-Así que... ¿realmente te irás?-preguntó fingiendo desinterés.
-Sí-musitó.
Un pesado silencio se apoderó de la habitación entonces, Han miraba al suelo igual que el pequeño niño que estaba sentado sobre la cama con su cuaderno blanco en las manos. Esos eran los últimos instantes que iban a compartir y el castaño no podía creerlo todavía, le parecía algo casi increíble lo mucho que todo había cambiado desde la tarde de ayer, porque habían bastado esas pocas horas para romper un promesa de hacía años.
-Prometiste quedarte aquí hasta que ambos pudiéramos volver a casa-masculló, de alguna forma él tampoco quería que se fuera, habían crecido juntos después de todo.
-Lo sé. Lamento romper mi promesa pero... es necesario que haga esto.
-No, no es así y yo también estoy seguro de que tú no quieres irte-afirmó molesto.
-Pero debo hacerlo.
-Sehun no quiere que te vayas tampoco-murmuró-Él ni siquiera entiende que está sucediendo y tú ni siquiera le permites una explicación, simplemente haces todo por evitarlo y te encierras en esta habitación junto con Minseok como un cobarde-reprochó.
-Lo sé también, pero en serio es lo mejor porque de lo contrario no tendré el valor para irme dejándolo atrás-susurró con la voz en un hilo.
-¿Por qué has decidido esto?-preguntó molesto-¿Fue por lo que pasó ayer con Sehun?
-¿Él te lo contó?-preguntó avergonzado.
-No y no tengo idea de que fue lo que pasó pero sé que fue algo grave por como actuaban ambos, sin embargo, esa no es la cuestión, te pregunté si es por eso que te vas-dijo seriamente.
-No.
-¿Entonces es por Lay?-Lu agachó la cabeza-Eso no fue culpa tuya sino de Kyungsoo, es por eso que debes quedarte, es tu deber hacerlo pagar-afirmó.
-No… mi deber es asegurarme de mantenerme con vida-musitó-Soy lo único que le queda a mi pueblo y debo volver porque se lo debo a Lay. Además, de esta forma también los ayudo a ustedes.
-¡¿En qué nos ayuda que vayas y te escondas?!-exigió saber, se sentía traicionado.
-Sí yo me voy, lo que sea que Kyungsoo este planeando fallará, nos necesita a los dos pero sino puede llegar a mí sus planes se quedaran a medias-explicó.
Han no pudo objetar nada contra eso porque él tenía razón, pero aún así no quería verlo marcharse, era algo extraño pero simplemente la idea no le gustaba y lo hacía enojar porque ellos siempre habían estado juntos pero ahora Lu iba a irse y eso no se sentía correcto.
-¿Lu?-llamó Max al otro lado de la puerta.
-Adelante-dijo el pequeño rubio.
La puerta se abrió lentamente y tras ella apareció la gran figura del pelirrojo, la sonrisa que siempre portaba en su rostro se veía apagada ese día y su mirada carecía de esa chispa que la hacía única. Incluso él estaba triste por su partida, todos lo estaban en realidad.
-Ya llegaron-anunció el mayor con tristeza.
-Ya voy-asintió.
-Bien, iré a avísales.
-Max-llamó rápidamente antes de que él se fuera-Muchas gracias por todo-sonrió débilmente.
El mayor tan sólo negó y sin más salió de la habitación dejando a ambos menores solos. Lu no tardó en ponerse de pie ante la atenta mirada de Han, abrió su blanco cuaderno y arrancó una hoja que seguidamente dobló perfectamente.
-¿Vienes?-le preguntó al mayor extendiéndole su mano.
Han lo observó seriamente durante largos minutos antes de finalmente tomar su mano y comenzar a caminar, y eso en realidad era una acción demasiado familiar para ambos, ya que durante varios años los dos habían caminado de la mano del otro, desde el primer día en que su tormento inició.
-¿Lo recuerdas?-murmuró el pequeño rubio-¿La primera vez nos tomamos de la mano?
-Sí-respondió en voz baja.
><><><
"¡TE ODIO!"
Gritaba desgarradoramente por dentro ya que su voz ya no salía, la boca le sabía amarga y las lágrimas apenas lo dejaban ver aunque eso era lo de menos ya que en su cabeza sólo podía preguntarse el porqué de eso.
-Todo hubiera sido menos doloroso si hubieses cooperado desde el inicio-le dijo ese maldito ser.
"¡Lárgate!"
Quería gritarle eso y muchas otras cosas pero no podía ni moverse, él se puso en cuclillas y tocó su rostro provocándole puro miedo y asco, tanto, que incluso tuvo las fuerzas suficientes para moverse y tratar de huir de él; ya no quería más, ya no podía.
-Alguien necesita una nueva lección, ¿verdad?-habló con voz maliciosa.
Sus ojos se cerraron con fuerza al ver la mano ajena tratar de alcanzarlo pero él no llegó a tocarlo nuevamente y en su lugar hubo dos fuertes alaridos hicieron eco dentro de esa pequeña habitación, sus ojos se abrieron de golpe y sólo pudo ver la pequeña figura de un niño con las manos en el rostro de ese hombre que lo había lastimado.
No tardó en reconocerlo como el pequeño hijo de la reina de Incendium, era él quien estaba haciéndole daño a ese asqueroso tipo y también a sí mismo al estar tocándolo. El pequeño rubio pronto terminó en el suelo y el furioso sujeto de los ojos ámbar comenzó a avanzar hacia él.
-Pequeño hijo de...
"¡NO!"
-¡Retrocede ahora, Kai!-dijo una potente voz.
El puño de Kai se detuvo a centímetros del pequeño niño que no perdió tiempo y corrió hasta donde él estaba.
-¡Ese pequeño hijo de perra me atacó!-vociferó él.
-Por imbécil-dijo el tipo del parche consiguiendo un gruñido de parte del moreno-Ya hiciste tu trabajo, largo-ordenó.
El otro obedeció y salió de ahí a regañadientes dejándolos a solas con ese aterrador ser.
-Se quedaran juntos de ahora en adelante-anunció y después se fue.
Una vez él desapareció Han no pudo contenerse más y comenzó a llorar con fuerzas mientras sus pequeñas manos le herían la piel en su intento de limpiarse hasta que fue detenido por dos manos más pequeñas que las suyas.
Su rostro bañado en lágrimas se alzó encontrándose con un par de grises ojos llenos de miedo y lágrimas, sus manos se estrecharon con fuerza y de esa forma dejaron salir su llanto.
Ambos sabían que todo sería un infierno a partir de ese momento y también sabían que únicamente se tendrían el uno al otro mientras todo eso durara.
><><><
Ninguno se percató de nada hasta que finalmente llegaron a la entrada principal de aquella gran edificación, ambos tan sólo habían caminado hundidos en sus recuerdos y pensamientos hasta llegar ahí; al final del camino.
-Gracias-habló Lu en un suave murmullo-Nunca te lo dije en palabras hasta ahora pero... realmente te agradezco todo lo que hiciste por mí hasta ahora-sonrió lo mejor que pudo.
-Tú también hiciste mucho por mí, así que...
-No-lo interrumpió-Todo lo que yo hice no fue nada a comparación de lo que tú hacías-afirmó-Porque tú siempre me cuidaste, fuiste tú quien me ayudaste con mis heridas tras las pruebas y experimentos a los que Kyungsoo me sometió en un principio, también cuidaste de mí cuando estaba enfermo e intervenías cuando Kyungsoo trataba de hacerme algo. Tú siempre tuviste la peor parte de todo pero aún así siempre me ayudabas... por eso siempre voy a agradecerte y ojalá yo hubiera podido hacer más para protegerte también-sollozó.
-Tal vez no te parezca mucho pero... fue gracias a tu compañía y que siempre soportaste mis actitud de mierda que yo no me enloquecí al estar en ese lugar-dijo mientras le sonreía con sinceridad.
-Supongo que era lo mínimo que podía hacer-sonrió también-Sé que no tengo pedírtelo pero...
-el nudo en su garganta no lo dejó terminar y sus labios terminaron por torcerse en una mueca extraña.
-Lo cuidaré, no necesitas pedirme-musitó.
Lu asintió levemente mientras lo miraba a los ojos, ambos compartieron un corto abrazo y una última mirada antes de que el pequeño rubio diera la media vuelta y comenzara a andar hacía donde una pequeña tropa de Incendium lo esperaba. Sus ojos miraron a todos los que estaban ahí para despedirlo y los abrazó uno por uno aún cuando había personas con las que realmente no había compartido tanto.
-Fue un honor ser tu maestro durante este tiempo-le dijo Suho cuando lo estaba abrazando-Estoy orgulloso de ti.
-Muchas gracias por todo-hizo una pequeña reverencia ante el mayor.
-Cuídate mucho-pidió revolviéndole el cabello.
-También tú-pidió antes de mirar Max que no demoró en envolverlo en sus brazos.
-Te extrañare tanto-dijo con la voz algo rota.
-Yo también-sonrió lo mejor que pudo.
-Promete que vendrá a visitarme-pidió.
-Lo prometo-mintió.
Max se alejó lentamente dándole espacio a Jena y Cho Ah, fue luego de que terminara de despedirse de ambas que recibió un fuerte abrazo de alguien de quien no lo esperaba.
-Gracias-susurró el de ojos verdes-Nunca te lo dije pero en verdad te agradezco haberme dado una oportunidad para seguir con vida.
-No hay nada que agradecer Baekhyun-aseguró.
-Espero volver a verte-dijo con sinceridad-Sé un buen niño.
-Lo haré-prometió, su mirada viajó hasta Chanyeol y le sonrió-Cuida de él.
Él lo miró algo confundido pero no demoró en asentir de igual forma.
-Lu-susurró esa voz que nunca olvidaría.
Las lágrimas que había estado reteniendo salieron una tras otra sin ningún control y no pudo detenerse a sí mismo para no lanzarse a sus brazos.
-No te vayas-le pidió mientras lo envolvió fuertemente entre sus brazos.
-Lo siento-sollozó contra su pecho.
-Lu, por favor-suplicó.
-De-debes ser bueno y cu-cuidar de todos-balbuceó-Ta-también de-bes cuidar de Ha-Hannie, t-te lo encargo-trataba con fuerza de dejar de llorar pero era imposible.
-Bebé-sollozó Sehun y eso lo hizo dudar.
Fue por esa razón que tuvo que alejarse cuanto antes, sus ojos chocaron con los del pelinegro y una vocecita interna le gritó que debía quedarse y le costó demasiado ignorarla.
-Toma-habló como pudo-E-es para ti, l-léelo en tres días-pidió.
Sehun se las arregló para asentir y tomó la hoja doblada que el pequeño le extendía, lo vio alejarse sin saber de donde estaba sacando la fuerza para no correr y alejarlo de aquel soldado que estaba subiéndolo al caballo blanco.
-Oh, casi lo olvido-dijo el pequeño rubio repentinamente-Han.
El castaño, que estaba lejos de todos los demás tratando de no llorar, alzó la mirada hasta chocar con esos bellos ojos grises.
-Lux se quedará contigo-anunció.
-¿Qué?-dijo un atónito Minseok.
-Pero...
-Sé que no es lo mismo porque soy yo quien debería quedarse y cumplir nuestra promesa pero... es lo menos que puedo hacer-explicó.
-De acuerdo-aceptó aún sin podérselo creer cuando vio a la bella loba sentándose a su costado.
-Entonces... -murmuró, sus ojos estaban fijos en los suplicantes de Sehun y sentía que le estaban arrancando el corazón-Adiós-una sonrisa temblorosa se extendió en sus labios y fue entonces que comenzaron a avanzar.
Su mirada permaneció fija en él hasta que no pudo distinguirlo y entonces la dirigió al frente tragándose las ganas que tenía de gritar.
-Hiciste lo correcto-le dijo Minseok con una pequeña sonrisa. El rubio lo ignoró y siguió concentrado en el camino que los llevaría al lugar donde el portal se abriría.
El tiempo apenas fue un parpadeo para él, ya estaban a mitad de camino cuando cerró los ojos momentáneamente, la brisa le acarició el rostro mientras el caballo seguía avanzando a todo galope y entonces abrió los ojos.
-Perdónenme-le dijo al capitán de la tropa que era quien llevaba las riendas del corcel en el cual él viajaba.
-¿Eh?
Fue todo lo que dijo antes de que su cuerpo sin vida cayera al suelo, el caballo se asustó y él también fue enviado al suelo, gimió de dolor por el golpe pero aún así se puso de pie al instante y formó una barrera en un intento por proteger a los soldados restantes, sin embargo, fue inútil.
-¡HUYA!-gritó uno de los soldados y Lu dio media vuelta intentando hacerlo pero un fuerte golpe lo envió al suelo dejándolo a merced de uno de los Cazadores de Kyungsoo.
-Se acabó-escuchó a sus espaldas-No hay a donde huir-la bestia lo tomó del brazo arrancándole un chillido de dolor y lo giró bruscamente para que mirará de frente a los tres hombres frente a él.
-Un placer volver a verte-dijo Kyungsoo con una sonrisa ladina en sus labios-Muy buen trabajo, Minseok.
-Es un placer servirte-respondió el sonriente castaño. Minseok se giró para mirarlo a la cara y sonrió de lado al toparse con la rencorosa mirada del pequeño rubio-No me mire así-dijo con falsa inocencia-Soy tu prometido después de todo.
-Púdrete-masculló entre dientes el menor.
-Tan cariñoso como de costumbre-bufó-Pero supongo que tenías tus sospechas sobre mí y por eso nunca me aceptaste.
-Debe ser, nuestro Xiao Lu es muy inteligente-aseguró con fingido orgullo Kyungsoo.
-¿De verdad?-inquirió-No me lo pareció a mí luego de que fácilmente lo manipulé para que fuese a seducir a ese patético humano-dijo com burla.
-¡Tú, rata despreciable!-exclamó furioso e intentó llegar a él pero le fue imposible y sólo consiguió sentir más dolor.
-Vaya, nuestro pequeño sí que ha cambiado-habló por primera vez Kai.
-Tal y como esperaba-una sonrisa victoriosa se extendió en los labios de Kyungsoo.
-Como sea-resopló el de ojos azules-Mi parte del trato está hecha, es tu turno-le recordó a Kyungsoo.
-Claro-asistió-Dame tu mano-ordenó. Minseok extendió su mano justo como Kyungsoo pidió y pronto una sonrisa torcida adornó sus labios mientras veía como la marca que lo proclamaba rey aparecía en su muñeca.
-Te recuerdo que su alteza aún debe prestarme sus fuerzas para la guerra que se avecina.
-Por supuesto-asintió antes de girarse en dirección de Lu y acercarse a él-Fue un placer conocerte, engañar a la Luna y al imbécil de Lay-dijo divertido antes obligar al menor a mantenerse quieto mientras le robaba ese beso que nunca quiso darle.
Lu lo miraba con odio cuando finalmente se alejó, rió ante eso y luego se encaminó hasta Kai, después de todo, tenía que verse muy mal herido cuando llegara a Incendium diciendo que su joven 'esposo' había muerto en manos de los soldados de Tenebris para así conseguir que el consejo decidiera luchar.
Lu miró con terror cuando Kyungsoo estuvo frente a él, quiso gritar pero su voz quedó amortiguada por la mano de Kyungsoo que sin ningún cuidado le clavó una jeringa con un líquido transparente en su interior, sus parpados se volvieron pesados y luchó por mantenerse despierto pero al final fue inútil y perdió la batalla.