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Escarlata celeste por dark kirito

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Notas del capitulo:

Yugi Oh! Pertenece a Kazuki Takahashi-sensei. Escrito en el móvil, errores son sin querer. Gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo. Un agradecimiento especial a Johan Andensen Gx, que siempre estuvo ahí para apoyarme, y la paciencia, gracias también a los que dejaron rw. Anduve enferma, por eso tarde con la continuación, en verdad lo lamento pero agradezco su paciencia, espero les guste el final que ha sido escrito con todo mi amor!

La pareja real se encuentra en el jardín para tomar un poco de aire fresco, aprovechando que han finalizado con todos sus deberes.


-El sol es espléndido-el rey.


-Tienes razón-expresó su marido ignorando al astro y centrando toda atención al oji miel.


Un bulto lleno de lodo se presenta ante ellos.


-¡Ja ja ja ja!-el consorte que le tomó en brazos-te dejamos en libertad dos segundos y terminas ensuciandote magistralmente. ¿Cómo logras algo así?-sonrió-Habrá que darte un baño.


-¿Puedo hacerlo yo?


La sugerencia casi le mató de felicidad. Deleitarse con las actividades que realizan padre e hijo siempre es uno de sus mayores pasatiempos y también el más grande peligro para su corazón. Pero es que suelen verse tan lindos que es imposible no brincar de alegría.


-Podemos hacerlo juntos.


-Sería maravilloso-sonrió sutilmente.


Jehu sintió que su alma escapaba emprendiendo camino al más allá. Pasan los años y Haou se vuelve más confiable, gentil, varonil y sensual; si continúa con ello es seguro que no llegará a viejo.


El rey extendió la mano y ayudó a poner en pie a su pareja, quien tenía intención de darle un beso al caer en su embrujo pero le detuvo la bolita polvosa que llenó con sus manitas el rostro del consorte provocandole gracia.


-Parece que tiene prisa ja ja ja, es tan impaciente como yo ja ja ja ja.


De esa manera se dirigieron a su habitación, prepararon la ducha y despojaron al pequeño de la ropa para sumergirle en el agua tibia. Jehu le sostenía de la cabecita y torso mientras el otro pasaba la esponja por toda la piel. En más de una ocasión Judai les lanzó espuma para jugar con ellos y dos de cada tres veces le atinó al ojo del peli azulino que no paraba de reír. Como siempre a lo lejos se escuchaba tanta alegría aunque para nadie era secreta la razón. El príncipe goza de gran vitalidad, lo que quiere decir que tiene excelente salud. Lo que tenía un poco preocupados a todos en el reino puesto que es el primer bebé que nace de un chico.


-¿Podrías pasarme la toalla mi amor?-al rey.


Este se la dio con cuidado pero el travieso niño tiró de ella mojadola.


-Oh, así que te portarás mal-Jehu divertido.


El castaño más joven negó y se abrazó a él.


-Te tengo muy consentido.


-Pero fué una grosería amor-el rey-así que hoy cenarás puré de guayaba.


El de ojos chocolate puso cara de asco. De la gran gama de sabores que hay en el mundo, ese es por mucho de los que menos le agradan. Entrecerró sus orbes para hayar alguna debilidad en su padre, pero ha descubierto con pesar que no tiene. Bajó la cara avergonzado y entendiendo que obró incorrectamente.


-Lo tsiento...


Aún no habla del todo pero se defiende. Haou le tomó del mentón y besó su frente para obsequiarle una sonrisa.


Porque si Jehu es el padre consentidor, el otro es el severo pero cuando el niño entiende sus errores y aprende es igualmente recompensado por cualquiera de los dos adultos que le aman con locura, quizá literal.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Edo que en está ocasión acompaña a su familia contempla emocionado a su nieto que gatea de un lado a otro en el despacho de sus padres. De ves en cuando se estrella con algo como el escritorio, y no es porque sea torpe o algo por el estilo. Sino que a la velocidad que va le es imposible maniobrar. Para su suerte Haou le ha colocado una fina barrera que si bien permite el movimiento ayuda a que no se dañe. El niño ríe con gran inocencia, celebrando su autonomía pero mirando de vez en cuando a los mayores temiendo que dejen de prestarle atención.


El tiempo que ha pasado con ellos ha servido no solo para afianzar vínculos como el cariño, sino que también les admira desde el fondo de su alma. Quiere llegar a ser tan genial como ellos, fuerte, lleno de valentía, elegancia, decisión. Lo ansia tanto que de manera inconsciente se pone de pie aunque sus piernitas tiemblan cual gelatina en pleno verano. Se tambalea e incluso da la impresión de que va a caer. Los mayores que le han mantenido vigilado a cada segundo y si, es literal; no pierden detalle. Incluso los padres de este se han puesto delante de él a una distancia considerable.


-Ven Judai-le anima el de orbes naranja.


El pequeño mueve sus pies con torpeza pero éxito, de a poco se acerca a los hombres que le dieron la vida. Sus brazos se extienden queriendo tomar el rumbo mismo de su vida. Todos ahí están emocionados, les conmueve ver el gran esfuerzo de alguien para una actividad que resulta tan cotidiana que pierde la importacia natural.


-Un poco más Judai.


El monarca con tono severo pero afectivo.


-¡Vamos pequeño!-Edo que mira recargado a un lado de la ventana.


El apoyo en sus pies se vuelve cada más más seguro y sus zancadas más confiadas sin dejar de ser torpes. Un metro, treinta centímetros, quince, ya casi. Cuando menos se dá cuenta sus progenitores le tienen abrazado y las felicitaciones no dejan de llegar de todos y cada uno de los adultos en el sitio.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Un niño de cuatro años se esconde en uno de los corredores del palacio, tras el ropaje del consorte real que no deja de reír.


-Ja ja ja ja no cambias Judai, ¿otra vez escapas de Misawa? Quizá sea aburrido para ti, me dijo que el otro día te quedaste dormido.


-No me gusta estudiar-aferrándose a Jehu.


Este se giró y agachó para quedar ambos de frente.


-Escucha mi amor, no es mi intención el obligarte a realizar cosas que no quieres. Yo más que nadie deseo tu felicidad. Pero los conocimientos son armas importantes, ya sea que el mundo esté en guerra o no. ¿No quieres ayudar a papá?


-Mmm-inseguro.


-¿Qué sucede?


-Me da un poco de miedo.


-¿También cuando acaricia tu cabecita?


-Nop, es muy lindo.


-¿Verdad? Pero él es así, por eso tiene problemas para hacer que otros entiendan sus sentimientos. Pero para eso estamos tu y yo, lo apoyaremos. Pero no lo conseguirás si no aprendes las cosas que debes. ¿Cómo repartiras los impuestos? ¿Cómo sabrás que una carretera necesita reparación? ¿Cómo protegerás los cultivos del mal tiempo?


-Mmm...


-¿Ves?


-Lo siento. Iré con Misawa-resignado.


El mayor besó su mejilla y sonrió.


-Si te esfuerzas podemos ir en la tarde a molestar al tío Yubel.


-¡Si!


Se fué corriendo con la mayor alegría del mundo. Porque Jehu siempre sabe convencerle de hacer lo correcto como Haou a él.


«-Algún día va a madurar, pero siempre será mi pequeño Judai.»


Se dirigía a la biblioteca para cumplir con sus obligaciones con una gran sonrisa.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


De esa manera pasaron los años, pudieron disfrutar de una gran época de paz porque los gobernantes del Reino de la Oscuridad pudieron hacerse respetar sin privar de sus derechos o libertad a los pueblos bajo sus dominios. Judai ha cumplido los quince años siendo un joven bastante apuesto que tiene gran popularidad con las chicas, pero siempre las rechaza amablemente porque no ha logrado enamorarse. Algunas veces piensa que no encontrará a la persona ideal porque quiere un romance de cuentos, algo así como lo que viven todo el tiempo sus padres. Y eso le lleva a una gran interrogante, y para ello ha ido en busca del rey de la oscuridad que se encuentra en el salón de armas haciendo inventario. Que no haya conflicto no indica que baje la guardia. Entró al sitio y le encontró de espaldas. Emana un aura imponente que aterra a cualquiera, pero es un sentimiento que su hijo superó porque entendió su naturaleza amable.


-Padre-dijo con seriedad para llamar su atención.


-¿Qué ocurre Judai?


El menor le contempla en silencio de arriba a abajo, pareciera que se analiza en un espejo salvo el color de ojos. Algo que no había notado hasta apenas y le preocupa.


-¿Puedo preguntar algo?-asintió-Los humanos envejecen con el tiempo, ¿cierto?


-Naturalmente, ¿Por?


-¿Por qué mamá y tu son diferentes? Se mantienen con la misma apariencia desde que tengo memoria. ¿Acaso son...espíritus?


-Suponía que este día llegaría pronto. Pero es algo que me gustaría que habláramos frente a Jehu.


-Aquí estoy-recién llegaba-noté a Judai extraño en la mañana.


-¿Entonces?


-Pues Jehu y yo somos humanos con ciertas habilidades para adaptarnos a los espíritus. Hace tiempo había dos muy poderosos que causaban desastres en el mundo porque querían eliminar toda existencia; Darkness y la Luz de la destrucción.


-Oh si, Misawa me habló mucho de ellos. Incluso me mostró algunos libros en donde dice que los eliminaron por completo.


-No es del todo cierto-el peli azulino-Darkness está en el cuerpo de Haou y la Luz de la Destrucción en el mío. Son demasiado poderosos para borrar su existencia porque además ayudan al balance del universo. Creeme si te digo que no teníamos intención de escondertelo. Incluso nos ayudaste a vencerlos. Pero cuando naciste cambiaron algunas cosas. Cuando estabas en mi interior podía platicar contigo pero no después. Supongo que al estar aún en mi eras más parecido a un espíritu. Cuando naciste como humano nos costó algo de trabajo comunicarnos y parecías haber olvidado todo. No quería traerte recuerdos dolorosos. Fué idea mía.


El chico procesaba cada palabra en completa calma, su expresión recuerda a su padre.


-Ya veo-emitió sin tono en particular.


-¿Estas molesto?


-Un poco, pero no porque no me dijeran las cosas. Entiendo el deseo de querer que otro no sufra. Me pasa lo mismo con los dos. Pero...es injusto que tengan que cargar con todo. No solo el Reino, el Imperio, los pueblos pequeños, los espíritus, el balance, yo...¿no es demasiado? Mamá es alguien muy sensible y tierno, no creo que esté hecho para este tipo de cosas.


-Es porque no lo has visto en acción-el rey.


-Ahora que lo pienso, siempre me platican los acontecimientos a partir de mi nacimiento, pero, ¿cómo es que se conocieron y enamoraron?


-Será mejor que te sientes-el oji naranja-porque es una historia muy larga~.


El joven asintió y se tiró de manera descuidada en el piso, los dos mayores le imitaron y así se enteró de todo aquello que jamás le contaron.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Por la noche el príncipe daba vueltas en el lecho sin poder pegar ojo.


«-Vaya, mis padres si que la tuvieron difícil para iniciar su relación. Me alegra que mamá ya no viva en el Imperio. Sufrió mucho y aún así sonríe tanto, debe ser por papá. Quiero encontrar a alguien para entregarle todo lo que hay en mi, pero aunque tengo muchos amigos no he logrado sentir algo así por alguien más. A lo mejor no estoy hecho para eso. En fin si esa persona llega, llegará, sino igual estoy feliz así.»


-Ah~


Estiraba el cuerpo buscando alivio porque luego de la platica, los dos mayores tuvieron uno de sus acostumbrados entrenamientos en pareja y decidieron hacerlo esta vez en familia. No fué distinto a como lo hacen normalmente pero Judai no acostumbra ese tipo de actividades, además eran dos contra uno pero bueno, parecía que pasaban tiempo de calidad con su hijo.


Cerró los ojos y se entregó a los brazos de Morfeo, aunque con un sentimiento haciendo ruido en su corazón: Ayudar a Haou y Jehu con la maldición que representan los espíritus que vencieron, otorgarles la misma libertad que ellos le dan a cuanto ser existe, después de todo no debe ser agradable que alguien pueda ver en tu corazón todo el tiempo.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Por la mañana el monarca leía con suma atención un informe que le enviara Rei. Arrugó molesto el pergamino entre su manos, despertando de esa manera la curiosidad en su pareja.


-¿Qué sucede amor?


-Tal parece que se han formado grupos que venden esclavos.


Los ojos de ambos tomaron un color intenso, incandescente.


-¿En dónde? Iré personalmente.


-¿Te acompaño? Podría ser peligroso.


-Lo dudo. Además hoy viene Asuka y ya sabes que nadie la aguanta. Por si fuera poco tengo ganas de divertirme un poco, hace mucho que no peleó a muerte con alguien-sonrió.


Con la cantidad de magia que posee y la habilidad que adquirió con los años es más como que abuse de los inocentes, pero bueno así ve el la vida.


-Tengo la impresión de que podría encontrarme algo interesante. Traeré a sus víctimas para que los acoja el imperio. No hay problema, ¿verdad?


-No.


-Entonces nos vemos después~.


Sonrió y utilizó la magia de transferencia que su esposo le enseñara para fines prácticos. Llegó al bosque indicado en el mapa y dio un paseo como si se tratase de un simple día de campo. Distrayéndose de vez en cuando con la vegetación o la fauna.


«-Sería genial si Judai y Haou me acompañan alguna vez.»


Sonrió y continuó el trayecto.


-¡Te dije que debes obedecer!


Se escuchaba la voz de alguien a lo lejos, el tono es fastidioso por lo que Jehu se apresura suponiendo que son los traficantes de esclavos.


-¡He dicho que te quites!


-¡No! ¡Le ha castigado lo suficiente cuando no lo merece!


-¡Eres un simple esclavo al que vendieron sus padres! ¡Cambia de actitud!


-¡No me quedaré cruzado de brazos!


-¡Me tiene harto tu insolencia!


El sujeto alzó el látigo en su mano dispuesto a golpearle pero Jehu le detuvo. A estas alturas pocos desconocen las hazañas y rostro del consorte real.


-¡¿Quién demonios eres?!-Bien, este lo hace.


Luego de emitir tal exclamación talló sus ojos creyendo que veía doble.


-Mejor dicho, ¿quién eres tu? ¿No sabes que la esclavitud está prohibida?


-¿Y?-le miró a detalle-Pues no estas nada mal. ¿Qué te parece convertirte en una de mis mercancías?


-Oh, solo recibo halagos de mi esposo. Así que tendré que rechazar la oferta.


-Nadie me dice que no. ¡Atrápenlo!


Un reducido grupo de cinco sujetos le atacó a traición, estaría en desventaja de no ser él. A dos les noqueó con una patada, uno más de un puñetazo en el rostro y a los dos restantes les sacó de combate con un codazo en el estómago. Magestuoso y bello fue cada uno de sus ataques. El líder desenfundó una espada y la dirigió con toda su furia al corazón de este por la espalda y si bien Jehu le advirtió no tuvo necesidad de hacer nada porque el chico que se oponía a los maltratos bloqueó la estocada ayudado de los grilletes en sus manos. Luego de eso el de ojos mandarina dió un fuerte golpe en la nuca del agresor y sin más les derrotó a todos.


-Que aburrido, esperaba que fueran un reto-arrugó la boca desilusionado-¡Son todos libres! Desde este momento les reconozco como habitantes del Reino de la Oscuridad.


-Oh hijo-una viejita-no deberías decir eso. Podrías tener problemas, ¿acaso no sabes que ellos tienen bajo su dominio a todo el mundo? Escuché que son buenas personas, pero no está de más ser precavido.


El consorte separó sus labios para explicar la situación pero nuevamente el joven misterioso se le adelantó.


-Yo lo vi cuando visitó mi aldea hace años, está persona es Jehu uno de los gobernantes de dicho lugar.


Todos se quedaron en silencio. No sabían si aterrarse o agradecer el hecho de que les hubiera salvado. Solo entonces el peli azulino puso atención en la voz y se giró para contemplar al muchacho que tiene un timbre idéntico al suyo, su sorpresa fué enorme.


-Ja ja ja ja ¡que misterios guarda el mundo! Si no supiera que soy hijo único juraría que eres mi hermano. Mucho gusto soy Jehu, ¿Y tu?


-Johan Andensen.


«-Sabía que mi intuición no me engañaba. Encontré a alguien interesante. Me pregunto como reaccionará Judai cuando le conozca~.»


-Supongo que tienen hambre, yo tengo. ¿Quién quiere venir al palacio?-con una sonrisa.


-¡Yo!-está vez casi todos se le lanzaron por la invitación.


-No quiero abusar de su hospitalidad-el de ojos esmeralda-no tengo como volver a mi hogar pero confío en que podré encontrar algún trabajo que...¡WAAA!


Se sorprendió cuando el mayor le colocó sobre su hombro como si fuese un costal de harina.


-De todas las personas que podrían negarse a mi invitación eres del único que no lo acepto.


Y así, medio en contra de su voluntad Johan fué secuestrado por el consorte. Todos los invitados fueron recibidos por doncellas que les llevaron a tomar un baño y alimentaron apropiadamente, una vez hecho esto les llevaron a sus habitaciones a excepción del peli azulino que en compañía del consorte fué a presentarse ante el rey. El de ojos mandarina tocó la puerta del despacho.


-Adelante.


En cuanto ambos entraron los ojos casi siempre inexpresivos se abrieron de par en par.


-¡Sabía que reaccionarias así! ¿A qué no es una sorpresa?


-¿Es de tu familia?


-Nop. Pero escuche alguna vez que todos tenemos un doble en algún lugar del mundo. ¡Encontré al mío ja ja ja ja!


-¿Qué tienes en mente?


Su esposo sonrió divertido.


-¿Te molesta?


-No. Siempre has tenido mejor intuición que yo para esas cosas.


El de ojos naranja tomó del brazo al chico y le llevó con él de nuevo a la biblioteca, se la pasaron un buen rato ahí sin decir nada, solo buscando algún libro de contabilidad y ya. El más joven está agradecido porque le salvó la vida pero francamente no entiende su actitud. Luego de unas tres horas Jehu estiraba el cuerpo algo cansado.


-Mmm, supongo que es hora-dijo.


-¿Eh?


-Ya me dio hambre, ¿te molestaría traer algo para comer? Unas manzanas o algo por el estilo. Parece que estaré ocupado un buen rato.


-Uh si, claro...mmm, ¿me podrías indicar el trayecto a la cocina?


-Oh claro, ¿recuerdas el camino a la oficina de mi esposo?-asintió-regresa hasta el cuarto corredor, da vuelta a la izquierda, continúa hasta llegar al salón con puerta verde y das vuelta a la derecha, luego a la izquierda, izquierda otra vez hasta llegar al cuarto de armas, derecha, derecha y te sigues hasta el fondo y ahí tienes la cocina. ¿Me entendiste?


-Uh si-dudoso.


-Bueno confío en ti.


¿Para que mentir? Se perdió a media explicación pero no quería decepcionar a su benefactor. Salió mostrando una sonrisa confiada, total si no encuentra el camino siempre puede preguntar.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


El príncipe caminaba descuidadamente por andar concentrado en un pequeño espíritu que daba brincos por aquí y por allá, le siguió por varios corredores sonriendo.


-¿No te has cansado ya?-le preguntó en tono juguetón, el otro negó-¡Vaya que tienes mucha vitalidad!


El ente agilizó su andar para presumir que aún contaba con más, eso si que preocupó al castaño que temía pudiese dañarse.


-¡Espera te lastimaras!


Corría detrás de él y entonces si que dejó de poner atención a su alrededor. Daba grandes zancadas sin poder alcanzarle. Dió todo de si, llegó a un punto en que incluso le costaba respirar. Hasta que como era de esperar se estrelló con alguien mientras su pequeño amigo se perdió a la distancia. Fué tan grande el impacto que ambos cayeron de lleno. Lo primero que el príncipe pudo ver fué ese cabello azulado aunque si hubiese prestado un poco de atención se habría percatado de que era más claro.


-Ja ja ja ja-comenzó a reír-lo siento mamá, no te vi.


El aludido le ayudó a sentarse y se reincorporó hasta obtener la misma postura y entonces Johan clavó la mirada en el ser más bello que ha visto jamás. Ese que luce impactado y sorprendido e incluso le tiemblan los labios de manera tierna.


-Ja ja ja ja-no pudo evitar duplicar su reacción. Le pareció curioso que luego de un ataque de risa se quedara paralizado con semejante expresión.


-L-lo siento-dijo pasados algunos segundos-me confundí.


-Me imagino con quien. Acabo de llegar al palacio, me llamó Johan Andensen.


-Bu uh...


El castaño se sintió estúpido como nunca antes. No podía hablar, solo balauceaba sin sentido. Se avergonzó por lo que sus mejillas tomaron un tono rosado. El pudor le venció y llevó sus manos al rostro para cubrirlo.


-¿Acaso te hice daño? Lo lamento, no fué mi intención-preocupado, el otro negó.


El de ojos esmeralda quería ayudarle a poner en pie pero daba la impresión de que caería apenas lo consiquiera, después de todo su cuerpo entero temblaba sin control. Apoyó las manos sobre sus hombros para consolarle, pero apenas lo hizo notó su fragilidad y las apartó sintiéndose un aprovechado. Miró a su alrededor sin saber que hacer y sintiéndose un abusivo. Sentía que el lindo castaño lloraría en cualquier momento y nadie más que el tenía la culpa, de continuar así también dejaría fluir las gotas saladas. Cuando sintió que estas harían aparición el menor suspiró y mostró una gran sonrisa llena de calidez.


-E-es un placer conocerte-aún nervioso-soy Yuky Judai.


-El placer es todo mío. Me presento nuevamente soy Johan Andensen.


-Así que llegaste hoy. ¿Eres el príncipe de algún país lejano?


-Ja ja ja ja, no. Vivía en una pequeña aldea de apenas treinta personas aunque si está retirado de aquí. Mis padres me han vendido. No son malas personas pero tengo una hermana menor que está enferma y necesita tratamiento. Mmm de hecho fué idea mía, me pidieron que no lo hiciera, pero sin importar lo mucho que trabajemos, incluso por el resto de la vida es algo que no podríamos costear. Estaba dispuesto a soportarlo todo-su rostro se ensombreció-pero no puedo tolerar que golpeen a otros delante de mi.


-Has tenido una vida difícil. El mundo es bastante injusto si lo pones de esa manera.


-Pero no todo es malo. Tengo una familia amorosa. Mis padres lloraron mucho el día que me fui.


-¡Tengo que estudiar más! ¡Convertirme en un líder que no tolere las injusticias!


-Si eres como tus padres, estoy seguro de que lo conseguiras. Haou y Jehu son bastante eficientes. De hecho los admiro.


-¡¿Enserio?!-emocionado, el otro asintió.


-Y ahora que lo recuerdo iba por algo de comer. Pero me perdí.


-Yo te guió. De por si iba por algunos camarones fritos.


-¿Te gustan?


-¡Es mi alimento preferido!-sonrió.


El mayor se levantó y ayudó al otro a lo mismo. Pasaron todo el día juntos luego de llevar a Jehu algunas frutas, pero cuando les vio uno al lado de otro sonrió, como si hubiese cumplido algún deseo.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


El consorte miraba bastante animado por la ventana.


-¿Otra vez están Judai y Johan juntos?-su esposo.


-Si, ¿No es maravilloso?


-...


-¿Qué ocurre? ¿Te desagrada la idea?


-No es que lo haga...pensaba que los dos estarían por siempre conmigo.


-Oh, estas celoso~.


-Un poco, pero debo entender que Judai tendría que hacer su vida tarde o temprano.


-Pero a mi me gusta el amor posesivo~ soy tuyo, pero tu eres mío-sonrió de manera inocente.


-Oh Jehu-centró toda atención a él-¿cómo es posible que luego de tantos años te ame cada vez más?


-Me pregunto lo mismo todos los días.


El rey le cogió de la cintura y este pasó las piernas por el torso contrario para afianzarse, sus brazos alrededor del cuello y se dejó guiar al lecho.


-Con tanto trabajo y obligaciones siento que hacernos el amor cada año-el peli azulino-pero contigo siempre es increíble. Hazme tocar el cielo.


El oji miel descubrió sus hombros y les besó.


-Tus deseos son órdenes.


Haou acarició su alma, besó su espíritu y derritió su ser como solo él puede hacerlo; en la forma en que a Jehu le encanta. Es una relación llena de ternura, pasión y sumamente intensa. Las manos del consorte apetaban con fuerza las sábanas, más aún cuando la intensidad de su esposo que sentía aún más en su interior le llevaba a la locura provocando gemidos que salían del fondo de su ser, como el canto de un ave encerrada en la jaula de la lujuria bondadosa.


-Oh Haou~.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


El príncipe se encuentra en una de sus tantas lecciones con Misawa, y apresar de que ha puesto todo empeño en poner atención, no ha podido evitar el quedarse dormido.


-Ey Judai-le remueve con suavidad Johan que recibe la misma educación, sugerencia de Jehu.


El castaño abrió de a poco los ojos y al darse cuenta de que el sutil roce proviene de su amigo se sonrojó y levantó de golpe.


-¡Dieciocho!


Gritó sin entender siquiera la razón de su actuar. Su compañero sonrió, pero el profesor le miró con severidad y cierto brillo siniestro en los ojos.


-¡Es...es correcto!


-¡¿Eh?!


-¡Entendiste una ecuación que me tomó años! ¡Lo sabía eres un genio!


-¿Eh?


-¡Extenderé la sesión!


-¡¿EH?!


-Será mejor que no le torture de esa manera. Sabe que no es fan de ponerse a leer, no creo que tenga intención de aburrirle, ¿o si?


El hombre suspiró resignado.


-Supongo que es todo por hoy. Tienen tarea y espero que esta vez la hagan-poniendo especial atención al príncipe.


Se marchó dejándoles a solas.


-Gracias Johan, no sé que hubiera hecho si se da cuenta de que me dormí otra vez.


-Oh no es nada. Hay cosas que se nos dan a unos mejor que a otros. Por ejemplo yo no puedo usar hechizos muy complejos.


-Es porque no tienes vínculos con algún espíritu.


-¿Y eso cómo se hace?


-Mmm-pensativo-no tengo la menor idea. Mis padres me contaron algo acerca de una ceremonia cuando eres pequeño...


-¿Eso quiere decir que es muy tarde para mi?-desilusionado.


-Creo que será mejor preguntarles. No hay mejores magos que ellos.


-En verdad te sientes orgulloso de tu familia, ¿cierto?


-¿Tanto se me nota?


-Eres transparente. Puedo ver a través de ti.


-¿Ah si? ¿En qué pienso ahora?


El peli azulino tocó su mejilla haciéndole sonrojar.


-Eso me gustaría saber-con voz grave.


-Ja ja ja ja-nervioso-será mejor que vayamos a buscarles.


Se puso en pie y salió rápidamente seguido del otro. En el camino el mayor estuvo a punto de tropezar con algo, Yubel le ha puesto el pie.


-Buenos días torpe-le saludo.


-Buenos, ¿días?-arqueó una ceja.


«-Es idea mía o no le agrado. A veces tengo la impresión de que le pone celoso que esté cerca de Judai. Bueno, no es que tenga intención de apartarme de su lado de cualquier manera, me agrada bastante.»


-¡Yubel!-el castaño.


-¿Si mi querido Judai?


-¿Sabes en dónde están papá y mamá?


-Haou y el idiota han salido al pueblo a revisar algunas cosas, pero dudo que tarden, ¿por qué no los esperan en su despacho?


-Mmm, supongo que está bien. Gracias.


El moreno le sonrió.


-¡Ey Kaiser!-el aludido se acercaba.


-Te he dicho que no son maneras de comportarse de un príncipe.


-Lo sé, pero no termino por acostumbrarme a la etiqueta, modales y esas cosas.


-Ya que has tocado el tema me encontré a Misawa y dijo que te dormiste en clases.


«-¡Ay dios! ¡Creí que no se había dado cuenta!»


-No hay nada que hacer, el hombre es aburrido-Ryo.


-Y lo dice el señor seriedad-su novio.


-Sería buena idea que practicaras artes marciales con nosotros.


-Ah, gracias pero mamá me dijo que son un poco...no es algo que me recomiende ja ja ja.


-Eso es verdad, casi matas al idiota en más de una ocasión. No quiero no pensar en lo que le harías a Judai.


-Si tu le dabas más fuerte.


E iniciaron una discusión, o más bien Yubel que siempre le dice de cosas mientras el otro solo escucha sin aparente interés. Los dos jóvenes se alejaron disimulamente hasta que lograron escapar y llegar a su destino. Judai tomó asiento en la ventanas mientras miraba el cielo, Johan le contemplaba curioso.


-¿En que piensas?-emitió este.


-¿Hace cuanto que estas aquí?


-Mmm, creo que más o menos un año.


-¿No extrañas a tu familia? Mi padre ayudó al pueblo, hasta donde sé les va muy bien y gracias a tu sacrificio tu hermana se curó. ¿No estará tu familia preocupada?


-Les envié una carta. Y bueno, al principio claro que quería volver pero Jehu prácticamente me secuestró.


-Lamento eso, en ocasiones es algo efusivo.


-Yo no. Porque encontré algo importante.


-¿Ah si? Oh, supongo que los miles de pergaminos que te vi leer. En verdad te interesan los espíritus tanto como a mi.


-Si, son interesantes. Pero no me refiero a eso.


-¿Entonces?


-Judai...yo...


Se acercó y le tomó del rostro con suavidad, debía informarle algo de suma importancia y debía hacérselo entender porque le ha quedado claro luego de veintiséis intentos de confesión que es algo lento para estas cosas.


-No es que no desee volver a casa, pero si lo hago estoy seguro de que moriré porque me alejaré de la persona más importante en el mundo. Judai yo...


Se escuchó un golpe seco que les hizo girar el rostro en dirección a la puerta.


-¿Qué fué eso?-el castaño.


Un par de ruidos se oyeron, así que guardaron silencio, pegando un brinco cuando la puerta se abrió de golpe dejando ver a los reyes uno afianzado del otro en plena besuqueada pasional. E incluso Jehu estaba prácticamente desnudo de la parte superior pues su amado traía la camisa sobre su hombro.


-¡Papá, mamá!-el chico ruborizado.


-¡Rey, su majestad!-el de ojos verdes.


-¡Judai, Johan!-el consorte.


-¡Oh por dios!-al unísono.


Estaban casi infartados a excepción de Haou al que parecía valerle por completo la situación y que no cambió para nada su semblante. Aún así dejó suavemente en libertad al oji mandarina y le entregó la ropa para que pudiera cubrirse.


-¿Qué se les ofrece?-con tono severo.


-¿Estas molesto porque los interrumpimos?-su hijo temeroso, el otro negó.


-No te lo tomes tan apecho mi amor~ es el comportamiento de Haou cuando algo le da pena.


Como que el par no se creyó mucho el argumento aunque parecía ser real y más porque este tenía un leve rubor en las mejillas, prácticamente invisible y casi tenías que ser halcón para advertirlo, pero ahí estaba.


-Es que...me preguntaba como se hace el ritual para presentar a alguien a los espíritus. Es que, bueno quisiera practicar magia con Johan pero dice que no puede utilizarla con libertad.


-Bueno amor, no todos tienen tu habilidad para ello. Aunque este no es el caso. Es solo que tu amigo parece tener miedo-se dirigió a él-¿Alguna vez ocurrió algo que te hizo pensar que la magia era peligrosa?


-...


El muchacho apretó con fuerza la madibula y bajó la mirada. No quería que le preguntaran y Jehu lo entendió.


-Bueno, esto no es un interrogatorio y tu no eres un criminal. Nadie te obliga.


-Hace años-con seriedad y de forma apenas audible-jugaba en el río y se me acercó un espíritu, me dijo que podía enseñarme a usar magia y que solo era cuestión de hacer un contrato con él. Pero...me engañó, tomó mi cuerpo y estuvo a punto de destruir mi hogar, pero otro ser, creo que era un dragón le sacó de mi interior. No supe muy bien como ocurrieron las cosas. Solo que tomó gran parte de mi energía y estuve a punto de morir. Me quedé en cama por tres meses hasta que logré despertar.


Judai le miraba dolido, para el los espíritus son buenos, pero no solo Johan ha sufrido a causa de ellos, sino que Haou y Jehu han sido maldecidos por Darkness y la Luz de la destrucción.


-¿Es que no podemos convivir en paz?


-Mientras exista el deseo de ser superior y las ansias de poder no-su padre.


Lo que menos desea Haou es romper el corazón de su hijo sin piedad, pero tampoco gusta de engañar a una de las personas más importantes en su vida. El príncipe bajó la mirada, se negaba a aceptar la realidad. Segundos después alzó el rostro encarando al consorte con severidad, de una manera en que nunca se hubiera esperado.


-¿Si digo que quiero liberarte de la luz me lo permitiras?


-No-tajante.


-Eso me suponía.


Se giró dándole la espalda al peli azulino, este alargó el brazo para detenerle, por lo que el menor le tomó por sorpresa con un hábil movimiento que le tumbó en el piso.


-¡Ungh!-se quejó este al sentir el dolor en su espalda por el impacto.


-¡Judai!-el de orbes esmeralda.


Los tres miraban al castaño más joven sin saber que hacer o como reaccionar o siquiera si debían detenerle, nunca ha sido violento, no tendría porque empezar ahora. A menos...


-¿Acaso le ha posesionado un espíritu?-el de ojos jade.


El rey negó pero no retiró la atención de su familia. Dudar es un lujo que no puede darse así que se acercó al par pero su esposo se adelantó. Judai salió volando impactando contra la pared producto de una potente patada de su "madre".


-¡Ah!-tocó dolido su hombro.


-¡Dije que no!-Jehu furioso-¡¿No entiendes lo que significa tener un espíritu en tu cuerpo?!


-¡Claro que lo sé!-alterado-¡No quiero que papá y tú estén atados a ellos para siempre! ¡Formo parte de esta familia! ¡Quiero que su carga sea más ligera!


-¡¿Te parece que eso me haga feliz?! ¡Estoy bien con ello! ¡No te lo conté para que tuvieras lastima!


-¡No lo es! ¡¿Por qué no puedes entender?!


-¡Entiendelo tú!


Haou estaba indeciso por primera vez en la vida. Sentía que ambos tenían puntos a favor, pero terminó apoyando a su pareja y se colocó a su lado.


-Es tu padre te guste o no, y si Jehu tomó una decisión, debes respetarlo.


-Es porque lo hago que no lo acepto-Johan se colocó a su costado para intentar tranquilizarle, con lo dulce que es jamás le pasó por la cabeza que tuviese semejante carácter, de esperar considerando quienes son sus padres y quien estuvo a cargo de su educación, además le causa una curiosa calidez que recorre su cuerpo.


Los tres miembros de la familia real se miraban con intensidad, casi podría asegurarse que alguien moriría en el sitio. Tan grande es el amor que se tienen y por lo mismo ninguno está dispuesto a ceder. ¿Qué clase de persona se cruza de brazos mientras alguien a quien se estima sufre?


-No quiero pelear mi pequeño-el consorte-aún estas a tiempo.


-No.


-Tenías que heredar la terquedad de Haou-este entrecerró los ojos-Sabes que tengo razón~ pero es tan sensual.


El príncipe aprovechó el momento de distracción para atacar a Jehu nuevamente pero Haou advirtió su movimiento y lanzó una estaca de hielo que se clavó a sus pies.


-Lo digo enserio Judai. No quiero castigarte.


Vaya que si alguna vez le intimidó su severidad ahora le tiene tal pavor que contiene la respiración algunos segundos pero ni así estaba dispuesto a retractarse.


Retrocedió algunos pasos y tomó una de las espadas que sirven de ornamento.


-¿No crees que estas yendo muy lejos?-su amigo.


-Lo sé, pero algo me dice que es ahora o nunca-sus ojos se cristalizaron, lo que hace le lastima. Los dos seres a los que jamás levantaría la mano y a los que podría dejar inconscientes solo por saberlos felices.


«-Pero estoy solo, y son tan poderosos. ¿Tengo tan siquiera una oportunidad para derrotarlos?»


Comenzó a temblar lleno de inseguridad pero se aferró al metal que ahora es la única llave hacia el mejor futuro. Johan suspiró, lo que está a punto de hacer es estúpido y suicida además de que le debe mucho a Jehu y Haou pero es algo que provoca el amor.


-Ser que miras la realidad con tus ojos escarlata. Que custodias y proteges lo invisible. Pido tu ayuda para trazar el sendero exacto ¡Rubí!


El pequeño gato azul apareció en el sitio, Jehu quedó boquiabierto. ¿Acaso su gran compañero, aquel que considera de su familia le ha dejado? Sintió su corazón romperse en miles de pedazos y con ello perdió la voluntad de pelear, bajó la mirada y quedó inmóvil algunos segundos. Haou le removió por los hombros siendo ignorado. Hasta que para su sorpresa casi fué apuñalado por una de las dagas que tan bien conoce.


-Con que así son las cosas-articulo con frialdad-Asuka tenía razón, no soy merecedor de afecto alguno. Está bien, si no son para mi, no serán para nadie-alzó el rostro, sus ojos adquirieron un tono platinado.


-¿Jehu?-el rey.


Su marido le propinó un buen golpe en el estómago que si bien no dolió tanto le sacó de balance y le hizo tambalear, instante que fué aprovechado para tumbarle. El chico dirigió ambas manos a su rostro empuñando el arma pero Haou sostuvo sus muñecas para evitarlo sin herirle.


-¿Por qué la Luz de la destrucción se adueño de él?


-Es mi culpa-el príncipe-le debilité bastante durante el embarazo, estoy seguro de que ese espíritu se escondió y fusionó con una parte considerable de su alma. Poco a poco se come su voluntad. Supongo que es lo que me ha estado molestando desde que me contaron como ocurrió todo. Por eso debo salvarle, es mi responsabilidad.


-Luego te ocurrirá a ti, y a quien te salve y se convertirá en un ciclo sin fin-su padre.


-No tiene porque ser así-Johan.


Los otros dos le miraban confusos mientras Jehu aún continúa en su afán de quedarse viudo. Es lo que Rubí me ha dicho. Los espíritus están preocupados por ustedes, parece que han formulado un conjuro pero se necesita de Kuriboh Alado y no puedo invocarlo.


Está vez el de ojos avellana concentró su magia para llamarle.


-Ser que revoloteas magestuosamente en el universo dejando una estela blanca llena de calidez ¡Kuriboh Alado!


-¡Kuri Kuri Kuri!


El agarre del monarca se hacia más débil a cada segundo pero no por falta de empeño, era como si el otro hubiese cobrado más fuerza.


Johan recitó su parte del conjuro, Judai hizo lo propio. Una luz multicolor les rodeó a todos, de Haou salió el espíritu de Darkness, de Jehu el de la Luz de la destrucción pero no pudieron moverse, cada uno se dividió en dos y decrecieron en tamaño hasta convertirse en algo parecido a bebés humanos.


-Ah~ me duele horrible la cabeza-el consorte que se dejó caer sobre su marido que le acogió con cariño.


-¿Estas bien?


-Fuera de eso si. ¿Qué ocurrió?


-Rubi Rubi Rubí.


El gatito azul que ahora lamía su mano.


-Ya lo recuerdo, lo siento. Debí ser más fuerte.


-No debes cargar con todo solo. Además esto no ha terminado.


-¿Eh?


Alzó el rostro pudiendo apreciar a los pequeños.


-Son Darkness y la Luz de la Destrucción.


-¿Los asesinarán?-preocupado.


-No-su hijo-los espíritus dicen que ellos perdieron el rumbo porque nunca entendieron lo que es el amor. Por eso deben unir su alma a alguien para entender, sentir y vivir porque no tienen cuerpo. Pero es complicado para cualquier humano y termina por convertirse en una maldición. Por ello la mayor parte de su energía será custodiada por los demás espíritus, pero su alma se ha dividido a la mitad. De está forma cuatro personas serán los responsables de su "educación" aunque Darkness continúa siendo muy peligroso.


-Bueno-el rey que se reincorporaba ayudando al otro-es alguien con quien he pasado muchos años. No veo porque tenga que ser distinto. Tomaré una parte de Darkness.


-Yo lo haré con la otra-su marido-después de todo amo compartir todo con mi amado~ y será un recordatorio de que nuestro hijo puso en riesgo su vida por salvarnos-sonrió-pero estas castigado jovencito.


-Uh.


-Supongo que podríamos preguntarles a Yubel y Ryo que...


-No, somos una familia. Yo me quedaré con una parte de la Luz de la destrucción, pero la otra...no tengo a quién pedirle...


-¿Y yo qué?-el oji esmeralda molesto.


-¿Johan? N-no podría pedirle algo así a un amigo.


-¿Me estas rechazando?


-¿Eh?-no comprendió el significado de sus palabras.


-¿Cuántas veces tengo que confesarme? Judai-le cogió con suavidad de las manos y le miró a los ojos-me gustas. Pasar una eternidad a tu lado es de hecho la mejor idea que escuché en la vida. A menos que tu no...


Antes de que se pusiera triste, el chico se lanzó a sus brazos con tal emoción que les tiró a ambos al piso.


-¡Oh Johan me haces tan feliz! Creí que no me veías de esa manera. Jamás dijiste nada acerca de los regalos que te envié para decirte lo importante que eres para mi.


-¿D-de qué hablas?


-Ya sabes-se ruborizó-los camarones fritos que aparecían en tu cama con una rosa al lado.


-¡¿Eras tu?! Pensaba que eran amenazas de Yubel, ya sabes que bien no le caigo.


Los dos se miraron unos segundos para estallar en carcajadas.


-¡Ja ja ja ja!-el oji verde-Parece que el lento soy yo.


-¡Ja ja ja ja! ¡Oye!


Estaba dispuesto a decirle algunas cosas cuando Johan besó su frente, cerró los ojos y se sonrojó, de esa manera la Luz se sincronizó con ellos y se fundió en su interior. Haou y Jehu miraban en la dirección contaría para darles privacidad y contemplando al ser que por tantos años torturó al rey. No es del todo agradable tener que soportarlo nuevamente, si, dudaba. Pero su marido le tomó de la mano y sonrió.


-Estaré contigo hasta el fin de los tiempos.


La más increíble ola de calidez invadió al mayor que no pudo contener las lágrimas, que si bien eran pocas, expresaban mucho del sentir que enterró en su pecho casi desde su nacimiento. Se giró y tomó en brazos al otro y besó con pasión sus labios, de está manera Darkness entró en sus almas, aunque de manera mucho menos amigable que su contraparte brillante, provocandoles un intenso dolor que estuvo a punto de hacerlos gritar, por lo que se abrazaron con fuerza como mutuo apoyo para no preocupar a su hijo y al que parece ser su chico predestinado. Con tanto estrés acumulado Jehu se desmayó por unos minutos pero Haou le cogió en todo momento fingiendo un beso que no era correspondido hasta que despertó, se acercó a su oído y susurró.


-Gracias, no quiero asustarlo.


-Gracias a ti. Una y otra vez terminas por salvarme. Siempre me dices que soy tu caballero, pero ese eres tu. Gracias por darme la oportunidad de conocer a Judai.


-La mitad del trabajo es tuyo~.


El mayor se sonrojó advirtiendo una descarga eléctrica que surcaba su ser. Con solo una frase es capaz de remover su alma desde los cimientos. Y una vez más le enamora.


-¿Qué más pides de mi? Te has llevado cada centímetro de mi corazón.


-Supongo que solo es cuestión de hacerlo crecer para que haya más espacio~.


-Oh Jehu-volvió a unir sus labios, está vez de manera más inocente y hasta podría decirse que infantil.


Aún es muy pronto para decir que algo ha cambiado de manera significativa. Pero es seguro que al menos sus corazones se sienten más ligeros. Se acercaron a la otra pareja notado que su hijo se había quedado dormido en brazos del peli azulino.


-Debió ser agotador. Fué el que utilizó más energía.


-Siento no contar con mucha pero prometo que lo protegeré si me lo permiten.


-El ya te elegió-el rey-no tenemos porque prohibir su relación. Además me recuerdan mucho a lo que tengo con Jehu y si son la mitad de felices de lo que yo me doy por bien servido.


-¿Enserio?-ilusionado.


-No-sus ojos brillaron con intensidad-Judai es mi querido y único hijo. Y lo apartas de mi lado.


-Aún vivirá en el palacio.


-Sabes a que me refiero.


-Ah.


-Te odio y hay cosas que jamás podré perdonar-el chico pasó saliva-pero si le haces sonreír a cada instante puede que cambie de opinión.


-Prometo que lo haré  feliz.


-Más te vale porque si no te mato-los padres al unísono.


Sin duda Johan se ha metido a una familia complicada y sicopata, ahora sabe que Judai también tiene su carácter y que no es una perita en dulce. ¿Pero que le hace si lo ama tanto?


-Será mejor que le lleves a su cama o pescará un resfriado-el consorte-y si lo tocas inapropiadamente lo sabré-amenazante.


-¡No me aprovecharía de él lo juro!


-Lo sé~ -mucho más tranquilo, no así el oji miel que incluso jugaba con la daga que arrebató a su pareja durante la trifulca.


El de ojos jade tomó al pequeño tesoro en brazos y se retiró, Jehu le miró con algo de envidia.


-¿Por qué nunca dejas que yo te lleve igual?


-Porque aquí el valioso eres tu.


Y repitió la acción aunque ahora él era quien le sostenía. Como una imagen invertida en un espejo.


-¿Cuando podré ser tu caballero?


-¿No lo has notado?


-¿Eh?


-Desde el primer día que te vi. Porque lograste revivir el corazón que creía muerto y llenaste mi vida de color, mi favorito, ¿recuerdas cual es?


-¿Escarlata celeste?


-Si, el que tu formas con tus contrastes. Tu dulzura sicopata. Tu furia gentil. Tu sabiduría inocente. Hasta el día de hoy me pregunto como lo haces, pero no me queda la menor duda de que te amo y lo haré hasta el final.


El consorte sintió increíbles ganas de llorar, pero en lugar de eso mostró la expresión que más gusta a su esposo: una sonrisa.


-Te amo Haou.


Y unieron sus labios, corazón, alma, futuro y destino.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Los años pasaron, de la guerra no se supo más que en libros. Johan y Judai repitieron la gran historia de amor de los reyes y en cuanto a estos...


La pareja disfrutaba de la vista debajo de un árbol tomados de la mano. Han llegado a una edad bastante avanzada y no tienen un solo arrepentimiento.


-Hace tanto que nos conocemos-el peli azulino.


-Si.


-Siempre me causó gracia que nunca perdiste esa nula expresividad. Pero es lo que más me gusta. Aparentas misterio cuando en realidad lo sé todo de ti.


El castaño apretó con desesperación la mano de su pareja, temiendo que llegara ese instante al que nadie quiere llegar.


-¿Sabes? La vida a tu lado fué muy divertida. Llena de emociones distintas e incluso algunas que jamás creí experimentar, como dar a luz a un hermoso niño...¿pero sabes? Creo que no puedo más, estoy cansado. Lo siento Haou...pero creo que me voy a dormir-su vista comenzaba a nublarse, estaba en paz hasta que la opresión se hizo presente en su pecho y sin poder evitarlo dejó salir las lágrimas-no quiero morir, tengo miedo. ¡No quiero alejarme de ti...pero ya no...!


El rey le tomó en sus brazos, de esa manera pudo escuchar el latido de su corazón, cada vez más lento. Jehu no es el único que se despide de este mundo. Se aferraron en silencio atesorando cada segundo, suspiro, deseo y experiencias compartidas.


-Escucha Jehu, la muerte es un momento que llega sin importar lo fuerte, amable o valiente que seas. De todos los enemigos el único que no se puede vencer. Pero si hay algo que puedo prometer. Ya sea en este mundo u otro, siempre te voy a seguir y amar. Porque solo a tu lado estoy completo y soy feliz. Esperaré por ti el tiempo que sea necesario.


-No si yo te gano.


De esa forma convirtió un instante deprimente en un juego más, pero confía ciegamente en el rey de su corazón. Alzó la mano al rostro del oji miel con intención de tomarle del mentón y robarle un beso, pero falleció antes de lograr su objetivo; un cálido y brillante día de junio, en su cumpleaños número noventa y seis.


-Oh Jehu...


El mayor cerró los ojos y posó sus labios sobre la frente contraria para seguirle al viaje eterno. Muchos dirán que su cuerpo dejó de funcionar debido a su edad, pero lo cierto es que su corazón se rompió en mil pedazos cuando su marido le dejó.


Así, los tres espíritus incluido el de Darkness volvieron al flujo de la vida, gracias al intenso cariño que se tenían le brindaron la oportunidad para reencarnar, para hacer las cosas de manera distinta. Lo que ocurra de ahora en adelante solo depende de él. Lo mismo ocurrió con La luz de la destrucción, Judai y Johan hace más de veinte años, cuando ellos se adelantaron en el eterno viaje. Pues de todos los conocidos la pareja real fué la última en abandonar este plano, más que nada para no causar el dolor que sintieron una y otra vez al perder a alguien más. Definitivamente no harían llorar al fruto de su relación. Si pudieran ver un anhelo cumplido sería sin duda volverse a encontrar con Judai y Johan, pero quizá sea demasiado pedir.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


En algún lugar en la actualidad.


Un pequeño niño de aproximadamente cinco años llora debajo de la resbaladilla de un parque. Talla con fuerza los ojos mientras no puede dejar de sollozar a tal grado que incluso sufre de hipo.


-Ah bua buu...


Su madre, distraída comprandole a su retoño un helado para el intenso calor, aunque no es justamente lo que necesita.


-¡Ey!-le saluda animado un joven de unos diecisiete años.


En ese instante el niño aparta las manos tímidamente y observa fijamente a un muchacho de perturbadora sonrisa y extraños ojos mandarina.


-¿Qué ocurre? ¿Por que lloras?-su voz es honesta y hermosa.


-Se han burlado de mi nombre. Lo odio, siempre dicen que el negro es el color de la maldad, yo no elegí llamarme Darkness buaaa...


-No deberías preocuparte por eso. ¿No has escuchado que existe la oscuridad amable?


-¿Eh? No-negó repetidamente con la cabeza.


-La persona que más amo en el universo es alguien a quien suelen llamar "el rey de la oscuridad" y ciertamente lo es ja ja ja, pero nunca conocí a alguien más tierno y afectivo que él. No deja pasar cinco minutos sin mimarme. Por eso, no te dejes intimidar. ¡Muestra lo mejor de ti al mundo! ¡Para que no tengas arrepentimientos! Estoy seguro de que hay alguien esperando por ti, hará que tu nombre sea especial e incluso le pedirás que no deje de repetirlo.


-¿Enserio?


-Si.


Dió un suave empujón a su hombro para animarle.


-¡Por un futuro donde todos seas felices!-sonrió y se retiró dejando al pequeño confundido pero con un agradable y cálido sentimiento que inunda su ser.


Tenía la impresión de que le conocía y debía mucho al igual que ese alguien que mencionó.


-Ojalá le hubiera preguntado su nombre.


-¡Darkness!-su madre que llegaba animada con un helado de como cinco litros.


«-Es verdad, hay gente que me quiere. Solo debo aprender a valorar y encontrar esos pequeños detalles. Gracias hermanito.»


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


El de orbes naranja caminaba despacio, meditando lo de recién.


«-Vaya que el mundo es pequeño. No esperaba encontrarme con Darkness, nos causó muchos problemas pero desde que su alma se dividió lo vi más como un hijo. No nos molesto ni una vez. Supongo que era verdad que solo necesitaba un poco de amor. Me alegra saber que tienes una madre muy linda y cariñosa, la energía a su alrededor me lo dice.»


A los lejos visualizó a un chico castaño de amable mirada chocolate, estaba distraído mirando el aparador de una tienda donde venden tarjetas de un popular juego llamado duelo de monstruos. Corrió a él y se trepó en su espalda aferrándose al torso con sus piernas como si fuera koala.


-¡Judai~!


-¡WAAAAAHH!-le asustó-¡¿J-Jehu?!


-Vamos~sé que entiendes lo que quiero. Donde está un Yuky siempre está el otro. ¿Y mi novio?-susurró sensual en su oído ruborizando a la víctima.


-¡Jehu!-otro peli azulino-¡deja de molestar a Judai! Por eso luego le da pena que lo bese.


-¡Johan!-no sabía ni donde esconder la cara.


Del interior de la tienda resonaban unos pasos bastante particulares. Fué entonces que el de ojos mandarina dejó en libertad al chico y espero ansioso pues sabe de quien se trata. Cuando le tuvo en frente estuvo a nada de repetir lo que hizo con el hermano pero quedó clavado en el sitio pues sus piernas tiemblan con intensidad. Le derrite, domina y seduce con solo estar ahí, y por si no fuese suficiente maldad le ha sonreído como solo él sabe.


-Hola Jehu-con simpleza y aún así el aludido sintió que todo le daba vueltas y le atacaba un intenso calor.


-Oh por dios Haou~ dilo otra vez.


-Hola Jehu.


Jamás ha logrado entender como el ser más inexpresivo de la tierra le parece tan sugerente pero le vale completamente. Cogió fuerzas de solo el sabe donde y ahora si logró aventarse a sus brazos. Lo hizo con mayor intensidad a la empleada con Judai porque su pareja le hace perder la noción de si mismo. Por fortuna es algo a lo que ambos están acostumbrados.


El de ojos esmeralda se acerca a Judai para decirle suavemente.


-Creo que deberíamos dejar a solas a nuestros hermanos. Merecen un poco de privacidad, ¿no te parece?


-No creo que con mamá tengan mucha...¿eh? ¿por qué le dije así a Jehu?


El mayor se encogió de hombros para luego tomarle de la mano en dirección al primer restaurante de camarones fritos. Gusta de consentirle cada que tiene la oportunidad.


Por su lado el hermano de Johan sonrió.


-¿Lo escuchaste? Me dijo mamá. Parece que una parte de el me recuerda.


-Es normal. Eres inolvidable.


-¡Asesino! ¡Acabaras conmigo un día de estos!


-Estoy dispuesto a correr el riesgo-repartió pequeños besos en los labios-últimamente he recordado ese libro que solíamos leer, el de las formas del amor. Tenía la esperanza de encontrarlo pero como suponía no existe aquí.


-¿Y para qué lo querías?


-Porque sé que era un importante vinculo que tenías con esa persona llamada Jun. Pero hallé algo más.


-¿Qué?-curioso.


El castaño cogió su deck y entregó una carta al más joven. Este se conmovió a tal punto que quedó paralizado con los ojos bien abiertos. El monstruo que le entrega es nada más y nada menos que:


-Rubí Carbuncule...


-Escuché que era ultra rara-negó-es única.


-¿Cómo es que la obtuviste? Seguro es demasiado costosa.


-La aposté con su dueño.


-¿A cambió de...? ¡No me digas que...!-asintió-¡¿qué habría ocurrido si perdías a Kuriboh Alado?!


-Es mi compañero, confío en el vinculo que tenemos. Y bien valía el riesgo para verte feliz. Además, él estaba de acuerdo.


-Kuriboh es mala influencia para ti.


-¿Por qué no lo invocas?


Jehu puso el obsequio sobre su pecho y dijo con suavidad:


-Ser que guía a través de la luz escarlata, que comparte tono con la raíz de la vida ¡Rubí!


El gatito azul apareció e inmediatamente se apresuró a su encuentro tirando a Jehu al suelo, lamió su cara lo que le provocó cosquillas al tiempo que lloraba.


-Ah Rubí, no tienes idea de lo mucho que te extrañe. Gracias Haou ¡Muchas gracias!


La efusiva muestra continuó hasta que cansado el espíritu se durmió sobre el pecho de su amigo. Este le cogió en brazos al tiempo que su pareja le ayudaba a poner en pie.


-Siempre tienes detalles tan lindos.


-Solo regreso un poco de lo mucho que me das. Te amo.


-Yo también te amo, perdidamente-se tomaron de la mano-cumpliste tu promesa.


-Jamás te mentiría. No importa lo difícil o imposible que sea, lo haré. Jehu...


-¿Si?


-¿Te casarías de nuevo conmigo?


Fué tan repentino que casi dejó caer al espíritu.


-¡Cof cof cof!


Incluso se ahogaba de emoción. Sus manos sudan, su corazón se retuerce, su rostro se sonroja.


-¿Estas seguro de que quieres unir tu vida a la mía otra vez?


-No tengo dudas. ¿Y tu?


-Soy todo tuyo~ ¿qué te parece si vamos a casa y nos portamos mal aprovechando que mis padres no están?


-No quiero traumar a Judai si nos encuentra...otra vez.


-Pero la sensación de peligro lo hace más interesante, ¿o no?


El contrario asintió. Jehu baja el interruptor de eso que suelen llamar conciencia. Está seguro de que si le pidiera destruir el mundo aceptaría sin dudar con tal de contemplar esa linda sonrisa.


Porque ellos no son una pareja pura, dulce o inocente y sin embargo tampoco es lejana la posibilidad. Porque las relaciones al igual que las estrellas en el cielo poseen infinitas posibilidades.


Ambos tuvieron la oportunidad de unir su existencia a alguien más, pero se eligieron el uno al otro porque se complementan a la perfección, también pueden mostrar sus peores defectos, porque son auténticos.


Esta es una de muchas vidas, futuros o destinos, pero es el inicio de su aventura.


-¿Y si tenemos otro hijo?-el peli azulino.


Los labios de Haou quedaron entreabiertos en una curiosa mueca cuyo travieso muchacho aprovechó para robar el beso más candente de la historia. Uno que dejó sin aliento a ambos.


-Uh, al-alguna vez tenía que ser al revés ah ah...


-No...


-¿Eh?


-No...ah...me parece mala idea...¿y si esta vez tengo yo al bebé? Con un poco de suerte es un pequeño Jehu.


El menor se puso serio de pronto.


-Creo que paso. Porque esta vez te quiero solo para mi. Además se irá con otro como lo hizo Judai y se siente horrible. Nunca me abandonarás, ¿cierto?


-Una parte de mi alma siempre está contigo, es literal. No tengo idea de como ocurrió pero fué lo que me ayudó a encontrarte en este mundo y estoy seguro de que siempre será así.


-Uh eso si que fué perturbador. Nah, ¿a quién engaño? Es tan sensual. Yubel tenía razón, somos un asco.


-No hay bondad ni maldad perfecta pero tu eres el indicado para mi. Te amo.


-Yo te deseo-sonrió-y también te amo.


No podía dejar escapar la oportunidad para hacer esa pequeña "broma" que es la más absoluta realidad.


Continuaron con su andar. Luego de todo el sufrimiento que experimentaron ya solo les queda felicidad. Y quién sabe en una de esas el caprichoso flujo del destino les otorga la oportunidad de formar una familia nuevamente. Una bendición que aceptarán con una sonrisa en el rostro. El amor cambió sus vidas, redirigió su futuro e incluso salvó al universo, un sentimiento tan poderoso que nadie debe tomar a la ligera. La más letal arma y el más poderoso escudo, el más preciado tesoro.

Notas finales:

Gracias por leer!!!!!!!!! Hasta otra!!!!!!!! ♥


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