Eran las cinco de la mañana cuando el estúpido que se suponía estaba cuidándolo, lo obligó a levantarse y lo llevó casi a rastras al maldito campo de entrenamiento, Han no quería ir porque no podía dejar de sentirse como basura por lo que le había hecho a Jerry pero no era como que se lo pudiera decir a Sehun para ver si lo liberaba.
Desde el inicio todo señaló que algo no andaba bien, Baekhyun no llegó de inmediato como se suponía debía hacerlo y cuando por fin se apareció solamente fue hasta Sehun, que estaba ahí para vigilar que no se escapara, y le dijo algo al oído.
-No vayas a moverte-le advirtió el mayor antes de irse rápidamente tras Baekhyun.
Han no se molesto en responderle como acostumbraba, se abrazó a sí mismo y dejó la mirada clavada en el suelo escuchando los murmullos de todos sus demás compañeros, no se molesto en prestar atención al inicio pero se vio obligado a hacerlo cuando el nombre de su víctima salió a relucir.
-Lo encontraron en los baños, dicen que estaba pálido como una hoja de papel y con la mirada pérdida-dijo la rubia que relataba la historia para los demás.
-¿Se recuperará?-preguntó alguien más.
-Nadie lo sabe, él ni siquiera puede hablar con coherencia, lo único que repite sin parar son disculpas. La doctora Jena dice que se volvió loco.
-Pobre Jerry.
-También hay unas extrañas marcas en su cuerpo, los superiores no dejan de decir que lo mejor sería que volviera a su hogar-finalizó la rubia.
-Todo es muy extraño-comentó un chico del grupo-Jerry estaba muy bien ayer, nadie lo volvió a ver luego de que fuera a duchase y para entonces todos ya habíamos utilizados los baños menos...
La mirada de aquel chico se posó sobre la suya que no vacilo en lo más mínimo y la sostuvo, la rubia de antes dijo algo que él no consiguió escuchar del todo, un par de manos sujetaron sus antebrazos con fuerza y comenzaron a agitarlo violentamente.
-¡¿Qué le has hecho pequeño desgraciado?!-Baekhyun casi le estaba gritando y no dejaba de sacudir su cuerpo de esa forma tan brusca.
-¡Suéltame!-exigió y empujó al otro-¡No sé de que mierda estés hablando!-se defendió.
-¡Tú fuiste el último que vio a Jerry! ¡¿Qué le hiciste?!-exigió saber.
-¡No le hice nada!-afirmó-¡Detenlo!-le ordenó a Sehun que miraba todo sin hacer nada.
-Di la verdad-dijo seriamente Sehun.
-¡YO NO HICE NADA!-gritó antes de empujar al pequeño pelinegro-¡Me niego a pagar por su incompetencia!
-Tú...
-Baekhyun, para-ordenó autoritario Suho-Que presuntamente Han haya sido el último en verlo no prueba nada.
-¡Él fue, le hizo algo a Jerry!-lo acusó Baekhyun.
-¡No es así!-mintió, no quería hacerlo pero que ellos supieran la verdad únicamente haría que Lu y él sufrirán.
-Vamos a hacer esto como se debe-sentenció Suho-Realizaremos la investigación correspondiente-dijo mirando en todo momento a Baekhyun-Lo lamento-se dirigió entonces a él.
Y un grueso par de grilletes eran colocados sobre sus muñecas a la vez que él le dirigía una incrédula mirada al mayor que trataba de sonreírle tranquilizadoramente, llevó entonces su asustadiza mirada a Sehun buscando su ayuda por segunda ocasión pero él no hizo nada igual que como la primera vez.
-Tranquilo pequeño, es algo rutinario, no va a pasarte nada pero no podemos saltarnos las reglas con nadie, todo terminara muy pronto-prometió Max con voz amable.
Han asintió lentamente, sintió la mano de Sehun darle un empujoncito para hacerlo caminar y no pudo contener las ganas de lanzarse una mirada cargada de odio que poco le importó al pelinegro. Trató de confiar en las palabras de Max ciegamente pero una pequeña parte de él le decía que no eran verdad y le recordaba constantemente que ellos no eran mejores que ese bastardo que lo había aprisionado por años, ellos mentían y él no se equivoco.
Los días comenzaron a transcurrir entre largos interrogatorios donde él respondía con lo mismo una y otra vez, todas sus respuestas eran una mentira, sí, pero no podía decirle la verdad porque entonces ellos les harían daño.
Luego del segundo día se le había prohibido ver a Lu y lo habían movido a una habitación lejos de todas las demás, había cámaras ahí con las cueles lo mantenían vigilado todo el tiempo. Suho comenzó a sentirse culpable después del cuarto día y en un intento de aliviar sus culpas lo dejó ir nuevamente a los entrenamientos para que se distrajera un poco, su intención parecía buena pero fue una mala idea.
Los entrenamientos para él solamente significaban que Baekhyun tenía la oportunidad de descargar su rabia contra él, al principió era con las practicas de combate donde él era el saco de arena de todos los demás y finalmente comenzó a hacerlo él para así darle demostraciones a los demás y él nunca se defendió.
Seguía firme en no hacer nada para lastimar a nadie, la culpa estaba matándolo, el recuerdo de lo que había hecho lo torturaba constantemente y todo eso sumado al desgaste físico estaban consumiendo sus energías cada vez más rápido, pronto comenzó a tener hambre pero no quería volver a hacerlo, no quería volver a alimentarse, se negaba a lastimar a esas personas que lo lastimaban a él.
-Quiero ver a Lu-pidió luego de que ese día cuando el rutinario interrogatorio había acabado.
-No-respondió tajante Sehun.
-Serán solamente unos segundos, por favor-pidió suplicante
-No-repitió él.
Han apretó los puños con fuerza para no perder el control y atacarlo, estaba hambriento y Sehun siempre lo molestaba pero no podía dañarlo a él, no al humano de Lu.
-¿Cuándo van a dejarme en paz?-preguntó con cansancio.
-Cuando estemos cien por ciento seguros de que tú no has hecho nada-dijo y con un suave empujón volvió a meterlo a su habitación.
-Yo no hice nada-volvió a decir como siempre-Ni siquiera me defiendo durante los entrenamientos, tengo heridas por todos lados y esta vez no están curándose... ¿por qué haría algo como aquello? ¿Cómo podría?
No podía dañar a Sehun pero sí manipularlo, mostrándose como el lobo disfrazado de oveja, Sehun tenía que creer que él era la víctima y lo consiguió, su mirada se lo confirmaba.
-Hablaré con Suho-prometió antes de irse dejándolo solo y algo satisfecho, ya tenía un problemas menos.
***
Hermosos ojos grises estaban fijos en los suyos poniéndolo nervioso, él lo miraban acusador, estaba exigiendo una respuesta pero Sehun no se atrevía a darle ninguna.
"¿Dónde está Hannie?"-ponía en el cuaderno blanco que agitaba frente a él.
-Está muy ocupado con los entrenamientos-respondió rogando porque Lu no detectara los nervios en su voz.
"¿Y por qué ya no duerme aquí con nosotros?"
-Bueno es... es porque él también necesita su espacio y quiere estar más cómodo, no le agradaba dormir en el suelo-explicó.
"Pero pudo habérmelo dicho, habríamos dejado que durmiera con nosotros."
¿Qué tan hijo de puta se tenía que ser para mentirle y hacer llorar a alguien tan inocente como Lu?, lo más seguro era que solamente hacía falta ser Sehun.
-No, no llores pequeño-pidió sintiendo como la peor de las basuras además de soportar esa creciente opresión en el pecho al ver esos preciosos ojitos comenzar a soltar lágrimas.
"Extraño a Hannie, él siempre estaba conmigo y ahora ya no, ¿hice algo mal?"-le preguntó afligido.
-No, claro que no-negó rápidamente.
"¿Por qué Hannie prefiere estar lejos de mí entonces?"
Sehun abrió y cerró la boca sin poder responder, la conversación que había tenido con el castaño hacían tres días atrás le llegó de repente, Han le había pedido ver a Lu y él le había prometido hablar con Suho pero aunque el mayor estaba en la mejor disposición de dejar ir al chico, Baekhyun no dejaba de joder.
-Ven aquí-sus grandes manos alzaron sin problema al pequeño rubio y lo sentó en su regazo para poder mirar esos bellos orbe grises mientras hablaba-Han no prefiere estar lejos de ti, solamente está muy ocupado porque quiere ser el mejor de todos para sorprenderte-mintió para así poder hacerlo sonreír.
"¿De verdad?"-sus ojitos brillaron de emoción luego de que Sehun le dijera eso.
-De verdad-aseguró.
Una melodiosa risita salió de sus bonitos labios rosas, pequeños brazos rodearon su cuello y un inocente beso fue depositado en su mejilla sacándole una sonrisa estúpida, el pequeño no tardó mucho en darse cuenta de su muy atrevido comportamiento y se alejó de inmediato con la carita totalmente roja.
"Lo siento Sehunnie, no quise ser así de atrevido."
Tardó un poco en mostrarle eso y para cuando lo hizo se había asegurado de ocultarse tras su pequeño cuaderno. Sehun se echó a reír sin poder evitarlo, se acercó al sonrojado rubio y lo alzó en brazos antes de darle un pequeño beso en la frente que lo puso mucho más rojo, Lu era simplemente demasiado adorable para ser real.
-Vamos pequeño, debemos ir con Jena para tu clase-le recordó.
Lu asintió frenéticamente todavía ocultándose tras su cuaderno, volvió a escuchar a Sehun reír pero no se atrevió a mirarlo a los ojos mientras se dirigían con la doctora Jena.
En el camino Lu notó que todo estaba casi desierto y eso le causó curiosidad, se las arregló para escribir algo rápido y luego se lo mostró a Sehun que se detuvo un momento para poder leer.
"¿Dónde están todos?"
-Hoy hay un examen para los chicos que están en entrenamiento y todos estarán observándolos-respondió.
"¿Hannie estará ahí?"
-Sí.
"¿Yo también puedo ir a verlo?"
Sehun se tensó notoriamente luego de leer eso, el menor lo miraba confundido y se las arregló para sonreírle de la forma más natural posible.
-No puedes ir, tienes clases-lo vio fruncir levemente el ceño y le pellizcó la nariz juguetonamente-Te contaré todo-prometió.
"De acuerdo"-aceptó de mala gana.
La doctora los recibió con una sonrisa cuando llegaron a la enfermería, Sehun le dio un saludo muy formal y luego se marchó dejando ahí al pequeño rubio. Todos estaban ya en el campo de entrenamiento cuando llegó.
La gigantesca reja metálica que rodeaba el área estaba totalmente rodeada por las emocionadas personas ansiosas por ver aquel espectáculo, más de uno ahí lo saludó sin recibir ni una mirada de su parte, se acercó a Suho y a Max que le dieron una sonrisa invitándolo a tomar asiento.
-¿Y?-inquirió.
-Comenzarán en cualquier momento, Baekhyun está programado a Goliat-habló Max.
-¿Usara a Goliat?-cuestionó seriamente.
Goliat era bastante popular en ese lugar, el mejor de los guardias que habían tenido. Era fuerte, inteligente y nunca se agotaba, una perfecta máquina de combate y la mejor defensa contra los Cazadores, ese era Goliat, un robot.
-Tranquilo Sehun, el robot está programado en nivel uno, no lastimara a nadie-aseguró Suho.
-¿Fue idea tuya?
-Sí, ellos son principiantes y luego de lo sucedido con Jerry es mucho más seguro así que usando Cazadores-explicó seriamente.
-Lo entiendo-asintió en aprobación.
-Bien, todo listo, comenzaremos a tu señal Suho-informó Baekhyun que recién se acercaba a ellos.
-¿Quién es el primero?
-Mira por ti mismo-señaló al campo donde todos podían ver la delgada figura de Han.
-No, sácalo de ahí ahora-ordenó rápidamente Sehun.
-¿Debes estar bromeando?-bufó-Todos hacen esta prueba y él no será la excepción-sentenció.
-Él no está en condiciones y ni siquiera va a defenderse-gruñó.
-¿Tengo cara de que me importe?-inquirió burlón recibiendo una mirada asesina de Sehun-¿Tranquilízate quieres?-resopló-El maldito robot está en nivel uno y no atacara a menos que él ataque, lo cual es obvio no pasará así que deja el drama.
-Más te vale que así sea-advirtió.
-¿Por qué te importa tanto?-preguntó molesto el pequeño pelinegro.
Sehun no respondió ante los evidentes celos del otro y volvió a poner toda su atención en el pequeño de pie en el campo de batalla, todos observaban desde afuera de las rejas en espera de una batalla digna pero Han no iba a defenderse y Sehun lo sabía, él nunca se defendía y los múltiples moretones que podían verse eran la mejor prueba de ello.
***
“¿Por qué no puedo ir a ver el examen de Hannie?”-preguntaba el pequeño mirando a la doctora con un tierno pucherito.
-Bueno Lu, es… -Jena sonrió nerviosamente al no saber que decirle-Es porque eso es solamente para los adultos y tú todavía eres pequeñito además de que estamos en clases-explicó tratando de escucharse muy segura.
“¡Yo no soy pequeño, soy grande!”-eso decía el cuaderno pero se volvía muy poco creíble cuando el pequeño rubio tenía un mohín tan tierno.
-¡Es tan lindo!-chilló Cho Ah y sin poder resistirse se lanzó a abrazar al pequeño rubio estrujándolo con fuerza haciendo reír a su jefa en el proceso al escuchar al menor gimotear desesperado.
-Ya suéltalo Cho Ah-ordenó la doctora, Lu dio una fuerte respiración y miró con un puchero a la doctora cuando esta revolvió su cabello-Sé que eres grande ya, Lu... pero ellos no se dan cuenta y no te dejaran ver, por eso mejor quedémonos aquí y aprendamos muchas cosas para que sorprendas a Sehun cuando venga-propuso.
“Está bien”-aceptó resignado.
-Muy bien entonces-asintió ella conforme-Comencemos-Lu asintió de inmediato.
***
Los ojos de todos estaban sobre él, no sabía que era lo que le esperaba porque Baekhyun no se lo había dicho, le había dicho lo que venía a todos los demás menos a él y ya debería saber que ese pequeño bastardo haría algo así.
Sus ojos recorrieron todo el lugar buscando una vía de escape de ser necesario pero todas las dos entradas con las que el lugar contaba estaban selladas, definitivamente era como estar en una jaula y eso le daba miedo aunque no pudiera decírselo a nadie.
A lo lejos distinguió aquellos bellos y misteriosos ojos que últimamente eran los protagonistas de sus más extraños sueños, deseo entonces correr hacía él y suplicarle entre lágrimas que lo sacra de ahí pero él no lo iba a hacerlo, Sehun iba a ignorar su miedo porque simplemente él no era Lu, él seguramente creía que él no sentía miedo nunca.
-¡Qué comience el show!-escuchó chillar a alguien a los lejos y no pudo evitar dar un saltito de sorpresa.
Un chirriante sonido metálico se escuchó por todo él lugar, una de las puertas, la que siempre permanecía sellada comenzó a abrirse y tras ella una gigantesca figura apareció de entre las sombras, Han gruñó al verla y por instinto retrocedió cuando la figura comenzó a caminar hacia él, la luz del sol lo iluminó por completo dejando ver a un imponente androide.
-Maldición-murmuró por lo bajo, conocía esas malditas cosas, las utilizaban en la Ciudad para mantenerlo a ralla todas esas veces que intentó escapar.
-Iniciando escáner del perímetro-dijo esa cosa con su extraña voz.
-Rayos, rayos-susurró mientras retrocedía sin que esa cosa lo viera pero todos fue inútil.
El tiempo pareció detenerse cuando esa cosa se percató de su presencia, sus piernas se congelaron en cuestión de segundos y sus ojos se quedaron fijos en él mientras el escáner hacía su trabajo, comenzó a temblar débilmente sintiendo el sudor frío bajando por sus sienes.
-Amenaza detectada, eliminar-sentenció el androide.
-Joder-maldijo cuando el enorme autómata apuntó sus armas hacía él, apenas tuvo tiempo para dar media vuelta y comenzar a correr librándose apenas de la ráfaga de balas.
Sehun supo dese el inicio que algo no iba bien, Han pareció asustarse en el segundo que había visto esa cosas, algo en su interior le gritaba que debía intervenir pero no se movió. Lo que siguió; pasó en cámara lenta ante sus ojos, vio al castaño mover los labios, dar la media vuelta y comenzar a correr cuando una lluvia de balas comenzó.
-¡BAEKHYUN!-gritó al ver lo que sucedía.
-¡No sé que mierda este pasando, Goliat no debería estar haciendo esto!-elevó la voz también mientras intentaba lograr que los comandos del robot funcionaran y así detenerlo.
-¡Abran la puerta!-ordenó.
-¡No, es peligroso Sehun!
-¡Me importa una mierda Suho, abran la maldita puerta!-exigió rabioso.
***
“Puedo ir al baño por favor.”
Jena sonrió enternecida al ver al pequeño agitar insistente su pequeño cuaderno y hacer graciosas muecas, ella asintió y el pequeño rubio salió casi corriendo hacía los baños, o eso creía Jena. Lu sabía que estaba mal engañar a las personas pero de verdad quería ver a Han, no demoró mucho en llegar a la entrada principal que daba al campo de entrenamiento pero al ver la peros cerrada frunció el ceño.
Acercó su cabeza hasta que su oído estuvo pegado a la puerta, afuera se escuchaban muchos sonidos y todos demasiado preocupantes a su parecer, los nervios comenzaron a invadirlo y comenzó a buscar ansiosamente algún lugar que le permitiera ver algo hasta que lo halló.
Horror fue lo que sintió al ver al castaño luchar desesperadamente por escapar de ese androide que conocía perfectamente, ¿era acaso que ellos los habían encontrado? La idea lo asusto como nada en el mundo y sus pequeñas manos rápidamente fueron hasta la barra de madera gruesa que mantenía la puerta cerrada.
Luchó durante lo que le parecieron siglos hasta que pudo quitarla, las puertas se abrieron de par en par ante él, sus grises ojos se fijaron en el androide y Han que yací en el suelo, gritó cuando vio a esa cosa apuntándole al castaño.
-¡LU!-gritó una aterrorizada voz desde la audiencia.
La ignoró por completó y corrió hacía donde todo estaba sucediendo, su cuerpo se volvió el escudo del mayor, el autómata parecía tener un momento de duda al verlo ahí, todo se detuvo unos segundos mientras la maquina escaneaba la pequeña figura que tenía frente a él.
-Amenaza detectada, eliminar.
La sangre del menor se congeló al escuchar eso, las armas de esa máquina fueron todas apuntadas a él, alguien le gritaba que corriera pero sus piernas se habían paralizado debido al miedo, una luz roja apuntaba a su frente, eso era todo.
-¡APÁRTATE!-gritó Han.
El mayor apenas logró moverlo cuando la detonación rompió el silencio acompañado del gritó del mayor, la sangre pronto cubrió la camiseta ajena , su cuerpo continuó inmóvil en el suelo y las lágrimas pronto bañaron su rostro cuando vio lo que le había hecho al mayor, el autómata nuevamente volvió a poner toda su atención en él.
El mayor corrió hacia él y en esa ocasión era el cuerpo del otro quien era un escudo para él, la maquina volvió a apuntar hacia ellos, el pequeño rubio cerró los ojos aterrorizado y se abrazó al castaño sin saber que otra cosa podía hacer, escucharon la nueva detonación pero nada pasó.
Los grises ojos del más pequeño se abrieron dudosos en espera de lo peor y en su lugar se encontró son Sehun con algo en las manos y el robot en el suelo, escuchaba el escándalo a su alrededor y cuando aquel par de maravillosos ojos chocaron con los suyos sintió como él aire abandonaba sus pulmones. Lu podía decir entonces y sin ni una duda que nunca en su vida había conocido a nadie ni la mitad de impresionante que él.
-¿Están bien?-preguntó el pelinegro regresándolo a la realidad con su voz.
Recordó entonces que Han estaba herido, consiguió moverse entonces y colocarse de frente al castaño, su mirada preocupada buscó la ajena que estaba oculta tras su cabello, su mano izquierda estaba sobre su hombro derecho que era manchado con su sangre, quiso tocarlo pero solamente recibió a cambio un empujón y una mirada cargada de desprecio.
-¡NO ME TOQUES!-le gritó con fuerza.
Sus ojos estaban rojos y sus colmillos eran ligeramente visibles, un temblor recorrió el cuerpo más pequeño y al ver el miedo en esos bonitos ojos grises y lo único que pudo hacer fue correr lejos de todos.
-¡VEN AQUÍ AHORA!-le gritó de vuelta un furioso Sehun.
Sintió las manos de el mayor sobre él ayudándolo a ponerse de pie, apenas pudo estar de pie correctamente salió corriendo tras el mayor. Podía entender entonces todo el mal humor y la desesperación que había sentido proveniente del mayor, lo estaban obligando a luchar cuando él ya tenía suficiente con tratar de controlarse a sí mismo para no hacer ninguna otra cosa mala.
-¡Lu!-escuchó la voz de Sehun y se detuvo de golpe-Tranquilo pequeño, no dejare que él te haga daño-prometió, su mano sujetó con delicadeza su brazo tratando aliviar su miedo pero la reacción que esperaba tener fue totalmente opuesta.
El pequeño rubio retiró su brazo rápidamente mientras negaba frenéticamente con su cabeza un par de veces y para cuando dejo de hacerlo sus ojos empeñados por las lágrimas lo miraban con reproche, lo vio escribir algo apresurado, dejo el cuaderno en sus manos y sin mirar atrás se echó a correr nuevamente.
“Sí Hannie se va, yo me iré con él.”
Eso era lo que ponía en el cuaderno, lo leyó más de una vez como si esperaba que las palabras cambiaran pero no lo hicieron y no lo harían porque él era un mero desconocido para ese pequeño que tan valioso se había vuelto para él.
***
La sensación de estar flotando pronto se convirtió en una de asfixia que lo obligó a abrir los ojos, un lugar desconocido era lo que lo recibió, había personas caminando por fuera de eso que parecía un callejón y que lo mantenía ocultó de todos los transeúntes, tuvo miedo por un segundo de haber ido de vuelta a la Ciudad pero esa idea fue rápidamente descartada al darse cuenta de lo deteriorado y desagradable que era el callejón donde se encontraba.
La Ciudad era un lugar demasiado pulcro para tener un callejón así de asqueroso, descubrió entonces que estaba en una de las poblaciones que los Incensarios habían construido, había escuchado de ellas antes pero no creyó que fueran reales hasta ese momento. Tomó una decisión entonces, podía alimentarse en ese lugar y no lastimaría a ninguno de los valiosos humanos de Lu.
Con eso en mente sus manos fueron hasta la capucha del abrigó que había tomado antes de trasladarse ahí y la acomodo saliendo de su escondite, miró a todos lados buscando a su nueva víctima hasta que sus ojos fueron hasta lo que parecía un bar, el lugar era perfecto sin duda y nadie recordaría nada para cuando él se marchara.
Entró al lugar y no le sorprendió en absoluto encontrar el lugar llenó de hombres de aspecto desagradable que apenas podían mantenerse en pie y que se reían de cualquier cosa, el olor ahí era repugnante y el aspecto no era el mejor tampoco, había sin duda una diferencia abismal con la Ciudad.
Avanzó entre las personas hasta llegar a la barra y revisar rápidamente el perímetro en busca de su víctima, frunció el ceño de inmediato al darse cuenta que todos ahí le resultaban demasiado repugnantes para considerar alimentarse de ellos pero debían ser ellos si no eran las personas en la Fortaleza.
-Hola preciosa-saludó la áspera voz de alguien a su lado.
Llevó sus ojos hasta aquel sujeto y por un instante pensó en correr al ver bien al desagradable hombre pero no podía escoger de todos modos, esbozó su mejor sonrisa para él y se movió hasta quedar de frente a él.
-No soy una chica-dijo divertido mientras se quitaba la capucha y dejaba ver su rostro.
El hombre más grande pareció aturdido luego de verlo, dio un paso más cerca de él ensanchando su sonrisa cuando él tembló ligeramente pero no intentó escapar de él de ninguna manera como cualquier otro lo haría.
“Tonto.”
Una exclamación de susto terminó a medias en la boca del desconocido cuando un par de rojos orbes lo atraparon, todo se volvió borroso, confuso y oscuro, había una sonrisa perversa en los tentadores labios de ese niño que se dio la media vuelta y comenzó a caminar seguido de su cuerpo sin voluntad, se había convertido en la marioneta de esa bonita criatura que quien sabe que planeaba hacerle.