Cada minuto de mi día y hasta en mis sueños, se hacía presente la culpa. Esta me remordía, no me dejaba en paz, me sentía morir. No podía creer en lo que me había convertido, había traicionado a la persona que me tendió la mano cuando más lo necesite, mi amigo, mi hermano.
Hubiese preferido, que Jimin nunca me hubiera presentado a su novio, me enamore en cuanto lo vi.
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—Kookie, este es Taehyung, mi novio— me dijo Jimin deslumbrante, sus ojos irradiaban felicidad, se notaba a leguas que lo amaba.
—Un gusto— Taehyung me estiro la mano con cortesía. No pude evitar perderme en sus preciosos y profundos ojos color castaño, ni hablar de la textura de su piel. Solté su mano rápidamente para evitar pasar un momento incomodo.
—Igualmente— sonreí como nunca. Fue ahí mismo cuando comencé a caer un abismo del que jamás podría salir.
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Los recuerdos venían a mi mente, estaba perdiendo la cabeza, cada momento que viví con él, estaban tallados en mi mente, y de lo único que estaba seguro, es que nunca podría sacarlos de allí.
No entendía porque cosas como esas me pasaban a mí, me sentía como la basura más grande del universo o mejor dicho, de la galaxia.
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Era el cumpleaños de Jimin, por alguna razón, tenía el presentimiento de que algo importante ocurriría.
El lugar que había elegido mi amigo, era enormemente espacioso. Nunca había estado en una fiesta para famosos, pero estaba seguro que esto se acercaba demasiado. Había mucha gente, la mayoría eran rostros desconocidos para mí. La verdad me sentía muy orgulloso del resultado, en cuanto a decoración, luces, etc. Yo me había hecho cargo de todo, ahora solo me quedaba disfrutar.
Busque a Jimin por todo el recinto, pero no logre encontrarlo. Me aleje un poco de todo el ruido, yendo a un rincón del lugar, oscuro y casi vacío, tome asiento en un cómodo sillón que allí había. Apoye mi cabeza en este y cerré los ojos, hubiese estado un buen rato así de no haber sentido como alguien se sentaba a mi lado, me sobresalte.
—Lo siento, no quise asustarte— en medio del ruido logre escuchar perfectamente clara la voz de Taehyung, y hasta pude percibir que me sonreía.
—No hay problema— le dije con cortesía y a la vez con frialdad, los últimos meses había estado muy alejado de él, al principio congeniamos muy bien, pero cuando comencé a darme cuenta que mis sentimientos hacia el no eran precisamente de amistad y cariño, preferí alejarme.
—Jungkook, ¿qué ocurre?, ¿te caigo mal? Por favor dímelo, esto me tiene loco, hace meses que ni siquiera me diriges la palabra, ni siquiera una mirada, si sigues así perderé la cabeza— escuchar esas palabras me había dejado helado, el no podía estar diciendo eso.
— ¿A qué te refieres? — le dije totalmente confundido, no lo entendía.
—No es muy difícil descifrar que me traes loco Kookie, desde el instante en que te vi me enamore, y sé que tú sientes lo mismo—mi corazón palpitaba tan rápido que en cualquier momento podría salir de su lugar.
—Dios, ¡estás loco! —le grite, lo único que quería hacer era salir de ahí lo más rápido posible. Me puse de pie para poder marcharme, pero no logre dar ni medio paso. Taehyung tomo de mi mano, se puso de pie y logro acorralarme contra una pared. Acerco tanto su rostro al mío, que podía sentir sus labios rozar los míos, cerré los ojos, la cercanía me estaba matando.
—Dime que no te gusto y te dejo en paz— una tenue luz iluminaba su rostro, haciendo que sus castaños ojos pudieran ser visualizarlos en medio de esa oscuridad. Ladee mis rostro, sabía que él podía ver mis ojos, y si le decía que no gustaba de él, mis ojos dirían lo contrario.
—No me gustas y nunca me gustaras, ahora déjame— hice un inútil esfuerzo por liberarme de sus brazos, pero como dije, fue inútil.
—Mientes, por favor dime que tú me quieres tanto como yo a ti— tomo mi rostro con delicadeza, haciendo que pudiera ver directamente a sus ojos. Así las cosas se me tornaban mas difíciles, si lo miraba, no podría mentirle.
Suspire cerrando los ojos, estaba seguro que las palabras que ahora saldrían de mis labios cambiarían todo para mal.
—Me gustas, te quiero y desde el momento en que te conocí me hechizaste, no sé cómo, solo sé que lo hiciste— dije todo de una sola vez. El soltó una pequeña risita de alivio.
—Lo sabía, dios, Kookie lo sabia— me abrazo. Una vez que nos separamos tomo mi rostro con el fin de encontrar mis labios. Puse ambas manos en su pecho alejándolo de mí.
— ¿Qué haces? ¿No te das cuenta que eres el novio de mi mejor amigo? Por favor déjame, nunca más me vuelvas a buscar, te dije lo que sentía, pero solo fue eso, ahora déjame en paz.
— ¿Que te deje en paz? Como pretendes que haga eso, cuando las 24 horas del día te tengo presente en mi mente. No puedo sacarte de mis pensamientos, Jungkook.
Terminare con Jimin si eso es lo que quieres, lo único que quiero hacer es estar contigo, ya no soporto besar sus labios pensando en ti, no lo soporto— mis ojos se cristalizaron. Toda mi vida había velado por la felicidad del resto y nunca por la mía pero yo mismo sabía que había límites para todo y Taehyung era ese límite. Jimin siempre se mostro como un hombre libre, reticente al compromiso, pero cuando conoció a Tae el simplemente cambio sus paradigmas, dio vuelta su mundo y se enamoro perdidamente.
Mi mente me decía que lo que estaba a punto de hacer me iba a carcomer por siempre en la consciencia, pero mis labios y los de Taehyung actuaron como dos imanes y la razón, la moral, la amistad, todo paso a segundo plano.
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Recordar ese episodio me traía tantas emociones. Ya no podía seguir así… Jimin debía enterarse. Tenía tres días para decidirme a contarle la verdad, se la contaba o lo hacía Taehyung. El me había propuesto ese plazo, se había cansado de tener lo nuestro en secreto.
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— ¡Jungkook! CINCO… cinco meses de lo nuestro, ya no podemos seguir así, se lo cuentas a Jimin, o lo hago yo— tenía mi rostro escondido en mis manos, no paraba de llorar, sabía que este momento llegaría, pero quise evitarlo.
—Dame unos días, solo eso te pido— logre decir entre sollozos.
—Tres días—me dijo con un tono comprensivo— Amor— quito mis manos de mi rostro para lograr mirarme— es lo mejor para todos…
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El timbre me hizo despertar de mi letargo, sabia quien era, a que venía y como todo esto iba a terminar…