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Conviviendo con el pasado por Miyuchi

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Notas del capitulo:

Hola gente bonita, esperó que estén pasando sus días llenos de alegria, no como su servidora que se encuentra llena de pruebas, con falta de sueño y con ganas de escribir una historia de Katekyo Hitman Reborn pero sin tiempo para comenzarla... en fin, esperó que la estén pasando bien 

Ya habían pasado unas semanas desde el accidente, aunque Tsuna se haya recuperado,seguía en la enfermería por la preocupación de Knukles, según él, tenía que hacer rehabilitación, y como todos actuaban como madres gallinas con el castaño, todos concordaron.


Tsuna estaba agradecido de que sus amigos se preocuparan por él. Sin embargo, esto estaba yendo hacia el extremo.


-Buenos días Juudaime!- dijo alegremente Gokudera inclinándose en la entrada del lugar. Am su lado estaba Yamamoto agitando su mano en señal de saludo junto con una sonrisa- más respeto hacia Juudaime maldito friki del baseball!


-Buenos días Gokudera-kun, Yamamoto...- sonrío Tsuna.


-Le traigo su desayuno- dijo con ojos brillantes y con unas orejitas y cola de perro. Luego, el peliplata mira a Yamamoto y dice- qué haces friki del baseball? Córrete, estás estorbando el paso... buaa, no traje las servilletas, maldición! No merezco ser la mano derecha de Juudaime si no las traje- y salió a buscarlas aún cuando Tsuna le gritaba que no era necesario.


-Jajaja, cómo te encuentras Tsuna?- se acercó Yamamoto.


-Bien, gracias por preguntar- sonrío el castaño- y tú?


-Gokudera me da tantos mandatos después del accidente que ahora ya sé cómo sobreproteger a alguien- dijo estirando sus brazos- ya me está dando lecciones de sobreprotección. Ya no sé si lo soportaré más


-Friki del baseball! Ven acá para llevarle a Juudaime esto!


-Ah! Jaja acaba de llamarme de nuevo....


Después de que hablasen de asuntos triviales mientras Tsuna desayunaba, los chicos tuvieron que irse. Por lo que Tsuna empezó a aburrirse. Así que sin permiso y sin avisarle a alguien, se dirigió al jardín. Se acostó en uno de los árboles y cerró los ojos.


-Vayamos a ver a Tsuna, de seguro ya se encuentra mejor- el castaño escuchó la alegre voz de Giotto.


-Espero que no haya salido de la habitación al EXTREMO! Es mejor que descanse- comentó Knukles. Tsuna se tensó.


-Hm, si él no se encuentra en la cama, lo arrestaré- dijo Alaude.


-Nufufu arrestar a un enfermo? Qué patético


-Maldita sea! Cállense


-Ma, ma G, cálmate, ne? No hay necesidad de hacerlo si se encuentra en la cama- y ahí, gente bonita, es cuando Tsuna salió corriendo a velocidad luz desde el jardín hasta las ventanas de la enfermería.


Y como los dioses siempre estaban de su lado, las ventanas estaban cerradas desde adentro.


Desesperado, miró hacia arriba, donde se encontraba la habitación de Mukuro, y su ventana se encontraba abierta. Pensó que podría entrar desde por la habitación de Mukuro y bajar a toda prisa las escaleras para llegar a la enfermería.


Pero no esperó ver a Mukuro recién cambiado luego de salir de un baño mientras se secaba el pelo con una toalla. El muchacho de los ojos heterocromáticos al ver al castaño sonrío, se le acercó y le tomó el mentón.


-Kufufufu qué haces aquí Tsunayoshi-kun? Acaso estás escapándote de algo? Por qué no juegas un poco conmigo?


Y de repente, la puerta de la habitación de Mukuro fue abierta por Giotto junto el resto de sus guardianes. Pues, bueno, comenzó una escena que será olímpicamente censurada por su servidora, ya que no es apta para todo público. Después se les unió Lampo, que solamente vino para ver al mundo arder en llamas.


Luego de que Tsuna le explicó a Giotto lo sucedido, Primo le pidió disculpas, junto con los otros, a un Mukuro todo golpeado. Y gracias a los dioses, y está vez realmente gracias a los dioses, los mayores se olvidaron de que el menor tenía que estar reposando en su cama, por lo que simplemente se lo llevaron a la enfermería.


O eso creía, hasta que Alaude preguntó por qué no estaba reposando.


Y en un momento tan crítico como este, Tsuna intentó de cambiar el tema antes de que todos procesaran las palabras del guardián de la nube.


-Alguien sabe en dónde se encuentra Dino-san?- preguntó Tsuna con una sonrisa nerviosa mientras se rascaba la mejilla.


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Buen punto.
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Buena pregunta.
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Muy buena pregunta.
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Luego de que todos se disculparan con Dino por haberse olvidado de él en el suelo del comedor durante un par de semanas, lo llevaron a la enfermería y comenzaron a curarse las heridas.


El pobre se encontraba en un estado deplorable, estaba delgado, y se le salía el alma del cuerpo.


Luego de que lo hayan atendido, lo dejaron en unas de las camas tapándolo con un par de cortinas.


Lo peor? Que después de que eso, nadie le prestó demasiada atención y todos se fueron a hacer quién sabe qué. Pobre Dino, realmente, pobre Dino.


Pero saben qué? Tsuna se alegró cuando Knukles le había dicho que hoy sería su último día de reposo, que luego podría hacer lo que quisiera.


Así que el castaño se puso contento sin prestarle más atención a su autoproclamado hermano mayor.


Qué lamentable Dino, qué lamentable.... ni siquiera Tsu-chan se preocupa por ti...


Ya casi acabando el día, el amanecer nos deslumbra otra vez con sus maravillosos colores.


Tsuna recordaba cuando se quedaba en la enfermería de Namimori. Recordaba que siempre terminaba ahí por los golpes de los matones. Detestaba que le sucediese eso, detestaba ser tan débil, pero gracias a Reborn logró superarlos.

Sin embargo, Tsuna extrañaba cuando Hibird le visitaba repitiendo "herbívoro, herbívoro" o cantando el himno de la secundaria. También cuando venía el dueño de la ave a buscarla, terminando siempre en una agradable conversación con él, que ahora ya no puede disfrutar más.


Suspiró cansado, y susurró un " extraño a Hibird".


-Herbívoro..- escuchó Tsuna, y el sonido de unos pasos puso sus pelos en punta.


-HIIIIEEEE- gritó Tsuna.


-Cállate herbívoro, o te morderé hasta la muerte- dijo mostrando sus tonfas. Haciendo que el castaño se tapara la boca con sus manos a toda velocidad, y cuando ya se había tranquilizado le preguntó al azabache:


-qué haces aquí Hibari-san?


Y el otro mirando hacia otro lado, le mostró un pastel, sacándole una sonrisa a Tsuna.


El muchacho comía el delicioso postre con unas orejitas de conejo imaginarias.


Hibari veía la escena con diversión, le tenía un cariño especial a los seres pequeños y adorables. El líder del comité de disciplina se apoyó en la cama y lentamente cayó en el sueño susurrando "Hibird".


Tsuna, al escucharlo, se sorprendió de que lo dijera, al parecer no se había percatado de que Hibari extrañaba a Hibird y se sintió demasiado culpable. Culpable por no notar que él extrañaba a su querido compañero, de que él se encontraba lejos de su querida Namimori, de que él aún así, no dejaba de ser amable con el castaño. Por lo que empezó a cantar el himno de Namimori, recordando aquella vez en la que el pájaro había cantado en su casa.


Esperando que con eso, haga que se sienta algo mejor.


Tapó al azabache con una de las mantas que se encontraban por ahí y también cayó en un profundo sueño.


Bueno, dicen que comer hace que te entre sueño, no?

 

Cuando ya era de noche, el resto se había congelado al ver la escena, algunos no sabían si sentir ternura o celos.


Giotto y Alaude se miraron, asintieron y cuando Alaude iba a colocar a ambos muchachos en la cama, Giotto iba a separar a Tsuna de Hibari.


-Ne, acaso no íbamos a separar a Tsuna del lobo? Es peligroso si se encuentra cerca de un depredador como Hibari- el guardián de la nube no sabía qué decirle a su estúpido y querido jefe, simplemente suspiró y apoyó su mano sobre el hombro de este negando la cabeza. Recibiendo quejas de Alaude.


El castaño al oír tanto barullo mientras dormía, se despertó molesto, bostezó y en un abrir y cerrar de ojos, congeló a todos con su Zero Point Breakthrough para luego seguir durmiendo.


Todos se quejaron mentalmente, unos porque no habían hecho nada y terminaron así, otros por la estupidez de Giotto, y otros simplemente por el placer de querer hacerlo.


Y de repente, se despierta Dino viendo a todos congelados, y viendo a través de los ojos de los guardianes suplicándole ayuda, les envió una mirada que decía "jódanse por dejarme semanas ahí en el comedor" y se recostó en su cama.


Pasó el tiempo, ya era de mañana, los jóvenes que se encontraban profundamente dormidos se despertaron, Tsuna se dio cuenta de lo que había hecho y se disculpó profundamente con todos cuando los descongeló.


Luego de que el castaño recibiese la aceptación de Knukles sobre su recuperación, todo volvió a como era antes. Y el resto, exhaustos, se desplomaron la mayoría en las camas de la enfermería o los que aún mantenían su orgullo, salieron de la habitación y se fueron a su cuarto para descansar, en realidad, pocos lograron hacerlo, ya que había algunas personas que se desplomaron en el camino y quedaron en los pasillos de la mansión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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