Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Second Chance por w_eird0

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No sabía cómo describir mi vida con veinticinco años. Solo pensar que ya tenía un cuarto de siglo y lucía tan patético me daba nauseas.

 

Durante mi adolescencia solo me dedicaba a estudiar, no tenía amigos ya que todos me creían un espécimen de otro planeta y mi condición sexual tampoco ayudaba mucho. Las burlas eran pan de cada día, pero siempre al llegar a casa me repetía hasta el cansancio que todo terminaría pronto y sería capaz de valerme por mi mismo, conocer nuevas personas y ser feliz por fin.

 

Cuando llegue a la universidad mi situación cambio un poco, logré hacer amigos, todo gracias a Hoseok, un chico tan alegre que era capaz de contagiar a cualquiera, guapo, inteligente y además homosexual. Me fue imposible no enamorarme de él.

 

Con el paso del tiempo nos convertimos en pareja y cada día sentía que mi pecho no sería capaz de albergar tanto amor y tanta felicidad. Estaba enamorado y por primera vez estaba dando todo de mi, le entregue mi corazón, mi todo. Me entregue por completo a Jung Hoseok.

 

Cuando pensé que tenía mi vida resuelta, una carrera universitaria completa, un buen trabajo, un lindo departamento que compartía junto al más maravilloso hombre, el día de nuestro quinto aniversario se derrumbo todo…

 

Me subí rápidamente al ascensor, había pedido salir antes del trabajo ya que tenía que llegar al departamento lo más pronto posible para preparar la mesa y hacer que todo luciera lo más romántico posible. No se cumplen cinco años de relación todos los días y además hoy sería el aniversario más especial en nuestras vidas…pensaba pedirle matrimonio.

 

Apenas llegue al departamento busque las llaves entre mis bolsillos, me sentía tan emocionado que las manos me temblaban ligeramente.

 

Al abrir la puerta escuche unos ruidos raros ¿estarán robando nuestro departamento?

 

Silenciosamente tome el florero más cercano y me dirigí a mi habitación. Nada jamás me había preparado para lo que mis ojos estaban viendo.

 

­­-Hoseok…-dejé caer el florero mientras mis ojos comenzaban a escocer. Ahí, en nuestra cama estaba él, teniendo sexo con su mejor amigo, Jungkook, aquel idiota que también consideraba mi amigo.

 

-Tae…-tapo ambos cuerpos nerviosamente- puedo explicarlo amor, por favor- se levanto buscando su ropa interior.

 

Quería salir de ahí pero mis piernas no respondían, solo miraba el suelo fijamente, ahogado en mis propias lagrimas. Mi pecho dolía enormemente y sentía que el aire me faltaba. Fue en ese momento cuando sentí la necesidad de salir de ese asqueroso lugar. Di la media vuelta y como mis piernas me lo permitieron.  Salí del departamento, me subí al ascensor y en eso Hoseok trataba de alcanzar a entrar. Metí la mano a mi bolsillo, cogí el pequeño estuche color negro y se lo lance a la cara antes de que las puertas del ascensor se cerraran.

 

-Te odio- susurré.

 

Desde ese día nunca más fui capaz de volver a sonreír, Hoseok se había encargado de arrancar mi corazón, pisotearlo y de paso hacer trizas mi espíritu. Ya habían pasado dos años de aquello y no había día que no lo recordase, no porque aun sintiese algo por él, no. Seguía repasando ese momento para recordarme a mí mismo que eso era lo que ocurría cuando bajabas la guardia, cuando te entregabas en cuerpo y alma a una persona que no te amaba. Me recordaba a mi mismo que amar era igual a dolor, no felicidad.

 

Después de aquello me mude a otra ciudad, perdí todo nuevamente, no tenía amigos, trabajo, nada.

 

 Luego de buscar por unas semanas encontré trabajo de editor de una famosa revista en Seúl. Podría decirse que tenía un buen trabajo, una buena paga, un bonito departamento, pero aun así me sentía vacio, sin ganas de vivir. Mis compañeros de trabajo no me hablaban y bueno, no es como si yo lo hubiese intentado.

 

Mis días eran una rutina interminable y hoy no era la excepción. Teníamos la reunión semanal de secciones, también presentarían al nuevo jefe de la mía, no es como si me sintiese especialmente entusiasmado, pero mi anterior jefe era un ogro, esperaba que el nuevo sea alguien fácil de tratar.

 

Ya en la sala de reuniones, estábamos terminando los detalles de la revista que sería lanzada la semana siguiente. Cuando ya estábamos dando por finalizada la jornada, un hombre muy sonriente, de cabello radiantemente negro y con un traje impecable entro a la sala de juntas.

 

-Hola, no quise interrumpir antes, mi nombre el Jimin y soy el nuevo editor en jefe de la sección A, espero que podamos trabajar bien todos juntos- todos se pusieron de pie para saludar al nuevo jefe, mientras salían hacían leves referencias y yo no fui la excepción, pero un agarre leve en mi brazo me hizo levantar la cabeza, para encontrarme con la mirada más dulce que jamás haya visto.

 

-¿Eres de mi sección no?- me pregunto mientras sonreía.

 

-Si señor- apenas hable. Nunca me destaque por tener una voz que llamase la atención, puede sonar estúpido, pero al haber tenido gran parte de mis años una escasa vida social, esta se había quedado como una voz suave, ligera y aunque me esforzase porque sonora mas varonil, era casi imposible.

 

-Espero que podamos llevarnos bien, tengo muchas ideas y me dijeron que prácticamente serás mi mano derecha- rió tan ligeramente que no pude evitar sentir una rara opresión en mi pecho ¿Qué rayos era esto?

 

-Espero lo mismo señor- volví a hacer una referencia con el fin de largarme de ahí, me sentía incomodo y levemente avergonzado.

 

-Llámame por mi nombre por favor ¿el tuyo?- estiró su mano esperando que yo estirase la mía.

 

-Taehyung- dije al mismo tiempo que mi mano se encontraba con la suya. Al tacto se sentía suave y mucho más grande que la mía.

 

Los meses pasaron y Jimin y yo logramos congeniar bien. Trabajábamos de maravilla, muchas veces hasta altas horas de la noche, nunca pensé volver a sentirme cómodo con un hombre, no después de lo ocurrido.

 

Mis horas de trabajo ya no eran un martirio, todos los días a la hora de almuerzo, almorzábamos juntos, a veces pedíamos comida por teléfono y almorzábamos en su oficina, otras veces salíamos fuera, etc.

 

Con el paso del tiempo Jimin logro derribar las barreras que jure nunca más destruir por nadie, pero él lo logro, hizo que mi corazón volviese a latir rápidamente, logró hacerme reír, sonrojarme. Jimin me devolvió la vida. Y yo estúpidamente volví a caer, volví a sentir.

 

Los domingos eran mi día libre, pero siempre me gustaba ir temprano por la mañana por un café y pastelitos a una linda tienda del centro de la ciudad. Cuando llegue la fila era un poco grande, pero lo valía, así que me alinee junto con el resto. Miré a mi alrededor hasta que divisé la linda cabellera negra unos puestos más adelante. No pude evitar sonreír y acercarme.

 

-Jimin-toque su hombro levemente.

 

-¡Tae!- me abrazó alegremente- ¿Qué haces aquí tan temprano?- siempre tenía la manía de revolver mi cabello y yo no hacía nada más que sonreír levemente sonrojado.

 

-Lo mismo que tú, creo.

 

-Qué bueno que estás aquí, es un buen momento para presentarte a alguien- miro hacia atrás e hizo unas señas.-Te quiero presentar a mi novio, ven, acércate- pude sentir el crujir de mi corazón al romperse, pero el alma se me fue del cuerpo al volver a ver su asquerosa cara- El es Jungkook, Kookie, el es Tae, el amigo del que tanto te he hablado- mi respiración se hizo errática, el aire me falto al igual que ese día, solo quería morir.

 

-Hey, ¿estas bien?- Jungkook tocó mi hombro levemente y sentí nauseas. De un manotazo aleje su asquerosa mano de mi y simplemente salí del lugar. Mis piernas me llevaron de vuelta a la comodidad de mi hogar, me tiré en mi cama y después de dos años me permití volver a llorar.

 

El resto de la semana evité cualquier contacto con Jimin, a la hora de almuerzo me iba rápidamente fuera de mi área de trabajo, intentaba terminar con todas mi obligaciones durante día para no tener que quedarme horas extras trabajando con Jimin. Todo funcionaba bien, hasta el día sábado, el día de la reunión semanal. Sinceramente creo que fueron las horas más largas de mi vida. Jimin no quito su mirada de mí durante toda la reunión y la situación empeoro cuando en mi intento por salir de primeros, deje caer mi carpeta con todos mis documentos. Cuando uno de mis compañeros de sección iba a ayudarme a levantar las hojas, Jimin se acerco y le dijo que se encargaría.

 

Mi mente era un caos, quería que la tierra me tragara. Lo evité por una semana y finalmente nos quedamos ambos en una sala, solos, sin excusas para no dirigirnos la palabra.

 

-¿Hice algo mal?- susurró.

 

-No sé de qué estás hablando- mi voz sonó tan fría que yo mismo me espanté.

 

-No pensé que fueras homofóbico- levante la cabeza impactado con sus palabras, nuestras miradas se encontraron y solo pude ver dolor en sus ojos.

 

-¿Qué?

 

-Pensé que éramos amigos Tae ¿tanto te molesta que sea homosexual?

 

-¿De qué rayos estás hablando?- mi voz se alzó molesta.- Lo último que haría en la vida sería juzgarte por lo que eres. Jamás lo haría cuando comparto tu misma condición Jimin- sus ojos se abrieron como platos.

 

-Tu…tu… ¿también? ¿Entonces porque reaccionaste así? Digo, al menos podrías haber saludado a Kookie- su voz al pronunciar su nombre sonaba con tanto cariño y amor, que simplemente no pude evitar que mis ojos se humedecieran. Odiaba esto, que todo fuera tan injusto, que la vida se riese de mi siempre que tenía la oportunidad ¿Estaba destinado a quedarme solo? ¿A amar y no ser amado de vuelta?

 

-Señor…yo…-el nudo de mi garganta dolía mucho- creo que es mejor que solo trabajemos como empleado y jefe- recogí mi carpeta una vez que todos los papeles estaban en esta y me dispuse a salir.

 

-¿De qué mierda me estás hablando Taehyung?- agarro mi brazo con fuerza y un quejido se escapo de mis labios -¿qué rayos es eso de señor? ¿Qué ocurre? ¿Por qué todo tan repentino?

 

-Es lo mejor señor- me encogí en mi posición y las lagrimas bajaron libremente por mi rostro. Dolía horrores y no era el agarre que mantenía en mi brazo.

 

-Tae…-me miro horrorizado- ¿te hice daño?- soltó mi brazo rápidamente y me abrazó- lo siento tanto, por favor perdóname- no pude evitar aferrarme fuertemente a su cuerpo. Quería que sus brazos alrededor mío se quedasen por siempre, que su exquisito aroma a perfume se impregnara en mí hasta el fin de mis días. Pero luego de unos segundos me di cuenta que no podía desear lo que nunca me iba a pertenecer.

 

-Te amo- susurré en su oído- pero tú nunca vas a corresponderme, así que si alguna vez sentiste una pizca de cariño por mi…por favor, ignórame, haz de cuenta que nunca traspasamos la línea que separa el trabajo de la amistad, por favor Jimin, por favor- rogué con tanta tristeza en mi voz, que luego de unos segundos los brazos de Jimin me dejaron ir. Solo tomé mis cosas y no miré hacia atrás.

 

Jimin y yo solo nos limitábamos a intercambiar un par de palabras en las reuniones semanales, solo palabras, porque su mirada nunca más se volvió a encontrar con la mía.

 

Mi vida estaba hecha un desastre nuevamente, intentaba reconstruir las piezas que se volvieron a romper. El destino, la vida, Jungkook o como quiera llamarle a la extraña fuerza que se encargaba de enseñarme cosas, me volvió a recordar que ocurría cuando bajaba la guardia.

 

El sexto sábado luego de mi último encuentro con Jimin, me encontraba en mi escritorio ordenando mis cosas para volver a casa. Pensé que estaba solo, pero un leve aliento tras de mi me sobresalto.

 

-Lo siento Taehyung, pero creo que volví a ganar- cuando me voltee para responderle lo vi enganchado del brazo de Jimin y en cuanto nuestras miradas se cruzaron, tomo su rostro y lo beso. Jungkook se encargo de restregarme lo que ya sabía, lo que más me pesaba. Que simplemente en el mundo hay dos tipos de personas, los triunfadores y los fracasados como yo.

 

Luego de aquello no fui capaz de nada, sentía que un día más en esa oficina me iba a matar, así que luego de meditarlo, entregue mi carta de renuncia. Si ya había comenzado de cero una vez, podría hacerlo nuevamente.

 

Estaba ordenando mi ropa en las maletas, cuando el fuerte golpeteo en mi puerta me hizo fruncir el ceño ¿Quién podría visitarme?

 

Abrí la puerta y era Jimin. Cuando intente cerrarla nuevamente, alcanzó a interponer su pie, empujo fuertemente y logró entrar. Nuestras miradas conectaron y me congelé. Me perdí en él y ni siquiera pude reaccionar cuando su mano jaló mi nuca y estampo sus labios con los míos. Al principio fue lento, solo eran sus labios moviéndose sobre los míos, pero cuando correspondí al beso, el tomo mi rostro con ambas manos y simplemente transformo el beso a uno más necesitado, su lengua se abrió paso entre mis labios y solo pude dejarla entrar. Desee este contacto por meses y ahora solo quería mas. Mis manos viajaron a nuca dentro de la desesperación de no dejarlo ir. Poco a poco comenzamos a avanzar, hasta que choque con una pared. Estuvimos besándonos por una eternidad o al menos eso era lo que mi mente me hizo creer. Cuando nos separamos por falta de aire un pequeño hilo de saliva nos seguía uniendo, sus ojos brillaban con deseo y con algo más que simplemente no podía descifrar.

 

-Tú no me vas a dejar con todo esto que llevo dentro- acerco su mano a mi mejilla y la acaricio- ¿Te parece poco dar vuelta todo mi mundo y simplemente marcharte?

 

-Jimin…

 

-Maldita sea Taehyung- junto su frente con la mía suavemente y cerró sus ojos- apenas te vi me gustaste, pero yo ya estaba en una relación y me sentía culpable cada vez que te pedía quedarte hasta tarde por trabajos que perfectamente podría haber hecho yo, me sentía culpable cada vez que hablabas y solo me limitaba a mirar tus labios e imaginar que me los comía a besos, mientras estabas sentado en mi regazo o rodeando mi cintura con tus piernas. Nunca me había sentido así en mi vida Tae…al principio pensaba que solo era lujuria, deseo, pero con el tiempo me di cuenta que no paraba de pensar en ti, en un nosotros compartiendo tardes de domingo acurrucados, viendo películas, de compras o sea lo que sea, pero siempre juntos.

 

-Jimin…-repetí sollozando nuevamente- Jimin…-bese sus labios lentamente. Necesitaba saber que esto era real y no uno de mis tantos sueños.

 

-Te amo, te amo- me decía entre beso y beso- no te alejes de mi por favor- sollozó.

 

-Dime que no estoy soñando- limpie sus lágrimas.

 

-Te amo Taehyung, te amo tanto- me abrazo con tanta fuerza que me quedo más que claro no era un sueño.

 

-Jiminnie-susurre- ¿Qué paso con….?-no quería pronunciar su nombre, pero necesitaba saber que había pasado entre ellos.

 

-Lo nuestro nunca fue amor Tae, estábamos juntos para no estar solos, nunca lo amé, así que terminé con él.

 

-Te amo Chim chim, gracias por devolverme a la vida- me aferré a él para nunca más dejarlo ir.

 

 

 

 

Notas finales:

Hola! soy nueva publicando en amoryaoi, porque como lectora y fan llevo años en esta página jajaja espero que les guste esta pequeña historia!

Aprovecho de contar que tengo usuario en wattpad bajo este mismo nombre de usuario :)

besos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).