¿Cuántos años habrán pasado desde que entro en ese mundo? ¿3,5, 10 años? eso hace mucho dejo de importar, dejo de hacerlo cuando se dio cuenta de que nunca podría salir del negocio de la prostitución.
Recordaba a la perfección como había empezado todo; solo y sin nadie en la vida fue acogido por una pareja que se dedicaba a “sacar” niños de las calles. Le dieron comida y cobijo, creyó que tal vez podría ser su nuevo hogar, hasta que vio la cruel realidad y la factura de todo se le fue entregada.
Pidiéndole dinero que él nunca a esa corta edad tendría. Sus opciones eran pocas, y al no querer regresar a las calles, tuvo que aceptar un supuesto trabajo que le ofrecían. Cuando se entero de que consistía tal trabajo ya era tarde.
— Por favor deje me ir — suplicaba el pequeño llorando — no quiero esto, duele mucho.
— Lo siento, pero page mucho dinero por ti — el hombre comenzó a entrar en Peter, el chico solo podía gemir de dolor — y no pienso desperdiciar ese dinero solo porque, tú, pequeña puta no sabias en lo que metías.
Ese solo fue la primera de muchas veces en que tuvo que entregar su cuerpo, con el tiempo aprendió a ignorar el dolor y dejarse hacer lo que el cliente de turno quería, siempre era mejor solo imaginar que estaba en otro lugar. Siempre fue mejor para el pensar que todo era una pesadilla.
Comenzó con el travestismo un poco después, entre juegos con sus amigos de aquel lugar termino descubriendo lo cómodo que se sentía al vestir así. Se sentía libre de cierta forma, con el tiempo añadió una peluca y accesorios a su imagen, sentirse como si fuera otra persona le ayuda de alguna forma a superar todo lo que vivía, como si el niño con una familia amorosa y el chico que vendía su cuerpo fueran diferentes, eso ayudaba a disminuir su carga emocional, ayudaba a evitar en qué pensarían sus padres de él si lo hieran en esos momentos.
Fue hasta que cumplió los 16 años que decidió huir de aquel lugar, espero a que la noche llegara, tomo sus cosas y con la ayuda de algunos de sus compañeros logro huir. Con el poco dinero que había robado tomo el autobús que lo llevara más lejos. Paso unos días intentando buscar un empleo o donde vivir pero no era tan fácil como él creía. Nunca contemplo volver a vender su cuerpo, pero el trabajo fue quien llego hasta el.
Un chico rubio con apariencia de pandillero le ofreció el trabajo; junto con comida, techo y una pequeña parte de las ganancias para él. En la situación en la que se encontraba no tuvo otra opción más que aceptar.
Fue llevado a una edición muy cerca de los bares de la ciudad. Ahí se le indico en donde dormiría, ya sus compañeros de cuarto le dirían cómo funcionaban las cosas.
— El es Kurt, compartirás habitación con él. — Le hablo a un chico sentado sobre una de las camas de la habitación— Encárgate de informarle como trabajamos aquí, dulzura.
— No te preocupes Warren, yo le diré — el chico de cabello negro y ojos de extravagante color se abrazo a sus piernas.
— Cuento contigo primor, nos vemos a media noche — guiño un ojo al chico y cerró la puerta dejando a ambos chicos solos.
— Mi nombre es Kurt Wagner, trabajo como bailarín en el bar subterráneo.
— Rachel — respondió Peter, Hace mucho tiempo que no usaba su verdadero nombre y no empezaría ahora. Ese nombre solo pensaba usarlo cuando pudiera empezar de nuevo, cuando pudiera dejar esa vida o tal vez…si conociera a alguien especial, alguien en quien confiar.
— Un gusto — ambos estrecharon las manos— me gusta tu vestido, Rachel.
— Gracias, tu chaqueta es linda — Peter sonrió— perdón que me entrometa pero…no pareces ser del tipo de personas que vendan su cuerpo.
— No lo hago, solo bailo, no tengo intimidad con mis clientes.
— ¿y el tipo de antes?
— Somos…pareja. — El joven de ojos naranja poso su vista al frente, sin mirar nada en especifico — Él era mi mejor amigo, me ayudo en tiempos difíciles, me cuido, me dio empleo, un lugar donde vivir, cariño y… — suspiro— Creo que el estar con Warren aun que no lo amo de la misma forma que el a mi es mi manera de decirle gracias, después de todo no es tan malo, el me ayudo con que no tenga involucrarme de esa manera con mis clientes. ¿Qué hay sobre ti, cuál es tu historia?
— Para resumir, fui huérfano a los 7 años — Peter se sentó en la cama de al lado — Viví en las calles un tiempo hasta que alguien me ayudo, a cambio de su bondad me pidió una pequeña retribución, supongo que ya debes imaginarte el resto. Mi peculiar forma de vestir surgió mientras jugaba con una de mis compañeras, me sentí bastante cómodo con eso y al gustarle a los clientes fomentaron en mi el vestir así, no podrás creer la cantidad de pervertidos que pagarían por acostarse con un niño con vestido. Pero no me quejare, el vestir así me ayudo de cierta forma — Peter se recostó sobre la cama — Una vez los abusos físicos se hicieron más frecuentes decidí huir de ahí. Al llegar aquí busque un trabajo y un lugar para vivir pero nadie quiere a un adolecente travesti con la mínima educación trabajando para ellos. Tu amigo me ofreció trabajo unos días después de que llegue a la ciudad y he me aquí.
— Lo lamento, no debí preguntar.
— descuida, no es como si me afectara a estas alturas. — Peter volteo a verlo — el tipo ese, Warren creo, dijo que me expilarías algo.
— sí, el cómo trabajan aquí. No es algo muy complicado, puedes escoger entre trabar en el bar o en la calle, de día o de noche. En realidad no importa que escojas mientras traigas dinero. El día que decidas trabajar en las calles, si no llegas aquí en la noche más vale que traigas al día siguiente dinero contigo, Warren y los demás odian meterse en problemas con su jefe. Se te dará el veinte por ciento de lo que traigas. Lo demás estoy seguro de que Warren ya te lo explico.
—sí, descuida, ya él lo explico. Sabes… no suena muy diferente de mi antiguo lugar, al menos aquí me darán una parte de lo que gane. — Paso sus brazos a atrás de la cabeza.
Platicaron un momento más antes de decidir dormir, aun que Peter tardo un poco en conciliar el sueño, su cabeza lo molestaba con preguntas que él nunca podría contentar, como el por qué acepto el empleo, ¿por qué no se esforzó un poco más en conseguir un empleo decente?, ¿acaso era esto a todo lo que podía aspirar en su vida? Una vez pudo deshacerse de esas ideas callo dormido.