el caprichoso y altanero mocoso que conocía.

-No puedes tocar a Lu y lo sabes, tocarlo sería una sentencia de muerte segura-susurró contra su oído acariciándolo con su caliente aliento-Yo te ofrezco ser la solución a toda tu frustración-propuso.

El pelinegro permaneció en silencio con los ojos ocultos tras su cabello, la presión en sus muñecas había disminuido y el esbozó una sonrisa triunfal ante la clara prueba de su victoria, los inusuales ojos pronto volvieron a chocar con los suyos dejándolo petrificado al descubrir que su control no surtía efecto alguno en ese hombre.

-Despierta-le exigió-Esto no es lo que de verdad quieres-dijo seriamente mirándolo fijamente a los ojos.

-¿Cómo es posible que tú...?

-Regresa Hannie-le susurró al oído-Puedo darte lo que pides pero no voy a hacerlo, no voy a aprovecharme de ti porque sé que esto no es lo que deseas. Puedes hacerlo pequeño, toma el control nuevamente.

Lo escuchó gruñir furioso mientras comenzaba  retorcerse tratando de verse libre, las manos de Sehun volvieron a apretar el agarre mientras continuaba llamándolo de vuelta. La lucha del menor por liberarse cesó finalmente luego de varios minutos, pequeños lamentos fue lo siguiente que Sehun escuchó y lentamente liberó sus manos confiando en que no iba a intentar nada más.

-No… quiero-sollozó cuando finalmente sus ojos se encontraron-No quiero hacerlo... no deseo lastimarte ni a nadie más, no quiero hacerlo. Detén esto por favor-suplicó.

-No lo harás, me quedare aquí para asegurarme de eso-prometió.

Lo escuchó llorar un poco más fuerte y se acercó dudoso hasta que pudo estrecharlo en su brazos ofreciéndole un refugio seguro donde nadie iba a poder tocarlo si él no lo quería así.

-No quiero esto, pero... tengo hambre-berreó frustrado.

-Todo saldrá bien, yo estoy aquí-murmuró suavemente.

-Ya no quiero esa monstruosidad dentro de mí... quiero que desaparezca.

-Estás a salvo de ella ahora, no voy a dejar que te controle de nuevo-prometió.

-Tengo miedo-admitió.

-Está bien, todo saldrá bien-aseguró estrechándolo un poco más fuerte.

Sentía las manos de Han hechas puño sobre su camiseta, él volvió a elevar la mirada dejándolo aturdido cuando sus labios volvieron a presionarse suavemente sobre los suyos, un roce gentil que no tenía ninguna segunda intención.

-Gracias-susurró acurrucándose en sus brazos.

Sehun sonrió levemente y asintió, se sentía confundido pero las explicaciones podrían esperar un poco más hasta que él estuviera más estable y dejara de ser un manojo de nervios y llanto incontrolable.

-Hannie-llamó con toda esa ternura con la que jamás le había hablado.

-¿Mmm?

-Feliz cumpleaños-musitó.

Pequeños espasmo recorrieron el frágil cuerpo del castaño y nuevamente su llanto ahogándose sobre sospecho fue todo lo que podía escuchar y pronto se encontró a sí mismo susurrándole palabras tranquilizadoras al oído mientras frotaba suavemente su espalda, palabras que prometían días mucho mejores y seguridad.

-Se siente cálido-musitó con apenas un hilo de voz.

-¿Cálido?-interrogó confuso.

-Ahora lo entiendo… Lu tenía razón-dijo hipando y aunque Sehun no lo comprendió, lo tomó con un cumplido.

***

La luz fue debilitándose de a poco luego de lo que parecieron ser largas horas, las cipselas que revoloteaban en el aire se congregaran todas en el centro del lago justo sobre el reflejo de la Luna y el aire se llenó con el delicioso aroma de la Reina de la noche.

El agua se agitó suevamente y finalmente la pequeña figura del príncipe emergió de las profundidades, inmaculadas alas blancas se extendían orgullosas brillando bajo la plateada luz de la Luna que parecía iluminarlo sólo a él y el rastro de la marca que se situaba bajo su nuca ya no era más que gotas de tinta negra corriendo por su espalda hasta perderse donde el agua lo seguía cubriendo.

«Ahora mírame, mi pequeño niño.»

Grises orbes se elevaron hacia el astro que reinaba la noche y se volvieron completamente blancos cuando se toparon con la Luna que lo llamaba con su dulce voz.

Miles de imágenes asaltaron su mente como un tornado arrasándolo todo en su interior. Todo su destino estaba escrito en ellas, la razón de su ser y lo que él era, estaba en cada imagen reproducida tan nítida y real como si lo estuviera viviendo todo en ese preciso instante.

Sus ojos se cerraron cuando todo terminó y dos lágrimas de sangre marcaron como sellado el destino del pequeño ser que sentía como sí le hubieran arrancado un pedazo de su alma.

"Perdóname..."

Sollozó la dulce voz que antes había escuchado, sus ojos se abrieron y miró desolado a su diosa preguntándose porque debía ser él y no alguien más. Nadie podía combatir contra el destino pero él tan sólo quería saber la razón de todo eso que parecía alguna especie de broma cruel.

-¿Por qué?-susurró devastado.

Las lágrimas acudieron aprisa derramándose sin pudor, los lamentos escapaban de su boca uno tras otros, una loba aullaba acompañando su penar e incitándolo a que dejara que los lamentos se volvieran gritos que le recriminan todo a la Luna que simplemente observaba sin remordimiento alguno al dueño de ese destino que había designado para él.

***

Su único ojo se abrió de golpe tras aquella sensación que lo recorrió de pies a cabeza y que llevaba esperando hacía mucho tiempo. Una sonrisa torcida se entendió en sus labios convirtiéndose pronto en una risa desquiciada, el día pronto llegaría.

-¿Kyungsoo?-habló confuso el joven de ojos ámbar que estaba recostado en la cama a su lado.

Él ignoró el llamado y continuó riendo dejando ver esa locura que casi siempre lograba disimular pero no podía evitarlo, no cuando era tan feliz.

-¡Feliz cumpleaños mis niños!-exclamó entre carcajadas.

Ellos finalmente estaban listos para volver a casa, a su lado.

Notas finales:

Pobres de mis bebés TT~TT

Y bueno personitas hermosas que amo con todo mi corazón, eso ha sido todo por esta vez, espero que les hayan gustado ambos capítulos, cuídense mucho y hasta la próxima <3


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