PRÓLOGO
¿Hasta dónde llega la tolerancia?
Choi Minho, dos años para terminar su secundaria, los diecisiete le acentúan bastante bien, y las hormonas no le afectan como a cualquier adolescente. Notas regulares, el inglés le costaba bastante pero no le ganaría tan fácil. Estaba en el club de básquetbol pero en los partidos prefería mirar de la banca. No se quejaba.
Vida tranquila, su madre separada se esforzaba lo necesario para tener la comodidad de ambos, su padre bueno él era un caso distinto.
Minho a su corta edad tenía un trabajo como reponedor de ropa en una gran tienda masculina, tres días a la semana y podía costearse su vicio, vídeo juegos.
Entonces...
¿Qué perturbaba tanto la tranquilidad de Minho?
Un nombre
Un chico
Un problema
Taemin
Cualquiera que conociera a este chico pensaría que era un amor de persona, el ideal de muchas señoritas y porque no, alguno que otro joven.
Cálido, risueño y con unos gestos que podían animar a cualquiera.
¿Y?
El problema
A Taemin le gustaba Minho
Y toda la escuela lo sabía
Cuando vieron al bonito de Taemin acercarse a ese chico cualquiera sus admiradores explotaron, más aun cuando en un manojo de nervios que se hizo el dulce pelinegro casi grito de golpe lo mucho que lo quería
Pero el mundo ardió más cuando Choi tuvo el descaro de rechazarlo de una manera no muy apropiada
¿Se rindió?
No
Claro que no
Los amigos cercanos a Minho sabían que el que osara acercarse con otra intención al atractivo hombre, Taemin sería capaz de lo peor
Sus ojos estaban en el moreno y sería su novio, costará lo que costará
¿Romántico tal vez?
Si bien en los lapsos de la vida Minho puedo considerarlo atrayente, bonito y otras cosas
Ahora todo cambiaba
Cuando el singular chiquillo se empeñaba en llamar su atención, suerte la suya que tenían clases distintas.
Había un pequeño problema
Que a pesar que al moreno se le crío con buenos principios a veces deseaba no ser tan educado
Taemin
El Taemin que todos adoraban
Y que Minho llegaba a pensar que era por lástima
Era tartamudo
Taemin tenía ciertos problemas de fluidez.
USTED ES RARO
Minho cursaba por la entrada del gran instituto pendiente de su teléfono, en los últimos días había salido una de las mejores aplicaciones que le hacía mantener de ese enorme par de ojos pendiente si el artefacto vibraba o no sobre su mano a la espera de una notificación ¿Pensar en chicas locas por él? No gracias, ese juego está semana sería su prioridad, sin más esquivaba cual maestro a los compañeros que interferían como molestos obstáculos. Llegando a duras penas a su salón por suerte acostumbraba a llegar temprano y sentarse casi llegando al final del salón pero pegado a los grandes ventanales, claro, si se sentaba al medio lo más probable que se distraería con el resto, ya que no tenía mucho control a la hora de buscar charla, estar al otro extremo del salón lo encontraba bastante raro, nada mejor que el ventanal que le daba buena luz para hacer fotosíntesis, según él, y mantenerse bien despierto por la luz.
Sintió un pequeño escalofrío, no uno cualquiera, claro que no, solo había algo que le colocaba los nervios y los vellos de punta, dicha criatura la descubrió observándole tratando de esconderse en el marco de la puerta pero a la vez sin quitarle la mirada.
- —Ya te vi Taemin -habló bastante cabreado ¿Acaso tenía que ser así todos los días?-.
— H-h-h-hyung~
El pequeño pelinegro respondió con una sonrisa bonita y una cara bastante sonrojada además, pero no se le podía pedir menos al chico, para él, Minho era el mejor de todos. Sin ser invitado se adentró al salón sin importarle que ya una buena parte del curso de dicho moreno ocupaba el espacio, se sentó frente a frente del alto que en ese momento no sé podría determinar si estaba enojado o frustrado.
- ¿Qué quieres? -Minho a veces solía ser bastante desubicado cuando quería incluyendo que esquivo la mano que intento tomar de la suya-.
Taemin formo un puchero en sus labios, a veces el mayor le desesperaba con esa forma tan agresiva de tratarlo, cuando sabía que el chico podía ser un encanto cuando se lo proponía, suspiro algo decaído guardando sus manos en sus bolsillos busco tranquilizarse, si decía alguna palabra de golpe posiblemente se trabaría, como el médico le había recomendado, paciencia.
- M-m-Minho...
- Ya no digas más Taemin, vete que comenzarán las clases
El moreno había interrumpido al pequeño niño justo antes que diera una respuesta, este suspiro sin evitar fruncir el ceño simplemente se inclinó despidiéndose, estaba acostumbrado y sabía que no había caso seguir hablándole, tal como llego se fue.
- ¡Choi!
- Jinki te escuche, estamos en el mismo salón no es necesario que grites -Respondió al llamado totalmente sumergido en su teléfono-
- No trates a mi primo así bastardo
Jinki era uno de los mejores amigos de Choi Minho aunque este fuera un grado más arriba, él por obras del destino junto a la bonita criatura con el orangután de su amigo, y vaya que se arrepentía. Taemin tenía una personalidad bastante fuerte que ocultaba tras ese dulce rostro, pero sabía que cuando conoció a su amigo sufrió de un caso terrible llamado amor a primera vista.
- Pues dile que se aleje de mi vista.
- Tienes suerte que Taemin le cueste llorar, porque de ver una lágrima en el rostro de mi primo y te patearé ese lindo trasero.
Minho solo ladeó los ojos ¿acaso era tan difícil que le dejara de acosar? Ignoro nuevamente todo a su alrededor, el mayor no volvió a hablarle, puesto que el maestro ya había llegado y él también debía volver a su salón. Se quedó pensando un momento en medio de tanta bulla con el adulto dándole su clase.
¿Cómo había comenzado todo?
Recordó que todo había comenzado hace un año atrás, había acabado con su última novia y ya tenía otras chicas cortejándolo, pero Yuri había sido un dolor constante de cabeza en ese simple mes relación lo que le llevo a darse por vencido, las mujeres no eran lo suyo. Ese mismo día acompañó a Jinki para recibir a su amado primo menor, sabiendo por la forma que hablaba el mayor del dicho pequeño que era el mimado de su familia ¿Podía existir alguien tan perfecto según Jinki? En la puerta, bonito chico llamó la atención de Minho o bueno, de más de uno, acercándose más noto que ese par de brillantes ojos le había mirado, sintiéndose como si cupido le hubiese golpeado el rostro con un bate dentro de su mente, fue un flechazo directo, más bien un golpe certero ya que se distrajo con cierto poste a la entrada del instituto, colocándose romántico le beso, fue demasiado duro que quedó tendido en el piso oyendo la voz de preocupación de ambos primos.
El gesto lindo de Taemin al sobarle el chichón que le había quedado en la frente lo encontró demasiado adorable, aunque odio presentarse de tal forma a su ve agradecía por haber sido atendido por sus pequeñas manos entre tanto regaño de su amigo. Ya dejando el golpe de lado Jinki los presento, al principio pensó que los nervios traicionaban a Taemin, ese tartamudeo más sus gestos excesivos de adorabilidad hacían latir el corazón de nuestro tonto Minho, lo asocio a esas gracias que hacían las chicas que le coqueteaban, es decir, Taemin le coqueteaba a él, pero luego con el paso de los meses seguía notando el tartamudeo del chico incluso cuando hablaba con su primo ¿Acaso lo hacía con todos? eso no le gusto, suerte la suya que Jinki ya había notado el interés del moreno en su dulce niño, pero no le importaba, confiaba en su amigo en ese entonces que no lo lastimaría, al igual le confeso el problema que tenía el chiquillo. Desde ahí algo cambio.
Aunque soportaba a Taemin, y el amor por el como tan rápido llego tan rápido se fue, ya sus sonrisas hacia el otro pasaron a ser de ceños fruncidos y las palabras algo cortantes, según él, no sería compatible con el chico, el pelinegro no era lo que estaba buscando en ese momento, además cada uno tenía que hacer vidas distintas en el instituto. Pero Taemin no se dio por vencido adaptándose al nuevo cambio de su hyung, esperándolo fuera del salón a la hora de almuerzo, irlo a ver al momento de las prácticas de basquetbol, acompañarlo cada vez que salían con Jinki, un sin fin de cosas.
- ¡Choi!
Minho se distrajo con el grito del entrenador, al parecer entre tanto pensamiento se había quedado como bobo mirando como ese pase había caído de sus manos, el anciano en buzo se tocó la frente enojado, bastante, le gustaba sacar los potenciales de todos sus alumnos pero ese chico últimamente estaba distraído. Lo mando a sentarse a las bancas como un descanso mientras, el moreno no comprendía de primea pero luego simplemente asintió a la petición del maestro después de todo era por su bien, pero al momento de secarse el rostro con su toalla vio al menor frente suyo con esas lindas sonrisas.
- ¿Tu aquí de nuevo?
- H-h-h-hyung n-no seas a-así…Y-y-yo s-s-solo quería hablar c-c-con u-u-u-usted –Taemin hacia un esfuerzo máximo para poder hablar lento, ya que solo así podía hablar con mayor fluidez-
- No sé qué quieres hablar conmigo pero no tengo ganas de oírte…-Tomo la mirada del menor ya que hasta el momento había ignorado su presencia dándole la espalda siendo el menor quien se paró frente a él-…Pero como sé que no te iras y a mí no me van a ingresar al entrenamiento, habla, pero que sea rápido y entendible ¿sí?
- H-hyung… -Taemin no puedo evitar suspirar, sabiendo que ese segundo que le dedicaría ese hombre no debía desperdiciarlo- ¿P-p-p-por qué n-no te gusto h-h-h-hyung?...
Flash back
- ¡A-a-atención! –Hasta al mismo moreno le había llamado la atención escuchar la pequeña vocecita llamando desde el estandarte con un micrófono en la en las manos, tenía todas esas mejillas gordas bastantes rojas-
“¿Qué locura harás Taemin?” incluso Minho lo había pensado.
- Y-y-y-y-yo… -Taemin se sentía bastante nervioso con esos miles pares de ojos encima- M-m-m-m-Minho h-h-hyung –Incluso ahora el moreno estaba incomodo ya que los que le conocían le quedaron mirando- ¡m-m-me gusta m-m-mucho!
Sentenciado, no podía describirlo mejor, justo en medio de toda la escuela después de una ceremonia recibió una confesión y de quien menos quería. Entre la bulla que se armó, risas y felicitaciones de los compañeros intento huir, pero ni siquiera había alcanzado a tocar la puerta cuando la multitud quería escuchar la respuesta de tan linda novela, entre todos halaron del moreno hasta dejarlo al costado del chico, incluso aunque este había puesto resistencia fue en vano.
- H-h-hyung~
- ¡No! –Todo el mundo quedo pendiente del grito que pego el alto incluso hasta el pelinegro pego un saltito- Nada de hyung ni esas babosadas ¿Te gusto? Pues a mí no, mírate estas todo rojo vas a estallar o algo –Hablo mirando al chico que entre sus decaídos ojos se topaba sus mejillas mucho más avergonzado- No creo que entre tú y yo pueda pasar algo, además a veces ni siquiera puedo entenderte…Cuando…cuando aprendas hablar bien quizás solo ahí te pueda mirar como amigo siquiera.
Fin del flash back
Minho miro a Taemin bastante incrédulo ¿en verdad necesitaba escucharlo de nuevo? Ya había tenido bastante a primera vez rechazándolo echándose a toda la escuela encima.
- Creo que te dije que…
- ¡Pero!... ¿A-a-acaso soy feo h-h-hyung?
- Yo no he dicho eso…Pero me molesta que siempre me estés siguiendo a todos lados.
- Y-y-yo
- ¡Ya basta con eso! Deja de hablar así por el amor de Dios me enfermas…-Minho se tocó la frente siendo bastante insensible incluso hasta el mismo lo reconocía sin embargo, no lo vio venir, cuando sintió puñetazo contra su quijada haciéndole casi soltar los dientes incisivos de su boca, sorprendiéndose al saber que Taemin tenía semejante poder en su pequeña mano- ¡Joder! ¡Eso dolió! ¡Taemin! –lo miro algo atontado el menor desbordaba en lágrimas mirándolo enojado ¿era posible que esa criatura se enojara? Pero sobre todo, que puñetazo le había mandado sentía la mandíbula fuera de lugar.
- T-t-t-t-tu…Agh –Taemin le enfrentaba con su mirada enfurecida a pesar de ser un desastre entre tanta lagrima suelta por su rostro- ¿C-c-c-crees que yo p-p-p-pedí nacer a-a-a-así? –el exceso de tensión le hacía complicarse mucho más a la hora de hablar- M-m-m-maldito h-h-h-hyung ¡E-e-eres t-t-tan r-r-raro!
- Yo… ¡Esta bien lo siento! –Minho había aprendido una cosa ese día, era débil ante las lágrimas de Taemin, sintiéndose raro, incluso hasta el mismo había deseado golpearse o pedir otro golpe a Taemin, intento acercarse para abrazarlo, aunque ni siquiera sabía porque lo haría, o tal vez le afecto ver tanto drama en la televisión con su madre, pero su buena acción quedo en vano porque Taemin ya se había alejado caminando bastante rápido a la salida ¿Qué iba hacer? Obviamente seguirlo, casi corriendo para impedir que el niño cometiera alguna locura o digiera algo que perjudicara aún más su estadía en el instituto casi lo atrapo, pero deseo no haber sido tan idiota, tonto, comprensivo, humano justo en ese momento pues Jinki, venia escupiendo fuego por la boca hacia él, eso no era bueno. Lo último que sintió fue el ruido de un hueso quebrándose…o quizás más de Tres.