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Silly por PanquequeS

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Notas del fanfic:

Disclaimer:

 
Ninguno de los hechos acaecidos en este relato ha ocurrido en la realidad; todo es puro y completamente ficticio.
La autora de este relato no posee ninguna clase de derecho ni propiedad sobre los artistas citados en él, ni está vinculada en modo alguno con ellos, sino que utiliza sus nombres sin su consentimiento explícito. Con su trabajo, no pretendeofenderlos o causarles perjuicio alguno, sino, simplemente, crear una forma de entretenimiento para ella y quien quiera disfrutarla, sin obtener beneficio económico de ninguna clase.

Notas del capitulo:

Un pequeño kaisoo que escribí para mi adorada Bany que estuvo de cumpleaños en mayo, pero por la universidad /sigo de vacaciones/ no había podido escribir.


Espero que les guste este oneshot.

Silly

 

Kyungsoo estaba acostado sobre la alfombra con el celular de Jongin en sus manos. No lo aparentaba, pero su novio era un tanto friki, por eso tenía una aplicación donde había un centenar de mangas de todos los géneros y él, no teniendo nada que hacer, había comenzado a leer un manga llamado pupa. Se podría decir que ese tipo de género era su favorito, así que pensaba leer todo lo que pudiese antes de que Jongin saliera de la ducha.

Sí se lo ponía a pensar en esos minutos de silencio, Kyungsoo sabía que algo andaba mal desde hace varios días con Jongin. Sin embargo, nada se le venía a la cabeza, aunque la realidad era que su novio siempre era el que comenzaba las discusiones, pocas veces él tenía la culpa.

Jongin no le estaba diciendo nada. Sí remontaba hace una semana, su novio se la pasaba pegado a él, hablando sin parar y besándolo cada segundo que pudiese. En cambio, todo estaba extraño de alguna manera desde el inicio de la semana porque Jongin era un niño consentido y ahora estaba tranquilo, y Jongin nunca estaba tranquilo.

Bueno, iba a iniciar la conversación de lo que sea que estuviese haciendo que su novio se esté comportando extraño porque él es el mayor y maduro de la relación, sí. Veinte minutos después, él vio a su novio secarse su cabello y luego botar la toalla en el cesto de ropa sucia y esa era su señal, así que se levantó del suelo, y se sentó a lado del más alto.

—¿Has tomado un buen baño?

Jongin frunció el ceño.

—Sí, claro.

—¿Y qué tal estuvieron las clases de baile hoy? ¿Algo interesante pasó?

—En realidad, no. Todo estuvo normal.

Él hizo un mohín en disgusto porque Jongin no era así de cortante y menos con él. Es decir, su novio era como un pequeño cachorrito que meneaba la colita cada vez que su amo llegaba y le daba cariñito. Ese era el Jongin con quien había iniciado una relación hace tres años atrás, no el que estaba a su lado con el ceño fruncido y de brazos cruzados.

—¿Quieres un poco de espagueti-kimchi? —preguntó —. Puedo hacerlo ahora mismo.

—No tengo hambre.

Lo peor de tener a su novio comportándose de la manera más tranquila, cosa que no lo caracterizaba, sin que éste estuviese abrazado a su cintura, era tener a su novio sin aceptar espagueti-kimchi. Él nunca había imaginado que lo que fuese que tenía enfurruñado a Jongin era así de grave como para que rechazara su espagueti-kimchi. Su Jongin nunca rechazaba su espagueti-kimchi.

—Basta —dijo —. ¿Qué es? Escúpelo.

—¿De qué estás hablando?

—Estoy hablando de tu inusual tranquilidad, tu siendo cortante y rechazando el espagueti-kimchi, Jongin. Dilo, ¿qué es lo que pasa?

—No lo sé, Kyungsoo —farfulló —Dímelo tú, ¿qué es lo que pasa conmigo?

—Te conozco tan bien que he estado desconcertado por tu actitud de esta semana. Por eso mismo, quisiera saber que te tiene tan enfadado como para estar de esta forma conmigo.

—Bueno, no lo sé —ironizó —. ¿Por qué no mejor lo piensas un poco más y luego me dices por qué estoy tan enfadado, Kyungsoo?

Él lo había pensado ya muchos días y no, no recordaba nada que hubiese hecho para que su novio se pusiese en modo mimado. Él sabía reconocer sus errores, pero en este estaba cien por ciento seguro que no había sido su causa.

—Bueno, no sé qué es lo que sucede contigo. Llevo pensándolo varios días y mi culpa no es, así que dime que es eso que te ha molestado.

—Te atreves a decir que no es tu culpa cuando fuiste tú quien se olvidó.

—¿Olvidar que cosa, Jongin? No he olvidado nada.

—No puedo creerlo, en serio lo olvidaste —bufó —. Hace unos días fue el aniversario de cuando le compré el collar rosa con glitter a Jjangah y tú lo olvidaste.

Él miró con incredulidad a Jongin. No podía asimilar que su llorón novio estaba enfadado porque algo tan poco relevante. Es decir, él amaba a los perritos de Jongin, pero no iba a recordar cada fecha cuando Jongin les comprase cosas a sus mascotas.

—Me han dado ganas de ponerte una correa de perro al cuello y arrastrarte por la calle —dijo —. No puedo creer que estés tan enfadado por algo así, Jongin.

—Tú lo olvidas todo, Soo.

—Mentira —discutió —. Es decir, Jongin, yo amo a tus mascotas, pero no puedo estar recordando cada fecha cuando le compres cosas a ellos, ¿entiendes?

—No voy a creerte —dijo obstinadamente —. Esto me confirma que puedes olvidar en cualquier momento alguna fecha más importante.

—El trece de enero del dos mil trece es nuestro aniversario, el catorce del mismo mes, pero del año mil novecientos noventa y cuatro es el día que naciste, nos conocimos el cinco de julio del dos mil diez en el colegio, comenzaste a ligar conmigo el catorce de febrero del dos mil once hasta que me pediste salir en el dos mil trece, nos besamos por primera vez en tu habitación el quince de Junio del dos mil doce porque según tú nunca antes he besado a un chico, me dijiste te amo por primera vez el cinco de diciembre del dos mil trece, cuando caí enfermo.

—Te acuerdas de todo —chilló Jongin, abrazándolo —. Lo siento tanto, Soo. No era mi intención decir que fuiste un novio desconsiderado y egoísta que sólo le importaba sus propias cosas.

—Tu no dijiste eso.

—Correcto, lo pensé durante todos estos días, lo siento.

—Eres un grandísimo tonto, Jongin —sonrió —, pero te amo.

—Me haces ese espagueti-kimchi que decías, por favor.

Él sólo rio porque sabía que Jongin era un niño mimado y llorón, pero lo amaba tanto que poco le importaba las rabietas sin sentido que hacía. Jongin tenía la tendencia de ser una persona demasiado tonta algunas veces, pero a él no le importaba de todas formas.

 


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