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Ser tú por LadyBondage

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Notas del capitulo:

Gracias a todas por sus comentarios y lecturas, contesaré sus reviews a pasito de tortuga, un abrazo y un beso.

 

A leer.

 

PD. Estoy escribiendo un fic en colaboración de la bonita Evany bebé -Evan Lee-, se llama Sólo contigo, es algo muy especial con amor para todas y todos ustedes, esperamos que les guste. La idea original es de ella y amablemente me pidió un poco de mi ayuda para completar su historia. Les invito a leerlo, no se arrepentirán hehehe.

 

Nosotros: tú eres yo y yo soy tú

[1]

 

De: Kyuubi

Para: Sakura Haruno.

 

Desde que te conocí, me flechaste con tu mirada verde, del color del césped y la hierba fresca. Me pareciste la niña más linda de toda la escuela. Sin embargo, para ti he pasado desapercibido durante muchísimo tiempo. Me gustaría poder ser algo más para ti, no un simple amigo.

 

Estoy enamorado de ti, mi bello cerezo. ¿Seré capaz de obtener un lugar en tu corazón?

 

Con todo su amor: tu zorro de nueve colas.

 

 

Sasuke reprime la carcajada que se anida en lo más hondo de su garganta. Abre el siguiente sobre extrayendo del interior otra carta con el mismo contenido.

Estar en el cuerpo de Naruto al principio no le parecía conveniente, pero pensándolo mejor, había cosas que no sabía sobre ese perdedor.

 

Naruto tenía cierto respeto por la limpieza aunque era tremendamente desordenado, le llevó casi cuatro horas finalizar el aseo dentro de esa habitación. Encontrándose con videojuegos, ropa sucia, fotografías viejas con Kushina, y una caja de zapatos donde estaban escondidos aquellos sobres con cartas para la pelirrosa.

 

También había descubierto –muy a su pesar- lo bueno que era Naruto para las matemáticas, tenía ejercicios que aún no habían visto resuelto y con resultados perfectos. Incluso descubrió que el rubio tenía un interés especial por la informática pues había encontrado libros sobre sistemas computacionales para chicos universitarios.

 

Por si fuera poco, Naruto estaba adelantando su proyecto de física molecular. No sabía que estaba tomando esa clase extracurricular. Le sorprendía saber que su antítesis era tan buen estudiante como él.

 

Se sienta al filo de la cama, con una sonrisa acaricia el borde de la hoja, la letra de Naruto es desigual, pero alineada y a su manera, algo bonita. Pensar que el tonto rubio tenía sentimientos por Sakura le provocaba un hueco en el estómago, cierra los ojos lentamente, dentro de su cabeza una imagen deshace su sonrisa:

 

Naruto besando a Sakura Haruno bajo un árbol de cerezos y él siendo espectador.

 

Menea la cabeza de un lado a otro, tratando de sobreponerse a la repentina escenificación de aquellos dos, como si estuviesen burlándose de él.

 

—Dios… esto está mal.

— ¿Naruto?

 

Kushina toca la puerta suavemente.

 

—Adelante mamá. —la pelirroja no espera más, y con sumo cuidado abre la puerta colándose dentro de la habitación de su hijo.

 

Abre la boca con la sorpresa pintada en su rostro, apenas cree lo que ve.

Luego su mirada recae en Naruto.

 

— ¿Qué sucede?

 

Pero ella no responde, recorre la habitación con ojo clínico, incluso pasea sus dedos por los estantes, ni una mota de polvo en ellos. Cada rincón brilla de limpio, ni siquiera ella hacia un aseo tan pulcro como Naruto.

Frunce el ceño pensativo, se acerca al rubio, acuna su rostro entre sus manos. Sasuke se sonroja notablemente por el acercamiento repentino.

 

— ¿Qué pasa?

— ¿Estás seguro que eres mi hijo?

 

Sasuke traga saliva duramente abriendo los ojos como platos. ¿Cómo se había dado cuenta?

Inmediatamente Kushina suelta una suave carcajada que alivia el corazón del Uchiha.

 

—Lo digo por lo bien que limpiaste tu habitación. Me has dejado perpleja. Seguro que esa chica está haciendo mella en tu cabeza, eh. —comenta picara. Sasuke recuerda la imagen en su cabeza y hace una mueca que no oculta su desagrado.

—Para nada.

—Uhum, yo creo que sí.

 

Sin querer mira al costado de Naruto y encuentra sobre abiertos y las cartas desdobladas. Toma una rápidamente paseándose por la habitación.

 

— ¿Sakura Haruno? ¿Ella te gusta? —una fina ceja se levanta, inquisitiva.

 

Sasuke se pone de pie intentando arrebatarle la carta a la pelirroja.

 

—No, no, ella no me gusta.

—Pensé que era Hinata-chan quien te atraía.

— ¡Qué! No, Hinata Hyuga es una chica muy… tímida, no me gustan las chicas tímidas.

— ¿Ah no? Entonces, ¿cómo te gustan las chicas?

 

Sasuke muerde su labio inferior. Jamás se había hecho esa pregunta, Kushina lo mira con un destello travieso destilando en esos ojos bonitos de un gris-violeta muy inusuales. Ella se acerca curiosa hasta invadir su espacio personal.

 

—Oh… tal vez hice mal la pregunta, ¿cómo te gustan los chicos?

 

Y el rostro de  Sasuke, o de Naruto, toma un color escarlata tan llamativo que ocasiona una carcajada estruendosa en la Uzumaki.

 

—No-no-no me gus-gustan los chicos.

—No, claro que no, cariño. —Dice sarcástica. —Pero no tendría problemas si te gustara alguno, ya sabes, siempre andas con Kiba y ese chico de peinado de piña. ¿Cómo se llama?

—Shikamaru.

— ¡Ése! Uy, hasta recuerdas su nombre. —con su dedo índice pica el estómago de su hijo. —La verdad es que sería lindo tener un hijo gay. —suspira derrotada.

 

Para sus adentros, un Sasuke chibi corre por toda su cabeza, ¿Qué clase de mujer era Kushina Uzumaki?

 

[2]

 

Ya casi terminaba el día y Naruto seguía pegado a la computadora cliqueando varios enlaces de diferentes páginas de esoterismo, brujería y ocultismo. Nada que pudiera ayudarle a resolver su problema. Desde que amaneció hasta ahora -5:50 pm- pensaba una y otra vez que había hecho para terminar en el cuerpo del idiota de Sasuke Uchiha. Su peor enemigo.

 

Sin duda estaba siendo castigado con creces.

 

—Jodeeeer.

—Así que está solito… —ronronean en su oído.

 

Asustado se apresura a cubrir la pantalla con una chaqueta, gira completamente espabilado encontrándose con una Shion sonriente, la rubia únicamente viste una pequeña bata traslucida y debajo de la misma parece que no hay rastro de ropa interior que la cubra.

 

— ¿Qué haces a-aquí? —tartamudea nervioso. Shion restriega su cuerpo sugerentemente contra el suyo.

 

Desde esa precaria distancia puede oler el perfume vulgar de la fémina una mezcla chiclosa y exageradamente dulce. Quiere vomitar.

 

—Tu padre no está, y decidí echarte un vistazo. —las manos de ella se pasean por el firme pecho masculino.

 

Desea ver a Sasuke desnudo sobre ella; embistiéndola. Sus fantasías con el menor habían tomado matices más crudos cuando lo vio aquella noche nadando en la piscina con el bañador cubriendo lo que tenía que cubrir. La ancha espalda y los fuertes brazos le provocaron un orgasmo visual que en mucho tiempo no había tenido.

 

Y no es que Fugaku fuese un pésimo amante, pero estaba viejo y tenía la manía de tener un sexo lento, suave, y eso no le agradaba para nada. Ella quería algo salvaje, violento, justo como Sasuke y su pinta de delincuente juvenil.

 

Pero éste no la notaba o se hacia el que no la notaba. Porque ella se sabía hermosa, deseable para cualquier hombre. Y Sasuke no sería la excepción. Claro que no.

 

—Por favor, quítame las manos de encima.

 

¿En serio la madrastra de Sasuke era tan cínica? Pfff, le tenía que decir a Fugaku.

 

—Uhm, ¿por qué no? ¿Acaso no te gusta? —Shion acaricia con la rodilla la entrepierna de Naruto.

 

Naruto sin más opciones la toma entre sus brazos, a lo cual Shion se rinde complacida, sabía que funcionaria.

 

—No, no me gusta.

 

Naruto la lleva hasta la salida de la habitación del Uchiha. Shion abre la boca en una perfecta o, chilla en su posición despeinándose la larga cabellera rubia.

 

— ¿Qué es lo que te ocurre, idiota? Soy la chica de ensueño para cualquier hombre. —Naruto sonríe divertido.

 

Shion creía inocentemente que él iba a ceder. Tal vez el Uchiha sí, pero él no, y mientras estuviese en el cuerpo de Sasuke velaría por sus intereses.

 

—Pues no el mío.

 

La rubia le asesta una dolorosa bofetada en la mejilla izquierda. Naruto ladea el rostro sopesando el punzante dolor, suelta un gimoteo lastimero. Shion se acomoda la bata como bien puede.

 

— ¿Es que acaso eres gay?

 

El Uzumaki no se piensa demasiado la respuesta:

 

— ¡Sí!

 

Cierra la puerta de su habitación dejando a una Shion boquiabierta.

 

 

 

[3]

 

— ¡Vendré por ti a las tres, cuídate cariño! —Kushina deposita un sonoro beso en su frente, como si se tratase de un niño pequeño.

 

Sasuke desciende del auto con mochila en mano, el uniforme perfectamente acomodado y la corbata lustrosa. Al entrar a la institución, nota las miradas puestas en él. Y es que era muy extraño ver a Naruto Uzumaki portar el uniforme completo, normalmente el rubio pasaba de la etiqueta de la preparatoria y usaba lo que se le daba la gana.

 

—Wow, de verdad que me sorprendes Naruto. ¿De qué lado de la cama te despertaste?

 

A sus delicados oídos llega la voz del chico perro, o Kiba. Sasuke gruñe socarrón. Inuzuka suelta una leve carcajada que suena a graznido de pato.

 

—Vaya, así que estamos de malas.

—No molestes Inuzuka.

— ¿Inuzuka? ¿Ahora me llamas por mi apellido?

 

Sasuke detiene sus pasos en la entrada del salón de clases. Ahora es Naruto, debe concentrarse en ello o conseguirá extrañar a toda la escuela.

 

—Ahm, bueno, no. Lo-lo siento.

—Andas muy raro rubio, pero en fin. ¿Qué paso después de lo que la bruja les dijo?

 

El Uchiha frunce el ceño.

 

— ¿Bruja?

—Sí, Hinata dijo que después de que esa extraña bruja lanzará un raro hechizo ustedes se sintieron mal, como si estuvieran ebrios y los llevaron a casa.

— ¿Ustedes? ¿Quiénes?

—El imbécil de Sasuke y tú, quien más.

 

A Sasuke no le agrada que alguien como Kiba se refiera así de él pero tiene que aguantar una grosería para no levantar más sospechas de su actitud.

 

Pero gracias a Kiba también había descubierto algo que anteriormente no pasó por su cabeza.

 

Después de que peleara con Naruto dentro de la carpa de la misteriosa madame Terumi según recuerda. Sin embargo, le es imposible recordar que fue lo que pasó después de que ella pronunció unas palabras sin sentido. Por eso tenía que hablar con Naruto, ya que durante el día de ayer se mantuvo ocupado con sus tareas y labores de la casa olvidando que sería del rubio en su cuerpo.

 

—Muy bien chicos, buenos días. —la profesora Kurenai hace acto de presencia.

 

Sasuke se sienta donde siempre, sin embargo la mirada de Kiba es de terror. Entonces se percata que ha tomado su lugar, el de su cuerpo. Se pellizca mentalmente, ahora es Naruto, no debe olvidarse de ello. Con un refunfuño se dirige a la banca del rubio junto a Kiba y Shikamaru.

 

Todos ocupan sus asientos correctamente pero hace falta alguien.

 

—Kurenai-sensei, no cierre la puerta.

 

El alumnado se queda boquiabierto en cuanto Sasuke Uchiha entra al salón, y Sasuke, el verdadero, siente unas tremendas ganas asesinas en contra de Naruto.

 

Naruto exhala un profundo suspiro, incluso la propia Kurenai no sabe qué decir, Sasuke Uchiha jamás llegaba tarde.

 

—Joven Uchiha, llega tarde. —dice ella asombrada. Naruto asiente con la mirada baja.

 

No había puesto la alarma a la hora correcta, una empleada de la lujosa mansión de los Uchiha lo había despertado veinte minutos antes de las siete. Apresurado y nervioso se duchó y desayuno algo ligero. El mal episodio vivido con Shion seguía en su cabeza.

 

—Lo siento, no volverá a suceder.

 

Kurenai asiente y le indica a su alumno a ir a su lugar. Naruto camina entre las filas dirigiéndose a la última fila de la izquierda cerca de la ventana, sonríe ampliamente al advertir a Kiba y a Shikamaru esperándole. Sin embargo, esa sonrisa se desvanece cuando ve a su yo sentado en su lugar.

 

Sasuke no cabe de la sorpresa, jamás pensó que verse a sí mismo sería tan impactante. Es decir, cuando se miraba al espejo sabía que era él, pero es diferente ahora, porque no está en su cuerpo, sino alguien más a quien días anteriores había llamado idiota con bastante ahínco.

 

Naruto se había esmerado en portar el uniforme pero le faltaba la corbata, Sasuke frunce el ceño ligeramente molesto.

En cambio, Naruto quiere saltar de alegría, lucía demasiado apuesto con el uniforme completo. No tenía idea de lo atractivo que era.

 

Y verse a sí mismo, en el cuerpo de otra persona cambiaba muchas perspectivas que tenía sobre su persona.

 

— ¿Joven Uzumaki?

 

Kurenai interrumpe las cavilaciones de ambos adolescentes. Naruto espabila rápidamente, es Sasuke Uchiha y como tal debe actuar.

 

Luego recuerda que en el festival de las flores el bastardo lo insultó de la peor manera, así que… podía desquitarse, ¿no?

 

— ¿Si?

—A su lugar.

 

Lo haría más tarde.

 

Tranquilamente se acomoda en la banca del Uchiha aunque se lamenta de no poder admirar el bonito jardín de la preparatoria gracias a que Sasuke ocupa su lugar.

Sakura le sonríe abiertamente, Naruto se sonroja cuando la pelirrosa le desliza un papelito.

 

 

«Qué bueno que llegaste»

 

Sasuke ve el estúpido sonrojo desde la distancia. No sabía que decía aquel contenido pero estaba seguro que era algo burdo, porque Sakura no tenía temas de conversación que a él como Sasuke le gustasen.

 

Empero, a Naruto si, inevitablemente rompe su lápiz a la mitad.

 

Shikamaru en todo el rato no había mencionado nada pero notó las miradas de sus compañeros, y la actitud reacia de Naruto.

Algo andaba mal entre esos dos, más tarde lo descubriría.

 

 

[4]

 

Sasuke realmente estaba harto, quería matar a medio mundo, en momentos así lamentaba no tener poderes mentales.

 

Naruto estaba dejándolo en ridículo, de verdad que se esforzaba por hacerlo quedar como un imbécil frente a sus compañeros, y no paraba de reír escandalosamente. ¿Es que estaba desquitándose por la pelea del sábado?

 

Tenían que hablar sobre lo que les había sucedido, hallar una solución. Para él no era precisamente agradable estar en el cuerpo del torpe rubio, aunque tampoco es como si le molestara demasiado.

 

—Ho-ho-hola Na-Na-Naruto-kun…

—Hmp.

 

Hinata intenta sonreír pese a la lánguida respuesta a su saludo. Naruto tenía la mirada puesta en Sasuke quien se rodeaba de Sakura e Ino, reía escandalosamente y eso le sorprendía mucho a la Hyuga.

 

—Yo… me… preguntaba si tú…

—No.

—Pero ni… si…

—Nos veremos después, Hinata.

Decidido se dirige hasta donde se encuentra el escandaloso trio atrayendo las miradas de las féminas y de Naruto.

 

—Na-Sasuke, ¿podemos hablar?

 

Naruto sonríe de lado. Y Sasuke teme por aquel gesto tan seductor.

 

— ¿Sobre qué, Naruto-kun?

 

El Uchiha abre y cierra la boca al mismo tiempo. No sabía a qué estaba jugando el perdedor de Naruto pero si creía que se iba a salir con la suya, estaba muy equivocado. Aunque no podía avergonzarse a sí mismo con algún acto impulsivo, tenía que ser más inteligente.

 

—Es sobre lo que sucedió el sábado.

—No creo que tenga tiempo para ti.

 

Sasuke enarca una ceja. El Uchiha suelta un gruñido y sin pensarlo mucho toma a Naruto de la muñeca arrastrándolo hasta los jardines trasero. Naruto grita y maldice pero no le importa escucharlo. Tenían un problema qué resolver y lo harían pronto.

 

Sakura ladea la cabeza tratando de entender la actitud de Naruto.

 

— ¿De qué querrá hablar Naruto con Sasuke-kun?

—No lo sé amiga frentona.

 

Ino se lleva una papita a la boca.

 

 

 

 


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