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Demonically angelic por DNA

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Ya les he dicho los mucho que las amo? jejejeje

Pues recuérdenlo hoy más que nunca <3

A leer~

Capítulo 41

“Lo hago por él.”

Seguía diciéndose a sí mismo mientras más avanzaba entre los pasillos pintados de escarlata y adornados por restos humanos por donde quiera que mirara, y aunque su cerebro no dejaba de decirle que cualquiera de esos podía ser esa mujer a la que no le agradaba, se negaba a regresar con algo así para Max.

-¡CHO AH!-gritó con todas sus fuerzas esperando que ella lo escuchara.

A lo lejos un rugido lo hizo paralizarse por unos cuantos segundos antes de que volviera a emprender su carrera con mayor velocidad, había algo ahí dentro y él lo supo desde el primer instante que había puesto un pie dentro de la edificación envuelta en llamas.

-¡CHO Ah!-gritó una vez más y miró a todos lados encontrando sólo el intenso fuego que cada segundo consumía más a su alrededor.

El humo le estaba dificultando la visión, el calor se volvía peor cada minuto que pasaba y Han quería rendirse tanto como se negaba a hacerlo, la desesperación comenzaba a consumirlo recordándole que él no podía morir, que debía volver y que estaba bien que se daba por vencido porque lo había intentado igual, y eso era lo importante.

Apretó los puños con fuerza haciendo sus uñas clavarse en su carne y se obligó a dar la vuelta para salir de ahí cuanto antes, el camino casi se había bloqueado por completo pero él podía salir sin daño alguno, miró una vez más hacia atrás y sintió un peso caer sobre él.

-Lo lamento-murmuró afligido.

-¡AYUDA!-escuchó a lo lejos y en ese preciso instante el peso se fue tan pronto como había llegado.

-¡CHO AH!-la llamó sólo para estar seguro de que era ella y no estaba imaginándose cosas.

-¡AQUÍ!-respondió ella.

Su carrera volvió a iniciar entonces, siguiendo la voz de la rubia, el tiempo era el factor más importante y él sabía bien que debía de llegar a ella tan pronto como le fuera posible antes de que el humo la intoxicara o las llamas la consumieran.

-¡Cho Ah, háblame!-le ordenó a través de la puerta donde creía que ella estaba.

-¡Han, ayuda!-respondió la alterada mujer.

-Tranquila, voy a sacarte de aquí-prometió.

Su mano desnuda golpeó con fuerza la puerta haciéndola caer, adentro todo estaba casi cubierto por el fuego y Cho Ah se refugiaba en una esquina junto con otra persona inconsciente que no pudo reconocer, una de las piernas de la rubia estaba herida y ella lloraba de alegría al verlo ahí, pero había un problema para Han; él no iba poder con ambos en el estado que él mismo se hallaba.

Atravesó las llamas como si estas no existieran y se acercó hacia la rubia para revisar la gravedad del daño y descubrió que efectivamente, ella no iba a poder caminar sola. La persona inconsciente estaba viva aún y por eso dejarla no era una opción para él.

-Ha-hay algo allá afuera… esa cosa mató a todos los demás… Taeyong trató de defenderme cuando venía tras de mí pero esa criatura fue más fuerte y lo hirió… yo logré que escapáramos y no ocultamos… pero entonces las llamas aparecieron y lo cubrieron todo y… y…

-Tranquilízate Cho Ah, todo saldrá bien-aseguró.

-¿Dónde están todos los demás? ¿Por qué viniste solo?-preguntó la aterroriza mujer.

-Ellos están lidiado con el fuego, yo me ofrecí a entrar solo porque el fuego apenas me daña-explicó.

Su chaqueta terminó sobre los temblorosos hombros de la rubia, se apresuró a revisar la herida de Taeyong descubriendo que era grave aún cuando ya estaba precariamente atendida, señal de que Cho Ah había hecho lo mejor que había podido, sin embargo, él nada podía hacer por eso y era capaz de ver como la vida se iba extinguiendo en Taeyong cada vez más y más.

-Él…

-¡No vamos a abandonarlo!-sentenció ella, no lo había llegado a escuchar de los labios del castaño pero sabía que eso era lo que iba a decirle el menor.

-¡Pero yo tampoco puedo con ambos!-elevó la voz exasperado.

-Entonces déjame a mí y llévatelo a él-dijo ella con determinación.

-¡¿Te has vuelto loca?!-soltó histérico. El punto de entrar ahí era por ella pero esa tonta mujer ahora le decía que la dejara atrás.

-No me iré sin Taeyong, y si dices que no puedes con ambos, entonces seré yo quien sea dejada atrás-sentenció-Soy la enfermera de la resistencia después de todo, mi trabajo es velar porque ustedes permanezcan con vida-dijo con una sonrisa temblorosa, ella estaba asustada pero igual había decidido aquello.

-Maldición-masculló entre dientes antes de ponerse de pie y elevar sus manos al frente como queriendo formar un escudo.

Era peligroso y él tenía prohibido hacerlo; pero también era su única opción en esos momentos aún cuando tenía dudas y la voz de Kris no dejaba de repetirse en su cabeza.

«No vuelva a intentarlo, ustedes no puede manejar el fuego, es peligroso para usted… »

-Lo puedo soportar-se dijo a sí mismo antes de cerrar los ojos y concentrarse en las llamas que lo cubrían todo.

Un gritó salió desde el fondo de su ser y repentinamente sentía el fuego que estaba absorbiendo, en la garganta en lugar de no sentir nada como se suponía debía ser. Sus manos dolían insoportablemente y sentía como si fuesen a caerse mientras su cuerpo absorbía aquel infierno, lo único que podía escuchar era la voz Cho Ah gritándole que parara pero no podía hacerlo, Max estaría muy triste si él abandonaba a Cho Ah y eso era necesario si quería salvarlos a ambos.

«Usted puede, confío en su alteza… »

Sus ojos se cerraron con fuerza en un intentando por aislar el dolor e ignorar el olor a quemado de su carne, el ardor se estaba extendiendo a través de sus venas como lava caliente y el miedo de que su cuerpo fuera envuelto por las llamas que trataba de absorber, era algo que no dejaba de torturarlo.

Un gemido de dolor/alivio brotó de sus labios cuando finalmente todo se acabó y el fuego ya no existía más, sus rodillas se doblaron por sí solas y un par de lágrimas se mezclaron con el sudor en su rostro, sentía el ardor en sus manos pero no se atrevía a mirarlas porque sabía que encontraría quemaduras graves en ellas, quemaduras que aunque pronto iban a regenerarse dejarían horribles cicatrices.

-Han-llamó con un murmulló Cho Ah.

-Estoy bien-respondió con un susurró tembloroso, la visión comenzaba a nublársele pero todavía no podía rendirse, no hasta que Cho Ah estuviera con Max.

-Han-volvió a repetir la rubia con voz estrangulada.

La maldijo internamente y estaba a punto de mandarla a callar cuando escuchó un profundo gruñido que le heló la sangre, tragó con dificultad y se atrevió a levantar la mirada sólo para encontrarse con unos perversos ojos rojos frente a él.

-Quédate detrás de mí-le ordenó a la rubia que miraba asustada a la criatura frente a ellos.

La mirada preocupada del castaño viajó del Cazador a sus manos que no servían de mucho en esos momentos, la bestia rugió y en respuesta él mismo gruñó ferozmente dejando que sus ojos cambiarán a negro haciéndole saber de esa forma que no le tenía miedo, vio como la criatura avanzaba hacia él pero en lugar de evitarlo se lanzó a su encuentro, su única prioridad en esos momentos era mantener con vida a Cho Ah y a Taeyong.

-¡Han!-escuchó la alterada voz de Cho Ah.

Su cuerpo y el del Cazador habían atravesado la puerta de la habitación de enfrente, sus garras emergieron aún cuando las heridas seguían en carne viva y no supo si era su sangre o la del Cazador la que brotó tras el primer golpe.

La enfurecida bestia apenas retrocedió un par de pasos antes de volver a abalanzarse sobre él y clavar sus filosas garras en sus costados. Han chilló de dolor y apenas pudo liberarse, esta vez estando completamente seguro de que era su sangre la que goteaba sobre el sucio suelo.

Un nuevo rugido fue emitido por ambos a la vez y nuevamente se lanzaron el uno sobre el otro aún cuando Han sospechaba que no iba a poder ganar en esa ocasión. Esa cosa sin duda era mucho más fuerte y rápida, además de que él continuaba cansado y herido, pero todavía sabiendo eso ni en un millón de años iba a permitirse morir sin pelear.

Después de todo, él era Han, el orgulloso único heredero del trono de Tenebris, era justamente por eso que una criatura como esa no iba a vencerlo así de fácil de ninguna forma.

El Cazador aulló de dolor cuando el pequeño chico se colgó de su cuerpo clavando sus garras en su espalda, cortando a través de su carne profundamente, la bestia trató con desesperación de quitárselo de encima pero lo único que conseguía era herirse con sus propias uñas afiladas y entonces comenzó a golpear su cuerpo contra las paredes mientras gruñía y bramaba.

Han dejó ir un quejido en todas las ocasiones que su cuerpo fue aplastado contra el gigantesco cuerpo de la bestia y la dura pared pero no lo soltó en ninguna de ellas.

Un nuevo choque se produjo y en lugar de la pared lo que Han sintió fue los cristales de una de las ventanas rompiéndose, ambos cuerpo cayeron a través de ella al duro suelo de exterior. El gemido de dolor del pequeño castaño se quedó atorado en su garganta luego de que toda esa gigantesca masa cayera sobre él rompiéndole algunas costillas y haciendo que los cristales rotos se clavaran en su espalda.

Intentó huir una vez que el aturdido Cazador se puso en pie pero su intento fue en vano y terminó por ser arrastrado de vuelta y nuevamente su cuerpo más pequeño fue aplastado por el aplastante peso del mostró.

El desagradable aliento de la bestia lo golpeó directo en el rostro luego de que rugiera justo sobre su cara, los agudos colmillos del Cazador se clavaron en su hombro izquierdo atravesando el músculo hasta la clavícula.

Gritó hasta desgarrarse la garganta y en un desesperado esfuerzo por liberarse clavó sus garras en la cabeza del mostró y desgarró la carne hasta llegar al ojo derecho, el aullido de dolor que brotó del hocico de la bestia le dio su libertad y al levantarse a toda velocidad apenas pudo escuchar el tintinear de un cascabel que ahora yacía en el suelo.

Su sangre emanaba sin restricción empapando su ropa y debilitando aún más su cuerpo, todo amenazaba con volverse negro pero los berridos de la deforme criatura lograban mantenerlo despierto. Lo vio girarse dominado por la rabia y se arriesgó a utilizar lo último que le quedaba de energía pero para ello necesitaba una distracción y un aullido suyo bastó era que los Cazadores salvajes aparecieran para retener a la bestia que se dirigía hacia él.

Se concentró lo mejor que pudo ignorando el dolor punzante que se intensificaba con cada segundo, escuchó los gañidos de los Cazadores salvajes y miró con puro terror como todo estaban sin vida ya en el suelo, su corazón comenzó a latir a mil por hora cuando sus ojos chocaron con el único orbe de color rojo que se podía apreciar en la deforme cara de la bestia.

Llamó al viento con desesperación pero este no acudía a él, sus piernas lo obligaron a correr cuando vio a la bestia correr hacia él; ya no podía más y huir de eso era todo lo que quedaba, pero sus esfuerzos fueron inútiles y su carrera pronto terminó cuando el muro le cerró el paso, era su fin.

***

-¡NO VENGAS!-gritó Lu  cuando vio a Sehun intentar llegar a él.

Una corriente eléctrica atravesó su cuerpo arrancándole un lamento de puro dolor que hizo que sus alas se retrajeran y que su cuerpo cayera en picada a suelo.

-¡LU!-gritó Sehun y una vez más intentó zafarse del reacio agarre de Baekhyun.

-¡No puedes ir!-le repitió una vez más el de ojos verdes.

La risa de Kai resonó por todo el lugar provocándole escalofríos a más de uno, su mirada fue hasta el edificio y frunció el ceño al verlo a oscuras, podría tratar de volver a envolverlo con fuego pero hacerlo iba a debilitarlo demasiado y su atención debía de estar sobre el pequeño rubio.

Caminó con lentitud hasta donde había caído el pequeño niño y lo sujetó del cabello obligándolo a ponerse de pie, le hubiera divertido matar a todos esos insignificantes humanos uno a uno frente a sus ojos pero esa maldita loba les había creado una barrera para resguardarlos.

-¿Eso es todo lo que tiene el poderoso príncipe de Incendium?-preguntó con burla el de ojos ámbar-Es realmente decepcionante, menos tu voz, esa es simplemente hermosa-sonrió perversamente.

-Púdrete-masculló entre dientes.

-Ja-bufó-Pero mira nada más lo mal educado que te has vuelto al vivir entre estos sucios humanos.

-¡Aléjate de él!

No tuvo oportunidad de ver el puño de Sehun y su cuerpo terminó por ser enviado lejos, gruñó amenazadoramente mirando con odio al sucio hombre que había tenido el atrevimiento de tocarlo y se juró que iba a hacerlo retorcerse de dolor y suplicar por piedad.

-¡Sehun, te dije que no vinieras!-exclamó horrorizado Lu.

-¡No soy un frágil humano y mucho menos voy a quedarme de brazos cruzados mientras te lastiman!-sentenció.

-¡Hermoso!-exclamó Kai mientras aplaudía-Realmente una conmovedora demostración de estupidez-escupió entre dientes.

-Vete, regresa a la barrera-ordenó rápidamente.

-No-dictaminó el pelinegro y tomó con fuerza su mano-Vamos a quedarnos juntos.

-Será de esa forma que morirán entonces-dijo con una risa desquiciada.

Fuego cubrió sus manos y Lu apenas pudo repeler las llameantes esferas con ayuda del viento luego de que él las lanzara contra ellos, pronto las esferas eran más grandes y le era más difícil interceptarlas.

-¿Esconderte tras él es todo lo que puedes hacer humano?-soltó con burla.

-¡NO!-gritó Lu cuando Sehun lo abrazó con fuerza para cubrirlo de la esfera que no había podido detener.

Sus brazos se aferraron con fuerza a él y cerró los ojos con fuerza rezando porque nada malo pasara por culpa de su negligencia.

-No temas-le susurró Sehun.

Sus ojos se abrieron de a poco y se toparon nuevamente con la barrera que producía el collar de su madre, escuchó a Kai gruñir y rápidamente se liberó de los brazos de Sehun volviendo a desplegar sus alas y colocándose frente a Sehun como un escudo.

-Definitivamente él es la peor peste que he conocido-masculló-Sin embargo... -una sonrisa retorcida se extendió en sus labios dejando al menor desconcertado-Yo únicamente soy una distracción.

Un gritó proveniente de la parte trasera de la fortaleza los dejó paralizados y ensanchó la sonrisa de Kai que en un parpadear ya había desaparecido sin dejar rastro luego de decir una última frase... 'misión cumplida'.

-¡HAN!-gritó Sehun antes de que ambos se apresuraran a llegar al castaño.

***

Su cerebro le mando miles de órdenes a todo cuerpo pero él no se movió y simplemente se que mantuvo ahí viendo toda su vida pasar a través de sus ojos luego de que únicamente pudo quedarse paralizado esperando su muerte. Todo pasando en cámara lenta; cada suceso, sonrisa, lágrima, juego, grito, enojo, sabor, sonido y sensación volvieron como si los estuviera viviendo en ese momento.

«Vive... »

-¡NO VOY A MORIR AQUÍ!-gritó con todas sus fuerzas tras oír esa dulce voz en su cabeza.

Su mano derecha se transformó una última vez y sus ojos se cerraron con fuerzas cuando vio al Cazador frente a él y lanzó el ataque aún sin saber si lo acertaría. Un sonido extraño y la sensación de su mano hundiéndose lo hicieron abrir los ojos encontrándose cara a cara con el Cazador al que su mano le atravesaba el pecho.

Supo rápidamente que esa iba a ser su última oportunidad y hundió más su mano hasta llegar a ese órgano tan vital que mantenía con vida a ese monstruo y lo tomó con fuerza para finalmente arrancarlo de su pecho.

La criatura dio dos pasos hacia atrás y terminó por desplomarse en el suelo frente a él, la agitada respiración de Han parecía hacer eco y su mano cubierta de sangre apretaba con fuerza el corazón de esa cosa.

La transformación comenzó con el proceso de reversión y fue ahí que todo se vino abajo para él que miraba con horror lo que estaba frente a sus ojos.

“No llore, mi pequeño príncipe.”

Notas finales:

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