Rhodey piensa que algo anda mal.
No, espera, eso es simplificar mucho las cosas.
Rhodey sabe y cree que algo anda mal. Algo está muy mal. Algo esta jodidamente mal con Tony Stark.
Le sonríe con lentitud y Tony enarca una ceja pero le devuelve el gesto.
—Entonces… ¿estás bien?—Pregunta con duda. Parece estar bien. Luce como si estuviera bien. Se comporta como si se sintiera maravilloso. Pero Rhodey no se deja engañar. Se ha jactado durante años de ser el mejor amigo de Tony Stark, así que eso debe de valer para darse cuenta de que algo raro sucede aquí.
Tony ríe ante su pregunta y se levanta de la silla en que estaba descansando. Camina hacia la ventana de la habitación de Rhodey y asiente.
—Por supuesto que estoy bien, Rhodey—Entonces se da la vuelta y lo enfrenta. El peso de su mirada es aplastante. Extiende ambos brazos a sus costados, como invitando a la revisión visual y después de unos segundos de silencio, se acerca de nuevo a su amigo—Estoy muy bien, deja de preocuparte tanto, yo no soy quien está en cama ¿cierto?
No, piensa Rhodey, no estás en cama. Pero deberías.
—Estas actuando muy extraño Tony y es jodidamente escalofriante—Confiesa con un borde de oscura diversión porque… No lo sabe. Solo sabe que Tony actúa como si no hubiera pasado nada. Y hasta cierto punto puede entenderlo, pero no es como que pueda negarse a ver las consecuencias desde que todo esto de los Acuerdos inició.
Tony se encoge de hombros y toma asiento de nuevo mientras zumba distraído alguna tonadilla que recogió de la radio esta mañana.
—Así que… ¿tu cómo te sientes? Y no mientas Rhodey, estoy fastidiado de las mentiras—Cuestiona Tony al tiempo que sonríe de lado con ironía, como disfrutando una broma privada.
Y es que está disfrutando de una broma privada. Él realmente se siente fastidiado de las mentiras. Tony está llorando en algún rincón de su mente mientras deja que Anthony se encargue de la situación. Tony es el débil. Es el imbécil que se permitió confiar en otras personas y a cambio recibió desesperanza y traición. Ahora, Anthony es quien debe de lidiar con los daños y las facturas a pagar. Aunque eso lo abordará otro día. Un día en que no sienta que quiere apoderarse del mundo.
Hey, eso no se escucha bien. No es dominación mundial, es mejor llamarlo “optimización mundial”.
Rhodey observa el cambio sutil en las expresiones de Tony, como si por unos segundos, su máscara se tambaleara. Frunce el ceño. Esto no está bien. Esto no está nada bien. Carraspea y atrae de nuevo la atención de Tony sobre él.
—Me siento bien… si ignoramos el hecho de que mis piernas no responden—Replica sombrío— ¿Cuándo podré volver a la Base?—Se encuentra harto de estas paredes blancas, de estas sábanas blancas, de que todo sea tan blanco. Por lo que cuando salga de aquí, se negará a prestar atención a cualquier objeto que no tenga color.
Tony sonríe sardónico. Y cruza los brazos así como los tobillos al tiempo que extiende las piernas. Todo en su postura indicaba despreocupación. Y le está mirando con tanta intensidad, como si quisiera saber lo que pasa por su mente.
— ¿Demasiada blancura para ti, hermano?—Pregunta sarcástico y ligeramente divertido.
Y honestamente, Rhodey se siente impresionado. No, eso no abarca el cómo se siente. Se siente extático. ¿Quién es este sujeto y qué le han hecho a su Tony? No es que se sienta ofendido por este tipo de bromas hacia su tono de piel, pero ha sido mucho tiempo desde que Tony dijo alguna. La última que recuerda, fue hecha antes de despegar hacia Afganistán, a la demostración del misil Jericó. Y se siente como que han sido siglos desde aquella vez.
Así que no puede responder. No sabría cómo hacerlo incluso si quisiera.
—Está bien Tony, me siento negativamente muy asustado. Muy, muy asustado—Inicia aún perplejo—Y quiero saber qué diablos te sucede.
Tony entrecierra los ojos con sospecha y chasquea la lengua. Entonces deja caer los hombros, como exhalando algún peso que simplemente lo agobia.
—No pasa nada Rhodey, es solo… Trato de redescubrirme—Frunce el ceño ante esto que ha dicho. Porque si bien quería redescubrirse, estaba bastante seguro de que no sabría explicar todo esto. No sabría explicar que Anthony ha tomado el mando por el momento, mientras Tony se recupera. Y Anthony es un desgraciado oscuro y sombrío que gusta de hacer bromas pesadas y burlarse de las personas. Pero que se había estado conteniendo desde que Steve Rogers llegó a su vida. Porque si sabía algo de ese tipo era que no vería con buenos ojos este tipo de bromas que podrían tacharse de racistas.
Entonces Siberia ocurrió y se dio cuenta de que no sabía nada.
Termina por encogerse de hombros, desestimando la pregunta de Rhodey. Su amigo (sí, Rhodey era su amigo. Se ha quedado invalido por apoyarlo y Anthony sabe que tiene una deuda eterna con él) le estudia con detenimiento.
Vete antes de que siga cuestionándote, porque él puede romperte y no quieres romperte. Él no lo haría con esa intención… pero ya sabes, resulta que nunca llegamos a conocer del todo a las personas que nos rodean.
Entonces salta de la silla, asustando a Rhodey. Se acerca a él y le da un apretón fraternal en el hombro. Le sonríe con lo que espera sea algo parecido al confort. Y murmura una despedida. Y mientras camina hacia la puerta de la habitación de este hospital, puede sentir la mirada escrutadora de Rhodas en su espalda.
De cualquier manera, no puede ayudarnos. Nosotros ya estábamos así de jodidos antes de conocerlo ¿recuerdas?
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Anthony se observa en el espejo y hace muecas a su reflejo. Muecas de disgusto. ¿Cómo es posible que envejeció tanto y tan rápido?
Oh, cierto. Ser héroe no te deja mucho espacio para la relajación. Hay una línea muy marcada en medio de su ceño y supone que es por culpa de Tony. Ese pobre sujeto siempre estaba preocupándose de manera innecesaria. Todavía recuerda cuando los llevo a ambos casi al borde de la histeria después de que esa bruja hija de perra jugara con su mente. Todavía recuerda creer que el pánico lo ahogaría después de ver al Capitán América morir frente a sí. Tony había entrado en pánico puro y duro y lo estaba ahogando a él al ver que el tipo que amaba podría morir en cualquier momento.
Aunque si era sincero consigo mismo, como que Steve Rogers ya estaba sobrando en este planeta. Era un hombre fuera de su tiempo y no tenía cabida en esta nueva época. No en esta en donde Stark siempre lideraría por sus avances tecnológicos.
Entonces observa su tórax reflejado en el espejo. Tiene la cicatriz en donde estuvo el reactor arc durante mucho tiempo y es un recordatorio constante de que estuvo a punto de morir. Pero eso no es lo que le hace rechinar los dientes. Lo que le hace sentirse terriblemente furioso, es la enorme contusión que atraviesa desde el centro de su pecho hasta el hombro izquierdo, acompañada de una herida que necesito de puntadas. La zona aun esta pigmentada con un escandaloso tono morado, mezclado con un poco de verde y amarillo. Por fortuna sus costillas no cedieron ante la fuerza del impacto porque ahí sí que habría muerto. Podría haberse perforado cualquier órgano vital.
Tuvo suerte.
E iba a aprovecharla.
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Han recibido el informe de que Black Widow fue vista cerca de lo que se conoció como Stalingrado. Y el chico araña había dicho, de la manera más empollona, que ahora se llamaba Volgogrado pero que aún era conocido de esa manera por la batalla más sangrienta que sucedió en esa zona durante la Segunda Guerra Mundial. Empezó a hablar sobre el enfrentamiento de las tropas nazis contra las tropas de la unión soviética y lo mucho que esta batalla había sido decisiva para el éxito de los Aliados. Anthony se tragó un suspiro, le agrada el niño y no porque se proyectara en él, era enserio, esperaba que Peter Parker no tuviera una psique tan trastornada como la suya. Y Peter siguió hablando y hablando sin parar, no parecía molestarle que nadie le respondiera. Y por nadie solo se refería a Visión y el propio Anthony.
Entonces, cuando llegaron a la supuesta zona, fueron abordados por Natasha.
Por lo que Anthony estaba positivamente impresionado de que ella aceptara entregarse, pero la sospecha se dibujaba por cada poro de su piel. No volvería a caer en el mismo juego estúpido del que ya había sido víctima. Y de todos los otros ex vengadores, ella era tal vez, una de las más perspicaces. Si no es que fue la única mujer lo bastante perspicaz para descubrir que él estaba enamorado de Steve Rogers.
Trata de no pensar tanto en ello, porque Natalia Romanova Alianovna no debería de ser capaz de ver a través de Anthony. Ella no podía quitarle esto. Frunció el ceño mientras seguía manejando el quinjet. Técnicamente tendrían que llevarla directamente ante Ross, pero quiere hacerle unas cuantas preguntas primero, por lo que lo puso en piloto automático. Visión tomaba asiento en uno de los muchos lugares vacíos y parecía imperturbable como siempre. Parker estaba jugando con la chatarra que había traído, concentrado, olvidándose de que tenía personas alrededor. Anthony casi quería unírsele, pero debía de hablar con Widow. Quien por cierto, estaba sentada con una omnipresente sonrisa de burla en sus labios.
Pero antes de que pudiera acercarse, Peter resopló frustrado y dejo de lado el desarmador.
— ¿Alguien quiere por favor hablar un poco? ¡Hay mucho silencio y me agobia! Alguien diga un chiste o algo—Expresó de manera elocuente haciendo aspavientos con las manos y volviendo a resoplar con cansancio.
Anthony considero un momento la petición, mientras que Visión y Natalia se mantenían en silencio naturalmente sorprendido. Entonces carraspeó y llamó la atención de los otros tres.
—Muy bien, dime que te parece este: “La pequeña Audrey estaba jugando con fósforos cuando su madre la pilló y le dio una paliza. ‘No vuelvas a jugar con los fósforos de nuevo’, dijo mami. Pero cuando mami no estaba mirando, la pequeña Audrey jugaría con los fósforos de nuevo hasta que incendió las cortinas, luego las paredes y después de un momento todo ardía en llamas hasta que de su casa no quedaron más que cenizas. Y sentada en el exterior, en el porche del vecino de enfrente, mami la amenazó: ‘Si crees que la paliza que te di fue mala, espera a que papá llegue a casa y vea lo que has hecho’. Pero la pequeña Audrey solo rió y rió y rió, porque papi había llegado a casa una hora antes y se fue directo a tomar un siesta”.
Guardo silencio y dejo que la realización llegara a todos. Visión parecía bastante perturbado, Peter lo miraba horrorizado y Natasha sonrió un poco más ampliamente.
—Voy a tener pesadillas esta noche ¿es eso lo que quería señor Stark?—La voz de Peter aún se escucha conmocionada.
— ¡Es solo un chiste!—Se defiende Anthony y ríe ante los rostros de los otros.
— ¡Pero es escalofriante!
—Me encuentro en necesidad de apoyar al joven Parker, su sentido del humor ha cambiado drásticamente, señor Stark—Acotó Visión al tiempo que cerraba por completo su libro de cocina y lo dejaba sobre su regazo.
—Ese no es el peor chiste que escucharás Parker y para el caso, ese no es el más inquietante que he oído en mi vida—Intervino Natasha sin abandonar su sonrisa.
— ¡Los chistes de la pequeña Audrey son divertidos!—Continua defendiéndose Anthony.
— ¿Hay más? ¿Hay más chistes de esta pequeña sociópata llamada Audrey?—Pregunto Peter sonando asustado.
Visión compartía la postura del chico, si lograba comprender sus expresiones faciales.
—Oh y eso que no te ha contado el de la pequeña Audrey y los caníbales—Siguió hablando Natasha, quien parecía disfrutar las expresiones de Visión y Peter. Y entonces Peter niega frenético ante la sugerencia de ella. Y Anthony resopla, no era culpa suya que ninguno de ellos tuviera sentido del humor—Aunque si soy sincera, esos chistes tuyos me recuerdan un poco al humor ruso. Ese tipo de cosas serían las que se contarían en los bares. En donde todos mueren de manera trágica y por alguna razón, eso les provocaría gracia.
Anthony la mira y se encoge de hombros. Realmente no le importa. Se sienta frente a ella sin romper el contacto visual. Los otros ya han regresado a sus anteriores actividades, desesperados por olvidar el terrible sentido del humor de Anthony.
— Me siento impresionado Natasha—Empezó lentamente a hablar—Por un momento creí que de verdad me apoyabas, ya sabes, creí que algo de camaradería (como le llaman ustedes los rusos) había comenzado a formarse entre nosotros…
—El hecho de que te apoyara no significa que sintiera empatía hacia ti.
—…lo sé—Acordó con lentitud sin apartar la mirada—Sé que nunca te sentiste empática hacia mí como lo hiciste con Rogers y para lo que nos atañe, con Barnes.
Natasha frunce el ceño, porque no sabe por primera vez, a que quiere llegar Stark.
— ¿Qué tiene que ver Yasha aquí?—Pregunta y de manera inconsciente deja escapar el nombre de Bucky en ruso. Y cuando ve a Tony sonreír sabe que cometió un error que no debería de haber pasado, en primer lugar, porque ella es mejor que él. Y en segundo lugar, porque aún no puede controlar la ansiedad que le invade cada que alguien menciona a Yasha. Su Yasha.
—Tú lo sabías ¿no es así?—Volvió a atacar Anthony sin piedad, pero casi a susurros—Tu sabías que Barnes estuvo involucrado en la muerte de mis padres ¿no? Y apuesto a que lo supiste al mismo tiempo que Rogers.
Ella no respondió, pero su silencio fue todo lo necesitó.
— ¿Quién más sabe de ese hecho?—Preguntó, porque necesitaba esto. Así Tony dejaría de tener esperanza. Y por fin se convencería de que estuvo rodeado de nada más que traidores.
—Nadie más aparte de Steve y yo—Responde con seriedad ella. Y él asiente. Bien, entonces tal vez podría abogar por los demás.
¡No! ¿Qué quieres hacer? ¿Quieres que te vuelvan a apuñalar por la espalda? ¡Ellos no merecen nunca más nada de tu confianza!
Cierra los ojos y se lleva una mano al puente de la nariz. Entonces se levanta y regresa a la cabina, se deja caer en la silla del piloto y cubre su rostro con ambas manos.
—Estoy bien Visión, es solo una jaqueca.
Visión camina con cautela y toma siento en la silla del copiloto. Y solo se dedica a observarlo. Ninguno dice nada durante un largo rato.
—El Coronel Rhodey teme que usted haya recaído en su antiguo Trastorno de Identidad Disociativo, señor—Dijo el androide con su habitual y pausada voz. Sólo señalaba un hecho. No estaba acusándolo.
Tony ríe levemente y se despeja el rostro.
— ¿Quién dijo que alguna vez lo superé?—Ironiza mientras recompone su postura— ¿Quién dijo que yo me recuperé? Porque ciertamente, yo no recuerdo haberlo hecho—Se encoge de hombros desinteresado de nuevo—Solo aprendí a vivir con él en mi cabeza. Voy a estar bien.
Visión no responde, sólo se limita a quedarse a su lado y Anthony se lo agradece internamente.
Después de todo, odia la soledad.
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Hay días en los que Anthony no soporta tanta presión y le cede durante algunas horas el control a Tony. Y Tony lo único que puede hacer es llorar hasta quedarse sin lágrimas. Porque el dolor de la traición, sumado al dolor físico lo abruman. Lo marean y hacen que quiera vomitar.
Es una suerte que ya no tendrá que salir a ninguna misión. Él, oficialmente, ha renunciado a los Acuerdos de Sokovia. Y eso significa que renunció también a ser Iron Man.
Ahora tiene más tiempo que dedicar a sus inventos, o a las fiestas. Y eso está bien con él porque emborracharse es la salida más fácil que encuentra. Últimamente Tony ha discutido con Anthony, porque el primero no aprueba los métodos del segundo. Métodos con los que procede a diario para tratar de sobrevivir.
Duerme hasta tarde y en ocasiones no duerme, se atiborra con pastillas y alcohol y probablemente haya recaído con los cigarros. No importa mucho. No hay nadie que realmente se preocupe o este mínimamente interesado.
Estaremos bien. Siempre hemos superado estas cosas.
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Han pasado ocho meses desde Siberia y Tony (ahora es Tony), llega a tropezones a la Torre Stark. Decidió regresar ahí porque no le vio mucho sentido a permanecer en la Base después de que ya solo eran 3. Además, había dejado de ser un Vengador. Ya no tenía derecho a estar ahí. Cuando el elevador se abre, se le dificulta solo un poco el salir. Entonces se recarga en la pared y respira hondo y poco a poco se desliza hasta que se encuentra sentado en el suelo. Con las piernas flexionadas hacia el pecho y la cabeza recargada en las rodillas.
Y entonces lo oye.
Es un ruido, como de alguien buscando desesperadamente. Tony pregunta a FRIDAY qué diablos es eso.
Nadie le responde.
Oh cielos, alguien irrumpió en su piso de la Torre y desactivo a su IA.
No se siente tan asustado como debería, así que se incorpora y camina en dirección a su habitación. Ya nada puede asustarle tanto. O decepcionarle, supone.
Empuja la puerta de su alcoba, y frunce el ceño.
— ¿Rogers?
Genial, lo que faltaba.