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Demonically angelic por DNA

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Notas del capitulo:

Último OuO

Sus orbes color esmeraldas buscaban con ansiedad por todos lados sin hallar nada y comenzaba a frustrarse a medida que ese revoltijo en su estómago se hacía peor, quería llorar a causa de la culpa que lo atormentaba porque sabía que una parte suya había deseado eso y sin embargo había gritando cuando había visto el fuego envolver al alto pelinegro.

 

Había bajado del árbol tan pronto como había podido y ahora corría buscándolo, rogando porque estuviera bien y no hubiese muerto, pero no lo hallaba y comenzaba a pensar lo peor. Algo se movió entre una pila de escombros a lo lejos y Baekhyun corrió hasta ella comenzando excavar casi desesperación.

Una enorme figura se levantó de entre ellos pero estaba muy lejos de ser el pelinegro, Baekhyun retrocedió totalmente tratando de escapar del Cazador, tropezándose con algo y terminando en el suelo. La bestia le rugió justo en la cara y él tan sólo pudo permanecer ahí congelado en espera de lo peor, el Cazador se lanzó contra él pero no llegó ni a rozarlo, terminando en el suelo dejando ir un berrido de dolor para finalmente dejar de moverse.

-Te dije que esperaras por mí, pequeño rayo de Luna.

-¡Estás vivo!-chilló eufórico y antes de pensar en lo que hacía, se lanzó sobre los brazos del de ojos violeta.

Para Chanyeol esa acción le resultó por demás inusual pero no hizo nada por empujar al pequeño ojiverde, aunque en realidad aquello tampoco fue algo muy duradero y pronto el pequeño mestizo se había alejado con las mejillas pintadas de rojo.

-Yo... lo que quería decir era que está bien que estés  vivo-murmuró sin mirarlo a los ojos.

Chanyeol encontró la actitud ajena demasiado curiosa como para ignorarla y sin pedir permiso, sus manos se estiraron hasta tocar las sonrosadas mejillas del pequeño chico, el color se hizo algo más intenso y él ladeó él rostro en un gesto curioso porque nunca había visto algo así en su vida, sus manos pellizcaron y aplastaron los mofles del más bajito recibiendo un manotazo que lo hizo fruncir el ceño y mirar mal al otro.

-Eres un bruto, eso dolió-se quejó el de ojos verdes.

-¿T-te hice daño?-preguntó sintiéndose repentinamente culpable.

-No, no es para tanto, yo estoy bien-se apresuró a decirle para así borrar la expresión de arrepentimiento en el rostro ajeno.

-Ya veo-asintió-¿Por qué tu rostro cambia de color? ¿Es una especie de camuflaje o algo así?-preguntó curioso recibiendo una mirada confusa del pequeño chico.

-¿De que hablas?-bufó-Eso de ninguna forma es un camuflaje.

-¿Qué es entonces?

-Bu-bueno...

Sus mejillas volvieron a colorearse de rojo y tuvo que desviar la mirada para así no tener que ver los ojos ajenos, sus ojos se posaron en la nada que repentinamente fue iluminada por una brillante luz blanca haciendo que su corazón se hundiera.

-No, Sehun no-susurró girándose rápidamente-¡SUHO! ¡MAX!-gritó angustiado, algo le decía que tenía que darse prisa y tenía mucho miedo entonces.

***

Nadie se había movido luego de que esa criatura se había desvanecido y el rubio no podía apartar la mirada del lugar donde él había estado minutos atrás.

¿Realmente era él? ¿Era realmente posible que el causante de la muerte del príncipe Jongin siguiera con vida?

Se preguntó insistentemente Lay que todavía no podía dar crédito al hecho de haberlo visto siquiera.

-¡Lu!-la eufórica voz del hermoso castaño que lo acompañaba lo devolvió a la realidad.

Él ya se encontraba de pie en el suelo y su mano estaba sobre uno de los brazos del pequeño rubio, sus azules ojos brillaban llenos de alegría y esperaba ver la misma alegría en los ojos grises de su pequeño príncipe pero no fue así, la mirada que Lu le dirigió al otro fue de total rechazo y con un brusco movimiento se zafó de su agarre para correr lejos.

-Lu-musitó decepcionado y sus bellos ojos azules se cubrieron de tristeza.

-Príncipe, discúlpese ahora-ordenó sujetando al menor luego de atraparlo en medio de su carrera.

El pequeño lucho con fuerza, escuchaba el llanto de alguien a lo lejos pero su atención estaba sólo puesta en el pequeño niño que se retorcía luchando por liberarse y él no entendía nada sobre esa inusual actitud en el pequeño rubio que siempre había sido la criatura más dulce y obediente que él conocía.

-Usted no puede...

-¡DÉJAME IR!-le gritó.

Lay se sorprendió tanto ante eso que terminó por liberarlo y simplemente lo observó hasta que cayó de rodillas junto al cuerpo inmóvil de ese pelinegro, abundantes lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas y Lay apenas pudo creerlo cuando lo vio tocar a ese humano.

-¡Sehun!-lo llamó llorando-¡Sehunnie despierta!-imploró mientras movía ligeramente su cuerpo.

-¡No puedes hacernos esto!-dijo el castaño muchacho en el cual Lay apenas reparaba y que lo dejó aún más sorprendido por su increíble parecido con Lu, ambos lloraban mientras llamaban a ese hombre.

Lay vio estupefacto como su príncipe enviaba una gran chispa de Luz al cielo como llamando a alguien, alguien se sujetó a su brazo y al mirar a su lado se encontró con un par de tristes ojos azules pero él no sabía que decirle cuando él mismo no entendía absolutamente nada.

-Excelencia-musitó con tristeza el bello castaño.

-Tranquilo-susurró antes de apartarse de su lado e ir hasta donde su príncipe estaba.

Por un instante no supo que hacer hasta que finalmente apartó a ambos menores y colocó su mano sobre el pecho del humano, comprobando así que estaba con vida, no había ninguna herida visible en su cuerpo pero aún así él no despertaba, sus ojos se conectaron con los angustiados ojos grises de su príncipe y no supo que decirle.

-¡Por aquí!-vociferó a alguien a lo lejos.

Sus ojos se toparon con un grupo de hombros que iban hacia ellos, su líder comenzó a dar órdenes que él no alcanzó a escuchar y un segundo después él estaba junto al joven hombre que se encontraba en el suelo, aún podía escuchar a Lu y al muchacho castaño llorar y se sintió abrumado, era la primera vez en años que él no tenía el control de una situación y no sabía cómo actuar.

-¡Sehun!-escuchó un desesperado llamado y rápidamente se puso de pie, sus ojos se encontraron con un par de aguados ojos verdes y una vez más se encontraba en estado de shock.

El lindo joven de ojos verdes se abrió paso hasta llegar al muchacho en el suelo, gruesas lágrimas comenzaron a correr libremente por sus mejillas y sus manos movían bruscamente el cuerpo en el suelo mientras lo llamaban insistentemente. Un distintivo olor lo devolvió a la realidad y su ceño se frunció al toparse con el perro guardián del rey de Tenebris.

-Lay-gruñó casi con asco el general.

No se molesto ni en devolverle la mirada y rápidamente fue hasta donde el jovencito de ojos azules miraba todo lleno de miedo, su brazo derecho rodeó sus temblorosos hombros y se esforzó por darle una sonrisa tranquilizadora.

-El transporte llegó-dijo fuerte y claro un hombre alto de cabello rojizo.

-Ya saben que hacer-habló el que ahora sabía era su líder.

Todo se volvió un frenético ir a venir para que segundos después el pelinegro fuera puesto sobre una camilla y su cuerpo fuera transportado al interior del vehículo que había llegado recién, Lay no planeaba intervenir sino hasta que vio a su príncipe con la intención de subir también al vehículo  y se apresuró a sujetar su brazo.

-Suéltame-ordenó el pequeño rubio.

-Esto ya no es asunto suyo, debemos volver a Incendium-dijo firmemente.

-No voy a dejarlo, déjame ir-exigió.

-Los asuntos humanos no son de nuestra incumbencia-le recordó tirando de su brazo.

-¡Retrocede ahora, es una orden de tu rey!-elevó la voz autoritariamente.

La mano de Lay lo liberó lentamente muy a su pesar y se vio obligado a bajar la mirada al suelo, apretó los puños con fuerza sintiendo la necesidad de decir que no pero Lu era su rey y nada podía decir para ir en contra de sus deseos.

-Encargare de Lux por favor-le encargó antes de ir se hasta ese vehículo.

Lo vio detenerse cuando llegó hasta donde estaba el joven castaño y el sorpresivo mestizo de ojos verdes, el ojiverde no se veía nada feliz y estaba cerrándoles el paso, él se veía furioso aún en contra de las lágrimas que estaban resbalando por sus mejillas.

-¡Desaparezcan, todo esto es su culpa!-casi gritó el de ojos verdes-¡Váyanse!-exigía.

-¡CÁLLATE DE UNA VEZ Y DEJA DE SER UN ESTORBO!-gritó furioso Lu.

El de ojos verdes y Lay se quedaron estupefactos luego de la respuesta del menor que pasó importándole nada si ese chico seguía ahí o no, sus atónitos ojos siguieron al rubio y al castaño que ya estaba dentro del vehículo, el castaño inmediatamente había tomado la mano del pelinegro mientras que Lu había recargado su cabeza sobre el pecho de ese hombre y eso lo hizo sentir más que horrorizado porque su príncipe estaba tocando con tanta libertar a un ser tan impuro como ese hombre.

-Su excelencia-llamó uno de los soldados de los que ya hasta se había olvidado por estar prestando atención a toda esa locura-¿Qué hacemos?

-Ustedes regresen a Incendium, su alteza y yo nos quedaremos hasta que el príncipe termine con su asunto y podamos volver-indicó de mala gana.

-Entendido-respondió el soldado antes de retirarse con una reverencia y darle las instrucciones a seguir a todos los demás.

-¿Su excelencia?-llamó el temeroso castaño.

-Vamos, iremos con el príncipe Lu y luego de que él termine vamos a volver a casa-prometió.

El bello joven asintió dudoso y lo siguió dejando que fuera él quien lo subiera nuevamente al blanco cabello, lo esperó a pacientemente hasta que terminó de ocuparse de Lux que aunque se levantaba algo aturdida se encontraba perfectamente.

-Síguenos-le ordenó Lay a la bella loba antes de montarse también en el caballo, su mirada de desprecio su clavó en la figura del pelinegro de ojos violeta que sostenía con una mano el brazo de un histérico mestizo.

-Las miradas no matan, señor justicia-se burló Chanyeol al notar la mirada de desprecio del rubio.

-Lamentablemente-gruñó, sus mano sujetaron fuertemente las riendas y pronto el blanco caballo comenzó a avanzar a todo galope tras los vehículos humanos.

-¡Déjame ir!-repitió el de ojos verdes chillonamente como venía haciendo hacía rato, Chanyeol casi se había olvidado de él.

-Tranquilo, iremos con ellos-aseguró.

-No, haré que ese pequeño bastardo se arrepienta de cómo me habló y lo alejaré de Sehun de una vez por todas-le juró al pelinegro.

-No puedo dejarte ir, pequeño rayo de Luna-se encogió de hombros ignorando la mirada fulminante del otro-No es nada en tu contra pero no debes entremeterte en los asuntos de mi príncipe, tu vienes conmigo-sentenció, su mano liberó lentamente al más pequeño y caminó con tranquilidad hasta otro lugar de donde levantó el cuerpo de una mujer humana

-¿Qui-quién…?

-Ella también vendrá, la necesito después de todo-informó tranquilamente.

Lo siguiente que Baekhyun supo fue que estaba sobre el lomo de un Cazador con esa desconocida mujer entre sus brazos, quiso gritar cuando esa cosa comenzó a avanzar a una velocidad que pronto comenzó a marearlo pero ese tipo no le dio ni tiempo para sentirse asustado luego de que su brazo se envolviera en su cintura para sostenerlo ya que él no podía hacerlo por sí mismo cuando llevaba a esa mujer, el camino estaba lleno de baches y Baekhyun estaba seguro de que hubiese vomitado de no ser por el olor que ese sujeto desprendía y que ayudaba a relajarlo.

-No me has dicho tu nombre-dijo él en algún punto del trayecto.

-Ni tu el tuyo-gruñó en respuesta.

-Soy Chanyeol, mucho gusto-le sonrió ampliamente aún sin estar seguro de si el de ojos verdes estaba viéndolo.

-Baekhyun-musitó casi en un susurró.

-Baekhyun-repitió el más alto.

Ninguno volvió a cruzar palabra alguna hasta que finalmente llegaron al refugio donde Jena debería estar esperándolos, Baekhyun se bajó sin saber cómo, dejando a esa extraña mujer en los brazos de Chanyeol, corrió por los pequeños pasillos de su escondite provisional y al llegar a la habitación que había sido destinada para la enfermería, se encontró con Han y Lu parados firmemente frente a la puerta.

La rabia lo obligaba a avanzar pero nuevamente no fue más que un muñeco que Chanyeol sujetaba con una sola mano y sin esfuerzo alguno, impidiéndole avanzar, le gruñó siendo ignorado como todas las veces anteriores.

-Me ayudaras con esto-afirmó porque no le estaba preguntando si quería hacer o no, y ni tiempo tuvo de protestar cuando Chanyeol ya lo arrastraba lejos de aquel lugar.

Lay se mantuvo al margen de aquel patético espectáculo pero sin duda mantendría vigilado al despreciable lacayo del rey de Tenebris, sintió un ligero apretón en su mano y al mirar hacia su izquierda su encontró con la mirada afligida de un pequeño castaño.

-Quiero hablarle-susurró nervioso.

-Puede hacerlo, usted es su prometido después de todo-le recordó.

-Pero él está muy alterado y…

-No tema, estoy seguro de que él no le haría daño a usted cuando sepa quién es-aseguró.

El tímido joven de ojos azules asintió dudoso y él le dio a cambio un ligero empujón animándolo a acercare, él dudó durante unos instantes antes de cambiar su mirada nerviosa por una decidida y acercarse hasta donde Lu se encontraba.

-P-príncipe Lu-llamó tímidamente.

Inexpresivos ojos grises se fijaron en sus azules orbes, trató de sonreírle lo más natural posible y sin pedir permiso se acercó hasta el pequeño rubio y tomó su mano sin su consentimiento porque estaba bien, iban a casarse después de todo.

-Todo saldrá bien, ya verá como su amigo se recuperará-aseguró en un intento por animarlo.

Lu miró inmutable el agarre en su mano y luego al desconocido joven que sostenía su mano,  Lay se acercó hasta ellos son una sonrisa inmensa en los labios y algo le dijo que no le iba a gustar lo que venía.

-Príncipe Lu, este joven es Minseok, la persona que la Luna ha elegido para usted-anunció Lay casi con orgullo.

Han lo miró brevemente pero no dijo absolutamente nada al respeto y continuo con la mirada fija en la puerta en espera de cualquier noticia sobre Sehun. Lu sintió un amargo sabor instalarse en su boca luego de que sus ojos se cruzaran con los ojos de ese muchacho, él era innegablemente hermoso y también parecía alguien bueno pero Lu no lo quería y no iba a hacerlo de ninguna forma.

-Ya veo-fue su simple respuesta consiguiendo una enorme sonrisa de parte del joven de claro cabello castaño.

-No sabe lo preocupado que hemos estado por usted pero nunca nos rendimos y ahora que por fin lo encontramos nosotros… ni siquiera sé la forma correcta para describir todo lo feliz que me siento y además… su voz… usted puede… su voz es hermosa-halagó permitiéndose dar una suave caricia en una de las suaves mejillas del menor-Todo usted es hermoso.

-Gracia-masculló alejando la mano ajena, no quería su tacto, se sentía repugnante.

-Y-yo…

-Quiero que él se vaya-le dijo a Lay importándole poco si él estaba ahí escuchándolo.

Ambos mayores lo miraron estupefactos, vio la tristeza aparecer en los ojos de Minseok y simplemente dio la media vuelta regresando toda su atención a la puerta cerrada. Han pasó uno de sus brazos por sus hombros dejando aún más incrédulos a ambos mayores porque él seguía siendo de Tenebris, mestizo o no, sin embargo él también parecía ser el único que comprendía el sentir de Lu.

Notas finales:

No pues... creo que no te quieren Minseok... 

Y pues bueeeeeeeno, eso ha sido todo por hoy, muchísimas gracias por leer y hasta la próxima.

Las amuuuuuu <3


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