Juntos
Se podía observar en aquella habitación a un joven, al menos en apariencia, sentado frente a un escritorio mientras se concentraba en algo, al parecer, importante.
Le observo detenidamente mientras escribía, sonreía, inconscientemente sonrió al verle feliz y le observo en pleno silencio.
Cabellos rojizos y bajo aquellas pestañas unos ojos bicolor preciosos. Suspiro al embelesarse por su imagen y mucho más a aquella personalidad que le encantaba.
Muchos pensaban, más bien decían no entender, porque ellos dos estaban juntos, porque alguien como él, sociable, alegre y parlanchín, estaría con alguien tan frio y distante como su hermoso bicolor.
Si se lo preguntaban a él la respuesta era tan fácil como compleja, le encantaba aquel jovencito por todo lo que era y por todo lo que era con él, por lo que su persona llegaba a ser cuando le tenía cerca.
La respuesta a aquellas interrogantes eran sencillas, “los opuestos se atraen” una respuesta simple que podía hacer dejar de hablar, y husmear, a muchos pero la verdad iba más allá de esa pequeña y ridícula respuesta.
Shiki, su amor en bicolores, era dos en uno, como incluso él lo era, más bien, ellos eran tres en dos. Una respuesta así era más difícil de entender.
Eran dos entes tan diferentes y juntos se volvían un solo ser completo, y no hablaba de la simple unión carnal, hablaba de algo más espiritual, si es que un ente eterno podía creer en aquellas cosas.
Sin aquel que le complementaba él era simplemente Takuma, el alegre y hablador rubio que todos conocían. Pero, cuando estaba en la intimidad, cuando compartía sus momentos con aquel que tenía frente sí, cambiaba, ya no era solo el Takuma que todos conocían, era alguien mejor, más protector, más serio, más amoroso… más completo.
-que haces solo observándome? Eso es aterrador
Escucho aquel comentario seguido de una risa dando a entender que lo decía en son de broma, sonrío y se acercó al otro posicionándose tras él y abrazándole.
-solo te admiraba
Le dio un beso en el cuello sonriendo más ampliamente a aquella risilla apenada
-que haces?
-escribo una carta
Se inclinó un poco sin soltarle observando lo que hacía.
Shiki también era diferente, el Shiki que conocían y con el que él tenía el placer de estar. Más expresivo, más amoroso y amaba a ambas versiones por igual.
Observo como el otro terminaba de escribir la carta, le tomo aquella mano que había estado escribiendo y la beso, escucho el suspiro de su pequeño y como se giraba para compartir un beso.
Después de todo ambos estaban llenos de gozo en aquel momento. Correspondió el beso sin soltar aquella mano en donde roso levemente un anillo que el mismo coloco no hace mucho.
¿La carta?... la carta era dirigida a Kaname anunciando el próximo matrimonio que tendrían a bien celebrar.
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yyyy se repite porque ya no me dio para mas azucar y no cumplia con el minimo -.-
Juntos
Se podía observar en aquella habitación a un joven, al menos en apariencia, sentado frente a un escritorio mientras se concentraba en algo, al parecer, importante.
Le observo detenidamente mientras escribía, sonreía, inconscientemente sonrió al verle feliz y le observo en pleno silencio.
Cabellos rojizos y bajo aquellas pestañas unos ojos bicolor preciosos. Suspiro al embelesarse por su imagen y mucho más a aquella personalidad que le encantaba.
Muchos pensaban, más bien decían no entender, porque ellos dos estaban juntos, porque alguien como él, sociable, alegre y parlanchín, estaría con alguien tan frio y distante como su hermoso bicolor.
Si se lo preguntaban a él la respuesta era tan fácil como compleja, le encantaba aquel jovencito por todo lo que era y por todo lo que era con él, por lo que su persona llegaba a ser cuando le tenía cerca.
La respuesta a aquellas interrogantes eran sencillas, “los opuestos se atraen” una respuesta simple que podía hacer dejar de hablar, y husmear, a muchos pero la verdad iba más allá de esa pequeña y ridícula respuesta.
Shiki, su amor en bicolores, era dos en uno, como incluso él lo era, más bien, ellos eran tres en dos. Una respuesta así era más difícil de entender.
Eran dos entes tan diferentes y juntos se volvían un solo ser completo, y no hablaba de la simple unión carnal, hablaba de algo más espiritual, si es que un ente eterno podía creer en aquellas cosas.
Sin aquel que le complementaba él era simplemente Takuma, el alegre y hablador rubio que todos conocían. Pero, cuando estaba en la intimidad, cuando compartía sus momentos con aquel que tenía frente sí, cambiaba, ya no era solo el Takuma que todos conocían, era alguien mejor, más protector, más serio, más amoroso… más completo.
-que haces solo observándome? Eso es aterrador
Escucho aquel comentario seguido de una risa dando a entender que lo decía en son de broma, sonrío y se acercó al otro posicionándose tras él y abrazándole.
-solo te admiraba
Le dio un beso en el cuello sonriendo más ampliamente a aquella risilla apenada
-que haces?
-escribo una carta
Se inclinó un poco sin soltarle observando lo que hacía.
Shiki también era diferente, el Shiki que conocían y con el que él tenía el placer de estar. Más expresivo, más amoroso y amaba a ambas versiones por igual.
Observo como el otro terminaba de escribir la carta, le tomo aquella mano que había estado escribiendo y la beso, escucho el suspiro de su pequeño y como se giraba para compartir un beso.
Después de todo ambos estaban llenos de gozo en aquel momento. Correspondió el beso sin soltar aquella mano en donde roso levemente un anillo que el mismo coloco no hace mucho.
¿La carta?... la carta era dirigida a Kaname anunciando el próximo matrimonio que tendrían a bien celebrar.