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Demonically angelic por DNA

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Notas del capitulo:

Hola preciosas criaturitas de la creación!!!

Aquí los siguientes dos capítulos, espero les gusten :3

Disfruten~

Una última mirada viajó hasta el árbol donde había dejado al pequeño mestizo, sólo para asegurarse de que él se encontraba bien, vio con satisfacción que todo estaba en orden y volvió a concentrar toda su atención en el Cazador que tenía frente a él.

Un potente gritó lo puso alerta dándole apenas unos segundos para saltar lejos evitando así la trayectoria del viento que no sólo partió en dos a los Cazadores salvajes sino también a esas abominaciones.

-¡Tú!-gruñó el chiquillo de los ojos ámbar que era el único de pie en medio de todos los cuerpos.

-Joder, ¿es que ustedes no van a dejarme en paz nunca?-bufó fastidiado.

-Devuélvelo-ordenó furioso.

-¿Por qué no vienes aquí y me lo quitas, niño?-soltó con burla.

-Con gusto, perro del Rey-contraatacó con la voz cargada de asco.

El moreno fue quien se lanzó sobre él, cosa que a Chanyeol poco le importó y lo evadió sin esfuerzo igual que todos los ataques que siguieron a ese. Esperó hasta que la respiración de Kai fue errática y entonces aprisionó su muñeca derecha.

-Mi turno-anunció sonriente.

Una potente corriente eléctrica atravesó a Kai haciéndolo bramar de dolor, se retorció en el agarre del otro hasta que logró liberarse aún cuando le costó un brazo roto, su mirada feroz y a la vez temerosa se clavó en los brillantes ojos contrarios, que poco a poco cambiaron a negro.

-Te mostrare lo que es un verdadero guerrero de Tenebris, tú patético chiste fabricado-gruñó con desprecio.

***

La desesperación crecía con cada segundo que estaba pasando, y ellos lo único que podían hacer era defenderse lo mejor que podían. Sus ataques eran frenéticos y continuos pero Kyungsoo simplemente los interceptaba o esquivaba como si no fuesen más que un chiste.

-No puede ser-musitó un aterrorizado castaño que observaba como Kyungsoo apenas se sacudía el polvo luego de recibir todo lo que ellos le habían enviado.

Era imposible que fuesen tres contra uno y no pudieran hacerle ni un solo rasguño. La sonrisa sádica de Kyungsoo cada vez era más amplia y él quería llorar de rabia al ver que nada podían hacer para defenderse de ese monstruo.

Lu volvió a usar el viento a su favor, Sehun lo siguió de cerca consiguiendo conectar por fin uno de sus golpes que envió a Kyungsoo lejos como si fuese nada, pero esa cosa nuevamente se puso de pie sin ningún rasguño en él.

-¿De que mierda está hecha esa cosa?-gruñó Sehun.

-¿Podemos ya de dejarnos de juegos absurdos?, sería más fácil si se rindieran-aseguró Kyungsoo.

-Vete al infierno-escupió Sehun retomando su puesto como su escudo.

-Conmovedor, pero ya me canse. No más juegos, acabaré con esto de una buena vez-sentenció.

Su único ojo se volvió negro y la temperatura de todo el lugar descendió dramáticamente mientras una capa de hielo comenzaba a formarse a los pies de Kyungsoo, extendiéndose hacia ellos a una velocidad alarmante, los tres retrocedieron rápidamente sin saber que esperar, concentrando sus miradas en el hielo que avanzaba rápidamente hacia ellos, olvidándose así de su enemigo que con un solo movimiento de su mano les lanzó afilados trozos de hielo.

Sehun se plantó frente a ellos confiando que nada iba a pasarles ya que contaba con el escudo que Lu le había obsequiado pero este nunca se activó y los tres recibieron todo el impacto, ninguno se había recuperado todavía cuando Kyungsoo volvió a mover su mano enviando lejos a Han y Lu avanzando hasta Sehun.

-¡SEHUN!-gritaron ambos a la vez, levantándose del suelo sin prestarle atención a sus heridas abiertas, lo único que importaba era llegar a él.

Sehun intentó defenderse pero apenas alcanzó a rozar a Kyungsoo, que con tan sólo colocar su mano sobre su cabeza, lo dejó de rodillas arrancándole un grito desgarrador de los labios y alertando a ambos menores que inmediatamente corrieron para llegar a él.

-¡NO!-gritó Lu.

-Ni un paso más-advirtió Kyungsoo.

Sehun continuaba gritando de agonía y ellos tan sólo podían verlo todo mientras soltaban lágrimas de pura impotencia. La mano de Kyungsoo apretaba cada vez más fuerte amenazando con romperlo y ellos nada podían hacer.

-¡Lo haremos, iremos contigo pero déjalo a él!-soltó desesperado Han.

-¡Vamos a obedecerte en todo, no volveremos a escapar pero deja ir a Sehun!-Lu se unió a la suplica.

-¿Sacrificaran su libertad por un simple humano?-preguntó casi con burla.

-¡Lo haremos!-le juró Lu.

-¡Pero para ya, no lo lastimes más!-imploró Han.

-¿Lastimarlo?-inquirió casi viéndose inocente-Yo no estoy lastimándolo, de hecho estoy haciéndole un favor al quitar ese candado en sus memorias-sonrió.

Sehun gritó más fuerte y ambos niños lo acompañaron como si se tratara de su propio dolor, Kyungsoo rió ligeramente ante eso y presionó más fuerte únicamente por el placer de verlos sufrir más.

-¡DETENTE!-gritó llorando el rubio.

-No debes tener miedo, Lu-aseguró-Sehun es mi pequeño y yo nunca le haría nada malo.

-¡LO ESTÁS LASTIMANDO!-gritó desesperadamente el castaño.

-¡NO!-un gritó se unió al de los niños y Kyungsoo no se molesto ni en girarse para lanzar lejos el frágil cuerpo de Kana.

-Estúpida mujer, siempre obsesionada con Sehun-masculló, sus ojos se clavaron en Sehun que no dejaba e gritar y cerró los ojos.

Sintió como Lu y Han intentaron llegar hasta ellos pero tan sólo chocaron con su barrera, se olvidó por completo de ambos y se concentró en buscar a esa persona que tantos problemas le había causado.

« ¡ALÉJATE DE MI SEHUN! »

Ese rugido estalló dentro de él obligándolo a liberar al pelinegro y retroceder, sus manos cubrieron su único ojo del cual caí una lágrima roja, intentó enfocar la mirada pero le era imposible y todo se estaba volviendo cada vez más negro, gritó rabioso y sus agarras aparecieron para desgarrar finalmente el cuerpo de ese estorbo.

-¡NO LO HAGAS!-gritaron desgarradoramente ambos niños.

Una de sus garras fue hasta Sehun con la intención de librarse de él de una vez por todas pero en su lugar chocó con algo duro que la hizo detenerse, el veloz galope de los caballos lo hicieron retroceder esquivando apenas el sin fin flechas que fueron lanzadas hasta él y Kyungsoo apenas registró ese distintivo aroma impregnado en el aire, olía a Incendium.

-¡Príncipe Lu!-llamó alguien y Kyungsoo se paralizó con sólo escuchar esa voz.

« Entonces no hay más que hacer... »

Era él, ese hombre que había dado la orden de ejecutar a su Jongin, esa era la voz que lo torturaba en cada una de sus pesadillas y era su turno de hacerlo pagar, sus alas se extendieron consiguiendo una exclamación de horror y sorpresa de todas esas criaturas a las que no podía ver, rugió fuertemente mostrándole los colmillos y cuando estuvo listo para atacar, algo lo detuvo.

El gritó de Kai retumbó por cada rincón haciendo que su corazón se parara de golpe, uno de los soldados de Incendium se había lanzado al taque y poco le importó a Kyungsoo que en segundos desapareció apareciendo frente a Kai, envolviendo con fuego a quien fuera que lo estuviera atacando.

Apenas pudo captar el olor puro de Tenebris antes de tomar a Kai y desaparecer nuevamente. Su visión apenas estaba aclarándose y trabajosamente logró reconocer que habían vuelto al laboratorio principal en la Ciudad. Su angustiada mirada fue hasta Kai, horrorizándose al ver la enorme y sangrante herida en su pecho.

-¡MÉDICO!-gritó.

Los segundos le parecieron eternos hasta que el equipo médico apareció, su mano se aferró a la de Kai negándose a dejarlo solo cuando estaba de esa forma y su máxima prioridad fue la de obligarse a recurrir al autocontrol para no arrancarle la cabeza al hombre que lo estaba separando de Kai. Había sólo un pensamiento permitiendo en su cabeza y pronto fueron sus labios quienes lo repitieron con un débil murmullo.

-Él estará bien, él no me va dejar.

><><>< 

"Por fin. Lo he recuperado finalmente."

Era su persistente pensamiento mientras corría con emoción a través del pasillo que entonces le parecía infinito.

Había pasado mucho tiempo desde que el Proyecto espejo había dado inicio y él no había tenido ningún resultado favorable hasta entonces, aunque también debía admitir que había sido una molestia enterarse por medio de uno de los asistentes y no por Kana, pero eso era lo de menos y podría hablar después con ella, lo único que le importaba era verlo.

Entró estrepitosamente al laboratorio ganándose la atención de todos pero él los ignoró y avanzó hasta la única persona con la que quería hablar y la cual lo miraba atónita, ella incluso parecía estar asustado al verlo ahí.

-¿Dónde está?-preguntó emocionado.

-Señor... ¿qué...?

-Me informaron que finalmente uno de los colones está con vida y quiero verlo-ordenó.

-Yo no creo que eso...

-¡¿Dónde está?!-exigió saber alterado y ansioso.

Ella se asustó luego de que le levantara la voz y pareció quedarse muda, un bajo gruñido escapó de sus labios y sin ningún cuidado hizo a un lado a esa inútil mujer. Su único ojo recorrió la habitación de forma ansiosa y entonces lo vio.

Un pequeño bulto se encontraba al otro lado en la zona de pruebas y Kyungsoo no dudó en correr hacia él, deteniéndose abruptamente al ver su estado; gruesos grilletes estaban alrededor de sus muñecas y tobillos, una especie de bozal estaba sobre su boca y una venda ocultaba sus ojos que él creía eran los que tanto deseaba ver.

Se dejó caer de rodillas frente a él y estiró su temblorosa mano hasta poder acariciar su suave cabello, él movió el rostro rápidamente buscándolo a ciegas y Kyungsoo no pudo hacer más que sonreír.

-Hola-saludó con dulzura obteniendo un quejido como respuesta-Te quitaré la venda, ¿de acuerdo?

El menor asintió lentamente y esperó pacientemente mientras el desconocido con la voz bonita le quitaba la venda, sentía los dedos ajenos temblar y su piel estaba tibia, eso le gusto. Parpadeó repetidas veces en cuanto la venda se hubo ido y finalmente miró al frente encontrándose con el rostro más hermoso que jamás había visto.

Usaba un parche que ocultaba la mitad de su rostro pero aún así Kai seguía encontrándolo precioso, sólo uno de sus grandes orbes rojos era visible, sus gruesos labios estaban entreabiertos y su blanca piel brillaba bajo a luz de esa sala. Quiso tocarlo pero se olvidó de los grilletes en sus muñecas, les gruñó y los miró con odio antes de volver a dirigir toda su atención al bello ser que ahora lo miraba con algo parecido al asco.

-Señor, yo...

-Destrúyanlo-dictaminó con una voz gélida.

-¿Qué?-musitó Kana.

-¡He dicho que lo destruyan!-elevó la voz furioso.

Se negó a volver a mirar a ese chico y salió de ahí cuanto antes porque sentía que podría llorar. Ese no era su Jongin, esos ojos ámbar le eran desconocidos así como lo era ese brillo perverso en ellos, ese chico era una abominación y no quería volver a verlo.

Sin embargo, Kana se opuso a sus órdenes y le advirtió que ella no haría nada en contra de aquel chiquillo, fue por eso que se vio obligado a volver a ese lugar para así darle fin con sus propias manos.

Ojos ámbar se clavaron en él cuando entró a esa solitaria habitación donde él lo aguardaba, su único ojo se volvió negro y sus garras aparecieron alzándose afiladas y letales frente al chico.

Un gimoteo lo detuvo a centímetros de su rostro cuando lanzó el primer ataque, lo miró con atención encontrándose con que no era por miedo porque gimoteaba, fue por eso que la curiosidad pudo más y con una de sus afiladas garras cortó el bozal que le impedía hablar.

-Me llamo Kai y quiero saber tu nombre si voy a morir-dijo tan pronto como el bozal cayó al suelo.

Kyungsoo se quedó inmóvil tras escucharlo hablar, el mundo se congeló para él y su muerto corazón dio un latido de vuelta a la vida.

-Kyungsoo-susurró apenas.

-Pues... es un placer conocerte Kyungsoo-sonrió sinceramente tras decir eso.

Un segundo, tercero, cuarto, quinto y muchos más latidos reavivaron algo en su interior porque aunque no era Jongin, ni sus ojos, ni su aura; sí era su voz y su sonrisa. Sus rodillas cedieron dejándolo hincado frente a él, sus manos acunaron ese rostro tan familiar y desconocido haciéndole imposible seguir luchando contra las lágrimas.

-Dilo... di mi nombre de nuevo-pidió con un hilo de voz.

-Kyungsoo-repitió con algo parecido a la ternura tiñendo su voz.

Un pequeño sollozo brotó de sus labios y sus brazos se envolvieron alrededor de esa delgada figura, y dolió, porque descubrió que no era el dulce aroma de la Reina de la noche la que esa piel desprendía y eso tan sólo sumaba algo más a la gran lista que le recordaba que él no era su Jongin, sin embargo, era su rostro, su voz y su sonrisa; y sí eso era todo lo que se le permitía conservar, lo tomaría con gusto.

><><>< 

Ese recuerdo le perforó el corazón reviviendo sus peores temores y los maldijo a todos una y mil veces, porque Kai era todo lo que le quedaba y ahora también querían arrancarlo de su lado, quería llorar por la rabia que lo quemaba por dentro pero tampoco podía mostrase débil porque él era a quien debían temer todos en ese lugar.

-Se-señor-llamó un muchacho perteneciente al equipo médico.

-¿Cómo está?-preguntó rápidamente ignorando lo ansioso que pudo oírse.

-No-nosotros... no podemos estabilizarlo... ne-necesitamos a la doctora Kana-informó nerviosamente.

-Ella ya no es más parte de mi equipo, hagan su trabajo-ordenó con un amenazante gruñido.

-Pe-pero...

-¡MANTÉNGANLO CON VIDA O VOY A MATARLOS A TODOS!-gritó furioso y desesperado.

Sus manos apretaban con fuerza el frágil cuello del joven humano que lo miraba con los ojos empeñados por las lágrimas y el pánico, lo liberó a regañadientes y lo vio correr completamente aterrorizado de vuelta a la sala donde Kai se encontraba.

El tiempo comenzó a avanzar muy lento; era como una negra sombra que ahora se hallaba a su lado sólo burlándose de él porque no dejaba de mirar a la puerta de la sala donde Kai estaba, se había comenzado a morder las uñas en algún punto del pasado y cada quince segundos su mano derecha se pasaba por su cabello en una lucha por reducir su ansiedad.

Las lágrimas picaban en su ojo, su pecho ardía y repentinamente el dolor de la cicatriz, que el parche ocultaba, volvió aumentando gradualmente, todo su cuerpo comenzó a temblar y sin que él lo pidiera, sus blancas alas aparecieron envolviéndose sobre él como alguna clase de escudo.

Quería gritar pero su voz era detenida por el nudo en su garganta, oyó la puesta abrirse por fin y su ansiosa mirada fue hasta el jefe del equipo médico que parecía estar a punto de desmayarse. Retrajo sus bellas alas y caminó rápidamente hasta el tembloroso hombre que había comenzado a respirar agitadamente.

-¿Cómo está?-preguntó rápidamente.

-Hi-hicimos lo mejor que... que pudimos... ta-tan sólo queda esperar-tartamudeó el pálido hombre.

-¿Qué?-gruñó.

-Y-yo... l-la herida e-es algo que ja-jamás había vi-visto y po-por eso...

-Muy bien-dijo fríamente-En ese caso tomaré sus insignificantes vidas como garantía-advirtió-¡Guardias!-llamó fuerte y claro, un grupo de hombres aparecieron pocos segundos después.

-Señor-llamó uno de ellos.

-Lleve al equipo médico al calabozo y espere mis órdenes.

-¡¿Qué?!-exclamó el jefe del equipo médico invadido por el miedo-Se-señor... por favor no...

-Les recomiendo que recen porque Kai se recupere-les aconsejó antes de ingresar a la habitación ignorando las suplicas y llamados de aquellas personas.

Su angustiada mirada pronto se encontró con el cuerpo de Kai y prácticamente corrió hacia él, lo recorrió con la vista de pies a cabeza deteniéndose en la enorme herida en su pecho que tenía su rostro contraído en una mueca de dolor.

-Todo saldrá bien-prometió sosteniendo con sus pálidas manos una de las del más joven-No puedo perderte también a ti... -susurró-No te vayas... -pidió antes de depositar un pequeño beso en su mano-Tú no me dejes, me da miedo estar solo-musitó.

Recostó cuidadosamente su cabeza sobre el vientre del menor y cerró los ojos para así no llorar, su cabeza continuaba repitiéndole que estaría todo bien y se aferró  a esos pensamientos porque era todo lo que podía hacer.

"No voy a perderte a ti. Nada te arrancarte de mi lado todavía, tú eres mío.”

Notas finales:

Ya dejen de hacer sufrir al Dodo TT~TT


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