Onodera Ritsu Pov
Un pequeño haz de luz hizo que me levantara de mi sueño. Noté que tenía la chaqueta de Shin en mis manos. Mis mejillas enrojecieron al notar que estaba abrazado a ella. Con timidez la dejé en el perchero que se encontraba detrás de mi puerta e ingresé al lavabo.
Me quité mis prendas con delicadeza y me metí en la tina. Dejé que el agua caliente me relajara. Al terminar con el ritual que hacía a diario antes de ir a la escuela, me vestí. Me puse el uniforme con algo de cansancio (La verdad la tonalidad oscura del uniforme, podría deprimir a cualquiera que se lo pusiese), bajé a desayunar. Mis padres, como era habitual veían el noticiero con agrado, mientras que yo, pues bueno, leía el periódico.
Al terminar mi desayuno, subí a mi recámara y terminé de arreglarme (Ya saben, peinarse, ponerse colonia, etc.) Miré mi móvil y tenía un mensaje de Shin, el cual me decía que estaría en mi casa en 5 minutos. Al transcurrir los minutos, sentí cómo sonaba el timbre de mi casa. Súbitamente bajé a la planta baja y abrí la puerta. Shin estaba con una sonrisa alegre en su rostro.
-Buenos días Shin-dije con Algo de timidez. Aún no me acostumbraba a sus sonrisas. Podían llegar a ser tan cálidas, que para una persona tan tímida como yo, llegaban a ser intimidantes.
-Buenos días pequeño-revolvió mis cabellos con delicadeza- ¿Ya estás listo?-preguntó tiernamente
-E-Etto Sí-dije nervioso.
-Pues ven-ofreció su mano y la tomé con timidez. Llegamos hasta su moto y ahí me pasó el casco. Me lo puse de forma rápida que ni noté que me lo había puesto mal. Shin soltó una pequeña risa. Yo estaba anonadado, no entendía cuál era el chiste.
-¿De qué te ríes?-pregunté confundido.
-Eres muy tierno-afirmó limpiándose una lágrima que caía de sus orbes escarlatas.
-O-Oye, no le digas así a un hombre-dije con nerviosismo-En serio, ¿cuál es el chiste?-pregunté serio.
-¿No ves que te pusiste el casco al revés?-preguntó con una risa. En ese momento me percaté de mi gilipollez y me sonrojé de una forma que jamás la había hecho.
-Eres realmente perverso Shin-dije-Me hubieses dicho antes en vez de mofarte de mí-agregué furioso.
-No me mofé de ti-afirmó.-Me reí de tu inocencia, eres increíble-revolvió mis cabellos.
-E-Es mejor que nos vayamos-dije con mi típico tono de timidez.
-Vale-afirmó mientras nos subíamos a su moto. Me acomodé a su espalda, Dios era tan ancha. Se notaba que el estar en el equipo de fútbol había marcado su cuerpo. En cierta medida sentía envidia. Mi complexión era muy delgada, y más que todo para un hombre. Muchas veces había sido confundido con una mujer por eso, al igual que por mi estatura.
No tardamos en llegar a la escuela. No me percaté de ello y seguía abrazado a su espalda. De repente siento que alguien me saca de mi trance.
-Ritsu, ¿no me vas a soltar? Vamos a llegar tarde a clases-sonrió el mayor.
-P-Perdón-dije mientras me separaba de él.
-No te preocupes, por mí, me gustaría que estuvieses así por más tiempo-sonrió de forma pícara. La tonalidad carmesí en mis mejillas no se hizo esperar y llegó con el comentario del pelirrojo. En ese momento sentí que alguien me abrazaba y me di cuenta que era Rosalya, una peliplata con la cual me llevaba bien.
-Rosa, ¡Casi me das un infarto!-dije asustado ante el repentino "ataque" de mi mejor amiga.
-Hola pequeño, Hola Shin, ¿cómo os fue el fin de semana?-preguntó con su típica sonrisa.
-Pues, se podría decir que medianamente bien-dije cabizbajo.
-¿Y eso?, ¿no me digas que Shin se comportó mal contigo?-preguntó mirando de forma burlesca al pelirrojo
-¿Eh?-dijo Shin confundido
-No, nada de eso. ¿Conoces a Takano Masamune?-pregunté
-¡Claro que lo conozco! Pero, ¿qué tiene que ver?-preguntó confundida.
-Pues, el queridísimo capitán me ha hecho esto-mostré mi herida. Rosa quedó impactada, para luego tomar la palabra.
-¿Y cómo te hizo la herida?-preguntó como si aún no entendiera cómo me la hizo.
-Estábamos en la cafetería de siempre. Y hablamos un momento con Hiro-kun. De un momento a otro oímos a una castaña que gritaba del placer y lo vimos ahí. Por un movimiento torpe que hice, la pareja se dio cuenta de nuestra presencia. Takano, al ver de quién se trataba empezó a insultarnos-fui interrumpido por ella.
-Y me imagino que tú no te dejaste-afirmó con toda la convicción. Se notaba a leguas que era mi amiga.
-Exacto. Pero al momento de irnos, para no buscar pelea. Ya sabes que nunca meterme en esos rollos. El muy capullo me empujo y me hizo golpear con una pila de botellas de vino. Rompí una que otra y me clavé un pedazo de vidrio en la palma. Al cabo de unos momentos llegaron Shin y los demás chicos y empezaron a curar mi herida-terminé de hablar.
-Pues es muy raro todo eso-dijo ella intentando unir los cabos.
-¿Por qué lo dices?-levantó una ceja mi acompañante.
-Puede que Takano sea un idiota, un mujeriego, hasta un déspota, pero jamás ha sido de las personas que recurra a la violencia-comentó la peliplata
-Pues, ya no es del todo cierto. ¡Mira mi herida!-dije con rabia.
-Sí, ya la veo. Aunque no puedes evitar que esté sorprendida-dijo.
-Pero miren quién está aquí- dijo una voz que conocía ya de memoria. Dios, ¿por qué tenía que tener tan mala suerte?
-¿Qué quieres?-pregunté con rabia.
-Veo que aún tienes la herida de nuestro encuentro-sonrió maliciosamente.
-Eres un idiota-suspiré.
-Veo que estás rebelde. ¿Acaso se te da bien el sado?-preguntó con una sonrisa pícara.
-¿Eh?-pregunté confundido. Sentí cómo el cuerpo de Shin estaba que estallaba.
-¡NI TE ATREVAS A TOCARLO, O NO RESPONDO!-exclamó el pelirrojo con rabia.
-Huy que miedo. ¿No pudiste conseguirte a algo mejor para defenderte?-bufó.
-Para Takano-dijo Rosalya intentando agarrarle el brazo, más el azabache soltó su agarre.
-No Rosa. Ese idiota que está allí (Me señaló) ha hecho que pierda un polvo y me lo tendrá que recompensar-dijo con una sonrisa pícara.
-¿¡QUÉ DICES IDIOTA!?-gritó Shin. Le agarré del brazo para que no le fuera a golpear. Como ya mencioné antes, no estoy de acuerdo con la violencia, sobretodo la física.
-No sabía que también eras del otro partido-sonrió pícaramente.
-Pequeña, tengo muchos secretos que nadie más conoce-dijo.-Y tú pequeño mocoso me las pagarás. Y déjame decirte que no soy fácil de complacer. Hace falta que sepas lamer bien-agregó.
-¡QUE LO MATO!-Exclamó Shin soltándose de mi agarre y yendo a golpear a Takano.
En ese momento me quedé en shock, más al cabo de un instante me fui a calmar la pelea.
(EN LAS REVIEWS, PODRÁN ESCRIBIR CUÁL OPCIÓN PREFIEREN)
-Defender a Shin. Al fin y al cabo, Takano comenzó todo.
-Defender a Takano. Si bien comenzó con la pelea, la violencia no es la salida