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Ser tú por LadyBondage

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Notas del capitulo:

El final ha llegado, perdonen la demora, espero que les guste mucho, me encantó escribir este fic, ha sido muy tierno y es la primera vez que me enfrasco en otro género que no es el drama ni el angst, gracias a todos ustedes seres maravillosos por el apoyo y la entrega.

Por cierto, les recuerdo, cada comentario es bien recibido, pero POR FAVOR no me insulten, hace unos días una chica envió un comentario a uno de mis fics llamandome 'puta', así que chicas... recuerden que yo les guardo mucho respeto mientras me respeten, ¿vale?

Gracias por todo, besos y abrazos.

 

A leer.

Lo que eres para mí…

[1]

 

Definitivamente la situación era bastante bizarra.

 

Naruto lo pensó en el momento en el que se vio a si mismo desnudo, no había reparado en la gran diferencia de estatura entre Sasuke y él, pero ahí estaba, mirándose fijamente, incrédulo y asustado por encontrarse como un chico menudo y flacucho frente al imponente Sasuke Uchiha, y él es ese Sasuke.

 

— ¿Qué te sucede, bobo? —Sasuke pregunta ligeramente avergonzado.

 

Naruto lo miraba con la sorpresa en el rostro.

 

—Es que… tú, eres yo… y bueno, yo soy tú. ¿Entiendes, no?

 

Y ante la obviedad del asunto Sasuke espabila. Lo olvidó por completo, sumido en el éxtasis del beso y la lujuria adolescente recién se daba cuenta de lo que había sucedido con ambos.

 

—Si…—pero a Sasuke le importa un bledo si no está en su propio cuerpo, quiere saciar el deseo fehaciente que tiene hacia el rubio.

—Entonces… nosotros no podremos hacerlo porque tú…

—Naruto, sólo olvídate de eso.

 

Sasuke acorrala al rubio contra la pared, su cuerpo hirviendo en deseo, Naruto se sonroja furiosamente cuando el aroma del Uchiha llega a sus fosas nasales.

No puede mirar el rostro de Sasuke porque es el suyo, y verse a sí mismo tan decidido es algo… extraño.

 

Y Sasuke podría detenerse si quisiera porque está a punto de abusar de su cuerpo, pero no le interesaba ponerse a pensar en esos detalles. En esos momentos lo único que quería era probar la boca de Naruto; otra vez.

 

Naruto espabila cuando la boca de Sasuke busca la suya, lo hace con lentitud, como si le pidiera permiso para invadir aquella zona. El rubio cierra los ojos plácidamente permitiendo que su saliva se mezcle con la del Uchiha, Sasuke posa las manos sobre los huesos de las caderas, sosteniéndose.

 

Es extraño besarse a sí mismo, tocarse a sí mismo, abrir los ojos y ver esas perlas negras en vez de dos zafiros eléctricos. Pero lo hace más excitante, eso le parece, porque jamás creyó verse tan sumiso, sonrojado, tímido. Y se da cuenta que es así como se muestra Naruto al natural, que Naruto es un niño atrapado en el cuerpo de un adolescente y que aún mantiene reacciones inocentes.

 

Le gusta saborearse los labios en el cuerpo de Naruto, le gusta dominarse a sí mismo. Naruto suelta un gemido lastimero cuando los dientes blancos del contrario se encierran en una generosa porción de piel, da una mordida suave, para no causar daño pero si para dejar una marca temporal, algo que grite ‘él es mío’.

 

—Auch.

—Shh, tranquilo.

 

Sasuke pasea sus ávidas manos por debajo de la ropa, Naruto respinga. Pero el Uchiha no le da cabida a rebelarse cuando ya lo está desnudando con infinita paciencia.

 

—Sasuke… no, detente. —Naruto rodea las muñecas del contrario. Sasuke le regala una mirada significativa.

— ¿Qué?

—Es muy pronto, ni siquiera sé que es lo que sientes por mí…

 

Sasuke hesita una respuesta.

 

Naruto se sonroja ligeramente, temía interrumpir el momento por una pregunta fuera de lugar. Pero no pudo resistirse a hacerla, simplemente quería hacerla, quería saber lo que Sasuke sentía por él. Porque no iba a entregarse al Uchiha por sólo un momento de calentura, tenía que estar bien seguro que ambos querían hacerlo.

 

Porque si a Naruto le preguntaran que era lo que sentía por Sasuke, respondería que cuando el Uchiha lo mira siente que el estómago le cosquillea y que el corazón le va a estallar, diría que siempre busca una manera de acercarse a Sasuke aunque fracase en sus intentos, que imaginariamente lo hizo su rival para mantener un lazo que los una, porque Sasuke le hace sentir diferente… y no puede evitarlo. Le gusta sentirse diferente, pero si es Sasuke quien lo provoca.

 

—Yo… —Naruto juguetea con el borde de su camisa. —Me gustas Naruto, y hay más cosas que me haces sentir pero no sé cómo llamarlas, sólo sé que he estado comportándome como un idiota para que me notes.

— ¿Notarte? Pero es casi imposible no hacerlo, todos en la escuela notarían a un Uchiha.

—No todos —, comenta Sasuke risueño, Naruto es el primero en ver esa actitud tan despreocupada en el moreno, porque Sasuke jamás se comportaría de esa manera en público. —Tu no me notabas, ni siquiera te interesó saber si yo existía, estabas en tu mundo siendo una molestia pero ahí estabas, te reías por todo, hacías bromas tontas, y tratabas de ser amable con todos… —Sasuke medita unos segundos. —Bueno, en realidad no, siempre has sido amable, es parte de tu naturaleza, ahora que soy tú, he conocido más de ti en estos días que en el tiempo que llevamos de compañeros.

— ¿Y…?

—Me gustas perdedor, lo repito porque creo que no te queda claro.

—Uhm, es que eres tú quien lo dice.

—Precisamente porque soy yo quien lo dice deberías de creerme, Naruto. No digo estás cosas a la ligera, así que tómalas en cuenta porque me avergüenza exteriorizar mis sentimientos.

 

Naruto sonríe abiertamente, lo que provoca ahora un sonrojo furioso en las mejillas morenas del Uchiha. Naruto baja la mirada, le da pena verse a sí mismo sonrojado.

 

—Me gustas, Sasuke bastardo.

—Compartimos el mismo sentir, perdedor.

 

 

 

[2]

 

—Naruto parece ser un buen chico.

—Lo es, y muy estudioso.

—Lo sé. Sasuke me lo ha dicho bastantes veces en estos últimos días.

 

Kushina sonríe sinceramente, estaba empezando a creer que los Uchiha no eran tan bastardos después de todo y que Fugaku Uchiha le gustaba un poquitito.

 

—Ehm… está casa es enorme. —Kushina pasea su mirada por el amplio salón donde se encuentran bebiendo el té. Fugaku asiente con una sonrisa en los labios.

—Un lugar bastante vacío a mí parecer.

—Le hace falta un toque femenino.

 

Y Fugaku no puede hacer nada más que darle la razón a la pelirroja en completo silencio.

 

—Oh, lo siento, lo siento, disculpe, yo estoy diciendo cosas tontas y ni siquiera lo conozco. —Kushina se disculpa seria como si hubiese cometido un error.

— ¿Y por qué te disculpas?

—Pues yo lo hago porque seguro soné muy entrometida.

 

Kushina retuerce el borde de su falda bajo la atenta mirada de Fugaku Uchiha.

 

—Sí, hace falta la presencia del toque femenino.

 

Fugaku admira el sonrojo tenue de la mujer de cabellos rojos, su pequeña nariz se arruga cuando el humo del tabaco llega hasta sus narices, y no puede evitar el deleite que son sus labios cereza. Fugaku había negado automáticamente a Shion y no le importaba, por primera vez, quiere deshacerse de ella.

 

 

 

[3]

 

Naruto gime suavecito, tiene que llevar ambas manos a su boca para cubrirla, Sasuke le sonríe como un lobo hambriento. Y continúa con su faena: devorando el miembro masculino, entonces Naruto no conteniéndose más toma la almohada más cercana y le entierra los dientes.

 

Se siente jodidamente bien, es una delicia, le gusta mucho, pero no pueden ni deben hacer ruido, sus padres están abajo pensando que están haciendo una tarea importante cuando la realidad es que Naruto se encuentra desnudo al igual que Sasuke y está recibiendo la primera mamada de su vida. Esto tiene que ser irreal, pero no lo es.

 

—Ahh, Sasuke, joder…

 

A pesar de la situación tan bizarra en la que se ven sumergidos, a Sasuke le gusta verse sonrojado con las piernas abiertas pero ser el pasivo en la relación no es lo suyo, por esta vez lo permite por que la situación lo amerita y porque Naruto esta jodidamente delicioso gimiendo y abrazando sus dedos a las sabanas.

 

Cuando saca el falo de su boca, un sonido de chapoteo se hace presente, Naruto se sonroja más de lo debido. Sasuke separa las piernas pálidas que por ahora le pertenecen a Naruto.

 

— ¡Hey! No, espera… hazlo con cuidado.

 

Sasuke asiente lentamente infundiéndole confianza al rubio, ya habían pasado de los jugueteos con besos y saliva hasta la intensidad de mirarse desnudos. Y aunque a Naruto le hubiese encantado estar en su propia piel, admite que estar dentro del cuerpo de Sasuke le parece sumamente divertido.

 

La sensación de dolor lo saca de sus cavilaciones, Sasuke ha introducido la punta de su pene dentro de Naruto. el Uzumaki arquea la espalda suavemente cuando la mitad del falo se adhiere a su cuerpo, y entonces el dolor es más vivificante de lo que esperaba.

 

—Ahhh, Sasuke… duele mucho.

—Tranquilo Naruto, es pasajero.

—No, no lo es, puedo sentirlo.

—Sólo relájate.

 

Sasuke busca con insistencia los labios de Naruto como un método efectivo para mitigar el dolor que Naruto está sintiendo. Y lo consigue, cuando Naruto abre la boca permitiendo que la lengua intrusa acaricie la suya.

 

Naruto se deja llevar por el brioso calor que expiden ambos cuerpos, el aroma de Sasuke: canela y mar, el sudor perlado que cubre sus frentes, la confesión de sus sentimientos. Naruto goza la inexperiencia de ambos y se entrega totalmente.

 

—Uhm… Sasuke.

 

Eso es aliciente suficiente para que Sasuke comience a moverse. No sabe nada de sexo pero mueve sus caderas contra Naruto, el Uzumaki hunde su cabeza en la almohada, las sensaciones explotan en sus cabezas, todo a su alrededor se congela, sólo son dos seres humanos entregándose a lo que sienten, no importa si son dos hombres, dos adolescentes con las hormonas al tope, se gustan, se han querido desde hace tiempo y se negaban a aceptarlo, pese a que no se han dicho las palabras anheladas, Sasuke y Naruto saben que no las necesitan porque pueden sentirlas.

 

—Maldición… Naruto.

 

Sasuke posa ambas manos a cada lado de la cabeza de Naruto. No son sus expresivos ojos azules quienes lo reciben sino unos ojos ébano perdidos en el placer de la primera vez.

 

—Sasuke…

 

Y la infusión de todos esos sentimientos perdidos vuelve a juntarse en el centro del estómago, y sube hasta sus cabezas para descender hasta sus pies, estalla en una espesa bruma blanca.

 

 

 

[4]

 

Naruto y Sasuke se miran entre sí, asienten en complicidad. Ambos se adentran a la enorme carpa de la bruja pelirroja. Mei los recibe ansiosa con su sonrisa coqueta.

 

—Uhm… huelen diferente muchachos, y se miran diferentes, ¿es qué algo interesante ocurrió estos días? —comenta sardónica, Naruto se sonroja, Sasuke aprieta los labios, conteniéndose.

—Queremos que nos devuelvas a nuestros cuerpos. —Exige el Uchiha.

— ¿A sus cuerpos? Pero creo que les di la condición para que eso suceda así que no me pidan milagros, yo no tengo la pócima para ello, sólo sucederá y tiene que ser antes del domingo porque si no… pues… ya saben lo que sucederá.

 

 

[5]

 

—No lo entiendo… ¿qué tiene que pasar para que ambos volvamos a ser como antes?

 

Naruto se lleva las manos a la cabeza halándose de los cabellos obscuros, Sasuke chasquea la lengua.

—No lo sé bobo, pero estoy seguro que es algo más que simplemente llevarnos bien.

—Y qué acostarnos. —Naruto rie.

—Uhm… y podrían ser más veces si tu quisieras. —Sasuke atrapa hábilmente una almohada de plumas que iba directamente a su rostro.

 

Después de la primera vez las cosas cambiaron entre ellos, permanecían unidos ante los ojos incrédulos de sus compañeros de clase, y Fugaku extrañamente comenzaba a desinteresarse por Shion, esa noticia se la dio Naruto a Sasuke. Y eso alegró en demasía a Sasuke al punto de besar a Naruto incontables veces.

 

Kushina irradiaba felicidad y Sasuke sabía que era por que Fugaku le había ofrecido un excelente puesto en su despacho de abogados, además de que constantemente le hacía llegar arreglos florales demasiado preciosos.

 

—No, no pienses en eso en momentos como estos. ¿Quieres?

 

Naruto no puede continuar concentrándose porque la presencia de Sasuke es demasiado cercana a su espacio personal e invade todos sus sentidos.

 

—Ya basta de pensar, simplemente sucederá.

—Ella dijo reconciliar nuestro pasado.

 

El Uzumaki mira a Sasuke fijamente, sentado al borde de la cama con Sasuke acuclillado frente a él.

 

— ¿Y?

—Que ahora lo entiendo… yo odio a mi padre, bueno, lo odiaba porque realmente nunca lo conocí, así que mi odio va dirigido a nadie en especial, he estado guardándole rencor a un hombre que no conozco y que quizá pudo haberme querido pero tuvo miedo. Lo perdono Sasuke, realmente lo perdono, no importa quién es y que ha sido de él, me dio la vida y gracias a él estoy aquí contigo.

 

El Uchiha sonríe de lado, toma el rostro del rubio entre sus manos y deposita un corto beso en su frente.

 

—Perdóname por haberte dicho cosas horribles que jamás he sentido.

—Sasuke ya te perdoné…

—Guarda silencio tonto, sólo escucha…

—Ok.

—Yo estaba muy herido porque mi padre se negaba a reconocerme como su hijo, siempre estaba culpándose por la muerte de mi madre y mi hermano, siempre me sentí alejado de ellos porque Itachi iba dos pasos por delante de mí. Y cuando te conocí me di cuenta que tú eras como mi hermano; todos te admiraban en silencio, destacabas por alguna u otra cosa, tú me hiciste sentir inútil y a la vez quería ser como tú. Pero no sabía expresarlo, ahora sé que todo eso es parte del pasado, ya no quiero hacerme daño con recuerdos.

 

Naruto sonríe de oreja a oreja, hoyuelos a la vista y ojos refulgentes de alegría.

 

—Nos hemos perdonado finalmente.

 

 

 

 

 

[6]

 

—Lo lamento mucho Fugaku-san, seguro que está muy mal con ello, ¿no es así?

Kushina intenta darle ánimos a su nuevo jefe, él en confesión le había dicho que su relación con su novia se había ido a la borda. Y aunque extrañamente se sentía bien no quería decirlo y hasta se sentía mal de sólo pensarlo.

 

—Está bien Kushina, realmente no estábamos bien desde hace tiempo y creo que a ella le gustaba mi hijo, pero de cualquier modo, Shion lo tomó muy mal, se fue de la casa y se llevó todo lo que le he obsequiado.

—Así son las chicas hoy en día. —dice ella, aligerando el ambiente. Fugaku le sonríe a la pelirroja.

—Me equivoqué con Shion, Kushina, ella quería mi dinero, succionaba parte de mi tiempo y lo malgasté en su avaricia sin darme cuenta que estaba afectando a mi hijo.

—Pero ahora sabes que cometiste un error Fugaku, así que lo estás componiendo. ¿No es así?

—Hago lo mejor que puedo, quiero darle lo mejor a Sasuke.

 

Ambos se miran fijamente a los ojos, aunque aún posee ese tenue sonrojo, Kushina no evita la mirada del hombre mayor que le atrae muchísimo, sería muy tonto negar lo obvio.

 

—Quiero que tú y Naruto nos acompañen a cenar está noche, ¿pueden?

 

Es viernes, Kushina piensa que no tiene nada que hacer e inmediatamente da una respuesta afirmativa.

 

—Bien, entonces los esperamos a las ocho.

 

 

 

[7]

 

Naruto continuaba preocupado pero no se lo externaba a Sasuke quien lucía muy feliz durante la cena. Incluso hacia comentarios divertidos pese a que no era parte de su personalidad. En cambio, en la cabeza de Naruto permanecía la maldición que estaba sobre ellos. Quería volver a su cuerpo con toda su alma.

 

Y presentía que a Sasuke ya estaba comenzando a darle igual el asunto.

 

Al finalizar la cena en la que su madre estuvo muy atenta con Fugaku, Naruto subió a la habitación del Uchiha, apenas puso su cabeza en la almohada y se quedó rendido.

 

 

—Mei-sama, ¿no cree que esos chicos ya han estado sufriendo bastante con el hechizo? Nunca les mencionó que si tiene la pócima para regresarlos a sus cuerpos.

 

Mei pone los ojos en blanco, le regala una mirada de total seriedad a su ayudante, Kurotsuchi guarda silencio y sigue con la limpieza por cada rincón.

 

—Lo sé muchacha, lo sé. Y no te preocupes, sólo quería asustarlos un poco, en realidad el hechizo sólo dura siete días, ellos estarán como nuevos mañana por la mañana.

 

 

Naruto abre los ojos lentamente, alza los brazos desperezándose, da un gran bostezo llenándose los pulmones de un dulce aroma a vainilla.

— ¡Hijo! ¡Ya está el desayuno!

— ¡Ya voy mamá!

 

Sonríe de oreja a oreja, hoyuelos a la vista y ojos entrecerrados. Luego se incorpora de golpe. ¿Había escuchado la voz de Kushina llamándole desde la cocina?

 

Sale de la cama apresuradamente tropezándose con las sabanas, llega al cuarto de baño y con presura se mira al espejo.

 

Un grito emerge desde lo más hondo de su garganta, para después llevarse las manos a la boca.

 

¡Es él de nuevo! ¡Ha vuelto a su cuerpo! Se abraza a sí mismo y comienza a dar pequeños saltos de alegría.

 

—Hijo, ¿estás bien? Escuché que gritaste. —Dice Kushina detrás de la puerta de la habitación de su hijo.

— ¡Si má, es que me he golpeado en el dedo pequeño!

 

Kushina revira los ojos, no dice nada más, vuelve a la cocina para continuar con el desayuno.

 

Sasuke también se lleva la misma sorpresa esa mañana, y aunque siente un ligero desazón al pensar que ya no probará la comida de Kushina, sonríe de lado al recordar que su plan estaba dando frutos y que la pelirroja pronto se convertiría en una especie de madrastra, si su padre no lo echaba a perder, claro.

 

Al bajar al comedor se encuentra a un sonriente Fugaku que le espera con el desayuno servido.

 

—Buen día hijo.

—Buenos días… papá.

 

Sí, es bueno estar de vuelta.

 

 

 

[8]

 

EPILOGO

 

Naruto echa la cabeza hacia atrás, se empala a sí mismo en ese enorme falo, Sasuke suelta un gruñido gutural. La calidez del rubio se siente jodidamente bien. El rubio posiciona sus manos sobre el pecho fornido del Uchiha, comienza a dar pequeños brinquitos, el chapoteo se hace presente junto con el restallido de la carne.

 

La habitación de Sasuke parece haberse convertido en un sauna.

 

Había pasado una semana desde que habían vuelto a sus cuerpos, en la escuela continuaron siendo tan unidos como lo eran afuera, pero ahora había una gran diferencia, Sasuke mostraba una actitud posesiva hacia Naruto, y Sakura e Ino no entendían del todo bien porque ambos se llevaban de maravilla.

 

Bueno, aunque Ino si comprendía un poco, porque los había atrapado besándose detrás de las canchas de la escuela, sin embargo no le tomó importancia. Le gustaban las relaciones sentimentales entre chicos, esperaba que Sakura lo comprendiera, le tomaría unos años y terapia quizá, pero lo superaría.

 

Todo estaba bien, porque tanto el Uzumaki como el Uchiha habían aprendido a lidiar con sus caracteres tan peculiares y dispares, ambos conformaron un lazo inquebrantable e infranqueable. Sólo ellos podían romperlo, empero, Naruto se encargaría de que no sucediese, porque él estaba dispuesto a seguir al lado de Sasuke sin importar el qué o el cómo, y Sasuke estaba seguro que no podría deshacerse de Naruto, y la idea no le desagradaba para nada.

 

—Uhm… Sasuke, así… joder…

—Naruto… muévete más rápido.

—Hago lo que puedo… bas-bastardo.

 

Y es que para Naruto no era fácil soportar el enorme tamaño del falo del contrario, sin embargo conforme pasaron los minutos se acostumbró a la invasión.

 

Mientras ellos follaban dentro de la habitación del Uchiha, Kushina y Fugaku mantenían una charla amena, preparaban la cena para los chicos sin imaginarse que la tarea que estaban haciendo dentro de esas cuatro paredes era demasiado… interesante.

 

—Ah, ah, aaaaah… ¡Sasuke! —las manos del Uchiha se posicionan sobre las caderas morenas, Naruto en cuatro le regala la mejor vista de su culo, y el rubio ni siquiera era consciente de ello.

 

Sasuke brama unas cuantas guarradas para que Naruto las escuche provocándole un severo sonrojo.

 

Y si, le encanta provocarlo, porque es Naruto, y porque es suyo.

 

Hace una semana no podían verse a los ojos porque tenían miedo de darse cuenta de sus sentimientos, ambos eran unos cobardes que temían reconocer el amor que había nacido de manera espontánea.

 

Y así permanecerán…

 

 

Juntos.

 

 

 

FIN

 


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