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As cute as a girl | VKook. por LittleCookie

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Notas del fanfic:

Kookie Activo.

TaeHyung pasivo.

Notas del capitulo:

También se encuentra en Wattpad.

Aburrido.


Ya nada era interesante, absolutamente nada. Era d77;felizd78;, pero sabía que necesitaba una chispa que le diera un toque especial a su vida. Caminaba por los pasillos del instituto arrastrando los pies, era su último año que aunque recién comenzaba, no tenía ni idea de que estudiaría para la Universidad.


Le daba igual.


Sus padres tenían que trabajar todo el día en importantes compañías y gracias a eso, él tenía enormes lujos así que probablemente elegiría un camino fácil. Sí, eso era lo mejor, el camino fácil.


«Lo fácil se va fácil, Jeon» recordó las palabras de su maestra de quinto grado, tonterías.


Entró a su salón, sin esperanza de que algo nuevo o interesante sucediera y fue directo a uno de los puestos de en medio, esperando que el Maestro Guía entrara y les diera esa aburrida charla que había siempre a principios de año. Algunos estaban felices y otros, estaban tristes.


JungKook no estaba de ninguna manera, no le importaba y ya.


-Buenos días.- al parecer su profesor guía este año sería el señor Kim, Kim Young Soo.- De verdad que es un gusto para mí ser su guía este año, cualquier cosa o si hay problemas, por favor, no duden en decírmelo.- Young Soo era un persona muy sonriente y amable, pero antes de hablar hizo una mueca algo torcida.- Este año tendrán un compañero nuevo... Kim TaeHyung, ¿puede pasar?- el profesor suspiró y la puerta se abrió.


Enseguida todos posaron su mirada en el... La persona que entró.


Con pasos tímidos el recién llegado se poso en frente de la clase y se animó a presentarse.


-Soy Kim TaeHyung... Tengo 18 años y me gusta dibujar, soy muy bueno en eso.- esbozó una pequeña sonrisa que luego se desapareció cuando todos comenzaron a murmurar cosas de él y a reírse.


Y es que no era para menos.


TaeHyung estaba totalmente vestido como una chica, tenía unas medias negras que le llegaban hasta las rodillas, una falda color blanca y una blusa un poco sencilla color turquesa, más unos botines de plataforma beige. Su cabello castaño sin pelucas o extensiones, estaba un poco largo, le llegaba hasta los hombros y tenía una diadema de flores puesta.


«Es lindo... ¿O debería decir d77;lindad78;?»


No es por estar del lado del muchacho nuevo, sin embargo, JungKook no le veía la gracia a un chico femenino. Su expresión seria nunca cambio.


-Joven TaeHyung, creo que es mejor que se vaya a sentar.- TaeHyung asintió, cerrando los ojos un par de veces para evitar que las lágrimas cayeran y mordió sus labios.


Camino entre los pupitres sin ver a nadie mientras otros chicos ponían la pierna para que el cayera, y sólo lograron que se tropezara un par de veces hasta que se sentó en la última fila al fondo, aislado.


JungKook siguió por el rabillo del ojo a TaeHyung y cuando éste por fin se sentó, el pelinegro se permitió suspirar aliviado y llevó su atención devuelta al Señor Young Soo.


(...)


Llegó la hora del almuerzo, y JungKook esperó que todo el tumulto de gente saliera del salón, para poder salir él también. Tomó su mochila y se la colgó al hombro, pero se dio cuenta que sólo una persona quedaba en el lugar.


Kim TaeHyung.


El chico tenía los ojos un tanto rojos y suspiraba repetidas veces, tenía la cabeza reposada en sus manos mientras veía a la ventana.


JungKook se apiadó de él y le habló.- Oye, ¿No vienes a comer? Todos son unos animales y comen como cerdos, te morirás de hambre.


TaeHyung lo vio con una pizca de miedo en sus ojos y negó con un leve movimiento de cabeza, regresando su mirada a la ventana. JungKook sonrió levemente, el nuevo parecía una oveja en la boca del lobo.


El pelinegro por fin salió del lugar y casi se quería desmayar cuando vio la terriblemente larga fila que había para retirar comida en la cafetería, suspirando, tomó una bandeja y se colocó en la fila mientras avanzaba un poco. Diez minutos después, tenía arroz, salchicha, una manzana verde, y jugo de ciruela en su plato. Le echó un ojo al lugar y a lo lejos le hicieron un par de señas.


«Allí están los idiotas...» Con pasos calmados fue a sentarse junto a JiMin, NamJoon y YoonGi, sus amigos de siempre.


-¡JungKook!- celebró JiMin, al verlo cerca.


-Hyungs.- dijo sólo eso al sentarse, como una especie de saludo, y empezó a comer.


JungKook siempre guardaba el 'postre' para el final y esa vez no sería la excepción, sin embargo, el timbre que daba fin al almuerzo había sonado, así que agarró la manzana verde y no la guardó. Se fue a su salón de nuevo, suponiendo que aún habrían más charlas.


Cuando entró al salón AC-34 se dio cuenta que en el fondo había un tumulto de gente reunida que hablaba y hablaba, las voces no se reconocían. Se acercó y vio que algunas chicas estaban divididas en dos. Las que les preguntaban consejos de belleza, y las que le decían puta a TaeHyung. Los chicos también estaban similares. Los que querían una mamada, y los que querían una masturbación.


-Permiso.- sin dificultad y a propósito, empujó a varias personas hasta que por fin pudo estar frente a TaeHyung.- Ten, debes tener hambre.- le ofreció la manzana, pero el chico no se animaba a agarrarla.- Vamos, confía en mí. No le he hecho nada.- prometió y dudoso, TaeHyung agarró la manzana dándole una rápida mordida.


-Gracias...- dijo con voz suave.


Satisfecho, JungKook fue a sentarse cuando escuchó la voz del Profesor de Literatura entrar.


Era agradable actuar amigable con TaeHyung.


(...)


Pasaban los días, y de repente, el pasatiempo favorito de JungKook era ver como TaeHyung limaba sus uñas o jugaba con su cabello. No hablaban mucho, de hecho, no hablaban nada. Pero igual se sentían cercanos.


Tenían una especie de conexión, aunque no lo quisieran admitir.


Era miércoles y JungKook tenía entrenamiento de boxeo, pero está vez practicarían en el exterior, junto a la cancha de fútbol. Gracias a ésta actividad extra tenía su cuerpo bien trabajado y era bastante fuerte.


Cayó rendido al suelo respirando entrecortadamente y cerró sus ojos, tratando de que las gotas de sudor no resbalaran y le lastimarán. Rato después, decidió levantarse y tomar agua y largarse de la institución.


Pero, justo en la banca en donde su mochila estaba con sus cosas, TaeHyung estaba sentado con una libreta en mano. Con el ceño fruncido (por el calor, no por molestia) se acercó y le habló.


-Hola, Kim.- lo llamó por su apellido. TaeHyung levantó la mirada asustado, vio a su costado y se dio cuenta que d77;Estaba invadiendo terreno.d78;


-Ah... y-yo lo siento, me iré lo más rápido que pu-pueda.- tartamudeando, trató de meter su libreta en su afeminado bolso de flores y conejos.


«Que adorable»


-No pasa nada.- dijo JungKook, sentándose en la banca, aplastando ligeramente su propio bolso.- ¿Qué hacías? ¿Dibujabas?


TaeHyung no respondió y sólo lo miró escrutadoramente, luego, siguió guardando cosas en su bolso.


Molesto por verse echo a un lado, el mismo tomó la libreta que ya estaba guardada.- Quiero ver tu trabajo, lo siento.


-¡Oye, eso es mío!- reclamó TaeHyung haciendo un puchero.


-¿Aún desconfías de mí? Créeme, no soy como el resto. Si no, ya te hubiera hecho algo hace mucho tiempo.- le dijo viéndolo, para luego abrir el cuaderno y ver dibujo por dibujo.- Wow... Todo esto es sumamente genial... Pero, ¿Dónde está lo que hacías hace unos momentos?


-Eso no te incumbe- se sentó junto a JungKook, viéndolo mal todavía -, agradecería que me devolvieras mi cuaderno, gracias.


-¿Adivina qué? Si me interesa...- respondió distraído hasta que se topo con la última obra, que no estaba completa.- ¡Dios! ¿Me estabas dibujando a mi? Eso es genial.- preguntó sonriente, viendo fijamente los ojos de TaeHyung.


Las mejillas del más pequeño se vieron teñidas de rojo y habló avergonzado.


-Sólo... s-supongo que te veías bien. Me inspiraste...- admitió cabizbajo.


-Santa mierda, ni siquiera inspiro a mi mamá.- dijo en tono de broma.- ¿Puedes continuarlo? por favor.- trató de convencerlo.


Los ojos de TaeHyung brillaron con desconfianza que luego cambió a una mirada llena de calidez.- Bueno, el truco a veces está en la sombra y los ángulos.- sacó un lápiz de su mochila y JungKook le extendió su libreta de nuevo.- Como ves, esta parte de acá está finamente detallada...


JungKook pasaba su mirada del dibujo a las manos de TaeHyung, pero, finalmente se perdió en la satisfactoria vista que era el perfil del castaño. Estaba embobado. Era malditamente lindo, y lo gritaría a los cuatro vientos.


Sonrió dulcemente, pues a TaeHyung lo rodeaba un aura de inocencia y eso era muy agradable. No se quiso separar de él ni un segundo.


Ni siquiera de regreso a casa.


Sólo estuvo tranquilo cuando vio a TaeHyung pasar la puerta de su casa y allí, fue cuando JungKook finalmente se pudo ir a su hogar.


(...)


Tenía un mal presentimiento. Uno terrible, pésimo.


Pero no entendía el por qué, sólo sentía que algo malo iba a pasar pronto y que él debía detener eso. Ya se habían acabado las clases y estaba en las canchas de fútbol viendo vídeos en su celular, algunos de K-Pop y otros sobre programas. No quería aburrirse, y tampoco quería ir aún a su casa.


-¡Jeon!- alguien se acercaba corriendo y JungKook levantó la mirada de su celular. Era Han Bin de primer año.


-¿Qué pasa, amigo?- preguntó pausando el vídeo.


-Sé que no debería estar diciéndote esto, porque luego quizás pague las consecuencias, pero escuché a Choi MinWoo comentarle a sus perros falderos sobre grabar un vídeo de pornografía para luego subirlo a Internet.


JungKook se extraño ante eso.- ¿Por qué eso a mi me importaría?


-Porque van a grabar el vídeo con TaeHyung.


Todas las alarmas en su cuerpo se encendieron y salió corriendo, su teléfono se cayó y se rompió la pantalla, pero no se detuvo a recogerlo. Ni siquiera se detenía a tomar aire. Corrió con todas sus fuerzas mientras revisaba cada lugar de la institución, cada salón, cada esquina era revisado por él. Se le estaban acabando los lugares para buscar y se dio cuenta que sólo le faltaba uno.


El baño de mujeres.


Como un rayo, se encaminó hasta el baño femenino y al estar frente a la puerta, pegó la oreja para ver si se escuchaba algo. Pero nada. Suspiró rendido y se iba a ir.


-¡Te dije que chuparas, maldita puta!


Se le heló la sangre. No podía ser cierto.


De una patada abrió la puerta y la vista frente a él lo enfureció en demasía. Habían tres chicos, uno parado en el centro mientras otro grababa y otro sostenía un micrófono. Pero lo peor de todo es que TaeHyung estaba arrodillado en frente de el del medio, que era el líder Choi MinWoo, y MinWoo tenía su desnudo pene frente al delicado rostro de TaeHyung.


Y TaeHyung estaba llorando.


-¡Imbéciles, mal nacidos!- en un estado de ira, JungKook dio grandes zancadas hasta el de la cámara y se la arrebató lanzándola, al suelo, rompiéndola. Los tres animales estaban en shock por verse interrumpidos, así que en ese momento, JungKook aprovechó y tomó la muñeca de TaeHyung para salir corriendo.


MinWoo y sus acompañantes se dieron cuenta y salieron tras ellos. JungKook arrastraba a TaeHyung, mientras éste sollozaba, el pelinegro los llevó hasta la oficina del Director dejando la puerta abierta.


-¡¿Pero qué les pasa, insolentes?!


Como unos babosos idiotas, MinWoo y los otros dos los siguieron hasta la oficina del Director, y cuando lo hicieron se arrepintieron.


-Nosotros y-ya nos vam-


-¡De aquí no sale nadie!- ordenó JungKook, rojo de ira.- Pues Director, ¡¿Quiere saber qué mierda pasa?! ¡Pues, estos tres hijos de puta estaban a punto de violar a TaeHyung, mientras lo grababan todo para subirlo a Internet!


Incrédulo, el Director Jung miró al chico abusado y le creyó a JungKook. TaeHyung se veía realmente demacrado, tenía marcas en el cuello, los labios rotos y sangrantes y su camisa bastante rota.


-¡¿Pero en qué estaba pensando?! ¡Pueden ir a la cárcel por esto!- exclamó Jung.


-¡No es nuestra culpa de que él sea una puta zorra!


Impactado por las palabras del joven MinWoo, Jung firmó un par de papeles y les dijo 'Están expulsados.'


Eran ya las siete de la noche y a esta hora normalmente TaeHyung ya estaba poniéndose una mascarilla para las ojeras y, otra para las imperfecciones.


Sin embargo, ahora estaba sentado en la plaza cercana a la escuela, llorando, con frío y siendo abrazado por JungKook.


-Tae, por favor, no llores más...- pedía JungKook acariciando sus lacios cabellos.


TaeHyung sollozó.- JungKook, tuve miedo. Pero tú... Llegaste y gracias... Eh.


-No digas nada, no hace falta. Sólo... Ten en cuenta que ahora te protegeré y no dejaré que nada te pase.


TaeHyung se separó de JungKook y lo vio a los ojos.- Gracias.- le sonrió, mientras se formaban unas arrugitas en sus ojos.


« Te protegeré con mi vida, lo haré, lo prometo. Eres fuerte, pero te ves frágil, así que yo trataré de ser un pilar del que te puedas sostener y apoyar. Trataré de darte al apoyo que te mereces y necesitas. Trataré de ser fuerte para ti, para que no llores más... Te prometo miles de cosas, TaeHyung y todo lo cumpliré »


(...)


-¿Quieres ir a comer un helado?


TaeHyung se atragantó con su arroz luego de escuchar eso.- ¿Q-qué?


-¿Te gusta el helado? Abrieron una heladería nueva por la plaza Gwanghwamun.- dijo JungKook, tratando de sonar casual.- ¿Te gustaría venir? Sería... genial que, eh... me acompañaras.


Un inexplicable sentimiento de alegría inundó el ser de TaeHyung y, cerrando el envase de sus alimentos, contestó.- JungKook, me encantaría salir contigo.


-¡Sí! ¡Nos vemos a las tres, entonces!- celebró el pelinegro y se fue a sentar en su propio puesto.


Luego de la escuela, JungKook salió corriendo a su casa para tratar de arreglarse lo mejor que podía, hasta su madre que extrañamente esta ahí ese día, se extraño. Normalmente JungKook era un vagabundo que vestía con harapos.


-¿Hijo?- la madre de JungKook, Suni, estaba en la cocina haciendo algo en su laptop cuando vio a JungKook entrar corriendo y riendo.


-Mamá tendré una cita, ¿Bien? Quizás llegue un poco tarde.- dijo, apoyado en el marco de la puerta.


-Oh~ ¿Y quién en la afortunada?


-Es un chico, Ma. Y yo soy el afortunado al poder salir con él.- y con estás últimas palabras, JungKook salió de su casa con la cabeza en las nubes.


Parado en medio de la plaza Gwanghwamun, revisaba su reloj cada cinco minutos, ya eran las 03:13 y TaeHyung no llegaba. Debía tener paciencia pero era imposible. Tenía una extraña necesidad de verlo que lo atormentaba.


JungKook tuvo un respingo porqué sintió un par de toquesitos en la espalda, se dio la vuelta y casi se desmaya ahí mismo.


«Se ve jodidamente hermoso»


TaeHyung había llegado y se veía como un ángel.


Una falda color rosa pastel, una camisa blanca de manga larga con encajes, unas zapatillas rosas también, un collar que hacía juego con sus aretes plateados, su liso cabello castaño estaba un poco alborotado y estaba recogido en una coleta de caballo mientras que tenía unas flores enredadas en la parte de la coleta.


-Hy-hyung...- si, TaeHyung era mayor que él por meses.- Estás... wow...- se había quedado hechizado.


-No es p-para tanto...- TaeHyung mordió su labio que estaba levemente pintado por un color rosa, nervioso, desviando la mirada.


-Pareces una muñequita...- le aseguró, acariciando su mejilla.- Deberíamos ir ya, no sé a que hora cierran.- JungKook tomó la mano de un sonrojado TaeHyung y se encaminaron a la dichosa heladería.


Ese día ambos aprendieron dos cosas.


Uno; es malo reírse como animales comiendo helado, ya que luego te ganas un dolor de barriga impresionante.


Y Dos; JungKook descubrió lo mucho que le gusta decirle a TaeHyung, 'Muñeca'.

Notas finales:

Esperen la seguna parte


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