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Demonically angelic por DNA

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Notas del capitulo:

Y he aquí, el final :3

Ocho años después…

-Caballeros, con esto se termina la reunión, muchas gracias por su atención-dijo sonriente.

La gran sala poco a poco fue quedándose vacía y él finalmente pudo dar un gran suspiro de alivio. Su trabajo era muy exigente pero igual no podría cambiarlo por nada, habían pasado muchas tragedias para que él llegara ahí después de todo. Un par de golpes en la puerta lo devolvieron a la realidad y al mirar al frente se encontró con la siempre contagiosa sonrisa de Max.

-Hola-saludó a su amigo y mano derecha.

-Hey, ¿qué tal el día para nuestro gran gobernante?-preguntó animadamente el alto y sonriente hombre.

-Agotador, y apenas son las primeras horas-respondió con cansancio, haciendo reír al pelirrojo.

-Oh, vamos-rió-No puede ser tan malo.

-Sí, claro-bufó-Eso lo dices porque no eres tú quien ya tuvo dos reuniones y una visita de inspección.

-Cierto, pero soy yo quién se encarga de la mayoría de los asuntos menores, se encarga de darte un informe diario de los acontecimientos de la comunidad, tengo una esposa con un temperamento de los mil demonios y una pequeña de seis años enamorada del vándalo de la comunidad-se encogió de hombros.

-¿La pequeña Tabita está enamorada del vándalo de la comunidad?-soltó asombrado.

-¡Ja!-bufó Max-Deberías verla cuando habla de él-masculló provocando que Suho se echara a reír-Y por cierto, el pequeño granuja también decidió iniciar temprano hoy.

-¿Qué hizo ahora?-preguntó sintiéndose repentinamente más cansado que antes.

-Nada grave, tan sólo tomó prestadas algunas cosas del mercado como de costumbre-informó.

-¿Qué fue esta vez?

-Hoy tenía antojo de manzanas.

Suho suspiró pesadamente y se masajeó las sienes, ese niño era un maldito dolor de cabeza, siempre causando problemas y se escapaba antes de que pudieran atraparlo. Sabía que el pequeño vivía a las afueras de la comunidad y ya había tenido más charlas con el padre de las que podía recordar pero él seguía igual.

-¿Qué harás?

-Ir con el padre, otra vez-masculló.

-Esperemos que algo bueno se consiga esta vez-dijo de todo corazón el pelirrojo.

-¿Algo más que decirme?

-Sí-asintió-Kana me pidió que te dijera que espera tu aprobación para iniciar el proyecto para recuperar algunas especies animales y Jena también mando a decir gracias por la nueva ala del hospital comunitario-sonrió.

-¿Algo más?

-Sí-su sonrisa vaciló un poco entonces y Suho sintió su corazón doler porque ya sabía más o menos de que iba el asunto-Baekhyun envió un mensaje desde Tenebris.

-¿Qué decía?-preguntó con un murmullo.

-Lo consiguió-sonrió-Al parecer Chanyeol y él podrán tener al próximo heredero de Tenebris pronto.

Una sonrisa de genuina alegría se extendió en sus labios luego de la gran noticia, porque su amigo se merecía ser tan feliz como fuera posible que una persona tuviera derecho a serlo luego de todo lo que había pasado. Suho todavía podía recordar incluso como Baekhyun había pasado tres días y tres noches frente a las peras de lo que quedaba Ciudad esperando a que Sehun volviera pero él nunca lo hizo.

Baekhyun pasó incluso un año entero buscándolo por todos lados porque se negó a darlo por muerto, nunca lo halló y eso tal vez lo habría destruido de no ser por Chanyeol que se había presentado al año siguiente cómo el orgulloso nuevo rey de Tenebris y se había llevado a Baekhyun con él, lo había salvado y Suho nunca iba a terminar de darle las gracias por eso.

-Me da mucho gusto por ambos-musitó sonriente.

-Tu novio también te mando una de sus cartas de amor-dijo burlón Max sacándolo de sus divagaciones y haciendo que su cara se tornara totalmente roja.

-¡La-Lay no es mi novio!-chilló poco masculinamente mientras arrancaba la carta de las manos del más alto que sonreía con suficiencia.

-Dices eso pero eres el único que llama por su nombre al rey de Incendium y además se mandan cartitas cada semana-comentó con un tono travieso.

-Es porque somos buenos amigos-aseguró abochornado.

-Amigos, cómo no-bufó.

Suho ignoró olímpicamente al pelirrojo y se concentró en la carta de Lay. Él se había ido un año luego de que todo sucediera y Suho estaría mintiendo sino admitía que le había pedido quedarse, pero Lay no había aceptado ya que era su deber volver a Incendium y evidenciar a Minseok. Pasó algún tiempo luego de su partida y no fue hasta dos años más tarde que Lay fue a buscarlo junto con Chanyeol para así finalmente hacer lo que siempre se debió hacer; firmar la paz.

Y muchas cosas habían cambiado con eso; un ejemplo claro de eso era el cambio radical en las arcaicas ideologías de Incendium y Tenebris, clara prueba de ello era la unión de Chanyeol, que rey de Tenebris, con Baekhyun que era un mestizo.

En la actualidad de hecho era cada vez más común ese tipo de relaciones así como el tránsito entre dimensiones, también había relaciones comerciales e incluso había quienes se trasladaban permanentemente a alguna otra de las dimensiones vecinas. A ese punto Suho se enorgullecía de tener una buena relación con las dimensiones vecinas y sí, no lo iba a admitirlo en voz alta pero era muy feliz de saber que Lay no iba a tener que casarse con algún desconocido o desconocida.

-¿Qué dice el novio?-preguntó juguetón Max.

-Él no es mi novio y no te importa lo que me diga-refunfuñó haciendo reír a Max.

-Está bien, está bien-elevó las manos como muestra de paz-Me voy para que leas en privado la carta de tu no-novio.

Suho le dio una mirada fulminante que únicamente lo hizo reír más fuerte mientras abandonaba la habitación dejándolo solo, fue entonces cuando pudo guardar la carta de Lay y levantarse dirigiéndose hacia la ventana con la mirada fija en el cielo azul.

-¿Recuerdan que día es hoy?-preguntó a nadie en particular-Yo sí, porque fue un día como hoy que tuve la fortuna de conocerlos-musitó esbozando una melancolía sonrisa.

><><>< 

-¡Impresionante, tienes mucha fuerza niño!-exclamó asombrado por lo que acaba de ver.

-No soy un niño, me llamo Sehun-gruñó el de extraños ojos.

-Hunnie, ¿quién es ese?-preguntó con desdén la criatura que para Suho era la más bella del mundo.

><><>< 

-Dónde quiera que estén, si pueden escucharme, sólo quiero decir gracias-susurró con la voz quebrada, la mirada aguada y una sonrisa casi extinta.

***

-Me vengaré, algún día-farfullaba un pequeño niño que cargaba consigo un costal con un montón de manzanas y se limpiaba la sangre de su labio partido.

Un bate de madera era arrastrado por el suelo mientras sus pies se movían por sí solos a través del conocido sendero que llevaba a su guarida secreta en lo profundo del bosque y sí, por guarida secreta se refería a la más genial cueva que nunca nadie iba a conocer. Ese era su santuario y también el hogar de su mejor amiga.

-¡Lux, ya estoy aquí!-anunció.

No pasó mucho para que la magnífica criatura de blanco pelaje y penetrantes ojos grises se asomara desde el interior de la cueva y tan sólo verla el pequeño castaño de siete años de edad corrió a abrazarla mientras luchaba con todo lo que tenía por no echarse a llorar de frustración luego de lo que había tenido que soportar. La hermosa criatura no tardó en apartarlo y lamer un costado del rostro del infante ganándose una suave risa.

-Ya está bien-dijo entre risas-Tengo que comer-señaló el saco con manzanas que había dejado más allá junto con su inseparable bate.

La loba lo ayudó sin queja a transportar las manzanas y pronto ambos estaban frente a la entrada de su guarida con un montón de brillantes manzanas rojas apiladas en una pequeña montaña junto a la que el pequeño castaño se dejó caer con un gemido de dolor.

-Maldito viejo bastardo, ¿y te haces llamar padre?-gruñó-Pronto creceré lo suficiente para devolverle una de las tantas palizas que ya me ha dado por culpa de sus malditas borracheras-masculló antes de darle el primer bocado a una de las manzanas.

Todo estaba tan tranquilo como siempre que iba ahí o eso hasta que escuchó un crujido proveniente de los arbustos del lado izquierdo de donde él se encontraba, pensó en hacer caso en caso de que fuera una criatura salvaje pero cambió de opinión luego de ver un pequeño pie asomándose de entre la maleza. Lux y él se miraron entre sí tratando de analizar la situación hasta que él frunció el ceño.

-Espía-masculló por lo bajo el castaño antes de que tomara su inseparable bate y se dirigiera hacia los arbustos bajo la atenta mirada de la loba-¿Quién anda ahí?-exigió saber con voz demandante y su bate apuntando hacia el arbusto del que anteriormente habían provenido los ruidos que había oído.

Oyó un chillido y luego hubo un movimiento que dejaba al descubierto las intenciones de huir del espía, rápidamente el pequeño castaño se adentró al arbusto y pronto todo lo que Lux podía ver era la agitación violenta de aquel arbusto.

-¡No! ¡Déjame ir, por favor!-rogaba histéricamente el pequeño cuerpo que el castaño arrastraba hacia fuera del arbusto.

-Eso ni de broma, no hasta que me digas quién te envió-sentenció.

-¡Nadie!-chilló aterrorizado el pequeño infante que ahora estaba frente a ella.

-¡Habla!-ordenó el castaño y rebelde niño apuntando su bate a la cara del otro niño.

-¡Nadie me envió, lo juro!-exclamó espantado.

-No te creo.

-¡Lo juro!-chilló/gritó.

El castaño lo miró con ojos entrecerrados y luego se puso en cuclillas frente al tembloroso chiquillo frente a él y algo se instaló en su pecho cuando finalmente consiguió una buena mirada al espía. Asustadizos ojos castaños lo miraban llenos de lágrimas, su pequeña boquita era un tembloroso pucherito que sólo lo hacía ver más bonito de lo que sus delicadas facciones lo hacían aún cuando su pálida carita estaba sucia al igual que su rubio, casi blanco, cabello.

Sus ojos miraron el resto del pequeño y bonito niño notado sólo entonces que únicamente vestía una delgada y algo rota pijama gris cubierta de hollín y tierra, se dio cuenta también del gran moretón en su bracito derecho que él trató de ocultan tras su espalda y vio también la fea quemadura en su pierna izquierda, había sido una suerte que lo hubiera sujetado de los tobillos cuando decidió arrastrarlo fuera del arbusto o seguramente lo habría lastimado mucho.

-¿Qué hacías oculto entre los arbustos sino me espiabas?-preguntó retomando su actitud de niño malo.

-Y-yo... no te espiaba-dijo con voz estrangulada.

-¿Qué hacías entonces?-cuestionó de forma aún más intimidante.

-Venía a verla a ella-respondió señalando con uno de sus pequeños dedos a Lux.

-¿Y qué asuntos tienes tú con mi loba?-exigió saber.

-Ninguno-negó frenéticamente ante el aterrador tono de voz ajeno-Es sólo que me pareció hermosa y quería verla de cerca-confesó con las mejillas sonrojadas.

La cosa rara que el castaño había sentido antes volvió a hacerse presente luego de aquella imagen que el rubio le mostró, se enderezó apresurado en un intento de alejarse del niño que le provocaba eso y le gruñó para asustarlo, cosa que consiguió fácilmente.

-Bueno, una vez aclarado esto... lárgate-ordenó fríamente.

-¡No, espera!-habló apresurado.

-¿Qué?

-Es... e-ella no fue la única razón por la que te observaba-murmuró tímidamente.

-¿De qué hablas?-preguntó con el ceño fruncido.

-T-tengo hambre-susurró apenas sin mirar esos penetrantes ojos negros que tan asustado lo hacían sentir.

Los ojos del castaño se ampliaron desmesuradamente pero no pudo decir que no a la carita que tenía el rubio en ese momento, se alejó de él y fue hasta la pila de manzanas que tenía tendiéndole una al rubio, asombrándose ante la desesperación con la cual la devoró en apenas unos segundos.

-¿Quieres más?-se atrevió a preguntar, sentía un nudo en el estómago y no sabía ni porqué.

-Sí-murmuró.

Él le entregó entonces todas sus manzanas y la sensación rara volvió sintiéndose preocupantemente mucho más intensa cuando la sonrisa más impresionante del mundo apareció para adornar el bello rostro del bonito espía.

-¡Muchas gracias!-dijo tan feliz como el castaño nunca había visto a nadie.

-D-de nada-murmuró algo atontado.

El rubio comenzó a comer con ganas y al no tener otra cosa que hacer él se sentó a su lado mirándolo atentamente mientras lo hacía, se preguntó entonces cuál podría ser el motivo por el cual ese niño tan bonito estaba en aquellas condiciones y siendo que él nunca se quedaba con la duda, decidió preguntar.

-¿Por qué andas herido, hambriento y sucio por el bosque?

-¿Eh?

-Lo que oíste.

-Mi casa se quemó-soltó con calma.

-¿De verdad? ¿Es por eso que tu pierna está herida?-soltó asombrado.

-Sí-asintió-Fue hace unos días, yo estaba encerrado mi habitación cuando el fuego inició y apenas pude salir por la ventana aunque me quemé-relató con algo de tristeza.

-¿Y tus padres?

-Ellos se quedaron encerrados en la casa, ninguno pudo escapar-se encogió de hombros como si nada.

-No parece importarte mucho-dijo seriamente.

-Es porque ellos no me querían ni yo los quería a ellos, eran malos-musitó mientras acariciaba inconscientemente el moretón en su bracito-Soy un niño enfermizo y por eso ellos siempre dijeron que era lo peor que les había pasado-su voz se quebró ligeramente y el castaño frunció el ceño, ¿cómo era que alguien siquiera pensaba lastimar a un niño como él?

Aunque la realidad era que el también entendía algo de esa situación al tener que ser el receptor de las palizas de un hombre alcohólico. Él sabía lo que se sentía ser rechazado y tal vez era por eso que sentía tantas ganas de abrazar al rubio, aunque no lo hizo en realidad.

-Vaya, ¿y por qué estás aquí vagando? ¿No tienes a dónde ir?

-No-su voz volvió a quebrarse y fue entonces que él tomó una decisión.

-En ese caso yo te adoptaré-anunció.

-¿Qué?

-Sí, antes Lux tampoco tenía a donde ir y yo la adopté, así que ahora hago lo mismo contigo-explicó.

-¿De verdad?-preguntó, sus bellos ojos brillando de emoción y de nueva cuenta la cosa rara en su pecho lo incomodó.

-De verdad-asintió-Desde hoy tú eres mi segunda mascota-anunció.

El rubio asintió enérgicamente con una inmensa sonrisa en sus labios que de la nada se volvió un pucherito adorable.

-Yo... uh... ¿puedo pedirte algo?-habló nerviosamente.

-¿Qué?-cuestionó con el ceño levemente fruncido.

-T-tú... ¿puedes... puedes prometerme que nunca me vas a dejar?-pidió con una mirada suplicante que le robó una sonrisa al castaño.

-Lo juro-dijo y luego escupió en la palma de su mano derecha que extendió al desconcertado rubio-Es para sellar la promesa-explicó.

-De acuerdo-sonrió radiantemente e hizo lo mismo que el otro, dándole un apretón a la mano contraria.

-Oh, casi lo olvido, me llamo Sehun-se presentó.

-Soy Luhan, mucho gusto Sehunnie-sonrió divinamente con ojitos cerrados y todo.

"Oh diablos, no sé porqué pero algo me dice que él será mi perdición, ¿en qué me metí?"

Notas finales:

Antes que nada les doy una gran disculpa por tardar tanto pero tengo obligaciones que tampoco puedo descuidar, además también aumento algunas cosas a los capítulo jajajajajaja, así que luego de mil años por fin pude subir la parte final.

Espero de todo corazón que les haya gustado y nuevamente les doy las gracias por haber tomado un poco de su valioso tiempo para darle una oportunidad a esta historia que yo disfrute mucho de escribir.

Tambien les doy las gracias a todas esas personitas que dejanban un RW, lamentabemente por la falta de tiempo no pude contertarlos como me hubiese gustado pero por lo menos tratare de contestar los finales.

Una última pregunta antes de irme y tiene que ver con el siguiente fic: ¿dulce o amargo?

Sé que no tiene sentido pero yo me entiendo, les mando miles de abrazos y besos a todos y cada uno de ustedes, hasta la próxima <3


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